ENTREVISTA Y TEXTOS
POEMA-HOMENAJE
SOLEDAD
(Soneto)
Tu cuerpo tiene sombra de carcelero
Y una custodia cerrada con llave
Me tienes a mí como perro faldero
Con novato tacto de caricia suave.
Remuevo la huella de tu sendero
Esa huella que de ti nadie sabe
Esa huella donde habita el pero
Esa huella de peligrosidad grave.
Vacío me duermo en los quebraderos
Sueño mundos lejanos en aeronave
Me escondo en oscuros trasteros
Espero hasta que la guerra acabe
Me peleo con usados mecheros
Me coloco de nostalgia con jarabe.
Florecen interrogantes en tus paraderos
No hay piel que sepa como la tuya sabe.
Por Cecilio Olivero Muñoz
MUCHO RUIDO
Y POCAS NUECES
(Soneto)
A muchos les atormenta la duda
A otros les atormenta el trasiego
A unos les duele la sordera aguda
A otros les duele el tramposo juego.
A muchos les atormenta el silencio
A otros les atormenta el griterío
Unos son sensibles al frío del cencio
Otros son sensibles al escalofrío.
Otros golpean con mazo y rezan luego
Hay quien por miedo no saluda
Hay también quien teme al fuego.
Hay quien peca de persona testaruda
Hay quien tiene al dinero apego
Y otros que de nadie obtienen ayuda.
Hay quien de rodillas humillan su ruego
Y hay a quien le sirven la vida cruda.
Por Cecilio Olivero Muñoz
LA CIUDAD
La ciudad me arrastra
hacía su jungla del capricho,
hacía su sala de espera,
por senderos de alegria, en un destello
cuando te llaman al instante.
Me llama la ciudad,
me pone su miel
en los labios.
Me espera sensual
y provocadora.
Con su ruido de motores,
con su presencia
de fiesta,
con su risa
entre las voces de los niños
que buscan un tesoro
de juventud.
Me grita con voz de mujer,
me asedia con su vida feliz,
me construye
mis sueños de sol y rosa.
La ciudad me susurra
la vida hasta que me halla
entre cloacas, entre cartón
y libres de horas de brujas.
Los taxistas huyen
de luces y bocinas
y yo huyo de cielos
rojizos como la sangre.
La ciudad me desnuda
borracha y me busca
cosquillas en los pies
y en los sobacos.
Me muestra su dedo índice
y me indica la salida
hacía el puente
de orilla a orilla.
De túnel a espacio.
Me mastica y me engulle.
Me vomita y me arrolla.
Gris ciudad, madre
de las ratas de la basura
que la conocen
palmo a palmo.
Ciudad de piano-bar
y licor de suspiros.
Ciudad de anhelo
y deseo carmín.
Ciudad oscura
por gafas de sol
y humo de cigarrillo.
Ciudad esbelta
y marchita.
Ciudad cruel
y sencilla.
Ruidosa de júbilo
y gracia redonda y alegre.
Ciudad de lamento
y amor primero.
Ciudad de espejo y fuente.
Ciudad que vuela ingravida
como una paloma
entre vacíos de luna.
Ciudad de mis sudores
y decepciones.
Ciudad de silencio
y quimera.
Ciudad lunática
y brillante,
espesura de luces
y árboles que suspiran
por verte de nuevo.
Por Cecilio Olivero Muñoz