Reseña literaria por Juan A. Herdi

Nuria Labari

No se van a ordenar solas las cosas

Páginas de Espuma, 2024

¿Estamos atrapados en nuestros cuerpos?¿O acaso son las circunstancias las que nos rodean y limitan de un modo azaroso, sin vuelta atrás?¿No serán tal vez las palabras las que nos encierran en la hendidura estrecha de nuestra rutina y nuestros privilegios, y de pronto, al confrontarlas con las de los demás, nos descubren nuestras carencias, nuestra debilidad? 

Son algunas preguntas que nos plantean los seis relatos de este volumen de Nuria Labari, seis collejas que sin duda alteran nuestra aparente normalidad. La mujer bien situada, progresista y liberada, de pronto se da cuenta de que el orden de su mundo se resquebraja ante el espejo de su asistenta, inmigrante. Lo mismo le ocurre a la profesora voluntaria de castellano, que se encalla ante su joven amante magrebí en una situación que, a todas luces, cambia el significado de las palabras. Como zozobra la familia que busca exotismo y lo que descubre son sus propias fallas. O los personajes atrapados en sus cuerpos, el del joven adolescente que se irrita ante lo que ve en el espejo, sea o no real, la mujer que se enfrenta a la debilidad y a la muerte de sus seres queridos, o el anciano homosexual y judío que se desmorona ante un contratiempo casero, tal vez bajo la mirada trágica de sus antepasados y de sus coetáneos, o la conciencia de las trampas de la vida o de las contradicciones tan esenciales como su ser.

Los relatos nos confrontan al artificio de nuestra realidad, aquella que consideramos normal -¿normal como lo estándar o lo habitual o normal como lo normativo?–, y aquí, al terminar el libro, muchos nos preguntamos, como uno de los personajes del libro, si no hemos vivido nosotros también a espaldas de lo fundamental. 

Son relatos que rompen las miradas cotidianas de nuestras propias vidas. Es importante que nos fijemos en las palabras con las que Nuria Labari construye las historias y la perspectiva desde la que se proyecta cada uno de sus cuentos, seis posiciones, seis construcciones de uno mismo y del mundo que envuelve a los personajes, y que en una analogía perfecta podemos trasladar a lo que somos, a nuestras vidas. Porque las palabras, al final, es lo único que tenemos, son las piezas con las que nos vemos y construimos el mundo, sobre todo si asumimos que la ficción del pasado, y la memoria puede que sea realmente una fuente de ficción, una invención del pasado, contamina con su niebla el horizonte.

Es un libro que no puede dejar indiferente, que turba, que nos desorienta en cierto modopara obligarnos a afrontar la realidad, siempre es bueno que la literatura cuestione y replantee la existencia, la de los personajes y la de los lectores. Sin duda tal es el sentido de la literatura.

Reseña literaria de Juan A. Herdi

Garazi Albizua

Termita

Galaxia Gutenberg, 2024

No es una heroína, en absoluto. Su vida no es extraordinaria, pero tampoco la protagonista y narradora de esta novela se adapta como personaje a lo que la teoría de la literatura de nuestro tiempo tilda de antihéroe, porque afrontar, afrontarse, tiene siempre algo de osado. Y la heroicidad quizá consista en eso, en afrontarse.

No obstante, pese a que la narradora nos habla de sí misma y de su entorno, la novela escapa de lo autorreferencial, o al menos de cierto tono ególatra de los personajes que van de víctima, en esta novela no hay nada de eso, y así vemos que cede protagonismo a su abuela, ejercen de espejo una de otra donde reflejarse, quizá comprenderse, aunque es ella la que se va buscando entre líneas. Y de paso describen el mundo que les rodea.La abuela es también fundamental para comprender a una narradora que sobrevive a una sociedad que la sitúa en los márgenes, no es una mujer al uso, ni en forma ni en fondo, no es lo que se espera que sea una mujer “normal” de nuestro tiempo, aunque haya sin duda tantas mujeres como ella, las que sufren la dictadura del ocio, como ella misma dice, las que se piensan a sí misma como protagonistas de una novela que no es la suya, las que se enredan en las mentiras de las fotos y se enfrentan a la culpa visible en los rincones.

Contarse a sí misma para comprender el (des)orden de las cosas y de la vida es lo que hace la protagonista de este relato, y contempla el mundo con ese tono suyo que puede resultar abrupto, macarra lo califica Edurne Portela, la prologuista. Es al fin y al cabouna chica de barrio con un trabajo precario y una vida en la que se va hilando una eventualidad que puede volverse permanente, peor aún: rutinaria. Siempre con una sensación de ajenidad ante todo.

Es el estilo incisivo, las frases breves, drásticas, las que nos van dando una idea de quién es la narradora. Se trata de una escritura casi tan metálica como cierta música urbana que nos devuelve una imagen del existir en esta neo-posmodernidad en que vivimos. Quien guste de encontrar una escritura novedosa, un estilo propio y rompedor, sin duda gustará del texto. Atentos al estilo que se vuelve en parte fundamental de la novela, merece la pena una lectura que disfrute de los vericuetos de las frases y de suironía punzante, afilada, algo que se agradece a la autora, Garazi Albizua. En unos tiempos de escrituras tan repetitivas, ha conseguido una novela que brilla por sí misma. 

La vida es al fin el argumento de la novela, sin duda por ello nadie quedará indiferente a una narración con tantos ecos de lo que nos rodea.

Reseña literaria de Juan A. Herdi

Juan Gómez Bárcena

Mapa de soledades

Seix Barral, 2024

 

Sin duda estaba muy acertada la pintada que vio un día el autor en una pared y que indicaba que la soledad es buena hasta que te sientes solo. Da pie además a esa distinción mencionada en el libro entre soledad, solitud y soledumbre, estas dos últimas palabras ahora en desuso en castellano, pero que habría que recuperar en estos tiempos de profunda soledad, tan palpable nada menos que hace cuatro años, en pleno confinamiento. Parece que haya pasado toda una eternidad sin embargo, aunque a decir verdad la soledad nunca estuvo fuera de debate social o de la realidad, no es ajena anuestras vidas, ya estén aisladas o en compañía, y a nuestras experiencias.

La soledad es el argumento de este libro, lo deja claro su autor en el propio título. A partir de treces espacios físicos, Juan Gómez Bárcena va desgranando la soledad forzada y la soledad buscada, que no otra cosa es la solitud, a veces ansiada y necesaria,pero también uno se confronta a ella en lugares recónditos, salimos tal vez por ello de las ciudades en busca de la sensación física de estar solo, la soledumbre, pero también la sentimos entre nuestros congéneres, en los lugares repletos de seres humanos.

La soledad, qué duda cabe, se confronta a nuestra propia naturaleza, somos seres sociales, se nos dice, aunque también es verdad que la sociedad nos ha alejado no pocas veces de la naturaleza, de allí tal vez la necesidad de aislarnos, de desprendernos del disfraz escogido cada mañana del armario. Pero al fin, frente a la necesidad de anonimato y como nos recuerda el autor, necesitamos existir ante los ojos de los demás para saber quiénes somos.

De este modo, este libro es una reflexión sobre la identidad, sobre lo que somos, a partirde esa soledad que abarca tantas situaciones y no pocas variables. Para ello ha sido necesario poblarlo de muchas personas, lo indica el escritor al final del libro, porque la soledad propia se comprende mejor en compañía. Y la lectura comporta también la compañía, como diálogo que es. Juan Gómez Bárcena acude a espacios físicos, pero requiere del arte y la literatura para enfrontarnos a una imagen tenaz, en ocasiones hiriente, de nosotros mismos, porque no hay duda de que el arte y la literatura son el espejo a partir del que entendernos. 

El resultado es un libro que nos conmueve, en ocasiones llegará a inquietarnos, va a provocar un verdadero trastorno, un zarpazo emocional. Es algo muy propio de este autor, que requiera del lector, casi le exija, una reflexión profunda de sí mismo, hasta la convulsión porque siente éste que se le interpela intensamente y porque al fin es de él mismo de quien se habla, de quien avance por sus páginas para reflexionar de sí mismo. Lo logró en sus novelas anteriores, lo consigue con este libro que demanda sin dudanuevas lecturas por el poso que deja y los muchos cuestionamientos a que da lugar. Una vez más la experiencia literaria se vuelve también experiencia personal.

Reseña literaria de Juan A. Herdi

Paco Cerdá

Presentes

Alfaguara. 2024

El 20 de noviembre de 1936, primer año de la victoria, se exhuma en Alicante el cadáver de José Antonio, el apellido no es menester añadirlo, y durante once días se traslada en cortejo fúnebre, procesión medio laica, medio religiosa, a El Escorial. Atraviesa un territorio cuyos habitantes no han olvidado el horror de la guerra, una guerra que para muchos, pese a la propaganda y a los deseos pretendidos de nueva era,no terminó el primero de abril del 39, siguió en forma de miedo, represión, miseria, incertidumbre colectiva e individual. 

Paco Cerdá nos relata la historia de esa comitiva, pero también va componiendo la infrahistoria, los relatos de vida, de los habitantes de aquellas tierras atravesadas por ella, historias de hambre y desolación, de frustración y vacío, hechos que aún hoy permanecen anónimos por un silencio atroz que se impuso en todas las esferas de la sociedad y que conduce a que sus protagonistas sean pasto del olvido. El anonimato puede ser el destino de los hombres y mujeres que sufrieron aquella historia, olvido reforzado por intereses políticos y una voluntad errónea de pasar página en un momento dado, años después de aquella tragedia de la inmediata posguerra. Merecen a todas luces un ápice de luz, que se sepa lo que ocurrió, no por ánimo de desquite o de vanas represalias, sino por mera necesidad de saber de dónde venimos y de reconocimiento a quienes también conformaron el país, los nadie de entonces.

El régimen buscó la legitimidad en la gloria de sus mitos, el de José Antonio es fundamental, no en vano el régimen glorifica a ese hombre que le proporciona buena parte de la argamasa de la legitimidad ideológica, aunque puede, se insinúa entre líneas, que al Generalísimo y a buena parte de los vencedores poco les importó las razones de su victoria, no había en ellos un afán principista, sino más bien el de reponer un orden social que creyeron amenazado. De hecho, muchos falangistas de primera hora, camisas viejas, sienten que el nuevo régimen no responde a sus ideales. Por otro lado, entre los vencedores hay también mucha pluralidad, no todos tienen una misma posición.Tampoco los mismos intereses, aunque estos crearon mayores consensos. El régimen supo lidiar con tales diferencias. Paco Cerdá también nos muestra en este puzle que es su libro parte de la infrahistoria de estos vencedores.

El resultado es una composición bastante bien documentada que nos da un retrato de una época y un lugar, una excelente descripción de los inicios de la dictadura que pasará por muchas fases, pero que en aquel momento necesita de la exaltación de los discursos y así argumentar su gestión de un modo heroico, a falta de medidas que mejoren la situación del país. Por tanto acude a los mitos, al mito originario de José Antonio, pararelanzar una gloria que a todas luces confronta y se contradice con la realidad. 

De este modo, el libro nos va dando una idea bastante amplia y precisa de lo que fue España a partir de una semana en la vida de un país repleto de claroscuros. Un libro a todas luces fundamental para conocer aquel periodo.

 

Reseña de Juan A. Herdi

Luis Salvago

El telegrafista

Menoscuarto Ediciones. 2024

Un hombre rememora en una sala de hospital una vieja amistad. Se inicia antes de que estalle la guerra civil española, pasará por momentos con demasiados claroscuros. Incluso un hecho les distanciará, no sin recelos, reproches, culpas y resentimientos. La guerra les llevará a reencontrarse y a que surjan no pocos de los sentimientos de antaño entre los dos hombres. La narración de la historia de esa amistad conduce también a afrontar unos hechos de la propia guerra civil, en concreto un momento de la misma y un espacio, Belchite, uno de los lugares donde la confrontación fue más cruda y la cotidianidad devino áspera, desagradable, corrosiva. 

Hablamos de una novela que cose de un modo sutil varios tiempos narrativos, unos se explican por los otros, se vinculan entre sí, al fin y al cabo el pasado sigue presente, afirma en un momento dado el narrador, como si el tiempo fuera acumulativo, con todo el daño y el dolor que reporta el recuerdo, con la tentación del olvido ante un tiempo resbaladizo. Aunque tal vez lo que es resbaladizo sea la vida. 

Por lo demás, no hay en la mirada del narrador ningún atisbo de heroicidad respecto a la guerra, incluso la contempla como un lugar ilusorio donde se dirimen los rencores. No cabe la lealtad absoluta, siempre hay resquicio para la duda. Ante el horror de la guerra, se acude a la humanidad, a un sentimiento de solidaridad básico en el que no caben los grandes ideales, sino la cercanía. Sólo así se explica que la proximidad devenga la forma de resistirse a los infortunios de un conflicto que, en efecto, no tiene nada de heroico, sí en cambio de gestos cotidianos de generosidad y comprensión mutuos.También de horror. De este modo, la referencia constante a varios grabados de Goya, los de la serie que el pintor reunió bajo el título de los desastres de la guerra, cobra pleno sentido.

El resultado es una novela intimista, precisa en sus descripciones y en los tiempos. El lector asistirá a la evolución de los personajes con los que sin duda se identificará, los sentirá próximos. Es justo esa actitud humana lo que será determinante para considerarlos en toda su amplitud, los que les volverá cercanos, sensibles. La compasión se convierte en este sentido en un sentimiento positivo, básico. A partir de él se estrechan los lazos y las solidaridades.

Luis Salvago consigue desplegar un mapa temporal afinado gracias al cual vamos intuyendo unos hechos y unos gestos, los contemplamos por medio de un lenguaje preciso, atinado, sin necesidad de juzgarlos, ni siquiera de justificarlos, sino comprendiéndolos como paso previo a asimilar la realidad de los mismos. Por otro lado, el autor logra transmitir una atmósfera sombría, sin que nos lleguemos a asfixiar, sin embargo.

El resultado es una novela que se convierte a su vez en un retablo minucioso de la guerra y de la vida que, pese a todo, persiste tras los horrores de lo cotidiano, un testimonio de humanismo y sensibilidad, descrito todo ello con una intensa prolijidad literaria.

Reseña literaria (Juan A. Herdi)

Aroa Moreno Durán

Ana Jarén (Ilustradora)

Almudena. Una biografía

Lumen. 2024

Nos dice Aroa Moreno Durán que «el argumento de buena parte de la literatura no es más que un regreso a casa, al origen, sea este geográfico o sentimental». Tiene toda la razón porque la literatura forma parte de la experiencia, es un espejo para el lector, pero también supone una manera de situarse en el mundo, en el tiempo, en la historia. Incluso los relatos más fantasiosos nos marcan nuestra posición en la vida. Y la vida contiene siempre los ecos del pasado. Lo escribió la propia Almudena Grandes en su último artículo citado en este libro, casi al final, un artículo publicado al día siguiente de su fallecimiento: «Cada vida es una consecuencia del lugar en el que se han barajado las historias generacionales y las fugas de los destinos».

Lo que nos propone Aroa Moreno Durán puede parecer en un primer momento unabiografía de Almudena Grandes, una autora a la que conoció, admiró y amó, que le ayudó en ese camino –oficio y disciplina– hacia la escritora que es hoy, por tanto, es un libro también sobre sí misma, una pequeña parcela en la vida de la autora, la lectora y la amiga, expuesta sin exhibicionismo, con mucha humildad y sencillez, con amistad y amor ilimitado, pero también es un libro sobre nosotros mismos, los que compartimoscon ambas escritoras un espacio, un país y un historia, que nos hemos dejado llevar porlos libros de Almudena Grandes que nos ayudan a comprender este nuestro tiempo en el que está tan insertado el pasado reciente. Trata al fin también de nosotros mismos, sus lectores, sus contemporáneos que nos contemplamos a través de la mirada de esta escritora, que entendemos muchas claves del presente gracias a sus libros.

No se trata por consiguiente de una biografía al uso, no es una recopilación de momentos individuales ni un compendio de datos, sino que se trata de una biografíapersonal y generacional, conocemos a una Almudena Grandes escritora y lectora, acompañada de la gente que compuso ese mapa emocional de un tiempo y una épocaque es el nuestro, en el que continúa el impacto de un ayer compuesto no sólo por hechos trascendentes o por heroicidades, sino sobre todo por actos cotidianos. 

Entre líneas, este libro es también una reflexión sobre la literatura, Aroa Moreno Durán nos lanza punzadas de teoría literaria, pero no de una manera sesuda, sino muy práctica. No hemos de olvidar, al fin y al cabo, que lo importante es que una novela impacte en el lector; una novela, como un poema, siempre será un buen texto si logra provocar emoción, recogimiento, si permite mantener ese diálogo que este artefacto que es un libro consigue despertar y que se enlaza con la vida. Luego vendrá la academia para explicar los entresijos del artefacto, pero esto ya es otra cosa.

Formidables son, por último, las ilustraciones de Ana Jarén, que no acompañan, sino que complementan el texto. Nos cuentan por otro medio lo que Aroa Moreno Durán nos relata. Un conjunto, en definitiva, que nos acerca todavía más a Almudena Grandes, y es una invitación a seguir ese diálogo a través de sus novelas.

Reseña de Juan A. Herdi

Francisco Rico

Petrarca

Arpa. 2024

 

No es baladí la influencia de Petrarca en la cultura europea. Se considera que su aportación se convirtió en uno de los pilares de lo que se conocería como humanismorenacentista, ese movimiento literario y filosófico que supuso sin duda un nuevo salto cualitativo en el continente. Acudió a las fuentes grecolatinas, las armonizó en gran medida con el cristianismo hegemónico en su época y a partir de ellas reflexionó sobre la realidad de ese siglo XIV intenso en lo cultural y en lo político. Su obra poética más conocida, Cancionero, escrita en lengua vulgar toscana, incidió no sólo en Italia, además influyó en las literaturas de los países vecinos donde se asumía ya de forma definitiva la escritura en castellano, portugués, catalán, francés o inglés. Autores como Luis de Camões, Garcilaso de la Vega o William Shakespeare, entre otros, recogieron tal influencia y se ha llegado a hablar incluso de petrarquismo como uno de los rasgos definitorios del Renacimiento.

La editorial Arpa ha reunido en un volumen cuatro artículos que el profesor y académico Francisco Rico ha dedicado al autor toscano. En ellos podemos conocer con detalle la biografía de Petrarca y su influencia en los cambios políticos que se estaban dando en su época. Asistimos de este modo a su relación con los estamentos del poder de su tiempo, desde el Papado a los núcleos de organización política de Italia y Francia, su relación con las personalidades que incidían en tales relaciones de poder, la observación de los principios que iban a determinar la construcción de nuevos modelos de organización pública. Pero también nos aproximaremos a la reflexión poética de Petrarca, a la conciencia de sí mismo como escritor en su obra y un sabor a antigüedad que pudo combinar a la perfección con nuevas formas de escritura poética.

Asimismo, el profesor Rico nos ofrece una descripción detallada de la época, imposible desligar al autor de su tiempo, y de esta forma el lector sin duda podrá apreciar las características de un momento por el que no cabe menos que sentir una enorme admiración, ya que en el que se recogían los frutos de la cultura de los siglos anteriores al tiempo que se recuperaban el pensamiento y la tradición clásicas. Al fin y al cabo, nos recuerda el académico, Petrarca fue un compilador de materiales de todo género y de todo tema. 

A todas luces estamos ante un volumen que nos acerca a un tiempo y a un autor clavesen la evolución de la poesía, que nos ayuda a acercarnos y a profundizar en un autor que sigue vigente incluso en nuestro tiempo.

Reseña literaria por Juan A. Herdi

Ana Rodríguez Fisher

Antes de que llegue el olvido

Ediciones Siruela, 2024

 

Semanas después del suicidio de Marina Tsvietáieva, a finales de agosto de 1941, Anna Ajmátova recibe la fatal noticia, lo que la consterna profundamente. Es la suya una relación a distancia, epistolar sobre todo, pero también poética, se leen con enorme interés, y de gran complicidad, la de dos escritoras que viven y sufren unos tiempos complicados e intensos, una época de enorme creatividad cultural, pero también de una crisis social absoluta que alcanzará unos tintes de tragedia no poco turbulenta. 

Es la evocación de toda aquella época, los primeros cuatro decenios del siglo XX, lo que Ana Rodríguez Fisher nos describe en esta novela, relato en forma epistolar, una larga carta escrita veinte años después de aquella muerte, y que nos evoca, desde la perspectiva de la poeta superviviente, toda una época crucial, narración añorante de la libertad creativa, pero que estremece también por unos hechos imposibles de prever, sangrantes hasta el horror, por completo absurdos y despiadados. 

A través de los ojos de Anna Ajmátova recreados por Ana Rodríguez Fischer asistimos a un tiempo de enorme libertad creadora, de imaginación y de nuevas miradas a la realidad, pero también contemplamos unas dinámicas sociales que anuncian transformaciones sin igual que ya contienen en su seno la tragedia a venir. Las dos escritoras, junto a los artistas de su tiempo, son testigos de la crisis en Rusia y de la Revolución, de las dificultades que entraña un proceso de transformación como aquel, de las violencias desatadas y de los cauces no previstos que llevarán a una tiranía sangrienta, caprichosa, reaccionaria a todas luces, pero que se vuelven por desgracia imparables y cotidianos.

Se entrecruzan lo personal y lo colectivo, lo íntimo y lo comunitario, las reflexiones y las emociones a flor de piel, todo ello aparece en esta carta que es necesaria escribirse antes de que todo se diluya en el tiempo, de que llegue el olvido y desaparezca para siempre de nuestro recuerdo ese estado de ánimo que la literatura del momento logró transmitir. Con un estilo intenso, sin tregua, la autora nos reconstruye con agudeza la atmósfera vehemente que se impuso en las calles, en los cenáculos artísticos, nos muestra todo el amor por la literatura y el arte, que es amor por la vida, de toda aquella generación de artistas rusos que fueron testigos de un mundo que se les escapó de las manos. 

De este modo, esta novela es un bello homenaje a un tiempo único, a una generación de creadores que procuraron ampliar la libertad absoluta a la vida cotidiana, amenazada por las tiranías del momento, aunque no por ello, en su peor momento, se dejó de buscar la belleza a través de las distintas artes.  

24º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea.pdf

Mañana despediremos al viejo año… Bertha Caridad

Mañana despediremos al viejo año, rápido pasa el tiempo, sin dudar el desconcierto por lo vivido y las esperanzas en el nuevo año viven entre nubes para mí, las veo cruzar cada amanecer cual palomas; mi mensajera ideal.

Hoy, son nubes de invierno, ellas vuelan vuelan… sin rival, dónde estarán los sueños, da igual si ellas interceptan estelas en mi mar.

Nubes, mar, sueños, esperanzas; las observo. De mis grandes amores bebo cada palabra, en mi pensamiento las puedo dibujar, todo para mí describen, cada letra se entrelaza por aquí y por allá, ustedes… andan así, y al andar de ese modo veo mis sueños, mis desesperanzas; siento el latir de cada minuto, quedan pocas horas del año 2023 y percibo… ¡cómo de a poco todo todo se va; no más!

Les deseo a todos mucha salud y prosperidad en el 2024 Dios los bendiga.

Sábado, 30 de diciembre del 2023.