Reflexiones de una ondjundju-La juventud africana no es un chico con un AK-47 ni una vendedora ambulante

Comenzamos una nueva sección que será fija en la web: Reflexiones de una Ondjundju. Pretendemos que sea una ventana abierta a Guinea Ecuatorial, uno de los pocos lugares de África en el que el castellano tiene una presencia real y hay ahora mismo un enorme dinamismo cultural.

Juliana Mbengono será quien nos ofrezca esta mirada sobre la cultura, la literatura y la sociedad ecuatoguineana. Sin duda con ella conoceremos todo un mundo que está por reconocer, se trata de romper prejuicios, intercambiar ideas, proyectos, sensaciones y aprender también de lo que nos ofrecen desde ese país, para muchos muy desconocido.

Nos encantaría que fuera una oportunidad poder relacionarnos de igual a igual con una cultura muy dinámica y una población sin duda deseosa de mostrar su realidad, en un diálogo que esperamos sea perenne y fructífero.

Pasen y lean.

La juventud africana no es un chico con un AK-47 ni una comerciante ambulante

Probablemente, al escuchar la palabra juventud recordaremos los años que pasamos en la universidad, pensaremos en moda y amigos o en un botellón.

Lo cierto es que, la palabra juventud puede llevarnos a un universo de ideas; de tal manera que, si me pidieran citar cinco rasgos de la juventud empezaría por citar la rebeldía, la curiosidad y el amor.

Al pensar en juventud africana, del modo especial en el que uno pensaría sobre cualquier tema relacionado a África, me doy cuenta de que difícilmente se situarían los estudios, el amor o la curiosidad por encima de la explotación y el hambre.

Un día encendí la tele y me sorprendió un anunció en el que una niña buena procuraba que los niños de África pudieran comer huevos… si ella supiera que los huevos son de lo más barato que hay por aquí. Pero bueno, algún adulto, seguro de conocer África como la palma de su mano, escribió el guión y otro la ayudó a cantarlo.

Seguramente, lo primero que se nos viene a la mente ahora que pensamos en juventud africana no es un grupo de estudiantes, ni un botellón. Ahora, la imagen es la de una chica escuálida de Somalia, en un intento de ser específicos, removiendo algo parecido a lodo en una olla carbonizada sobre una hoguera, mientras un bebé escuálido, que probablemente no come huevos a menudo, llora sobre el polvo. También es recurrente la imagen de un chico cargando un AK-47 o la de una niña cargando una bandeja de buñuelos llenos de moscas.

África nunca ha sido un lugar normal: si no es una selva paradisiaca que despierta el interés de reyes por cazar elefantes y leones, será una ciudad llena de niños comerciantes que no van a la escuela o el origen de los inmigrantes que tienen la esperanza de no morirse ahogados.

Toda esta palabrería se resumiría en que, pensar en los jóvenes de África resulta especial porque hablamos de los jóvenes de la referencia del tercer mundo por antonomasia. Quizás alguno estalle o entorne los ojos por estar cansado ya del temita de África porque, también, al pensar en jóvenes y niños camboyanos lo primero que se nos puede venir a la mente es la imagen de gente apiñada en chozas y niños cazando anacondas. Pero ahí está el caso, que Camboya no es todo un continente, y en África, cualquier poblado representa a todo el continente porque los medios quieren vender hechos sobre lugares exóticos.

Gracias a esa presentación de África como el paraíso infernal, que es más infernal para muchos de sus jóvenes; luchamos por alejarnos y emprender lejos de nuestros gobiernos; por cruzar el mar y ver si en el mismo horizonte al que llevaron a nuestros antepasados en contra de su voluntad seremos más felices añorando el calor de los nuestros mientras jugamos a sobrevivir para poder enviar un poco de dinero a casa.

Miro a mi alrededor, podría deprimirme y quedarme a lamentar mi vida igual que un personaje de “La que se avecina”; pero también puedo enfrentarme a los retos que supone PARA TODO EL MUNDO salir adelante sin el apoyo de familiares, amigos y otros conocidos que nos pongan las cosas en bandejas de plata.

Aquí la situación es un tanto especial y no lo niego, la brecha tecnológica y educativa sigue existiendo; se diga lo que se diga. Por ejemplo, en mi país no existen fibras ópticas de 20€ al mes, pero sí existen puntos remotos desde los que se puede acceder gratuitamente a internet con el riesgo de que algún ratero te quite el celular a punta de cuchillo, ya que difícilmente te lo quintaran a punta de pistola; pues, aunque no lo parezca, cualquiera no consigue tener una pistola por aquí.

Aun con todo lo que nos llevarían a pensar en la juventud africana como un grupo especialmente desgraciado y vulnerable, los jóvenes africanos encajaríamos perfectamente a nivel internacional. Pues, por el simple hecho de ser jóvenes ya compartimos muchísimas cosas.

No sólo colaboramos para traer el pan a casa, también nos encanta la moda, la diversión y estudiamos para tener títulos universitarios. Otra cosa es que sólo se visibilicen los extremos, sobre todo los miserables.

Si tenemos en cuenta que cada persona, por sus cualidades y condiciones, puede resultar un universo; nos resultará más fácil entender que los jóvenes africanos no somos todos iguales ni vivimos todos en las mismas condiciones.

Miro a mi alrededor y veo a compañeros de la universidad mirando las notas en los tablones de anuncios; en mi WhatsApp encuentro una felicitación de un amigo director de teatro y cine que hace poco resultó ganador en el proyecto

Tony Elumelu para jóvenes africanos emprendedores; ser joven africano no es sinónimo de embarazos precoces ni falta de educación. Como personas conscientes que poco a poco van ganando terreno en su batalla contra los estigmas, estereotipos y prejuicios, somos chicos y chicas que se trazan metas, que tienen un plan de vida.

Probablemente, uno de nuestros mayores problemas es nuestra mirada hacia el exterior. Los jóvenes, y los no tan jóvenes, nos centramos tanto en lo que tiene occidente que los personajes de nuestras obras literarias, a menudo, toman té durante los atardeceres dorados al igual que los ingleses, cuando lo habitual y más parecido a tomar té verde por aquí es desayunar con una infusión de contrití.

BIENVENIDA A LOS LECTORES

BIENVENIDA A LOS LECTORES

Torre-Romeu

 

 

 

 

14-08-2.008

 

Damos la bienvenida a todos los lectores. Queremos dar un cómplice guiño a esos seres que andan solitarios por el mundo buscando una razón que parte de la utopía, esa isla remota llamada utopía que tan buenos frutos nos puede brindar. Queremos difundir, a través de la poesía, otra visión del mundo, otra visión de lo real, otra perspectiva desde la cual todos puedan apreciar una nueva visión de la vida, de su vida, y de la realidad, de su realidad.

Queremos esparcir nuestros deseos y anhelos en pos de una libertad de expresión, en pos de una infinita fe, en pos de un magnánimo deber de coherencia que no dista mucho de las verdades o grandes verdades que el mundo nos pueda ofrecer.

Buscamos otro sendero donde las estrellas son luz-guía de un sur, de un hemisferio tropical, en el que de debería nevar una paz de pureza que acentúe la verdad extinguida por la hipocresía del poder y los intereses creados. Anhelamos una aurora azul de sueños. Debemos frecuentar las tabernas de unión y divisar los lugares bellos de ubérrima libertad en pos de la virtud de la vida, que es el amor por ella misma. Debemos unir océanos, unir orillas, unir culturas, unir los soles con las lunas, y unir también ideas con opiniones de luz y cándidas almas desfloradas. Seremos rumbos y senderos y vías de escape por las que salir de la opresión, de la desidia, del tedio, de la mentira, y de todo aquello que nos desplaza de lo que de veras somos. Debemos conseguir ese estado de trance que sólo la buena literatura puede darnos. Debemos partir desde la poesía hasta la realización completa que se aleja sin pensarlo de nuestras frustraciones. Debemos abrir los ojos, bailar en las hogueras, emborracharnos de alegría, inventarnos un nuevo mundo, extasiarnos de amor, huir de las devociones, crear una locura totalmente sana y llena de gozo, cabalgar entre los sudores del cuerpo, imitar a la vida, reírnos de los hipócritas, insultar a los moralistas, pecar en los rincones, ahuyentar a los aburridos, follar en las terrazas y en los balcones, espantar a los reprimidos, retomar el amor, culminar la batalla de los luchadores que desfallecen, florecer de placer en noches ancestrales, emerger desde los sueños imposibles, unir a los pesimistas con las virtudes de los optimistas, gustar a los disgustados, soñar con estrellas púrpuras, creer en lo que de verdad importa, invocar a la belleza, despreciar a los que nos juzgan, liberarnos de los dogmas y las doctrinas, perpetrar amores en las esquinas, unirnos a los puros y a los felices, otorgarles una nueva visión a los deprimidos, caerles mal a los que caen bien, habitar las selvas, habitar los oasis, habitar en los desiertos, caminar desnudos por la vida, llenar de licores y pitanzas a los desheredados de la tierra, descubrir las silenciosas noches, cantar la canción de los momentos de luz, fomentar la paz entre las gentes, luchar por la verdad en la tierra, escapar de las prisiones del alma, pero sobretodo entender de una vez por todas que está: Nevando en la Guinea (ese lugar del mundo donde la utopía es posible). Gracias por leernos.