
Alex Oviedo
Como todos los días
El Desvelo Ediciones
Es lo que tiene a veces esa normalidad que se desprende de la más pura cotidianidad, que se trunca cuando menos te lo esperas. Un pierna enyesada por un tonto accidente doméstico, un ascensor que no funciona y, por último, el encuentro, un piso por debajo del propio, con los ladrones en la casa de un vecino, que le lanzan las correspondientes amenazas para que no cuente nada, estropean el domingo lánguido de un hombre que se pretende normal y acabarán por desbaratar la rutina durante los cinco días siguientes. Todo parece darse la vuelta en los hábitos del narrador, el trabajo, las relaciones con los demás, el día a día, aunque también da lugar a decisiones y actitudes que, tal vez, sin el acicate de lo ocurrido el domingo no se hubieran producido.
Por supuesto, el hombre, buen ciudadano, avisa a la policía, cumple con su deber, igual que parece cumplir con los deberes mundanos.
Todo ello además bajo la sombra de una casualidad curiosa y extraña, no es la primera vez que roban el piso en cuestión, lo que plantea el runrún del porqué de las cosas, si es puro azar lo que hay en la sucesión de hechos o hay, por el contrario, una motivación detrás de cada cosa.
De este modo, el autor nos ofrece los seis días en la vida de un hombre que se mueve entre la sorpresa, el absurdo, el sinsentido y cierto desbarajuste vital desencadenado sin saber muy bien por qué. El resultado es un relato en el que asistimos a una extraña sinuosidad que, de pronto, ya venga determinada o no, llevará a que el protagonista se rebote contra el orden de las cosas tal como le han ido sucediendo hasta ese momento.
Estamos ante una novela de la cotidianidad y del absurdo, con toques humorísticos e irónicos, una reflexión sobre lo que somos y cómo afrontamos estas vidas nuestras que creemos bien ordenadas y olvidamos que muchas veces todo ocurre por mera chiripa. Sin un plan preconcebido. Todo ello intercalado de un sinfín de referencias literarias y sobre todo cinematográficas agregadas de un modo brillante y que acompañan el relato, lo van perfilando como un elemento más que ayuda a seguir la inferencia de los hechos.