
Hace poco leí una entrevista de Iñaki Tofiño en librujula.público.es y el entrevistado decía que, hablando de la literatura ecuatoguineana: “no cumple unos estándares de calidad. En mi caso, he tenido que leer muchos libros muy malos de autores ecuatoguineanos”. Como ecuatoguineana, y casi escritora, este no es un comentario muy alentador, pero invita a reflexionar y a mejorar.
Además de la entrevista arriba mencionada, son varias las personas que han calificado la literatura ecuatoguineana como mala por el uso que hacemos del español pese a que es nuestra lengua oficial; y entre estas personas se encuentran profesores y ciertos escritores de los 70 que contaron con la suerte de que, en sus tiempos, la cooperación española y otras instituciones todavía promovían la literatura de Guinea Ecuatorial a tal grado que se aseguraban de que las obras de autores ecuatoguineanos pasaran por las manos de un editor o corrector sin coste alguno para los escritores.
¿Por qué el español de la literatura ecuatoguineana actual no parece muy correcto? En primer lugar, habría que destacar que ciertos escritores de la nueva generación, precisamente, escriben de manera impecable, no sé si porque publican con editoriales que ofrecen un buen servicio de corrección o porque realmente tienen un buen dominio de la lengua; en todo caso, para no decir imposible, diré que es muy difícil encontrar erratas en los libros de Estanislao Medina, Isabel Rope, Trifonia Melibea o Adelaida Ondua. En segundo lugar, muchos de los profesores que acusan a los escritores y a sus estudiantes de no tener un buen dominio del español hablan un español tan macarrónico que causa vergüenza ajena escucharles.
Desde mi punto de vista, la mayoría de los escritores que vivimos en Guinea Ecuatorial sentimos la necesidad de decir algo y que otros lo lean. Como señalaba Estanislao Medina durante nuestro almuerzo con el director del instituto Miguel de Cervantes, Luis García Montero, “somos gente de barrio que [además de no haber tenido una buena formación de base] habla fang, fa d´ambo, bisio, combe o bubi en casa y entre colegas el pidgin; salvo los niños pequeños menores de 15 años, la mayoría solo se esfuerza por comunicarse en español cuando se encuentra en la escuela o en el trabajo. Esto podría no justificar los laísmos y dequeísmos, pero al pensar en nuestras lenguas maternas y entender el mundo desde las mismas, escribir correctamente en español se convierte en un verdadero problema ya que debemos prescindir de muchas cosas al traducirnos. Para compartir nuestros pensamientos y opiniones, estamos obligados a escribir en español, y sé muy bien que son pocos los que tendrán suficiente tiempo y recursos para verificar que hayer se escribe sin h; así que, además de los hayeres, el lector se encontrará con expresiones como “los de Samuel”, haciendo referencia a un grupo de amigos, vecinos, hermanos o compañeros entre los que se sabe que siempre está Samuel.
Quien lea una novela en la que se dice “los de Samuel” podría no entenderlo, pero en fang tiene mucho sentido y es correcto. Pasa que al tratar de traducir el sentido de las oraciones optamos por una traducción literal; que queda menos estética, pero con la que nos identificamos más.
No creo que escribamos mal ni mucho menos que tengamos algún problema con el español; de hecho, me parece poco apropiado que los profesores anden pregonando lo mal que hablan sus estudiantes ya que esto también dice mucho de su labor como educadores.
Mucha gente necesita desahogarse, expresarse, pero no tienen el dominio de la lengua que se esperaría de un escritor, ni han pasado por talleres de redacción y estilo. Sin embargo, se atreven a escribir. Si no lo hicieran acabarían estallando. Por lo tanto, consideremos la literatura ecuatoguineana actual como un retrato del momento con todos sus defectos.
3 comentarios
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No creo que los escritores ecuatoguineanos escribáis mal el español. Pienso que sucede como en todos los demás países cuyo idioma base es el español pero ellos aportan neologismos, localismos y otros ismos que en mi opinión lo enriquecen y no lo desmerecen en absoluto. Otro tema son las erratas o los errores ortográficos pero supongo que lo que critican los comentadores no es esto último.
Gracias, grata y certera comprensión del artículo.
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