34º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

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34º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXXVIII desde inicios/03-04-2013

 

 

 

EDITORIAL LXXVIII

Pueblo Gitano

 

El 8 de Abril se conmemora el Día Internacional del Pueblo Gitano. Ese mismo día del año 1971 esta comunidad se dotó de una bandera y de un himno. Pueblo sin territorio y sin Estado, el nomadismo ha sido una de sus características, lo que ha determinado sus rasgos culturales, su forma de vivir durante siglos. No obstante, podemos decir que desde hace ya años ese nomadismo es en gran medida un tópico del cual nos debemos desprender: en muchas ciudades de Europa –donde viven la mayoría de los gitanos del mundo- y de América los gitanos se asientan en barrios o pedanías y llevan una vida sedentaria.

Pero los gitanos son mucho más que un pueblo de pasado nómada, hay una cultura amplia y también diversa, como ocurre con todos los pueblos, más diversa aún al tratarse de un pueblo disperso, con un idioma, el rom o romaní, en algunos lugares ya muy menguado, como por ejemplo en España, donde la variante local de este idioma, el caló, estuvo a punto de perderse y en la actualidad, mal que bien, se recupera, y también con unos usos sociales y costumbres propios de este pueblo y unas formas de expresión que han de mantenerse como una expresión cultural más de la humanidad.

Las relaciones entre las comunidades gitanas y las comunidades de los territorios a los que aquellas se dirigieron y en las se establecieron no fueron fáciles. Se data en el siglo XV la llegada de los gitanos a Europa –antes se establecieron en otros lugares, como Persia o el Magreb-, cuando los Estados modernos iniciaron su proceso de construcción, lo cual requería un proceso de homogenización de la población, lo que mal casaba con la presencia de pueblos, idiomas, religiones, costumbres y cosmovisiones diferentes. Los gitanos, como minoría que eran, como cualquier minoría, fueron blanco de la persecución y la criminalización, comenzaron a ser vistos no como eran, sino como el poder y por ende la mayoría querían verlos. En España en 1539, bajo el reinado de Felipe II, se aplicó la pena de galeras para los gitanos y dos siglos más tarde, en 1749, el Marqués de la Ensenada llevó a cabo la prisión general de los gitanos. España no fue, por desgracia, el único país donde esto ocurría, se les marginó y persiguió con gran dureza en todo el continente, incluso fueron masacrados por el régimen nazi alemán y sus satélites a mediados del siglo XX.

Sin embargo, nadie puede negar la aportación gitana o romaní a la cultura de los países donde residen. La aportación sin duda más evidente se da en el ámbito de la música, con estilos como el flamenco, las rumbas portuguesas, las rumbas catalanas o la fanfara balcánica, que Emir Kusturica dio a conocer como banda sonora de sus películas. Todos esos estilos son fruto del intercambio, de la fusión, con una aportación enorme de la música gitana. Ni que decir tiene que se extiende esta influencia al baile y al cante, con personalidades que se han ganado el aplauso y el prestigio incluso internacional.

Pero este reconocimiento público de artistas gitanos de renombre no quita a que las diversas etnias que componen el pueblo gitano sigan sufriendo marginación y con frecuencia una violencia simbólica que pervive en la mentalidad general, porque existen prejuicios que los estigmatizan como comunidad y como individuos, levantando muros en ocasiones difíciles de franquear. Son necesarias normas que reconozcan y amparen la pluralidad existente en todos los países Llama la atención que Colombia haya establecido la resolución n.º 22 de 2 de septiembre de 1999, de la Dirección General de Etnias en el que se reconocen sus derechos mientras que en España ni siquiera reconoce el caló al mismo nivel que las otras lenguas del Estado. Pero además también, el pueblo gitano debe mostrar toda su riqueza cultural, social y humana, y para ello debe reforzar sus propias organizaciones asociativas, cuya labor es fundamental.

Existen un gran número de entidades en muchos países, entre ellas, en España, Unión Romaní (www.unionromani.org), la Federación Secretario Gitano (www.gitanos.org), la Asociación de Mujeres Gitanas (www.dromkotar.org),  la Asociación Cultural Gitana del País Vasco (www.kaledorkayiko.org), entre otras, y en América Latina hay una federación que agrupa a asociaciones romaníes nacionales, el Consejo de Organizaciones y Kumpeniyi Rom de las Américas – SKOKRA. Estas organizaciones permiten que el pueblo gitano o romaní tenga su visibilidad en los países de lengua española, a la que se ha incorporado, por cierto, palabras romaníes, y en todos los países donde habiten y se asocien, no sólo un día concreto de mero recuerdo, sino todos los días del año para una sana y benéfica convivencia.

 

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POEMA BASADO EN HECHOS REALES

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

ZOZOBRA LA VIDA

 

Cuando la vida austera sentencia

te conviertes en mera sombra,

te piden todos mucha paciencia

ante la broma macabra y la penitencia,

sin desayuno a tu hora particular,

las medicinas se vuelven placer,

gasolina un lujo que no te das,

tener coche sin seguro para qué,

ya no sales ni al umbral del portal,

 vacía mesa donde la usaban tres,

miga que nadie quiere migar,

 lujo es fumar cigarrillos cada mes,

itv sin pasar, plena clandestinidad,

el cine te dice lo que ya no te crees,

ni libros, un derroche que no te das,

date un capricho solo esta vez,

date derroches como comer pan,

miedo le tienes al mes a mes,

miedo también al estatus de cristal,

más miedo imposible no lo es,

miedo que sacias con tu dignidad,

pilas recargables a poder ser,

tus bolsillos fríos de precariedad,

pobre, pues casi tienes para comer,

ya no pisas el comedor social,

un litro de vino a granel osas beber

para no arruinarte la poca paz,

se ahorra para mañana tener y tener,

te privas de noche con electricidad,

debes el agua de este mísero mes,

también debes el superfluo gas,

 gas cada dos meses, agua cada tres,

se vive por que hay que trabajar,

trabaja, hay paro, pórtate bien,

resuelve un carajo, parasitas fatal,

una juerga al mes abre el plantel

pues la diversión no te hará mal,

si gastas en juerga piensa también

que para días de ayuno lo necesitarás,

mejor tomar sacarina que es miel,

mejor toma leche para cenar,

se toma la vida tan bien

teniendo recibos aún por pagar,

se vive flotando como raspa de pez

si posible es vivir en tu propio hogar,

con víveres, tabaco, soledad y café,

con simientes aún por sembrar,

pues siembra uno para recoger,

siembra miseria y mugre recogerás,

carroña de banco hurga en usted

le dejan con sobras y restos, no más,

hace tiempo no me llaman de usted,

desde que empezó esta crisis brutal,

por que lo que sólido era ya no lo es,

el ahorro podrido que no tendrás,

lo que te quitan un tanto después

 es dígito y cómputo de triste orfandad,

que en el invierno es de hielo tu piel,

entre sabayones es dura tu realidad,

amigos que lo dejan de ser

por que nunca pagas y luego te vas,

te vas por que lo tienes que hacer

si sucia ausencia te dejas brotar,

un adiós no dicho con mucho buqué

que apenas se aprecia en el paladar,

a la francesa las cosas no se ven

y aprendes a hacerlas por necesidad,

bares vacíos que te dejas perder,

vida de pícaro que aumenta en edad,

cosas imposibles que vas a tener

si no te curas la gana y la sed sin sal,

números imposibles huyen del papel,

ellos prefieren volar y volar.

 

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MANUAL DE REVERENCIA

 

No pudimos evitar una leve sonrisa al verlo avanzar hacia el despacho de la Directora General. Mientras caminaba, estiró su cuerpo espigado al máximo, tiró sus hombros hacia atrás, removió el cuello y amagó una sonrisa que procuró amable y confiada, pero que a todas luces se vio servil.

Mario, lo sabíamos todos, era ante su jefa servicial y sumiso, un lacayo lisonjero y adulador, un pelota que extendía ante ella, su adorada directora, un amasijo de elogios y loores que ni el más preciado rapsoda hubiera podido imitar. Como la directora, además, le seguía el juego y hasta parecía gustarle que su empleado le lijara la verba con tanto desparpajo y reverencia, evidente sutiliza mediante le invitaba incluso a aumentar la dosis de retórica prosopopeya, entonces cada una de sus recepciones devenía, mucho más que reuniones de trabajo, alegres pláticas de tono más que festivo, porque él asumía el reto y a cada sesión de sometimiento añadía más kilos de histrionismo marrullero que ya ni siquiera disimulaba ante los demás.

Se detuvo unos segundos ante la puerta que le separaba del objeto de sus lisonjas. Se concentró muy serio. Se dibujó la más amable de sus sonrisas y llamó a la puerta con cuatro nudillos de su mano derecha, ni demasiado suave para que no se le escuchara ni demasiado fuerte para no sorprender o asustar con el ruido seco de los golpecitos en cuestión. Pase, se escuchó al otro lado. Mario colocó la mano izquierda en el pomo como si pretendiera acariciarlo, pareció pensárselo antes de proceder, y empujó al fin hacia abajo, abrió la puerta apenas unos centímetros, lo suficiente para que cupiera su cabeza apenas introducida entre la puerta y el sencillo jambaje oficinesco. Se puede, preguntó con voz pedigüeña. Entre, se escuchó apenas desde la cueva devenida despacho. Y entonces Mario, convencido ya de ser aceptado y confiado por la previa admisión, abrió por completo la puerta y se introdujo en la sala, cerrándola no sin antes mirarnos y parecer con su mirada que nos exhibiera la confianza que la máxima autoridad terrena y cuasi celestial proyectaba hacia él, simple mortal ensalzado por voluntad de la gran dueña y señora, y diosa inclusive, de aquel mítico y místico Olimpo administrativo.

Nuestras sonrisas abandonaron a todas luces la levedad y devinieron francas y mordaces. No nos costaba imaginar la escena que se desarrollaba en ese instante en el despacho y veíamos, como si las paredes fueran transparentes, el constante movimiento del lomo de nuestro compañero al doblegarse ante la majestad máxima y expresar en todo momento su aceptación de los encargos que le dirigía la dueña de voluntades de ocho a cuatro.

Volvimos a la acostumbrada seriedad cuando escuchamos y vimos que la puerta se volvía a abrir. Mario salió con la misma sonrisa celestial, se encorvó de nuevo como último homenaje y cerró la puerta, tras lo cual volvió a su posición habitual, su cuerpo regresó a su rectitud espigada, igual que su boca a su horizontalidad un tanto enervada, crispada tal vez, y avanzó por el pasillo hacia su mesa, justo la que se hallaba a mi lado. Se sentó, comenzó a reordenar los muchos papeles que poblaban su puesto en torno al limpio ordenador y apenas escuché un murmullo, «hija de…». No pude entender el epíteto final, pero no me resultó difícil intuirlo, devolviéndole a nuestro colega toda esa humana carnalidad de la ramplona rutina cotidiana a la que, sin duda, nunca había escapado.

Juan A. Herrero Díez

 

 

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OTROS POEMAS

Por Gonzalo Salesky

 

DE QUÉ SIRVE

 

¿Quién vio a los vencedores y vencidos?

¿Quién dijo que la victoria es nuestra?

Va el mundo, de a poco, derrotado

y en mi reflejo explotan las tormentas.

No veo los corazones, sólo almas apuradas

por tener lo mejor, por dar de menos.

Para dejar de ser y sólo verse

cada segundo, mejor en los espejos.

¿Habrá un antídoto para esta soledad?

¿Cómo explicar de qué sirve el dolor?

¿Podré salvar tanta desilusión,

tanto soldado herido, tanta pena?

 

ESPEJISMO

 

Volveré a mi tierra prometida,

volveré en secreto a ver la luna.

No pisaré dos veces mi camino,

volveré por otro rumbo y otra alcoba.

Tendré que ser la huella de mi tiempo,

un dios que apaga la luz y espía a oscuras.

En el desierto, tan sólo un espejismo

y en madrugada, semilla en la penumbra.

 

DE LUTO

 

Sabes que un día, al fin, no volveré.

Sabrás que la nostalgia es buena consejera.

Sabíamos qué poco iba a durar.

Supimos que la aurora,

en soledad, no sirve;

sé que la luna

no sabe de mi luto.

 

YA NO ESPERA

 

Quisiera ver que el tiempo se congele

y que mis años no pasen. Es verdad

que nada nunca llega a su momento.

Deseo encontrar en otra piel

el bálsamo de todas mis heridas.

¿Será más fácil soñar en soledad?

Tu miedo y mi silencio nos retrasan,

aún es temprano para tocar el cielo

con las dos manos. Mi sombra ya no espera.

Porque el invierno dura más que una estación,

la vida pasa. No encontrarás tus sueños

si haces de cuenta que no existe el dolor.

 

VOCES

 

No quiero evitar la madrugada.

Acallaré las voces

que dentro de mí gritan tu nombre.

Sueño con algo más

que este gris sin matices,

con esta imagen ridícula

de mí. Verás,

yo sé que siempre puedo

caer mucho más bajo,

aquietando las voces

que susurran tu nombre.

Despierta,

la noche sigue lejos.

Tus pasos

vendrán por mi plegaria.

Te insisto,

tendrás que ver la luna

sin voltear, esta vez,

ningún espejo.

¿Sabías que siempre vivo

latiendo sin alma,

secando mi sangre con mis lágrimas?

Trato de ser menos y no puedo.

Trato de ser pena sin nostalgia.

 

ALGO MÁS

 

¿Para qué piden un signo?

El ritmo de la historia se detiene.

Las hordas se dispersan,

se acabará el vacío.

¿Da más temor un hombre que no sueña?

Seré algo más que el coraje del viento:

un talento y un don,

un par de lágrimas.

Un poco más de tiempo…

un corazón.

 

ANTES DEL INVIERNO

 

Vida y muerte,

letra y cava.

Mirada cerril,

ceniza ausente.

Espíritus que tocan mi cabeza

prefieren la noche

para no dejar huella.

En mí,

cada vez más,

pequeñas sombras

perciben el invierno antes que llegue.

Encuentro las máscaras

de noche, por el suelo,

y todo, como siempre,

me lleva a tu miseria.

Lucho por vivir sin recordar,

borrar de mi retina

lo que no valió nada,

todo lo que no supe decir basta.

Ignoro si es inútil

pero me alojo en tu sed y en mi nostalgia.

 

LOCO

Cuando me nombres

volveré a ser en tu vida

algo más que un loco en mi cordura.

Algo menos de lo que siempre esperas,

otra lágrima gris,

otro fracaso,

un suburbio alejado de la aurora.

Cuando suspires mi nombre volveré

a ser la tierra en la que siembres tus heridas.

Seré el culpable del coraje del viento,

un manto negro de piedad, una vasija.

 

HACIA NINGUNO

 

Botellas vacías después de la fiesta,

del ruido,

del mar,

del grito obsceno.

De tantas noches perdidas sin mis sueños.

De cada paso dado en la oscuridad

hacia ningún lugar,

hacia ninguno.

Premura ausente,

silencios que no llegan.

En la distancia, nostalgia. En el perdón,

un poco más de luna y madrugada.

En el olvido,

mar calmo y el dolor

de ser un poco menos,

cada día.

 

AUNQUE NO HAYAS PARTIDO

 

Seré, una vez más, secreto a voces,

la noche en que los ángeles se vayan.

No creas que tu Dios te ha abandonado,

que deja todo a suerte,

que pierde su tiempo en otros soles.

No pienses que el presente

es peor que lo pasado.

Esperaré, aunque no hayas partido.

 

ANTES DE PARTIR

 

El horizonte previo a la tormenta

quiere olvidar adónde he abandonado

mis sueños. ¿Adónde habré sembrado

las huellas que vi, antes de partir?

Antes de partir, tuve el consuelo

que hoy ya no tengo. Fueron mil fantasías,

y esa seguridad que había en mi vida

ya no me encuentra. La noche me ha vencido.

Como dicen los sabios o los locos,

el bien se vuelve mal desde el pasado.

El viejo resplandor sigue asomando

aunque el día esté gris. Aunque la luna…

aunque en la oscuridad, yo siga vivo,

te llamo, descalzo y en silencio

para que veas cómo quedó mi alma.

 

AL BORDE

 

Como un boxeador ciego

esquivo y lanzo al aire

los últimos suspiros de mi sangre.

Miento si pretendo excavar mucho

en mí. Tu alma siempre estará

al borde de la mía, siempre al borde.

Tendrás que estar atenta,

la vida es mucho menos.

El cielo estará lejos si lo llamo.

El camino hacia la libertad

es algo más que un banquete vacío.

Las perlas del collar siguen cayendo

alrededor del llanto, del sudor.

Tus sueños, mis sueños, nuestra vida

hoy se parecen menos a la aurora.

Habrá una apuesta más, una señal

para saber si todo está en el viento.

DISTANCIA

Detente,

no sigas.

El vértigo te llama pero no,

no esperes demasiado.

Despacio.

Hoy no sabrás

que nada nunca llega a su momento,

que todo cuesta cada día más.

No escuches.

Sólo adentro

tendrás esa respuesta.

Y el llamado,

mi llamado,

te seguirá de lejos.

Las horas que quedan

esperan sin suerte.

Tengo en mis puños dos llagas,

mis ojos nublados

y esta risa, temblando por lo bajo.

Los días que restan

castigan,

contagian.

¿Qué vas a llevarte contigo?

 

LAS HORAS QUE QUEDAN

El fuego no se apaga,

mucho menos de día.

Tampoco el sol deja ver las estrellas.

Tus ojos y la brisa,

mis látigos de hielo.

Afuera, nada salva,

nada queda

fuera de la agonía.

¿Y el dolor?

Tendrás que ver

cómo sueño despierto,

cómo paso mi vida deseando,

perdiendo y encontrando

las horas que quedan.

No te inquietes por mañana,

ya no sufras

si me ves doblando en otra esquina.

No puedo hacer nada más que prepararte

para el camino más largo, para el tuyo.

Será duro como nunca

y aunque cierres los ojos

estaré, como siempre, en mi tibieza.

 

UN BUEN SECRETO

 

Un viejo hechizo

parece arrebatarnos la cordura.

Aunque la tentación sea tan fuerte,

aunque el veneno…

Un buen secreto jamás se ocultará,

nunca se ha dicho.

Habrá una imagen más de aquello, inútil:

un viejo souvenir de la tristeza,

un accidente en la ruta,

una quimera.

Camino por sombras

buscando en la arena

restos de tu brisa.

Siento en la marea

el vértigo enfermo de lo que no olvido.

Aquí, estarás siempre

aunque empiece a odiarte.

Fuiste lo que nunca

supe, lo que pude amar.

¿Lo que di de menos?

Mirando los caminos que marca la luna,

contesto, una a una, tus respuestas.

En un recorrido tan vano,

no hay certezas, y la rutina asalta.

La piel siempre descubre el engaño

y la canción es la misma, aunque no quieras.

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por Rachid Boussad

 

 

Iras y derrotas 

A Mohammed Kirsit
¿Cuántas pasiones fogosas
Yacen desgraciadas
Bajo las medievales cenizas;
Cenizas cretinas de la indiferencia y la displicencia?

¿Cuántos tesoros de glorias
Yacen inservibles
Bajo las medievales cenizas del descuido?

Por las mañanas y por las tardes,
Corren prisas y jadeos,
Caras ensucias de vidas,
Caras mustias, pálidas,
Consumidas y sin sonrisas,
Y nunca jamás se sabe
Con qué sedes salen,
De casuchas destartaladas,
Con qué hambres menos pensadas se nutren,
Y con qué aires extraordinarios respiran.
¿Qué neblinas vagan por sus entornos?
¿Qué luceros las iluminan y qué lunas?

Pintan sus días a lo suyo,
Las horas y los años.
Los atuendos, ni de majestad impregnados,
Ni de simplicidad saciados, ni calmas,
Ni de placeres amantes,
Ni sus parientes se atreven
A interesarse de si sus amores
Acontecen en primaveras,
Éstas de goces, jazmines y azucenas,
O en singulares febreros,
De sombras acuáticas y nevadas.
Las sendas por donde andan de por vida
Se les ofrecen galantes y sin extremos,
Y más aún pedregosas y empinadas.
Quizás les sorprendan, o tal vez les estrangulen
Sus horas de últimas palabras
Y mortajas.
Quizás les salga de repente el camino
Llamando a chubascos, riadas y truenos.

¡Ay! Dense por bien firmadas,
Las postreras sentencias y con récord
Entre las innatas certidumbres y las dudas.

¡Ay de la muchedumbre desprovista de ilusiones!
Distraída y abstraída
En el cavarse las mudas moradas,
Con los picos entristecidos y onustos,
Y con el hurgarse los dedos en las narices,
Se desgasta.
¡Ojalá no desparrame
Su último brindis y trago
De su jarra impasible y silenciosa!
¡Ojalá no se hubiera enterrado
A sí misma desde tiempos longuísimos y envejecidos!

Quédense toditos sabedores
De que nunca jamás se sabía
Que a un tal señor de burro
Se le antojaba alguna vez
Darle a la buena de su noria heredada
Alguna vueltecita al revés.

 

La noche y yo     

Fatalidad, fatalidad…

No tengo tu amor

Nada si no tengo tu amor

Sólo un corazón envuelto en llamas

                    Miguel Mateos

 

La noche y yo,

Dos estrellas solitarias

En el inmenso e infinito firmamento.

La noche y yo,

Un silencio cómplice y sensato,

Silencio de mi esencia,

De su presencia,

Y de tu ausencia, amor mío.

La noche y yo,

Simetría y armonía entre lo real y ficcional,

Hermanamiento emocional,

Homogeneidad y complementariedad incondicional.

 

¡Oh noche serena de abril!

En tus ojos diviso mi alma rota

Mas, tu venir aguardar me fascina,

Tu llegar imperioso al sereno tanto me consuela,

Para navegar cual barco

En el océano de tus párpados,

Mirar y admirar tus palpitaciones rítmicas,

Abrazar tu sombra y penumbra,

Escuchar tu mutismo absoluto…

 

Cierta vez, la noche el silencio rompió

Era muy pero que muy atrevida

Tal vez, la curiosidad sus entrañas carcomía

Para saber lo que yo padecía

Y a preguntarme se ponía:

 “¿qué te ha pasado, que aún no te veo sonreír?

¿Qué disgusto has traído?

Un susto me has dado:

¿Qué tendrás?

¡Qué alicaído se te ve!

La tristeza se escapa de tus labios de fresa

Tu boca de rosa sabe a sinsabores,

Tu voz de azucena huele a pesares,

Tus dos soles; dos astros decrépitos y llorosos,

Tu corazón, un río nostalgia fluir:

Cierto un idilio sufrir”.

Desahógate.

Fíate.

De mí, no tengas sospecha

Ama, ama y el alma ensancha.

 

Yo siento,

Yo siento en el alma un calvario truculento.

“Contigo platicar solicito

Contigo desahogarme necesito.

 

Ya no pido ni anillos ni castillos,

Ni astros ni estros.

Serenidad espiritual tan solo deseo”.

 

Nada te turbe

Alégrate  la cara

Tan linda está la vida

No te entristezcas. No te apenes.

Yo soy el bálsamo de tu desdicha,

El elixir de tus congojas.

Ten anhelo. Tenlo más que nadie

El mundo es un pañuelo

No te salves. Lucha y además lucha

Ya volverás con tu muchacha”.

 

A la soledad

 

                   “la tinta en el papel.

                    El pensamiento

                    Deja su noche”.

                            Javier Sologuren

Óyeme, soledad, oye

Pues tú eres mía

Y yo soy tuyo.

Soy tu suelo natal.

Tú eres mis vestigios perennales.

Mas, en el aire de tu mutismo,

Ardor de tristuras e inquietudes

En mis facciones se patentizan.

Sonrisas ahorcadas

En la muralla de mi semblante

Trágicamente se pintan.

 

¡Qué crueza tan cruel!

¡Oh soledad, soledad!

¡Piedad, y más piedad!

¡Sé un bálsamo de mis angustias!

A paladinas,  a paladinas

Yo mal no obro contigo,

Y que yo sepa,

Es la más alta crueza,

Ésta, ésta que puedes usar conmigo.

 

¡Qué desazón del alma!

¡Oh soledad, sombra adlátere!

En mis soles y lunas,

Levantas tu bandera bordada

De mis nostalgias vulneradas;

De tormentos, terremotos, titubeos y sorpresas.

 

¡Oh soledad, sombra acompañante!

Algunos recuerdos vetustos emergen

En tu sombra diáfana y desnuda.

Si tienes oídos, que oigas:

Los recuerdos nacen y nunca jamás fenecen

Solo de lugar en la memoria mudan.

La ausencia no se da a la olvidanza,

Ni siquiera causa olvido.

La verdadera amada,

Sólida firme duradera,

Cuando ya bien ausente o perdido está.

Óyeme, Majakech, oye

¿Sigues marcando aún las sendas con tus pasos,

O si por debajo de la tierra

Un silencio elocuente envuelve tu calavera?

 

La reclusión solitaria
                 «Le grand mal de la vie, c’est l’ennui».
Stendhal
En aquesta serpiente de vapor,
-Depredadora de carne humana,
Ávida de sangre inmaculada-,
Que tediosa su marcha reitera;
Cuitado yo y bien depredado,
Por ayeres de pesares y sinsabores.
Desollado de mi propio yo

Buscando incesantemente
pero no sé qué.
Vacíos me envuelven,
Me despedazan anhelos
Y carencias me transportan
Hacia no se sabe dónde.
¡Qué descarrío flagrante!
¡Qué desorientación acompañada!
¡Qué mañanas tan amedrentadoras!
¡Qué sonrisas la mar de amonestadoras!
Desesperanza, desesperanza, desesperanza.
La esperanza se va, se va, se fue.
Acaso Dios El Observador y El Todopoderoso,
Condenó a esta serpiente de vapor

A la misma imagen cotidiana y rutinaria;
Y yo a la sempiterna reclusión solitaria.

 

 

 

 

      Oscuridades y caídas

                     A Majda Meskrot

 

Es un pecado capital ser:

Un ángel con alas de polvo,

Una abeja neutra hallada

En un macón,

Un desierto con dunas espinosas,

Y con oasis de sangre y veneno,

Una charca de agua estancada,

Y putrefacta… ¿!y sin más!?

Un ruiseñor enmudecido

En un árbol imperio de arrugas,

Un largo túnel preñado

De promesas yacentes,

Ausencias perniciosas, sonoras y silencios;

Un inmenso ponto colmado

De estelas engorrosas,

Y Baratarias de congojas.

 

¡Ay! ¿De qué otros pecados,

Sí, sí, otros más capitales guardar el bulto?

Vivencias sin la miel de tus presencias,

Convivencias con la hiel de tus ausencias.

 

 

 

 

 

Gritos silentes

Écrire, c’est hurler en silence !”

                             Pénélope Damman

 

 

 En los pómulos de la luna,

El firmamento populoso de estrellas infinitas,

Dibuja sarcásticamente…injustamente…

Tu óbito escamoteado.

 

En la cuna de estas sombras sonoras

Saltan y resaltan mis desmadres,

Nacen y fenecen mis manantiales,

Y mora mi vida sufrida, desdicha imperecedera.

 

¡Ay, qué ayeres y qué hoyes tan reñidos

En este mar de bramido proceloso!

¡Ay, qué bravías luchas huérfanas entabladas!

Todo falta do faltan las fragancias de tu palmeral.

 

En el santuario de mis noches de insomnio,

Deseos suicidas el alma entona.

Recuerdos de arco iris y relámpagos

Yacen sin soliloquio.

 

En el umbral de mis hoyes insurgentes,

De rayos y truenos sobrantes,

El céfiro circula asaz curioso

Queriendo rastrear mis silencios sonantes y tonantes

 

Y con voz urgente me echa a la cara:

¿! A quién embalsamas decentemente

Estos gritos callados, estos barrancos amigables!?

A Majakech, eterno nombre. Idilio sempiterno.

 

 

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EL MARAVILLOSO SONETISTA

RODOLFO LEIRO

 

CIERRO MI VENTANA

 

Y cierro mi ventana, esta ventana mía,

tan amplia y tan humana, que tiene

la desgracia de dar sobre la vida

Luis Bernardino Negreti

 

Como el genial poeta que menciono

decido que se cierre mi ventana,

desde el postín feraz de mi mañana

al verbo que en mi verso promociono;

 

ya no encuentro la paz, no me emociono

observando tu rostro en la fontana,

era el tiempo feliz, el que me llama

después de tu polígamo abandono;

 

quisiera hoy entonar y desentono

como llegando a fiesta en un kimono,

bien pintada mi cara de hombre viejo:

 

es mi forma de ser donde despisto

el momento de azar en que te he visto.

Se ríe del disfraz mi loco espejo.

 

Construido a las 14,40 del

2 de septiembre de 2012 para mi

Libro “Renglones desprolijos”

 

***

 

YO NO

 

Yo no transo con  la usual utilería

y su infausto proscenio de falacia,

no me apoyo jamás en la desgracia

para ensayar el rombo de mi día;

 

también surca el dolor mi poesía

empeñado en untarle paz y gracia;

 la quiero, ya provenga desde Tracia

o de la milpa astral de mi osadía;

 

y la ofrezco sensual, en sintonía,

con el lampo vital de mi energía

o el corazón gigante que me mueve;

 

ya dibujo un soneto en geometría

y llevarlo al Parnaso, como estría

que te enrola, deleita, te conmueve.

 

Construido a las 9,47 del

5 de septiembre de 2012

para mi libro “Renglones desprolijos”

 

 

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SELECCIÓN DE TEXTOS

Por el Gran Boris Gold

 

“LA MUJER”

 

No tengo palabras

cuando me dirijo,

hacia lo más grande

de la humanidad,

la que con dulzura

es bálsamo divino,

y a su vez conmueve

con …su lealtad.

Es el fiel soldado

que antepone todo,

en bien de sus hijos

marido y hogar,

siempre en movimiento

en pos de la causa,

es como una playa

en un manso…mar.

Quién puede hacer esto

y a su vez ser diosa,

solo la sublime

y preclara mujer,

que nunca nos falte

su acertado criterio,

por eso y mil cosas

las he…de querer.

Santa, más que santa

por hacer que todo,

sea como un cuento

de magia y placer,

yo andaba a los tumbos

y perdido el rumbo,

ella entró en mi historia

y me vi…renacer.

Me cuesta creerlo

que andando muy solo,

creí en un momento

en esa realidad,

me causa hasta miedo

cuando pienso en eso,

ella me ha enseñado

que hay otra…verdad.

No interesa como

ni donde ni cuando,

un altar merece

ese amado ser,

en ellas hay pedazos

de Dios y de cielo,

mil veces benditas

las honro…MUJER.

Boris Gold

(simplemente…un poeta)

***

 

HASTA LOS FANTASMAS TE TOCAN EL TUJES

 

Buenos Aires es un hervidero de gente y a cierta hora es como patear un hormiguero y yo como muy normal no soy, me gusta salir a caminar a esa hora, a lo mejor es de puro retorcido  nomás, porque mirándome en el espejo de sus caras, me doy cuenta que para el psiquiátrico todavía no estoy.

En medio de mi deambular y a lo lejos, vislumbro una sombra venir hacia mi, es una figura borrosa, si digo que se apareció de la nada, corro el riesgo de pasar por mentiroso, sigue acercándose y a medida que lo hace, se va pareciendo cada vez más a un ser humano.

La gente siempre apurada va de aquí para allá, sin darse cuenta siquiera de esa presencia y en ese instante me atacó el temor por lo siguiente, ¿acaso el único que lo veía era solo yo?, no lo podía creer.

De golpe y porrazo se presenta en todo su esplendor y caminando a mi lado, pero ignorándome olímpicamente.

Al estar tan cerca  mío lo pude observar  “de cuerpo entero” y lo que ví no me agradó precisamente, si lo tuviera que definir diría que era una figura fantasmal con todo lo que ello implica, pareciera que no tuviera los pies en la vereda,  flotaba sobre ella y su atuendo era muy antiguo.

Observaba todo con mucha curiosidad, tanto los edificios como la ropa de todos los caminantes, moviendo la cabeza en un gesto de no entender nada.

Pero de golpe se comportó algo errático, fue como si se hubiera dado cuenta que estaba a su lado y noté con mucha bronca la cara de tujes que puso al hacer el recorrido por mi vestimenta.

Primero miró mis zapatillas, luego mis bermudas, deteniéndose en mis piernas peludas y por último en mi camiseta que tenía escrita Y LOVE y finalmente posó sus ojos en mi cara, juntó sus manos miró hacia arriba y noté que de sus ojos brotaban un par de lágrimas.

Yo andaré falto de neuronas, pero hay ciertos momentos en que mi cabeza trabaja casi humanamente y me doy cuenta de algunas cosas, en este caso que yo era para él, un gran pelotudo digno de la cinta azul de la popularidad,

Siempre envidié a los que decían que vieron o se les habían aparecido algún fantasma, pues es una experiencia por demás extraordinaria, pero esto que me pasó a mi, habla elocuentemente de mi reputísima vida.

La única vez que veo un fantasma y el vago se dedica a sacarme el cuero y para colmo de males al mirar hacia arriba escuché en un susurro que decía:

PADRE SANTO, ESTE BOLUDO ES UN FIEL EXPONENTE DE CÓMO SON TODOS LOS HUMANOS.

Como verán lo mío no es nada fácil, para mi señora soy del inventario, a los reyes magos nunca les interesó pasar por mi casa cagándome mi infancia y ahora esto, tener que irme con el rabo entre las patas por “esta cosa” que ni siquiera se que carajo es.

Pero a esta historia le falta la última parte, fue  cuando frente a nosotros(eso y yo) apareció otro engendro parecido al antedicho y enojadísimo le dijo: dejáte de joder Pancho, y hagámonos humo cuanto antes, te dije mil veces que aquí

en la tierra no ibas a encontrar nada bueno y que los humanos después de tantos años, no aprendieron nada.

Y siguió con su perorata, de esta gente no vas a aprender un pomo, son todos iguales, inclusive el viejo loco que tenés al lado, que por lo rarito que es …no me extrañaría que sea poeta.

ESTAMOS TAN DESCREÍDOS DE TODO, QUE HOY POR HOY ¡NI EN LOS FANTASMAS SE PUEDE CREER!.

                                                                    Boris Gold

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Textos concebidos por Rolando Revagliatti a partir de “Rol de Cornudos” de Camilo José Cela, “El cuerpo lesbiano” de Monique Wittig y “La pipa de Kif” de Ramón del Valle- Inclán.

 

 

“ROL DE CORNUDOS”

 

 

A buscarse en la resumante especificidad

y exquisita consistencia

en tal constelación y refriegue

humanísimos

al principio aflora el acaponado

y florece luego el bragazas

y no nos damos cuenta y pisamos un poquito

al floripondioso cagón

 

Sí avisamos al de confiada evidencia:

en el fabuloso jardín no faltará el escamoteado

el fogueteiro, el gótico flamígero

en sus macetas, sin salirse, predestinados

retoñantes, en sus canteros, con las respectivas

y confusas o epigramáticas traducciones al

[pima-papago

al familia ges, al charrúa, al familia tupí-guaraní

en carteles retorcidos por el sol

expuestas las variedades a miradas

[serviocroatas y rumanas

y tropezones escoceses, indodravídicos y suahelíes

en venta, en alquiler y hasta en conquista los

[variopintos

hurtables, coleccionables

para eventualmente exhibirse en paquetas vitrinas

Aun el más suburbano

cada cual un espejo florido

hiperclorhídrico

inasequible al desaliento allí lo posee

si sociable, el jonjabero

(podrá con él reírse a sus anchas)

si conciliador, el krausista

si olfateable, el lavándula

 

Hay variantes de las variaciones

castizos desde luego muchos

y con motes tales: meapilas

(y van por lo menos dos con deyecciones)

nazi, ñiquiñaque, otorrinolaríngeo, por

    [usucapión

o prescripción adquisitiva

 

Ya lo veis, nadie podría quedarse sin alguno

nadie podría quedarse sin ser por accidente,

[alguno

alguno es vuestro o alguno sois

por transparencia o por desidia

o por tantas y tantas

hay que encontrarse

insisto, estetas

podéis recrear modelos, tomar de aquí y de allá

añadir, comprimir, suturar

 

Trazo para los cronistas este mapa gentil

conoceréis más tarde el exhaustivo

que encararéis lineal o atravesadamente

libres sois para pecar y comprender

(atados por vuestra inalienable condición)

sois vosotros mimados en este jardín interesante

que devino museo por el quiritario, el

[reconcomido

el susceptible de contagio de amor

el tránsfuga del buen sentido

para obsequiar a celosos y celados os

[recomiendo al ultra

(en dosis morigeradas)

el vivalavirgen (por ese no sé qué de equívoco)

el wagneriano (señero)

el xifoide (ver  página doscientos siete)

el yambo (ver página doscientos once)

y el zurriburri (ver página doscientos dieciséis).

 

 

*

 

 

“EL CUERPO LESBIANO”

 

 

Las ingles

en las encrucijadas

(y en la actualidad

de estas mismas arenas)

 

Los talones

por  preciosismo

de esos miembros del ala

a cargo de la ambulación

 

La sangre

por inherente a lo conectivo

entre las regiones convalidadas

por sus

secuaces representativos

 

La lengua

por desplazamiento de su población

persuadida de la necesidad

de los desmanes

 

El clítoris

por arraigo

la linfa

por sistema

las supuraciones

por energía

los brazos

por destino.

 

 

 

*

 

 

“LA PIPA DE KIF”

 

 

En este libro de lona

crea un circo

 

En este circo crea

y administra

su libro

 

18 poemas en la arena.

 

 

*

 

 

Julio 2012

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SELECCIÓN DE TEXTOS

Por Irene Mercedes Aguirre

 

Miré mis manos

 

Y me miré las manos y he notado

la huella de caricias repetidas.

Por los años la piel envejecida

acusa, aquí y allá, tiempo pasado.

 

Y me miré las manos y he pensado

que cuando van a tono con la idea

dan perfección y encanto a la tarea

en la sublimidad de lo logrado.

 

Y me miré las manos y he sentido

sus curvaturas y su movimiento

como   afinado y prístino instrumento

que explicita la acción con su sonido.

 

Y me miré las manos y he palpado

cada arruga y sus líneas perfiladas.

En brumas de milenios, condensadas

encierran los ensueños  apretados.

 

Y me miré las manos y he soñado

con un mundo mejor. Con  diez  perfectos,

magníficos  apoyos, firmes, rectos,

¡a diestra y a siniestra acompasados!

 

***

 

DISOCIACIÓN POÉTICA

Brote y rebrote

que me acaricia cada mejilla

cuando aparece con sus espejos

y  me disocia todos los tiempos.

Donde se acoplan

uno por uno, fantasmas mudos,

coros de anhelos.

Como una música,

como sonidos de altas esferas

se contonean paso tras paso,

y se introducen

músculo a músculo,

por mis arterias.

Látigo y risas,

cantos, sollozos, por esas puertas

que se entreabren

como una marcha de otros destinos,

hacia otras rutas que no son éstas,

y que conducen a no sé dónde.

Parece a veces que es hacia abajo,

que por abismos camino sola

tras laberintos de ásperas grutas

que están muy lejos y a la vez dentro.

Como gemido del ser desnudo

que se interroga

sobre infinito

¡Como un lamento!

Y otras parece que fuera el mundo,

éste, presente, por el que fluyo,

con recovecos de imperceptibles,

altos ensueños,

que me recorren, que nos recorren

a los humanos, la vida en ristre,

¡Cántaros plenos!

Pero otras veces

por áureo espacio subo, gozosa,

y a Gea percibo,

siempre preñada con los mil brotes

de imperceptibles, ocultos sueños.

Son los esbozos de nuevas metas

del transcurrir y del develar.

¡Brote y rebrote,

péndulo al cielo,

y en el gran Tiempo, todos los tiempos!

 

® Irene Mercedes Aguirre, Buenos Aires, Argentina

 

***                                                                                                                                                                                                                  

MEMORIA DEL OCÉANO

 

      El hallazgo del viejo baúl lo había conmocionado.  Permanecía, casi ignoto, olvidado, en el cuartito del fondo, donde  se  guardaban  las cosas en desuso. El  hecho      había    acontecido hacía ya unos días.  Entreveradas, como en un bazar persa del sentimiento, sus manos tropezaron con los escarpines de Lucía, su hija mayor, ya casada y con hijos; el primer cuaderno de Francisco, hoy en Estados  Unidos, y el vestido de novia de Ramona, su difunta esposa.  Debajo, muy al fondo, un manojo de cartas amarillentas, recibidas a través de los años, desde el otro lado del  Océano.

Fue como reencontrar el pasado, así, todo de golpe, bajo la tapa del vetusto arcón.

Releyó palabras de su madre, de trazo grande y desparejo, por donde circulaban, como torbellinos, el  amor y  la nostalgia por el hijo lejano. Repasó los consejos de su padre, escritos con aquella letra alta y apretada que le era tan propia.  Volvió a verlos de nuevo tal como los conservaba en la memoria, grandes,  fuertes, llenos de energía y calidez.  Ambos habían muerto hacía mucho tiempo, pero en ese momento, se irguieron frente al hijo emigrado como si  estuvieran presentes, con una plenitud de presencia que sólo  pueden alcanzar los seres que se han amado profundamente.

Los signos gráficos, algo desdibujados, le decían en una de las misivas: “Y recuerda que tu  madre y yo rezamos siempre por ti. Confiamos en poder verte algún día, cuando la economía lo permita”. Una rebeldía inusitada se le fue infiltrando en su espíritu con  esas invocaciones y evocaciones  tan hondas ¿Dónde quedó su antiguo hogar, la estructura familiar de la que había emergido? ¿La existencia era esto, sólo esto? ¿Todo consistía, simplemente, en nacer, crecer,  construir lazos, perder lo construido, y volver a  comenzar?  Se resistía a pensar así.  Buscaba, sin darse cuenta, algún punto de apoyo, sólido, invulnerable, al cual aferrarse, ya en  su vejez. Año tras año, sus movimientos se iban volviendo más débiles, y su estructura ósea se resentía visiblemente. Un poco encorvado, las manos sarmentosas, y el rostro, anguloso y cuarteado por  los años, esa era la imagen que el espejo del lavabo le ofrecía cada mañana.

Matilde, su hija menor, seguía soltera. Vivía en la casa con él. Juan trató de disimular en lo posible su estado de ánimo por el hallazgo, para no preocuparla.  Esa tarde, aunque desganado, se fue a jugar un partido de bochas al club. No quería perder el dominio de sí mismo.- ¡Basta de sensiblerías!-  se dijo.  Por lo menos a la vista de los demás. Reconocía su carácter reservado, testarudo y un tanto patriarcal. ¡Y bueno, qué se le va a hacer! A él también lo habían criado así.  – como Dios manda- no  como la juventud de ahora que anda toda  revuelta-  sentenció para sus adentros.

Había hecho lo posible para inculcar férreos principios a sus hijos, pero no le fue  fácil. La mansedumbre  y paciencia de Ramona, que siempre los “apañaba”, disculpando y no pocas veces,  disimulando sus travesuras  desde pequeños, le  había dificultado dicho propósito.

Quizá esa actitud era producto del propio ambiente argentino, que llevaba a conductas más sueltas, menos rigurosas. Porque aquí todo era enorme, extendido, difícil de aprehender y someter  a moldes más o menos rigurosos.

Visualizaba el país como un territorio provisto de   una vastedad impensada en el suyo, pero a la vez  reconocía un sinnúmero de semejanzas entre ambos.

Eran parecidos  y diferentes, más allá de las apariencias, debido a los  sincretismos tácitos, los potenciamientos  y la obcecación comunes, llevados a la quintaesencia de sus aspectos positivos o negativos. Un aquelarre cultural, desosegado y fascinante, que nunca terminaba de entender del todo.  Los argentinos poseían, a su juicio, una fórmula secreta para conjugar la Babel que los conformaba.

En su propio barrio, en ese sentido, podía constatar un mosaico inmigratorio  realmente sorprendente.  Sus vecinos de la derecha, eran descendientes de japoneses, los de la izquierda, de italianos. Enfrente, se alojaba una familia de raíz caboverdiana y en la esquina un matrimonio de judíos emigrados  de la última  guerra mundial. Completaban el complejo cuadro interracial un paraguayo y dos peruanos  cerca de la esquina opuesta -¡Vaya mezcla!- suspiró.

Claro que en su pueblo natal, cercano a las montañas,  tampoco faltaron ocasiones en la historia para  la presencia de grupos diversos de toda clase, cultura y coloratura. Sólo que en Argentina todo era aluvional y reciente, mientras que en su   tierra originaria las mezclas habían ido decantando en una población que estabilizaba sus rasgos  culturales y sus costumbres  con mayor firmeza, según él creía.

Contaba, entre sus coterráneos, con “un amigo de ley”, como se dice en Argentina. Se llamaba Martín Pérez.  Existía entre ambos una estrecha amistad y solidaridad, dado el trasfondo común que los hermanaba. Era con él con quien Juan recuperaba los aromas, los olores, esas sensaciones del animus  de un ambiente que sólo pueden comprender aquellos que han vivido las mismas experiencias y han compartido emociones similares de vida. Los unía, asimismo, la sutil melancolía del exilio autoimpuesto.

Reconoció que todos esos pensamientos tenían que  ver con el episodio del baúl. Porque el desasosiego que le provocó lo llevó a replantearse quién era él  en realidad.

¿Podía considerarse un español, por haber nacido allá, en la península, donde pasó su infancia y primera juventud? ¿O era casi un argentino, por los largos años transcurridos aquí?   El océano volvió a su memoria, iluminado por la nostalgia y  las aprensiones de aquel gigantesco cruce de  una a otra de sus orillas, junto a tantos otros seres doloridos como él. Provisto de una valija de cartón y algunas escasas pertenencias, sus emociones  durante la travesía  oscilaron  entre  el  deseo de echarse  al agua (como los marineros de Ulises ante el canto de las sirenas) y nadar de vuelta a su patria desolada, y la esperanza de  una vida mejor  en la mítica  tierra rioplatense. Se mantuvo melancólico durante el viaje. Pero era joven, y lleno de esperanzas. Al acercarse a Buenos Aires, se sintió más animoso. Tenía la vida por delante. Por entonces, no se cuestionaba tanto las cosas.  Aún no sabía de la amargura que provoca la muerte de los seres queridos, la vejez, la soledad cada vez más solitaria….

Pronto recibió el mote de “gallego”. -¡Estos argentinos, que creen que todos los que venimos de España somos gallegos! ¡No conocen nada de nuestra geografía! -criticaba con sus

compatriotas .  Lo cierto es que estaban a la recíproca. Tampoco conocían  ellos demasiado de este país y sus provincias.

Consiguió trabajo de dependiente de almacén por la zona de San Telmo. El sitio le agradaba. Con sus calles angostas, sus plazas recoletas y las  viejas arquitecturas circundantes, le traía una vaga recordación de su terruño. Tomó la costumbre de visitar seguido el Parque Lezama, cubierto de frondosos árboles centenarios, en la barranca que delimitaba, durante la época colonial, el río y la ciudad de Buenos Aires.  En el extremo norte, sobre la calle Brasil, se alzaba el museo Histórico Nacional, y, como la entrada era gratuita, lo recorrió en múltiples  oportunidades. Le agradaba sobremanera la semipenumbra del lugar, los pisos relucientes y las numerosas vitrinas que conservaban valiosos objetos del ayer.

Se detenía largo rato frente a los cuadros, y meditaba sobre las escenas representadas. Procuraba interpretar el sentido de la obra de cada autor.  Gustaba incorporarse  imaginativamente a la situación presentada.  Así,  junto a Cristóbal  Colón, el gran Almirante de la Mar Océana, compartió la emoción del desembarco en Guanahani, y revivió el asombro mutuo de navegantes e indígenas al verse por primera vez. En la pintura de las Invasiones Inglesas,  se ubicó al lado de Santiago de Liniers  para recibir la espada del  vencido Guillermo Carr Beresford.  Se sintió orgulloso del valor y del heroísmo de los criollos en la defensa de la ciudad de Buenos Aires.

Frente al óleo referido al Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810  se vio envuelto en un conflicto difícil de solucionar.  Finalmente se posicionó, como era dable esperar,   junto a los que exigían la continuidad del virrey Cisneros –  ¡Estos revolucionarios! -se indignó.  A cada mueble u objeto lo ubicaba, durante sus habituales visitas al Museo,  en aposentos imaginados, animando las escenas con los personajes de los óleos o bustos circundantes.  Eso sí. Él, siempre él, como protagonista o como acompañante, pero integrado sin vacilaciones en la mismidad de la representación respectiva.

No comprendía entonces que esos juegos inocentes a los que se entregaba, eran un intento de rescatar su entorno sin pérdidas de identidad. Quería, casi sin darse cuenta, reencontrarse con sus raíces,  vincular a la nueva patria con la  de origen.  Su fantasía trabajaba en ese hueco  de tiempo suspendido  que le brindaban las salas del lugar,  y donde podía religar  el trasfondo común que unía a España con   Argentina.

Al paso del tiempo, otras experiencias vitales lo reclamaron más. Noviazgo, casamiento, hijos, un  negocio de almacén propio,  en fin, la esforzada vida de un hombre honrado  y sencillo, que luchaba  arduamente para conseguir la felicidad.

La muerte sorpresiva de su esposa lo desmoronó.  Fue por un infarto. El año pasado.  Se quedó con el peso de la soledad sobre sus hombros.  Extrañaba a  “su” Ramona, criolla, querendona y comprensiva como pocas. Siempre había sabido perdonarle sus arranques temperamentales.  Lo entendía muy bien.  Incluso después de una discusión, sabía dejar a un lado rencores  y se daba tiempo para cebarle unos mates de reconciliación ¡Esos mates de los dos, bajo el cómplice silencio nocturno, mientras los niños dormían, los unían a través de un grato vínculo de afecto y distensión!  -Qué tiempos!¿Por qué  debe acabar así la felicidad?- se lamentó.

Matilde notaba  que su padre era presa de la melancolía. Lo veía cada vez más abismado en sus pensamientos y más callado que de costumbre. Para animarlo, lo instó a realizar una excursión al noroeste argentino a través de la institución  que nucleaba a los jubilados. Los precios eran accesibles y el costo  se descontaba en módicas  cuotas mensuales.

La novedad del viaje lo  distrajo un poco de sus lucubraciones.  La mañana del 5 de enero subió al autobús que lo llevaría  a la Quebrada de Humahuaca, no sin antes atosigar  a su pobre hija con  mil recomendaciones y advertencias a tener en cuenta durante su ausencia.

Cuando llegó al lugar, después de un largo trayecto,  debió reconocer que el paisaje era  soberbio. Le  agradó sobremanera el pintoresquismo de las ciudades enclavadas  en los valles, llenas de tradición  indígena y de edificios coloniales.  Pudo observar a los nativos, descendientes de las antiguas civilizaciones del lugar,  diezmados cada vez más por los continuos mestizajes o desplazamientos.

Al verlos en su hábitat, todos sus preconceptos se esfumaron como por encanto. Comprendió la grandeza de esa cultura  que había conocido sus días de gloria y admiró la silenciosa altivez  y  sobriedad  de que hacían gala. Aún en medio de su pobreza extrema, eran discretos y educados con el forastero.

Lo conmovieron los chiquillos, uno de ellos vagamente parecido a su nieto menor, claro que más moreno.  Trató de calcularle  la edad, pero la desnutrición que se percibía en él lo hacía ver más pequeño de lo que en realidad debía ser. Le quedó grabado en su memoria el rostro sufrido de la madre, su expresión triste y resignada frente a una vida sin mayores perspectivas.  Con sus polleras superpuestas, su sombrero pequeño y el  cuerpo moreno, se confundía casi con el paisaje circundante. La mujer repercutió en sus sentimientos con una fuerza impensada y visceral, tal como si cayera una venda de sus ojos y supiera, por fin,  que no había nada humano que otro humano no pudiera sentir y comprender. Porque el desasosiego que él tenía era similar, en el fondo, al de la colla  con su drama a cuestas. ¡De tan lejos venía él! ¡De tan lejos era ella! Y sin embargo, allí estaban, frente a frente, ambos sin hallar su lugar, su sitio, su locus. El uno , por haberse trasplantado de su país, la otra, por no ser reconocida en el suyo. Eran dos caras de una misma moneda y a los dos los perseguía la misma inquietud: saber quiénes  eran y para qué.

Un acontecimiento fortuito trajo nuevas respuestas a los interrogantes de Juan sobre su identidad. Unos meses después, a comienzos de octubre, Martín lo invitó al club para escuchar la conferencia de un famoso historiador que se referiría al V Centenario del Descubrimiento de América. Al cierre, habría música  y cantos alusivos a  la  conmemoración. -¡No podemos faltar, Juan- enfatizó -¡Tenemos que sumar españoles para esta noche! ¡A ver si los italianos, que son mayoría en la zona, quieren birlarnos  nuestro aporte, anteponiendo la figura de Cristóbal Colón a la de los Reyes Católicos!- enfatizó .Debió convenir que era verdad lo que su amigo le decía y, aunque a regañadientes, aceptó ir.

 

A las 7 en punto, apareció en el salón. Era temprano, pero él siempre tenía la costumbre de llegar temprano al trabajo, y no la modificó ni aún de jubilado. Se lo veía distinto. Traje dominguero, zapatos lustrados, camisa blanca. Eso sí,  no transigió con lo de la  boina. La llevaba puesta, imperturbable a las críticas de Matilde  que la consideró inoportuna para un atuendo formal. Se sentó en la segunda fila. La primera era para  las autoridades y visitantes expectables. Allí aguardó pacientemente la presencia del resto de los concurrentes. A las 8 apareció el orador. Lo flanqueaban, solemnes, el Presidente  de la institución y un Concejal municipal. Una jarrita con agua presagiaba, sobre la mesa, la exposición  del estudioso.

De manera amena y didáctica, el especialista explicó, entre otros temas, por que a estas tierras se las denominó “Las Indias”.  América era considerada por entonces como parte integrante de Asia, dividida así en cuatro partes: La India Infragangética;  la India Pregangética; la India propiamente dicha o Gangética y la India Posgangética u Oriental, que es en realidad esta en la que vivimos. – Por eso éramos “Las Indias” –  aseveró.  Se sabía que navegado cierto tiempo hacia el Oeste se llegaría a esta India Oriental, tal como antes los viajes al Lejano Oriente lo hacían, desplazándose hacia el Este. Dado que esta última  ruta se había vuelvo imposible por la presencia de los turcos que cerraban ese camino, no hubo más remedio que realizarlo por el extremo opuesto, cruzando el Mare Tenebrarum , hoy Océano Atlántico- expresó.

Al escucharlo, una emoción inexplicable invadió a Juan. -¡Yo también crucé el Océano!- pensó. Entonces, este no era un país perdido, allá, en el sur,  desvinculado del mundo  del que provenía.  Los contactos habían existido desde tiempo inmemorial, de cabo a rabo.

El historiador abordaba ya otro  tema crucial: ¿Con qué objetivo navegó Colón hacia el Oeste? Pues para llevarle unas cartas al Gran Khan de Mongolia de parte de Fernando e Isabel. Actuó como un diplomático con una misión singular: construir la alianza con los Tártaros contra el  Islam. – No olvidemos que en aquella época los musulmanes eran una tremenda preocupación  para la Cristiandad. Dominaban el Mediterráneo, habían tomado posesión del Santo Sepulcro de Jerusalén y en 1453 se apoderaron  de Constantinopla, la hermosa ciudad capital del Imperio Romano de Oriente – señaló el orador.

– ¡Ni que hablar de la lucha dentro del propio territorio español1- enfatizó. Largos siglos de ocupación y reconquista, de  puebla y repuebla,  obligaron a los españoles al ejercicio permanente de la defensa y el ataque contra el invasor –. Aún más, esa contienda de cientos de años  fortaleció particularmente la fe y el espíritu de lucha de los hispanos. Por eso, sus monarcas fueron capaces de expulsar a los moros del territorio en forma definitiva pocos meses antes de la epopeya colombina-, recordó.

-Animados por ese espíritu ecuménico, también concibieron la posibilidad de concertar la alianza con el Lejano Oriente,  como antes les mencioné- remarcó el distinguido profesor.

-Como pueden comprender, mucho antes de la existencia de los mass media y de los satélites,  el hombre ya concebía emprendimientos planetarios, que hoy no se recuerdan a menudo. Como hacen la mayoría de  los historiadores, remató su conferencia con la consabida conclusión que usan como latiguillo: -Si entendemos el pasado, actuaremos mejor en el presente y nos proyectaremos con más posibilidades hacia el futuro- aseveró.

Juan se levantó transfigurado.  Sus antepasados eran aquellos hispanos que tanto habían hecho por la fe y la libertad. Ellos pusieron en práctica la concepción abarcadora de todo el planeta. Vaya, vaya, resulta que lo de “aldea global” ya nos la sabíamos nosotros!- fanfarroneó con Martín a la salida del club.  Sintió el ramalazo  emocional de su identidad.  No de una identidad personal, egoísta, individual, tenazmente aferrada a un entorno fijo. La suya era la gran Identidad Humana. El también, como  los grandes españoles del descubrimiento, había cruzado el océano, siguiendo la ley humana de búsqueda de nuevos y esforzados horizontes. Ley que recién ahora entendía.  Ley del cambio, del movimiento y de las transformaciones.  A Las Indias había llegado él. A una de  ellas.  Y por eso, para siempre, formaba parte  indubitable de  esa estirpe generosa y aventurera, volcada hacia todas las regiones de la Tierra. Él. Juan Abaurre. Sí señor.

 

 

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TEXTOS DE LA MANO

DE LEO MORGAN

 

23-ESPECTROS ANDANTES SOBRE UNA PASARELA SIN FIN

 

¿Qué importa la dirección

en la que miran sus senos?

y qué si sus ojos son verdes

o sus cuencas están vacías?

Lleva una falda floreada

prepara una mermelada de moras

y canta una canción

que habla de una nena

que halló un poroto mágico

en la oreja de un monigote de nieve.

 

Un auto destartalado

se detiene ante una casa

que parece ser su novia

llega un hombre

¿ importa si es gordo o flaco,

o si los pelos

marchitaron en su cabeza?

Lleva un gorro de lana

y se le apagó la pipa

trajo harina y manteca

café, miel y tabaco,

y unas cuantas manzanas

en un bolsillo

tiene una pequeña cajita

envuelta

en  un coqueto papel azul,

besa con cariño

a la mujer de la falda floreada

que continúa cantando

parece que la niña prospera

contrabandeando paraguas

hacia el mundo de los sueños

en tanto los perros

ejecutan la danza  de la  alegría

y todo es tan hermoso

que  revienta el corset

de los parámetros

y a los necios incendia su pijama.

 

 

24-COLORINCHES

 

 

La belleza de Ámsterdam

es una belleza de cuento de hadas

es la ciudad helada  de chocolate

y de almendras

sin esa indigesta bruja

que cuando asqueada se arrancó

la máscara de la virtud

se tornó más tremenda y repugnante;

En vez de brujas hay hermosas chicas

vestidas de colores estridentes

cubiertas de caramelo y vainilla

guiando con destreza sus bicicletas

através de los canales y los puentes.

 

Jan es un gigante bondadoso

armado con un saxofón,

que ha decidido adoptarme

hemos pasado la tarde

en su casa, inclinada

borracha  y surreal

como las casas de Amsterdam

comiendo pan de centeno esponjoso

y quesos amarillos, blancos y azules

bebiendo cerveza fuerte

y jugando al ajedrez

-Hoy es Queen’s Day

la fiesta de la reina, me dice Jan

-Ah, ¿tienen una reina?

-Sí, y hoy es su fiesta, jaque.

 

 

Hay una energía en el ambiente

una embriaguez clara y bendita

que juega haciendo danzar

divertidos grupos de átomos

De unas máquinas marca “Febo”

Jan saca unas croquetas

“es mejor que comas algo

porque si el día ha sido largo

la noche lo será aún más”

Exquisitas primogénitas de Apolo

garganta abajo

exacerban mi sentido del gusto

y por si fuese poco

también  recibo una especie especial de hongo

que mastico con  pura conciencia.

 

Fiesta sobre las barcas iluminadas

fiesta sobre las fiestas

músicas que se entrecruzan

bailando una música total

en un bote una chica toca el violín

y un tipo canta ópera con voz tonante

un gaitero

secundado por unas damas medievales

con antorchas

y un juez con peluca blanca

nos impiden el paso a otro canal

debemos golpear una pelota con una maza de cricket

hacerla pasar por un tubo,

que caiga en un inodoro rojo

y luego en un minuto

pinchar 3 globos con un paraguas.

Jan está del otro lado

justo en el tiro 88.888.881

y cuando ya  creo que

me voy a pasar la noche allí

la pelota emboca al inodoro

hago con los globos

lo que un gallo a 3 granos de maíz

pum pum pum

y por fin, entre hurras, paso

llegamos a unos canales que se han congelado

seres extravagantes, con sombreros

y bufandas rayadas

patinan sobre el agua sólida:

 

¡QUIERO PATINAR, LO NECESITO!

-No, Morgan, me dice el gigante

patinar sobre hielo no es nada fácil

y podrías romperte una pierna.

-¡Menefrega!

Necesito unos patines ¡Ya!

a gritos les ruego a los patinadores

que me presten los suyos

pasan riéndose, diciendo cosas que no entiendo

me siento el peor de los mendigos

desesperado

excluido de la maravilla

Jan me consuela

diciéndome que encontraremos patines de alquiler

y por ellos pagaré

toda mi fortuna, sin retacear un centavo

pero son pasadas las 2 de la mañana…

cuando vislumbro una palangana naranja

que junto a un sauce, apoyada aguarda

deslumbrante y misteriosa

el Hada Helada la ha depositado para mí

lo sé y se lo agradezco

Bajo al canal y le digo a Jan que me empuje

Zuuuuuuuuuuuuuummmmmmmmm

su fuerza celestial me lanza al más allá

Wwwwwwwww esto es fenomenal

todo pasa hacia atrás , todas luces y colores

suspensión y velocidad

gravedad cero

voy volando

llueven cerezas

inclinándome hacia uno u otro lado

puedo girar agarrando la palangana de los bordes

Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiijaaajjjjjjjjjjjjjjjjyyyy

grito, salvaje, aborigen

un mapuche en la fiesta de la reina

¡God save the queen! ¡God save the queen!

Aullo, estoy bien loco

God save the queen, me grita otro borracho

con aires de que la salvación de la reina

le tiene tan preocupado

como a mí  los puntos de ebullición completa

de los pesados metales

Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaajjjuuuuuuuuuuu

el culo a medio congelar, indiferente

dentro de la palangana naranja.

así , me deslizo dentro del Paraíso

:-Che, san Pedro, vení  vamos a dar una vuelta,

avisále a  Pablo.

 

 

25-CANTANDOLE A LOS ANGELES en la Santa Madre Rusia.

 

Várvara  Mijailova………….

asintió con los párpados

su corazón me golpeó en la nariz

y el mundo giró tres veces

salto a mi trineo

azuzo a la yegua negra

hacia el infinito

Várvara Mijailova dijo sí con sus ojos

y todo lo transforma

fluyo sobre la alfombra de Aladino

para colmo júbilo

mi mano tropieza

contra la botella de buen vodka

que me  traje

por si acaso la tristeza

Hecho la cabeza hacia atrás

en los labios de Várvara Mijailova

estampo un beso larguísimo

viendo guiñar sobre mí

a todas las estrellas del cielo

una calidez bendita se derrama

y  esparce en mi interior

¡Hurra!, estallo en la  gloria

¡Pruf!

un puñado de grullas se eleva de pronto

un mendigo violinista toca

apostado contra un farol

le tiro 3 pesados  rublos de oro

y canto

conozco esa vieja canción campesina

“el trigo está segado

y guardado en el corral

los cuervos que pasaron

ya no van a cenar

San Vladimir bendito…

no me hagas enojar

cuida de los cerditos

pon leña en el hogar…”

Rodeo la catedral de San Petersburgo

las cúpulas brillan tanto

soy un insecto atrapado en la luz

otra vuelta más

y otra

cantando alegremente

Várvara Mijailova dijo ¡Sí!

y aquí nos casaremos

nieva

ángeles alborotados

caen en copos sobre mi barba

sobre mi gorro de piel

sobre mis guantes

y están doblando las campanas

salgo disparado en línea recta

derritiendo la blancura helada

un  rayo negro que escapa

pero una felicidad rampante

pronto me da alcance

clava sus garras en mis hombros

y me lleva.

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por Adriana Delfini

 

En el  silencio…

 

Silencio…guardas silencio

bien guardado, como un tesoro

atesorado, sin sembrar

nada aún, ni cosechado.

Palabras que no nacen,

palabras que ensordecen

como un grito sordo,

te enmudecen.

Callas a la vida, a tu entorno

¿qué dolor o alegría no compartes?

sin omitir palabra…no hay retorno,

susúrrame algo…vengo a invitarte.

Omitir la voz…a veces es discreto

adivinar qué  piensas es en vano,

sabiduría hay en el silencio…(el Tao)

el poder de la voz…es enclaustrado

 

***

 

Lazos invisibles

 

Lazos invisibles que nos atan,

faliblemente al amor sofoca,

almas sin domar, que se desbocan

desdichas que se sueltan, se desgraban.

Reliquias de la caja de Pandora,

que reprime virtudes en el fondo,

necesidad de hurgar, algún despojo

de encontrar una voz, algo sonora.

Impredecible afán de perder velos,

que la lujuriosa intimidad sonroja,

amar lentamente…sin recuerdos.

¿Virtudes o defectos?…paradoja

amor de seres imperfectos,

soltando pétalos de amor, que se deshojan.

 

 

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POEMA

Por Teresa Palazzo Conti

 

POEMA DE BÚSQUEDA

 

Dónde fueron mis piernas

a enredarse en caminos.

 

Adónde la armonía de mis ojos lineales y perfectos.

 

Me quedé sin palabras en las manos

y en mi vientre,

apenas un mendrugo de humedad.

 

Adónde se volaron

los labios que en la noche,

en cruz sobre tu boca

dibujaban el mundo.

 

Ya no tengo recuerdos

de haber sido cercana;

de encontrarme

y armar sobre tu historia

el otro abecedario.

 

Si alguien sabe de mí,

que me rescate desde la fosa impura.

 

La recompensa,

sólo un latido desarticulado

y la memoria andrajosa

de mis candados principiantes.

 

Si alguien sabe de mí,

que ponga mi destino entre paréntesis

y me busque algún nombre mentiroso.

©Teresa Palazzo Conti

 

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25º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

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25º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXIX de la 2ª etapa/01-07-2012

 

EDITORIAL LXIX

La sociedad del espectáculo

 

Ya lo habíamos comentado cuando la Copa del Mundo de Fútbol, sin duda este deporte es todo un fenómeno mundial, el más global seguramente de los acontecimientos sociales, y sin duda uno de los más mercantilizados. No deja de ser una metáfora del mundo. O una forma de conocer el estado del planeta. Lo volvemos a ver ahora con la Copa de Europa, el (mal) llamado Viejo Continente se lanza al espectáculo, se establecen los ritos tribales-patrióticos alrededor de un grupo de millonarios que recogen las aspiraciones y no pocas frustraciones de una Europa en crisis.

No queremos caer en la ridiculización del deporte en general, del fútbol en particular. Reconocemos que hay pasión, que hay atractivo y hasta belleza en el afán de superación, en la coordinación de las personas que conforman un equipo. Detestamos, eso sí, su mercantilización, su banalización y el patrioterismo que genera.

Sin embargo, el fútbol en particular y el deporte en general no es lo único que se mercantiliza y deviene un mero espectáculo, un entretenimiento. Mucho nos tememos que el arte, incluido la literatura, se ha banalizado y mercantilizado. En la Feria del Libro de Madrid se ha hablado demasiado de número –de beneficios-, bastante de firmantes estrellas y muy poco de literatura. Para ser justos, se ha hablado de literatura, pero entre las pequeñas editoriales sobre todo.

No, no es que apostemos por la cultura elevada, elitista y racionalizadora. Aceptamos que el acto de leer o de ir al cine o al teatro puede tener mucho de entretenimiento, de alegría, pero el arte no es algo ajeno al mundo –aquí el mundo real y allá el barniz de cultura para pasarlo bien-, forma parte de la cotidianidad. Si no convertimos el arte en parte de nuestra vida, más vale que aceptemos que la vida es vacua y sin sentido. Esto no lo deberíamos olvidar ni siquiera en épocas de crisis, cuando tantas personas lo están pasando realmente mal en lo económico (y en lo existencial).

Las políticas de recortes han limitado los gastos en cultura. Pero nadie se ha quejado de que alrededor del fútbol se sigan invirtiendo millones de euros, por muy privados que sean, y que vendrían muy bien para crear empleo o para políticas sociales. Entonces, si este dinero destinado al deporte se acepta casi sin rechistar, ¿por qué se acepta como absolutamente normal que se dote de menos dinero a cualquier actividad cultural?

Para colmo, nos dicen que la alternativa pasa por Eurovegas, la instalación en Madrid o Barcelona, se dilucidará en Septiembre, de un inmenso centro de juego, otro espectáculo deplorable que en España, por ejemplo, ha pasado como un elefante por una chatarrería incluso entre discursos identitarios de los distintos nacionalismos políticos.

No queremos dar consejos ni hablar desde una elevada cátedra que no poseemos, simplemente planteamos algunos aspectos que nos tendrían que hacernos pensar sobre el modelo de sociedad que queremos crear. Creemos y defendemos una sociedad de hombres y mujeres libres que disfruten de lo que nos da la vida, ello incluye el deporte, la cultura y, por qué no, la diversión. Pero el actual modelo lo desvirtúa todo, incluidas nuestras propias vidas.

 

 

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AÚN APRENDO

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

Conozco yo a mucha gente

que por decir una simple verdad

la avientan como basura

o le cuecen la carne en sal,

conozco yo a quien tanto lo vale

y quien no lo vale ni lo valdrá,

conozco el sol que no sale

y el que en un futuro pleno saldrá,

conozco el motivo, la causa

por donde caen los que caen mal,

conozco la asquerosa farsa

y el dicho aquél y el qué dirán,

si te ensalza a ti un poeta

eres hermosura, o misterio real,

 si te ensalzan a ti los gitanos

designio del cielo te chamullarán,

si te ensalzan a ti los negros

 la verdad les rezuma al final,

si te ensalza un clan de Arabia

lo poco o lo mucho te brindarán,

si te ensalzan mujeres de Asia

entre sol de sonrisas te templarás,

si te ensalzan en Macadamia

serás luz interior de macadam,

si te ensalzan en la infamia

ni conocen seña, ni tampoco señal,

si te ensalzan a ti los parias

plegaria y respeto a tu paso darán,

si no te quieren en tu patria

otro destino a tus pies vendrá,

como vienen otros aires

a aventarnos la nueva realidad,

como vienen por otros mares

con otras tierras que pisar,

como existen otros lugares

que respiran la paz del hogar,

como anuncian nuevos cantares

lo que el corazón ya dejó atrás,

cuando sobran los pesares

que poco pesan en el pensar,

como pesa lo que vales

si lo sopesas con lo que no pesa ya.

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MARCHAR

 

Lamenté siempre no haberme marchado entonces de Bidauxe. Se lo conté a Saúl que me escuchó en silencio, atento, consciente de que mi experiencia tenía que ver con la suya, pero sobre todo con la decisión que él debía tomar, si es que aún no la había ya tomado en cuyo caso sólo quedaría llevarla a cabo, algo aún más difícil, lo sabía yo muy bien, que la mera toma de decisiones difíciles. Allá, le dije, los inviernos eran duros, nevaba, los caminos se cortaban, desparecían bajo la nieve. Pasaba los días metido en el caserón familiar, lo único que podía hacer, quedarme en mi habitación, consultar libros, los tenía en abundancia, me entretenían, me ayudaban a sobreponerme del tiempo que pasaba lento, y con mi madre que nunca hablaba, un silencio atroz sólo roto por las voces de la radio y a veces, pocas, por sus palabras parsimoniosas, algún día esto será tuyo, me decía y yo miraba a mi alrededor y me derrumbaba ante una vida entera entre aquellas cuatros paredes, aislado de todo, igual hasta mi muerte, una muerte anticipada en definitiva, una muerte en vida, al fin y al cabo.

Saúl miró hacia las vías del tren. Se mantenía callado, rígido su rostro, las manos sujetas en la valla que nos separaba de las vías. Saúl apenas hablaba. Pasaba las tardes en la vieja taberna, detrás de la barra, sirviendo a los pocos clientes que nos instalábamos allí para ver pasar el tiempo. Aquello era el final de la ciudad, un cruce ferroviario, varias fábricas cuyo cierre se barruntaba cercano y edificios de ladrillo envejecidos por la lluvia y el humo. Allí vivía yo desde hacía unos meses. Me había al fin marchado de Bidauxe, y a veces lo consideraba un éxito, haberme marchado, quería y deseaba sobre todo verlo como un éxito, sí, haberlo conseguido más tarde o más pronto, pero había pasado toda una vida y no podía menos que considerarlo un fracaso, rotundo, perder tantas oportunidades, no vivir tantas vidas por las que ahora sentía una profunda nostalgia.

Le conté que los veranos eran muy breves y llovía mucho en Bidauxe. Salía a pasear por los bosques cercanos. A veces me acercaba a las pequeñas aldeas y hablaba con los caseros. Regresaba imaginando cómo sería el mundo más allá de los montes. Había soñado con largarme al acabar la escuela. Pero mi madre me lo impidió. Te tienes que ocupar de todo, me decía, has de ocupar el lugar de tu padre. Algo me indicaba que era un error obedecerla, asumir sus órdenes. Pero no me rebelé. Acepté a sabiendas del error tan grande.

Saúl me comentó que quería marcharse lejos, bien lejos, salir de aquel extrarradio.

−¿Qué te hace falta para irte?

−Valor, imagino.

−No te lo pienses mucho y lárgate cuanto antes.

Me miró extrañado. Era la primera persona, la única, que le aconsejaba marchar y que no se refería a que allí fuera, lejos de todo, no tuviera nada seguro, por lo menos aquí tienes algo, le sugerían, al menos estás con los tuyos. La mayoría me dicen que sea prudente, me comentó, que no me apresure. Cerré los ojos. No, no, no seas prudente y apresúrate en marchar. No sé si llegué a decírselo o lo pensé muy fuerte, tanto que seguramente oyó mis pensamientos. Creo que llegué a murmurarlo, quiero creerlo, y que él me oyó y me escuchó. Volvimos a hablar de ello. Yo siempre le decía lo mismo, no te encierres aquí.

Saúl era flaco, de cara larga y ojos tristes. Pese a todo, podía considerársele bien parecido, como decían en las aldeas de Bidauxe de los chicos guapos. Me miraba siempre sin hablar, como si me pidiera que insistiera, que sólo así llegaría a decidirse. Insistí, siempre le repetía lo mismo, has de irte, no lo dudes.

Mi madre murió y fue enterrada junto a mi padre. Estaba solo, pero el tiempo había pasado. Volví al caserón, más silencioso ahora por la soledad que producía su no presencia. No sé cuántos meses, años incluso, pasaron, creo que fueron bastantes meses, bastantes años. Una mañana acudí a la capital, apenas una villa grande, resolví algunas gestiones. Pasé por caso de Antonio el tendero.

−¿Te ha venido el camión? –pregunté.

−Sí.

−¿Y el chófer?

−En el hostal.

Fui al hostal. Vi al hombre acodado en la barra del bar. Comía un bocadillo y bebía una cerveza. Le conocía de vista, sin embargo nunca había intercalado ni siquiera un saludo con él.

−Se va Vd. mañana –pregunté.

−Sí.

−Me puede llevar. Necesito que me lleve.

−No hay problema.

Alquilé un piso pequeño y oscuro junto a la taberna de Saúl, en uno de los edificios viejos. Cuando llegué, me quedé mirando mi rostro en el espejo del lavabo. Ese eres, pensé asustado por mi rostro ajado que no había visto en mucho tiempo, rehuyendo siempre aquel reflejo en los espejos y en las lunas. Ya era un hombre mucho mayor incluso que el primer recuerdo que guardaba de mi padre. La vida pasa rápido, pensé no sin dolor.

De todo eso me acordaba con frecuencia. Se lo conté a Saúl esa tarde junto a la valla que nos separaba de las vías. A la mañana siguiente, al bajar a tomar un café, deseé con fuerza no encontrármelo, que no esté, que no esté, murmuré con todo el anhelo del que era capaz.

Juan A. Herrero Díez

 

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ROSAS ROJAS

Por Gonzalo Salesky

 

En la puerta del hospital de urgencias, donde estacionan las ambulancias, había una pelea entre dos hombres. Me llamó la atención porque solamente uno de los dos golpeaba al otro, que no caía al piso a pesar de los tremendos puñetazos que el primero le aplicaba en el rostro.

Habían comenzado dentro de un taxi y bajado de él a los tumbos. Quien recibía los golpes ni siquiera sacaba las manos de sus bolsillos, como si en ellos estuviera protegiendo algo valioso. No ofrecía ningún tipo de resistencia, sólo buscaba evitar los impactos. Pero no lograba hacerlo del todo, y el que golpeaba de manera feroz –que por su ropa parecía ser el taxista- le asestó varias trompadas más hasta que el agredido, al fin, se decidió a correr.

Me pareció extraño que no hubiera intentado defenderse o al menos, alejarse cuanto antes.

Perdí de vista a los dos hombres y seguí caminando. Entré al hospital por una de las puertas laterales. Venía bastante apurado, como siempre. Iba a visitar a un pariente internado y sólo llevaba un ramo de rosas rojas en mi mano derecha.

 

 

 

Unos segundos después, sentí que me empujaban desde atrás. Trastabillé y casi caigo al suelo. En una de las galerías, cerca de la terapia intensiva, el mismo hombre que había recibido los golpes me tomó del brazo y con un arma pequeña apuntó a mi pecho. Haciendo ademanes, me obligó a acompañarlo. No dudé un segundo. Estaba muy lastimado y de su ojo izquierdo parecía caer sangre. Su camisa blanca, llena de pequeñas manchas de color oscuro. Y sus dientes…

Corrimos un largo trecho. La gente se horrorizaba al ver su cara destrozada y el revólver que llevaba en su mano derecha. Parecía algo grotesco, un hombre desequilibrado corriendo al lado de otro que seguía sosteniendo, como si fuera un trofeo, un ramo de flores. No entiendo por qué en ese momento no pude soltarlo.

Subimos a un pequeño ascensor. Allí bajó su arma y me miró a los ojos por primera vez. Sacó de su bolsillo una pequeña caja de color blanco, cerrada con cinta adhesiva, y me la entregó sin decir nada. Al detenernos en el segundo piso, volvió a tomarme del brazo y así corrimos hasta el borde de un balcón que se encontraba unos pasos delante de nosotros.

Abajo, la gente había empezado a congregarse. Extrañamente, a pesar de todo, yo me encontraba tranquilo y seguro de que no iba a lastimarme. Algo en su mirada lo decía. Pero aún no llegaba a entender por qué me había dado la caja.

– No la abras todavía. Sólo después que me vaya. No cometas los mismos errores que yo.

Habló como si estuviera leyendo mi mente.

No tuve tiempo de preguntarle nada. Acercó la punta del revólver a su garganta, debajo de la nuez de Adán, y disparó.

Se desplomó sobre mí. Y la sangre… ¡por Dios! Tanta sangre a borbotones sobre mi ropa, mis zapatos y el ramo de flores.

Me lo saqué de encima. Sentía vergüenza de pensar más en el asco que me producía ensuciarme que en la locura y el drama de ese pobre hombre.

En pocos minutos llegó la policía. Tarde, como en las películas. Sólo atiné a quedarme sentado, apoyado contra la pequeña pared que nos rodeaba. Guardé la caja en el bolsillo. Tuve la tentación de dejarla tirada o de esconderla en el pantalón del suicida, pero preferí respetar su último deseo. Cuando todos se fueran, la abriría.

 

 

 

Una vez en mi departamento, cerca de las cinco de la tarde, aún no había podido almorzar. Seguía asqueado por la horrible sensación de la sangre caliente sobre mi cuerpo. Volvía a verla, manando con violencia, mojando mis manos y mis pies.

Me senté en el living. Acababa de llamar la policía para pedir algunos datos y ver si podía aportar algo más. De paso, me avisaron que el psicópata no había muerto todavía. Estaba muy grave, internado en el mismo hospital de esta mañana. Era prácticamente imposible que sanara o despertara, según el comisario a cargo de la investigación.

Sin embargo, algo me impulsó a ir a verlo. Para saber más de él o de su vida. Además, me tentaba la idea de dejar la cajita blanca de bordes plateados entre sus pertenencias.

Pero no iba a poder hacerlo.

 

 

 

Una hora después, estaba en camino del hospital, por segunda vez en pocas horas.

Llegué a la sala de terapia intensiva pero dos oficiales me impidieron el paso. Estaban parados al lado de la puerta, uno de cada lado. Me preguntaron si tenía relación con él, si era familiar o pariente. No quise decirles mi nombre, sólo contesté que lo había conocido hace poco tiempo. El más joven me dio el pésame por anticipado y me informó que podía quedarme por allí, para esperar el obvio desenlace.

Di media vuelta y busqué la salida. Había sido un día bastante largo.

 

 

 

Apenas subí a un taxi para volver a casa, tomé la caja y me decidí a abrirla. De una vez por todas. Nunca hubiera podido imaginarme lo que contenía.

 

 

 

Tenía que entregársela a alguien. Pero no a cualquiera. Alguien que fuera capaz de llevar a cabo lo que la caja pedía.

Vi por el espejo retrovisor que el taxista había observado lo mismo que yo. Y supe que comenzó a desearla, con todas sus fuerzas.

Estacionó a los pocos metros, cerca del sector de entrada y salida de ambulancias, y giró hacia mí. Me exigió la caja y no quise dársela. Por eso mismo comenzó a golpearme. En el rostro, en los oídos, en el estómago… Pero no la solté. La guardé en mi bolsillo, a salvo de todo.

Tratando de esquivar sus trompadas, bajé del auto. Sin saber hacia adónde iba, empecé a buscar al próximo destinatario.

Advertí que desde lejos nos estaban mirando. Era un hombre calvo, como yo, que parecía llevar algo pesado en sus manos.

Lo seguí. Enceguecido por el impulso de compartir con alguien especial el contenido de la caja, fui hacia la galería donde se encontraba. Aún sin saber cómo iba a convencerlo de que acepte.

Se me ocurrió quitarle el arma a un guardia del hospital. Lo hice y corrí con todas mis fuerzas por uno de los pasillos. Mi corazón latía cada vez más rápido. La sangre ensuciaba mi camisa. Tenía el ojo izquierdo semicerrado y mis dientes…

Encontré al calvo y lo tomé del brazo. Con la pistola apunté a su pecho y lo obligué a correr junto a mí, para alejarnos de todo. Nos refugiamos en un ascensor.

Cuando bajamos en el segundo piso, casi sin aliento, le di la caja y le indiqué:

– No la abras todavía. Sólo después que me vaya. No cometas los mismos errores que yo.

No tuvo tiempo de preguntarme nada. Allí mismo, cerca del balcón, acerqué la punta del pequeño revólver a mi garganta y disparé.

Caí sobre él. Y mi sangre… por Dios, tanta sangre a borbotones sobre su ropa, sus zapatos y el ramo de rosas rojas que él seguía sosteniendo entre sus manos, como si fuera un maldito trofeo.

 

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POEMAS DE IRENE MERCEDES AGUIRRE

 

TRÍPTICO AZUL

Alquímica

I

El azul está allí. No más lamento.

Os doy fórmula alquímica segura

para aclarar  de  a poco la negrura

de estos tiempos  que traban el intento.

Conócete a ti mismo ¿Adónde llega

la conciencia del Hombre  en este mundo?

¿Qué sientes cuando  ves , meditabundo,

la  trama de dolor que se despliega?

¿Te  duele cuando sufre algún humano

allá, en lo más recóndito de tu alma?

¿Comprendes que el dolor no es algo ajeno?

¿Te oprime el corazón cuando un  hermano

no encuentra en su dolor ni paz ni calma?

¡Entonces estás listo  y eres bueno!

II

Compartir el dolor es importante,

Da fe de nuestro amor hacia los otros,

Permite reflejarnos en  los rostros

del prójimo cercano y del distante.

Pero no es suficiente. Aún hace falta

brindar una palabra convencida

de nuestro compromiso con la vida,

de solidaridad profunda y alta.

Esos vocablos que a la unión convocan

Que dicen “aquí estoy, y te comprendo”,

que muestran sentimientos y provocan

fraternales  abrazos. ¡Descubriendo,

religando sentidos que denotan

un territorio  azul que se está abriendo!

 

III

Hay que franquear cerrojos sin la llave,

Discutir  procederes y disensos,

Coordinar cada intento, hallar consensos

para encontrar ¡por fin! la ansiada clave.

¿Qué números la forman? ¿En qué orden?

Nosotros de este lado, empecinados

Poetas soñadores , aplicados,

buscando mejorar tanto  desorden.

El cuerpo-mente  esgrime sus razones,

Busca en nuestro interior las intuiciones.

¡Acude la  verdad y comprendemos!

La puerta es pesadísima. Supone

un esfuerzo común de corazones

al unísono coro  de ¡Podemos!

 

REFLEXIÓN SOBRE  GEA

 

Desde el espacio surges, espléndida y en paz.

Tus luces refulgentes proyectan por doquiera

promesas  de armonías pobladas de quimera

desde una perspectiva insólita y audaz.

 

Dibujas en mi alma    la intuición valedera

que vislumbra posible la  esperanza tenaz

de un mundo sin violencia, sin agravios, capaz

de encontrar entre todos  la ruta verdadera.

 

Somos red inmadura de un futuro posible

tramado   con el sueño que bulle en cada pecho

de  cualquier ser humano de corazón sensible.

 

Mientras giras por vastos espacios, desde el techo

de un mirador sutil, tenue, casi intangible,

¡contemplo las estrellas  recostada en mi lecho!

 

 

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UNA CARTA

Por Rodolfo Leiro

 

Hoy se empañaron mis ojos

cuando entre añejos papeles

que agobian los anaqueles

de mis años venturosos,

 

entre sumisos despojos

de la que fue mi entereza,

hallé restos de belleza

de juveniles antojos.

 

Viejo carmín, labios rojos

que entre sonrisas y enojos

se acopiaron en mi ayer:

 

me queda, acaso festivo,

el perfume sugestivo

de una carta de mujer

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“LA VIDA…ES UN TREN”

El tren de la vida

Recorre sin pausa,

Espacio de tiempo

En su devenir,

Sube gente a bordo

Y otros que se bajan,

Se impone el libreto

Gozar…o sufrir.

Llevan de equipaje

Penas y alegrías,

Buscando con ansias

La estación feliz,

Algunos lo logran

Hay otros que no pueden,

Pues el destino a veces

Se hace…perdiz.

En este viaje de ida

Nos muestra paisajes,

Algunos muy hermosos

Y otros de olvidar,

Nos llena de años

Y algunas experiencias,

Más también nos enseña

Lo bello…que es amar.

Cada uno lleva

Sentado a su lado.

A un compañero

Para bien o mal,

se llama destino

Y digita todo,

Si sigues a bordo

O te has…de bajar.

 

No siempre el rumbo

Es el que elegimos,

A veces nos empuja

Y nos obliga a partir,

Nos va marcando rumbos

Cual juego de niños,

y andando aprendemos

Lo que cuesta…vivir..

 

Hay quienes esperan

Hacer el periplo,

Hacia los confines

De la felicidad,

La vida que es sabia

Con crudeza nos muestra,

Que estamos de paso

Y esa…es la verdad.

Boris Gold

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER

 

PORQUÉ  TODAS  LAS  REVOLUCIONES

 

 

 

Porqué todas las revoluciones

terminan negando la libertad

anunciada a los liberados

con el pretexto de una justicia

igualitariamente necesaria.

 

Porqué la necedad enturbia

la consciencia y los corazones

de los héroes vencedores

henchidos de megalómana vanagloria

y inequívoca e inefable certeza.

 

Porqué enarboladas sonrisas iluminadas

terminan trucándose mustias

fermentando un mousse de angustia

forjador de un irrespirable hedor

muesca de las sombras de sus victorias.

 

***

 

CONSECUENCIA  DE  LA  CELADA

 

 

 

Impuestas ausencias y alzamientos de sonoros silencios,

descarnadas tragedias para los frágiles desheredados

benefactores de resignada inmundicia,

descomunales privilegios para los opulentos incitadores

señores de manos de antimonio y cuellos blancos.

 

 

***

 

 

DESPUÉS  DE  LA  BATALLA

 

 

 

Almagre óptimo para ser especulado

seres sobre eriales desgarrados

muertos sobre tumbas olvidadas

marionetas de pírricos gladiadores,

anónimos gobernadores exteriores

que se apropian con sus manos invisibles

los beneficios de la sal evaporada.

 

 

 

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24º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

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24º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXVIII de la 2ª etapa/01-06-2012

 

EDITORIAL LXVIII

La muerte de Carlos Fuentes, este pasado mes de Mayo, nos ha devuelto a la memoria a ese grupo de escritores que colocaron las letras y la cultura latinoamericanas en su sitio. Para España, evidentemente, fue hasta cierto punto todo un descubrimiento. Faltaba poco para que se acabase la dictadura que había mantenido a España aislada durante mucho tiempo y cuyo inicio, tras la Guerra, había roto la tradición cultural en dos, la del exilio y la del interior. Durante la República se iniciaron unos contactos entre las dos orillas: Rubén Darío, César Vallejo, Vicente Huidobro, Octavio Paz, entre otros, dejaron una gran huella en un país que vivía toda una edad de plata cultural. Pero la guerra terminó con aquel idilio y sólo parte del exilio español, la que vivió en América, pudo disfrutar de su influencia. Lo Hispano fue apenas una proclama del Régimen de tono altisonante pero sin vocación de intercambio real.

En los setenta se retomó el diálogo desde abajo. Un grupo de jóvenes latinoamericanos vivieron una temporada en España o la visitaban con frecuencia al residir en París, en Europa. Pronto algunos de sus nombres pasaron a ser conocidos y apreciados: García Márquez, Vargas Llosa, Bryce Echenique, Juan Carlos Onetti, Juan Ramón Ribeyro, Julio Cortázar, entre los que vivieron en Europa, pero no podemos olvidar a Miguel Ángel Asturias o José Donoso. O el mencionado Carlos Fuentes, sin duda un prosista cuidadoso y un narrador agudo.

No pocos de nosotros nos introdujimos en la literatura gracias a estos autores o comenzamos, gracias a sus obras, a leer de otra manera. La deuda es inmensa. Desde Nevando en la Guinea hemos hablado no pocas veces de literatura latinoamericana, pero siempre nos quedamos cortos, creemos sinceramente que el eje de la literatura en español debe estar en Bogotá, México o Buenos Aires, en cualquier ciudad del continente, más que en Madrid, en Barcelona o Valladolid. España debe acostumbrarse en su relación con los países latinoamericanos a ser un país más, en pie de igualdad, tanto en lo cultural como en cualquier otro aspecto, sin esas veleidades imperiales que a veces, nos tememos, perduran en la mentalidad de mucho.

Actualmente son muchos los autores americanos conocidos en España, la relación es fluida, sin prejuicios. Y se lo debemos, hay que reconocerlo, a Carlos Fuentes y su grupo de amigos escritores.

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CANCIÓN DEL SÍ Y EL NO

(BUSCARÁS)

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

Y buscarás en mí la negación de una verdad

que tras mis ojos hace incierta una gigantesca realidad,

que tras mis ojos queda abierta

a una cutre bostezada que delira,

que tras mis ojos toda harapienta

y por no poder llover el lustre ya ni mira,

y buscarás en mí otra vez la afirmación de una mentira

que tras mis ojos queda expuesta

como monigote de contrariedad,

que de mis ojos mira escueta a la disculpa que respira

a la ciudad podrida, a la inoportuna oportunidad,

buscarás y buscarás en mí esas dos cosas,

buscarás y encontrarás en mi mirada

el desprecio irresponsable,

el nudo grave, el beso preso, la magia maravillosa,

que hace de este mundo un crudo hueso

con la codicia que nos hace codiciantes.

Buscarás y encontrarás esa parte que se sabe

de este mundo inmenso en el nunca-retornable,

se vierten en un espejo satisfacciones y complejos

 con esa llave que cierra y también abre,

que desgrana el tropiezo de este baile de don nadies,

sé que si yo quiero todo es fantasía,

que con mi voluntad subes a las crines del aire

sobre esa cucaña resbalosa e inmanejable,

sé que sin mí tu causa es tontería,

parece asco y burdo tedio que solo tú te tragues,

buscarás para encontrar y entenderás

que compartimos avión, asociación, sopa fría,

compañeros de bulevar, amigos en el gran viaje,

de estorbo, de cansancio, de habitación vacía,

compañeros en el caminar,

amistades repletas de inútil maridaje,

pasajeros callándose del mundo su gran verdad,

en este tren de cercanías, en este deambular de finita vía.

En este ciego pisotón que de torpeza nos hable,

en este simulacro de muerte en un segundo,

en este acabar para empezar sorpresivo e iracundo,

en este mundo redondo, farragoso, profundo,

en este humificador por desecar lo deplorable,

en este sí para empezar, y para acabar su no rotundo,

en este menester por entender las claves.

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Sylvie

         Sylvie solía hablarme como si estuviéramos al mismo nivel. No había pretensiones en su forma de dirigirse a mí, lo que hubiera sido hasta cierto punto normal en una universitaria en apariencia altiva pero realmente brillante y que podría mirar por encima del hombro, o con cierta presunción al menos, al alumno del Instituto que era yo, algo inquieto, sí, con aficiones literarias en ciernes, pero que en general no tenía nada en claro lo que él era en ese momento, lo que sería después, con el paso del tiempo, ni lo que era el mundo que le rodeaba. Conversábamos siempre mucho rato tanto en la librería de su padre como en cualquiera de los cafés en los que nos reuníamos al anochecer. Hablábamos sobre todo de libros. De hecho los libros, la literatura en ellos contenidos, era lo que nos había unido.

No en vano la conocía, aunque vagamente, desde que cumplí doce años, cuando comencé a frecuentar la librería que su padre regentaba en Bayona. Solía acudir con el mío para proveernos de libros en francés y hablaban ellos largo y tendido de autores, a veces de política, aunque las menos, mientras yo observaba las estanterías repletas de volúmenes de todos los tamaños. El señor Etchévère nos recomendaba títulos, nos comentaba aspectos de las diferentes etapas de la literatura francesa que conocía bien y resultaba un placer escucharle y conseguía despertar una enorme curiosidad y un gran deseo por acceder a las obras de aquellos autores que nos comentaba. Ella entonces apenas resultaba una presencia silenciosa en algún rincón, entre libros siempre, con alguno abierto en su regazo y concentraba toda su atención en él sin apenas levantar la mirada.

A partir de los dieciséis mis padres comenzaron a dejarme ir solo a Bayona. Me alojaba en el pequeño apartamento familiar cerca de la catedral y vacío la mayor parte del año. Por entonces ya me había aficionado a la lectura. Y era más que una mera afición o un pasatiempo. A veces parecía que me gustaba más el mundo contenido en las páginas de los libros que el mundo llamado real, diferencia esta que, de hecho, desde entonces, nunca he establecido ni aceptado: el mundo sólo es uno, ya sea en la mente ya sea la materia visible y en ocasiones, no pocas, algo aparente, incluso más que en la ficción.

En mis estancias nunca dejaba de frecuentar la librería del Sr. Etchévère, que seguía hablándome de escritores y de libros con el brío de un erudito y al que yo escuchaba con interés y no poca pasión. Mi padre, además, solía darme unos billetes extra bajo mano, sin que mi madre lo supiera.

− Para libros -me decía con sigilo, como si la afición a los mismos debiera llevarse en secreto.

En una de aquellas visitas a la librería la hallé sola. Mi padre ha salido, me anunció al levantar la mirada del libro, no sé a qué hora volverá, añadió. Vale, respondí algo distante y me puse a ojear los libros contenidos en las estanterías. Evidentemente, aquella aparente distancia por mi parte no era más que cierta timidez y no poco apocamiento para lograr salir de mis propios límites, en absoluto significaba que aquella muchacha me fuera indiferente. No pocas fueron las veces que, al otro lado de la frontera, a cierta distancia de Bayona, me había acordado de ella y me había preguntado cómo sería su vida. No he de decir que me resultaba atractiva. He de reconocer también que me cortaba bastante. Además, ella había mantenido siempre esa actitud lejana, como si no estuviera allí o no fuera preciso que se dejara notar.

Sería, delgada, de mirada lánguida y largos silencios, no parecía muy interesada en las cosas del mundo. En otras épocas hubiera sido una candidata ideal para habitar un convento. En la nuestra adoptó un cierto aspecto peculiar, con sus ropas deslustradas, de negro siempre, y apartada hasta el punto de parecer ausente. En nuestras conversaciones nunca intervenía y nunca se habló de ella, estuviera o no presente.

Por eso me extrañó que de pronto hablara, saliera de su rincón en el que parecía integrarse perfectamente.

−Buscas algo en concreto –me preguntó.

Cité a un autor del que había oído hablar a su padre. Ella se levantó, se acercó a una de las estanterías y lo sacó de la hilera de libros.

−Es muy bueno –me dijo.

Comenzó a hablarme del escritor en cuestión y de otros de su generación. Supe entonces que estudiaba letras en Burdeos y que sería capaz de sustituir a su padre a la perfección. Ni qué decir que aquella tarde no sólo eran los libros lo que me interesaba, sino que me descubrí enamorado de aquella muchacha mayor que yo, cinco o seis años tal vez.

Pronto llegó el verano y logré que mis padres me dejaran pasar unos días en Bayona. Puse la excusa de que varios compañeros del instituto se desperdigaban por la costa vascofrancesa y no quería perder el contacto. Pero era a Sylvie a quien quería ver, sólo a ella.

Coincidimos. Ella había empezaba sus vacaciones universitarias y pasaba algunas semanas en Bayona. Luego iría a Londres, me comentó, a perfeccionar su inglés. Nos hicimos inseparables. Se encargaba de la librería por la tarde y yo la acompañaba. De dos a cuatro apenas entraba nadie. Era Julio, hacía ya calor y la librería se había convertido en el mejor refugio para charlar.

Sin embargo, yo tenía que volverme al otro lado de la frontera, no podía alargar mucho más mi estancia y además en dos semanas ella marchaba a Londres. Me sentía no poco apesadumbrado por aquella nueva separación que nos mantendría alejados, además, el mes de agosto y buena parte de septiembre. Me hundía esa sensación de no poder decidir en mis días, de estar sujeto todavía a los mandatos familiares, mientras que ella, yo lo notaba, gozaba de toda la libertad posible.

Aquella tarde me sentía especialmente desesperado. Ella me hablaba, como siempre, de libros, me aconsejaba lecturas, me pedía opiniones sobre lo ya leído. Debió de notar mi estado de ánimo.

−Te encuentras bien –me preguntó.

La miré de pronto, sorprendido por aquella pregunta inesperada. Levanté los hombros sin saber qué responderle. Se acercó a mí, colocó las manos en mis mejillas y entonces me besó.

Venga, vamos a sacar los libros del almacén, me dijo dos o tres minutos más tarde, con una sonrisa malévola pero sin duda feliz.

Juan A. Herrero Díez

 

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SONETOS ESENCIALES

Por Rodolfo Leiro

 

HASTA LUEGO

 

Un saludo cordial, un beso al paso,

 la ermita despierta su campana,

luce tu argiva silueta en la mañana

y busco en mi pupitre un verbo raso;

y el día, caminando hacia su ocaso

desde el flujo cordial de luz temprana

que me enrola, romántica y galana

con gemas de su  luna y de payaso;

un saludo que se perdió en el fuego

del aroma sutil que abrasa el ruego

hincado sobre un himen de narvaso;

de aquel postrer saludo no despego

y  olvidarte muchacha ya no puedo.

Hoy te miro en el fondo de mi vaso.

Narvaso: caña del maiz

 

Construido a las 8,45 del

1 de abril de 2012-04-01

Para mi libro

“Meditando en versos”

 

***

 

POMPA

 

Si surgiera otra vez mi antiguo enclave

 que enrolara mis estros con su esencia

y en el templo inmortal de la cadencia

me trepara en el mástil de mi nave,

y explorando la mar, la musa clave

trabara la implosión de mi impaciencia,

yo hurtara de mi lírica conciencia

la palabra gentil, la tierna, suave,

la emoción del soneto, casta llave

que me hiciera sentir el burgagrave

de la rima jovial de mi ventura,

os llevara conmigo en el espacio

y en el solio solemne de un topacio

te haría parte, mujer, de mi aventura.

Burgrave: señor de una ciudad

 

Construido a las 2,19 del

3 de mayo de 2012 para mi libro

“Meditando en versos”

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NIEVE

Por Gonzalo Salesky

Era la primera vez en cuarenta y dos años que nevaba en Cienfuegos.

Entró corriendo a la oficina, envuelto en su bufanda, con unos guantes que no usaba desde la adolescencia. En su mente seguía jugando con esa posibilidad, con ese sueño repetido tantas veces. Salvar el mundo, ser el único hombre sobre el planeta capaz de hacer algo magnífico, algo especial en un determinado momento.

No quería que encontraran ningún defecto en su plan. Hasta su hija lo había ayudado a pulir cada detalle. A contrarreloj debía ordenar todo en su trabajo, preparar las valijas, pedir el permiso correspondiente y viajar. Pronto su familia podría encontrarse con él. Y escapar de esa manera del infierno.

A la hora del almuerzo lo autorizaron a salir. Caminó bajo el frío de noviembre por la vereda, rumbo a la Oficina de Control Cerebral. Solamente tendría que llenar un par de formularios y nada más, cada uno de ellos con el membrete del gobierno cubano. Con muchas frases refrendando, una y otra vez, que todo lo que hubiera en su cabeza era propiedad del régimen.

Hasta cada uno de mis pensamientos.

Pero sin ese papeleo burocrático no iba a poder subir al avión. Y su plan se quedaría sin ser conocido por nadie.

Hasta 2012 se había intentado de todo para aliviar la crisis mundial. Después de las pérdidas, los quebrantos, las enfermedades infecto-contagiosas, aparecía nuevamente la peor de las plagas: el hambre.

Los rescates, los montos millonarios y los subsidios para los bancos y grandes empresas no servían de nada. La gente continuaba agobiada por las malas noticias de cada día. Violencia, manifestaciones y saqueos en las ciudades más importantes del mundo. Sequía, menos alimentos disponibles, poca energía, nada de combustible. Falta de insumos básicos, aluviones de personas famélicas robando cosechas, destruyendo alambrados para buscar gallinas, pavos, cerdos, vacas. No sólo en los países de tercer orden. Europa y Estados Unidos estaban llegando a niveles nunca vistos de desocupación e indigencia. Hasta la gran esperanza puesta en anteriores presidentes se había esfumado en muy poco tiempo.

¿Sería la suya la solución definitiva? Era una de las Cinco Ideas Finalistas del Concurso Mundial. La última alternativa de la ONU. Centenares de miles habían participado presentando todo tipo de proyectos. Brillantes, increíbles, absurdos… uno por uno fueron desechados casi todos.

Los impuestos a los animales domésticos, a cada kilo engordado por habitante, a los hijos, a los deportes y su televisación. El asesinato selectivo de otras especies. Los tributos sobre el alcohol, los cigarrillos, ansiolíticos y energizantes. El exterminio de todas las mascotas, la venta de la Luna por hectárea para los pocos millonarios que quedaban en el planeta. La destrucción del hemisferio sur, la migración total hacia el otro hemisferio. El envío de basura hacia el Sol. La eliminación de las fuerzas armadas de todos los países.

Fundir y vender las reservas de oro de cada país. Cancelar los juegos de apuestas y de azar por diez años. Hacer trabajar a cada habitante en los medios de transporte masivos, para elaborar manufacturas simples en los momentos ociosos que ocupaban viajando. Cultivar granos en el fondo del océano y en las playas. Promover la venta libre de drogas. Prohibir los fuegos artificiales y el maquillaje a todas las mujeres; de esa manera, liberar tiempo y dinero malgastado.

Otros apostaban a reciclar el agua de lluvia, construyendo enormes piletas arriba de las casas, edificios, avenidas y parques. Los más alocados pensaban encontrar en el mar el combustible necesario para poner en marcha al mundo nuevamente.

Ya no quedaban ideas que permitieran evitar la catástrofe. Sólo la de él. Y cuatro más.

¿Cuáles serían las otras?

El 25 de agosto envió su propuesta por correo electrónico. Ese mismo día le habían contestado. Paradójicamente, si tenía éxito con su plan, en un futuro cercano no tendría de nuevo esa posibilidad.

Debía redactarla lo mejor posible. Usaba un cuaderno de tapas duras y de color marrón, con el lomo negro, de renglones celestes casi imperceptibles, para anotar lo que fuera surgiendo en su mente, para tachar lo que no sirviera. De sus hojas sacó el pasaje del vuelo 841 rumbo a Washington, con fecha del día siguiente. Chequeó otra vez el horario de salida y decidió guardarlo en su bolsillo derecho para evitar descuidos.

Tenía unas horas más para seguir escribiendo. Un borrador, un pensamiento que podía salvar el mundo.

Había que destruir Internet. Y todo aquello que implicara transferencia de información. A través de su invento, la combustión sintética de datos, podía hacerse en sólo tres semanas. Toneladas de cables y antenas a lo largo y ancho de la Tierra quedarían inutilizados. El sistema de transmisión por vía inalámbrica también. La vida sería distinta sin tanta gente alejada de la realidad y encerrada en las redes virtuales que amenazaban con quedarse con todo. Miles de millones volverían a vivir como hace treinta años, cuando…

¿Se solucionaría la falta de alimentos? Probablemente las personas, con tanto tiempo sobrante, se comunicarían otra vez con la naturaleza. Cultivarían su propia comida. El ser humano, alienado como nunca, había perdido la capacidad de conversar cara a cara. No parecía creíble que las mismas personas, tan poco tiempo atrás, se encontraban en los parques y plazas, hacían ejercicio, leían libros, se alimentaban de manera sana.

Se ahorraría toda la energía gastada en el tráfico y almacenamiento de tanta información, equivalente a la mitad de la generada a nivel mundial. Sólo era una cuestión de costumbre. Si la humanidad había sido capaz de vivir sin teléfonos celulares e Internet en 1980, bien podía hacerlo ahora.

Seguramente crecería la industria del papel. También la posibilidad de cosechar frutas y verduras en la propia casa. La gente volvería a disfrutar del aire libre, a conseguir trabajos de verdad. Disminuiría la cantidad de desempleados. Según su investigación, la red de redes había reemplazado unos trescientos millones de personas como mano de obra en fábricas, bancos, aeropuertos, oficinas, compañías de seguro, empresas de correo, diarios, revistas, editoriales…

Imaginaba una gran resistencia al principio. Quizás los fanáticos de Facebook protestarían y tendrían que conformarse con pegar sus fotos impresas en la puerta de su casa para que cualquier desconocido las pueda mirar. ¿Cómo podrían sino satisfacer esa necesidad de ser vistos por otros en todo momento? ¿Serían capaces de vivir sin la mirada puesta en sus pequeñas pantallas? ¿Se darían cuenta del tiempo que pierden?

Siguió escribiendo, pensando en el rostro de aquellos que lo votaron. Decenas de extraños que habían leído, con entusiasmo y tal vez con esperanza, su primer bosquejo. Algunos medios ya hablaban de “la solución cubana”. Muchos otros la rechazaban de plano, tildándola de poco práctica, de anticapitalista, de demasiado romántica. Pero tenía espalda para soportar las críticas. Pese a los prejuicios, estaba en la final. Tan cerca de la gloria.

Ocho horas después de terminar, entró a la Casa Blanca con su cuaderno viejo bajo el brazo. En las escaleras saludó al presidente con un apretón de manos. Estaba seguro: si lo escuchaban, el mundo cambiaría. Gracias a él. Y a sus locas ideas.

¿Quién lo hubiera dicho? Si mi padre me estuviera viendo…

Si después de tantos años había vuelto a nevar en Cienfuegos, todo era posible.

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por Daniel de Cullà

 

A FEDERICO GARCIA LORCA

 

Desde el cabo de Creux al Finisterre

Tu Poesía que salta hasta la Vida

Resuena

Y desde Cantabria hasta el Estrecho

Sin que  los ecos Rebuznantes

De la represión

Cantada por esa caterva de gente

De la mala plebe

Lo más mínimo te dañen.

 

Que rabien, rabien

Los que el elogio del Asno

En su día cantaron

En su Musa o lira mala.

 

Tú eres la envidia de la Europa

Con los Continentes

Y ahora se acercan los poetas

Que habitan en ciudades, en villas

En cortijos, en aldeas

Para cantar con éxito feliz

La bella prenda

De tu Poesía.

 

Mira, ve y escucha:

Yo, acompañado a la guitarra

Te recuerdo cantando:

“Dende que te vi

En la ventana

Como era de día

No te dije nada.

Dende que te vi

En el balcón

Como era de noche

No te dije adiós”.

 

***

 

/ Canción Al Ave/

“Detente, sombra de mi bien esquivo,

imagen del hechizo que más quiero,”

-Sor Juana Inés de la Cruz

 

De la Estación de Atocha

Ha salido el Ave Prick

Cantando en su velocidad

Su concepción

Ave, Ave, Ave

 

De Madrid a Bailén

Yo quiero decir que sí

Dime tú niña mía

Que me vas a dar el Sí

 

“Dicemelo”, que me encanta

Oirte bien o mal  decir

Entre espumas de saliva

 ”Chi…chi” “Chi…chi”

 

Eres mensajera del Amor

Con tu Clit and Teat

Y ¡menos mal¡

No eres esclava Jumenta

De Lourdes, ni de Fátima

Ni del pinaresco Henar.

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por Mary Acosta

 

A BOCA CERRADA

A boca cerrada tensa su armadura

sobre la máquina del miedo.

Sus ovaladas neuronas

acunan naufragios y grávidas ausencias.

Sobre musgosas rocas,

cuelga su alquitranada infancia.

Las esquinas calladas retenidas en sus tímpanos,

pierden su metamorfosis prometida.

Invitado al convite turbio de sus muertos,

coexiste entre los puentes calcados del ahora.

Envoltura de corto viaje disfrazada y a boca cerrada,

memoriza la existencia entre un yo injertado

y la presencia subversiva, de la última palabra.

 ***

ACROBACIA SALMICA

Atardece en mi,

ante el desnudo audaz de los espejos.

Desgrano la penumbra hambrienta

vistiendo un traje de epílogo,

sobre la fina piel gastada,

que expulsada en siete gritos

desarma cóncavos domingos de abril.

Detrás del músculo agotado,

la acróbata libélula

confabula el vuelo,

en mitad del geodésico instante,

inventando el hálito de Dios resucitado.

***

HARAPOS DE ABANDONO

Petrificado en el exilio de la noche,

el gnomo de membranas hambrientas

y heridas coaguladas por el látigo del sol,

suplica silencioso y a la intemperie por su huérfana inocencia.

Golpeado sobre la lozana piel naciente

desgarra sus sueños sobre el fango.

Querubín a la espera del retorno, desnuca a la justicia

tras el peso de una lágrima,

gestada desde las entrañas de su orfandad.

Vestido con harapos de abandono,

busca encontrar la esquina de su infancia,

atravesando angustias con sabor a prepotencia

que anule cicatrices, marchite lo imposible y destiña ausencias.

Metamorfosis de verbos, vigilan el “pienso” carcomido,

fantasma encadenado al sordo murmullo de los días,

que dañan crucifijos pintados de esperanza

entre las tenazas abiertas y dolosas de un germinado desafío.

Con resignados pasos,

cruza la frontera del destino al ritmo de los ciclos de la luna.

Atento a sus treguas sin color, rescata las siglas de los sueños

que suspendidas quedaron en el buzón del tiempo.

En búsqueda de Dios,

un par de sonrosadas mejillas sombrea la vida,

en reclamo justo por el dorso edénico de su inocencia.

MARY ACOSTA

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POEMA

Por Irene Mercedes Aguirre

 

Miré mis manos

 

Y me miré las manos y he notado

la huella de caricias repetidas.

Por los años la piel envejecida

acusa, aquí y allá, tiempo pasado.

 

Y me miré las manos y he pensado

que cuando van a tono con la idea

dan perfección y encanto a la tarea

en la sublimidad de lo logrado.

 

Y me miré las manos y he sentido

sus curvaturas y su movimiento

como   afinado y prístino instrumento

que explicita la acción con su sonido.

 

Y me miré las manos y he palpado

cada arruga y sus líneas perfiladas.

En brumas de milenios, condensadas

encierran los ensueños  apretados.

 

Y me miré las manos y he soñado

con un mundo mejor. Con  diez  perfectos,

magníficos  apoyos, firmes, rectos,

¡a diestra y a siniestra acompasados!

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por Francisco Jesús Muñoz Soler

 

 

 

UN  BIGOTE  PEGADO  A  UN PRESIDENTE

Un bigote pegado a un presidente

Un flequillo a una sonrisa infame

Un incubador de huevos de serpiente.

Relativismo de muertes ajenas

Productivismo de quirúrgicas guerras

Infamia en anaqueles beneficiados.

Enroque de íntegros mal nacidos

Realce de patrias manufacturadas

Calamidades en teatro de poderes.

Dioses que no descansan

Mamporreros que les ayudan a clavárnosla

Aspereza para nuestras traseras desgracias.

…Podría seguir manifestándome

Pero mejor enumeren sus fríos sudores

Resuélvanlos mientras nos preparan más deberes.

Postdata para los apostatas de los idearios

Cabeza erguida y despejada

Por si les benefician con un disparo a bocajarro.

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COLGADAS  SOBRE  LAS  VÍAS

Colgadas sobre las vías

del tren que huyó del tiempo

consumiendo vértigo

de endémica cochambre

abigarradas y minúsculas chabolas

apropian mortecino espacio,

sus moradores en número exceso

circulan por mugrientas líneas

hacinados en seguro expreso,

transportador de desheredados

en circular inmundicia

agarrados al mínimo chance

que creen concede

la espiral de sus trayectos,

de esa mentalidad asiática

fluye digna esperanza

que no vislumbra

el horizonte

del Express de los pobres.

***

FRÁGIL  CORPUS  (LIBERTAD)

Frágil corpus

por liturgias y héroes amenazado,

patrias y almas

intangibles excusas instrumentadas.

***

SHANGAI  &  KABUL  &  FRANCISCO

Shangai & Kabul & Francisco

Tránsito espacios

colapsados y convulsos,

vértigo de hordas fragmentarias

enclavadas en ciudades iconos,

escenarios de emociones

proporcionalmente inversos,

forjadores indisolubles

de mi visión periférica,

queriendo entender el mundo

el sonido del chasquido

expandiendo sus ondas

perforadoras de tímpanos,

anunciándome mi depositario gesto.

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LAS  GUERRAS  SE  ESCRIBEN

Las guerras se escriben

con letras torcidas

de silencios y ausencias,

escritos de sangre

y mala letra.

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22º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

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22º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

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NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXVI de la 2ª etapa/01-04-2012

 

EDITORIAL LXVI

Las identidades de Antonio Tabucchi

 

´Identidades Asesinasª es el título de un ensayo del escritor libanés Amin Maalouf y en el que desgrana el tema de la identidad colectiva y su relación con la identidad individual. Como individuos formamos parte, en principio, de alguno de los grupos culturales que en el mundo hay: hablamos una lengua, compartimos referencias y valores con los otros miembros del grupo -etnia, nación, ciudadanía-, compartimos de algún modo una religión y algunas visiones del mundo. Pero esto es la teoría, luego existe la experiencia que por fortuna es mucho más rica y variopinta.

 

El escritor italiano Antonio Tabucchi, fallecido este último mes de Marzo, sería un buen ejemplo de lo que hablamos. Italiano, se identificó con Portugal hasta el punto de pasar largas temporadas en ese país, incorporarlo -sus paisajes, sus habitantes, su historia, su cotidianidad- a su obra e incluso escribir una de sus novelas, ´Sostiene Pereiraª, en portugués.

 

No es el único caso. Incluso hay autores que emplean un idioma distinto al suyo propio, aquel con el que crecieron y se desarrollaron como personas. Joseph Conrad adoptó el inglés como lengua literario en vez del polaco y pasó a ser uno de los grandes autores en esa lengua. El español Jorge Semprún escribió parte de su obra en francés. Pablo Urbanyi, cuya lengua materna es el húngaro, plasma sus historias en el español de Argentina. Hay también autores que hablan una determinada lengua y luego cambian a la lengua semiperdida de su comunidad (o en proceso de recuperación: si es algo artificial o no, es otra historia). Gabriel Aresti aprende vasco ya de mayor y deviene uno de los poetas de referencia en esa lengua. Identidades asesinas. El propio Amin Maalouf escribe en francés, no en árabe, al igual que el escritor marroquí Tahar Ben Jelloun.

 

En África el colonialismo provocó nuevas realidades: la gran literatura en inglés, francés o portugués se enriquece con la aportación de autores africanos. Surge también algunos autores de Guinea Ecuatorial que escriben en castellano, Donato Ndongo es tal vez el más conocido, aunque no el único.

 

Por otro lado podríamos preguntarnos si Kafka es un autor de identidad alemana (escribe en alemán), de identidad checa (nace y vive en Praga), de identidad judía (es hebreo). Visto lo visto, ¿acaso resulta extraño que Alfonso X el Sabio, rey de Castilla que tanto aportó al castellano y con el castellano aportó a Castilla fuera a su vez un poeta en galaicoportugués?

 

Leemos a Antonio Tabucchi y podríamos pensar que estamos ante un autor portugués, portugués de los de toda la vida.

 

¿El español José María Blanco White es un autor español o británico?

 

Seguramente la identidad nacional es una mera categoría para entender la realidad, pero que no debemos entender como un absoluto. Al fin y al cabo, parafraseando un chiste antirracista, el idioma que hablamos procede seguramente de otro lugar, muchos adorarán (o habrán sido educados bajo su prisma) a un Dios judío, utilizamos números árabes y tecnología japonesa o india en nuestros ordenadores, y las patatas que tanto nos gustan proceden de América del mismo modo que el necesario café matutino tiene su origen en Etiopía y el Yemén.

 

Que las características comunitarias -por llamarlo de algún modo- existen, no lo negamos. Pero, ¿tienen al final tanta importancia? Es como la diferencia entre hombres y mujeres -¿literatura masculina y/o/frente a literatura femenina?-: sí, vale, existe, puede ser una aproximación, sin embargo ¿importa tanto?

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BORRONES DE TINTA PARA EL QUE INVENTÓ LA TINTA

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

TÚ SIGUES, YO SIGO

(Poema en prosa)

 

La seguiste por senderos espinosos como angostos, la seguiste y la buscaste por la aurora ya cansada, te vi por la derrota palidecer de exhausto, te vi por dimensiones donde no eras tú, cuando la encontraste algo había cambiado, se disipó un muro pero se impuso otro, cuando la besaste ella te besó torpe, distante y desanimada, te preguntaste entonces por qué el amor baila ciego y caprichoso, aquella mirada era lo que tanto deseabas, pero el corazón te punzaba derrotado por que aquellos destellos no eran ya tuyos, yo te seguiré muchacho de sal y tarde anaranjada, yo te seguiré en la gloria sin color por donde se baten tus esperanzas, yo te seguiré como un gnomo de sombra, y te bendeciré por que si no estás tú se marchita mi sueño y mi voluntad se ahoga, te seguiré por barrancos de órbita desmantelada, te seguiré por sacrosantos espinos del alma, te seguiré cuando reposes tu calma desierta, luz que das paz mientras callas, serena forma donde se desmayan las rayas, secreta presencia que das silencio en la primera noche donde los crudos esbozos son nuevos y duelen enteros.

 

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CONCILIAR EL SUEÑO

 

El acto humano de conciliar el sueño

nos define como seres humanos,

¿por qué dormimos con los ojos cerrados?

Necesitamos no tener ninguna influencia

del exterior, ninguna influencia externa.

El hombre/La mujer, el ser humano,

duerme con sus ojos cerrados

y concilia un sueño que a él no pertenece,

un azar en un magma de espacio infinito,

una megalómana manera de existir,

no se elige mientras se sueña,

nos dejamos llevar por una inercia plena.

Ver a alguien dormir es como ver

una estatua griega cegada por la metafísica

del placer de no ser nada.

Mientras se duerme no se es nada, zero,

placer donde cae exhausto el tiempo deprisa,

el tiempo del sueño es divertido,

es un tiempo sin lugar en la inercia etérea,

las horas no son las mismas desde el sueño

y no son las mismas desde el no-sueño,

corre el tiempo con dos verdades

en la entraña del azar y la voluntad sin norma,

palpar lugares que parecen otra cosa,

palpar lugares desde las dos verdades

que el tiempo sostiene como un misterio incauto,

nos rendimos a la voluntad del sueño

y perdemos tiempo, lugar y raciocinio,

el sueño es la otra verdad que la nada evoca.

 

 

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El visitante

 

El viejo prior observó detenidamente el rostro del joven que ya llevaba en el monasterio bastantes días. Se dio cuenta de pronto que no sabía estipular cuántos en concreto, tal vez hubiera pasado semanas, puede que incluso meses, se sorprendió de pronto al no poder precisar con exactitud el tiempo transcurrido, había perdido la cuenta de su estancia entre ellos, como si el tiempo, de pronto, le resultara imposible de medir, algo que le asustó. Lo atribuyó tal vez a un problema suyo, personal, a la edad quizá. Por otro lado, pese a la apariencia un tanto cándida del joven, había en su aspecto, pensó, algo extraño y agudo que no podía menos que producirle un cierto resquemor, algo que no podía explicar, pero que le inquietaba. No, no era un temor concreto, a un peligro por ejemplo, a un peligro físico, no creía que fuese un bandido, un asesino, un loco que matase sin piedad, pero había algo en él que desprendía sufrimiento, un intenso sufrimiento propio y ajeno, un lamento que se transmitía en los rasgos de su cara, en la luz de sus ojos, en la forma de mirar, nunca directa, siempre oblicua.

Había llegado una tarde, casi a la anochecida. Llamó a la puerta y un monje le abrió, le escuchó las primeras palabras, apenas unos susurros que demandaban socorro, y el monje acudió a él.

¾Hemos de ser hospitalarios -murmuró mientras atravesaba los pasillos en semipenumbra para acudir ante el inesperado visitante.

Así se lo había ordenado su antecesor, el fundador del monasterio, un hombre correcto, un alma caritativa y recta, un sabio reflexivo de firme raciocinio y fe inquebrantable.

Pero no eran los tiempos muy propicios para la confianza. El hambre, las guerras, el pesimismo, la enfermedad, todo se conjugaba para que lanzarse por los caminos deviniera aventurado y siempre se temiera al visitante.

¾¿Quién sois? -le preguntó aquella tarde tras recibir su solicitud de asilo.

¾Un hombre desolado -le respondió.

Lo acogió, aun cuando le desagradó la inexactitud de su respuesta, por otro lado trivial y gastada por lo repetida. Todos parecían estar desolados en esos tiempos. Hubiera querido saber más, pero el joven calló, bajó la mirada y después la dirigió hacia él, tal vez porque esperaba una respuesta más pronta.

¾Podéis quedaros -le dijo-, aquí nunca negamos la ayuda.

Percibió una leve sonrisa antes del gesto de bajar la cabeza y levantarla en forma de agradecimiento.

Se sumergió a partir de entonces en un silencio casi absoluto. Quiso que se le diera alguna tarea, no quiero vivir de vuestras mercedes, había sido una de sus escasas frases al día siguiente de su llegada, y cada día, tras los maitines, se le encomendada alguna faena que cumplía escrupulosamente, siempre con sigilo y discreción, hasta el punto de pasar por completo desapercibido, como si fuera uno más de aquel pequeño monasterio. Daba las gracias siempre que se le entregaba comida, agua o algún objeto. Cuando terminaba su labor antes de tiempo acudía ante el hermano Tasio para que se le encomendara una nueva faena que realizaba con el mismo vigor que la anterior. Ese afán por la labor y su mesura despertaron no poca estimación y un profundo apego, contribuyeron también a que el tiempo desde su llegada se diluyera como la leve neblina de la mañana. En el oratorio se mostraba silente, concentrado, movía los labios y entrecerraba los ojos. Sufre, pensaba el prior cuando observaba tal actitud.

Aquella tarde acudió de nuevo ante él. Como la primera vez, se acercaba la noche. El joven entró en su estancia y esperó a que le autorizase a hablar. Le anunció, tras agradecer su generosidad, que debía partir.

¾Ha llegado el momento de marchar -fue lo que le dijo.

Entonces el prior le observó de nuevo y sintió una vez más resquemor, duda y no poca incertidumbre. Se volvió a preguntar por el tiempo que había pasado entre ellos, sin saber precisarlo, lo que le molestó bastante. Le molestaba también que sus fórmulas apenas fueran meros tópicos al uso, expresiones hechas que apenas traslucían un significado, menos aún una razón. Intuyó algo tremendo y doloroso, un misterio quizá. Nada es sencillo, pensó, nada es lo que aparenta, todos somos en realidad desconocidos.

¾Si tenéis alguna pena que queráis descargar -le dijo-, no dudéis en abrir vuestro corazón ante mí.

¾Os lo agradezco.

Guardó sin embargo silencio, bajo la mirada y esperó su bendición. Pero antes de que llegara sacó de su viejo zurrón un pergamino y se lo dio. El prior no puedo menos que sentirse temeroso por ese sigilo y por lo que iba a leer, cuyo contenido vislumbraba, fruto de una repentina premonición que le permitió adelantarse a la propia lectura. Supo reconocer las letras hebraicas.

¾Todo cambia ahora -le dijo el joven con un tono que, aun cuando procuraba no serlo, resultaba solemne-, vos os quedáis.

¾Que Dios os proteja y os bendiga -se sintió aliviado después del terror que sintió ante lo que acababa de leer.

El joven se retiró y poco después le vio desde la ventana abandonar el jardín, perderse por el camino que llevaba al norte. Es un ángel, consideró al verlo desaparecer tras los montículos vecinos, al ángel de la muerte.

Unos días después se presentaron ante él unos cofrades del Armandat. Intuyó el motivo de su visita.

¾Buscamos a un hombre -le dijeron y por la descripción dada reconoció de inmediato al joven.

¾Por aquí pasan muchas gentes -les respondió-, algunos coinciden con quien describís. Todos van hacia el norte.

Los caballeros no preguntaron más nada. Parecían esperar aquella respuesta por haberla recibido más de una vez. Le mostraron sus respetos e iban a retirarse cuando el prior les interrumpió su partida.

¾Por qué le buscáis -preguntó sin mostrar mucho interés, aparentando más querer colmar una curiosidad indiferente.

Quien dirigía la partida pareció dudar si responder.

¾Hay quien le cree miembro de la Mesnada Hellequin.

El prior sonrió por lo que a todas luces parecía una delicada pulla del aguerrido oficial, una forma irónica de no responderle sin llegar a ofender.

¾Esas son leyendas de los pueblos.

¾Las leyendas y la vida a veces se confunden en las esquinas.

Se quedó en silencio, en medio de la penumbra de su estancia. Era ya anciano, había vivido mucho, pero no por ello dejaba de sorprenderle la cantidad de ángeles que pasaban por los caminos de la tierra. Si el ojo humano contemplara la vida tal cual es…, murmuró rememorando las palabras del talmudista.

 

   Juan A. Herrero Díez

 

 

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Textos concebidos por Rolando Revagliatti a partir de sendos largometrajes

 

 

“SUSPIROS DE ESPAÑA Y PORTUGAL”

 

No dejaba de ser esplendorosa

(cerdos de España – y Portugal -)

la agazapada capacidad folladora

del relativamente virginal

Fray Clemente del Niño Jesús

el civil Pepe Pimpante

en esos caminos

 

No dejaba de ser esplendorosa

la suprimida satiriasis

de Fray Liborio de las Santas Llagas

el civil Juan retornando a su precario

encauzamiento en la civilidad

 

No deja aún de ser esplendorosa la muerte

esa desaparición física del anciano abad

¡Búcaro con sus leches!

(condensadas)

a la mismísima salud de España

(y Portugal).

 

**

 

“PEPI, LUCI, BOM Y OTRAS CHICAS DEL MONTÓN”

 

Soy tan como una

de ustedes la que más

amerita fugas de otros filmes

éste donde

no consto pero hállenme

sólo con sus bocas en derechura

hacia mis pezones.

 

 

**

 

A Jim Jarmusch

 

           “Hoy fue el peor día de su vida de  mierda”

(del filme “Night on Earth” de Jim Jarmusch)

 

 

Hoy ha sido

lo aseguro en la plenitud de mis condiciones intelectuales

el peor

¡y hasta qué cima me consta  que ha rebasado el vaticinio de mis colegas miserables!

el peor día

abarcando la rotundidad

                    acústica de la noche

que en mí tanto ha sonado

el peor día de mi vida

ridícula por su orientación

infame por sus logros

repugnante por sus claudicaciones

de mierda.

 

 

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Febrero 2012

 

 

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SONETO DE IRENE MERCEDES AGUIRRE

 

 

COMO OTRA PIEL

                                  A Rodolfo Virginio Leiro

¿Que nos lleva   a esta búsqueda incesante

volcada  hacia los cofres de   emociones?

¿Por qué motivo, causas o razones

vivimos este sueño delirante?

¿Dónde encontramos fuentes de ilusiones

que nutren con sus aguas refrescantes

este ensueño que somos, los instantes

de   captación de excelsas  vibraciones?

Están en ti y en mi, firmes, constantes,

como otra piel preñada de ilusiones

sobre la piel carnal , igual que amantes.

Superpuestas las dos en sensaciones

¡una brinda  sentires   palpitantes

mientras vuela la otra en sus visiones!

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ESTUPENDOS SONETOS  

DE RODOLFO LEIRO

¡DESPÉGATE!

 

La vida es como un sueño que evapora

la lucha de alto esfuerzo de tu día;

libarás cierta vez, troncal porfía,

de ese sol  de tu estío que  te dora;

arribará tu ensueño, virtual flora,

que irá desvaneciendo en la sombría,

la mácula de angustias que te hastía

frente al mundo feroz que te desdora;

fenecer es normal, pero en tu lucha

habrá un suave poeta que te escucha

en lugar del bramido que te lesa,

del fragmento feroz con que te araña.

¡Despégate del rito que te engaña!

¡Y adósate al  labio que te besa!.

 

 

Construido a las 9,18 del

8 de febrero de 2012, para mi libro

“Conversando con la luna”

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CARAVANA

 

Yo también integré la caravana

tentando los fulgores de la Luna.

¡Vate magro! Sin puerto y sin fortuna

me enamoré una tarde de solana;

llegué muy cerca suyo, con la flama

que extraje de mi lírica abetuna,

partiendo desde el plinto de una duna

y una gema de lirios como gama;

de pronto me arrojó una casta llama,

en vestes de su mística galana

y en pos de mi gallarda fantasía.

Hoy lo puedo decir ya sin rubores.

¡Soy dueño de sus cándidos primores!

Y un beso, cada noche…Es de mi Luna.

Abetuna: pimpollo de abeto

Construido a las 8,33 del

24 de febrero de 2012 para mi libro

“Conversando con la Luna”

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“LA MUJER”

No tengo palabras

cuando me dirijo,

hacia lo más grande

de la humanidad,

la que con dulzura

es bálsamo divino,

y a su vez conmueve

con …su lealtad.

Es el fiel soldado

que antepone todo,

en bien de sus hijos

marido y hogar,

siempre en movimiento

en pos de la causa,

es como una playa

en un manso…mar.

Quién puede hacer esto

y a su vez ser diosa,

solo la sublime

y preclara mujer,

que nunca nos falte

su acertado criterio,

por eso y mil cosas

las he…de querer.

Santa, más que santa

por hacer que todo,

sea como un cuento

de magia y placer,

yo andaba a los tumbos

y perdido el rumbo,

ella entró en mi historia

y me vi…renacer.

Me cuesta creerlo

que andando muy solo,

creí en un momento

en esa realidad,

me causa hasta miedo

cuando pienso en eso,

ella me ha enseñado

que hay otra…verdad.

No interesa como

ni donde ni cuando,

un altar merece

ese amado ser,

en ellas hay pedazos

de Dios y de cielo,

mil veces benditas

las honro…MUJER.

Boris Gold

(simplemente…un poeta)

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( De mi participación en la Antología 1000 poemas a César Vallejo) Elsa Solís Molina.

Para  «Idilio muerto»

La lluvia penetra en su alma desolada, pidiendo la muerte
En la lejanía , recuerda a Rita,cuando «dormita la sangre»
Y de nuevo la lluvia que le quita las ganas de vivir….
Añoranzas emparentadas con el sabor de las cañas de mayo
Y sigue recordando a su amor: «Ha de estarse  en la puerta
mirando algún celaje» Nieves y ríos son los paisajes del recuerdo
«Y llorará en las tejas, un pájaro salvaje»

Elsa Solís Molina
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A «La copa negra»

Que paisajes afines al de su propio interior….
Que yerto y desolado el mundo de su vida…..
Su instinto lo empuja hacia el pedido de su sangre
pero llora su corazón , despues de saciarse…
El entorno vibra tambien al ritmo de la lluvia
¡Y sus lágrimas resbalan hermanadas con el llanto del cielo!

Elsa Solis Molina

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A «Soldado Justiciero»

Desde la muerte se levanta,oyendo el llamado de su pueblo
en ellos se encarna y reinvindican: las injusticias de la guerra
y el campo regado de miserias en la noche eterna……
Toda la fuerza de un crepúsculo, incorporado al ente de su hermano
sacrificado desde las oscuras y eternas injusticias
llanto oculto,despojos que se alzan puño en alto
para lavar afrentas, ….no resucitarán los inocentes
no volverán a la vida los soldados,no se abrirá la tierra
donde con saña y desprecio, fueron sepultados…

Elsa Solís Molina

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER

 

EN  EL  GRAN  ESCENARIO  DE  ESTE  MUNDO

 

 

 

En el gran escenario de este mundo

cada individuo tiene grabadas

sus propias ideas y de ellas

depende su visión del mundo,

partiendo de este hecho concreto

debe surgir la obra

donde cada uno de los actores

trascienda de su propia visión

interrelacionándola con otras,

escenificando su verdad

y la de los demás,

en ese espacio de contradicciones

debe germinar la verdad

de nuestra convivencia.

 

A  HORAS  DE  TU  VIL  ASESINATO

 

 

 

A horas de tu vil asesinato

defiendo lo que tu representabas

esperanza de libertad

para un pueblo masacrado

por las armas, la religión y la ignorancia,

en tu querida tierra la vida no vale nada

solo la humillación y la villanía

florece amparada por la necedad

el atraso secular y la opresión,

después de la tuya, valerosa mujer

en tierra de derechos de hombres

que sangre correrá hasta pudrir

la esencia de los caminos que hollaste.

 

QUIZÁS  LA  ACTITUD  MÁS  DENIGRANTE

 

 

 

Quizás la actitud más denigrante

de la condición humana

sea defender la limitación

del derecho de su propia libertad

de equivocarse por si misma,

versión moderna y sofisticada

del esclavo que cree que sus cadenas

forman parte de su condición.

 

 

 

QUE MAL NACIDO  DIOS  PUEDE  INCITAR

 

 

 

Que mal nacido dios puede incitar

a inmolarse a seres humanos

destruyendo ciega y despiadadamente

ingentes vidas inocentes.

 

No existe ni existirá,

solo alimañas sedientas de poder

lo inventan para dominar

o ampliar sus dominios

aunque se derrame

la más inocente de las sangres.

 

 

DESDE  LA  ATALAYA  DE  MI CONSCIENCIA

 

 

 

Desde la atalaya de mi consciencia

plena de la perspectiva

de espacio y tiempo,

me resulta imposible imaginar

que haya en este mundo

una sola persona

con un gramo de inteligencia

e integridad

capaz de justificar

cualquier dictadura.

 

 

 

CAPTURAR  EL  SIGNO  DE  LOS  TIEMPOS

 

 

 

Capturar el signo de los tiempos

en el cambio continuo de la vida,

 

plenamente abiertos a él

es la especial misión

de los vigías de sus contemporáneos.

 

 

 

 

SOLO  PUEDO  CREER

 

 

 

Solo puedo creer

en un Dios

que haga libre

a las personas

 

 

DIOS

 

 

 

Dios

solo puede guiarnos

hacia la libertad,

para ello debemos procurar

ser libres en esta vida.

 

 

 

AMOR  EN  LIBERTAD

 

 

 

Amor en libertad

no son palabras huecas

son sentimientos, gestos y hechos,

constantemente sentidos,

realizados y vividos.

 

 

 

 

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Tríptico de Irene Mercedes Aguirre (Argentina)

 

TRÍPTICO DEL POETA

I

Abrazos poéticos

 

Se alza la voz del vate  sobre la tierra inquieta

e indaga los indicios del dolor en la sombra,

intercesor permeable  de lo que toca y nombra

con el  verso lo calma  y tapona su grieta.

Sus vocablos deambulan como mágica alfombra

y sutiles refrescan  la reseca glorieta

de violencias y guerras. Despabilan la quieta

densidad    imperante  con    palabra que asombra.

¡Tan cansados estamos de vanas decisiones,

de inútil  competencia, de impávidos mazazos

que descargan poderes  de oscuras intenciones!

Dejemos que el poeta dibuje con sus trazos

la vida engalanada con  nobles emociones

y disfrutemos juntos  ¡sus rimados abrazos!

.

II

 

Visiones del poeta

 

Su profunda mirada  se asoma al horizonte

y  allí teje su verba   con rimas y  emociones,

percibe la cadena de las generaciones

y enciende con su verso el canto del sinsonte.

La poesía en su alma borda las ecuaciones

que el sentimiento dicta a su mente bifronte

dónde cada neurona cruza como Caronte

el río de sentido que empapa  sus visiones.

Su intuición  crece y sube como extendidos chopos

de amores y de ausencias, de recuerdos y olvidos

que él restituye al mundo cual sagrados hisopos.

Colorea la aurora con mensajes nacidos

entre los laberintos  de Parnasos y tropos

¡dónde las musas suelen aposentar sus nidos!

III

Tsunamis poéticos

 

Es en lo más profundo de los seres humanos

dónde  cada poeta va encontrando los ecos

que yacen  taponados por la vida  en sus huecos

y  de allí los libera , alma y verso  en las manos.

A menudo  produce tsunamis en  los secos

lagrimales del mundo e incita a  sus  hermanos

a reforzar las mentes y corazones sanos

para  limpiar a Gea de torvos recovecos.

De  sus palabras surgen verdades evidentes

que denuncian errores y anuncian nueva era

de  espíritus  forjados en puros recipientes.

Afirma las estacas sobre la tierra entera

de palafitos áureos  colmados de nutrientes

que alimentan los sueños  del hombre  ¡hacia otra esfera!

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APÉNDICE

LA IGNORANCIA ES EL PERFECTO  CALDO DE CULTIVO PARA EL AUTORITARISMO, LA ELIMINACIÓN DE LOS DERECHOS, EL SOMETIMIENTO:

 

Otra aberrante disposición del clan subversivo que está llevando a Argentina hacia un deprimente estado de indefensión.

 

Si el pueblo Argentino no reacciona de una vez, no con el mosquete en las manos, si con el cacerolazo en todos los sectores, para que huya en uno de nuestros helicópteros la incivil presidente que nos gobierna, el futuro puede llevarnos a lamentables circunstancias fácilmente previsibles.

 

Prácticamente se ha prohibido el ingreso de libros al País.

 

Para importar un solo libro, habrá que abonar diez dólares (ver diario “Clarín” del 28 de marzo de 2012).

 

A ello cabe agregar que las tarifas postales para enviar nuestros libros al exterior hacen imposible que podamos hacer conocer al mundo el espacio cultural que representan nuestros libros.

 

Se está fomentando la ignorancia.

 

Esta la primer forma de dominación que tiene en sus manos todo gobierno autoritario, como el que hoy padece nuestra vieja y querida República Argentina.

 

Medite, el ciudadano de la Nación Argentina

 

RODOLFO LEIRO

Poeta – Escritor

Postulado al Nobel en 2010

Desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un 28 de marzo del 2012.

20º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

20º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA.pdf

20º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXIV de la 2ª etapa/01-02-2012

 

EDITORIAL LXIV

La sociedad del espectáculo: el deporte

 

 

A nadie se le escapa que el deporte en general y el fútbol en particular se han convertido en fenómenos de masas. El espectáculo mediático se extiende a todo el planeta y los futbolistas son hoy los héroes globales conocidos en el más recóndito de los lugares. La liga española de fútbol se sigue por todas partes y el clásico Real Madrid – Club de Fútbol Barcelona se puede ver gracias a los medios de comunicación con verdadera pasión. Por su parte, los Juegos Olímpicos son un espectáculo que atrae la atención de millones de personas cada cuatro años y llegó a ser, en plena Guerra Fría, el escenario donde se exponían los dos modelos en liza.

 

No podemos negar que en el deporte es posible apreciar muchas de las características de los héroes clásicos: tenacidad, confianza en uno mismo, fidelidad hacia los correligionarios, nobleza, respeto por el contrario, generosidad, valentía. No sería descabellado convertir el deporte en objeto del arte y de la literatura, de hecho lo ha sido y lo será.

 

Sin embargo, el deporte se ha convertido, como todo en el capitalismo moderno, en un espectáculo, fuente además de inmensos ingresos. Y al final hay una saturación tal debido a que es imprescindible rentabilizar las inversiones que mucho nos tememos que acabe por hartar. Muchos de nosotros crecimos con las competencias futboleras de fin de semana mientras que ahora tenemos partidos día tras día, e incluso mañana y tarde, única manera de que la publicidad, puntal de los beneficios, permita afrontar lo gastado en jugadores por los que se pagan cantidades imposible de conseguir en dos o más vidas juntas. Los Juegos Olímpicas, por su parte, devienen en el reclamo de pingues beneficios especulativos, como bien lo saben ciudades como Barcelona, Los Ángeles o Río de Janeiro.

 

Madrid se ha lanzado a la carrera por conseguir los Juegos de 2020 y ya nadie se sorprende por ver grandes empresas participando del negocio. Como suele ocurrir en otras esferas, el arte se diluye cuando los juegos de artificios se vuelven más y más espectaculares, tal vez porque con éstos se intenta disimular la mediocridad de aquel, por mucho que nos quieran sorprender las marcas conseguidas. Mediocridad decimos porque el exceso de entrenamiento y la hiperespecialidad convierte al deportista más en una máquina que en un ser humano con rasgos heroicos. Y con ello se diluye lo artístico.

 

El deporte es también una expresión social que como el arte y la literatura beneficia a quien lo practica y deleita a quien lo contempla, pero embrutece cuando busca incorporarlo a un sistema basado en la búsqueda del beneficio desmesurado. Y duele que el capitalismo vuelva el deporte en algo pasivo y sin alma. Como la vida misma.

 

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ATENCIÓN AL CLIENTE

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

Llamo a la realidad de tu sociedad anónima,

Señorita teleoperadora,

Pudieras ser señora resucitada hoy,

bruja, ángel, zafia, mujer casada en la rutina,

Pudieras ser la línea seria de mi verdad,

Pudieras ser una voz vacía más,

la dosis de opio en el que acurrucarte.

Usted me dice: Dígame su nombre,

solamente para dirigirme a usted,

la duda es siempre una pregunta,

la respuesta tiene siempre su gracia.

Me llamo Cecilio y estoy a dieta,

la dieta que conduce a la infeliz salud,

Dígame su DNI, su nombre y apellidos,

Le repito: soy Cecilio, ¿no me conoce aún?

Usted me dice: manténgase a la espera,

la eterna espera, sin el descanso,

espero al monótono hilo musical,

la musiquilla de juguete

que me diga: estoy ahí, aún no me he ido,

sin embargo, la espera es silencio,

el silencio es sorpresa, mudo silencio,

un largo silencio: ¿hay alguien ahí?

Me siento desangelado, solo, harapiento,

incomprendido y espero su regreso,

tarda y pesa la esperanza en el regreso,

La esperanza tiene su aquél,

Todas las chicas no son iguales,

Todas las teleoperadoras te harán esperar.

Las musas te reincorporan al lugar sagrado,

Si todas las musas fueran como tu esperanza

las teleoperadoras no me harían jamás esperar.

Las musas de ahora no son sofisticadas,

te señalan un camino en el eternamente beso,

en el beso ese, sin un triste final.

 

 

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Postnavidad

 

 

Las luces de Navidad seguían iluminando las calles, a pesar de que ya habían pasado algunos días desde su celebración y habíamos entrado en el nuevo año. Pero allí continuaban, aun cuando para la gran mayoría ya era un recuerdo, la última Navidad, apenas una sucesión de hechos repetidos año tras año, la cena de Nochevieja, los regalos, las reuniones familiares, los recelos disimulados, las conversaciones casi idénticas a las del año pasado, la imagen de la felicidad en los rostros, real en algunos y aparente en muchos. Disculpen mi tono sardónico, un tanto punzante sin quererlo del todo: no tengo buena opinión de la Navidad, a pesar de saber que hay gente que la disfruta, la entiende, le da un sentido. Para mí, ahora mismo, posee un fulgor triste. En realidad siempre lo tuvo, incluso cuando era niño y, sí, me gustaban los regalos, los esperaba, me entretenía escuchando la historia de Jesús, José y María, la adoración de los pastores y de los Magos, pero aun así no recuerdo que esos días me animaran mucho, más bien al contrario, entraba en no poca tristeza y cierta melancolía.

Ahora intento que no me afecte. Evito las aglomeraciones en los barrios principales, en las calles donde se concentran las tiendas, en las plazas, en los restaurantes y bares, en los cafés, evito por tanto a ese montón de gente que compra en los centros comerciales mientras que otro montón de gente, la que no tiene un chavo, la que no vemos salvo que seamos uno de ellos, lo mira todo con envidia y frustración, sin que las llamadas a la solidaridad sirvan de mucho, sin que nadie, esos días, recuerde que también hay que promocionar la justicia social, sea lo que sea eso (disculpen también el tono mitinero, pero a veces tampoco puedo evitar exaltarme con ciertos temas). Si no fuera la hermosa historia de Belén, porque es hermosa, yo así la encuentro, seguro que los centros comerciales inventarían algo en vez de apropiarse del mito cristiano. Pero me voy por las ramas, lo sé. Evito también las calles engalanadas con luces, me crean tristeza. Aunque me tienta, tampoco entro en ninguna iglesia. Una vez lo hice. Escuché los cánticos de una iglesia menonita, entré en ella y no puedo negar que me gustó lo que vi, pero luego, al salir, la realidad me devolvió a mi estado de ánimo.

Así que contemplar las luces aún encendidas en el centro, otra vez la dejadez del municipio que tal vez busca que se alargue el sentimiento navideño más allá de los días estrictos de celebración, me deprime. Había quedado con Susana en el Café Atlántico y pensé que el centro había recuperado la gris normalidad de una ciudad provinciana como la nuestra, pero no, allí seguían las lucecitas multicolor, los paisajes edulcorados de nieve y paz, las imágenes de niños sonrientes y felices, los deseos de felicidad y próspero año nuevo. Las avenidas y calles del centro, por otro lado, estaban repletas de personas que ya no caminaban con paquetes y bolsas, sino que habían recobrado la cotidianidad y avanzaban rápido sin mirarse, ajenas a su alrededor.

Yo me podía permitir fijarme en ciertos detalles. No estaba trabajando. El Ilustrísimo Decano había decidido apartarme de mi puesto de profesor de mitología y pensamiento durante un tiempo, debido, parece ser, a mi extraño comportamiento y a mi actitud, esto me lo dijo, poco constructiva con la Institución Académica. Cuando me soltó el discurso en su despacho no le dije nada, le escuché en realidad como si yo no estuviera allí o como si no hablara de mí y para mí.

– No tienes nada que decir -me preguntó al terminar de referirse a la decisión del claustro y sorprendido por mi silencio y porque ni siquiera parecía molestarme por todo lo que acababa de pronunciar.

– No -susurré indiferente.

En realidad hubiera tenido que decirle a ese fanfarrón muchas cosas, por lo menos soltarle el asco que me producía esa ajada Institución Académica que no tenía mucho sentido mantener y que él dirigía con la grandilocuencia estúpida de quienes creen que están realizando una encomiable labor. Pero me mantuve en silencio, convencido de que nada les molestaba más a esos inútiles que la indiferencia de quienes, como yo, estábamos convencidos de que ninguna resistencia tenía, a fecha de hoy, sentido y que lo mejor era que todo se pudriese.

– No te entiendo -volvió a la carga, tal vez para provocar una reacción en mí-, eres un buen profesor, todos los estudiantes que han pasado por tu clase lo afirman, podías llegar lejos, lo sabes.

Tentado estuve de replicarle. Por ejemplo, que los estudiantes que pasaban por mi clase iban a acabar trabajando, con suerte, de camareros porque en la sociedad actual carecía de prestigio e importancia los conocimientos humanísticos. Quieren esclavos, no intelectos críticos, so cretino, hubiera sido una respuesta digna, pero seguí en mis trece y al final, como no insistió, me levanté.

– Tengo que recoger mis cosas.

De eso ya habían pasado varios meses. Vivía de mis ahorros, que no eran muchos, y de algunas traducciones que conseguía en pequeñas editoriales. No mantuve contacto con ninguno de mis insignes colegas. Sólo Susana, una estudiante, me mantenía informado del estado de la Universidad, que avanzaba a pasos agigantados a su destrucción. Susana, por lo demás, poseía al menos un espíritu crítico que a mí me encandiló desde el primer día en que reparé en ella, cuando me bombardeó a preguntas inteligentes que indicaban que no se iba a conformar con meras explicaciones formales de los puntos del programa y que quería darle la vuelta a las cosas. Quedábamos con frecuencia y pronto me di cuenta de que era la única persona con quien trataba de verdad.

Cuando llegué al Café Atlántico, ella me estaba esperando. Me sonrió al verme entrar y levantó el brazo para indicarme donde estaba. Me senté frente a ella. Sonreía, pero advertí una cierta tristeza en su mirada. Será la Navidad, pensé. Sabía que a ella tampoco le gustaba esta época. Me contó las últimas noticias, todas lamentables, cómo no, de la sacra institución. Era irónica, incluso ácida, mi mejor alumna, consideré, al hablarme de los profesores y de sus vanos intentos de convencer a todos de que había un futuro. Calló y ambos miramos por la ventana las luces navideñas que todavía estaban allí enfrente, recordándonos las fechas recién finalizadas.

– Me han dado una beca -me espetó de pronto-, me voy a Berlín.

Seguí mirando hacia fuera. La gente pasaba, las luces encendidas iluminaban más la avenida. A esas alturas, ya apenas me hizo daño la punzada de realidad que me golpeaba de nuevo. ¿Cuántos días habían pasado desde la Navidad?¿Diez, doce, tal vez catorce? La vida sigue, pensé. La miré, sonreí.

– Eso es genial -le dije.

 

Juan A. Herrero Díez

 

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ENTRE  VACÍO Y PLENO

 

pacientes impacientes

maduran los ovarios del signo

 

nueva perla

en la arena de los días

y sus trabajos

 

el huevo semantema se con-vierte

en larva de poema

Rubén Vedovaldi

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UVA DE BOTELLON

 

Se dice que Cronos

y Rubens se lo imaginó divinamente pintado

engulló el falo de Urano

que  saltó primeramente al éter.

Del falo del rey primogénito

nacieron todos los dioses

y  diosas inmortales y felices

los ríos, los amables manantiales

y todo lo demás que entonces había nacido;

y el Quijote y Sancho,

pero él nació solo

chupando un racimo de uvas

de la Ribera del Duero.

 

Ahora nacemos chupándonos el dedo

y con una memocracia bajo el brazo.

No nos importa

la forma como se creó el mundo

ni cómo consiguieron los dioses

y los reyes su trono

que según la versión de Hesiodo y Homero

siempre fue castrando

y arrojando los testículos del contrario al mar.

De los genitales de Urano nació Afrodita

por ejemplo.

Y en la leyenda hitita

Kumarbu padre de los dioses persigue

y vence a Anu

que a su vez  vence a Alalu

primer rey del cielo

y va y le arranca los genitales de un mordisco

y se los traga.

De este atragantamiento

se queda preñado de Zeus

y le escupe fecundando la tierra

sobre todo tierra con planteles de uva.

 

¡ Zeus, el primer hombre-dios

preñado del Universo mundial¡

traqueteante de su pensamiento

que le devuelve irrisorio

y lo manosea

y lo dilacera salvajemente

sin ocuparse del “yo”

sin percibirlo.

 

 

Daniel de Cullá

 

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POEMA Y TEXTO INFORMATIVO

Por María Isabel Bugnon

 

¡Caballero del Amanecer!

Me da la impresión que llevas
en  tu corazón la soledad del amor.
Tu mirada un poco triste.
La sonrisa es solo una mueca,
en ese rostro en el cual
se dedisbuja la nostalgia.
En las mañanas te siento presente,
te imagino hilvanando sueños,
que dejas plasmados en tinta de luz.
¡Caballero del Amanecer!
No conozco mucho de ti,
ni la magia que envuelve tu soledad,
la mueca dulce de tu sonrisa,
ni los secretos de tu corazón.
¿Caballero del Amanecer!
En mi vuelo de Mariposa,
deseo unir mis versos
y tus historias.
Fundir mis manos entre las tuyas
y así expresarte mi cariño.
¡Caballero del Amanecer!

 

***

 

La poesía y la Paz

 

El 21 de septiembre  se ha declarado el día “Mundial de la Paz”,

una palabra  que ha definimos como un estado  de tranquilidad, sosiego, quietud, etc.

Paz es una palabra que encierra  muchas situaciones, Paz no es solamente  el final de una guerra,

largar  al aire globos y palomas blancas  cada 21 de septiembre.

Tenemos que enseñarles a nuestros hijos  con hechos y ejemplos  transitar los caminos de la paz.

La Paz del alma y el corazón, la  paz de los sentimientos, si  a la familia,

a  la salud, a la poesía, si  a la educación que es la base primordial de la paz,

la Paz la construiremos todos  juntos, todos  los días de nuestras vidas,

sembrando  el amor, cambiando  un arma por una poesía, el mal humor por una sonrisa,

una  bofetada  por una caricia, un exabrupto  por un beso.

Los invito a unirnos  en la poesía por la Paz en el Mundo.

MARIA ISABEL BUGNON.

ghostsantafe@hotmail.com

DESDE ARGENTINA

 

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CUENTO DE NAVIDAD CON ESPECIAL DE NOCHE-VIEJA Y ANUNCIO DE LA COCA-COLA

 

POR JOSÉ ICARIA

 

 

Estabas viendo el programa de fin de año del tipo ese de los cruz y raya (sí, ese que a veces hace genialidades, como lo de “si lo que quieren es que la juventud piense, lo están consiguiendo”, pero también chorradas inofensivas, como la mayoría de sus imitaciones de famosos, en fin, …como la vida misma, que diría tu cuñado), junto a una delegación de la familia de tu mujer, en casa de tus suegros, cuando de repente, has dejado de prestar atención a los gemelos psicópatas de tu cuñada, al imbécil de su marido, que luce unas ojeras increíbles y hace un rato lo oíste cuchichear con su hermano: “puede que tengamos problemas, hay que estar preparados para lo peor”, a las tetas de silicona de la nueva novia del mayor de tus sobrinos (“¿serán de las que no tienen garantía?”, te preguntas mientras imaginas un comienzo de año explosivo, con la detonación de uno de sus pechos en la doceava campanada: Afrodita A, ¡fuego de pecho!, pero desvías la mirada a tiempo de evitar su gesto de disgusto), al capullo ese con el que está saliendo otra de tus cuñadas: casi preferías al anterior, y eso que trabajaba en una inmobiliaria, pero ¿a qué coño se dedicará este? Se hace el simpático, pero se nota a la legua que carece de inteligencia tanto como de sensibilidad: ¿será policía, o simplemente portero de discoteca? Habrá que mantener las distancias. Y estabas pensando en fingir un ataque de apendicitis cuando de repente, algo que ocurría en la pantalla ha atraído poderosamente tu atención.

No era un gag más del cruzyrayo, ciertos detalles te parecieron particularmente familiares: tras lo que parecía ser una cámara subjetiva, entrabas en una especie de colmado, o quiosco, o tienda de chuches, y aprovechando un descuido del anciano dependiente, dejabas unos mecheros (¿mecheros?) en el dintel de la ventana, pero cuando salías de la tienda y dabas la vuelta a la esquina para recoger el objeto del hurto, una anciana que había dejado las agujas y el punto sobre una silla de enea, te miraba un momento mientras guardaba los mecheros en el bolsillo de su bata: “desde luego, qué poca vergüenza, robar a unos ancianos”, y pasabas compungido junto a ella, mirando innecesariamente el reloj para disimular… Luego, apedreabas unos vehículos creyendo que eran los de tus profesores de egb, y al cabo de un rato, te cruzabas con unas personas muy amables que te preguntaban si habías visto a alguien, o si podías imaginar el motivo, eran nuevas por aquí, y respondías que no tenías ni idea, y que también estabas de paso… Y por último, veías alejarse el camión de la basura, y uno de los basureros que iban agarrados a la parte trasera, llevaba una minifalda sin nada debajo y se le veía parte del escroto, y no pensabas en la ironía de la perspectiva pornográfica, sino que a tu mente venía una frase: “ha llegado el momento de echarle cojones”, y entonces escupías un trozo de mazapán sobre la mesa:

– ¡Coño!, pero… ¿qué es lo que pasa? ¡He soñado eso esta semana! -y una rápida ojeada te muestra a toda la familia congelada, como si su miembros asistieran a la última cena, o posaran en el museo de cera.- Pero… ¡¿qué cojones?!

Pero ya aparecen las imágenes -distribuidas por wikileaks- de militares disparando a civiles desde un helicóptero Apache en Irak; de Bin Laden y Gadafi muertos; de restos humanos en una mezquita suní de Bagdad como consecuencia de un atentado suicida; de campos de cultivo de opio en Afganistán; de yuppies de Wall Street esnifando cocaína en la suntuosa habitación de un prostíbulo de lujo con prostituta vestida de policía al fondo; de reuniones de consejos de administración celebrando los beneficios y a continuación, decidiendo la cifra de empleados que despedirían; del vendedor de fruta Mohamed Bouaziziz, rociándose con cinco litros de gasolina y prendiéndose fuego después de que la policía le decomisara su mercancía y lo golpeara; del ejército abriendo fuego sobre la población civil en Siria, Egipto, Libia, Yemen, Israel; de campamentos de refugiados en el Sáhara, en Tinduf, en Senegal…; de niños con los buches hinchados arrastrándose por el suelo mientras aguardan la muerte en un campo de refugiados en Somalia; de líderes europeos y norteamericanos vendiendo sucesivamente armas a las dos partes del conflicto libio; de especuladores masturbándose con vídeos pornográficos al tiempo que consultan sus ganancias en bolsa; de políticos que hablan de recortes mientras se suben el sueldo, o perciben dietas vitalicias al tiempo que desempeñan cargos altamente remunerados en empresas que privatizaron, o que perciben sueldos de una cantidad imposible de empleos; o de banqueros de dientes afilados que se lucraron con la burbuja inmobiliaria y ahora amenazan el llamado Estado de Bienestar con tal de seguir acumulando beneficios;  de policías aporreando a manifestantes del 15 M: “¡más madera!,  en cuanto los pongan un «poco finos» se les termina la tontería, si no, al tiempo”, leemos en un foro de internet…

La mayoría de los comensales ha vuelto lentamente a la langosta y a la jarra de vino turbio, pero permanece expectante ante el inusitado baño de realidad sin pre-aviso televisivo. “¿Qué ha sido eso?”, ha dicho -con apenas un hilo de voz- la cuñadita que menos come (de hecho, la anorexia la tiene contra las cuerdas, y dudas de que el año siguiente se mantenga aún con vida). “Esto es despreciable”, dice su hermana, que tiene, en cambio, una cierta propensión a la obesidad: “en estas fechas hay que poner cosas alegres”. “Sí, ¿por qué no cambias de cadena?”, dice la madre, una anciana que ha sido muy guapa de joven, y ahora suple los estragos de la edad con el brillo de una quincallería pesada y ostentosa. Los gemelos psicópatas se han golpeado recíprocamente con un plato y una bandeja en la cabeza y las costillas: uno de ellos se ha echado a llorar y el otro a reír; el que llora te ha dado una patada en la espinilla al pasar junto a ti: “¡hijode…!”, has reprimido in extremis.

– Pero, ¿por qué no cambia?

– Sí, eso, ¿qué coño pasa?

– No, es que todas las cadenas ponen lo mismo.

– ¡Pues párala!

– ¡Ya lo intento, pero no se deja!

– ¡¿Cómo que no se deja?!

Y de repente, todo el mundo enmudeció –incluso los gemelos psicópatas– nuevamente: en la pantalla aparecía, como si tal cosa, el novio garrulo de tu cuñada, visto  a través de lo que parecía ser una cámara oculta. Se dedicaba a dar palizas a los borrachos de última hora en las carpas de su localidad; tenía una esvástica tatuada en el hombro, y consumía el dinero de su tarjeta en interminables noches de puticlubs y afterhours. “Pero ¿qué…?” había empezado a decir tu cuñada; “bueno, yo me najo, familia, que tengo prisa…” El portazo apenas te había distraído de la pantalla, donde ahora aparecían tus cuñados “emprendedores”: defraudaban dinero a hacienda y, al parecer, un inspector que había descubierto lo de los premios de la lotería los estaba chantajeando: “tienen que comprender, con los recortes, apenas nos alcanza, y el niño, ha empezado ya la universidad…” En cuanto a la anoréxica, no tardó en saberse el complot que había organizado en la oficina para hacerle la vida imposible a una nueva: no sólo era más guapa que ella, sino que, además, sabía inglés. “Vaya con la seca”, había soltado una de las cuñadas. Que, precisamente fue la siguiente en aparecer en pantalla… escondiendo grandes cantidades de dinero negro tras un agujero practicado detrás de la leñera de la chimenea. Por lo que respecta a los suegros, pudimos verlos contratando a unos macarras para que acosaran a la pobre Angustias, una anciana que permanecía en un bloque de su propiedad, con un contrato de alquiler de renta antigua… La Gemma, fingiendo un suicidio para llamar la atención de su marido, que, de paso, se entendía con una vecina… Se supo, incluso, que los gemelos habían sido inseminados con esperma de un estudiante de veterinaria, puesto que el padre era estéril, como también lo era uno de los primos del pueblo que había venido a visitaros: había sabido la noticia después de comprar el monovolumen de rigor. Una cuestión de mala suerte…

– Pues, parece que el año que viene se presenta difícil, ¿eh?

– ¡Vaya! –respondió tu cuñado (uno de los emprendedores), aspirando el humo del pitillo mientras le dabas fuego de un mechero muy parecido al de la primera escena. En la tele estaban dando ese maravilloso anuncio de la Coca-Cola que suelta perlas como: “¿No es maravilloso que, pese a la burbuja inmobiliaria, en Teruel regalen una casa a quienes se decidan a regentar el bar del pueblo?”

 

 

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Charles Buenos Aires

Por Irene Mercedes Aguirre

 

¡De tantos genes se nutrió tu vida

desde que abriste tu perenne canto!

¡Charles de Francia, Carlos  Buenos Aires

voz de Toulouse, voz gestada en llanto!

Bagaje antiguo que te delineaba

ese  pequeño cuerpo palpitante.

Fuerza y ternura de la gente aquella

que te imprimió su sello trashumante.

Con el   zorzal que maduró en tu boca

de  melodioso  trino, apareciste,

la Francia  atrás, el Plata hacia adelante

entre los brazos de tu madre triste.

Llegaste, Charles, a este Buenos Aires

y te adaptaste  al arrabal porteño

con tu mirada de purrete galo

y de él te hiciste su señor y dueño.

 

Le diste al alma popular lo eterno

porque tú eras universo y mundo

que derrochaba sus herencias francas

como equipaje inmaterial fecundo.

Te caminaste todo, calle a calle

por  esos  barrios de farol y esquina

y entre las barras orilleras bravas

se oyó  tu voz profunda, cristalina.

Nos modulaste, luz de trovadores,

Tangos, milongas, valses y tonadas

¡Nos ayudaste a SER, payador gringo,

Carlos de aquí pero Charles de Francia!

Y al recordarte noto tu vigencia

de  noble acento,   con compás de tango

tejido en arrabales y miseria

¡que difundió en el mundo su alto rango!

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 “APRETÁNDOME EL ALMA”

 

Siete de la mañana de un día cualquiera, me desperezo después de un sueño por demás intranquilo y no es para menos, las próximas horas serán sin duda alguna definitorias de muchas preguntas y dudas, el temor más grande es que existen infinitas probabilidades que la mayoría de ellas: QUEDEN EN LA NEBULOSA…SIN RESPUESTAS.

La languidez que siento en el estómago , es típico del preludio de algo importante por suceder , por eso mi intranquilidad sube a medida que pasan las horas.

Los pormenores que desembocaron en esta situación, no dejará de llamar la atención a muchos, pensando con razón que lo mío puede deberse a varias cosas :QUE ME ESTÁ PATINANDO EL EMBRAGUE, QUE NO ENTIENDO LO QUE ME SUCEDE, O QUE SIMPLEMENTE LA VIDA ME ESTÁ PASANDO ALEGREMENTE POR ENCIMA, ¿la verdad?…NINGUNA DE LAS TRES SITUACIONES ME LLENAN DE ORGULLO.

Con mucho miedo me voy al encuentro de una cita emocionante, en un lugar cualquiera, de un barrio imaginario…o no, me está esperando ni más ni menos que MI NOSTALGIA, TENGO TANTAS PREGUNTAS PARA HACERLE.

Mientras me dirigía a ese sitio comencé a replantearme un montón de cosas, en primer lugar: COMO IBA A COMENZAR MI INDAGACIÓN.

¿Tal vez preguntando donde había quedado mi inocencia? y algo más importante aún, SI HABÍA SERVIDO PARA ALGO, a continuación averiguaría que fue de la historia de MI PRIMER AMOR…Y SI ALGUNA VEZ SE ACORDÓ DE MI.

También le rogaría alguna noticia de aquella…MI MAESTRA BUENA, LA DE PRIMER GRADO, QUE CON SU BONDAD Y PACIENCIA HICIERA QUE MUCHAS VECES ME EQUIVOCARA…¡ Y LE DIJERA MAMÁ!.

No dejaría de preguntar si acaso por una casualidad sabe algo de las promesas, que joven aún me hicieron con respecto a “UN MUNDO JUSTO”, CON OPORTUNIDADES PARA TODOS Y SIN DISCRIMINACIONES Y DE ESA VIEJA CANTINELA… QUE CON UN POCO DE ESFUERZO VERÍA CORONADO MIS DESEOS DE ¡ GANARME UN VENTUROSO PORVENIR!.

Mientras pensaba en todo esto mis pasos iban a la deriva, parecía que no obedecían a ningún control, al rato se fue clarificando la nebulosa en que se había convertido mi mente, fruto de mis profundas elucubraciones y en ese preciso instante fue que escuché una voz, que en tono de reproche me decía: OTRA VEZ TE DEJASTE VENCER POR LAS UTOPÍAS.

YO NO BEBO, PERO ME DIRIGÍ AL PRIMER BAR QUE ENCONTRÉ…

PARA MAREARME CON UN PAR DE COPAS….

NECESITABA IMPERIOSAMENTE..

PENSAR EN OTRA COSA.

Boris Gold

 

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Alguna vez haré
el poema más hermoso,
el mismo que no podrá
ser comentado por ninguno;
no habrá en él
esencias ni proclamas,
será simplemente
aquel poema
que no diga nada
y diga todo.
A veces llego a la mitad
y me vuelvo,
pareciera venirse
la noche en cada letra,
es como si la vida
se acabara
a cada instante
y renaciera
una nueva existencia
desde la nada.
Alguna vez haré
el poema más hermoso,
hará furor
entre los más
grandes poetas
de la historia.
Quizás sea la suma
de todos ellos.
Los poetas son
mi alimento de cada día
y en esos nutrientes
capto yo la misma esencia,
cada presencia
se eleva ante mi
apasionada.
Alguna vez
los poetas vendrán a mí,
vendrán los vivos
y aquellos que ya no están;
aparecerán por cada rincón
de mi intelecto
como diciendo
cada uno un verso nuevo.
Será el poema
más hermoso
porque no será solo mío
habrá miles de poetas
en mi memoria,
de allí saldrán
las más cálidas odas
de la existencia.
Serán como faroles
encendidos entre la noche,
marcarán los caminos
más oscuros
entre las sombras
y en medio de las tinieblas
la claridad se hará presente.
Alguna vez serán
todos los poetas
los que hablen juntos
y yo simplemente contaré
sus secretos y sus memorias.
Habrá poetas tan viejos
como el destino
habrá nuevos poetas
que aún no nacen,
será la misma eternidad
presente en cada uno,
de ellos nacerá sin duda alguna
un flamante signo de victoria.
 
CARLOS A. BADARACCO
14/12/11
(DERECHOS RESERVADOS)
REGISTRADO EN safeCREATIVE

 

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SONETOS DE RODOLFO LEIRO

 

EL POETA

 

El Poeta es la arteria independiente,

que está ajeno a la usual anatomía,

no figura en catálogos o en guía

ni en la mitra, la secta o el tridente;

es un foro de música esplendente

que nutren fogariles de energía,

es el cauce glorioso de la estría,

es el verbo, la mística,  pendiente

de un glosario de lírica turgente

erupción de nectario sugerente

que proviene del sol de la utopía,

se dibuja en la rima coincidente,

en la gloria sublime de tu mente

y en mi pálpito vital de cada día..

construido a las 16,22 del

26 de diciembre de 2011-12-26 para mi libro

“Conversando con la Luna”

Rodolfo Leiro.

***

 

CAMINATA

 

Era una rubia tarde de febrero

caminando al azar, como un poseso,

tentando una mirada, acaso un beso,

que ofrecen ciertas damas al torero;

no estaba aquella Luna de alfarero

que supo ser recreo en mi receso,

una especie de guía, en el proceso

de mi bardo profeta del sendero;

y concluyó mi tarde, sin “te quiero”,

sin abrazo, sin suerte, un arponero

que retorna a su casa sin su presa,

y me senté a escribir, flaco rimero,

en esta mesa pobre, un utilero

hurgando un carmín rojo que te besa..

construido a las 8,23 del

1 de enero de 2012-01-01 para mi libro

“Conversando con la Luna”

Rodolfo Leiro

 

***

 

DOS LUNAS

 

Mi Luna,  sumergida en la laguna

donde brincan los peces su contento.

va forjando en la ola un sentimiento

que el viento desparrama tras la duna,

desde el otero inquieto de mi tuna

indago en el profundo firmamento

y la veo a mi Luna, en un intento

para rolar su efigie en mi fortuna:

es que tengo acaso yo una Luna

que gira en el espacio, inoportuna,

mientras otra sonríe desde el lago;

y entre los dos dibujos me someto

a dos damas que llenan mi soneto.

¡Un beso que con otro beso pago!

Construido a las 12,17 del

1 de diciembre del 2012-01-01 para mi libro

“Conversando con la Luna”

Rodolfo Leiro

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                 ANTOLOGÍA     “DE QUENAS Y BANDONEONES”

 

AUTORA: ELSA SOLÍS MOLINA

 

 

1          CREO

 

A LAS TRES DE LA MAÑANA, ¡ESTÁ TAN ALTA LA LUNA…!

ESPLENDOR INMACULADO, CUAL EL DE UN NIÑO EN SU CUNA

TODOS LOS ÁNGELES DANZAN, ALREDEDOR DE SUS LUCES

ELLA REINA EN LAS TINIEBLAS, BESA, ENAMORA Y SEDUCE.

 

SU REINADO ES EN LAS SOMBRAS, SUS CLARIDADES ESPARCE

SÍNTESIS FIEL QUE NO ESTORBA, AL MAR, QUE ENTRE SOMBRAS, YACE

CIELO, MAR Y LUNA LLENA, EN ORDEN QUE DESDE EL FONDO

DE LOS TIEMPOS SE ACOMPAÑAN, EQUILIBRIO FIEL DEL COSMOS.

 

QUE FORMAN ESA MARAÑA, DE INACCESIBLES MISTERIOS

DE ESPLENDOR EN LAS MAÑANAS, DE CLAMORES Y SILENCIOS

ELLA TIENE LAS RESPUESTAS, JUNTO CON SOLES Y FLORES

NO HAY QUE DUDAR MÁS,  ES ÉSTA… LA RAZÓN DE LAS RAZONES.

 

DE LA CREACIÓN INMENSA, DEL AMOR LA LUZ, LOS MARES

DE LA INENARRABLE ESENCIA, DE UN PRINCIPIO DE COLORES,

DE LA CREACIÓN ETERNA, EQUILIBRIO, ROCAS, SALES…..

TODO DENTRO DE UN ESPACIO, TAN PLENO DE LUZ Y AMORES.

 

 

2      EL MOMENTO

 

CUANDO TUS OJOS REHUYEN MI MIRADA

Y LA SOMBRA DEL HASTÍO ESCONDE

EL DOLOR DE MIRARNOS NUEVAMENTE,

CUANDO NUESTRA ALEGRÍA ES TEDIO

Y LA SANGRE SE MUERE EN EL ABRAZO

Y LAS CUERDAS DEL ALMA SE SILENCIAN…

…ES EL MOMENTO DEL ADIÓS.

CUANDO EN UN VUELO DE TUS PÁRPADOS

ME OCULTAS, EL FONDO DE TUS SUEÑOS

Y EL AMOR, EN LÁGRIMAS SE PIERDE,

CUANDO YA EL SOL NO ES NUESTRO ABRIGO

NI COMPARTIMOS LAS ESTRELLAS

NI ME ILUSIONA TU CAMINO…

…ES EL MOMENTO DEL ADIÓS.

CUANDO LA ESPERA ES INDIFERENCIA

Y NECESITO BUSCAR EN LO PROFUNDO

Y REVIVIR EL AMOR DE LO PASADO…

CUANDO HAY QUE INVENTAR TODOS LOS DÍAS

EN UN ROMPECABEZA  INCOMPRENSIBLE

COMO DESEAR Y AMAR TU COMPAÑÍA…

…ES EL MOMENTO DEL ADIÓS.

 

 

3        ¿QUEDARÁ ALGO?

 

¿ALGO QUEDARÁ FLOTANDO

COMO UNIVERSAL FRAGMENTO,

EN CIELOS SUAVES, LEJANOS

CON IGNORADOS SECRETOS…

O PERDIDOS, DESARMADOS,

VIAJARÁN LEJOS, MUY LEJOS…?

¿DE ALGO SERVIRÁN POEMAS,

INSPIRADOS SIN LAMENTOS

PARA AGREGAR A LA NADA

E INTERPRETAR SENTIMIENTOS

COMO PIEDRA QUE INTERRUMPE

LA QUIETUD DEL LAGO TERSO…?

ES POEMA INTRASCENDENTE

QUERERLE CONTAR AL MUNDO

CON INÚTIL ARGUMENTO,

LA ADMIRACIÓN Y EL SENTIDO

DEL AMOR Y EL SENTIMIENTO

DE LA PASIÓN Y EL OLVIDO.

 

 

4    SIMBIOSIS

 

MI INTIMIDAD CON LA TRISTEZA ES TANTA

QUE SÓLO LOS COLORES LA INTERPRETAN

QUE LA NOCHE Y EL VIENTO NO SE ESPANTAN

QUE LAS RAMAS Y EL SOL, TAMBIÉN LA ACEPTAN

 

ESA AUSENCIA DE RUIDOS QUE PENETRA

LOS UMBRÍOS FOLLAJES DE LAS SOMBRAS

QUE DETRÁS DE LOS PÁRPADOS INVENTAN

SILUETAS IMPRECISAS, MARES, OLAS…

 

ESE DORADO PÚRPURA, AZULADO

QUE JUEGA POR LOS TECHOS,  EN LA NOCHE

CUANDO EL INSOMNIO CREADOR Y ALADO

DESCUBRE ENTRE LAS SOMBRAS, LAS RAZONES

 

DESMEMBRA EL ARCO IRIS Y RECREA

SUEÑOS DISPARATADOS DE LOS GRILLOS

HABITANTES IGNOTOS DE MALEZAS

SUBMUNDO DEL AFÁN, LA PAZ, EL SINO

 

SILENCIO QUE ACARICIA LOS OÍDOS

QUE DEJA AL ALMA, DESVALIDA Y SOLA

Y SE PIERDE EN LAS HOJAS Y EN LOS NIDOS

MIENTRAS SE DUERMEN LAS PALOMAS.

 

 

5         LA HISTORIA ETERNA

 

MUNDO DE NOTICIAS, GUERRAS…TUMULTUOSAS MAREJADAS
DE ALARIDOS QUE LOS SUEÑOS PERDIERON EN MADRUGADA.

¿DONDE SE FUE LA ESPERANZA Y AQUEL SOL DE LA MAÑANA?
YA SOLO ESCUCHAS LAMENTOS Y EL ESTRUENDO Y LA METRALLA.

 

MIRANDO VIVIR QUEDAMOS, MIRANDO MORIR SUFRIMOS
A LOS NIÑOS MUTILADOS Y HORIZONTES PURPURINOS…

¡LA MIRADA HORRORIZADA, EL ALMA DE SAL, SENTIMOS!
MIRANDO MORIR QUEDAMOS, MIRANDO MORIR, MORIMOS.

 

DETRÁS DE LOS OJOS VIVEN, ANHELOS ESPERANZADOS
OCULTA EN PARPADOS TIBIOS, MIEDO, FERVOR ENLAZADOS

FUERZA, COLOR Y MAÑANAS, SUEÑOS DE PAZ ANHELADOS
ENSOÑACIÓN, SOL, AMORES EN PROYECTOS AMARRADOS.

 

DETRÁS DE LOS OJOS MUERE LA ESPERANZA MUTILADA
TIERRA DESESPERANZADA, TIERRA YERTA Y ARRASADA,

OJOS APRETADOS SUEÑAN, EL DESEO DE UN MAÑANA
LAGRIMAS DE SAL OCULTAN, LA ANSIEDAD DESESPERADA.

 

SÓLO LA VIDA EN ETERNA EXPLOSIÓN VALIENTE, RETA
A GUIJARROS Y DESIERTOS, PIEDRAS, RAÍCES Y ARENA…

RODEANDO TRONCOS Y GRIETAS, SUBIENDO POR LAS LADERAS
PARA SURGIR EN LAS SOMBRAS, VIDA LATENTE Y PERPETUA…

 

VIDA SURGENTE, EXPLOSIVA, EN CONJUNTO CON LA TIERRA
GARANTIZANDO LA VIDA, ECLOSIONA CON LA HIEDRA,

EN ROSADAS HOJAS NUEVAS, EN PÉTALOS DE AZUCENAS
UN NUEVO CICLO Y COLORES, PARA GANARLE A LA GUERRA…

 

 

 

6   MEDITACIONES

 

SÓLO SÉ QUE HOY ESTOY VIVA, QUE NO SE ME HA NEGADO

VER EL SOL, QUE LOS MIEDOS SUBSISTEN, PERO, LA VIDA ES MÁS FUERTE.

NI SIQUIERA ENTIENDO ESTA NECESIDAD DE EXPRESIÓN,

ESTA ADMIRACIÓN POR ASISTIR DIARIAMENTE A LA EXPLOSIÓN

DE VIDAS HUMANAS, ANIMALES, VEGETALES…

 

¿QUE ES LO QUE GARANTIZA LA SUBSISTENCIA E INCLUSO

NUEVAS FORMAS DE INNEGABLES EXISTENCIAS QUE REPTAN

ESCONDIDAS GARANTIZANDO SU ESPECIE?

LA TIERRA NO NECESITA MÁS QUE UNA PIZCA DE HUMEDAD,

UN HÁLITO DEL SOPLO DE OXÍGENO, UNA MIRADA ESPERANZADA,

PARA REGALAR, UN ENTREABIERTO

CAROZO, CUIDANDO, ACUNANDO ESA ÍNFIMA E INDEFENSA ,

ROSADA Y TRANSPARENTE HOJUELA TEMBLOROSA QUE BUSCA EL SOL…

NUESTRO CANSADO PERO INVENCIBLE DESEO DE VIVIR,

IGNORA, QUE CASI SIEMPRE, ES UN LATIDO,

RENUNCIANDO A EXISTIR, LO QUE DETERMINA EL FIN….

¿O UN NUEVO COMENZAR?

 

 

7         AMANECER

MIS SENTIDOS LLENOS DEL COLOR Y EL PERFUME DE LAS FLORES,

EL ÍMPETU DE LOS CIELOS TUMULTUOSOS

Y EL ROSTRO BESADO POR LAS BRISAS MARINAS, INCENTIVAN

EL DESEO DE SEGUIR TRANSITANDO TANTA BELLEZA…

HASTA LAS MADRUGADAS SOLITARIAS, APORTAN LA BELLEZA

INCOMPARABLE DEL SILENCIO, CUANDO ALLÍ ABAJO,

LAS FAROLAS DE GAUDÍ, ILUMINAN ROSTROS DESCONOCIDOS.

EL TUMULTO DE UNA CIUDAD QUE DESPIERTA,

DEVUELVE LOS SONIDOS COTIDIANOS Y EL IGNOTO OBSERVADOR

EN LAS PLAYAS SE DESPIDE DE ESA LUNA INDECISA

QUE DUDA EN VOLVER A LAS SOMBRAS INSONDABLES…….

Y CUANDO EL SOL IRRUMPE ENTRE CIELOS ANARANJADOS Y PALOMAS

AJENAS A LA IMPOTENCIA DE SOBREVIVIR,

BUSCAN CONFIADAMENTE UN SUSTENTO GRATUITO…..

OTRO INCOMPRENSIBLE Y ANSIADO MECANISMO COMIENZA:
¡EL SER TESTIGOS DE UN NUEVO DÍA!

 

 

 

 8    SOLEDAD

 

 

CUANDO LOS PÁJAROS NOCTURNOS ACOMPAÑAN
CUANDO EL SILENCIO SE ACOMODA EN LAS HENDIJAS
CUANDO EL VIENTO SE DESLIZA EN LAS MARAÑAS
Y LA LUNA PONE EN TRONCOS LUZ DE TIZA…

CUANDO EL INNATO TEMOR ESPARCE SALES
SOBRE HERIDAS QUE NO SE CIERRAN NUNCA
CUANDO RENACEN LOS MIEDOS ANCESTRALES
Y EN EL ALMA LAS PENAS NO SE OCULTAN.

CUANDO EL MENSAJE LLEGA SIN PALABRAS
CUANDO TODO SE ENTIENDE DE REPENTE
Y LA VERDAD VIENE SOLA, SIN CAMPANAS
Y ALLÍ DESCUBRES EL EQUILIBRIO, EL EJE

CUANDO EL MIEDO TE INVADE LAS ENTRAÑAS
Y LAS SOMBRAS SEMEJAN OJOS, SOMBRAS
Y EL SILENCIO, TRASCIENDE LAS PALABRAS
Y MÚSICAS LEJANAS NO TE ASOMBRAN…

HA LLEGADO LA MUERTE, ¡TE APRISIONA!
PORQUE EL ALMA SIN EXPECTATIVAS
NO QUIERE YA EXISTIR, AUNQUE SU ENTORNO
SEAN VENAS Y SANGRE, PALPITAR Y VIDA….

YA NO INDAGUES LOS MISTERIOS DE LA MUERTE
YA NO INCREPES, IMAGINES O INVESTIGUES
EL FINAL…ES CUANDO EL ALMA SE CONVIERTE
POR SOLEDAD, EN DESPOJO INERTE…¡Y VIVE!

 

 

 

9  LOS MALVONES MUERTOS

TE ENVÍO CALLEJUELAS SOLITARIAS

DESDE ESTA BARCELONA DONDE NIEVA
TE ENVÍO LOS MALVONES EN BALCONES,

QUE ASOMBRADOS, RECLINAN SU CABEZA,
Y MUSTIOS MIRAN AL MARZO QUE SE OLVIDA,

QUE CON ÉL, VENÍA LA PRIMAVERA
Y QUE MÁS TARDE O MÁS TEMPRANO HABÍA,

PIMPOLLOS Y VERDOR EN LAS MACETAS

ES EN ESTE MOMENTO QUE TE ESCRIBO,

DESDE LA ORILLA DEL MEDITERRÁNEO
ES AHORA MISMO CUANDO YO TE DIGO,

QUE DE VERDE EL CHAROL, SE PUSO BLANCO
ESTE ES UN FRÍO QUE ROE LAS ENTRAÑAS,

Y EL CORAZÓN, SE SIENTE SOLITARIO…
Y LA CAPA DE NIEVE Y LA TRISTEZA,

Y EL DOLOR Y EL RECUERDO… ¡DURAN TANTO!

 

10      LA VENTANA

 

ESTA VENTANA COMPAÑERA AMABLE

DE AROMAS, MURMULLOS Y PREGONES

DE TARDES DE SOSIEGO INIGUALABLE

DE ROSAS Y CLAVELES EN BALCONES

ES UNA MUESTRA COMO UN ABANICO

DE TODA LA ALEGRÍA Y LOS DOLORES

DEL ESPLENDOR DEL SOL MUDO TESTIGO

DE AMORÍOS, SONRISAS Y COLORES.

 

VENTANAS DE CREPÚSCULOS EN SOLES

DEL PÚRPURA QUE YA TIÑE LA NOCHE,

PIADOSO VELO PARA EL MAL DE AMORES

VENTANA   FLORECIDA CON DERROCHE

LA CALLE OFRECE SOL Y CUERDAS

LA VENTANA, SOLO DA SILENCIO.

 

BAJEMOS A CANTAR LAS MUERTAS

COPLAS, HASTA EL AGOTAMIENTO:

“YA SOLO EL RECUERDO QUEDA….

QUE EN COPLAS TE CANTÉ UN DÍA

DEL AMOR QUE COMO VELA…

SÓLO EN MÍ…. FUEGO TENÍA“

 

 

11       ACORDES

 

LA SOMBRA EN EL PAPEL
INTERPELANDO A LA MÚSICA,

 

RAÍZ  DE LARGOS BRAZOS
VINIENDO DESDE EL FONDO DE LOS TIEMPOS,

 

AFLORANDO  Y FILTRÁNDOSE EN LAS ALGAS
INDEFENSAS, DE CEREBROS SENSIBLES.

EL AROMA DEL HUMUS INTERFIERE
EN RAYOS DE SOLES VESPERTINOS,

ENREDANDO  A LOS MÚSCULOS ABIERTOS
EN MILLONES DE CÉLULAS ABSORTAS.

 

 

 

 

 

12            CANTES DEL PATIO

 

LA VOZ DEL NIÑO QUE CANTA

RECIBE AL NIÑO QUE NACE

Y EL PATIO Y LA LUNA JUNTAN

LAS NOTAS Y LAS ESPARCEN.

 

PERO ELLAS BUSCAN DESTINO

Y APUNTAN AL ALMA ABIERTA

CUNA Y SEMILLA DEL SINO

DEL VERSO, EL ARTE Y LA CIENCIA.

 

LA LUNA ALTA QUE SE ESCONDE

TRAS NUBES DE MADRUGADA

AMPARAN NOTAS Y ACORDES,

QUE JUNTOS NACEN DEL ALMA

PALMAS, VOCES Y JALEOS.

 

GUITARRAS, CUERDAS QUE LLORAN

MIENTRAS NOSTALGIA Y RECUERDOS

MIRAN QUE LA LUNA ASOMA

QUIERO UNA NOCHE EN VERANO

Y UN CIELO LLENO DE ESTRELLAS.

 

LA MESA LARGA Y LAS MANOS

DIBUJANDO COPLAS BELLAS

GITANERÍA DE SIGLOS…

SANGRE CALIENTE QUE BROTA

EN BULERÍAS DE NIÑOS

QUE, CRECIERON CON SUS NOTAS.

 

 

 

 

13           MELODÍA IMPOSIBLE

 

LAS PLANTAS REGADAS, LOS PERROS DORMIDOS

LAS PUERTAS CERRADAS, LA NOCHE HA VENIDO

… CORTINAS AL VIENTO,JAZMÍN PERFUMADO

YA TODOS EN CASA, LA CALMA HA LLEGADO.

LA CASA ESTÁ LIMPIA, LA ROPA LAVADA

MI NIÑA HA LLEGADO, NO ME FALTA NADA

… LA TIERRA FRAGANTE, MIS MANOS DESCANSAN

MIS SUEÑOS ERRANTES, VUELAN, SUBEN, PASAN.

EL ESPACIO ES BREVE, PARA TANTOS SUEÑOS

PERO EL MUNDO INMENSO ME REGALA TIEMPO

… DESDE ESTE PEQUEÑO PAÍS DEL MISTERIO

RÍO, LLORO, VUELO, CON EL PENSAMIENTO.

¡CON QUE POCO EL CIELO, SE CUELA EN MI ALMA,

Y CON CUANTO ESMERO, LOS VIENTOS SE CALMAN!

SÓLO FALTA EL BESO DEL AMOR PERDIDO…

CUERDA TENSA, GRAVE, ROTA Y SIN SENTIDO.

14    CANTO DE SIRENA

EN EL CENTRO DEL CANTO CUAL SIRENA
SE ESCONDEN LAS PROMESAS ENGAÑOSAS
SE PERCIBEN LOS PERFUMES DE LAS ROSAS
QUE PREGONAN LA PAZ, SIENDO LA GUERRA.

LAS OLAS TRAEN CANTOS CONVINCENTES
ENSORDECEN, NUBLANDO PENSAMIENTOS
ATURDEN LA RAZÓN Y EL SENTIMIENTO
Y ENTRE SOMBRAS, SE ALEJAN… PERO VUELVEN.

INEVITABLE, CUAL ATROZ DESTINO.
INEXPLICABLE,  LOCO SIN SENTIDO
LOS CANTOS SE REPITEN SIN SOSIEGO

PORQUE LA HISTORIA VIEJA FUE Y VINO
REPITIENDO AMORES, MÚSICA Y CAMINO
Y EL CANTO CUMPLE SIN PIEDAD, SIN MIEDO.

 

 

 

 

15      REVANCHA

YA LA TARDE SE ESCONDE ENTRE LAS NUBES

QUE OCULTAN LAS NARANJAS DE LOS RAYOS

DE UN SOL QUE AÚN NO QUIERE DESPRENDERSE

DE AQUEL BELLO HORIZONTE ANARANJADO…

PARECIERA QUE ALLÁ EN LA LEJANÍA…, TAMBIÉN

EXISTEN GUERRAS ENTRE DUEÑOS

DE LOS ASTROS, LAS VIDAS Y LOS SUEÑOS,

LAS CANCIONES, LAS VIDAS Y LOS PÁRAMOS.

 

¡PODER, QUE DIRIGE A LAS MANADAS,

PODER QUE DISTRIBUYE LAS MISERIAS…!

¡PODER QUE NO PUEDE CON LOS VIENTOS,

NI CON MARES, NI TIERRAS ENLODADAS…!

¿QUÉ NUBE OSCURA QUE ENCEGUECE…

ENVILECE AL AVARICIOSO Y NECIO?

¿QUÉ AGUA RUIN, LE MIENTE QUE LO SACIA,

DEJÁNDOLO SEDIENTO EN EL DESIERTO?

 

¿SERÁ EL ESPEJISMO QUE LA LLUVIA,

EMPARENTADA CON SOLES Y SILENCIO…

OCULTA SUS RUINDADES E IGNOMINIAS,

A AQUELLOS DE CORAZONES MUERTOS?

¿SERÁ QUE YA ESTÁ CERCA LA JUSTICIA Y

PARA LOS SIN PALABRAS , EN SECRETO

YA VIENE CAMINANDO LA REVANCHA,

PUNTO FINAL A TANTO SUFRIMIENTO?

 

 

ELSA SOLÍS MOLINA

 

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18º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

18º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA.pdf

18º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXII de la 2ª etapa/01-12-2011

 

EDITORIAL LXII

Periodismo y lengua

 

Este último fin de semana de Noviembre se ha celebrado en Cádiz, España, el VI Congreso iberoamericana sobre periodismo. La cumbre es a todas luces importante ya que su eje central es el idioma que compartimos, junto al portugués, lengua esta que nos es, nos debería ser, próxima. Hablamos por tanto de una de las tres lenguas más habladas del mundo, el castellano o español, junto al portugués, que es también de los idiomas importantes, con una enorme tradición literaria, expandido además en todo el planeta.

Además de los temas habituales y profesionales, el rigor ha sido uno de los temas más importantes del congreso. A todas luces, está bien presente el tema, ya que en estos tiempos de nuevas tecnologías ha dado la impresión que el dominio y el manejo del idioma no era tan importante, pero de pronto descubrimos que sí lo es, que lo continúa siendo porque el idioma, cualquier idioma, es la base de la comunicación, sustancial en cualquier actividad humana. Quien no maneje el idioma con soltura, pensará mal, y quien piensa mal, no podrá avanzar su actividad con normalidad.

El tema es en sí fundamental. El castellano es ante todo un idioma americano, resulta a todas luces de justicia, pero además empeora en España a pasos agigantados. Lo hemos comentado más de una vez, el proceso de decadencia del español europeo debido a un retroceso del nivel educativo, pero también a la influencia, por desgracia negativa, que ejercen los medios de comunicación, sobre todo los más tecnológicos, que por su inmediatez parece que han dejado de lado el rigor lingüístico, asociado además a lo añejo.

Quienes disfrutamos de la literatura padecemos especialmente este proceso. La lengua convertida en arte, eso es la literatura, pero no por ello esta actividad posee el monopolio del español, como ya hemos dicho, cualquier actividad requiere de corrección pues es a través del idioma como llevamos a cabo la comunicación. En el periodismo lo vemos muy claro: si el medio explica mal, por un mal uso, lo que cuenta, entonces nos formaremos una idea distorsionada de lo que nos transmiten. No hablamos en este caso de una voluntad de distorsión de la realidad, sino simple y llanamente de incapacidad para cumplir con la comunicación. Lo que empeora este asunto, además, es la enorme influencia que ejerce en la sociedad.

Tal vez se trate de etapas y puede que esta tendencia al empeoramiento se modifique, pero resulta evidente que los medios de comunicación ejercen un papel fundamental en este proceso. No olvidemos que hay millones de personas que ven la televisión, que escuchan la radio, que leen periódicos, pero sobre todo que acceden a Internet, por ello es tan importante que se tome conciencia de la importancia del idioma y que los profesionales de la comunicación -periodistas, articulistas, traductores, reporteros, correctores- sean rigurosos y se ocupen de la lengua con precisión.

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TU MONSTRUO PREFERIDO

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

Júrame Papá que soy tu monstruo

preferido, si te asusto enormemente,

si tropiezo allá en tus sueños,

júrame Papá que soy tu monstruo

preferido, si me como el dividendo,

si el trasiego me hace malo,

júrame Papá que soy tu monstruo

preferido, te prometo ser persona,

intento ser peluche amable,

júrame Papá que soy tu monstruo

preferido, si las rebabas te lastiman,

si jamás me gustó el fútbol,

júrame Papá que soy tu monstruo

preferido, si acaricias mi fracaso,

como patadas bajo la mesa,

júrame Papá que soy tu monstruo

preferido, yo te juro no hacer ruido,

 tampoco comer chicle en misa,

yo solamente quiero ser tu monstruo

 inútil, tan inútil, y tan preferido.

 

 

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 Maternidad

-Tener un hijo es un mero acto de afirmación personal y por eso es el mayor acto de egoísmo.

Escuchaste la frase de pasada, sin apenas darte cuenta de su dureza, sin entender del todo su contenido, y estuvo resonando en tu cabeza no sabrías decir durante cuánto tiempo, unos segundos o puede incluso que algún minuto, en un principio sin causarte ningún efecto, una de esas frases que se recogen al vuelo, sin quererlo, inocente, sin significado, pero que de pronto entiendes y te golpea con toda su violencia, te revuelve el alma, te enfrenta a una realidad áspera, y todo eso lo pensaste de pronto, como si de repente algo te retara a tomar conciencia, a reaccionar sin saber muy bien a qué. ¿Quién podría pensar algo así?¿Quién era capaz, además, de formularlo con palabras concretas, en voz alta, en público, sin ninguna cortapisa, como quien habla de algo banal, fútil? Miraste a tu alrededor e intentaste buscar a la persona que la había pronunciado, pero no pudiste dar con ella, se perdió y te dejó la frase resonando en ti una y mil veces. De haberla encontrado, de haber sabido quien había dicho aquello, te habrías enfrentado a ella, le habrías reprochado la crueldad de sus palabras, además de lo falso.

Pero no la encontraste y fue en ese instante que te sentiste herida. Herida en lo más profundo de ti misma, te diste cuenta, como partida por dentro. Eras madre y sabías de lo que hablabas. Una buena madre, además, así te considerabas, y no tenías por qué ocultarlo. Pensabas en tu hija, a punto de cumplir los dos años, y estabas segura de que lo entregarías todo por ella. Estabas convencida de que no había ni pizca de egoísmo en la maternidad, al contrario, sentías que se trataba de una entrega, del mayor acto de amor que cupiera en este mundo.

Pero alguien pensaba distinto y eso te turbaba. Mucho, además. Cruzaste varias calles enrabietada porque se pudiera sostener algo así, no sabe de lo que habla, consideraste, pero al final se planteaste, más calmada sin duda, con un profundo deseo de entender lo dicho, que tal vez se tratara de alguien que pasó una experiencia funesta como hijo. Es verdad, reconociste, hay padres monstruosos, experiencias atroces, personas a los que sus padres truncaron la vida, no podías negarlo, sabías de historias crueles, hijos obligados a delinquir o aquellos relatos de los suburbios que a veces aparecían en la prensa, pero también historias menos cruentas, padres que obligaban a sus hijos a convertirse en lo que querían ellos, sin contar con la voluntad propia, los propios anhelos, los deseos de unas personas que, por muy hijos que fueran, ya no te pertenecían, poseían sus propias vidas que no debían ser el fruto de un ideal frustrado, el de sus padres, la proyección de unos deseos incumplidos. Eso existía también, no cabía negarlo, bien lo sabías, eran muchas veces sembradores de infortunios y fracasos.

Torciste por la Avenida Libertadores y consideraste que la vida ofrecía experiencias diferentes. Para ti, dijeran lo que dijesen, no había ni el más pequeño ápice de egoísmo en el hecho de tener una hija. Pensabas en la niña una y mil veces, sufrías cuando la dejabas, como aquella mañana, en casa de tu suegra, cuántos peligros la acechaban, la acecharían en el futuro, temías por ella, en cada momento te preocupabas por su futuro y ya sentías un profundo desgarro por cada lágrima inevitable que le arrancara la vida, con sus rincones dolientes y sombríos.

¿Egoísmo? En absoluto, no en tu caso, no conocías a nadie, por lo demás, que cupiese en la afirmación desconcertante que recién habías escuchado. Comprendías incluso a aquellas mujeres que un buen día se arriesgaban a subir a una patera y poner su vida en peligro, la de sus hijos, por darles una vida mejor. ¿Podía haber un mayor acto de amor? Se lo hubieses preguntado a bocajarro a quien fue capaz de afirmar tamaña estupidez. Vale, sí, existe lo otro, murmuraste al torcer la esquina, pero no se puede generalizar, y casi lo gritaste, tan irritada estaba por la contundencia de la frase en cuestión, para que te escuchara todo el mundo.

Se lo plantearías a tu marido aquella misma tarde, decidiste, al padre de tu niña, seguro que compartiría contigo tu indignación, igual que compartíais la emoción de tener aquella hija tan linda, tan extraordinaria, tan maravillosa y que tanto te había aportado. En ese instante te paraste en seco, como si de pronto algo te inmovilizara por dentro y también por fuera. Y que tanto te había aportado, repetiste. Te chirrió aquel final de frase. ¿Y si al final había algo de verdad en esa frase suelta cazada al tuntún?¿Y si dentro de ti misma había, en efecto, algo de egoísmo? Si, bueno, vale, consideraste un tanto molesta, hay algo de egoísmo, añadiste en murmullos, no digo que no, pero es la vida, dar y recibir, y no era injusto que te sintieras a gusto con tu hija si al fin y al cabo tú le habías dado la vida. Yo le doy, ella me da, eso es la maternidad, teorizaste.

Seguiste tu camino más irritada si cabe. No admitías la más mínima duda, y en ese momento se había despertado en tu interior una chispa de duda que te quemaba bastante, no podías negarlo, porque la espita había dado lugar a contemplar un lado oscuro que no deseabas haber descubierto.

Torciste a la derecha y viste al final de la calle el edificio donde vivía tu suegra con quien estaba en ese momento tu hija. Ralentizaste el paso, fue un instinto que no acababas de entender, que tal vez no quisieras entender. Te sentiste agitada, tal vez enojada, no sabías muy bien qué era esa extraña sensación que comenzaba a invadirte por dentro. Maldita frase, murmuraste al llegar al portal. Contemplaste como alelada la puerta enrejada, observaste el interfono y por primera vez en la vida tuviste ganas de salir corriendo.

Sants, Noviembre de 2011

Juan A. Herrero Díez

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NO SÉ LEER PERO ME ESCRIBE EL ALBA EN PLENILUNIO

Por Carlos Garrido Chalén (Poeta peruano)

(Del Poemario NO SE LEER PERO ME ESCRIBEN)

No sé  leer, pero me escribe el alba
en plenilunio
y el atardecer desde el equinoccio
y el solsticio de todos los clamores.

Me escribe el arco iris
que hace burbujas de océano
en el vientre de la ballena que se tragó a Jonás
para sembrar sus pactos en mi sangre.

Y cuando la luna llena
se detiene pretensiosa
en mi heredad
y en mis verdosos pastizales
y todo parece día en mi cobertizo
y se alumbran de cisnes mis picos  levantados
me escribe el silencio
desde el que Elías se hizo Profeta
para contarme cómo nació el caos
en el tobogán del otoño que desató el furor.

Todos me escriben
y ya no sé qué hacer
con todas las cartas que recibo

Y como el más dócil de todos los rumiantes
–         el que ama a oscuras
y se alucera de cosmos cuando sueña –
no sé cómo leerme a mí mismo
cuando callo.

Cómo leer a todos
si vengo de la casa del jilguero
pero me es ajeno el sonido
de su pecho de pinkuyo.
Si nada de lo que está aquí me pertenece
y las palabras que vomita el horizonte
terminan por convencerme
que no saben por qué fueron inventadas
por la vida.

–         No es el momento
de plantar nuevas semillas – me dijeron,
y yo vi cómo se aceleraba vigesimal el tiempo
en los cantones del viento
y como sobre el Árbol del Mundo
alguien asediaba con preguntas a la noche.

Carlos Garrido Chalén 
Premio Mundial de Literatura «Andrés

Bello» 2009 de Venezuela

Presidente Fundador de la Unión

Hispanoamericana de Escritores

 

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DIOSES SON LOS DE AHORA 

Una diosa endiablada y un diablo endiosado se aman.

Fruto de ese olímpico amor, quedan los dos embarazados.

Ella da a luz un hermoso diosecito endiablado

y él una bella diablita endiosada, de cola divina.

Para crecer, la pequeña se alimenta del padre hasta devorarlo

y el pequeño deglute a su madre con igual voracidad.

En sueños, o pesadillas, el padre renace comiendo a la hija

y renace la madre del vientre del hijo para tragárselo.

Después de las comidas, los dioses despiertan al apetito sexual,

pero esta vez  se llevan a la cama toda clase de anticonceptivos

para asegurarse una celestial y placentera eternidad.

Rubén Vedovaldi

(R)* De su libro  SIN CUENTA MINICUENTOS  editado en la cxiudad de Rosario, ARGENTINA, año 2011

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SONETOS DE LA MANO DE:

Rodolfo Leiro

 

NO DEJO NADA

Preparo mi equipaje, despacioso,

en la calma habitual de cada anciano,

rescato de mi página de humano

con cierto fatalismo licencioso,

el muro, mi clavel, el paso ansioso,

mi parra, la placita, andén, verano,

mi amistad, mi ternura, limpia mano,

la caricia primera, el armonioso,

el garbo de su paso primoroso,

mi casita, la esquina, el empeñoso

festín de mi rayuela displicente,

efigie de mis viejos, mi alborada,

mi luto, mi dolor. No dejo nada.

Solo un beso final sobre tu frente.

Rodolfo Leiro

Desde Buenos Aires, Argentina, un 23 de noviembre de 2011

***

 

INTUICIÓN

 

Intuyo, que en verdad, me voy secando,

 árbol vetusto que el viento lo derriba,

un etesio que impide que te escriba,

efigie de poeta vencido,  desplomando;

glorioso tiempo aquel peregrinando

en navas de un bohemio cuesta arriba:,

sembrando en cada milpa, fiel amiga,

para que brote mi canto, navegando

por el espacio azul, mi verbo blando

que expande su ternura caminando

llevado por los cirios color miga;;

 en el mundo de paz que fui alumbrando,.

por los tiempos eternos voy dejando

mi verso con la forma de una espiga..

Construido el 25 de Septiembre de 2011

 para “Esquinas Bohemias”

Hora 13,01

Rodolfo Leiro.

 

***

 

MOMO

 

Este Momo que llevo y que siento

en la copa habitual de mi faro,

con mi voz, con mi ritmo, mi claro

percutor de mi lírico aliento;

mascarón con pupilas de viento,.

Talismán de sonetos,  mi avaro

cartabón de fervor, este raro

maletín confesor en que tiento,

en el nervio impulsor, fiel asiento,

en el mundo interior que presiento

una copla de Luna y espanto,

porque acuño en mi rosa de nave

este oculto bastión de mi clave:

¡Que perdure por siempre mi canto!

Construido a las 6,59 del

30 de setiembre de 2011-09-30 para

“Esquinas bohemias”

Rodolfo Leiro

***

SOLEDAD

Busqué la soledad para mis rimas

del aura de un silencio penetrante,

hurgando entre la niebla terebrante

y el nervio del pudor en que declinas;

la noche se hace luz en que caminas

tu propio corazón de navegante

y el ritmo de su fibra, palpitante,

calibra la silueta con que finas;

cesaron mis cabriolas peregrinas,

se fueron, si,  los horas celestinas

de mi añejo festín de cabildante,

quedó la soledad, bardal en ruinas

rodando mi bohemia en las esquinas..

La Luna me hace un guiño vigilante.

Construido a las 17,12  del

14 de octubre de 2011-10-14

Para

“Esquinas bohemias”

Rodolfo Leiro

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por José Icaria

 

El mejor de los mundos posible

 

 

Nacer

a un mundo

donde las suertes han sido ya asignadas.

(Partir

con desventaja).

Pasar

por la infancia

como un juguete roto.

(Sufrir, del adulto,

el impune robo).

Brillar

y arder fugazmente

en la rápida hoguera adolescente.

(Llevar

bridas y ser

salvajemente domado).

Acceder

al trabajo,

perder todo derecho, volver al paro.

(Padecer

la confabulación de ineptos y enchufados).

Enmudecer,

malvivir atado de pies y manos,

mientras otros hablan y toman las decisiones;

habitar un gélido supermercado,

erigido sobre los restos de antiguas poblaciones;

y saber,

que en la trastienda de cada Banco,

una oscura trampilla se abre

al despacho de inmundos dictadores.

Humo, viento, polvo, cenizas, nada.

Coágulos de mentira y falsedad.

La fetidez de la carne, pudriéndose al Sol.

Ríos de hambre, ríos de sangre.

Reproducirse

(reproducir el error). Y

morir,

y morir. Y remorir. Y: ¿hasta cuándo?

***

Una sana costumbre

 

Cuando volvíamos de vacaciones,

mi padre tenía la sana costumbre

de castigarnos sin motivo,

no fuésemos a pensar

que la vida era una fiesta.

***

Conmovido aún por los hechos

 

Conmovido aún por los hechos

un tenue velo los difumina

y nos distancia    serena melodía

nos mece junto a ellos.

Pero arribará el brillo deslumbrante

-enceguecedor-

que hará vibrar los objetos

como una lanza en el costado

-atravesados de dolor-

sentiremos

la cruda certidumbre de los hechos.

***

La vida. Un globo

La vida. Un globo

del que hay que seguir

arrojando lastre,

para conseguir elevarse

más

y más.

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RETORNOS REVECES Y AUSENCIAS

Sol   cuando te contemplo

Inventando el reflejo de mis ojos

En tus sombras palaciegas

Te siento más extranjero que nunca.

Te vas y no ameritas ser ajeno

En esta frontera de nostalgias huracanadas.

Te vas y sé que no volverás a ser el mismo y no volverás.

Habrá perdido entonces su semblanza el balneario que embriaga su exilio

Y que busca en ésta pesadumbre de voces

La pintura de las ilusiones urgentes de un abrigo.

Te vas dejando atrás el rostro de la rivera la vid y el trigo

Que amasa el asfalto de un pensamiento secular que no es mi destino.

Aquí no sirve la brújula

Ni los pasos que guían las estrellas

Tampoco los reproches perdidos

Por el polvo congelante de la noche.

Aquí es escaso el cielo

La legumbre el centeno

Y las palabras de aliento.

Por eso se detiene el murmullo

En esta estatua plagada de mágicos desprecios

Se detiene en el insomnio cuántico de las ideas

Posando como si retrocedieran las horas en el escaso fulgor de la penumbra

Y como avalancha perenne

El herrero del discurso moldea el borde de una frase idílica

Y se precipitan los pentagramas infinitos

En los conciertos fermentados por la espera

Esa fatalidad de que hoy no despierta el sol

En ese grafitis tatuado por el barlovento sinuoso de una mujer

Que espera en la cena el consuelo del silencio de una expresión.

Hoy el sol quedó atascado con la maleza que carga el rio

Quedo envuelta entre la epidemia de fieras enloquecidas y frenéticos desenfrenos

Quebrantando la estética la desnudes y el brillo

Que acusa la primavera en su primera noche de luna

Partiendo a los hombres en costillas de arcilla mal cocida

Para revivir la idolatría de su creación.

Quedo para siempre la tierra

Tendida como sabanas tibias la madrugada

Deambulando en los significados de la oscuridad

La resistencia al silencio total

El canto de un recuerdo de antaño en una historia de amor.

                             Santiago de Chile, Noviembre del 2011

© Moshenga Cabanillas Pérez, Noviembre 2011

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Tríptico de la Paz

Por Irene Mercedes Aguirre

 Tríptico de la Paz

 

1

Blanca paloma

¿Dónde te fuiste , sueño de la infancia

cuyos audaces vuelos admiraba,

y con pequeña mano dibujaba,

en los estíos de sutil fragancia?

¿Dónde te fuiste?¿De qué copa escancia

tu pico áureo que en mi ser se clava

como una ausencia que la dicha traba,

como veneno, como cosa rancia?

Vagan mis ojos como los corceles

de mil Atilas cabalgando al viento,

añicos ya los falsos oropeles

¡Y entre las redes de mi pensamiento,

Corro a buscar de nuevo los pinceles

Para plasmarte con mi sentimiento!

2

Oscura guerra

 

¿De qué manera captaré la aurora

en estos tiempos de constantes noches?

¡Años del lobo, triunfos de fantoches,

dolores de hoy, espanto de las horas!

¿Cómo guardar un poco de esperanza

mientras tus negros hados, desde un podio

quieren, con rostros florecidos de odio,

entorpecer al Hombre cuando avanza?

¿Debo dudar que puedo, que podemos,

y sofocar el grito que se escapa,

preso de angustia, desde mi garganta?

¿O recordar que el alma no se atrapa

pues, aunque duela, siempre avanzaremos,

pese a las flores negras que tú implantas?

3

 

Tu milagro

 

¡Te estoy buscando entre lo mutilado,

entre el dolor que fluye a borbotones,

hoy, que no existen calma ni razones,

y la Bondad y el Ser se han replegado!

¡Te estoy buscando entre los recovecos

de estos momentos de terror humano,

cuando Satán nos tiende las dos manos

para encerrarnos en sus negros huecos!

¡Y al fin te encuentro, triste, desolada,

buscando en vano la fragancia hermosa

-laurel caído de tu pico magro-

que ausente está. Sólo cenizas. Nada.

¡Salvo tu Amor, ese plumón que roza

nuestra opresión y tiende hacia el milagro!

 

 

® Aguirre, Irene Mercedes, Buenos Aires 2011 , Argentina

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