2º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

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2º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

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NEVANDO EN LA GUINEA

Nº XLVI de la 2ª Etapa/ 01-08-2010

 

EDITORIAL XLVI

Fútbol, el espectáculo global

 

Si hay un fenómeno global en nuestros días, sin duda es el fútbol. Apenas algún rincón realmente aislado, muy contados ahora mismo en el mundo, escapan a la fascinación por este espectáculo transmitido por todos los medios. La literatura se ha acercado al mismo de un modo tímido hasta el momento, aunque qué duda cabe que este deporte posee rasgos a partir de los cuales se puede escribir buenos relatos. No obstante, es un fenómeno social de enorme alcance y con simbolismo profundo. Se ha convertido en el espectáculo por excelencia. Algunos miembros de esta revista hemos podido experimentarlo en algún viaje lejos de Europa, a algún lugar que creíamos al margen de los grandes eventos europeos, donde se nos explicaba a la perfección los componentes de la liga española de fútbol, una de las más apreciadas a tenor de la expectación que despierta.

Este último mes de Julio el Campeonato Mundial de Fútbol ha despertado furor. Millones de personas lo han contemplado por televisión, por internet o lo han escuchado por la radio. Se ha vibrado con los partidos y con las anécdotas que han rodeado a los equipos nacionales que han acudido a África del Sur. Por cierto, el continente africano ha acogido por primera vez un campeonato del mundo y el éxito ha sido absoluto, lo que para nosotros ya es de por sí un hecho importante: por fin se ha roto la tendencia a que todo lo que nos llega de África sean noticias terribles de hambrunas, crisis, violencia y desesperación. África ha mostrado una vez más que posee una realidad diferente a la que se impone en los medios de comunicación y que es capaz de organizar acontecimientos importantes con eficacia.

Los que disfrutan de este deporte han podido gozar del juego de los equipos presentes. Reconocemos que, aun cuando todos no somos aquí aficionados al llamado deporte rey, el fútbol puede ofrecer el atractivo de un juego en equipo donde cada uno de sus miembros ha de poner de su parte para que el equipo, de un modo coordinado, pueda ganar y en la mayoría de las veces impera las buenas formas, una caballerosidad que en ocasiones tiene algo de épico, toda una ética de compañerismo y esfuerzo.

 No obstante, este deporte tampoco escapa a un sistema económico voraz que lo dosifica todo y hace que todo dependa finalmente de los beneficios y la rentabilidad, un sistema donde se prima el dinero, lo comercial. La ambición ha convertido el fútbol en una actividad agobiante, excesivamente presente en los medios de comunicación y que conlleva largas discusiones sobre cláusulas, primas, pagas, compras, ingresos por publicidad o por imagen y un largo etcétera. Hay quien utiliza el fútbol y todo lo que le rodea como palanca de una actividad económica o política. Lo hemos visto en España incluso ahora, cuando el presidente saliente del Fútbol Club Barcelona, uno de los equipos más alabados del planeta, se ha lanzado a la política activa una vez abandonada la presidencia. 

La ambición y los gastos excesivos han provocado que se hayan montado un sinfín de ligas, copas, campeonatos, premios, encuentros, partidos amistosos y otros eventos, todo ello para aumentar los ingresos que genera la publicidad, hemos pasado de los fines de semana futboleros a tener uno o más partidos de fútbol todos los días de la semana, todos ellos televisados y debatidos, sus incidencias repetidas y examinadas una y mil veces en cientos de programas y medios escritos. Las altas primas que se pagan a jugadores y directivos, junto a un aumento de beneficios, pueden matar a la gallina de los huevos de oro. Sobre todo porque con ello acaba matando lo que debería importar más, el juego y las reglas modélicas que han de regir a los equipos, esa épica de la que hablábamos y que convierte este deporte en todo un acontecimiento social de enorme envergadura.

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MONÓLOGO SOBRE LOS FRÍOS MAPAS

(COSA DE CHARNEGOS)

 

Los mapas tienen la culpa de que los hombres

sean tan ciegos y tan miserables,

se marcan los hemisferios con líneas,

se lindan los límites de las ciudades oscuras,

se encuadran las constelaciones,

se pintan contornos en los aparcamientos,

se exilian las lágrimas en las comisuras,

se hacen furtivos los besos en el ombligo,

los aviones siguen un torpe cuadrante de instinto,

se desheredan a los hijos de la tierra

y todo esfuerzo es en vano, y todo para

que se coman la pulpa los gusanos del azar

y las moscas golosas que engordan su tragedia.

Ahora quieres la independencia.

Antes no te importaba pertenecer

a España, a esta cruel España; sí, antes no,

antes cuando aquel antepasado tuyo

vivía con la conciencia tranquila

 siendo negrero en una plantación de azúcar de caña

en Camagüey, y comulgaba con látigo

y espuela, y comulgaba con negros en el establo.

Se olvidan demasiado que el hombre

es hombre y nada más.

Cuando en l.921 gozaba tu familia reputada

de un negocio textil floreciente en Terrassa,

todo se fue al garete cuando los nacionales entraron.

¿Y tanto esfuerzo para qué?

Tus familiares que eran burgueses de Liceo

y casino-club, de domingo con cura presidiendo su mesa.

Todo bajo el servicio de una moza de cría andaluza,

de un chofer murciano, de un masovero extremeño,

de un maestro gallego, de un guarda-jurado asturiano,

y tú, dependiente de todos y patrón de todos ellos,

no preguntaron sobre raigambre alguna

cuando al lado de sus sepulturas floreció la trufa dormida,

pues la misma tierra que a ellos les cubre

a ti te cubrirá la mortaja,

tierra inocente y catalana, inútiles serán tus consignas,

inútiles serán ya las plegarias,

aquellas que en vida no se dieron

y que muertos ya para nada servirán.

¿Y todo esfuerzo tan inmenso para qué?

Tierra que ha de sellar los ojos cerrados para siempre

con el silencio de la piedra que ahoga a la tierra,

Tierra por la que pelean los hombres

con sus manos cansadas, Tierra que han de pisar los pies

que no conocen aurora abierta ni los yermos reposos.

Ni tú, ni yo conocemos el palo diestro de patrón,

ni el ayuno matutino, ni el trabajo en la niñez,

 ni el abuso del señorito, ni lo que es pasar necesidad.

¿Y tanto esfuerzo para qué?

¿De qué alegría orgullosos podremos presumir?

Ahora quieres la independencia.

Malditas sean las lindes y las fronteras,

los metros cuadrados y los páramos dóciles,

el alambre de espino, y las custodias con plomo,

los gritos que preceden a las guerras consentidas,

malditos sean los distinguidos apellidos

 y los antiguos blasones,

las familias que de viejas bostezan su orgullo,

las banderas con su símbolo incierto,

y la historia que es una medio verdad ignorada.

Quizá puede que agradezcan a las patrias la vocación

de ser muchas veces una puta, una puta utilizada,

 donde amasan su patrimonio todos aquellos

que creen en una causa sin tregua

y en la interesada ley del mínimo esfuerzo,

y quizá, esa llaga sesgada, ese sudor del cual se burlan,

quizá se lo deban

a la negrura de mujeres de luto que corren apresuradas

a refugiarse de un bombardeo,

a la calamidad de huérfanos de patria

que emigran desde el sur hacia un norte de tierra llovida,

al reproche enemigo de esa triste España

que llora sus muertos entre las dos mitades que llegaron tarde,

España tuya, España tuya, España tuya,

y de la que tú ahora reniegas. Tú, como un hijo pródigo

que en pos de un egoísmo generacional,

reniegas de una Vieja Castilla que asume muralla en el aire.

¿Y tanto esfuerzo desde antaño para qué?

¿Quién nos velará en la noche cuando nos digan

 que ya no nos necesitan?

¿En qué desguace agonizan los trenes

que un día nos trajeron?

¿Y tanto esfuerzo para adónde? ¿Para adónde?

Tu grito de independencia es exigencia

de que otro negocio resurja desde la barbarie.

Vida holgada y acomodada del independentista.

Exige otro negocio de ella, prostitúyela,

y olvídate de los que patria no conocen,

por que se la dejaron toda en la tuya.

Exige y olvídate. Exige y olvídate.

 Olvídate de negros esclavos, olvídate de banca-rotas,

olvídate de fusilados, olvídate de damas de cría,

olvídate de las raíces desnudas, de las cosechas que se pudren,

olvídate de los maceteros rotos,

y de los árboles arrancados por la tramontana,

olvídate de Españas y de Castillas,

de los que en tu patria se dejaron la carne,

olvídate, ya que el olvido es un pasado con recuerdos vacíos,

 sin nada de lo que avergonzarse todavía,

sin nada de qué lamentarse en un futuro.

Y ése no sé si será tu caso, amigo mío. Olvídate.

Por Cecilio Olivero Muñoz

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El Empleado Modélico

 

         Treinta años, se dice rápido, treinta años que te pasaste aportando siempre lo mismo: puntualidad, disponibilidad, atención, profesionalidad, nunca un error ni una incidencia, nunca nada que se te pudiera reprochar, ni tampoco pediste nada, en ningún momento, nada en absoluto, ni una subida más allá de lo contemplado, ni siquiera un favor. Eras, y así te lo habían dicho más de una vez, un empleado modélico, te ponían como ejemplo y te alegraba, te llenaba de orgullo porque tú habías puesto de tu parte para cumplir, habías incluso sacrificado tu vida misma, tu vida privada por ejemplo, en beneficio de tu trabajo. Sólo había que verte, pulcro, te preparabas dos horas antes de la hora de entrada, llevabas una vida ordenada, nada fuera de control, cinco minutos antes salías del café junto al edificio, subías y justo a las ocho, ni un minuto antes ni uno después, te sentabas a tu mesa y te ponías a tus papeles. Nada te despistaba, ni siquiera esperabas una llamada inoportuna porque lo dabas todo para la empresa y preferiste incluso tu soltería, ya me satisface mi trabajo, pensarías sin duda si es que tomaste de un modo consciente la decisión de mantenerte soltero en beneficio de tu empleo, para que nada, de este modo, ni preocupaciones ni angustias, pudiera entorpecer tu labor cotidiana y poder aportar así lo mejor de ti mismo. Incluso cuando decidieron colocarte el ordenador te reciclaste con corrección y no poco esmero y diligencia para entender los mecanismos del aparato, que a ti te pilló tarde esto de las nuevas tecnologías.

         Amable y educado, nadie escuchó de ti una palabra más alta que otra, un grito, un comentario fuera de tono, un desplante. Hombre más discreto no lo hay ni lo habrá, se decía no sin exageración.

         Pero de pronto te lo soltaron tal cual: las necesidades del trabajo, la nueva organización de la empresa. Cuando te llamaron esperaste un reconocimiento, el anuncio de un premio, de una mención especial, treinta años como empleado perfecto, se dice fácil, pero se logra con tesón y disciplina, por fin me ascienden, pensaste mientras subías a la tercera planta, por fin lo reconocían, ya habían tardado lo suyo, ciertamente, aunque no dijiste nada, nunca, seguiste cumpliendo con tu labor, sea cual fuera la actitud de tus superiores, lo importante es la conciencia, la tuya, siempre limpia, te repetías una y mil veces, pero ahora tenías para ti que ahora llegaba tu momento.

– ¿Cómo dice? -Preguntaste aturdido.

– Lo siento.

         Descenso de categoría y de sueldo. La alternativa era una jubilación anticipada porque las cosas no iban bien.

– Espero que lo considere. -le dijo el señor Lapuig, casi en un tono como si le perdonara la vida, o de este modo lo entendiste- Cualquiera de las dos opciones nos parecerá correcta, usted decide.

         Te levantaste porque tu interlocutor se mantuvo callado, dejando claro que la conversación había terminado. Incluso se puso a mirar unos papeles antes de que te movieras de tu silla, como si ya diera por hecho que no ibas a decir nada, que ibas a permanecer callado, como siempre lo estuviste, como de hecho te quedaste, ciertamente, y te levantaste, en efecto, y apenas murmuraste un buenas tardes, tímido, un tanto timorato, apenas perceptible. Bajaste a tu planta, regresaste a tu mesa y te pusiste a trabajar, como siempre, como si nada hubiera sucedido, como si tu interior no bullera como una olla a punto de estallar. Nadie vio en ti nada que llamara la atención, ni siquiera notaron una mayor palidez o un rictus de molestia, de desagrado o de angustia. Claro que quien se fijase lo hubiera detectado, había un cierto cambio en la mirada, los ojos enrojecidos, una cierta expresión como de enfado o de humillación, aunque con toda probabilidad difícil de reconocer por todos porque en treinta años nunca te enfadaste o no lo expresaste de un modo evidente.

         En un momento en que elevaste la mirada de tus papeles, quién sabe si con el ánimo de buscar un alivio fuera de tu mesa, viste al director general. Pasaba por el pasillo, se detuvo a saludar a un consejero. Sonreían amables, tranquilos, la vida sigue, parecían indicar con total descaro, la vida sigue a pesar de tus treinta años y la decisión de reducirte el empleo o echarte a la calle para que jugaras a la petanca con la misma diligencia con que habías trabajado hasta ese momento.

         No sabemos qué mecanismo se desencadenó dentro de ti. Te levantaste con el libro de registros sujeto entre las manos y de pronto se lo lanzaste al director general, directo a su distinguida cabeza, acertaste de lleno, se hizo un silencio áspero, tremendo, como si el tiempo se detuviera en ese instante o el mundo se acabara de pronto, el libro se cayó al suelo mientras en la frente del director general se abría una brecha de la que brotaba la sangre a borbotones. El consejero, aterrado, agarró a su superior con rapidez para sacarlo de la sala al tiempo que dos o tres empleados, desconcertados, no menos espantados, te sujetaron con fuerza e impidieron que siguieras lanzando cualquier de los objetos que tenías a mano sobre tu mesa, que no eran pocos.

Juan A. Herrero Díez

 

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DAMOS PASO A LA PUBLICIDAD

 

Ayuno y saciedad con las que soñar de nuevo,

sociedad de consumo, capitalismo salvaje,

 magia de plástico para nuestras comodidades

y capricho eléctrico que se desnuda de nuevo,

espejo y escaparate que nos refleja del revés.

Tribuna visceral de todas las santidades,

pasarela de mentiras, todas consentidas;

te encuentro en cada anuncio televisivo,

te hallo en los anuncios de supermercado,

me pierdo en tu pelo

cuando veo un anuncio de champú,

busco nuestro temido porqué

en el eslogan más original.

En las galletas María recuerdo tu ahorro,

pues comprabas blancas marcas

que se parecían pero dejaban mucho qué desear;

en la margarina Tulipán veo tu desayuno,

tu célibe desayuno, tu migado ayuno,

mi triste despertar;

en el arroz Nomen tu paella de domingo,

tu domingo, mi domingo, mi triste domingar;

en los anuncios de perfume

te recuerdo recién duchada y muy contenta,

eso, eso, tú contenta, yo contento, algo que contentar;

en el anuncio de Ariel está mi negrura,

pues el blanco de las sábanas

se confunde con lo oscuro de mi vida litigada,

mi negrura litigada, mis sábanas sin ti.

En los anuncios de lavavajillas pierdo el norte,

  en el anuncio de conservas me pudro,

en el anuncio de Mastercard te me haces imposible,

te vuelvo a encontrar en el de Colacao,

pero exiges tu propio cielo

cuando vuelas tranquila en el anuncio de Iberia,

eso, eso, volar, buscar otro cielo, otro cielo

aunque sea gris;

frases rimadas que recordar en el futuro,

canciones pegadizas que se tararean sin remedio,

spot televisivo que pregona algún milagro,

te quiero desde mi televisión;

me rompe el corazón el anuncio de Durex,

también el de Duracell,

necesito de vida alcalina y sin descanso amar;

el anuncio de Vodafone me asemeja a ti,

pero renuncio a nuestro parecido

cuando veo el de Movistar insinuándome su tarifa plana.

Brillo de marcas y de proyectos con fundamento,

economía de mercado, libre mercado con celulitis,

trajes en el Corte Inglés

y corbatas de seda para ahorcar la infamia del individuo.

A voces te llamo cuando veo tu suerte

en los anuncios de confort y vida blanda,

vida fácil de tragar como la de los potitos Nutribén,

vida en pareja, familia feliz,

familia sonriente pero con una tiniebla escondida,

una mentira preciosa que nos invita al sueño dorado,

¡¡Miénteme con tus anuncios, caja tonta!!

Miénteme que quiero ser mentido una vez más.

Consumo el oropel de tus promesas

en las farmacias listas para sanar mi exterminio.

Sobremesa en el bienestar,

sociedad del bienestar, producto en el que estar,

mundo que rueda por que piedra que corre

no cría moho.

Te veo en el comercial más sincero

y dejas en el McDonalds mis esperanzas de volver;

te recuerdo conmigo mezclando bebidas espirituosas

con Coca-cola burbujeante, negra, y siempre igual,

la chispa de la vida unida al rugir de las tripas,

son una rutina y una simbiosis perfecta.

Como tú y yo cuando nos queríamos.

Preludio estupefacto en los envoltorios abiertos

y en las preguntas marchitas que nadie nos quiere contestar.

 

 

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR ENRIQUE GRACIA TRINIDAD

 

 

 

TOME EL TESTIGO QUIEN LO QUIERA

Era mi oficio despertar cansado, evitar que la sangre oxidara los bajos de las puertas. Cuidar de las esquinas donde el polvo convive con la araña.

Era mi oficio permitir que el aire se mantuviese respirable, aun teñido de sombra y de perfume amargo, de azafrán engañoso, de gritos de mujeres protestando por el aliento de la vida.

Maldito oficio este de contar los muertos que hacen cola en la augusta oficina del olvido, junto a las máquinas de la melancolía, que ya no tejen ni fabrican ruido.

Era mi oficio, sí, tarea innoble y dura, malpagada, repleta de rumor y de chocar de jarras de cerveza ya vacías. Trabajo miserable, cercano a las bisagras, siempre al lado de los embarcaderos solitarios, de los pueblos nocturnos que abandona la vida.

Un oficio sin causa necesaria, tan repleto de cáscaras vacías, de ceniza aún caliente y de quejidos, tan necesario y tan inútil, tan extraño.

 

Oficio indeseable, vecino de pendencias y alborotos, proclive a la masacre, residente en las cajas de zapatos donde el odio se anuda los cordones y aprisiona los sueños.

Era mi oficio. Era.

Ahora me alejo sin saber a dónde. He decidido renunciar. No puedo soportar esta carga por más tiempo.

Si el mundo que conozco se derrumba, no será por mi causa sino porque no es justo ni posible arrojar tanto peso sólo sobre unos hombros.

(De “Pentimento”)

 

***

 

VALE, AMICI

                      A Edu, que empieza a escribir

La poesía es la incómoda palabra.

No te engañes, poeta ¿qué pretendes?

¿que te perdonen lo que escribes?

¿que el lector, obligado a descubrir

en tu voz lo más hondo de su voz,

te lo agradezca?

                         No abrirá tus páginas,

no dejará que le inficione

tu lengua venenosa. Está prohibido

sacar los sentimientos a la calle,

esgrimir emociones,

modos distintos de mirar el mundo.

Ejerce tu pasión como un proscrito

que no eres otra cosa cuando escribes.

El mundo es más de lo que dicen, más

de lo que vemos, más de lo que quieren

que miremos. Es mucho más,  lo sabes.

Di lo que tengas que decir y dilo

sin disculparte por hacerlo. Y vale.

(Del libro “Todo es papel”)

 

***

 

CONTRITIONEM PRAECEDIT SUPERBIA

                                      A Juan Carlos Mestre

Desobediente, sí, desobediente.

Como la rama que se ha vestido ayer de verde joven sin que la primavera la convoque.

Como la catedral, con su santo de piedra que no es santo, sus dibujos ajenos a la fe de sus puertas y su temblor de suelo que destroza el silencio.

Como el deseo de venganza que se enfría más de lo necesario, menos que la ternura del olvido.

Como el armario donde nunca aparece el abrigo del pobre ni la caja de música, ni los viejos recuerdos que alguna vez tuvieron allí su rincón y su reino.

Como el nombre que olvidas cuando más lo precisas, y la canción que insiste en ser nuestra memoria.

Como las hojas que se han quedado aquí todo el invierno, orgullosas y tercas, y nunca respondieron a su cita de otoño.

Como las chimeneas que aún se yerguen pero ya para nido de pájaro y araña.

Como el libro que la humedad ha clausurado y tiene las palabras inservibles, borrosas, indigentes.

Como el amor, agazapado y torpe, que no quiere ni ser ni abandonarnos, o como la tristeza que se mancha de risa y nos engaña.

Como la muerte, díscola siempre y taciturna, que jamás se acercó cuando era necesaria y que habrá de llegar cuando no se la quiera.

Desobediente, sí, desobediente. La condición exacta de la vida.

(De “Pentimento”)

 

***

 

(Del libro “Tiempo de Apocalipsis”)

 

           «…Venid, reuníos para el gran banquete, para que comáis carne de reyes, carne de tribunos y carne de valientes, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de toda clase de gentes, libres y esclavos,                         pequeños y grandes…»   (Apocalipsis, 19, 17-18)                 

III.

HAN DISPUESTO LA MESA,

comed hasta que el vino os devore los labios,

hasta que la ceniza sepa a carne,

hasta que del combate sólo queden

los despojos de azufre

que hacen yermos los campos.

Mil diademas coronan la cabeza de Fiel,                                              (3) 

y él es quien nos prepara la mesa del banquete,

¿dónde habéis visto un servidor

más honorable?

No dejéis de comer, que nada sobre

para los herederos de la tierra,

para el insecto silencioso,

para la rata confundida

con el barro y la muerte,

para las piedras del olvido,

para las patas de la araña,

para esta ruina triste que adelantan los ácidos

y el grito.                                                                            .

Venid hasta el banquete que ha dispuesto

la locura de plástico del hombre,

la ceguera de todos los que piensan

que habrá un mañana fértil

sobre tanta miseria.

Venid,

comedlo todo,

acabad con la carne y con la sangre,

que no descansen las migajas.             

 

(3) Fiel aparece en 19,11. Es el mismo Cristo en su cualidad de Veraz, nombre por el que también se le llama. Él es quien dirige los ejércitos celestiales de la primera batalla apocalíptica. Posteriormente el Angel invita a un festín con los despojos (referencia en Ezequiel 39,17 ss).En esta condición de Fiel y Veraz, Cristo es llamado también Amén (ver último poema del libro y nota 23). Fiel monta un caballo blanco pero no son los mismos jinete y montura que aparecen al abrirse el primer sello (6.1-2) a pesar de que se han confundido a veces (ver apocalipsis 6.1 y poema XII en página 45)

NOTA: Este libro está basado en citas del Apocalipsis y repleto de notas orientadoras.

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER

 

Te internaste por un camino de zarzas

 

Te internaste por un camino de zarzas y espinos

sin saber que su maquiavélico sentido

te destrozaría cruelmente al transitarlo,

crepúsculo de una feliz infancia.

Cual poema abandonado y despojado

en una calle desierta adornada

por una violenta ventolera

que la mece aturdido sin dirección.

Tu delicada piel de espuma

blanca y suave se derritió

bajo un sol de resquemor

bordado en odio y avaricia.

De Juventud primera, 1980

***

Me siento anclado en el pasado

 

Me siento anclado en el pasado

noto mis ilusiones añejas

y son la luz de mis dichas

que se desvanecen sin remedio.

No quiero aislarme del mundo

mortificarme en mis dudas

ser engullido en las cenagosas

lindes de mis negros pensamientos.

(Quiero vivir). Ser querido

rodearme de armoniosa amistad

sentirme dichoso de amar.

¡Descubrir que no es solo un sueño!

Realizarme como ser humano

sin lucros ni hipocresías

es cuanto pretendo en esta vida.

¡Qué satisfacción sentirme vivo!

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APUNTES DE UN CASADO EN TRÁMITES

DE DIVORCIO

POR CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

ÓYEME

 

Niña, tú, dulce niña,

Estás preparada, estás cerca,

escucha mis palabras que son cruces,

creo en ti, observa mi fantasma interior,

es aire y palabra, es desierto pequeño,

te quiero y por eso me voy,

no quiero ser cómplice de tu muerte moral,

no quiero ser yo tu mal sino,

pretendo a mi orgullo,

que no vale más que tú.

La vida es la duda, es espino en silencio.

Te quiero niña, te quiero feliz.

***

¿CULPABLE YO?

 

¿Culpable YO? ¿Culpable de quererte?

He amortajado a este silencio entre muebles

con la carcoma nueva, entre lo azul celeste,

con la carcoma lechosa que habita como un virus,

esperando mi descuido, esperándome distraído.

He caído por barrancos de desidia

y he dado vueltas en mi propio círculo.

Tiene que haber un dios testigo de que te amé,

tiene que haber un testigo tras este silencio,

no puede ser que se confunda

esta espesura entre la nada de la nada.

He olvidado la rosa rosada de tu vientre

de niña traviesa; no puede ser que de tu derrota

cimbree la serpiente para morderme

su veneno; no quiero, no, no quiero.

***

NIÑA SONRIENTE

 

Niña, niña que espera virgen de inocencia,

Niña que desconoces la gran verdad

que no te conoce. Así quiero verte.

Te quiero ver sonriente como una alondra

en el charco límpido de una fuente salvaje.

Te quiero con la alegría fresca del verano,

Te quiero entre silvestres veredas

que no fermentan en el agobio.

Me acuerdo mucho de ti. De tu tragedia,

que ahora es la mía; rosa negra, rosa brotada

de la desventura, germina de desasosiego

y frecuenta el yermo solano seco

que no quiere mientras pueda ser padre,

ser padre de tus ojos con brillo mojado.

***

 

CUSTODIA COMPARTIDA

Más nos valdría saber lo que nos conviene

y más nos valdría saber las causas

de los errores que cometimos en su momento,

pues intentar repartirse un cielo

desemboca a quedarse sin estrellas,

sin soles, sin lunas, sin nubes, sin pájaros,

ya que, malgastemos la noche y el día

y todo un preludio de besos olvidados.

Repartirse ciegamente un corazón

es repartirse una vida inocente y sin culpa,

pues malgastemos nuestra autoridad

a golpes de zarandeo y a voces de riñas sordas.

Un niño es una infancia y una infancia es raíz,

un matrimonio es amor y si no hay amor

no hay nada.

¿Cómo repartirse un cariño?

¿Cómo repartirse un abrazo?

¿Cómo repartirse un buenas noches?

¿Cómo repartirse una voluntad?

¿Cómo repartirse lo que se ve crecer?

¿Cómo repartirse lo que empieza a ser?

¿Cómo repartirse lo que a nadie pertenece?

¿Cómo repartirse lo que nació para ser alegría?

¿Cómo repartirse un recuerdo?

¿Cómo repartirse una soledad?

¿Cómo repartirse lo que no se reparte?

***

 

PRESENCIA DESCONOCIDA

Si quieres saber quién

es la mujer que vive a tu lado

divórciate.

Te pasas la vida junto a una mujer

y aguantas sus manías,

aguantas sus cambios de humor,

no das importancia a las discusiones,

ella te ofende, tú la ofendes,

comprendes que todo es ventaja

y también desventaja.

Asumes todos sus defectos,

piensas que cambiará,

te engañas sólo por amor,

no das importancia al dinero,

a tu necesaria intimidad,

a tu discontinuo sufrimiento,

estás con ella por que la quieres.

Aguantas tú y aguanta ella,

te refugias en cualquier cosa,

esporádicamente te masturbas,

duermes a veces en el sofá,

descubres después de haberte casado

que tiene sus preferencias.

Sabes que odia a tu madre

pero deseas que sea del todo feliz,

llegas a creer que la conoces bien

aunque llegas a conocer a tu esposa

cuando tramitas tu propio divorcio.

Se reparte todo aquel objeto

que carece de alma y de sentimientos,

pero eso es una verdad

con demasiada ceguera,

porque la verdad es que se reparte

hasta aquello que a nadie pertenece.

***

EX-MARIDO

 

¿Qué significa ser un ex-marido?

Quizá sea dejar de ser ese bulto

arrumbado como un mueble

en algún rincón de la casa.

O quizá sea dejar de ser aquel

calzonazos con quien nadie cuenta.

Pero un ex-marido es un hombre

que descubre una nueva vida

existente tras el terrible divorcio.

Descubres que tienes libertad,

que la soledad no es ningún problema

porque sabes estar solo.

Descubres que haces todo

lo que te da la gana,

descubres que tienes amigos

y descubres que te quieres mucho más.

Si quieres comer, pues comes,

si quieres tener sexo haces onanismo,

si quieres dormir solo, duermes solo.

Descubres que depender de una mujer

es depender de Mefistófeles.

Descubres que existe una vida

después de haber estado muerto.

Descubres que la felicidad

es la que uno mismo se fabrica.

Y no la que una mujer te impone.

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SELECCIÓN DE TEXTOS

POR DANIEL DE CULLÁ

 

ENTRAD, VEREIS HILADO DE UN AÑO Y CAGADO DE UNA SEMANA

 

         Nazarenos, disciplinantes, cornetas y tambores se acreditan hacendosos con sus instrumentos., cruz en lumbre, cruz en puerta y cruz en llelda, y no hay sitio sino entra entra, y un aviso del que todos se hacen cruces:

         -Cuando fueres a cagar, lleva con qué te limpiar”.

 

Ved: un romero franchute, Juan Templado, hijo de españoles, con su capirote puesto en su buena calabaza y alegre, se halló en las procesiones del Azoguejo en Segovia, y de los templarios en Zamarramala; puso en medio de un círculo el capirote y comenzó a retozar alrededor de él, saltando de un término en otro, canturreando  lo que parecía más que responso cuento o saeta, con alegría añadiendo lo primero:

 

–         Me cagüen in toti li diabli; dándose matraca los lugares, y gritando: “Aquí como en Cañamero nos dan Burra por carnero”.

 

Y cantaba, o mejor berreaba como en los tiempos de la doctrina:

 

 – Cristolografía es la ciencia que trata de los lugares de cristo.

 

– Crisma es administrar y dar el criso santo del sacramento de la pedofilia. Criso: insecto aculeado que sirve de tipo y da nombre a la familia  de los pedos de lobo cristianegos, y así lo define Crisneja que prepara la novela pornoerótica de Neptuno y Teofanía en busca del crisomalón, el vellocino de oro en cueros.

 

– Cristolba: producto de la brea peneal que constituye  un preservativo contra la polilla de Satán, como cuenta Crisopolea, una de las beatificadas hamadríadas que tuvo su destino unido a un árbol del monte de los olivos, cuando su padre confesor la trajo aquí beneficiándosela.

 

-La Cristiada: Famoso poema religioso escrito en el siglo XVII por fray Diego de Hojeda y cuyo asunto es la pasión de cristo y la resurrección de un murciélago, purgando de profanidad la conformación social cristiana de manera que no se trasluzca en ella sombra de gentilismo.

 

– Pedofiliandad. Nueva gran porción de fieles cristianillos como dicen los moros por despecho ,que siguen a cada misionero, cura o papa,  cuyo universo Urbi et Orbi no va más allá del As de Oros, o Culo. A lo que “Vaya Cruz”, dijo Renán en la Vida de Jesús, los Apóstoles y el Anticristo; y para quien cristianizar el ano no era más que conformar el sitio y darle carácter cristifero en forma de cresta al estilo de los chaperos a veinticinco euros en  Domingos de Cuasimodo cayéndosele la baba ante el Sepulcro de Tiziano; Cristo en la Cruz, de Rubens; de Van Dyck o de Velázquez.

 

Terminando Juan Templado:

 

-Mirad por el mes de Enero, qué pollo tengo en mi pollero.

Y desapareció volando.

-Daniel de Cullá

 

***

 

 

CURA SIN EMBARGO

 

                   “Todos somos hijos de cura o de militar!

                                      -Picarico de España

 

Yo no sé si sí o si no soy hijo de cura

Pero que lo soy de militar, lo dice mi madre

Que reía de los pequeños poemas de cerilla

Que le entregaba el “señor cura” cuando iba a confesar

Y cuyo follar se había convertido

En comidilla de la gente que cantaba:

         Cura, curita

         Que de Avila vienes

         A calderilla de iglesia

         Me güeles

Y que dicen que llevaba una caja de condones

En el hostiario del Viático

Pues un día se equivocó sin querer queriendo

Dándole un condón como sacramento

A una bella dama en peligro de muerte que era de Granada

Y a quien se le iluminó intensamente el rostro

Mientras al cura se le elevó algo místico de repente

Detrás de la sotana a la altura del mear

Y que salía cantando:

                   Andome en la villa

                   Fiestas patronales

                   Con mi eucaristía

                   De cazar pardales

No perdiéndose  fiesta patronal alguna

Que por eso los beatos y beatas de la plebe decían:

-“Es un buen cura sin embargo”

Y así le quedó de mote a este villano

Que daba las hostias de la coacción y el engaño

Con el aroma de ese abismo

Que sólo las almas fugitivas  y salidas percibían

Las mujeres y las chicas sintiendo en su labiado nido

Como una mariposa leve libando su rocío.

 

 

***

 

HERO Y LEANDRO

 

Yo soy Leandro, mancebo de Abidos

Bueno ahora en Burgos

Ciudad cruzada por el río Arlanzón

Y vivo en la opuesta ribera

Que atravieso de noche a nado

Para verme con mi amada Hero

De la Ribera del Duero

Sacerdotisa de Venus

Pornoestrella que oye misa de doce

En su catedral de álcali

Extraído del fruto del cocotero

Que fundó a Santa Fe de Bogotá

Con Gonzalo Jiménez de Quesada

Y se señaló en el bando de la reina

En la primera guerra carlista.

 

Mi padre fue Leovigildo

Rey de Andalucía

Amante primo de Hermenerico

– para que luego digan

 que el amor homo

no nos viene desde allá de los tiempos-

Rey de los godos

Que se benefició de los herulos y los wendos

Pero vencido por los hunos

Se quitó la vida a los cien años

Después de haber dejado preñadas

A trece rosas apiladas

En castañas pilongas

Tomando forma de pezuña;

Mas,  habiendo abrazado yo el Ateísmo

Se malquistó conmigo

Y me mandó ahogar

En el charco de mierda

De la Ciencia Hermenéutica de la Vida

Que interpreta los textos

Y especialmente

Los libros mal llamados sagrados

Para fijar su verdadero sentido macabeo

Muy enjuto que no tiene perispermo

En la planchuela igualadora

De los calambres

Bajo la soberanía suprema

De los romanos apimpollados

Que tuvieron por progenitor a Antipater

Ministro de Hircano

Soberano pontífice de los judíos

Que anduvo de Herodes a Pilatos.

 

Hero  y yo, Leandro

Nos abrazamos

Dando ella raíz a la mordedura

De la serpiente

Justo debajo del Puente de la Audiencia

Y escribí la historia de mi tiempo

Como Paul Klee dibujaba

Con el apículo

Punta aguda, corta y poco consistente

De su órgano aperdigado

Desde la muerte apezonada

De Marco Aurelio

Hasta el advenimiento de Gordiano

Y en los labiados labios de mi Amada

De modo heroico

Reproduciendo mi músculo reproductor

O “morcilla de Burgos”

Medio dios, medio hombre

De gran estatura y fuerza enorme

Al estilo del miembro de Hércules, Teseo

Aquiles, Eneas

A golpes y carnales cuchilladas de herrería

Las treinta cuatro de las vidrieras

De la catedral de Segovia

Que son obra suya

Y no de Francisco Herranz como cuentan

Jugando mi amada al Herrón

Antiguo juego que consistía

En lanzar un tejo de hierro

Con un agujero en medio

Y acertar ensartarlo en un clavo hincado en tierra

¡ Ella acertó¡

En golpe de herrón

Y yo en picotazo fuerte

Y hablamos besándonos con versos de espuma

Apitonados

Empezando a descubrir

Los pitones de los animales

Que crían cuernos

Empezando los árboles

A arrojar sus botones

Rompiendo ella esa cosa

Con punta o pico

Como las gallinas rompen los huevos

picándolos:

“El Chisme hierra

Mientras el río se desprende

En burbujas gaseosas”

Como dicen que hizo Antonio de Herrera

A su amante en La Latina

Historiógrafo de Castilla y de las Indias

En el reinado de Felipe II

Natural de Cuéllar

E historiador de nota

Que un día a Felipe le cantó:

“Al herrerillo, con barbas

Y a las letras, con babas;

Quien deja el herrerillo y va

Al herrerón, gasta su hierro

Y quemase el cabrón”.

 

-Daniel de Cullá

 

*************************************************

 

 

SELECCIÓN DE POEMAS

POR BRUNO JORDÁN

 

No siempre los pájaros cantan

no siempre es primavera

ni las nubes tienen ganas de levantarse.

En ocasiones

se navega por charcos de estrellas

y las palomas atraviesan el tiempo

porque están en una jaula libre.

En ocasiones

el amor ensancha mis cadenas.

 

***

 

Recolecta

 

Con el buen tiempo

y el calor

va llegando

la temporada del cayuco.

 

Occidente se prepara

para recoger sus frutos.

 

***

 

POETA POBRE, VIEJO Y FEO

                                         (De un autorretrato)

Vencido y convencido

de que mis ideas

eran para mí

ideales

solo,

mientras tanto

las hice añicos.

Entre los trozos convivo ahora revuelto

por el suelo.

 

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR PABLO MARTÍN (PABLO VOLUMEN)

 

Porque sí

 

Rebeldes porque sí,
siempre en el otro bando,
sin cambio
ni cruz en las monedas.
Pasando de flechas
y cúspides,
de horas,
de presidentes de vecindario,
de obligaciones casuales,
pasando página,
lista,
pasando de cuadrarnos.

Nos podíamos pasar horas impávidos
con el miedo metido en el cuerpo,
sordos de angustia, insensibles.
Horas sin articular palabra,
sin ser lo suficientemente algo.

Y cuando no queríamos ver
aquello a lo que estábamos obligados,
abríamos los ojos
y nos poníamos ciegos.

***

 

Borrador

 

Se agarraban las manos
en frigoríficos ruidosos,
donde ella no podía recogerse el pelo
y nadie se sentía solo.

El color de los juegos traumatizaba
a los que querían alzar la voz,
persiguiendo horas
y destrozando entretelas
sistemáticamente,
como decía el irreflexivo.

Algunos preferían
poderse mirar a los ojos
en vez de dar vueltas.

 

***

El baile

 

La casa con su primer mechero
deseando arder, escapar,
el directo de los primos de los Zeppelin
y la fiesta en el patio.

El vecino al que se quieren follar
las hookers con su Carling
de medio litro en la mano.

Su dipsomanía
y su esquizofrenia incurables,
los piropos a Alonso Quijano
estampado en una camiseta,
las esperas de autobús
y los favores de tabaco.

Mucho «smashing»
pero teníamos que correr
a por nuestros sueños
que no nos esperaban.

Mereció la pena,
aunque el pastel de carne ardía,
la posadera era tuerta
y Chuck Berry sonó fatal.

El sudor, el baile,
las mesas retiradas,
y allí seguía la chica de Goytisolo
con su camiseta verde,
esperando a ver
si algún gilipollas la entraba.

***

Cruzando la vía

Estábamos llenos después de la penúltima cena,
que nos salió gratis,
ya que a la hora de pagar
no aceptaban Master Card,
y eso que es la tarjeta del Maestro.

Al final pagó Judas que siempre lleva monedas.

Nuestros padres nos habían abandonado
y los borrachos estaban perdonados
porque no sabían lo que hacían.

Nosotros sí sabíamos lo que hacíamos,
lo contrario de lo que predicábamos,
por eso nos negaron la entrada tres veces
antes de que cantase el gallo.

Tuvimos que cambiar el calzado,
nos atamos los cordones de las sandalias
y entramos en el Gólgota’s Rock Club
con la señal de la cruz en la mano.

El estigma indicaba
dónde tiene que caer la gota
para saber si la ponzoña
es apta para los menores de treinta y tres años.

Una vez en la barra
el romano nos puso La Corona
que no tenía espinas
pero daba dolor de cabeza
después de una tras otra.

Las rubias nos azotaron,
la Magdalena bailaba como loca,
desbocada, con sus tatuajes de color,
con su piercing en la boca.

Ella sabía de cruces,
de piedras y de clavos,
y aunque era Good Friday
como buenos carpinteros
jodimos, pecamos
y nos hinchamos a comer carne.

***

 

Anoche

 

Hoy se me ha hecho la una,
y todas estas horas transcurridas
con el edredón de Agatha Ruiz de la Prada guardado
me he inventado dos sueños deformados.

Uno no se acercaba ni de lejos
al pie tembloroso en el aire,
y las hostias de los curas,
los profesionales.

Pero me levanto
y me voy a la zona de juego
con los guantes preparados
para romper dientes rotos.

Me muevo hasta otro garito
con dos plantas que simula el otro,
pero éste tiene más luz,
no sé qué busco allí
porque está lleno de tíos,
venga hombre,
lo mismo me he vuelto homosexual
y Freud me está psicoanalizando
en el puente de la avenida.

El segundo sueño es mucho peor,
tengo que levantarme
para echar un par de gargajos en el baño
y ahí se acaba todo.

**************************************************

 

SELECCIÓN DE POEMAS

POR CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

MONÓLOGO DESDE LA CRISIS

(EPIDEMIA INVISIBLE)

 

Tengo depresión nerviosa,

también soy maniaco-depresivo.

Estoy apañado con lo que tengo.

También tengo trastorno bipolar

y paso de la alegría a la tristeza

en un chasquido de dedos.

Tengo mis manías,

persecutorias, fantasmagóricas,

sensaciones sin cesar tan sensitivas,

tengo visiones, oigo otro mundo

tras este mundo de corcho,

soy ludópata, cleptómano,

alcohólico, drogadicto,

fantasioso, histérico,

megalómano, mitómano.

Sufro o padezco

de una licenciosa esquizofrenia,

trastorno esquizofreniforme,

psicosis, ¿trastorno o síndrome?

¿Virus o patología?

Trastornos alimenticios,

Animal Heleno-latino.

Ácido ribonucleico.

Cromosoma Zero, Incógnita,

Trastorno de la despersonalización,

cachaza y desasosiego.

Análisis, ecografía, encefalograma plano,

Yuxta-armónica comparación.

Psicología sin psico y sin lógica,

Trastorno de la identidad sexual,

Megainfralentitud antropomórfica,

Vida moderna, vida de estrés,

Autobús, metro-under-ground,

Lógica de un síntoma sin síntoma,

Puñetazo invisible en la cara desnuda.

Amparo, ceguera, retroceso,

Vida orgánica sin vida tras la aurora,

Noche que es toda una noche de insomnio,

Amparo de estrellas que bostezan,

Correaje duro, electroshock,

Paso a paso la psiquiatría

se ha hecho una ceporra ignorante,

la ignominia peligrosa de los griegos,

latinidad de vértigo contagioso,

psicoanálisis para ricos y soñadores,

suicida, asesino, asesinado,

son tres presunciones encadenadas

a la incógnita cifrada en el infra-verbo,

Cruela de Vil de los excesos,

Linternas de todas las calamidades huecas,

Blister a blister nace el poema,

Comprimidos son los besos de la farmacéutica.

Escasa luz para tanta duda.    

Lógica incapaz e inadmisible.

***

 

EL FANTASMA DE MI SOLEDAD

 

Existe un fantasma en los rincones de mi piso,

arrastra su sombra vertical por las paredes

y en la noche quieta respira de mi silencio.

Siento su contrita presencia en la madrugada,

cuando crujen los muebles,

cuando los ruidos de la vecindad se difuminan

con los del recuerdo dañino,

cuando la televisión le da apariencia

entre la secundaria voz de los sonidos.

Me busca cuando nunca estoy, me llama

por el nombre que yo mismo desconozco,

baila sus tragedias a mi alrededor,

y lo persigo entre el miedo de agujas

que tienen los pensamientos ante la soledad.

***

HIPROUCRESÍA

 

Hemos vencido, hemos ganado,

contra la fiesta nacional se alzan sólo los vencedores.

Abolida la fiesta, daremos el primer paso,

ahora mismo ha comenzado el principio del fin.

Prohibiremos todo lo que huela a castizo,

a español por antonomasia,

prohibiremos la Sevillana, el churro y el Tío Pepe,

prohibiremos el visionado de la sangre

 sin pecado en la fiambrera.

Hemos vencido, hemos ganado,

Lo celebraremos con una parrillada,

o con unos pollos a l’ast, o mejor si nos vamos

todos juntos a atiborrarnos al McDonalds.

El restaurante Can Joanet no cambiará jamás,

con carnes a la brasa gozamos como bobos,

después de la resaca tomaremos caldo de gallina.

Y nos reiremos todos juntos como saciados

vencedores.

EPÍLOGO

 

No has parado hasta conseguir la prohibición

de la tauromaquia en Cataluña,

pero no te da pena ingresar a tu madre

en una triste residencia de ancianos.

Y todo para salir a manifestarte pintado de rojo

por las ramblas de Barcelona

los días festivos y hasta los laborables.

***

 

PARADOJA

 

La vida es sacrificio

 mientras

otros viven su gozo,

la vida es un bullicio

y una habitación vacía,

la vida es azar

que te señala

y naipe escondido

en el juego en serio.

 

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1er NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

CLICKEAR EN EL ENLACE (ABAJO) (versión pdf):

1er NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA(1º)

1er NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

XLVº de la 2ª etapa/  ¿?-06-2.010

 

NOTA DE LOS EDITORES

 

Con un nuevo formato, Nevando en la Guinea inicia una nueva etapa que esperamos sea más madura, más interesante y con mayor calidad. Al igual que en estos dos años, iremos sacando cada mes un número con relatos, poesía, artículos, crítica, entrevistas. También esperamos poder compartir más experiencias literarias, interactuar con los lectores y participar, en el fondo, con más intensidad en el diálogo que debe ser la literatura, en el que podamos compartir ideas, relatos y poemas, pero también que el lector pueda entrar en el proceso creativo que también es la lectura.

No obstante, además de los números mensuales que seguiremos publicando a inicios de mes, iremos aportando a lo largo del mismo noticias literarias, reseñas, comentarios, entrevistas que serán un complemento a los números mensuales. Para ello queremos aprovechar también los blogs que hemos mantenido todo este tiempo. Esperamos que guste y lógicamente invitamos a participar en este diálogo que nos permiten las nuevas tecnologías.

EDITORIAL XLV

José Saramago y Amín Maalouf

Dos escritores fueron noticias en Junio por razones bien diferentes: José Saramago por su muerte y Amín Maalouf por habérsele otorgado el premio Príncipe de Asturias. Aunque distintos en muchos aspectos -idiomas, visiones del mundo, perspectivas-, ambos poseen no obstante una intensa preocupación por lo que les rodea. Sus novelas tratan de un modo rabioso de la vida, de la ética, de la sociedad, no en vano se trata de autores con una actitud ética muy profunda, todo ello con un compromiso absoluto con la literatura, esforzándose en aportar lo mejor de sí mismos como escritores.

El portugués José Saramago se comprometió personalmente con muchas causas y hace unos pocos meses, ya enfermo, le vimos visitando en Canarias, donde residía, a una dirigente saharaui en huelga de hambre. Sencillo y atento, su propia vida podía hilvanar algunas de sus narraciones. Sus novelas tratan de un mundo deshumanizado, lo cuestiona hasta lo más profundo, dando al lector la distancia suficiente como para que reflexione sobre el mundo descrito. Se trata de un escritor maduro, con una escritura aparentemente sosegada pero de una profundidad sin cortapisas. Sus textos son un intercambio con quienes se sienten sobresaltados por un mundo en permanente cambio.

El libanés Amin Maalouf, por su parte, plantea en sus novelas la identidad colectiva y personal, no en vano su país de origen es uno de los más plurales del planeta y él mismo es fruto de esa pluralidad: escribe en francés, es cristiano, pero nos recuerda la injusta visión que se tiene del mundo árabe y musulmán. De hecho, ha escrito dos ensayos que son una toma de postura incluso en su título nada inocente: «Las cruzadas vistas por los árabes» e «Identidades Asesinas». Recorre la historia de Oriente Próximo para intentar cercenar al ser humano de nuestros días, en toda su grandeza y toda su miseria. Al igual que José Saramago, sus novelas son de una enorme lucidez, una meditación que comparte con el lector en un diálogo ilimitado.

Ya es un tópico afirmar en estas circunstancias que el mejor homenaje que podemos realizar con un autor fallecido es leerle, del mismo modo se trata del mejor premio que le podamos dar. En ambos casos, se trata además de autores conocidos en los países de lengua española y bien traducidos, con lo que el lector que todavía no los conozca puede adentrarse en un mundo literario fascinante y en una reflexión sincera sobre la vida. Sin duda no quedará indiferente.

ALEGATO DE NOCIONES MIGRATORIAS

 

Pensamiento inicial

Yo no tuve demasiada vocación de marido,

Aunque tú tampoco la tuviste como esposa.

 

Yo suelo contar sombras de altos árboles sin norma,

suelo creerme poemas de antesala en pro del amor virginal,

suelo no ser yo cuando todo es yo menos mi certidumbre;

migraste a mi país de abundancias por que en el tuyo

la buena vida la conocen otros, los de siempre.

La necesidad es un espantapájaros perfecto para ahuyentar

a las palomas mensajeras y a las moscas de vuelo bajo

que migran con la esperanza seca,

que migran con la noción ciega, que tantea, que sisea, que palpa

la terca diáspora de noses con bandera, con frontera, sin visado.

País pobre sin seguridad social,

sin seguridad ciudadana,

sin seguridad futura,

sin cielo seguro, sin futuro seguro,

sin nada seguro;

país pobre con el desamparo de madres que engendran

para salvaguardarse, porque están huérfanas de patria;

país pobre con una legión de desesperados suicidas

que buscan nombre en la incógnita de las estadísticas,

país pobre de contradictoria educación,

de educación para con los mayores

aunque ingratos en su desvergüenza,

(país de algo pobre,

si de algo se es pobre,

si de algo carece el pobre

al ser del mismo país pobre,

pobre, dos veces pobre);

de remilgo decimonónico, de cuchicheo de intereses,

de doble moralina congelada, de mojigatería con nausea,

de angustia de rodillas, de gallera abandonada,

país de maestros con anemia y tuberculosis,

país de chupatintas huidos y hallados en lonchecitos ajenos,

país sediento en su labor mal pagada, 

de rabia contenida en lo más hondo,

país pobre de necesidad vencida,

de esperanza de paseo, de desesperanza

al borde del sueño que no puede serlo,

de alegría en la esperanza, de esperanza en la alegría.

Viniste pura, sencilla, y todo en ti fue una sorpresa,

los dos sorprendidos hallemos un nuevo mundo

que respiraba de este mismo otro,

paseabas conmigo en coche casi boquiabierta,

tanto como yo cuando vi aquel país con tanto (in)tuyo.

Viste opulentas señoras con perrito mimado,

viste servicios gratuitos en la aurora de las promesas,

viste tráfico ordenado y regalos oropelados,

viste el reflejo eterno de las joyerías en los reinos de celofán,

viste resplandores y flashes de neón y orden en el tumulto,

viste casas de suelos encerados, chimeneas

donde bajaba Santa Claus, balcones hacia un mundo

de azules y rosas, y viste dioses en la basura tirados,

viste ancianos con la gloria entre sus mellas,

a muchachos que escapaban de la ceniza de los bolsillos,

viste médicos santos y gasolineras con un gracias,

aunque también supiste ver que de algo carecían.

Entendiste que estaban solos, que la felicidad costaba sacrificio.

Como souvenir patriota trajiste toda la alegría fresca,

tan tuya, tanta…, tan mía

que no la reconocía como mía propia.

Trajiste el empalagoso latido que emanaba sospecha,

e ilusiones de las que alguien te había hablado;

conociste el deber de los reos en manada de derrotados,

conociste la depresión, conociste el estrés, conociste la ansiedad,

conociste la locura del sí y el no,

por eso, sólo por eso, viste la mentira como quesos de gruyere

en aquellos compatriotas que contaban la milonga

del tío venido de América con laptop sin eñe

y bienvenida podrida.

Con el tiempo, no demasiado,

te cambió la sonrisa, la chispa del comienzo

se hizo monótono acertijo helado por la rutina,

lo profano se pudrió de santidad, ¡¡¡De asquerosa santidad!!!

y tú te convertiste en esclava de tu santo complejo de inferioridad.

Yo, en el dedo inquisidor con ácido nacido del reproche.

Los dos fuimos víctimas de esta suerte de dados mudos

que se ríe en nuestra cara de esperanzados idiotas,

los dos fuimos esclavos de pertenecer

a múltiples banderas que renegaban de nosotros mismos.

La burocracia tenía un inoportuno horario de oficina,

los legisladores eran amos del sudor del pobre,

los tenderos no fiaban la lluvia de consomé frío,

los hombres guapos eran caciques de su soberbia,

los cuentos no tenían un final feliz,

los aprendices de la noche roían a su luna obesa,

la policía apretaba las sogas de los dulces te quieros,

el ombligo no estaba, lo habían embargado,

los piojos contaban frialdades de invierno relamido,

los bebés gorditos y rubios salían en anuncios de champú,

la libertad se veía desde el revés del mundo al revés,

los rascacielos eran yermos gigantes tontos de verticalidad,

los pintalabios olían el ayuno matutino del aliento,

los despertadores pateaban al sueño caliente

y una bandada de gaviotas conocían el palo diestro

y la yunta de bueyes pisoteando hormigas;

los dos andemos por las cloacas de esta ciudad hueca intentando

encontrar nuestra felicidad marchita de aroma (des)robado.

En este país suele haber de todo, pero todo

es soledad e insatisfacción, es tedio y un mes a mes lento

como un cuentagotas con goteo exasperante,

es aburrimiento suspendido en el ambiente

y es una agonía que medio mundo quisiera gozar;

quinientos enfermos mentales inflados como botijos

visitan gregarios a que les acunen en la mortaja de bromuro

como susurros de cicatrices viejas.

En tu país suele haber de todo, pero todo

es injusticia y (des)olvido,

y los capataces todavía llevan espuelas

y un astracán contrito en su piel de chivato zarrapastroso

 regala súbito una suerte de oreja cruda con la que hacer cucharas.

Un país es rico por sus méritos político-económicos,

por su honradez, por su talante comprometido,

pero hasta la cucaracha sabe que está (des)provisto

 de (des)méritos (in)humanos, de (es)mera(da) humanidad,

es la merma (des)humana sin rastro de huella dactilar;

un país pobre tiene risa abierta y calor familiar

aunque carente de escaparates, de pasarelas, de charol brillante,

de envoltorios, de fibra óptica, de olor a nuevo.

Este mundo da vergüenza por que es dos mundos.

¿Quién es el pobre y quién es el rico?

Ahora te pregunto. Contéstame, por favor.

Por que no sé si tú eres tu país

o si de tu país eres tú una parte,

 o si nada en tu país es todo así

o si un país es culpable del todo de la nada que le sucede

a gente como tú. A gente sin país.

Por Cecilio Olivero Muñoz

La noche de Mister Dólar

         Eran de manual, de primer curso de carrera, si es que hubiera una carrera que se dedicase a estudiar la estupidez cotidiana del ser humano. No ocultaban que tenían dinero, mucho dinero, él exhibía con descaro su cartera repleta de billetes hasta reventar mientras ella, con su vestido ceñido y sus maneras voluptuosas, sacaba algunos de esos billetes, siempre los de cuantía más alta, y con las manos en alto gritaba: invitación para todos. Pacorro sonreía, no en vano era el dueño de la tasca y decía entre sí que aquella iba a ser, gracias a esos extranjeros idiotas, una buena noche. Lucio dibujó en su rostro un atisbo de sonrisa, iba a beber, lo que a todas luces más le gustaba en la vida y lo único que parecía hacer a todas horas, beber una tras otra sus copas de vino barato, y además esta vez no iba ni a pagar ni a aumentar, como era habitual, su deuda con Pacorro, en ocasiones harto cuantiosa. Los otros parroquianos sonrieron también por estar allí en el momento oportuno gracias a lo cual iban a aprovecharse de ese par de memos. Y por último Miguelón y  yo sonreímos, cómplices, porque si aquel par de parvos no se gastaban todo el dinero en un plisplás, haciendo ostentación de su pasta gansa y derrochándolo a diestro y siniestro, íbamos también a sacar tajada de la circunstancia que nos venía dada y además de un modo muy fácil para nosotros, que no éramos ni de lejos del oficio.

         Ellos hablaban sin parar, a voces, sin que ninguno les entendiéramos, no sabíamos lo que decían con su jerga extranjera y sólo de tanto en tanto entendíamos alguna palabra suelta. Ella cimbreaba su cuerpo para provocarnos mientras que él alardeaba de chica, de novia y amante, su chorbita decía con fuerte acento extranjero e intentaba imitar a los lolailos locales, tan característicos, y tras una ruidosa risotada afirmaba orgulloso: es una yegua, lo chillaba para que todos lo oyéramos y ella respondió al comentario soez con una carcajada y grititos emocionados, algo histéricos, mientras colocaba otro billete sobre la barra, otra ronda, ordenaba, y Pacorro la servía sin molestarse en darle las vueltas, los que nos ponía algo moscas porque si seguían así iban a vaciar la billetera y nos íbamos a quedar sin nuestra tajada, y ellos reían y soltaban palabras que no entendíamos o entendíamos a medias, y ella se cimbreaba y nos ojeaba con descaro a nosotros, los más jóvenes en la tasca, y nos retaba con la mirada, como si nos dijera: veis lo buena que estoy, veis lo bien que nos lo hubiéramos podido pasar si estuviera sola, pero habéis llegado tarde, colegas, por ello miraréis mas no palparéis porque soy la yegua de este machito que tanto me gusta, mister Dólar, y que ahora os invita con esmero y de modo tan generoso a vosotros, nativos, que nunca habréis visto tanto dinero junto, lo que no dejaba de ser cierto, por nuestra parte no cabía más que reconocerlo, que no acostumbrábamos a ver mucho dinero junto, todo lo contrario, y si todo eso era lo que nos decía ella con su mirada nosotros, lo aceptábamos por completo, para qué negarlo, claro que sería distinto si nos lo dijese palabra tras palabra, tal vez entonces podríamos alegar algo, pero no nos lo dijo, sólo cabía interpretarlo así porque ella mantuvo su actitud retadora, y tras mirarnos unas cuantas veces más, pero qué buena que estoy, parecía decirnos, se puso a bailar al son de la música de la radio mientras levantaba aún más su falda y todos la observábamos no sin dejar evidente que la teníamos ganas.

         Chillaron, gritaron, pagaron varias rondas más, mostraron la foto de su coche recién comprado, pagado en cash, repitió una y mil veces él, bien alto para que nadie escapara a la reseña de su fortuna, bailaron, rieron, discutieron, volvieron a reír, a carcajadas, y cuando Miguelón y yo perdimos la esperanza de que acabara el espectáculo, él se puso de pronto serio y dijo al fin: nos vamos. Dejó otro billete sobre la barra a modo de propina, a Pacorro hasta se le iluminó la cara con tanta amabilidad, y el machote agarró a la chica de la mano y se marcharon tambaleándose. Nosotros nos levantamos en cuanto salieron por la puerta. Adiós Pacorro, dijimos, cuídense, respondió, y seguimos a la pareja calle abajo, hacia el puerto, por la empinada travesía de los Barqueros, que así se llamaba la misma, y ellos agarrados hablaban, cuchicheaban, gritaban  sin motivo aparente para cambiar el tono de la voz, aunque lo cambiaran, ora chillaban ora murmuraban, y ella se dejaba tocar por Mister Dólar, que la manoseaba con descaro, se lo van a montar en plena calle, murmuró Miguelón, no sin poco anhelo de asistir a uno de esos espectáculos licenciosos que, decían, tanto abundaban en el extranjero.

         Cuando torcieron por las calles estrechas del barrio portuario aceleramos el paso. Alcanzamos a colocarnos a su lado y Miguelón le pegó un empujón a Mister Dólar, que a punto estuvo de caer, aunque más por efecto de la borrachera que por la fuerza de mi amigo. La chica miraba la escena sin saber muy bien si tocaba gritar o reír. Le agarré con la mano por la nuca y la aparté del lado de Mister Dólar de paso que acariciaba su piel suave. Es mejor que no hagáis nada, advirtió Miguelón con voz algo forzada, orden que obedecieron y que a todas luces no hubiera hecho falta formularla porque iban lo bastante bebidos y aturdidos como para ser incapaces de reaccionar ante nosotros y por ello quedarse perplejos o inconscientes de lo que estaba realmente ocurriendo.

– A ver, la cartera.

– Sois unos ladrones. -Mister Dólar se puso de pronto a reír para nuestra sorpresa, como si encontrara aquello muy divertido.

– No, no lo somos. -Dije como si de pronto me sintiera culpable o ridículo.

– Es que las cosas están difíciles. -dijo Miguelón.

– Pobrecitos. -exclamó ella e hizo un mohín con la boca, parecía más bien que quisiera enviarnos un beso.

– Claro, claro -dijo Mister Dólar-, las cosas difíciles para vosotros.

– Eso es, por eso os pedimos un favor.

         Mister Dólar sacó su billetera del bolsillo de la chaqueta. Tomad, dijo. No imaginábamos ni de lejos que iba a ser tan fácil. Incluso nos miramos para cerciorarnos uno al otro qué debíamos hacer, lo que no teníamos claro. Miguelón agarró el fajo de billetes y se los puso en el bolsillo del pantalón.

– Gracias. -le dijo no sin sarcasmo.

– Amigo. -le llamó Míster Dólar, completamente indiferente o ajeno a lo que realmente le estaba ocurriendo, a los posibles peligros a los que se enfrentaban de ser nosotros unos ladrones de verdad en vez de unos aficionados.

         Sin correr, nos largamos de su lado y nos metimos por las calles del barrio portuario. Seguimos en silencio, sin echar la vista atrás.

– Qué buena estaba ella. -dije al cabo de un rato.

– Sí, mucho. -respondió Miguelón indiferente, tal vez pensando en su recién iniciada carrera de delincuente.

Juan A. Herrero Díez

 

 

 

 

 

CONCENTRACIÓN

 

Veo programas en YOUTUBE

sobre literatura, ellos hablan de libros,

libros antiguos.

¿Tienen los libros fecha de caducidad?

Lo que si es cierto es que tienen

fecha de (exp)edición.

No me puedo concentrar.

Se puede hablar sobre libros

y sobre literatura y arte cuando

no existen problemas.

Ellos no tienen problemas,

por eso hablan,

algún día yo hablaré de libros

y literatura, entonces

el diálogo será como sonreírle al invierno.

Entonces se abrirán las acequias.

Entonces el verbo será mío

y dejará de ser ajeno suspiro

con extraño sabor.

Por Cecilio Olivero Muñoz

Cómo es posible que una flor

Cómo es posible que una flor

erguida sobre su perfumada belleza

ansíe que sus pétalos se entristezcan

para consolar un absurdo dolor.

Cuáles son las palabras que expresan

este inexplicable homicidio repugnante,

qué fronteras deja sin violar esta situación horrible,

doblegada y reducida al frío de una cifra.

La razón no me llega con vida

no está muerta ni viva, permanece sin sentido

esperando que dejen de maltratar mis sesos

que agredidos por una opresión incesable sangran.

¿Qué valor tiene la vida?

viviendo en esta degradación permanente,

anegado de este asco repelente:

dejad que el hombre viva, ¡Dejad!

Por Francisco Jesús Muñoz Soler

UNA NIÑA DE AZUL CON UN PLUMIER DE PINO

Ha muerto en Conde Duque

una niña de azul con un plumier de pino.

Es una vieja estúpida la noche de Madrid, una mueca sin dientes que recuesta

[su rictus de sonrisa en las aceras.

A lo lejos,

detrás de tanta fiebre de tejados,

hay un jardín con úlceras, con hambre, que golpea el perfume de café,  la tos

[de una muñeca

que se perdió en el fondo de la tarde. Jeringuilla de plástico y mentiras.

Me subo el cuello del abrigo,

no hay nada que decir, poco que hacer. Fatiga.

Pasa un ruido descalzo de autobuses

que dibuja la sangre para fotografías de turismo.

Cerca quizás, para qué buscar lejos, hay alguien que se gana la piel tostada y

[limpia

con el pálido labio

de esta niña sin horas que cambiaba sus sueños por un grito en el brazo.

Me detengo a buscar por los bolsillos cualquier cosa,

un poco de tabaco, calor para las uñas,

refugio contra el miedo,

y esas muchachas tímidas pasan corriendo como siempre,

novias tontas que han de llegar a casa sin mirar las paredes don­de todo se

[vende con rápida sonrisa.

Calle de la Princesa, veloz la luz, el aire, el agua que mañana llegará hasta la

[plaza.

Pero la niña azul no corre.

(De Crónicas del laberinto © )

 

Por Enrique Gracia Trinidad

RESÍSTETE A SER OTRO

 

Resístete a que tu mirada se pudra

y estropee tu sueño de luminosos vergeles,

resístete a que te agrien el carácter

y te conviertan en lapidario de cementerio,

ellos se divierten con la pelusa eterna

aunque dócil de los rincones sin dios,

se divierten con el trasiego muerto

de esquizoides e iracundos, de tísicos y enjutos

(pues en la gordura está la genialidad),

se divierten evitando de la endrina

su carne salvaje, su jugo incorregible,

su verdad silvestre, su zumo rebelde y vivo.

 Resístete a que te amarguen la entraña,

a que te conviertan en un dios sabe qué,

a que te eviten la palabra en un vacío,

a que te epitafien el sentimiento de selva

con un rencor viejo, viciado, obsoleto, 

desde hace una docena de siglos atrás,

a que te adoctrinen como a un eunuco castrado

con las lágrimas encendidas sólo por las noches,

a que te amansen como a un animal de circo

y te enseñen a dar la volteleta al revés,

a que te patibulen la sonrisa, tan libre y tan sincera,

como aquel ciego que palpa su oscura calle,

como un viejo que se resiste a ser un niño,

como un mendigo que pide para pan,

a que te enclaustren la libertad

como a un pájaro que da vueltas entorno

a su jaula, que como un autómata solamente

conoce la vida que no es vida.

Arrincónate si es preciso, intenta ser

Alias y no ser sed de apellido y nombre propio,

intenta vestirte con las duras promesas

que la naturaleza te da, y no con

las palabras necias que el viento se lleva.

Intenta ser esclavo de tu yo

y nunca esclavo del yo que otros te impongan,

intenta obedecer a tu instinto

y que nunca el instinto de otros se someta ante ti,

deja que otros vivan entre su albedrío

y si escupen al vestigio de tu alma

es que no hay alma, ni vestigio, ni albedrío, ni nada.

Intenta hablar de lo que sabes

y no del mundo que te queda por conocer,

intenta ser agua que emana tranquila

sin pensar que es ella misma

y sin pensar dónde encontrará su estancado final.

Resístete a ser mundo

pues es todo el mundo el que vive sin serlo. 

Sé oportuno y nunca inoportuno. 

Sé tu amigo. Sé tú.

Por Cecilio Olivero Muñoz

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR ENRIQUE GRACIA TRINIDAD

IGUAL, IGUAL

Como el insecto que ignora que lo es y se esfuerza por cumplir la tarea con su estirpe.

Como las puertas que no saben si fueron colocadas para entrar o salir. “Perded toda esperanza” “prohibido el paso” o “entren sin llamar”  y otras mentiras, pone siempre.

Como la tarde, ahíta de suspiros, que imita en el color a la mañana pero le es imposible reproducir su olor o su futuro.

Como el rompecabezas, todo temblor y miedo, que odia su última pieza cuando se le aproxima para dejarlo quieto e inservible.

Como la taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de los labios.

No sé si así es la vida

pero el poema se parece mucho.

(De “Todo es papel”)

***

SALTANDO DE JACOBO A GUILLERMO GRIMM

«Todos los pasos tienen la forma del pasado;

de un         pasado sin boca para besar la orilla

de otra existencia hermosa que nunca se ha tenido,

a pesar de las fiestas del corazón en llamas.»

(Juan Eduardo Cirlot)

Recuerdo aquel perfume

de cuando sólo era una rana

del estanque.

Un instrumento más, y prescindible,

de la orquesta de anfibios que rondaba a la noche.

Una charca, lo sé, más que un estanque,

pero era al fin y al cabo nuestra casa,

palacio de los juncos,

húmedo hogar que, sin esfuerzo,

hicimos habitable solamente cantando,

nada más que con brincos y con lodo.

Nunca faltaron moscas,

y era un gozo mirar los renacuajos

asomarse directos a la vida.

Luego, fueron llegando las princesas,

con sus juegos de risas, con sus bolas doradas

que dejaban perder para que yo las encontrase.

A fuerza de besarme y de besarlas

dejé de ser aquella rana

y el estanque empezó a ser un problema.

Ahora voy bien vestido, escribo versos,

en el estanque han hecho una piscina

y todo está muy limpio.

Saludo con respeto,

hago el amor de frente,

y hasta es posible que algún día

alguien piense que sirvo para algo.

No está mal,

pero fui más feliz cuando era rana.

(Del libro “Historias para tiempos raros”)

***

TERCERA CRÓNICA DEL GUARDIÁN

(El Hechicero)

«… Ma se senza ingiuria vostra io potessi fruirlo, rendetevi certo                                che         saria in me quella letizia ch’essere in alcun uomo sia possibile.» (1)

(Ludovico Ariosto, Il Negromante)

El hechicero acaba su tarea,

acaricia su barba satisfecho

y sus labios se curvan en lánguida sonrisa

—la que debe tener todo alquimista que aprecie su trabajo—.

La luna se despide como un guiño

de los últimos juegos de la noche.

La lechuza es un bus que aún lleva luces

y susurra un final, como Louis Armstrong, de Jazz expresionista.

Recoge los papeles, guarda todas las fórmulas en verso

tras el aparador de palisandro

mientras un gato insomne y circunspecto,

con el lomo de azúcar y de miel, afirma silencioso

que él ya lo sabe todo

Va tapando los frasco uno a uno,

los matraces de esencia,

las redomas con uña de lagarto y ese polvo amarillo de mandrágora

que hace azules los sueños.

El horizonte empieza a recitar

una canción de cuna para la espalda de la noche.

Es hora de acabar los sortilegios,

que descanse el mercurio en su probeta y el ala de murciélago en el aire.

Los Rollings sustituyen al Cármina Burana.

El hechicero cuelga el mandilón,

se cambia de zapatos, deja su gorro frigio en un estante,

anuda su corbata de seda milanesa,

y se va a la oficina como todos los días.

(1)  «…Pero si yo pudiera disfrutarlo sin ofenderos, estad seguros de que sería dueño de la mayor alegría que hombre alguno pueda poseer.»

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Las horas lentas

 

Somebody put me back in school, I forget everything.
I used to know how to leave the boy behind
without having to watch him go.

Infidel to die for what I’m doing
will happen on the morning when the mirror won’t recognize me.

The Twist. Metric

Durante la noche, en mi reflejo, las horas pasan lentas. Callan la voz y la expresión  de mi rostro,  y todos los propósitos buenos van huyendo de mí. Despacio.  Se va alejando todo lo aprendido, y como dientes de leche oscilan y duelen la culpa y la vergüenza.

Durante la noche, en el espejo, las horas pasan tan, tan, lentas, que revivo toda mi vida cada madrugada. L’espirit de l’escalier de todos los momentos, como escenas añadidas en el director’s cut que nunca se llegó a estrenar. Los besos que nos dimos a escondidas en el jardín del colegio, donde se metían los gatos, donde no nos dejaban estar. Y si se lo recuerdo por Tuenti y dejo que me diga que estoy loca, que no pasó, sabré que a ella ya se le ha caído ese diente tan incómodo. Penden de mis encías recuerdos de una infancia encubierta. 

Durante la noche las horas pasan lentas. Pasan los amantes a escondidas y dejan un rastro amargo entre los huecos de mi infancia. Oscila la primera carta de amor y su viaje en mil pedazos desde las manos de un niño rubio hacia el fondo de una papelera. Tiembla el recuerdo de una mano fría dentro un pantalón de la dieciséis. Cae definitivo el primero de los besos y lo olvido sin esfuerzo, como los siguientes. Y si les busco por Facebook y me agregan como “amiga” quedará  patente el valor que le dimos. Cero.

 

Por Adriana Bañares Camacho

 

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR DANIEL DE CULLA

 

BURRO PANDERO OBISPO DE ANILLO

 

Soy de Sevilla

Y me he amancebado

Estoy gordo como un obispo con anillo

Soy un burro pandero

De los de dios y el diablo

Consagrado a hacer vida

Espiritual y contemplativa

O a tratar sobre ella

De cualquier forma

Sobre todo

La comunicación

Inmediata y directa

Con la divinidad abierta de piernas

O el éxtasis

No hecho casual

E impremeditadamente.

Tengo hacienda en Cantillana y Brenes

Y unos sobrinos

¡No digáis nada¡

Que son “hijos de cura”

Ese que trae fantasmas por el día

Y por la noche

Para causar miedo a los niños

En libamiento de exvotos

O eróticos relicarios

Que se liban en sacrificios

Para fines de amores sucios.

Antes

Fui paje del rey don Pedro de Castilla

“el Cruel”, “el Justiciero”

Ese que pretendió el amor

De una doncella principal

Y desposada

Y que venía a verla de noche

Hecho un fantasma

La moza, cuando sale

Siempre va

Con un cántaro de agua en la cabeza

Y su mozo, el desposado

Con una losa a cuestas

Porque es enterrador

Y conduce a lomo piedras

O cosas semejantes

Y a casa, tarde o nunca llega.

Sabes: se toparon al amanecer

Ella y el rey

Un día de mayo

Que por eso ella canta:

“Días de mayo

Días de desventura

Aun no es mañana

Y ya es noche oscura”

O “Bien se está

San pedro en Roma”

Cuando follan

O “Ya es duro, o viejo Pedro,

Para cabrero”

Y Ja ja ja

Dicen

Que lo dijo la gente del rey:

“Disfrazado viene el rey villano”

Que echándose un día

Al desposado y parlando

Le hizo ver a su amada

En sabor, y color, y olor

Cuando le dijo:

-Dios te la deparó buena.

Hermano.

Y de esos caldos del Amor

Dale hartos.

 

***

 

HAIKUS DE LA VERDE OLIVA

 

Muerte pelada

Mi esposo sin albarda.

Campo de Nabos.

 

Sabes del cielo

Y no sabes del suelo.

Caca pisada.

 

Viuda en entierro

Morcilla de sacristán.

Buena en buena fe.

 

Por mar y tierra

La vieja de puntilla

Te llama beodo.

 

Beata a grillos

Cura de puerta en puerta

A pedir huevos.

 

-Mujer, pon la olla

Que aquí traigo la polla.

Convite al jarro.

 

En Toledo un día

Remolón un chumino.

Puta a caballo.

 

Altivo mono

Sacaba la castaña

Con mano de gato.

 

Siete la vacía

Y siete la hincha al día

Ama de cura.

 

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POEMAS DE CUBATA CALIENTE

 

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

MARI-LIENDRE, VIEJA GATA

 

Aprecio tu cariño frío y premeditado,

Pero detesto tu nostalgia apenas pacata,

Decides acabar con tu plan repasado

Y das celos con tu uña de vieja gata,

Gata, vieja gata, acabó tu reinado,

Acabó tu helado de fresa y nata,

Acabó tu manjar de otoño prestado,

Acabó el escondite, el hallazgo, el alba,

Acabó tu sonrisa un día inusitado,

Días de tormentas en total calma,

Días de olvido casi desmemoriado,

Días caminando por la lluvia santa,

Días de gris paisaje, de peaje y asfalto,

Hay una verdad de totalidad franca,

Hay un rumor en el fondo de un vaso,

Hay una dicha en la ciudad blanca,

Hay un bochorno en el cielo raso.

Supiste ser gata de argucia incauta,

Quisiste marcarte tu mejor menoscabo,

Quisiste ser obscena tragedia sin tacha,

Quisiste quitarle al asunto un grado.

Tiene tu dentadura vicio y patraña,

Tiene tu finura un ademán chabacano,

Tiene tu rabia una breve larva

De gusano que rememora al pasado.

Huele tu aroma a corcho y a chapa,

Buscas un tesoro ya encontrado,

Buscas nadir y cenit, una mejor carta,

Buscas un juego ya terminado,

Buscas un amor por si acaso mañana,

Buscas un reloj hace tiempo parado,

Odias ser esquirla, migaja y nada,

Odias el desprecio y al despreciado,

Odias escuchar aquella feliz balada

Que te trae aquella tarde oscura a las cuatro,

Odias la vida sin física y sin entraña,

Al fantasma que te visita a diario,

Al marica fanático de la última palabra

Que sólo pretende hacerte algún daño,

Odias la verdad caduca y extraña,

Al fragmento del beso casi olvidado,

Al rosado peluche y la dura almohada,

Al tedioso mundo rodando a tu lado.

Eres mi princesa vestida en pijama,

Eres mi amargor del todo estupefacto,

Eres mi ilusión a edad tan temprana,

Eres abrazo y rapto, polvo de torrefacto.

Eres una niña inocente y mera villana.

Eres alegría que se muere en el acto,

Eres púrpura luna, ventana cerrada,

Eres negro sollozo, oro manchado.

Eres la Mari-liendre que prefiere Baco.

***

 

MISA POR CAN TUNIS

 

Bendito sea el Padre, el Hijo, el Lugar

y el Espíritu que os abandona,

Santa parábola que al alma dormita,

Santa Letanía de estorbos consagrados,

Santa Eucaristía de vicios consentidos,

Hábitos que no hacen al monje

y monjes con hábito y sin fe.

Mártires que no quieren consagrarse

y Madres que lloran su Vía Crucis,

cruces que se llevan muy adentro

y procesiones que se ven desde afuera,

cálices que se derraman ante nosotros

y luego nosotros nos arrodillamos sin verlos,

santos que no son santos

y ángeles que pecan de caer demasiado.

Bendito sea el pastor sin rebaño,

y el rebaño sin pastor,

bendito sea el silbo del agua que se os da

y la huella que deja con sus patas la gaviota.

Realidad de los Gitanos de Can Tunis,

qué loca barbarie sin aurora os teme todavía,

barranco de todas las derrotas con desprecio,

justicia de macabros embudos de plomo,

dioses múltiples e inquilinos sin cielo propio,

Guardad vuestra libertad en las cloacas,

Guardad vuestro verbo entre retales,

Cread vuestra virtud entre tinieblas,

Romped los idiomas con vuestra verdad,

Quebrad erguidos las mañanas cansadas,

Verted la hiel de todos los suspiros,

Amontonaos en los rincones de este mundo;

No lloráis más por que no podéis,

Llagas que os saltan desde la frente

y germinan por las tardes como hongos.

Se divisa un paisaje de escombro vencido

en la línea honda de las palmas de las manos

 que se cruzan con vuestro aliento ardiente,

cumbre de los equinoccios que pasan,

lumbres desprovistas de toda la dulzura,

melancolías negras, tedios peligrosos

y agobios que se desmayan desde la boca,

ratas que son misterio de contradicción

y nombres que son herencia de tradición negada.

 Gitanos de Culto Sacrosanto,

guardad vuestras banderas de trapo,

guardad vuestra alegría, guardad

vuestra canción hecha a vuestra semejanza.

Se alejan los edificios con portería

 los coches de cunda y el alivio ciego,

los muchachos con Navidad perenne,

Se alejan las piedras que os rodean,

vuestros Consuelos, vuestros presagios,

se alejan vuestras gratitudes calientes,

los hemisferios que no os conocen,

 los Migueletes que un día os amaron,

se alejan con sus durmientes miedos de cobre,

se alejan las autoridades, las promesas olvidadas,

se alejan los barcos oxidados

y os quedáis con el orgullo hecho de roca

y con la soledad nómada de los camioneros;

compran el madroño y se van; y se quedan

las hogueras, las crujientes candelas,

las alegrías pequeñas de gorrión,

y los yonquis, que también se alejan,

se curan del vicio y vendrán otros,

caras iguales que no son nunca iguales,

caras que piden su golosina prohibida

y no se atreven a ser ellos mismos

los que den el alimento a los lobos,

los que rieguen la dormidera escondida,

los que jueguen con el hecho y el acto.

Cuidaos de la siembra sin cosecha,

cuidaos de los ejércitos sin sombra,

cuidaos de las agujas y de los vidrios rotos,

cuidad de vuestros niños arrinconados,

cuidaos hasta de vosotros mismos.

Gitanos, sed libres por que sí,

sed salvaje orgullo que no cede,

sed la rabia que se hace desierto de ira,

sed libertad herida

que exige vuestro propio destino,

sed vuestra oligarquía bajo las estrellas.

Sed vosotros, gitanos. Sed vosotros.

***

 

LA CADENA

 

Todo comportamiento

en un futuro a medio plazo

está acondicionado por un pasado,

el futuro es consecuencia

del pasado.

Todo es una cadena

y en cada eslabón está la clave.

 

***

 

SILENCIO

 

Silencio, hay un silencio,

con la televisión encendida,

la calle a media tarde,

la música en el PC

y hay en todo un silencio,

y ese silencio solo puede darlo

la poesía.

 

***

 

RETROCESO Y AVANCE

 

Es necesario que el hombre vuelva a su origen,

a su caverna, a su inocencia, a su desconocimiento,

hay que renegar de la moneda,

de las instituciones, de las jerarquías,

   de las banderas, de las fronteras,

de los dogmas, de los credos,

de las palabras huecas, de los sinsentidos;

todas estas cosas han fracasado,

han expirado, han sido algo de lo que reírse,

hay que renegar hasta del origen,

de la génesis, de lo establecido como cívico,

la civilización es deshumanización,

el ser humano debe volver a su ignorancia,

el conocimiento lo hace un total desconocido,

el hombre debe volver a ser parte

del hombre, y todo lo que ha aprendido,

volver a desaprenderlo, intentar desentenderlo.

Otro mundo es inevitable,

No podrán ésta vez pararlo.

La humanidad carece de sentido,

la humanidad se extinguirá como un mamut rabioso

que se resistirá arañando su derrota

en su acabamiento.

Este mundo es un fracaso,

ahora que todo parece más unido, más cercano,

ahora todo es soledad, todo es lejanía.

Comprendo al hombre como un remanso de inocencia

caminando en su avance incierto

y anda aprendiendo y el conocimiento

lo hace bestia, bestia fraticida y fría,

ciega, insaciable, egoísta, e injusta,

aunque lo sabemos y siempre sepamos

de su vulnerabilidad, de su fragilidad, de su extinción

el hombre ha llegado a ser otro,

ahora es la bestia que en su futuro antropófago

no conocerá; la habrá ya olvidado. 

Olvidará hasta la bestia que ahora es.

Que recuerde su origen cavernario

no es más que una anécdota en los libros de historia.

Se debe volver a la simplicidad.

Lo sencillo es el camino verdadero.

No hay otro camino.

***

 

DESPUÉS DE TODO

(el poeta no está)

 

Pasa la noche por el borde de la fiebre azul,

se toma tres pastillas mezcladas con Coca-cola,

 quiere soñar para eyacular sus calzoncillos,

quiere verse protagonista de su gemido espeso,

y después de la repetida mañana no está,

el poeta no está,

han encontrado sus sábanas frías

y este poema que reclama su terca ausencia,

han fusilado su aurora con piedras blandas

y lo han puesto a secar con sus poemas

al sol de la noche más buena.

El poeta no está,

está herido de palabras que no se han dicho

y de aromas que pasan sin su olor prematuro,

está herido de resplandores tras las montañas

que ve desde su balcón abierto,

de efigies que no se conocen todavía

y vienen a pedirle el aguinaldo,

de golosinas robadas por la mar amarga

que se pudren de risa mal intencionada,

de contagiadas alegrías en colectividad

que se vuelven consuelo y semejanza,

que se vuelven espejos cautivos de gracia;

al poeta lo han desmigajado

epifanías durmientes como osos de brea

que hacen aspavientos por las mil morales huecas

escuchando monsergas en la radio local,

con la esperanza local, con la idea estéril;

han esquilado la flor del poeta

con lamentos en la esquina de los presagios

que confunden su ombligo con una perla boba

hartos de sentirse acompañados;

lo han marchitado

 las palmadas en la espalda y las felicitaciones

 de parejas normales con dicha y ropa perfumada,

que buscan sus propios embriones por las cloacas;

lo andan buscando

los misterios que dejan de ser misterio

y que se apropian del poeta,

que parten en dos

al poeta y lo vomitan como a un ecce homo

en vísperas de ser quien fue.

Lo hallan los logros de asedio consumado

como el humo primitivo del incienso caprichoso,

han desechado al poeta de su edén virginal

y lo han atiborrado de asfalto y goma de neumático,

de reloj digital y semáforos en rojo,

de farmacias cerradas y ambulancias veloces,

de tardes de domingo y estrellas resentidas;

 se han librado de su tozudez

y han festejado la hazaña en la cumbre

de las plazas y en las dos mitades de un corazón,

lo han decretado sofisticado argumento

y han disecado su discurso con arena teñida

de las playas de la ilusión oculta,

han derramado sus palabras en un bote

y dan a probar el trago de suerte y desventura

por diez céntimos sudados con mugre de lustro,

se esconde el poeta de la vida angular

y se traga las dagas de los conductores vacíos,

se escuda tras la higuera preñada de cansancios,

se escuda en los soportales del sinsentido,

y no tiene madre que lo haga buen zagal,

las salamandras se han comido

su poema favorito y lo bordan con el hilo

de los gusanos de seda para que brote desde su interior.

Los hastíos del poeta se han marchitado

y no volverán a enfriar a la plateada luna,

los poemas de amor han engordado

y una redonda barriga les nace

como un orbe que pretende ser ovillo de luz

y bostezo eterno que asusta

a los refugiados que han visto torpes su corona,

su corona de sombras bailando

que lo hacen bulto en desmayo vencido

y relato trágico que en primavera se desnuda.

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR PABLO MARTÍN

(PABLO VOLUMEN)

 

Por ti hago lo que sea

 

Por ti,
por tu amor
estaría dispuesto a dejarlo todo.

Excepto el rock,
mi pelo largo si me aguanta,
mi ropa de moda,
mis botas,
mi Fender,
mi Lee Oskar,
mis libros no leídos,
mis calzoncillos de los Lunes a Domingo
y mis noches escuchando a Cebrián.

Esto sí es amor,
por ti hago lo que sea cariño,
por ti no pienso cambiar.

***

En defensa propia

 

No habrá más daño en los ojos
porque he absorbido la luz
capaz de morir en tu visera,
aunque quede la artificial,
la menos importante,
la de las farolas
y los últimos garitos abiertos
en los días sin descanso.

Tú hablabas de lo bello de mi pueblo
después de girar la pulsera en la mesa
y hablar de lodazales y charcos,
en un acto de confianza,
cuando creías todavía
en el valor ético de mi locura.

Te aquilataba
y apostaba alto
haciendo alquimia
de miradas asépticas,
remedando en sus síntomas
a la azafata de vuelo.

Cuando todo terminó
me quité la ropa
y me pisé para ganar lo jugado,
me quedé sentado en un banco,
escribiendo,
matando el tiempo
en defensa propia.

***

Reciclando

 

Los críos estaban columpiándose,
lanzándose insultos desde el tobogán,
esperando a ver quién llegaba
más manchado a casa.

Los pañuelos me daban arcadas
sobre los aparcamientos de bicicletas,
cuando los que se adornaban el pelo
tenían las rodillas manchadas.

Me hacía gracia el aire que nos atravesaba.

Había quien sujetaba la bolsa
y luego se daba la vuelta.

Había quien con tranquilidad reciclaba.

Pero otros no estaban
tan concienciados
con el medio ambiente,
nos usaban,
nos tiraban,
y sin pasar por planta
yo les mandaba
a tomar por el culo,
directamente.

***

A juego

 

Absorbía el calor
y llevaba el cuero a juego con la noche,
a juego con sus pendientes,
a juego con mi chupa de cuero,
con sus zapatos,
con sus medias,
con su falda,
con el suelo del garito.

A juego con sus ojos,
con mi cerveza,
con su pelo,
con la ausencia de luz,
con los Lunes,
los Jueves,
con los gatos,
con el estribillo de la ropa,
las listas,
los agujeros
y los árbitros.

Yo también iba a juego
por mi cuenta,
con
mis
calcetines.

***

 

El combate

 

Los focos auguraban desazón
y las suelas tragaban la orina
de todo el mundo,
cuando las lesbianas
se daban el palo
y se intercambiaban el chicle,
muy cerca de la máquina de condones,
a la salida del recreo.

A un lado del ring,
a mi derecha,
estaba ella
en la categoría de peso pluma.

Al otro lado,
a veinte metros de mí
estaba yo,
en la categoría de semipesados.

***

Cuarto creciente

 

Nos pusimos unos cuantos pivotes
en el corazón
para que no aparcase nadie,
y después nos fuimos corriendo
con nuestros miles de kilómetros de correa
para morder de cerca a los más cobardes.

Nos apuntamos a todas las guerras:
a la primera, la segunda,
la tercera
y a la de los 21 días en cama.

Nos quedamos sin dormir
casi todas las noches
durante nueve semanas y media.

Unos viendo el teletienda
y nosotros en nuestro piso franco
planeando el próximo
atentado al Sol.

Esa noche nos hicimos más violentos,
nos maltratamos a base de caricias
y esnifamos amor adulterado,
pero ahora hemos cambiado,
llevamos bien alta la cabeza
y nos partimos la cara
con nosotros mismos,
con cualquiera.

***

Después de tantos años

Después de tantos años sin vernos
no tenemos nada que decirnos,
revelamos la retina para ver el pasado
y sólo hay noches en vela, sueños velados.

Somos propensos a la vejez,
la experiencia se la dimos a los años,
los mismos que guardan nuestros secretos,
igual que el anciano esconde su dinero.

Nos hemos quedado con un dolor vitalicio,
con el pomo de la puerta en la mano,
pero a pesar de nuestra incontinencia urinaria,
intentamos contenernos, intentamos aguantarnos,
pero no podemos,
nos echamos de menos,
después de tantos años.

Nos hemos prohibido todas las ilusiones,
nos hemos permitido todos los fracasos,
hemos sopesado todas las opciones
y hemos escogido caminos contrarios.

Ahora sabremos que los dos teníamos razón,
y la repartiremos a partes iguales,
tú te quedarás con que «hemos cambiado»
y yo me quedaré con que «estás equivocado».

Tropezaremos una y otra vez,
nos levantaremos y seguiremos tropezando,
y por cada traspiés que demos,
descompondré nuevos gritos de dolor articulado.

Devolveremos las palabras a su dueño
y aunque sea con los pies por delante,
saldremos del manicomio,
saldremos de la cárcel,
y te echaré en falta,
yo por lo menos,
después de tantos años.

***

Los terceros

 

Ellos no tenían los cortes en la cara,
no tenían que vestir como yo lo hacía,
no tenían que tragar a diario
toda la mierda que llovía en seis horas.

No tenían que beber el alquitrán
de las cuevas de Altamira,
ni la menstruación de las señoritas de Avignon
que me hacía vomitar.

Iban de gallos amanerados,
insultantes,
custodiados por sus chicas,
quejándose por todo,
hipócritas, machistoides,
con su mirada altiva
de perdonavidas,
de proxenetas con vasectomía,
fantasmas de espejos,
fuleros y demagogos,
pero sobre todo ignorantes.

Debía ser contagioso,
porque a la vez que enfermaban
me ponían enfermo.

 

 

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BREVE ANTOLOGÍA DE LO VIVIDO

 

 

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

MISERIA Y MUGRE

 

Andaré sobre cristales, andaré,

andaré la oscura sombra,

seré fiel a tu persona, yo seré,

aunque sepa que me sobras.

Quise hurgar en tu miseria,

quise soñar con tu mugre,

quise curarte de tu histeria,

pronto caerás de tu nube,

quise hacerte mi princesa,

rogué que tocaras cumbre,

con maldad a veces se reza,

 por ti abriría grutas de azufre,

diablo de este rompecabezas,

 rezaría por si quizá tú sufres,

rezar aunque quemen mis venas,

¿es mi sufrimiento tu disfrute?

es tu goce toda entera mi pena,

es ese llanto donde te luces,

espesa brea mi noche de espera,

 mi alrededor es absurdo y cutre,

al diablo también se le reza,

este sentimiento solo se pudre,

quien anda solo, solo se encuentra,

se seca el agua, se amarga lo dulce.

Iba de la cocina a la sala,

y de la sala al desastre,

por tu amor me falta un ala,

por tu amor me faltó el aire.

Miseria y mugre es la vida,

azar y suerte es el juego,

me dejaste tan tieso querida,

que de tu gris arco-iris reniego,

que de tu pasión fui mártir,

tú supiste hacerme fuego,

de aquella manera tan fácil

me hiciste el corazón negro

y te salió la partida gratis,

te salió gratis el sepelio,

te salió gratis la ronda,

te salió barato mi infierno.

Amor entre tu miseria,

desamor entre tu mugre,

vas de santa y leguleya,

en mi llanto seco das lustre,

 hembra sutil de verbena,

disfrutas entre trago y bitute,

vas con soberbia, guachafera,

y de desprecios me cubres.

No quiero ver fría mirada,

no quiero ver más sollozo,

mejor tenerte olvidada

que convertirme en tu estorbo.

Verás cómo todo se paga,

verás cómo me lo cobro,

comprenderás que se ama

lo que es digno para tus ojos,

yo contigo fui a la cama

cuando debí saber estar solo,

solo en llanto y en pijama,

solo por que debo ser yo solo,

solo y al cuidado una dama

que sabe por qué fui yo el loco.   

***

 

TENGO HAMBRE, MUCHA HAMBRE

 

Necesito del bendito sabor de la vida,

necesito probar de tu buena sazón,

degustar siempre de tu sazonada comida

es labor que no olvida nunca el corazón.

Degustar tu lúcuma desconocida,

saciarme la virtud con tu chanfainita,

eres potaje de judía y patata cocida,

pucherito bravo que mi chu-chú imita,

eres lomo suave, solomillo a la manida,

ágape de golosina y  bolsa de palomitas,

pan con pamplina, chupe de camarón,

mermelada, queso tierno, tacos, vainitas,

 flan, tocino de cielo, mejillones al vapor,

arroz chaufa, pollo frito y unas lentejitas

con su chorizo en plena ebullición,

salpicón, gazpacho, morteruelo, parigüelita,

sopa con tropezón, frijoles en su esplendor,

bendito bistec con sus patatas fritas,

conejo al ajillo, conejo con arroz,

sabor del tomate con su lengua exquisita,

con un cocido andaluz al punto y hervor,

anticuchos y finas hierbas en tus pechuguitas,

unos picarones, unos caracoles, y requesón,

redondo alfajor con miel de frutas variaditas,

besos de moza, pollo a la piña, a todo piñón,

deliciosa tu paella con sus palabritas,

tu pepián, tu rocoto, tu lasaña, y tu amor,

tu mondongo italiano, y tu carapulcrita,

tu pollo a la brasa, tu yogurt y tu picantón,

tu dulce algarrobina, tus calamares en su tinta,

perejil, cilantro, romero, tomillo, pimentón,

empanada, sándwich, empanadilla,

cebiche de conchas negras, jamón con melón,

almendras garrapiñadas y peladillas,

salitre en tu colacao, en la leche, en tu fogón,

cebolla, mozarella, carne y mucha miga,

 y a veces y otras veces, un milagro de peces,

merluza, boquerones, pescadilla,

mero, perca, perico, y chanquete,

milanesa, salchicha, (hot-dog), ensaladilla,

turrón norteño, sabor de Jijona, sorbete,

trucha, cangrejo, papa-seca, granadilla,

capuchino, café solo, irlandés y moliente,

carne mechada, ternera en salsa, papa amarilla.

la escudella, el estofado, coca de aceite,

a la guanábana, a la palta, a la mantequilla,

pecado de cardenal, de chocolate con leche,

pecado de bacanal, pecado a la vainilla,

alucine en el paladar, remedio indecente,

ensaimada, sobrasada, croissant, canelillas,

potaje de almejas, piñonate, aguardiente,

coñac, anisete, nueces con nata, natillas,

pestiños, mistela, güisqui, miel silvestre,

crema catalana, magdalenas, quesadillas,

pistacho, mortadela, espagueti, queque,

altramuces, anchoas, olivas y pizza al dente;

de jamón york, de atún, de patatas mis tortillas,

qué buen sabor tiene lo que tan bien huele.

***

 

CANCIÓN DE LOS MUCHACHOS

Burla de necios y fanfarrones,

tropa de dioses con migraña,

cumbre de todos mis detractores

que guardan su tiña en su guadaña,

victimas de aquel compromiso,

secuaces de asediadas mañanas,

protectores de un mundo sumiso

que beben a sorbos su desgana,

 bostezan por fríos consuelos,

su peloteo es floreo con mala maña,

entre  los rastros del suelo

se halla su huella siempre tan casta,

se atan gomas en el pelo,

levantan su voz por las cucañas,

creen que su verso es de caramelo

y es rima parca de pura melaza.

Ramplones del gris compadreo,

son pendencieros y mojigatos,

sacad vuestra fiera de paseo

mientras yo echo la siesta un rato,

sacad de vuestro váter el tebeo

y apuntadme en la frente el gasto,

yo mientras sigo dando garbeos,

siempre buscando y buscando,

me gusta demasiado el cachondeo,

de cualquier paga-fantas me escapo,

en la melodía de alegrías me empleo,

me tapo y también me destapo,

ni de fraile ni de santo me veo

y mucho menos haciendo milagros,

 señalad mi soledad con el dedo,

yo del güisqui no cuento los grados.

Otras madrugadas me desnudan,

otras mañanas me desvisten,

 todos mis ceros se adeudan

a las rutinas de tardes que insisten

 que eres apariencia y fachada,

que todo es farfolla y despiste,

que tú sólo das la patada

cuando en torno a ti está lo triste,

que quieres y te cansas deprisa,

y llevas tu cansancio en ristre,

ves como se te pudre la risa

guardando para unos pocos tu chiste,

te aniquilas enfadado la camisa

si los cierra-bares te hablan de alpiste,

te persigue nerviosa tu prisa,

tú lo sabes y ya lo asumiste,

vas de progre y de optimista,

naipe comodín, órdago al envite,

 regateo ruin de mezquino estraperlista,

 chamullista vil, zaino quitaquite,

(estribillo)

Círculo de los mamarrachos,

pan de las lejanas quimeras,

poto de los buenos borrachos

que chupan todos de sus maneras,

Son estudiados y buenos muchachos

que nunca tuvieron malas ideas.

***

VÉRTIGO EN LAS CALLES

 

Secuencia de un mundo inexacto,

calles mojadas aún por desnudar,

el binomio es fragmento del pacto

con el miedo abierto de par en par.

Gorriones grises le dan al acto

un dios atento que aprende a callar,

delirio mecánico y azar de artefacto,

gramos de insomnio, taxi-realidad.

Bares que esconden en el lavabo

criaturas de sesgo del todo vertical,

parques que abrazan lo asediado,

peces con beso oscuro que olvidar,

olvidos que buscan en su pasado

una memoria desnuda con luz de gas.

Clases sociales entregadas al vaso,

destellos opacos en estrecha verdad,

madres ajenas que en aquel raso

hacen maraña de lo que no está,

viles majaderos que en el tabaco

hacen inventario de semilla angular,

matarifes del compás deshuesado,

pupilos de la noche y del gran maná,

tempraneros que allá por las cuatro

legañean toda su cruel vanidad,

mozos que rompen un mal contrato,

proxenetas con moribundo paladar,

exterminio torpe en los sustratos,

pollo frito frío con el que soñar,

noches de ceguera y de espanto

que vale la pena dejar muy atrás,

largos turnos silbados en el trabajo

de seres que viven para menospreciar,

estornudos y falsas toses que por abajo

hacen heridas que pretenden gritar,

busca en tus llagas sombra de tirano,

busca tu flash en la velocidad,

no encuentras larva en el simulacro

que pierda el hilo al conversar,

cimarrones que entran al trapo,

mitómanos y cirujanos que viven mal,

tapujos en los suspiros suspirados,

moneda que de mano en mano va,

lágrimas que valen más de un pecado,

muralla de miradas por derribar,

mundo renovado que pisotea lo viciado,

otro sol que aprende el mismo andar.

(estribillo)

Calles que se mueven al compás

de ritmos que vértigo te darían,

pon tierra por medio y ya verás

 aquello que inusitado tú odiarías,

calles de contrariedad y velocidad,

calles de soledad que acompañaría

a solitarias fotos de carné de identidad,

solitario nombre de noche y de día,

solitaria calle, vertiginosa ciudad,

Vértigo que habita allá entre cañerías.        

***

 

UN BLUES, UN TANGO

Y UNA RANCHERA PARA DOS

 

A Joaquín y Benjamín, por inspirarme vivir.

La noche es un gato negro,

el día es lisura de filigrana,

la mafia defiende sus huesos

con gorilas de espalda ancha,

me atrapan y me olvidan los versos,

me buscan todas las trastadas,

se me escapan azules los cielos

detrás de ángeles de negras alas,

se caen de mi bolsillo los ruegos,

se me suben todas las retahílas,

me siguen ciegos tus besos

por las calles frías de Praga,

busco en tus canciones consuelo,

busco nueva fe en tus baladas,

a mí también me ladran los perros,

y mis sonrisas también se cansan,

entre chistes negros no pienso,

gozo entre tus bromas macabras,

las canciones huyen de su consejo,

las canciones hay que cantarlas;

un hombre anda así de rodillas,

un hombre que apenas es nada,

fugitivo de su espesa pesadilla,

amante infiel sin su coartada,

villano que anda a hurtadillas

desde su maldición a su casa,

un rey mendigo de pacotilla,

fulano que anda siempre sin plata,

nadie puede ser un rico mengano

y un pobre zutano de lo que canta,

nadie puede gozar del verano

con tantas tormentas sin calma,

nadie ha previsto vivir tan sano

con tantas epidemias que matan,

nadie ha empezado un camino gitano

y ha terminado con soledad en la solapa,

nadie se ha levantado temprano

con una luna que a veces se escapa,

no se hace combustión de lo falso,

una canción de amor no se pacta,

qué mueran de amor los tiranos

con miedo al espantajo del agua,

qué revienten de paz los resolanos

y los mares salvajes que braman,

  abrazo que se da a un hermano,

remedio que aprietas en tu garganta,

sol de silencio, mi primo lejano,

baile de treguas y de catalas,

ves galaxias en los estribillos,

ves estrellas en las verdades blancas,

de goma son los cuchillos,

pura broma las zarandajas,

a sangre viva gritan los chiquillos,

a lluvia suena tu fiel guitarra,

calla la cigarra y calla el grillo,

Sabina canta lo que Prado sangra.

(estribillo)

Puedo ser cómplice de algún artificio,

puedo sufrir ceguera en cada frontera,

puedo hacer canción de esta primavera,

puedo dar parte a un juez sin oficio,

puedo buscar de ti el triste  indicio,

puedo equivocarme a mi manera,

puedo ser mártir de este sacrificio

y puedo cantarte este blues, este tango

[esta ranchera.

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