Reseña literaria de Juan A. Herdi

Juan Gómez Bárcena

Mapa de soledades

Seix Barral, 2024

 

Sin duda estaba muy acertada la pintada que vio un día el autor en una pared y que indicaba que la soledad es buena hasta que te sientes solo. Da pie además a esa distinción mencionada en el libro entre soledad, solitud y soledumbre, estas dos últimas palabras ahora en desuso en castellano, pero que habría que recuperar en estos tiempos de profunda soledad, tan palpable nada menos que hace cuatro años, en pleno confinamiento. Parece que haya pasado toda una eternidad sin embargo, aunque a decir verdad la soledad nunca estuvo fuera de debate social o de la realidad, no es ajena anuestras vidas, ya estén aisladas o en compañía, y a nuestras experiencias.

La soledad es el argumento de este libro, lo deja claro su autor en el propio título. A partir de treces espacios físicos, Juan Gómez Bárcena va desgranando la soledad forzada y la soledad buscada, que no otra cosa es la solitud, a veces ansiada y necesaria,pero también uno se confronta a ella en lugares recónditos, salimos tal vez por ello de las ciudades en busca de la sensación física de estar solo, la soledumbre, pero también la sentimos entre nuestros congéneres, en los lugares repletos de seres humanos.

La soledad, qué duda cabe, se confronta a nuestra propia naturaleza, somos seres sociales, se nos dice, aunque también es verdad que la sociedad nos ha alejado no pocas veces de la naturaleza, de allí tal vez la necesidad de aislarnos, de desprendernos del disfraz escogido cada mañana del armario. Pero al fin, frente a la necesidad de anonimato y como nos recuerda el autor, necesitamos existir ante los ojos de los demás para saber quiénes somos.

De este modo, este libro es una reflexión sobre la identidad, sobre lo que somos, a partirde esa soledad que abarca tantas situaciones y no pocas variables. Para ello ha sido necesario poblarlo de muchas personas, lo indica el escritor al final del libro, porque la soledad propia se comprende mejor en compañía. Y la lectura comporta también la compañía, como diálogo que es. Juan Gómez Bárcena acude a espacios físicos, pero requiere del arte y la literatura para enfrontarnos a una imagen tenaz, en ocasiones hiriente, de nosotros mismos, porque no hay duda de que el arte y la literatura son el espejo a partir del que entendernos. 

El resultado es un libro que nos conmueve, en ocasiones llegará a inquietarnos, va a provocar un verdadero trastorno, un zarpazo emocional. Es algo muy propio de este autor, que requiera del lector, casi le exija, una reflexión profunda de sí mismo, hasta la convulsión porque siente éste que se le interpela intensamente y porque al fin es de él mismo de quien se habla, de quien avance por sus páginas para reflexionar de sí mismo. Lo logró en sus novelas anteriores, lo consigue con este libro que demanda sin dudanuevas lecturas por el poso que deja y los muchos cuestionamientos a que da lugar. Una vez más la experiencia literaria se vuelve también experiencia personal.

Madregilda (un retrato de la posguerra) Cecilio Olivero Muñoz

MADREGILDA

UN RETRATO DE LA POSGUERRA 

Sólo una película que no te hable a ti directamente puede ser un retrato que comprendes a la perfección. Las historias de la posguerra han ido de boca en boca desde su inicio hasta los veinticinco años de paz, en los años 60. Todavía se siguen escuchando en tiempos de democracia. Pero fue en aquellos años cuando se realizó el bodrio de película que da culto a la personalidad de Franco. La película es Franco, ese hombre. 

Recuerdo que en los primeros años de la transición vivía en mi barrio un hombre represaliado por la guerra y afectado por la posterior miseria de las cartillas de racionamiento, también de paseos marciales de la posguerra donde los más pobres son los más perjudicados, como siempre.

El hombre, al que llamaban Marcos, cuando de chiquillos soltábamos la consigna maldita de ¡viva Franco!, él nos replicabacon gran libertad y rabia enajenada: ¡Hijos de Putaaaa! Nosotros entonces no lo entendíamos, solamente reíamos. No sabíamos ni quién era Franco. Pero el hombre este debió de pasarlo realmente mal. Era evidente dada su reacción. 

Y toda esta perorata, sin más preámbulos, me invita a hablar de la película por antonomasia de la posguerra. La película es (Madregilda, 1993). Es una tragicomedia que retrata muy bien esos años de inviernos interminables y de colilleros de cigarros puro como de reuniones clandestinas de los vencedores.

Es una película que, aunque refleja en cierta forma la posguerra y una tragicomedia, hace gracia a ratos. Militares chusqueros, unárabe lameculos y mamporrero, España negra, ya no gris, invernal total. 

El elenco de actores es una gozada. Lleva a cabo un paralelismo de la España beata y aburrida de aquellos años a la sombra de su eterna noche de vaho en los cristales. 

Aunque nada fiel en el aspecto físico, muy gracioso en el marco de una partida de Mus que tiene fijada la fecha todos los primeros viernes de cada mes por cuatro militares, uno, un cura artillerointerpretado por Antonio Gamero, Millán Astray interpretado por Juan Luis Galiardo, y el personaje interpretado por José Sacristán, llamado Longinos y el Franco que refleja lo absurdo de una dictadura. Juan Echanove le quita negritud al film con su gran habilidad interpretativa y una gracia que se desarrolla en toda la cinta trasmitiendo a través de un caudillo cómico y a la vez pueril. 

A través de los rojos, víctimas todos ellos, y por medio deltrasluz, se crea una perspectiva de la posguerra gracias a la buena dirección de Francisco Regueiro quitándole hierro mediante la parodia a los duros años del hambre después de nuestra guerra.

La protagonista en Gilda es Rita Hayworth (interpretada por Bárbara Auer) que hace de madre del niño matutero Manuel, la película Gilda no es más que una mirada atenta a los huérfanos y a los niños abandonados. Toda una metáfora donde Gilda es la madre de esta película y de la posguerra franquista.

10 recomendaciones de Carlos Fuentes para ser un buen escritor

Presentación de Mil años de poesía Ediciones Vitruvio-Presentado por Pablo Méndez Jaque y Cova Sánchez Talón

Instinto de escritor en el Canal 22 de México a la figura de Carlos Fuentes

Reseña literaria de Juan A. Herdi

Paco Cerdá

Presentes

Alfaguara. 2024

El 20 de noviembre de 1936, primer año de la victoria, se exhuma en Alicante el cadáver de José Antonio, el apellido no es menester añadirlo, y durante once días se traslada en cortejo fúnebre, procesión medio laica, medio religiosa, a El Escorial. Atraviesa un territorio cuyos habitantes no han olvidado el horror de la guerra, una guerra que para muchos, pese a la propaganda y a los deseos pretendidos de nueva era,no terminó el primero de abril del 39, siguió en forma de miedo, represión, miseria, incertidumbre colectiva e individual. 

Paco Cerdá nos relata la historia de esa comitiva, pero también va componiendo la infrahistoria, los relatos de vida, de los habitantes de aquellas tierras atravesadas por ella, historias de hambre y desolación, de frustración y vacío, hechos que aún hoy permanecen anónimos por un silencio atroz que se impuso en todas las esferas de la sociedad y que conduce a que sus protagonistas sean pasto del olvido. El anonimato puede ser el destino de los hombres y mujeres que sufrieron aquella historia, olvido reforzado por intereses políticos y una voluntad errónea de pasar página en un momento dado, años después de aquella tragedia de la inmediata posguerra. Merecen a todas luces un ápice de luz, que se sepa lo que ocurrió, no por ánimo de desquite o de vanas represalias, sino por mera necesidad de saber de dónde venimos y de reconocimiento a quienes también conformaron el país, los nadie de entonces.

El régimen buscó la legitimidad en la gloria de sus mitos, el de José Antonio es fundamental, no en vano el régimen glorifica a ese hombre que le proporciona buena parte de la argamasa de la legitimidad ideológica, aunque puede, se insinúa entre líneas, que al Generalísimo y a buena parte de los vencedores poco les importó las razones de su victoria, no había en ellos un afán principista, sino más bien el de reponer un orden social que creyeron amenazado. De hecho, muchos falangistas de primera hora, camisas viejas, sienten que el nuevo régimen no responde a sus ideales. Por otro lado, entre los vencedores hay también mucha pluralidad, no todos tienen una misma posición.Tampoco los mismos intereses, aunque estos crearon mayores consensos. El régimen supo lidiar con tales diferencias. Paco Cerdá también nos muestra en este puzle que es su libro parte de la infrahistoria de estos vencedores.

El resultado es una composición bastante bien documentada que nos da un retrato de una época y un lugar, una excelente descripción de los inicios de la dictadura que pasará por muchas fases, pero que en aquel momento necesita de la exaltación de los discursos y así argumentar su gestión de un modo heroico, a falta de medidas que mejoren la situación del país. Por tanto acude a los mitos, al mito originario de José Antonio, pararelanzar una gloria que a todas luces confronta y se contradice con la realidad. 

De este modo, el libro nos va dando una idea bastante amplia y precisa de lo que fue España a partir de una semana en la vida de un país repleto de claroscuros. Un libro a todas luces fundamental para conocer aquel periodo.