Reflexiones de una ondjundju-Esta mierda no fue así-Juliana Mbengono

ESTA MIERDA NO FUE ASÍ

(Begase Na Fê Xîf)

Es difícil que una obra teatral comience con un vergonzoso fragmento de realidad malabeña y que no sea interesante o, como mínimo, divertida. Así arranca Begase Na fê Xîf, con la voz del presentador del programa “Vivencias” de la Televisión Nacional de Guinea Ecuatorial (TVGE) anunciando a una mujer a la que “… esto de la calle no le va bien…. Las andanzas nocturnas no la traen buena suerte.” El elocuente presentador reconoce que la mujer tiene la libertad de “andar y salir cuando quiera” y a los actores (audiencia) les sorprenden que el novio la haya golpeado “sin estar casados”. La voz del presentador no es un montaje para la obra, es un fragmento de las tantas veces que la mujer había sido grabada denunciado el maltratado.  

Cuando Santa María era un pedazo de selva con chabolas, los llantos de las mujeres llegaban con claridad a todas horas. Por un tiempo, creí que los hombres del barrio ya no eran violentos, hasta que llegó la selectividad y tenía que levantarme a las tres para estudiar: a estas horas se oye el llanto de las que viven en casas amuralladas y el de aquellas que duermen en el piso de un barracón. Los hombres no sólo golpean de noche, cuando SEGESA nos corta la luz por unos segundos, llevándose el ruido de los televisores y la música, deja al descubierto los insultos y el llanto de las vecinas.

Una de las características que conozco del teatro ecuatoguineano es que está muy comprometido con la sociedad. Bocamandja, Amea, y Biyeyema, por citar algunos de los tres grupos más antiguos y conocidos en las dos ciudades principales de Guinea Ecuatorial (Malabo y Bata), son grupos que, entre cantos, bailes y diálogo nos hacen ver y pensar en lo que vivimos en silencio.

Rizoma, que es definido por su director (Jorge Avante) como “un proyecto de teatro comunitario”, además de nuevo, es diferente y semejante a los anteriores. Diferente porque, sus funciones reúnen a ecuatoguineanos y europeos por igual, (aunque luego se queden separados en grupos de blancos y negros o, según Luna, en grupos de gente que se conoce entre sí); también es el único grupo en Guinea Ecuatorial que está dirigido por un joven casi punk de piel blanca y padres españoles (en realidad, Jorge no es español ni ha sido blanco o negro durante su estancia en Guinea Ecuatorial. Él no es un color. Sólo le ha faltado beber el agua del grifo como todos nosotros, lástima que le de diarrea); Rizoma tampoco ha incorporado el canto en sus representaciones que por ahora no superan la hora; esta brevedad siempre me ha dejado con la sensación de que falta una segunda parte.  

Rizoma es semejante a los otros grupos porque habla de los problemas de la sociedad ecuatoguineana (lo cual cabrea a muchos ecuatoguineanos que no ven con bueno ojos que un “blanco español sea quien nos venga a hablar de nuestros problemas cuando en su país los hay de sobra). Igual que la compañía Amea, Rizoma está compuesto en su mayoría por jóvenes annoboneses y en sus obras se añora tanto la isla de Annobón que, en las dos que conozco, se incluyen expresiones en fa d´ambo que nadie traduce o yo no me doy cuenta de cuando han sido traducidas.

Volviendo a Esta Mierda No Fue Así, me pregunto cómo es que la protagonista pude no estar segura de que vive un infierno, ¿acaso es la rana esa de la cazuela que se calienta lentamente? 

En la obra aparecen las jóvenes conocidas en Guinea como cucuyons y coyots: mujeres que se acuestan con cualquier hombre dispuesto a cubrir sus gastos. Estas son criticadas por la sociedad y, al mismo tiempo, son envidiadas por ser dueñas de sus vidas y sus cuerpos: no son prostitutas controladas por proxenetas y tienen la facilidad de echar a un hombre de su vida. También vemos a las cristianas que creen en el matrimonio, apagadas y ridículas, son esas que han encontrado el amor y el hambre en la misma persona, un hombre que no puede «ayudar a la familia».

A pesar de que la protagonista de la obra reconoce que su familia era un infierno con un padre ausente, exigente y maltratador; quiere creer que su caso es diferente. Ella no fue entregada en matrimonio como quizá habrá ocurrido con su madre, se casó con un chico del que se enamoró. Pero siente que está esclavizada y, aun así, quiere creer que ella decidió llevar esta vida por amor. 

 Nuestros problemas son como la red de redes: no tienen un punto central que se pueda atacar y ya. Están interconectados entre sí y forman una enorme red que se va regenerando mientras nos alejamos para desactivar otros nodos.

 “Una mujer debe permanecer en su casa porque ella es el pilar. El hombre puede irse, los hijos también, pero si se va ella la familia se acaba” canta un romántico en bubi. En una de las canciones del mejor artista ecuatoguineano del momento, el romántico Romy So Love, el chico le dice a su pareja que “cuando la pega, es el corazón de él el que sufre”. Romy So Love y el romántico bubi no son de la misma etnia ni de la misma generación, pero viven en el mismo país, los dos son artistas románticos, los dos normalizan la desigualdad de género y los dos tienen más seguidores que cualquier grupo teatral de Malabo.

Las mujeres seguirán acudiendo a la televisión para denuncian su maltrato, porque la policía no les hace caso y sin embargo quiere cobrar por cada denuncia. Y, como dicen los protagonistas de Esta mierda no fue así, “es fácil apagar la televisión”. Al apagar la tele, se queda el silencio y en ese silencio se perpetua la violencia.

2 comentarios

  1. Me gusta que lo denuncien, pero lo que ocurre no me gusta nada. ¿Alguna vez terminará este infierno para las mujeres?

  2. […] Reflexiones de una ondjundju-Esta mierda no fue así-Juliana Mbengono […]


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