Damilola Shobowale por Cecilio Olivero Muñoz

LA INNOVACIÓN DE DAMILOLA SHOBOWALE

 

Omo iya mi

La Inteligencia Artificial puede incidir en el arte al volver accesible el arte gráfico a un público más amplio. Pero esto no es nuevo. Lo nuevo es que el apropiacionismo es la base del arte moderno, por no decir actual.  

En literatura es absurdo crear a través de la Inteligencia Artificial, pero en el arte plástico y digital es un recurso bastante utilizado.

Estamos creando funcionalidades a partir del arte digital, y este ha llegado a un punto de decadencia creativa, ya que no se crea desde lo verdaderamente artístico, se crea desde la inteligencia artificial porque el arte, y en esto incluyo el criptoarte, es ya un logro que económicamente ya es demasiado caro. 

Las redes sociales como Pinterest han llevado el arte en píxeles al alcance del público. En Pinterest puedes encontrar desde afrofuturismo hasta criptoarte, desde dadaísmo hasta cubismo. Pero existen los derechos de autor, algo importante que nos aleja del pirateo, aunque puedas descargarte las imágenes que quieras. 

Ahora el arte se está decantando por la IA como base creativa, pero esto no es nuevo hoy por hoy. El arte pictórico ha evolucionado y revolucionado el concepto artístico. La fotografía se ha convertido en conversacional y ha adaptado el término de Posfotografía. 

Cuando encontré por casualidad la obra Omo iya mi, de la pintora nigeriana Damilola Shobowale, que expongo en esta publicación, me dije, el nuevo paradigma posmoderno también ha repercutido en la África más talentosa. Sin duda África tiene mucho que decir en el arte moderno actual o posmodernismo tardío. 

Hablando con Damilola, ella me dijo que esta obra significaba la consolidación en las relaciones entre las hermanas de la misma madre pero de distinto padre. Simboliza, me dijo, el parentesco y consolidación de las familias. Es la llamada de la sangre. Pero yo he visto en ella arte, por ejemplo, al usar imágenes parcialmente pixeladas y conjugar el juego mundialmente conocido como Tetris con todo lo que representa la consolidación parental, aunque también reivindica su identidad, en este caso africano. Es parte, sin lugar a dudas, del afrofuturismo. Sería pretencioso por mi parte hacer analogías con otras pintoras famosas. Aunque ella es totalmente innovadora, no cabe duda que llegará lejos. Pues ya expone en Nueva York y en distintos países. Tiene su innovadora manera de crear, utilizando recursos como estampados textiles e imágenes siempre africanas, una reivindicación totalmente combativa, sin parecerse a nadie.

Por eso creo en su innovación artística. Tiene un talento que te deja helado. Su arte tiene una connotación increíblemente inteligente y es un concepto paradigmático que apela por el futuro del arte africano. Descubran a Damilola, su obra llamada en yoruba Omo Iya Mi, que significa el hijo de mi madre en castellano, posee una concepción singular y una religiosidad, que debido al colonialismo y  la esclavitud, es conocidísimo, entre otros, en lugares como Brasil, como Cuba, en Haití.

Me alegra haberla encontrado. Su arte pictórico tiene mucho que decir. Hay una creatividad generosa, una nueva mirada que sin duda hará conocido el arte nigeriano.

Translated into english:

THE INNOVATION OF DAMILOLA SHOBOWALE

Artificial Intelligence can impact art by making graphic art accessible to a broader audience. But this is not new. What is new is that appropriationism is the basis of modern, if not current, art. In literature it is absurd to create through Artificial Intelligence, but in plastic and digital art it is a widely used resource. We are creating functionalities from digital art, and this has reached a point of creative decline, since it is not created from what is truly artistic, it is created from artificial intelligence because art, and in this I include crypto art, is already an achievement that is already too expensive economically. Social networks like Pinterest have brought pixel art to the public’s reach. On Pinterest you can find everything from Afrofuturism to cryptoart, from Dadaism to Cubism. But there is copyright, something important that keeps us away from piracy, even though you can download the images you want. Now art is opting for AI as a creative basis, but this is not new today. Pictorial art has evolved and revolutionized the artistic concept. Photography has become conversational and has adapted the term Postphotography. When I accidentally found the work Omo iya mi, by the Nigerian painter Damilola Shobowale, which I exhibit in this publication, I told myself, the new postmodern paradigm has also had an impact on the most talented Africa. Without a doubt, Africa has a lot to say in current modern art or late postmodernism.

Speaking with Damilola, she told me that this work meant the consolidation of the relationships between the sisters of the same mother but a different father. It symbolizes, he told me, the kinship and consolidation of families. It is the call of the blood. But I have seen art in it, for example, by using partially pixelated images and combining the game known worldwide as Tetris with everything that represents parental consolidation, although it also claims its identity, in this case African. It is, without a doubt, part of Afrofuturism. It would be pretentious of me to make analogies with other famous painters. Although she is totally innovative, there is no doubt that she will go far. Well, he already exhibits in New York and in different countries. He has his innovative way of creating, using resources such as textile prints and always African images, a totally combative claim, without looking like anyone else.

That’s why I believe in its artistic innovation. He has a talent that leaves you cold. His art has an incredibly intelligent connotation and is a paradigmatic concept that calls for the future of African art. Discover Damilola, his work called in Yoruba Omo Iya Mi, which means my mother’s son in Spanish, has a unique conception and religiosity, which, due to colonialism and slavery, is very well known, among others, in places like Brazil, like Cuba, in Haiti.

I’m glad I found it. His pictorial art has a lot to say. There is a generous creativity, a new look that will undoubtedly make Nigerian art known.

 

Reseña literaria por Juan A. Herdi

Nuria Labari

No se van a ordenar solas las cosas

Páginas de Espuma, 2024

¿Estamos atrapados en nuestros cuerpos?¿O acaso son las circunstancias las que nos rodean y limitan de un modo azaroso, sin vuelta atrás?¿No serán tal vez las palabras las que nos encierran en la hendidura estrecha de nuestra rutina y nuestros privilegios, y de pronto, al confrontarlas con las de los demás, nos descubren nuestras carencias, nuestra debilidad? 

Son algunas preguntas que nos plantean los seis relatos de este volumen de Nuria Labari, seis collejas que sin duda alteran nuestra aparente normalidad. La mujer bien situada, progresista y liberada, de pronto se da cuenta de que el orden de su mundo se resquebraja ante el espejo de su asistenta, inmigrante. Lo mismo le ocurre a la profesora voluntaria de castellano, que se encalla ante su joven amante magrebí en una situación que, a todas luces, cambia el significado de las palabras. Como zozobra la familia que busca exotismo y lo que descubre son sus propias fallas. O los personajes atrapados en sus cuerpos, el del joven adolescente que se irrita ante lo que ve en el espejo, sea o no real, la mujer que se enfrenta a la debilidad y a la muerte de sus seres queridos, o el anciano homosexual y judío que se desmorona ante un contratiempo casero, tal vez bajo la mirada trágica de sus antepasados y de sus coetáneos, o la conciencia de las trampas de la vida o de las contradicciones tan esenciales como su ser.

Los relatos nos confrontan al artificio de nuestra realidad, aquella que consideramos normal -¿normal como lo estándar o lo habitual o normal como lo normativo?–, y aquí, al terminar el libro, muchos nos preguntamos, como uno de los personajes del libro, si no hemos vivido nosotros también a espaldas de lo fundamental. 

Son relatos que rompen las miradas cotidianas de nuestras propias vidas. Es importante que nos fijemos en las palabras con las que Nuria Labari construye las historias y la perspectiva desde la que se proyecta cada uno de sus cuentos, seis posiciones, seis construcciones de uno mismo y del mundo que envuelve a los personajes, y que en una analogía perfecta podemos trasladar a lo que somos, a nuestras vidas. Porque las palabras, al final, es lo único que tenemos, son las piezas con las que nos vemos y construimos el mundo, sobre todo si asumimos que la ficción del pasado, y la memoria puede que sea realmente una fuente de ficción, una invención del pasado, contamina con su niebla el horizonte.

Es un libro que no puede dejar indiferente, que turba, que nos desorienta en cierto modopara obligarnos a afrontar la realidad, siempre es bueno que la literatura cuestione y replantee la existencia, la de los personajes y la de los lectores. Sin duda tal es el sentido de la literatura.

Documental-Roberto Bolaño (2016)

¿Por qué escribimos poesía? por Cecilio Olivero Muñoz

No tiene fácil respuesta. Si nos ponemos a pensar el porqué de escribir poesía, no lo tiene claro nadie. Pero si nos remontamos al origen de la causa de toda poesía, coincidiremos en que la escribimos porque nos duele la vida. Nos calma el tic poético y nos redime de muchos factores dañinos.

Un poeta no lo es en absoluto si éste no conoce la gran verdad de la vida. Cierto es que se empieza por escribir ripios y se acaba muerto en vida. Ese es el germen de la poesía. La vida agotada y desengañada de los poetas.

Parte de la lucha del poeta por hacer acopio de palabras para poner luz ante la oscuridad implacable, y que nos empuja a leer unos versos, se debe a las maneras de percibir una libertad característica como síntoma inigualable del mundo hostil en el que vivimos.

Digamos que el poeta, el verdadero poeta, está muerto, y el hecho de revivir es la base de su poesía. Es como perder la esperanza y también la desesperanza.

Todo el mundo, o casi todo el mundo, escribe poesía por no convertir sus lágrimas puras en posología de vademécum. La ciencia aconseja escribir lo que piensas para exorcizar tus propios demonios.

Muchos grandes poetas han ladrado como perros y otros han aullado. Pero ahí están. Son parte del dietario lector que estos han colmado en deseosa virtud de sacar a su manada del tedio, o la verdad aplastante.

Existen poetas que creen adentrarse en los cimientos superficiales como ponerse a hombros del escritor experimentado y olvidan sus formas expresivas. Con lo distinto que sería si todos tuvieran la suerte de colmar su vida para con la flor de la noche… que es sin duda un mérito. Perdonen que me ponga poético. Pero la vida de un poeta siempre ha sido una cuestión baladí que camina al unísono con su poesía. Existen malos poetas llamados poetastros, otros con más acierto son llamados a ocupar el parnaso. El vil parnaso. Como si estos encontraran la piedra filosofal. Un poeta bueno escribe sin poner sentimientos en galeras. Sin andarse con ambages. Las medias tintas nos evocan a la incomprensión poética.

Es una excelente metamorfosis; todo poeta que se precie debe de plasmar lo que de verdad siente. Además de ser valiente. Ya que la poesía verdadera es de acero inoxidable.

Buscamos belleza, y como parte de la belleza, somos testigos de nuestro esqueleto. De nuestra muerte en vida.

Pero huelga decir que la poesía es como la música. No podríamos vivir sin ella. Y en ella siempre, o casi siempre, está el aliento de Dios.