9º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

9º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

9º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºLIII de la 2ª Etapa/02-03-2011

 

EDITORIAL LIII

Renovarse o Morir

 

El universo 2.0 está muy convulso últimamente. Decimos esto por una información filtrada en la Revista Quimera  (en la sección Wireless de Germán Sierra) donde se nos informa del nuevo paso (otro avance más) que ha dado la Cultura 2.0 en temas de complementación en lo que a método informativo, e innovación para con la forma en que leemos literatura, como también, en lo que a adelanto tecnológico se refiere. Esta información de Quimera nos ha llevado al blog de Vicente Luis Mora, y este, a un post (post completo en link): http://vicenteluismora.blogspot.com/2010/11/la-critica-por-las-nubes-si-ya-no-todos.html

En este post se nos dice esto:

Qué es la nube 

Según la sabia Wikipedia, “La computación en nube, del inglés Cloud computing, es un paradigma que permite ofrecer servicios de computación a través de Internet. La nube es una metáfora de Internet”.

Desde hace varios años, muchos expertos en computación se dieron cuenta de que, por mucha capacidad y/o velocidad que mostrasen los ordenadores personales, Internet tenía una potencia y unos recursos que permitían que muchas operaciones complejas fueran resueltas extrayéndolas de los PC o Macs personales y solucionadas mediante computación en nube. Primero fueron las empresas, por obvias necesidades de agilización y reducción de presupuestos, quienes aprovecharon esta posibilidad. Luego se ha extendido y también hay aplicaciones sociales o comunitarias que se han desarrollado gracias a la cloud computing.

En un fundador artículo publicado en Wired en 2006, George Gilder exponía que lo bueno de las tecnologías de nube es que su estructura y funcionamiento es muy similar a la del cerebro humano y que tienen la ventaja de que lo sucede en el exterior, en el borde de la nube, dota de inteligencia al centro y lo mejora, realimentando todo el sistema en aras del perfeccionamiento progresivo.

 

Nubes literarias

 

En nuestro país hay varias personas que llevan tiempo examinando este tema en cuanto a sus posibilidades para la lectura. Una de las más activas es Javier Celaya, experto en nuevas tecnologías y responsable del portal www.dosdoce.com. El otro día Celaya colgaba un post en su blog sobre la plataforma estadounidense Copia (http://www.thecopia.com/home/index.html), que me pareció muy interesante. Copia no sólo permite descargar y compartir libros en todo tipo de formatos (Internet, teléfonos, lectores digitales, iPads, etc.), sino también compartir sus lecturas. Planteada como una aplicación social, gracias a Copia los usuarios leen un libro determinado, pero también los comentarios, subrayados o anotaciones al margen hechos por otros lectores de la misma plataforma, a los que pueden responder y a los que pueden añadir los suyos propios. El resultado es una especie de comunidad de lectura, donde la valoración y puntuación de otros usuarios de Copia ayuda a elegir libros; los gustos de los lectores con los que uno sienta mayor afinidad o sintonía, a la luz de sus comentarios, pueden orientar a la siguiente compra. El global de comentarios de lectura sobre un libro le da una nueva dimensión a este, al formar una enorme glosa interactiva sobre algunas de sus partes o sobre el texto entendido como un conjunto. De momento Copia no funciona más que en Estados Unidos, lo que no es casual puesto que es el país con un mercado más activo de venta y lectura de libros digitales. Pero esta y otras experiencias pueden permitirnos ya comenzar a pensar en las puertas que pueden abrir a potencialidades insospechadas para la lectura y la crítica literaria.

 

Posibilidades para la crítica literaria

 

A la luz de Copia se me ocurren al menos dos posibilidades en las que ésta u otras plataformas similares pueden utilizarse para expandir nuestro viejo concepto de crítica literaria y aprovecharlo en beneficio de una hermeneusis más actual, la edición en nube y la crítica en nube.

 

1) La edición crítica

 

Las ediciones de libros, como saben, consisten en tomar un libro clásico o canónico y volver a publicarlo con un prólogo erudito o un epílogo crítico, y poblar el texto de notas que lo expandan

o completen, como la interpretación de algunas palabras oscuras o términos tomados de otros idiomas, o insertando notas aclaratorias al pie. Es un mundo editorial muy protocolizado y cuyos procedimientos, con escasas excepciones, siguen siendo prácticamente los mismos desde hace decenios o incluso siglos, pues no varían demasiado de los comentarios del Brocense a Garcilaso o de los primeros hermeneutas de Góngora. La edición electrónica ha mejorado las cosas, por supuesto, y de este modo existen proyectos como la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, el Centro Virtual Cervantes (aquí, un ejemplo de una Rima de Bécquer editada) o el Proyecto Cervantes de la Texas A&M University, que están elaborando una edición del Quijote en estos términos:

 

Por lo tanto, concebimos ahora nuestro proyecto en términos no de una edición variorum, sino de un archivo hipertextual capaz de producir y visualizar un sinnúmero de ediciones individualizadas a partir de diferentes textos base, con incorporación dinámica de diversos tipos de variantes, múltiples categorías de anotación y niveles de comentario crítico.[1]

 

Estos recursos han supuesto un gran avance para investigadores y lectores interesados, pero no hay por qué detenerse, sino seguir buscando fórmulas de trabajo. Ahora imaginemos cómo sería una edición crítica en nube. El lector iría leyendo, en su ordenador, su móvil o su ebook el texto de cualquier libro en su pantalla y podría decidir sobre la marcha qué acotaciones o notas desea leer o contrastar y cuáles no. Estas notas se marcarían con colores o signos pequeños, para no entorpecer la lectura, y una vez abiertas pueden tener un espacio libre, que iría desde la mera referencia etimológica de una línea hasta un ensayo entero sobre la importancia que esa palabra o ese párrafo tienen para la interpretación del autor. Pueden incluirse enlaces a otroas ediciones, así como las variaciones y demás glosas ecdóticas como posibilidad.

 

La edición puede ser unipersonal, de un comentarista, o de varios a la vez, que vuelcan cada uno su visión sobre el mismo pasaje, por ejemplo. Una edición de las Soledades de Góngora puede hipotéticamente salir en versión digital comentada a la vez por Dámaso Alonso, Robert Jammes, John Beverley, etc., cada uno con sus marcas o notas distinguidas por colores. El lector elige si quiere consultar una nota, todas, o ninguna. Puede además añadir a las presentadas las suyas o las aportadas por miembros (profesionales o no) de la comunidad lectora, que es lo que diferenciaría estas ediciones de la mayoría de hipertextos y ediciones electrónicas existentes, que no son sociales al no permitir la interactividad de modo instantáneo (o la impiden en absoluto). Los trabajos de doctorado de las universidades pueden consistir en la edición colectiva y en nube de un mismo texto, donde el corpus original se enriquece con los debates y las aportaciones de todos. Un coloquio sobre la narrativa de Borges puede acabar siendo una edición digital de uno de los libros (si es que se logra el permiso de los agentes) completada y expandida por todos los participantes del coloquio con sus ponencias, más las intervenciones en los debates. Eso renovaría el conservador formato de las “actas” de los congresos y seminarios. Yendo más allá, las ediciones pueden consistir en la superposición de dos libros. Pienso en el Ulysses de Joyce y en el James Joyce’s Ulysses de Stuart Gilbert, que podrían publicarse juntos mediante una edición en nube, y a su vez perfeccionarse con la publicación conjunta e íntegra del Ulysses anotated de Don Gifford. Estas metaediciones pueden llevarse a todo lo lejos que uno quiera. Con la ventaja de que, al ser comunitarias, son siempre ediciones en marcha, susceptibles de ser ensanchadas y mejoradas por sucesiva oleadas de lectores y críticos, lo que revelaría en tiempo real la relevancia y pujanza de un libro clásico o su pérdida de vigor pasado un tiempo. Frente a todas las ediciones críticas tradicionales, y creo que la inmensa mayoría de las electrónicas (sé que la UOC y otras universidades tienen ediciones electrónicas, pero no puedo acceder a ellas), estas ediciones en nube pueden ser refutadas y a su vez criticadas al estar puestas en comunidad. De la misma forma, los lectores pueden compartir sus anotaciones o las de otras personas en las redes sociales a las que pertenezcan, y pueden establecerse sistemas de avisos automáticos cada vez que se produzca un nuevo comentario o actualización.

 

2) Cloud criticism: la crítica como edición, como reedición, como versión y como retorsión.

 

peinar el viento, fatigar la selva

Luis de Góngora

 

Mientras que lo ya expuesto me parece bastante obvio y predecible, creo que tenemos que usar la imaginación para ver hasta qué punto la crítica literaria puede ser reactivada, actualizada, revivida e incentivada por estas posibilidades tecnológicas. La crítica ha estado asociada desde su nacimiento no tanto a posibilidades de escritura como de lectura. De hecho, su nacimiento histórico como “género” propio suele asociarse a la difusión estable y generalizada del periódico a muy finales del siglo XVIII y principios del XIX[2]. De modo que estos tremendos cambios que se están produciendo en la forma actual de leer necesariamente acabarán teniendo su influencia en el modo de analizar los libros, puesto que la crítica no es más que una lectura de segundo grado, o una lectura profesional de los mismos textos que leen los lectores.

 

Por supuesto, todo lo anterior referido a la edición crítica apela también a la crítica, puesto que la edición es uno de sus medios. Pero pueden crearse otras formas de conexión entre texto y crítica a través de la nube.

 

A diferencia de la crítica tradicional, que crea un texto nuevo o diferente frente al texto originario, la crítica nube podría significar una novedosa intervención sobre un texto ya existente. Tenemos, curiosamente, un ejemplo narrativo de cómo podría funcionar la crítica en nube: la novela ¡Otra maldita novela sobre la guerra civil! (2007), de Isaac Rosa. En ella Rosa lleva a cabo una valiente retorsión sobre una novela suya anterior, La malamemoria (1999), a la que critica sin reparos con excursos intercalados dentro del propio libro. El mecanismo me parece de una singular potencia para explicar qué sea la autocrítica, pero también la crítica y aun la cloud review: imagínense que además del propio Rosa pudieran usted intervenir el texto, comentar los párrafos de La malamemoria, pero también comentar los comentarios de Rosa, así como los comentarios de otros lectores, e incluso los potenciales comentarios de Rosa a los comentarios de sus comentarios. Sería una selva, sí, pero el resultado es justo lo que toda crítica intenta: ver más, esclarecer sentidos, establecer vínculos, contextualizar, discurrir sobre lo ya escrito, sea para dirimir su alcance o para ensanchar su horizonte de entendimiento. Y ahora, imaginen que todo ese material creado a partir de la novela-origen pueden editarlo, compartirlo, comentarlo, valorarlo, discutirlo o seguir ampliándolo hasta el infinito en una pequeña, grande o inmensa comunidad de lectores interesados. Esa locura, esa imposibilidad, esa maravilla, esas escritura desatada, será la crítica en nube.

 

Pero podemos seguir pensando otras vías de expansión del terreno crítico. Una de ellas, a través también de las opciones en nube, permitiría a los editores ofrecer versiones enriquecidas de sus libros, como segunda edición especial, donde el propio volumen en su versión electrónica incorpore reseñas consideradas especialmente valiosas sobre el texto. En los últimos tiempos se han editado versiones expandidas de textos como El año que viene en Tánger, de Ramón Buenaventura (edición electrónica), o El viajero del siglo, de Andrés Neuman (edición de bolsillo en papel), que venían completadas por textos de los propios autores y de otras personas, referentes a las ediciones originales. En el caso de la de Buenaventura se incluyen incluso ensayos y entrevistas con el autor sobre la novela. Este enriquecimiento textual contribuye a crear un horizonte de sentido sobre los textos que, en principio, en la crítica en nube, debería agrandarse también a las reseñas o críticas negativas, no sólo a las favorables, siempre que ambas fueran interesantes. Habría diversas formas de editar la crítica dentro de la edición electrónica, pero sería interesante que cuando la reseña se refiera a párrafos o pasajes puntuales del libro, pueda accederse a ella desde éstos. Por ejemplo, cuando hubiese una influencia, cita o intertexto no aclarado por el autor de la obra original, se podría hacer una marca en el lugar y aclararlo en nota marginal. La intervención crítica podría ampliarse también a enlazar determinados contenidos digitales que aclaren o amplíen lo escrito. Del mismo modo que en este blog colgamos el vídeo de Dan Graham a que DeLillo hace referencia en su novela Point Omega en nuestra reseña de la obra, esto puede hacerse en los lectores digitales de tercera generación y el lector puede tener una idea clara de a qué se está refiriendo el autor con la alusión. Si en la obra se habla de un óleo famoso, puede insertarse como cita la imagen del mismo (si los gestores de derechos lo permiten, claro, como siempre). De nuevo aquí los lectores podrían subrayar, seleccionar, comentar y compartir todos y cada uno de los materiales incorporados.

 

La crítica en nube admite más posibilidades. Otra es la edición de un libro comentado por un crítico. De la misma forma que los deuvedés admiten desde hace tiempo una versión de la película con los comentarios del director o los actores, no es imposible una edición electrónica crítica de la obra que vaya explicando o comentando el libro. La segunda lectura, supuestamente autorizada, está ahí en segundo plano, sin entorpecer la primera. Sólo cuando el lector quisiera aparecería, quizá al margen o subimpresionada, la lectura crítica, que estaría especialmente indicada para las relecturas del libro o para lecturas de investigación.

 

Cuando se habla de la autoedición (esto es, de la posibilidad de editar el propio libro sin intermediarios) a través de la Web, siempre se apela a un gran problema: al desaparecer el editor, no sólo desaparece el “impresor”, sino que también y de forma fundamental se esfuma la persona que cuida la edición, que revisa el texto, que detecta contradicciones no atisbadas por el escritor, que procura el equilibrio y elimina errores de todo tipo, desde la estructura de la obra a la sintaxis. Un buen editor es el mejor aliado posible de un escritor, como bien saben todos los que han tenido la suerte de tener uno o varios buenos. La autoedición, por el contrario, confía el acabado final a la persona que hace el primer acabado, lo que siempre es peligroso, sea porque los autores no tienen la necesaria autocrítica o porque no tienen el necesario conocimiento de su propio idioma (lo que sucede más de lo deseable, por increíble que parezca). La figura de un crítico podría ser una solución a este problema, ya que en cierta forma un buen editor es el primer crítico de la misma. Si un escritor publica en su web su propia obra sin intermediarios nos hará sospechar, pero si esa edición viene avalada por el comentario en nube de un crítico reconocido, podrá restaurar la confianza del lector, ya que entonces es el crítico quien pone en juego su prestigio, al lado del autor.

 

Otra posibilidad serían las ediciones de crítico, en que sin el rigor académico esperable en una edición crítica, un crítico elabora un comentario constante a una obra o a una figura que conoce a fondo. Pienso en una edición de Bolaño hecha por Echevarría, o una de Julián Ríos hecha por Julio Ortega, en la que comentarios incluso personales y no literarios se sumaran al texto, ampliando de forma extraordinaria el horizonte de recepción y comprensión. Muchos críticos o escritores han escrito páginas memorables recordando cómo tal o cual amigo escribió determinado párrafo o motivo o personaje de sus obras. Esos textos u otros similares, encargados al efecto, podrían suponer otro modo de reeditar clásicos o de publicar textos inéditos con un mayor aliciente para posibles compradores. Una edición de Rayuela donde veinte o treinta escritores conocidos relatasen cómo vivieron el primer encuentro con ciertas frases, párrafos o personajes, en glosas anotadas sobre el propio libro, constituiría una maravillosa forma de releer la novela de Cortázar.

 

Estas son algunas de las posibilidades que se me han ocurrido a vuelapluma, pero seguro que hay más. Tantas como lectores o como libros. La crítica en nube nos pone a las puertas de posibilidades con las que antes no habíamos ni siquiera soñado. A las aquí defendidas crítica-red y crítica-blog se une ahora esta desmesura en nube que tiene la ventaja de ser democrática y horizontal, eliminando las jerarquías o dando al menos los instrumentos discursivos y técnicos para ponerlas en cuestión. Nunca los libros habían podido ser tan libres, y tampoco la crítica literaria. Si, como decía el gran Cyril Conolly, “el objetivo del crítico es vengarse del creador”, ahora tiene este instrumentos para resarcirse de la venganza de aquél, y aquél de acrecentar la suya a cada párrafo, a cada frase, de cada obra de cada escritor. Y nosotros, como lectores, medios para vengarnos de unos y otros. O de aplaudirles, claro.

 

 

 

[1][1] Cf. Eduardo Urbina, Richard Furuta, Rajiv Kochumman y Eréndira Melgado, “La edición electrónica variorum del Quijote: avances y estado actual”, Proyecto Cervantes, Center for the Study of Digital Libraries Texas A&M University, accesible en http://cervantes.tamu.edu/pubs/AC-Roma1.pdf.

2[2] T. W. Adorno, “Sobre la crisis de la crítica literaria”, Notas sobre literatura. Obra completa, 11; Akal, Madrid, 2003, p. 642

 

***

También queremos hacernos eco del Remake de la obra de Borges (El Hacedor) escrita por Agustín Fernández Mallo. Hacía bastante tiempo que este autor no publicaba nada, y ahora nos sorprende con este Remake; sobre el cual nos advierte que no es necesario haber leído la obra de Borges para empezar a leerlo. El Remake saldrá publicado en Alfaguara y saldrá a la venta el próximo mes.

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BALADA NOCTURNA

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

El sueño del amor sufre de miedo

al mostrar su fruto más podrido,

por eso es sueño, por ello es No.

El sueño del amor es ruido,

es vestigio de sueños a todo color,

es suspiro, es olor presentido,

el sueño del amor es dolor,

es latido fingido y sometido,

es compromiso, es salvaje rol.

El sueño del amor sabe

que todo se pudre al lado

del fermento del amor,

el sueño del amor termina

cuando la cáscara se seca al sol.

El sueño del amor se despierta

cuando la mar le dice No,

el sueño del amor abre su Sí

en la promesa nocturna sin voz,

El sueño del amor sueña

en su invierno, y en su primavera

abre el caparazón en flor,

el sueño del amor es locura,

es orgasmo, es repetida canción,

el sueño del amor

destapa pupilas, descifra teoremas,

se pone disfraces, regala poemas,

se queda a solas con dios,

se doblan fatales las certezas,

se duplican veraces los problemas,

es lo dicho por nosotros dos,

El sueño del amor a nadie

le abre completas sus venas,

ni al amor sin dueño,

ni tampoco yo.

 

 

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El aniversario

         Era un hombre de aspecto anodino, de aquellos con los que te cruzas y te olvidas al momento, si es que por un casual te fijaste en él. Delgado, algo curvado de espalda, con un bigote que no sabrías decir si era discreto o espeso y gafas que apenas disimulaban una mirada triste, trabajaba desde los veinte años en una inmobiliaria, se casó a los veinticinco con la muchacha que le cayó en gracia a su madre, tuvo dos hijos, niño y niña, la parejita ideal de la clase media, poseía un apartamento relativamente amplio en un barrio de trabajadores y pequeños comerciantes, el cual consiguió con ciertas facilidades de su propia empresa, de vacaciones aprovechaban la casa familiar en un pueblo del interior del país, y su vida transcurrió sin grandes sobresaltos ni aspavientos, más allá de los incidentes cotidianos de la existencia, la muerte de alguien próximo, amigo o pariente, alguna gamberrada de los hijos, no excesivas pues por fortuna, valoró, habían heredado su carácter calmo y algo temeroso, porque él se consideraba temeroso, aunque no miedoso en sentido estricto, le asustaban, eso sí, las eventualidades de la política o del orden público, el peligro de la violencia inusitada, desconfiaba de sus semejantes, creía que en cada persona había un engendro de ira que podría desatarse de pronto y de un modo irracional, ira que podía brotar en cualquier momento, aunque no tuvo que sufrir muchos trances a lo largo de los años pasados, consideraba como la gran contrariedad de su existencia el robo del apartamento familiar, lo que descubrió a la vuelta de las vacaciones de primavera y llegó a agobiarse por los trámites que hubo que realizar, denuncia en comisaría -le angustió la mucha gente afectada por el desorden público y que esperaba turno para la correspondiente denuncia, lo que le mostró bien a las claras lo peligroso que era el mundo-, luego estaban las gestiones ante el seguro, las visitas tanto de agentes policiales para encontrar huellas como de los peritos de la compañía de seguro para valorar los pocos daños en el mobiliario, los muchos impresos que hubo que rellenar, pero sobre todo el temor que se le quedó en el cuerpo durante semanas cada vez que abría la puerta y se imaginaba que iba a encontrar su hogar de nuevo destartalado y dañado.

         No obstante, siempre consideró que su vida iba a transcurrir tranquila, una línea recta en la que todo era predecible. Y así fue, sin duda, hasta su cincuenta y un aniversario, que celebró durante sus horas centrales como siempre, discretamente, sin ninguna novedad, como correspondía a un día de trabajo, recibió los regalos correspondientes, de su esposa y de sus hijos por la mañana, con el desayuno, de su hermano por la noche, cuando fue a la cena en su casa, invitado junto a su esposa y su hija, de sus compañeros de despacho nada más llegar a la oficina. Catorce años para jubilarte, comentó alguien ese día, y todos rieron el comentario, sin saber muy bien dónde estaba la gracia, porque al fin y al cabo, pensaron todos, en efecto transcurrirían catorce años y se jubilaría, y sus hijos habrían acabado sus estudios, se colocarían y tal vez ellos, su esposa y él, pasarían más tiempo en su pueblo del interior, pasearían, pero sobre todo disfrutarían con tranquilidad la vida que llevasen. Esa será mi vida, en efecto, aparentemente era lo que pensó, aunque le sobresaltó sentir no poco desapego, un sentimiento de extrañeza, eso ha sido mi existir, se dijo, sin saber muy bien si era bueno o malo que las cosas hubieran transcurrido como transcurrieron, y si en el fondo se sentía bien o mal, frustrado o feliz por todo.

         Se fue acrecentando a lo largo del día esa sensación de absoluta extrañeza, se mantuvo más taciturno, más reconcentrado, más discreto, disimulándolo con la concentración en el trabajo. Algo se cuajó en su interior, no sabemos muy bien qué. Salió del trabajo a la misma hora de siempre. Tomó el autobús y se mantuvo pensativo, sin que sepamos que era lo que esa tarde le tenía tan reconcentrado. Había algo que decidir, algo importante, al menos ese es el aspecto que poseía, el de quien ha de tomar una decisión importante. Llegó a casa y se encerró un rato en su cuarto, mientras su esposa preparaba todo para la cena. Por la noche, en la mesa con su mujer, con sus hijos, con su hermano, su cuñada y su sobrina, lo anunció: dejo el trabajo, me marcho, solo querida, añadió dirigiéndose a su esposa, a sus hijos, lo siento, tuvo que afirmar cabizbajo tras un tenso silencio. Ninguno de la mesa pudo reaccionar mientras él se levantaba y con la misma parsimonia de siempre se colocaba la chaqueta gris y se marchaba de pronto de la casa tras agarrar la bolsa de viaje que estaba junto al sofá y en la que nadie, hasta ese momento, había recaído.

Juan A. Herrero Díez

 

 

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LEYENDAS DE LA MANO

DE

CRISTIAN CLAUDIO CASADEY JARAI

 

La Leyenda del Puente de Piedra

 

El clima del pueblo era realmente caliente. Ese día en especial había sido demasiado sofocante, tanto que no había agua alguna capaz de calmar la sed de Pedro, el jornalero.

El trabajo en el cafetal había sido especialmente duro esa vez. Las alimañas picaban sin cesar su sufrido cuerpo. Las gotas de sudor que se deslizaban por su frente nublaban su fatigada vista. Por suerte sus labores ya habían concluido. La noche se acercaba sigilosamente.

El patrón, satisfecho con las tareas realizadas por Pedro, resolvió obsequiarle un gallo muy obediente y fortachón. Pedro estaba muy feliz con semejante regalo, por lo que agradeció mucho a su jefe y emprendió su recorrido.

El camino hacia su hogar era largo y sinuoso. Las montañas parecían burlarse del hombre, quien en su pesar no hacía caso alguno de las bromas de la naturaleza indómita.

El manto oscuro y estrellado le jugó una mala pasada. La falta de luz hizo que Pedro equivocara su trayecto, por lo que llegó hasta un río cuando se dio cuenta de su error.

–      ¡Qué me lleve el diablo! ¡Maldita sea mi suerte! – Gritó lastimosamente Pedro.

Un repugnante olor a azufre impregnó todo el ambiente. El Demonio en persona había acudido ante el llamado de Pedro, quien transpiraba todavía mucho más que antes.

–      Ayúdame Satán – Dijo Pedro.

-Aquí estoy a tu servicio – Contestó educadamente el Diablo. Pedro nunca imaginó que el famoso Príncipe de las Tinieblas era un tipo fino y educado, con buen porte y muy elegante.

– Conozco tu problema y sé que te has perdido. Puedo ayudarte a llegar a tu casa a cambio de un favorcito – Habló con cierta malicia el Maligno.

– ¿Y qué quieres de mí? Sólo soy un pobre jornalero que no tiene fortuna, mi único deseo es retornar a mi ranchito con mi esposa y mis queridos hijitos – Replicó con pesar Pedro.

– Construiré un puente de piedra sobre este río a cambio de tu primogénito.

Pedro lo pensó detenidamente. Necesitaba aquel servicio, pero el amor a su hijo no le permitía realizar semejante sacrificio cruel.

-Está Bien Satán, pero con una condición –Sentenció Pedro – Debes terminar el puente antes de que cante mi gallo al amanecer.

– Muy bien, que así sea entonces – Exclamó impaciente Lucifer.

Con todas sus fuerzas el demonio sacó y sacó piedras desde las profundidades de su Reino. La velocidad de Belcebú era verdaderamente escalofriante. Pedro estaba anonadado con el espectáculo infrahumano que transcurría ante su vista. El gallo se había despertado y miraba como el Diablo trabajaba sin cesar.

Ya casi estaba por amanecer. El Demonio sonreía placenteramente al instante en que sólo le faltaba colocar la última roca en el puente. Pedro, ni lento ni perezoso, hizo cantar de un puntapié al pobre gallo, quien lanzó su quiquiriquí como si fuera el último. Lucifer, engañado, se refugiaba en el abismo del Averno, mientras Pedro soltaba grandes carcajadas.

-No debí de ser tan confiado. Me has ganado en verdad, hay gente más deshonesta que yo – Pronunció Satán.

Y así fue como el famoso Puente de Piedra fue creado hace muchos, pero muchos años.

***

La Leyenda de la Iglesia Metálica

        Hace mucho tiempo atrás, un barco holandés naufragó en las costas caribeñas de Limón. Lo extraño es que no había un solo tripulante, solamente un gato negro que maullaba desconsoladamente sobre la proa de la nave.

        Las autoridades limonenses inspeccionaron la embarcación tratando de hallar la bitácora o alguna otra documentación, lo cual fue completamente inútil. No había ningún indicio. Lo que todavía era más llamativo era la carga que transportaba el navío: Enormes piezas de metal y un plano correspondiente a una singular iglesia metálica, edificación por entonces desconocida en la zona.

        Los limonenses se miraban unos a otros confundidos: ¿Qué hacer con semejante cosa? Estaban en ese dilema cuando llegó un forastero, quien pidió que le vendiesen el metal. Al no haber más pistas que una bandera holandesa y el plano, los limonenses resolvieron realizar la transacción. El feliz comprador emprendió un duro viaje hasta el Valle Central, en donde levantaría tal Iglesia en honor a la Virgen de las Mercedes. Lo curioso fue que el gato nunca se separó de la edificación hasta su misteriosa muerte, pues pueden observarse las manchas dejadas por sus patitas por el altar, como esfumadas en el aire. Por más que se limpien o se cambie la madera nunca desaparecen.

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EFEMÉRIDE Y CONCLUSIÓN

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

RECORDATORIO-11

 

Hoy es 11 de febrero de 2011.

Hoy es el día en el que el terrorismo

dicta sus sentencias más crueles

sobre una parte de la humanidad.

Aniversario del exterminio.

Hoy es día 11 y no ha habido

ningún atentado contra inocentes.

¿Ningún atentado contra inocentes?

Todos los días se atenta

contra los inocentes del Mundo.

¡¡TODOS!!

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LLEGADO A ESTE PUNTO

 

Llegado a este punto

también he comprendido,

que a todos nos duele

nuestra propia verdad.

Es difícil entenderlo

para quien inusitado alberga

la profanada duda

en pos de su contrariedad.

Llegado a este punto

nadie debe ser culpable,

cada hombre encuentra

su lugar en el que estar.

Llegado a este punto

cada cual con su verdad.

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LA DANZA DE LAS PALOMAS

Por Ana María Manceda

Cuento SELECCIONADO POR CERTAMEN INTERNACIONAL PARA ANTOLOGÍA “POETAS Y NARRADORES CONTEMPORÁNEOS 2007” EDITORIAL “ DE LOS CUATRO VIENTOS”. Buenos Aires 2007.

 

 

 

       Lily gira, su falda se ondula como las alas de las palomas que siguen su vertiginoso bailoteo. De sus manos caen  sembrando  de  luz las semillas que alimentarán a las más sagaces y apresuradas. Esos  momentos eran los más felices del día, luego venían las obligaciones del orfanato, el aseo, los estudios, la rígida disciplina. Lo único que la perturba en su vuelo de libertad era la mirada de un mendigo que solía acurrucarse en la entrada de coches que daba al patio del convento y la miraba conmocionado. La imagen de Lily dando de comer a las palomas mientras ejecutaba su danza desde una música inasible y misteriosa lo fascinaba, pero ella seguía con su ritual, sabía  que era inofensivo. Cuando las campanas de la iglesia sonaban a mediodía terminaba la magia del  juego. El padre Jaime bajaba desde la torre, donde tenía sus habitaciones, la tomaba de la mano y juntos se iban al encuentro de las otras huérfanas, era la hora del almuerzo. El mendigo sentía que el sol se opacaba, la jornada perdía su brillo, las palomas ya no danzaban, deambulaban sin dirección, emitiendo sonidos irritantes para luego cobijarse en los techos del orfanato y la cúpula de la iglesia.

          Los años pasaron, el mendigo vio el máximo esplendor de la niña en su juventud, sus juegos con las palomas parecían una bella pintura de la primavera. Pero había algo discordante en esa serie de imágenes que él había observado durante años, cuando el padre Jaime venía a buscarla ya no la tomaba de la mano y  ella transmitía la rigidez de una estatua, sumisa iba junto a él,  la oscuridad del día comenzaba en ese instante. Con el tiempo sintió que el brillo se ensombrecía  cada vez más hasta que dejó de verla. Pero él seguía allí, esperando la misericordia de los transeúntes.  Con el tiempo las palomas se fueron apoderando de todos los techos del edificio, hacían insoportable la vida de los habitantes del orfanato y de la iglesia que se situaba en su interior, durante el día cubrían todo el patio de piedra en el que otrora la niña jugara feliz. Lo que no cambiaba en ese paisaje denso y agobiado eran las campanadas de la iglesia, como ignorando los hechos sucedidos en esos años.

          Una noche de tormenta se sintió  crujir el techo de la habitación de Lily, carcomido por el tiempo y las palomas, asustada bajó a pedir ayuda al padre Jaime cuyas habitaciones  se encontraban en el piso anterior al suyo, el sacerdote corrió por las escaleras, temiendo que cayera parte de la techumbre. La joven subió tras él, cuando entró en la habitación vio al hombre asomado a la ventana, el estruendo de los rayos y el estrépito causado por el desprendimiento del alero de la ventana en su choque contra el patio de piedra la aterrorizó, en un instante intuyó el infierno que tanto le habían inculcado en los años de orfandad,  años que sesgaron su inocencia, su libertad. Ese hombre vestido de negro, inclinado hacia el lugar donde ella creyó atisbar un mundo de esperanzas, iluminado por la luz de los relámpagos, se le asemejó al demonio. Resuelta, inmutable, serena, se acercó y con toda la fuerza  que le daba el odio almacenado en su cuerpo, lo empujó.

          El viejo mendigo, contraído, resguardado bajo el pórtico, vio  la figura  de un ave gigante, encendida su negrura por las luces de la tormenta, volar de manera  azarosa y frenética,  hasta verla horrorizado  estrellarse contra las piedras. Sintió un intenso frío interior, como el frío vacío de una época que huía. El ruido del cuerpo al caer quedó mitigado por las campanas de la iglesia que comenzaron a tañer, anunciando las doce de la noche. Las palomas, obcecadas en sus sombras, estaban quietas y en silencio.

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                                   NADA MAS LEJOS

                               

Por Rosy Paláu

 (México)

 

De quièn tus manos,

los libros,

la vieja silla,

de quièn el amor

que te ha guardado

en ese cuarto de cosas simples

donde la sombra de todo

se vuelve un patio

y la ventana

un vestidor de nubes sencillas.

De quièn los pàjaros

que atraviesan el sitio

repetido de tu sueño

cuando cierras los ojos

y estàs descalzo

esperando el aguacero.

Te veo jugar

con un juguete de palo

en la tierra de un retrato,

ha cambiado tu silencio,

hoy es màs hondo,

como si se hubiera soltado

la barca

de la orilla del rìo

de tu deseo

y sòlo pudieras cruzarlo

imaginando.

El payaso de trapo,

el dibujo casi borrado

de una sandìa.

Guardas quizà demasiado poco,

guardas lo que es de nadie

y tienes un àrbol

del que cae el sol

como una fruta.

De quièn la luz que enciendes

y cae sombrìa

sobre un papel donde el silencio

se pone viejo

de tanto cruzar el camino

de las palabras.

No hay nada màs lejos

que estar solo,

detràs de la puerta,

a la deriva de un espejo,

nada màs lejos

que quedarse en la remota

habitación de un beso.

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POEMA

FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER

 

 

 

 

EL  AMOR  NO  ES  PARAÍSO

El amor no es un paraíso, es la perdida

de conciencia de la personalidad.

ANTONIO  GALA

 

El amor no es paraíso, sólo

en el platónico mundo es edén

donde los dioses disfrutan deleites,

en nuestro árido mundo

es despojo de conciencias, se desgajan

trocito a trocito cual Pulgarcito

depositando en el transitado camino

gajos de nuestra disminuida personalidad,

para cuando el primigenio fuego disminuya o desaparezca

tener norte de regreso al origen.

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TEXTOS DE MAXIMILIANO SPREAF

(Entrevista de este autor publicada en la revista)

Rebaños

 

Nublas el sol del mediodía, pariendo estrellas,

Sin bocas, sin ojos, sin manos, que astucia la tuya!!

Dejarnos mudos, ciegos y profanos!

Roja sangre en los canales, acueductos, manantiales,

Víboras negras, amarillas, azules, rojas y verdes,

Casas muertas de tanta mierda suelta, de hijos de padres,

De lectores, de rebaños que corren para el mismo lado siempre.

Mangas cortas, pechos helados, puntiagudos, icebergs

Quebrados, mustios, quemados, cortados, manchados.

 

***

 

Jeringas

 

Me diste la nada para que la envuelva en celofán

Y te la reenvíe por mail a tu cuenta inexistente.

Mi chica, eras, dijiste. Cerremos esta historia de la peor forma.

Odiándonos.

Caliento motores ahora.

Traigan jeringas que venas sobran.

Las venas que admirabas.

De las que bebiste mis palabras, que boyan en mi sangre, por

ellas.

No me gusta la gente tranquila. No me gustan los cobardes.

Ni los que dedican 20 años a ser alguien que no serán nunca.

Y se pierden lo mejor de pasar por este lugar de tristeza oral.

Yo así te suelto los dedos, no sos nada. Ni corres ni flotas.

Traigan jeringas que Belfast me queda a la vuelta de mi casa.

Vos podes seguir de snob en Leiden, perdiendo.

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1492 (Las despedidas)

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

COMPRENDÍ LA TRAGEDIA

 

Cuando te vi por vez primera

comprendí el hallazgo eterno de los conquistadores,

también el de los conquistados,

comprendí un hemisferio con sueño, ensueño y vigilia,

comprendí que tu sonrisa de collares

era un cielo de brillantes mañanas por devenir,

los te quieros nos esperan en la calle

pero los desoímos porque no necesitamos exhibirnos,

las locuras nos esperan en los umbrales,

en los quicios y en los resquicios,

los desquiciados que un día fueron, ya se extinguieron,

las palabras son dudas, pero las dudas

se desarman de flojas porque adonde no hay sí o no

no hay mundo de futuro y realidad.

***

EN EL CEMENTERIO

A mi abuela, María R. Fuentes Bonillo

In Memoriam

 

Y no digas nada, silencio. ¡Silencio! ¡Silencio!

El silencio de los cementerios viene perpetrado

por el sanguíneo respeto que los vivos le guardan.

Y le deben su silencio como plegaria de vida.

No digas nada o despertarás al alma ciega

entre el gas del fantasma y la música del vacío.

Despertarás su alma ciega y todo será rutina,

todo será fingida lacrimosa ante tus ojos puros.

 

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8º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

8º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

8º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

LII de la 2ª Etapa/01-02-2011

 

EDITORIAL LII
Jaime Salinas

 

Ha muerto Jaime Salinas. Ante todo fue un transformador en el mundo editorial, consiguió que en España se introdujera el libro de bolsillo y de este modo logró que se expandiera mejor la literatura y la cultura en general en un momento, además, en que la población había comenzado a gozar de altos niveles de alfabetización y por tanto aumentaba el número de lectores. Podemos comparar este avance de los libros de bolsillo con las posibilidades que dan hoy las nuevas tecnologías -el libro electrónico, Internet, la difusión potencial en el sinfín de canales televisivos-, aunque nos tememos que, si bien el libro de bolsillo fue una mejora que permitió una mejor difusión de la lectura harto palpable, no vemos el mismo fenómeno en lo que a las nueves tecnologías se refiere.

Jaime Salinas era hombre culto y bien comunicado con la cultura de su tiempo. No sólo fue un animador literario en España, también intervino vehementemente en fortalecer los lazos entre la literatura de las dos orillas, la de España y la de América Latina. No en vano, estuvo vinculado a Alianza Editorial y Alfaguara, dos editoriales españolas que han incluido a numerosos escritores americanos y colaboró con Carlos Barral, otro de los grandes nombres españoles relacionados con aquel continente y comprometido con la difusión de su literatura. 

Ya hemos comentado alguna que otra vez que somos conscientes de que una editorial precisa, como cualquier otra empresa, contar con un balance de beneficios que permita vivir decentemente a sus trabajadores y colaboradores, pero también que una editorial ha de estar comprometida con la cultura de un país, de una lengua. Precisamos buenas editoriales, del tamaño que sea, pero que ofrezcan calidad, mimen a los autores y a los lectores, sepan contribuir al fortalecimiento cultural del país en el que se desarrolle su actividad. Poco nos importa el tamaño en realidad: hay editoriales pequeñas cuya labor es más que encomiable; hay grandes editoriales que en vez de libros podrían producir churros o dedales y no se notaría mucho la diferencia.

Jaime Salinas era de los editores conscientes del material con que trabajaba y la importancia que tenían los libros más allá del beneficio que podían reportar. Introdujo el hábito de incluir el nombre del traductor cuando se trataba de obras en otro idioma y reforzó el diseño de los volúmenes, lo que demuestra hasta que punto le daba importancia a todas las personas que intervenían en el proceso de producción material del libro.

Aunque era hijo del poeta Pedro Salinas, no escribía, fue ante todo un animador cultural de primer orden, alguien que forma parte de la cultura de otro modo, no en la creación, pero sí en la difusión, algo que es realmente importante y cuyo recuerdo hemos de mantener siempre muy vivo. En un momento en el que al conglomerado de empresas del sector industrial se le llama “industrias culturales” es importante tener en cuenta la aportación de hombres como él, que poseían una perspectiva netamente humanista.

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UNA TARDE CUALQUIERA

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

Íbamos a comprar caballo, íbamos casi de rodillas

como dos gorriones de extrarradio

hacia el extrarradio del mismo extrarradio,

como dos ángeles tontos a comer basura,

como dos peces secos en el interior,

cruzábamos las manos y rezábamos falsa plegaria,

íbamos en coche sin pensar en más nadie,

queríamos nuestra dosis como un pan caliente,

teníamos la sed de islas con agua en la cuchara,

dotábamos la vena de minucias y gangrena.

Estábamos al límite de sueños trasnochados,

íbamos como dos ciegos niños al pozo de Can Tunis,

presagiábamos la aurora al empezar la tarde,

nuestra tarde en una plaza con el tedio a nuestro lado,

era invierno y el cielo tenía tanto gris en su cima

que no paraban los felices en la calle ni un ratito,

lleguemos y vimos desde la autopista

a la policía montada y vimos que el patio

era una custodia en el plomo, no existía el color rosa,

decidimos rodear para entrar por puerta trasera,

andemos y andemos, nerviosos como pájaros,

yo con la mirada en las intenciones futuras,

tú indicándome el camino, nuestro camino helado,

al entrar nos vendían chutas, cundas, pipas y camelos,

 el oropel del cementerio ondeaba sibilino

como una bandera izada por todos y por nadie,

las gaviotas a lo lejos asustaban las palomas,

los escalofríos rodeaban la redada de hielo,

trastienda negra de la droga, romería y pesadilla.

Compremos el material, el culo se hizo agua,

ganas que son ganas adentro de la desgana,

al volver al coche otra vez la misma vuelta,

el atajo más largo, otra vez te diste callo,

subimos la rampa atada a un barranco de poca monta,

resbalemos por la cuesta del vicio y la barbarie,

al llegar a la vía de raíles y empedrado,

piedras sobre piedras, seudo-esguinces en los tobillos,

andar por una mala vía es desandar lo consabido,

al pasar la curva decidimos el veneno

y quitarnos la máscara rota y plena de contradicción,

yonquis, maderos y camellos, la misma rueda,

se protege tanto la vida que cuidarse es ya mentira:

vimos un tipo tumbado en mitad de la vía,

yo te dije: saquémoslo de aquí, o lo cogerá un tren.

Tú dijiste: -déjalo ahí, no te metas en marrones.

Lo saqué a rastras como pude, arrastré su pobre paz,

parecía estar el tipo ajeno a cualquier muerte.

Lo juro por los cascabeles vacíos de mi corazón.

Encontremos esquina donde poder darnos droga.

Yo temblaba, le había visto la quijada al diablo.

Era yo quien lo buscaba, pares o nones es el juego,

 flashes de los que acostumbrarse, destellos de linterna.

Era mi compañero de chuta y me dijo fríamente:

-Tranquilízate, pues algo habrá hecho,

yo ingenuamente le decía: algún ajuste de cuentas,

tú asentías mientras el mundo ya no te importaba,

estabas absorto otra vez en el útero de tu madre.

Callo que es el callo, lluvia sobre mojado.

Yo me agujereé la vena sin olvidar al tipo.

Me eché todo el pico en el descansillo.

Tú dijiste: ¡¡Te diste mala vía!!

¡¡Qué Sangría!! ¡¡Qué sacrilegio!!

(Morado vía crucis de senderos por mi piel),

un pico fuera de vía es un desperdicio, te dije yo.

Plastificadas bocanadas y monos en el rellano,

amoratados escondites, altares que son falsarios,

el futuro son espejos en los yonquis que te profanan,

Así son los precipicios, Así son estos parajes,

páramos olvidados, eran las horas del dulce exterminio.

Te los recuerdo esta tarde, por sí los olvidaste.

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El error

 

– No pudimos hacer otra cosa.

– Pero lo dejasteis tirado.

– ¿Qué otra cosa podíamos hacer? Nos sorprendió tanto lo que sucedió que no tuvimos capacidad de respuesta.

         Nadie añadió nada más. Me volví a preguntar en mi interior cómo hubiéramos podido evitarlo, aturdido aún como estaba y con no poca culpabilidad por lo sucedido, pero ¿acaso cabía la posibilidad de otra reacción, otra forma de planteárnoslo, otro modo de asumir entonces lo que estaba sucediendo y después lo que ocurrió?, nos los preguntábamos una y otra vez mientras salíamos de allí y sin necesidad de que ahora Oscar nos viniera con monsergas y nos plantara cara sin haber estado él en el banco, que ya veríamos cómo hubiera reaccionado él, me dije, porque una cosa es haberlo vivido, como nosotros, y otra muy distinta verlo desde la distancia. No era desde luego una cuestión cómoda. Quizá habría que preguntarse cómo fue que algo saliera mal cuando todo estaba, a nuestro entender, perfectamente planificado, todo preparado al dedillo sin que ningún detalle se nos escapara. Pero nunca se prepara todo a la perfección, siempre surge algo repentino, incontrolable, como en la vida misma, en un instante apenas.

– Volvédmelo a contar -La voz de Oscar sonó ruda, seca-. No os olvidéis de nada, hasta el detalle más nimio.

         Sonaba a que alguien habría de hacer una autocrítica bien pronto. Todos sabíamos cómo funcionaban esas cosas, una asamblea en algún lugar, nunca se sabía de antemano dónde, siempre se indicaba en el último momento, y luego alguien tenía que autoinculparse, fue culpa mía, no presté atención, me equivoqué.

         Claro que aquello era grave. Habíamos perdido a un compañero. Lo habíamos visto tirado en el suelo, ensangrentado.

– Pero de dónde porras salió ese fulano. -exclamó Tino.

– Era un policía. -dije yo.

– Cómo lo sabes.

– Lo supongo,  en el barrio hay muchos.

– Qué hacía en el banco.

– No lo sé.

– No debía de haber estado allí, tú lo sabes. -aquí Oscar parecía realmente entre enfurecido y decepcionado.

         No pude responder. Lo sabía, Oscar y yo lo sabíamos, él no debería de haber estado allí si es que era un policía. Pero tampoco estaba seguro. La policía está siempre en todas partes, pensé. Pero no lo dije. Claro que está en todas partes, me hubiera respondido Oscar, por eso preparamos los golpes al dedillo.

         Vaya guerrilla estábamos hechos, murmuró Oscar lo bastante alto como para que le escucháramos, el ejército de Sancho Villa. Con esto no derribamos la dictadura, pensé, no pude menos que darle la razón, ni mucho menos hacemos la revolución. Mucha teoría, muchos contactos, pero luego no vamos a ningún lado. Ni siquiera salíamos en los diarios. Ahora sí, claro, íbamos a salir, seguro, había tema, perdimos a un compañero y la prensa no tardaría en decir que no éramos operativos, no sólo éramos pocos y alejados de la población, además no sabíamos hacer nada, ni un atraco en una sucursal de barrio, hasta los choros más colgados eran capaces de proezas superiores.

         Oscar tiró el cigarrillo al suelo. Estaba realmente irritado. No le gustaba que las cosas salieran mal, pero aquello había sido además un desastre. Me miró. Noté el reproche en su mirada.

– No tienes nada que decir. -me preguntó.

         Los otros no me miraron. No entendieron el trasfondo de la pregunta. Pensaban que se estaba desahogando conmigo.

– Él no tiene la culpa. -Dijo alguien, creo que Tino.

– Ya lo sé. -replicó Oscar.

         De nuevo se hizo un silencio hosco. Me levanté. Me sentía mal y era verdad, consideré, yo debía haber tenido el asunto cerrado: me sentía culpable. Es cierto que no desde un punto de vista técnico, pero había cosas que debía haber previsto. Me puse la chaqueta y miré a Oscar.

– Marchas. -me preguntó.

– Necesito tomar el aire.

– Nos iremos pronto, nos vemos mañana.

– Vale.

         Salí a la calle. Como era costumbre, miré hacia ambos lados para asegurarme de que nadie acechaba. Esta vez, además, podían habernos localizado. Quizá no estuviera muerto, sólo herido, y a esta hora la policía le había sacado toda la información posible. Aunque Tino aseguraba que estaba muerto, absolutamente. Pero podían asociarlo a nosotros, pese a todo, yo no lo tenía tan seguro.

         Hacía frío. Decidí bajar al barrio portuario. Allí localizaría a Murgaín. Era eso lo que Oscar me estaba diciendo: localiza a tu contacto, que te diga qué porras pasó. Yo era el que lo conocía, el que hablaba con él. Los demás no sabían nada, sólo Oscar y yo. A Oscar le gustaría conocerlo, pero era peligroso, ya estaba muy fichado, resultaba arriesgado que se les viera juntos.

         Mientras caminaba por las calles estrechas del barrio portuario, pensé que todo aquello no tenía sentido, ninguno. La gente, además, no se levantaba. Qué porras pasaba en este país, pensé con desánimo. Cualquier sacrificio resultaba nulo. Llegué a la cafetería. Inmenso el local, como siempre lleno, busqué con la mirada. Lo vi en una mesa apartada, leyendo el periódico. Me acerqué.

– Qué pasó. -me preguntó sin mirarme.

– Perdimos a uno. -dije al sentarme frente a él.

– Ya lo sé, me lo dijeron en comisaría. Pero cómo ocurrió.

– Salió un tipo, creo que policía.

– No lo creo, lo hubiera sabido.

– Entonces quién era, tal vez un guardia privado.

– No, tampoco.

– No sé, sea lo que fuere estaba armado.

– Disparó contra vosotros.

– Sí, por sorpresa y le dio al Indio.

         Murgaín lanzó una palabrota. Debía de estar enfadado, nunca soltaba tacos, su lengua era siempre pulcra.

– Yo me ocupé de todo -me dijo-, no debía de haber ningún policía y no lo hubo, te lo aseguro, pero algo salió mal, ni una palabra malsonante, mucho menos un juramento sacrílego.

– Nadie te echa la culpa.

– Lo sé, pero es una debilidad, un fallo enorme.

– Supongo que la próxima vez no nos fiaremos tanto.

– Pero es una pérdida terrible.

         Pensé en el Indio, tan silencioso, tan discreto. Lamenté no haberle conocido más. Murgaín me miró apenado.

– Estas cosas ocurren.

– Lo sé. Es la vida.

– La próxima vez saldrá bien.

         Miré por la ventana. Estaba anocheciendo.

Juan A. Herrero Díez

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SELECCIÓN DE RELATOS BREVES

POR MAXIMILIANO SPREAF

 

Solemnes

 

Los viejos que estaban pateando al pibe habían bajado

sonoramente por las escaleras.

Tenían palos, escobas, hasta había uno con un pequeño cuchillo

en su mano derecha.

Eran tres, pequeños, una mujer y dos hombres.

La mujer tenía un porro de marihuana en sus labios, ardiendo.

Tendría unos setenta años, ropa de turista y borceguíes azul

Francia. Era la más violenta, no paraba de sacudir su escoba sobre

la espalda del niño que se retorcía en el piso.

Uno de los hombres tenía un vestido negro, de esos de fiesta

familiar de sábado por la tarde, y una vincha en su pelo gris que

lucia como un trapo de piso que hacia años estaba tirado sobre su

cabeza. Era el del cuchillito, con el escindía la frente del joven

con inscripciones tales como “truhán” y “veneno”. El que

quedaba miraba toda la escena y se babeaba, era el mas anciano,

parecía eterno, un Matusalén suburbano, enloquecido y vil.

Relojeaba por entre unos gruesos lentes la situación y parecía

calentar motores para dar el golpe de gracia con un madero

redondo y negro que tenia entre sus añejas manos. La vereda de

esa calle era un infierno bello, dantesco a más no poder y elevado

a los cielos de la ultraviolencia senil. El pibito no paraba de

recibir golpes, se tomaba la cabeza, la espalda y las piernas, todo

en una veloz y repetitiva acción. Gritaba. Escupía sangre. Lloraba.

Tenia una camisa verde agua que se estaba convirtiendo de a poco

en un harapo grisáceo, entre la mugre de la vereda y su sangre.

La vieja del porro ardiente se estaba quedando sin escoba ya, se

deshacía en sus manos, convirtiéndose en astillas que quedaban

en el piso y el cuerpo del pobre niño. De pronto el mas anciano, el

que se babeaba, que ya se había orinado encima también, pego un

grito tremendo, como un relámpago: “Basta ya!!! Salgan!!!

……..Que ahora es solo mío !!!!!”

Su voz era nueva, jovial, fuertísima, hacia dudar de la realidad

horrible que mostraba.

Elevo el madero redondo por sobre su cabeza, se arrodillo junto al

joven, que aun era golpeado ya débilmente por la vieja de los

borceguíes azul Francia y con un golpe certero, seco y

endiablado, le partió la cabeza al pequeño. Se escucho un ruido

como de un pomelo estrellado contra una pared, y un

pequeñísimo quejido de muerte. El ancianisimo se levanto a duras

penas, contemplando la masacre, sudado, meado y aturdido. Sin

decir una palabra, los tres viejos subieron las escaleras,

ayudándose entre ellos, a duras penas, con una sonrisa radiante en

sus caras. El viejo del cuchillito dijo: “Solemne será tu madre,

pendejo desubicado…….” Y escupió el piso mientras se

acomodaba el vestido. 

 

***

 

Enamorado

 

Entre todos llevaron el pedazo de madera adentro de la casa y lo

pusieron en el piso del comedor. Los hermanos lo miraban ahora

con curiosidad. El viejo les había dicho que se los regalaba solo si

lo iban a cuidar bien, porque dentro del leño vivían las mariposas

que el había rescatado de su estomago cuando era joven y estaba

enamorado. Ellos accedieron y se quedaron con el madero. El

viejo pronto se fue, rápido, dando saltitos y riendo despacio.

Ahora querían ver las dichosas mariposas. Pero el pedazo de

tronco era un solo bloque macizo. Era imposible que algo

sobreviviera ahí dentro. Lo observaron unos minutos y se dieron

cuenta que el viejo los había engañado. Nunca pudo sacar las

mariposas de su panza y meterlas ahí dentro. Lo que si pudo hacer

fue dejar de sentir, y crear un misterio envuelto para regalo en un

pedazo de madera. Nunca iban a saber si alguna vez en verdad

estuvo enamorado.

***

El Perro

 

Se levanto temprano porque le pedían a gritos que abra la puerta.

Alguien golpeaba y gritaba en su puerta esa mañana.

No entendía, estaba aturdida de sueño todavía, con la resaca de la

noche anterior. Tanteo con su mano derecha el celular, que se

había convertido hacia unos años ya en su reloj despertador, eran

las siete y media de la mañana. Generalmente a esa hora ella era

nadie. No existía.

Habían pasado meses desde el día que se quedo sin trabajo.

Mirando el celular, y escuchando los golpes y los gritos,

recordaba la caminata de regreso a su casa en la mañana que la

despidieron diciéndole que había finalizado su contrato con la

empresa. Se lo venia venir, hacia unas semanas varias de sus

compañeras de trabajo le decían que estaban cerca de los tres

meses de contrato y que en cualquier momento quedaban

afuera.,sin posibilidades de seguir trabajando ya que la empresa

tenia planes de reducir personal porque las cosas no andaban del

todo bien.

Los gritos y los golpes seguían. Era una mujer la del otro lado de

la puerta. Se la notaba desesperada, no paraba de dar fortísimos

golpes en la chapa de la puerta, como si quisiera derribarla. Ella

no alcanzaba a distinguir si era una voz conocida, ni siquiera

podía distinguir lo que gritaba. Trato de levantarse, busco con los

ojos casi cerrados algo de ropa. No veía nada. Los golpes se

hacían cada vez más violentos. Se sumaron varias voces.

Hombres y mujeres que gritaban con desesperación. Logro

entender que lo que decían era su nombre. Martina. Pero nada

mas, las demás palabras se morían en el intento de ser descifradas

por su cerebro, que en ese momento solo atinaba a poner en

funcionamiento débilmente sus piernas. Intentaba abrir más los

ojos, en esa intentona alcanzo a distinguir un resplandor que lo

atribuyo rápidamente a la ventana que tenia al lado casi de su

cama y por la que se metía a diario el sol y el ruido de los pibes

que jugaban en la calle, como era costumbre en su barrio.

Se recostó de nuevo, viendo que no había reacción en su cuerpo

para hacer nada.

Empezó a divagar, a recordar el barrio de cuando era una nena.

Todo había cambiado ahora. Desde la arquitectura hasta la misma

gente del barrio. La gente era distinta. Cuando era una niña había

jugado mucho en una especie de bosque de eucaliptos que había a

unas cuadras de su casa. Era todo un misterio entrar ahí y

descubrir las cosas que pasaban. Se acordaba de haber escuchado

las historias más escabrosas y más inverosímiles que

supuestamente habían pasado allí.

Desde hombres lobos, hasta suicidas frustrados que se colgaban

de los añosos árboles, haciendo una muy mala elección para

terminar con su vida. Porque es sabido que las ramas de los

eucaliptos son de las que más fácil se quiebran cuando el árbol ya

tiene varios años, y era así que en su intento lo único que lograban

era partirse en dos una pierna o la cadera.

Recordó que una vez caminando por los senderos que la misma

gente de tanto pasar una y otra vez habían dibujado entre los

árboles, encontró, no ya un suicida tratando de acabar con su

sufrimiento, sino un perro de gran tamaño, un doberman, atado

por el cuello con un grueso alambre y oscilando de un lado al otro

colgado de una gruesa rama. Se quedo paralizada de miedo ante la

escena. El perro aun estaba vivo y agonizaba lentamente. Se

pregunto quien le había hecho eso, y automáticamente le vino a la

cabeza la imagen de Vilma, su vecina, que odiaba a los perros y

mas de una vez la había escuchado decir que habría que matarlos

a todos o llamar de una buena vez a la perrera para que viniera

con sus lazos a llevárselos del barrio. Se quedo mirando el perro

colgado, aterrada. Sabía que no podía hacer nada. No tenia el

valor siquiera de acercarse un poco mas al animal. Hasta tenía

miedo de que al tratar de liberarlo o con solo acercarse, el perro se

soltara de golpe y la atacara. Comenzó a correr, alejándose

velozmente de ahí, mientras las lágrimas se agolpaban en sus

ojos.

Los golpes en la puerta se trasladaron también a la ventana.

Estallo el vidrio y la saco de sus recuerdos.

La casa se quemaba. Como su niñez.

***

Lunes

 

Nublado, aburrido, malpensado día el de hoy. No va a haber sol

que saque a relucir las carnes grises de los viejos y los psicópatas.

El se canso de su propia culpa y colgó una soga al amparo de su

inconciencia.

Ella no quiere que la lastimen más diciéndole narigona de mierda.

El despisto en una relación demasiado fuerte para su destino de

cartonero.

Ella ve que acostarse con su padre no fue la solución a ninguno de

sus problemas.

El se acuerda de la nena que dejo caer al vacío.

Ella se arranco la cabeza una noche y mato de veintidós puñaladas

su dignidad.

El corre sin mirar a los costados.

Ella se tropezó con su propio abrazo y se lo llevo de parranda.

El no la quiere ni cruzar porque no sabría que decirle.

Somos todos.

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER*

*Próxima entrevista en Nevando en la Guinea

 

DESDE  LA  MÁGICA  UNIDAD  DE  MI  VIDA

Desde la mágica unidad de mi vida

rebosante de la fragilidad que le es propia

me aglutino e intento conocer el sentido

de mi efímera existencia,

la que he preñado de principios y objetivos

para intentar no deberme nada

cuando la gran hacedora de la naturaleza

me reclame para ejecutar su causa

dar fin a todo lo nacido,

pero mientras esa inevitable cita no me alcance

sigo construyendo el camino de mi destino

drenándolo con amor, afirmándolo con razones

y despejando su libertad de salteadores,

en esa tarea estoy, que esa capaz de lograrlo

se sabrá en el menos esperado de los momentos,

ahora sigo abierto al camino del conocimiento

y al de la vida con todos mis mejores afectos.

***

 

VENTEAR  DESDE  LA  PRIVILEGIADA  POSICIÓN

 

Ventear desde la privilegiada posición

que su sensibilidad le otorga

y observar con cuidado detalle

los acontecimientos que en el mundo se desarrollan,

para lanzarse sobre ellos

y destriparlos hasta diseccionar todos sus miembros

es la misión del auténtico poeta

debe ser perro de su tiempo.

***

 

VIVIR  EN  MARES  DE  ZOZOBRA

 

Vivir en mares de zozobra,

tormentas y tribulaciones

no es el único destino

que lleva a los hombres

al puerto de la creatividad

ni siquiera es única la senda

de la azarosa y dulce ventura,

pues el talento, la sensibilidad y la emoción

al margen de los caminos que oyen los humanos

debe ser intensamente canalizado

para bucear en las inquietudes del alma humana,

en esa búsqueda llena de dedicación y esfuerzo

debe lograrse la satisfacción en el hallazgo,

ser poeta es ser notario de las emociones de su tiempo,

enfrentándose a la vida

empapándose y absorbiendo el elixir

de la creatividad poética.

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DESDE SAN MARTÍN DE LOS ANDES

PATAGONIA (ARGENTINA)

ANA MARÍA MANCEDA

 

LA DUEÑA DEL MUNDO

 

Es irónico, al menos risueño, ir en un bus hacia el trabajo

una mañana de primavera y sentirse la dueña del mundo

porque sí, porque los ojos inmensos brillan , el cerebro bulle de proyectos y las hormonas esclavizan el cuerpo.

Soy la dueña del mundo.  Vivo al límite, por eso he llorado y he escrito un poema esta mañana, tan solo esta mañana por la guerra de Viet-Nam.

 El otro día, la semana pasada fue por lo de la FAO.¡ Hay hambre en el mundo! Mientras la lluvia cae insobornable sobre la historia, arrasando las espigas y las esperanzas. La sequía acecha, el desierto acecha. Y los pájaros  cantan sobre la tierra.

Soy la dueña del mundo, no me alcanza el tiempo, aún a los dueños del mundo no les alcanza el tiempo.

Por la tarde, mientras el sol se cuelga e insiste empujando los vitrales del subsuelo , ayudado por los aromas de las flores del bosque que abraza  a la Facultad, me sorprende extasiada mirando por el microscopio ; una célula vegetal o la espora de un hongo o el perfecto cristal de una roca.

 Yo extasiada, y no me alcanza el tiempo.

Por la noche el azar me lleva , el tiempo tampoco alcanza

las estrellas se alejan, mis manos, mi cuerpo no pueden seguirlas

quizás mi cerebro. sí mi cerebro, sí mi cerebro.

Amanece. La dueña del mundo comienza su ebullición.

Ocurren tantas cosas en el planeta y la familia sigue la estúpida, nociva

tarea de autodestruirse, mientras ocurren tantas cosas en el planeta.

La lluvia cae y el desierto acecha. Los pájaros siempre cantan.

Olores, jazmines, río , noche húmeda. sabores, panchos, pizzas, asados.

Crepúsculo y cerveza. Amores. Libros, libros, libros. Música, amigos,

se juega a ser hippie, bellos, comprometidos. Recitamos poemas en francés.

Es irónico, al menos risueño ir en un bus y sentirse, porque sí,

la dueña del mundo. Hace mucho, mucho tiempo. Ahora es más irónico aún.

Amanece,  caen copos de nieve en mi jardín

 en la cama, un cuaderno,  una lapicera y mi cerebro

sí , mi cerebro ¡ Flasch! Y soy la dueña del mundo.******

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SELECCIÓN DE POEMAS (2011)

POR PABLO VOLUMEN

 

El de Alabama 

Lo teníamos preparado,
lo habíamos ensayado
no sé cuántas veces.

Era tan fácil como tocar
esa canción de los Simon y Garfunkel,
como quedarte en la cama por la mañana,
como decirle que sí a la rubia,
como decirle que sí a la morena,
como decir que sí
al trago que te ofrece tu colega.

Era tan fácil
como no decir nada,
como decir
que nos lo había enseñado
el de Alabama.

***

Ya sabes… 

tenía lo poco
de los que se quedan
hasta las tantas,
que eran demasiados.

tenía el sonido
de las paredes
que atraviesan voces,
cuadros caídos.

tenía la pregunta
que me gustaba
cuando se mesaba el pelo,
cuando se cruzaba
en viajes cortos.

tenía algunas palabras,
no sé cuántos años
y muchos escritos.

Ella tenía algo,
y yo,
algo que decir.

***

El círculo 

Annabel Lee se levantaba sin rechistar
e iba directa al centro de la ciudad
para celebrar la meada matinal
en el agujero vertical de la Luna.

Después se frotaba los ojos
con sus manos de cuarzo
para rayar la piedra de esos párpados
que sufren sobrepeso.

La flor de lis nos llamaba la atención
aunque no éramos Boy Scouts,
y el reloj de la torre pasaba las horas
cerca de la puerta de la Cámara Municipal.

La bandera de la unión se enarbolaba,
se mecía en lo alto de la torre,
ondeaba sus cruces.

El oxígeno se sentía fatigado
y se apoyaba en la barandilla
para bajar las escaleras,
acercándose al círculo,
donde una multitud de críos
hacía un corro con la manos sueltas.

Disfrutaban de la fuente sin memoria,
riendo, persiguiéndose,
mojándose el uno al otro,
echando agua a las palomas.

Los padres hacían la tangente,
con la toalla preparada,
orgullosos de sus hijos.

Los que iban a la par
eran independientes,
eran individuos,
iban a su bola,
estaban en otro plano,
mintiéndose al oído,
tapándose la boca.

Cerca de mí
una familia Pakistaní
en la base de un banco,
comiendo helado,
helados,
pensando sólo en el helado,
empezando a la vez,
terminando a la vez,
totalmente sincronizados.

Los indigentes me miraban,
paseaban a mi lado,
tosiendo para disimular,
ofreciéndome limosna.

Pero el lápiz no escribía,
se lo gastaba todo en bebida,
lejos,
muy cerca del círculo,
bebiendo vino,
tomando nota.

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MARÍA ISABEL BUGNON

(ESCRITOS)

 

Palabras

 

El amanecer  se llena,

De colores y sonidos.

Tus palabras me hechizan,

a través de tu música.

Tus pensamientos  de poeta  tienen,

la magia de hacer pensar,

me invitan a soñar.

Solo me tengo que animar a volar,

subida en un murmullo de palabras,

palabras que forman rondas,

enredan a mi corazón,

lo hacen sentir

reír, soñar, amar,

palabras transformadas,

en poesías.

***

SUEÑOS DE AMOR

(MICRORELATO)

Los pensamientos hilvanan sueños, su corazón henchido de felicidad añorando el

momento de desplegar sus alas ,emprender su vuelo hacia la libertad total, empezar

una nueva vida, soñar con un amanecer rojizo, noches tranquilas  en las cuales, el toro

del Paraná sale a buscar su sustento diario.

Allí  en las riberas  construirá su morada .

En el taller, mientras modela cada pieza de madera, lo acompañara  un mate ,

amigo fiel que sabe de sus alegrías ,tristezas , penas del corazón .

El susurro del río que se duerme recostado en las barrancas,

el vuelo de las  garzas dejara una estela, en el infinito azul.

La flor del Irupé, danzara en el espejo de cristal deslizándose  suavemente, el lapacho

en flor tendera una alfombra  blanca ,sobre ella depositara  su cuerpo,  se entregara

al descanso  después de una larga jornada.

Cerraras los ojos, vendrá a tu mente la figura esbelta ,vestida con una túnica blanca,

Iluminada  por la suave  luz de las estrellas, en su pelo  lleva  una bincha   de flores de

Ceibo, en la cintura un cinto de caracoles.

Sus pies descalzos ,se hunden en la arena, que los acaricia suavemente ,la brisa juega

Con sus cabellos ,los rayos de luz de la luna ,besan  dulcemente su piel, se acerca hasta

su lecho, siente  el aroma de su piel, la alza  en sus brazos ,depositándola  suavemente

sobre la alfombra de flores del lapacho blanco.

Allí muy despacito  bebe el néctar de sus labios ,aspira el perfume de su cuerpo,

Sus  dedos se  deleitan en cada pliegue,  acariciándolo  como si

Tensara las cuerdas de su guitarra, sus gemidos  son melodías hecha zamba  que se

Pierden en la noche estrellada.

Sus cuerpos unidos, acunados  por el murmullo  del río Paraná que corre mansamente,

Llevándose el  perfume de una noche  de sueño y amor.

Ganador a la excelencia del poeta, en el concurso del poeta virtual en la pagina, poetas iberoamericanos.

***

QUISPE Y UKARA

Se despertó muy temprano ,se sentó en la cama ,cepillo su larga cabellera color azabache, tomo su desaville rosa ,cubrió su cuerpo desnudo, se acercó a la ventana ,abrió lentamente  sus postigos para dejar pasar la claridad de tan bella mañana , observo su jardín un poco opacado por   el frío del invierno, saludo a sus plantas

Con un ¡buenos días hermosas! como lo hacia todas las mañanas .

Se sentía rara , como que ese día seria especial, que marcaría a fuego su vida, uña nueva etapa estaba por empezar para ella .

Prendió su ordenador ,mientras se hacia un café, cuando entro a su correo personal ,algo le llamo la atención , en You Tube un tema de los nocheros ,”cae una lagrima” su grupo musical folklórico que mas le gustaba por el romanticismo de sus canciones.

Se lo mandaba  alguien  que no tenia nombre ,algo un poco misterioso,  le siguió  el juego ,pero  ella sentía  que en su estomago danzaban mariposas, debajo de su desavillé rosa, su piel se erizaba , transpiraba ,cuando al abrir su ordenador  y encontrarlo allí en un murmullo de palabras llenas de ternura y erotismo.

Una mañana al entrar grande fue su sorpresa  al no encontrar ningún mensaje ,pero si allí estaba el, ese hombre misterioso que le llenaba el alma  de poemas ,su corazón se abalanzaba  dentro de su pecho.

El le dijo buenos días ,¿Cómo estas? ella respondió ,bien .¿quien eres? El le dijo, un admirador ,te sigo desde hace mucho tiempo ,por casualidad logre averiguar tu correo y acá estoy  tratando de entablar una bella amistad  con una mujer como tu ,inteligente ,educada simpática  y muy interesante.

A ella no le pareció mal ,llegaban las seis de la mañana y  estaba allí esperándolo, se fue convirtiendo en la cita diaria , era como  un brebaje ,que tenia que tomar para estar todo el día feliz.

Pasaba el tiempo  y empezaban a conocerse  cada día mas ,ella quería saber como se llamaba ,el le dijo ,¿Por qué no me pones tu un nombre? ella acepto con gran alegría y lo bautizo  QUISPE  (brillo, esplendor, espíritu solidario)le causo gracia ,pero lo acepto  con cariño, también el quería saber su nombre ,le contesto lo mismo ,puedes ponerme el que mas te guste y así  nació UKARA (rocío de la mañana)porque el la imaginaba  como si fuera una reina, frágil, transparente, una cabellera  azabache, larga cayendo  sobre los hombros  como una cascada  ,deslizándose  hasta la cintura, una túnica blanca  larga ,con los pies descalzos  caminando sobre las barrancas del Paraná.

Ukara fue tejiendo esa hermosa historia de amor  sobre ese ser misterioso ,el cual ella  le llamaba QUISPE.

Cuando hablaba con Quispe ,el la colmada de palabras dulces de momentos simples,

Pero inolvidables.

Un día UKARA  le declaro su amor  a ese ser especial , a su QUISPE, grande fue su sorpresa  cuando QUISPE le dijo  que solo la quería como una amiga ,que ella era especial  para  el,  pero no la amaba ,no quería verla sufrir .

Por días  y noches UKARA, deambulo  por la  orilla  del río, sus aguas cristalinas le devolvían una imagen triste ,abatida  por el sufrimiento.

Una mañana encontró en su ordenador  una carta de QUISPE que le decía que se iba de viaje  a disfrutar de unas merecidas vacaciones, UKARA  sintió que su corazón  se rompía en pedazos , las astillas  de ese amor  se desintegraban en el espacio, sus ojos no podían evitar  que las lagrimas  brotaran a mares ,se deslizaran y bañaran ese rostro angelical.

Se sentía tan desganada ,su alma  oscura y fría ,no encontraba sentido a su vida ,la soledad le robaba la cordura, cuando  mas sola  su alma estaba ,mas débil la razón.

Imaginaba  el mar ,sus olas elevarse ,envolver ese barco de sueños  que esperaba  con tantas ansias ,el sol se va escondiendo  muy despacito  sobre un horizonte rojizo, el  cielo oscureciendo  lentamente ,la noche empieza a deslizar  su manto oscuro  sobre la tierra, la oscuridad parecía cubrir su mente  en tristeza, soledad, desazón, dolor ,angustia.

QUISPE se había marchado  con una despedida  fría ,inclusive le decía que no sabia si regresaría  porque no quería que UKARA sufriera.

UKARA lo esperaba día y noche  en su ordenador ,era la única  cosa que acortaba  esa distancia  que la separaba de ese amor  no correspondido.

UKARA  paseaba su tristeza ,por las noches  caminaba  por las barrancas del Paraná  imaginando amaneceres junto  a  QUISPE,  pensándolo ,preguntándose  en donde estaría ,si pensaría el ella ,si otra mujer calentaría su cama, besaría sus labios ,bebería el sudor de su cuerpo ,dibujaría   ese cuerpo moreno con sus dedos .

QUISPE volvió de su viaje ,la busco para contarle  lo que había  disfrutado  de sus vacaciones ,pero no la encontró allí, UKARA  ya no entraba a su ordenador , no revisaba sus correos, porque sabia que el ya no le escribía

Ese amor a la distancia  le robaba el sueño por la noches, la llenaba de alegría con solo pensarlo ,imaginaba que quizás algún día  lograrían conocerse  y  QUISPE llegar a amarla .

En el  invierno Argentino el llegaba  a  visitar a sus familiares ,le había prometido a UKARA  que la llamaría por teléfono  ,concertarían una cita ,buscarían un lugar paradisíaco y cenarían a la luz de las velas ,UKARA lo amaba tanto que creía en todo lo que QUISPE le decía ,espero esa llamada ,todo fue en vano ,el llego visito su familia ,sus amores que tenia a montones ,mujeres que el ilusionaba con sus palabras hermosas.

UKARA, era tan grande el amor que sentía por QUISPE  que no se daba cuenta  que el jugaba con sus sentimientos  sinceros ,puros,  verdaderos.

QUISPE regreso a su país  sin avisarle  nada ,desde allí  le escribió un mensaje  diciéndole  que no había tenido tiempo de llamarla ,que volvería en primavera y se encontrarían, que lo espere, pero UKARA  sentía que la vida  se le iba, que no tenia sentido seguir esperándolo.

Empezó a decaer ,de su rostro  se fue borrando  esa hermosa sonrisa  que tenia ,de sus ojos  negros el brillo de felicidad  se fue opacando  por la tristeza, su corazón ya no quería seguir  mas.

QUISPE le había dejado  una herida  que sangraba  día y noche  debilitando su alma , inmersa en esa soledad  que sentía  la encontró la parka ,dormida en las barrancas del río Paraná.

El cielo recibió un ángel ,esa reina que murió de  amor por  QUISPE, ese hombre  que no supo  o no pudo amarla  como ella lo amaba .

KAMALI

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR CRISTIAN CLAUDIO CASADEY JARAI

Pensamientos

 

Piensas en palabras vacías

Que de alguna manera

Intentan llenar tus pensamientos

Pero no lo consiguen

Siempre siguen vacías

No hay nada

No hay nada

Solo frustración

Frustración e impotencia

Impotencia y frustración

Pues es la cruel realidad

Y no se puede escapar de ella.

***

Vendedores de mentiras

Vendedores de promesas

Que ninguna se respetará

Que ninguna se cumplirá

Más palabras vacías

Más frases sin sentido

Solo armonía

Desprovista de centros tonales

Solo ritmo

Sin pulso firme

Solo melodías

Puramente atonales.

***

Mi perro es fascista

Se despierta y entona Faccetta Nera

Se pone su camisa negra

Y sueña con conquistar Abisinia

Mi perro es fascista

Se acuesta y canta Giovinezza

Acomoda su fascio

Y sueña con revivir el Imperio Romano

Mi perro es fascista

Ante los problemas silba Me ne fregó

Organiza su corporación

Y lee a Evola…

Es un perro extraño…

***

Escucho por Internet la radio

Radio 10

Y el negro Oro sigue haciendo apología del pornoperonismo

Él mismo es un pornoperonista

Peronismo prostituido

Desnudo de ideología

Vendido al dinero

Pornoperonismo

Cuyo máximo exponente

Es una gran meretriz

Que lleva el destino de la nación

Hacia el Apocalipsis.

***

Cualquier juez sucio

Corrupto e infame

Puede llegar alto

Muy alto

Pues con dinero todo se puede

Sin dinero solo hay cárcel

Y censura

Y silencio

Nada peor que un abogado

Nada peor que un notario

Inmundicias que corroen al mundo

Con sus excrementos filosóficos

Con su ambición desmedida

Con su amoralidad soberana.

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CÁBALAS Y OCULTACIONES

 

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

CONCLUSIÓN

 

A mi padre.

 

La tranquilidad de la vida es fragmentada,

la ilusión de la vida es un breve momento,

un breve momento es la soledad buscada

y la soledad hallada es un largo fragmento,

la verdad buscada es hallazgo y descontento,

descontento y fragmento es la dicha hallada,

la reencontrada se guarda en el sentimiento,

la felicidad y la libertad son cima igualada,

caducidad fechada en continuo detrimento,

la muerte es la última compañera asegurada,

es lo único perpetuo entre tanto fragmento.

***

LA BICICLETA

 

Veo a mi bicicleta gastada

como se la come el tiempo,

allí en su rincón sin usarse,

el tiempo se la traga

y yo la miro y me canso

de mirarla quieta y polvorienta,

parece un hombre olvidado,

olvidado por la vida. 

***

SOPA DE LETRAS

 

Si ser normal es ser mediocre

Si ser mediocre no es normal

Si ser subnormal es ser mediocre

Si llamamos al mediocre anormal

Si ser anormal ahora es óbice

Si hacer óbice es mediocridad

Si ser mediocre también es óbice

Hacemos óbice por la superioridad

Si la superioridad no es óbice

¿¿La supremacía no es divinidad??

¿¿Lo divino es mera deidad??

¿¿Nombrar Verdad??¿¿Hombre o ProNombre??

¿¿Qué es lo normal?? ¿¿Cuál es el nombre??

-Hombre Banal-

Si ser banal es ser mediocre

¿¿¿También es óbice la banalidad???

Si la banalidad es vana mediocridad

¿¿Es vano el hombre y su vanidad??

La vanidad resume al hombre

Lo peculiar omite el nombre

Y hace óbice en la peculiaridad

Yo me conformo con ser peculiar

Si tienes la peculiaridad de ser mediocre

Yo quiero ser mediocridad

Si la mediocridad es también óbice

¿¿¿Por qué no puedo ser normal???

Ser sin nombrar, Ser sin nombre

Ser un hombre, Ser sin más

***

EL HOMBRE MECÁNICO

 

La noche del primer Sábado de Mayo,

A las 23.16 -¿cómo es posible?-

Aparecerás entre humo y mediana luz,

Aparecerás como el polvo azul en un ladrillo,

Como una aurora que presume de inalcanzable,

Como el esperma de una ballena penetrada.

Aparecerás transeúnte y silencioso,

Meridional y transitorio,

Circunstancial e insultante.

Querrás acaparar toda nuestra atención.

Nos enseñarás a ver lo que no queremos ver.

Conseguirás aburrirnos como siempre.

Verás nacer una estrella entre adalides

de bohemia, plagados ellos de vacuidad,

Creerás pertenecer a no sé qué causa

ejemplar y alucinante, temporal e improvisada,

con no sé qué éticas harás honores cegados

entre no sé qué destino abanderado,

de no sé qué moral creerás tener la norma

domesticada bajo tu compañía edulcorada,

pero serás el mismo hombre pelmazo,

el mismo plasta de todos mis Sábados nocturnos,

aquel que sin conocer el trayecto

lo sigue con suma perfección,

aquel que se deja llevar por la mística

del hay que probarlo todo,

aquel hombre mecánico

que vino por estos lugares hace doce años

y lo echemos a la calle a patadas

y se fue tan inercialmente como antes vino. 

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7º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

7º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

7º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºLI* de la 2ª Etapa/01-01-2011

 

EDITORIAL LI

Propiedad intelectual

 

Este último mes de diciembre se discutió en el Parlamento Español una Propuesta de Ley presentada por el Grupo Socialista que intentaba perseguir la denominada piratería informática y que afecta sobre todo al cine y a la música. La propuesta no salió adelante al no contar el PSOE con mayoría suficiente para aprobarla y votar todo el resto de grupos parlamentarios en contra.

Una parte, la partidaria de la propuesta, afirma defender al sector de la creación, nos dice que los creadores no podrían vivir de su obra si no hay un mecanismo que les permita el cobro de sus derechos de autor, y de paso sirve para proteger una industria compuesta por productoras, editoras de música, editoriales, distribuidoras o tiendas, con miles de puestos de trabajo, y que se verían todos afectadas por la impunidad que se da, dícese, en internet. En la otra parte, la opuesta a la Proposición, confluye un sinfín de posturas, algunas de las cuales claman por la libertad de creación y distribución, se oponen a la mercantilización de la cultura y optan por nuevos formatos.

Como en la vida misma, en medio hay toda una gama de colores que indican que las cosas no son ni blancas ni negras. Partimos de un hecho: en España, al igual que en Europa y el resto del mundo, rige un modelo económico capitalista en el que todo se vende y se compra. Nos puede gustar poco este modelo, que nos gusta poco, pero hay que ser conscientes de ello a la hora de tomar una postura a corto y medio plazo sobre derechos a unos ingresos adecuados por el trabajo, en este caso trabajo intelectual, mientras no se ponga sobre la mesa la posibilidad de desarrollar otro modelo económico, que nada nos gustaría más. Además, el capitalismo salvaje de los últimos veinte años lo ha mercantilizado todo de un modo brutal y la cultura no ha escapado a este fenómeno. Dicho esto, hay que matizar mucho las posiciones.

Es justo que los creadores -escritores, músicos, cineastas- puedan vivir de su obra. Detrás de cada libro, de cada disco de músico o de cada película hay mucho trabajo, no sólo de los autores, que han puesto horas de su vida para sacar su obra, sino de editores, técnicos, traductores, distribuidores, etc. Pero muchos nos tememos que los mecanismos creados para defender pretendidamente a los autores no les defienden tanto, los cuales muchas veces apenas se llevan estos una parte mínima del pastel mientras que vemos como algunas sociedades persiguen aquí y acullá cualquier ámbito donde se da a conocer una obra del tipo que sea. Hemos oído en los medios de comunicación como la SGAE ha llegado a pedir una tasa por emitir canciones en bodas o en peluquerías, mientras que se ha planteado cobrar un euro por el préstamo de libros en las bibliotecas públicas. Además, quienes conocemos, como es nuestro caso, el mundo editorial, menos afectado por la “piratería”, sabemos hasta que punto se impone una absoluta precariedad laboral a sus trabajadores, todos tenemos en mente algunas grandes empresas del sector cuyo comportamiento hacia los trabajadores o, según ellos denominan, los colaboradores rozan la precariedad más absoluta, lo que nos lleva a sorprendernos que clamen ahora por los puestos de trabajo. Sospechamos que otras grandes empresas de los sectores culturales no les van mucho a la zaga. Que esto es otro asunto, puede ser, pero se está utilizando el trabajo como argumento en el debate.

Y qué duda cabe que el debate viene planteado por la aparición de Internet, que es una herramienta tecnológica que ha modificado por completo el mundo la difusión de ideas y de obras culturales y para la cual las reglamentaciones habidas hasta el momento sirven poco. Es verdad que la red permite que nos bajemos mucha música y no pocas películas, además de acceder a obras literarias, escapando al pago por dichas obras y por tanto dejando a los autores sin un medio de vida, pero también lo es, hay quien lo plantea entre los mismos creadores, que quien te conoce a través de youtube, por ejemplo, te acaba comprando el disco del mismo modo que muchos nos hemos interesado por un músico al escucharlo en la peluquería y le hemos acabado comprando el cd.

Mucho nos tememos que lo que se va a dar en los próximos años es una mercantilización absoluta de Internet y las leyes de este tipo pueden buscar más la faceta mercantil que la cultural. Más allá del debate sobre la denominada propuesta de Ley en España y lo que cada cual pueda defender, nosotros no tenemos ahora mismo una postura respecto a la ley en cuestión, es evidente que la expansión de internet pone en jaque algunos aspectos sustanciales del capitalismo y sus reglas mercantilistas, es un ámbito donde impera grandes ámbitos de libertad de difusión, lo ha sido para el ámbito de la cultura, y además hemos de tener muy claro `por último, para no llevarnos a engaño, que la libertad que defiende el capitalismo es la del mercado, no lo olvidemos, esto es, la libertad de ganar dinero con cualquier producto.

Sabemos que el asunto es más complicado, que aquí sólo hemos dado una pincelada del tema, pero creemos que el debate está empañado por demasiados factores y no todo es tan evidente como nos pretenden hacer creer. 

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PERSONALIDAD MÚLTIPLE

(mal de uno solo, consuelo de nadies)

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

Ayer te vi en la máscara de otro hombre,

Eras tú Cecilio, lo sé por la sonrisa,

Eras como alegría que al suspiro olvida,

Eras luz errante que centellea fugaz,

Los peces han recordado al anzuelo,

Ser poliedro también es monotonía,

Escozor del párpado abierto siempre;

Una mañana blanca nos encuentra

Tras la noche de cansancios y de poses,

Eres la oportunidad de ser quien eras,

Olvídate de lo vivido y ponte a soñar:

Sueña por ejemplo que no piensas,

Piensa por ejemplo que no sueñas,

Vive de todo lo que puedas tú gozar,

Ampárate en las reglas que no conoces,

Ansía la vida sin darle importancia,

Dale importancia al nuevo origen,

Calma tu consuelo entre tanto olvido,

No profundices la idea en tu interior,

Dale cuerda al reloj del autoengaño,

Posibilita la confirmación entre sosiego,

Explota tu yo interior, vente al amor,

La palabra tiene sinónimos entorno a ti,

El antónimo te busca el pensamiento,

Libérate de los altos vuelos desde el suelo,

Persigue lo logrado, aduéñate de nada,

Nadie quiere la verdad profunda.

Solamente la quiere quien no la conoce.

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Día de Invierno

Lo primero que siempre hago al levantarme es mirar por la ventana. Me despierto temprano y todavía es de noche, aunque por el este se asoma ya una pizca de claridad apenas perceptible que vaticina el incipiente amanecer. A veces, a esta hora, puedes entrever cómo será el día, si nublado o claro, si frío o algo caldeado, con ese calor de invierno que se impone poco a poco en nuestra región a medida que pasan las horas y el sol alcanza su cenit al mediodía. Hoy hay niebla. La habrá durante mucho tiempo, una niebla espesa a través de la cual apenas ves los árboles de enfrente, que se esbozan con perfil impreciso bajo la luz anaranjada de las farolas cercanas. Me relaja la niebla. El paraíso, si existe, lo imagino como un lugar con una tensa e inalterable niebla y me veo andando por senderos envueltos por una apaciguante  semipenumbra.

         Me levanto siempre muy temprano y eso me permite no sólo asistir a una especie de inicio del mundo, como una breve representación ritual del Génesis bíblico, reducido los siete días a unos pocos minutos, sino también, cuestión más práctica, puedo prepararme con mucha calma, sin necesidad de darme prisa. Después de ese instante litúrgico ante el mundo, ahí fuera, me ducho, me arreglo y preparo un desayuno abundante. Mis jornadas son largas y nunca vuelvo antes de media tarde. Hace tiempo, cuando fumaba, encendía un cigarrillo al servirme el café y me pasaba quince minutos quieto, en absoluto silencio, contemplando las paredes blancas de mi cocina, sin pensar en nada, la mente en blanco. Ahora que no fumo alargo el café hasta que se va quedando frío poco a poco y con frecuencia me entra un ligero sentimiento de tristeza, no sé muy bien por qué. He visto esas paredes blancas durante mucho tiempo, a veces me cuesta recordar un antes, un pasado, como si toda la vida hubiera estado allí, día tras día. Me espabilo de pronto, me levanto, ordeno los platos en la pila, los fregaré a mi vuelta, por la tarde, antes de prepararme la cena. Me pongo la pelliza y salgo de casa. Mi coche parece esperarme siempre delante, en la acera. Vivo en un barrio tranquilo y a esa hora nunca hay nadie en la calle, ni siquiera hay luz en las casas vecinas. Arranco el motor y me pongo en marcha por calles tan vacías como la mía y sólo al salir de la ciudad me cruzo con otros vehículos o con camiones que, imagino, deben distribuir el reparto para las tiendas y los mercados.

         La niebla invade todo, apenas distingo nada más allá de la carretera. Entreveo luces por los bordes del camino y sólo la repetición durante años de este breve viaje de casa al trabajo y del trabajo a casa me permite saber que cruzo un enorme área con fábricas, con talleres, gasolineras o bloques de casas del extrarradio, lejanas ya de la ciudad. Escucho las noticias de la radio sin apenas oírlas. Es un runruneo que me acompaña durante la media hora que dura mi recorrido. Pocas veces hay alguna noticia, algún comentario que me llame la atención, en ocasiones creo que las noticias se repiten de tanto en tanto, que la noticia de hoy es exacta a la que contaron hace meses, como si siempre estuviera ocurriendo lo mismo, tres o cuatro sucesos que se repiten hasta el infinito, en un tiempo circular que no se acaba nunca. No pienso en nada mientras conduzco. La falta de tráfico a esa hora me evita tener que fijarme más en mi ruta. Sé perfectamente en que momento debo salir de la autovía, giro a la derecha y avanzo por la carretera comarcal hasta un cruce, paro un instante y giro a la izquierda. Al final de la carretera está la cárcel.

         No la veo cuando hay niebla, pero como ya me he habituado a ella desde final del verano sé que el edificio está allí, distingo las luces de algunos de los focos distribuidos a lo largo del primer muro. Ya comienzo a distinguir también los contornos de la prisión. Empiezo a frenar en el mismo punto de siempre y a los pocos metros se halla la primera cabina de control, la barrera. Saco la cartera con mi documentación, aunque sé que no será necesario, que no hay motivo para identificarme más allá del formalismo reglamentario que exige un mero gesto.

– Qué tal Bruno. -le digo al guardia de entrada.

– Bien. Frío esta mañana.

         Levanta la barrera y atravieso hacia el patio. Aparco el coche en mi zona. Recojo mi bolsa. Bajo del coche y ando los pocos metros hasta la puerta de entrada. Pulso el timbre. Me abren. Los pasillos están vacíos. El blanco eléctrico de los reflectores contrasta por su luz con la penumbra de la mañana. Saludo a Mario y al otro guardia de la entrada cuyo nombre nunca recuerdo. Ellos pronuncian mi nombre a modo de saludo. ¿Cuánto tiempo llevo trabajando en esa prisión? Muchos. No sé decir si demasiados. No puedo valorar el tiempo de una vida. Tampoco calculo el tiempo que me falta para retirarme. Quizá porque no me veo aún jubilado. Quizá porque el tiempo no es sólo un cálculo objetivo de meses y de años, resulta mucho más íntimo, más trascendente. Tampoco es que presienta que me voy a agobiar cuando deje este trabajo, cuando me jubile, por ejemplo, ni mucho menos, más bien todo lo contrario, adoptaré otra rutina distinta a la de ahora, pero casi ni pienso en ello, sólo a veces, de pronto, sin saber por qué, aunque al final dejo de pensar en ello porque asumo que de momento sólo soy eso que llaman un hombre de edad mediana, mi tiempo es un mero tránsito entre etapas de la vida. Intento, al final, no pensar mucho en todo eso. Intuyo en cierto modo que a partir del día que me retire no echaré de menos el trabajo y si me dijeran que ya no hacía falta que volviera mañana adoptaría de inmediato otra vida, no me traumatizaría como dicen que se traumatiza mucha gente, dejaría de cumplir con ciertos hábitos para envolverme en otros durante mucho tiempo, meses y años, unos tras otros. Cuestión de carácter, imagino. 

         Entro en la sala de los despachos. Soy el primero en llegar. Dentro de poco entrarán los compañeros y los del turno de noche se despedirán de nosotros con breves comentarios de las incidencias habidas, las de siempre, enfermos, algunas peleas durante la cena, pocas siempre, en esta prisión se lo toman con no poco sosiego. A veces nos sorprende algún suicidio, alguna muerte repentina, inesperada. Miro las hojas de los partes que hay sobre mi mesa. Es el plan del día. Las repaso lentamente. Me detengo en la quinta hoja. Hoy es el día, susurro un tanto sorprendido por mi olvido. Me había olvidado por completo. Sigo revisando el resto de hojas, pero la quinta se me queda grabada y aún pienso en su contenido mientras voy al guardarropía a cambiarme y cuando salgo al reencuentro de mis compañeros cuya cháchara ya escucho al otro lado del pasillo.

         Lo primero que se me ha venido a la cabeza al leer la quinta hoja es el rostro del preso. Es un hombre delgado, silencioso. Habla bajo. No es violento. No sé porqué está en prisión. De hecho, no conozco los motivos de ninguno de los presos con que trato todos los días, evito saberlo, nunca acudo a las fichas, creo que no sería imparcial y mi trabajo es ser ecuánime, distante, son presos, nada más, están dentro y todo lo demás queda fuera, un día los juzgaron, y no fui yo quien les juzgó, y los metieron en la prisión, y tampoco fui yo quien les condenó. Por tanto, para mí hay un mundo de fuera y un mundo de dentro, y ambos se rigen con normas distintas, incluso con normas morales diferentes. No los mezclo. No es mi papel ni lo deseo. Tienen una condena, algunos esperan todavía que se decidan los recursos para las penas capitales. Otros en cambio ya los tienen decidido. Este es el caso. Hoy se ha de cumplir. Hay sesión. Lo decimos así: hay sesión. No añadimos nada más. Ya sabemos a lo que nos referimos cuando se dice. Nos convertimos entonces en ejecutores, en manos que matan en nombre de la ley. Hoy me ha tocado a mí. Pocos entre los funcionarios se salvan de ello, los nuevos y algunos pocos que objetan por cuestiones éticas o religiosas. No les reprochamos nada, ellos sabrán. El resto aceptamos nuestra labor sin acusarles de timoratos o flojos.

         Vuelvo a la oficina. Empieza a haber movimiento. Los del turno de noche ordenan sus papeles y los dejan en la pecera, donde después se ordenarán. Van llegado los últimos compañeros de día. Nos saludamos, intercambiamos comentarios, preguntas. Hoy me miran a mí. Saben que hay sesión, lo recuerdan, y que me ha tocado a mí. Veo entonces al responsable. A qué hora es la sesión, le pregunto. A las diez, me responde. Me encamino a la galería y reviso las celdas. Todo en orden. Dejo para el final al hombre que hoy toca ejecutar. Abro la celda. Está en pie. Me espera. Noto que no ha dormido en toda la noche. No está ansioso, al menos no lo parece, me mira tal vez como si esperara alguna noticia, una decisión de última hora, la salvación, pero creo que ha asumido que es una probabilidad tan escasa que no vale la pena esperar, aunque dicen que la esperanza es lo último que se pierde, suele repetirse hasta la saciedad y es verdad, lo he comprobado no pocas veces, siempre queda alguna esperanza, por vaga, abstracta y distante que sea, por mucho que uno procure no creer en ella.

– Necesita algo. -No le pregunto cómo se encuentra, me parece impropio, incluso puede que fuera cruel preguntárselo.

– No, todo está bien.

– Si necesita cualquier cosa, me lo dice.

– Gracias.

         A la gente de fuera que no conoce este mundo le sorprendería la corrección que se impone en el trato entre personas, entre presos y carceleros. Supongo que a mí me sorprendería cuando comencé. Sin embargo, no me acuerdo las primeras sensaciones entre las paredes de la prisión donde me parece que siempre he trabajado. Una vez pensé que yo era un hombre carente de pasado, de biografía, y que siempre había estado entre aquellas paredes blanquecinas, como un prisionero más.

         Sigo con mis funciones como siempre, aunque siento no poca inquietud que va en aumento poco a poco, a medida que transcurre la mañana. A las nueve y media vuelvo a la oficina. El responsable de área está en su mesa. Levanta la mirada cuando apenas entro en su despacho y golpeo con los nudillos la puerta.

– Es la hora. -digo.

– Proceda.

         Vuelvo a mi galería. Todos los internos menos él están en el patio, pero no hay la  algarabía habitual, se ha impuesto un silencio tremendo. Llego a su celda y la abro. Sé que no acude nadie de su familia o amigos, tampoco su abogado ni nadie de la parte contraria, si la hubiera, sin duda porque se ha disipado como azúcar en el agua el recuerdo de un hecho pasado que motiva la ejecución de hoy. Tampoco ha pedido asistencia religiosa. Ni ha solicitado nada en especial para sus últimas horas. El hombre me mira en cuanto asomo en la celda, está sentado en la cama, se levanta. Vamos, me dice sin esperar a que yo marque el ritmo del proceso. Casi es un susurro su voz, aunque no hay miedo, ni pasión, ni terror, nada. Reconozco que me sorprende. Andamos en silencio por pasillos vacíos y no sé qué decirle. A veces recuerdo que toca incluso arrastrar a otros presos en su situación, necesitas ayuda, otros funcionarios que te acompañen para llevarlo casi a rastras, o sienten que tienen que hablar, sacar algo de bien dentro, algo que no se quieren llevar consigo, algo que te han de entregar antes de morir, lo que te convierte en una especie de confesor, pero con él no ocurre, avanza junto a mí como si fuera un mero traslado de una galería a otra, de un punto a otro de la inmensa prisión.

         La sala está preparada. Hay un par más de funcionarios, el director y el médico que nos esperan. Cuando entramos todas las miradas se posan en nosotros, en él sobre todo, miradas silenciosas, miradas que denotan compasión, pero también necesidad de castigo, la venganza exenta de exaltación o de arrebato, fría y ajena, diente por diente y ojo por ojo, la vida presente sin duda por una vida pasada en una rueda del destino que es infinita, la imposición de la ley, en definitiva, como bien absoluto, supremo.

– Necesita algo. -Le pregunta el director.

– No. -Responde.

– Súbase a la camilla. -le ordeno apenas en un susurro, casi como un ruego, intentando no poca distancia.

         El hombre obedece. Nada indica que esté nervioso, parece resignado, acepta su destino, sabe tal vez que no hay salida ni la espera ya, sólo quiere que todo pase rápido, lo más rápido posible, todo lo queremos de hecho. El médico comienza a indicarme donde inyectar las agujas, aunque apenas hace falta, conozco perfectamente los puntos. Él no lo hace, me dijeron, porque sería contrario a su código deontológico, al juramento hipocrático, todo médico ha de preservar la vida ajena, la de cualquiera, nunca cortarla y por eso delega en nosotros la ejecución de los pasos, él deviene un mero director de escena., nosotros somos sus actores. Todo es mecánico, frío, comedido, limpio. Esperamos unos minutos, apenas cinco o seis, no llega siquiera, y todo acaba en silencio.

– Ha muerto. -indica el médico. Recoge unos papeles de una mesa cercana y los firma uno a uno.

         Hugo sale de la sala y trae la funda. Colocamos el cadáver dentro. Firmo las actas como jefe de grupo. Ellos empujan la camilla y todos salimos de la sala. Soy el último. Cruzamos un largo pasillo y cuando pasamos ante una amplia ventana miro hacia fuera. Veo el patio y más allá de la verja un campo enorme. La niebla ha disminuido mucho, apenas es una leve calima. Hay escarcha sobre la hierba. Pronto saldrá el sol, me digo. Pronto saldrá el sol de invierno, apacible, luminoso y por completo ajeno a nuestra existencia, tan ínfima y rutinaria.

Juan A. Herrero Díez

 

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 Lo Soltaron

La sangre hervía, pareciera que salían borbotones del viejo y sucio caldero.

El corazón latía fuertemente y el oxígeno no se percibía ante las miradas, como los insultos de los reclamos que no entendían ni lo propio que decían.

Estúpidos banales, clichés arrogantes – Pensaba alguien- mientras oídos segregaban sangre al perforarse los tímpanos por un instinto que se había soltado; palabras de quienes no conocía, ecos que la lastimaban, como aquel y muchos más, un pasado y algo que había salido por la fuerza del sol, de un traicionero.

Una muerte querían, si lo querían, eso obtendrían.

Porque hay ovejas disfrazadas de lobos, como hay seres nocturnos que vigilan por el sueño de los demás y por su bienestar como su amor. Pero no es adecuado buscarlos.

No pertenecen a este mundo. El de ustedes. No lo hagan que es prudente, esta advertencia.

Ya que si los buscan, los encontrarán, sin ser invitados.

Y así obtendrán lo que quieren, su mismo deseo. Una muerte. La muerte de ella. Más no la tendrán.

Nunca a ella, más, si ha de saber pelear.

El instinto en las noches se suelta y por los bosques desolados busca presas a quien atrapar. Entonces por favor… no la busquen, que la encontrarán. A ella misma quizá. A ese ser nocturno, iluminada con la luz de la luna entre las copas de los árboles, con una sombra envolvente y una máscara de felicidad. Más no la subestimen. Que es la muerte que persiguen y los matará.

Mientras vivos los desollará y su sangre, calmará los nervios y el pesar, del sufrimiento de ser perseguida como acosada, por quienes, nunca ha querido ni quiere vislumbrar.

No se acerquen, cuando ese… anda suelto.

Ese, el instinto mortal.

Barbara Wall

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LOS OJOS DEL CORAZÓN

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

Conoces secas las voluntades, por eso

tu voluntad se sacude las nimiedades,

confluyen, dos normas confluyen

entre el santo coro de las piedades,

rosas que de cifra y sangre gimen,

voces que son ojos de dos verdades.

Temen ellas albas del agua ciega

y sumisión de campanas desiguales,

descifran las gaitas sostenida culebra

que alarga sombra, puntas y zarzales,

agravan la marimba algunas fieras

de palabra, morbo y negros parajes.

Un Pub repleto de gentes la esperan

partiendo pétalos de helados azahares,

piedra sobre flor los hombres anhelan

otro sol que no pique por soleares,

nubes de matinales con fe tropiezan

la cloaca hambrienta sin oportunidades,

piano de bar, curiosidad trasiega,

temen la sincera viola de las mitades.

Al final los cubre la ruina griega,

se siente desnuda por estas calles,

anuncia su oscura canción eterna,

germinan la breva que no ama nadie,

por el puente desierto su sal empieza,

se entregan remos, riendas y arrastres

con el aire invisible de la sutileza,

blanca ninfa de invierno y saudade,

mañana triste de solitaria grandeza,

lustre desgastado de soledades,

se acaba el rocío de la noche inquieta,

vieja antes que joven la sed debate

con voz pisada y bienvenida abierta.

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR MAXIMILIANO SPREAF*

*PRÓXIMO ESPECIAL DE ESTE AUTOR

EN NEVANDO EN LA GUINEA

 

Everglades

 

Los flamencos se llevaron aquel día parte de mi cuerpo

Lo arrastraron por los fangales de los Everglades

Y luego se lo dieron de merendar a los lagartos.

No recuerdo la hora que era cuando sentí tus dientes

Atenazados a uno de mis bíceps, crujientes y arrebatados.

No me muerdas ese brazo, te dije, que tengo la esperanza

De tatuarlo con el nombre de alguna princesa rusa algún día.

Te reíste, me mirabas, mordiste otra vez en el mismo lugar,

Esta vez con mas ímpetu, como en desquite a mis palabras.

La tarde pasaba lánguida y arremolinaba mis pensamientos

En torno al sol centelleante que nos abrasaba, como en piedra.

Tu piel ya no era piel, sino cascadas de sangre burbujeante,

hirviente

Y no se si era el sol que la quemaba, o eras vos deslumbrada.

Las uñas de mi mano libre arrullaban tu espalda

Era tu odio tan bruto que no pensabas en nada?

O patrullabas mi dolor pensando que nunca acabara?

Tardaste mucho en desmembrarme, las mandíbulas prensadas.

Llorabas, vi que llorabas.

***

Tinta

 

Teñidas las mechas rubias

Entre las piernas, un candado

Floja, grasienta, lechosa

La piel entre los harapos.

Agua hirviendo en una olla,

El niño tiembla llorando

Gimen sus hermanas, putas,

Desiertos de finos labios.

Con las manos no se come.

Ni se tocan entre ellas

Desconocen sus olores

Pronto! Al niño degüellan!

Son partes, pedazos, niebla

Calzados negros y mugre

Perfiles sin muchos brios

Y es costra lo que los cubre.

***

El Loco

 

Dados en el bolsillo

De la belleza interior

De los lirios que la cubren

Solo me llevo dos.

Uno para mi reputación

De masticador de clítoris

Y progenitor audaz

El otro, para olvidar.

Que las letras que regala

Se quedan en mi memoria

Como unas púas de amianto

Me aguijonea la historia.

Fíjate bien lo que haces,

En estos días melosos

No quiera el tiempo acabar

Con tu rol de belicoso.

Que es lo que permanece

Entre todo y entre todos

Tu fulgor de selenita

Perdido de todos modos.

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LAGARTO JUANCHO, PRESBITERO

 

Mi fe es dañina

Mi cuerpo, significante

Y el néctar que yo doy

Gustan beatas al instante

 

Mi biblia es de memoria

Con olfato y dura piel

Es de cebolla la olla

Que en la iglesia puede haber

 

De frente miro a Polifemo

Su ojo ciego como ninguno

Símbolo soy del Vatic-Ano

A mi lagarto dibujan dos huevos

 

Tiene hocico pequeño

Siempre se esconde en sacristía

Tiene un lunar en el glande

Y es de amor eucaristía

 

En maitines cantando va

En laudes sin hacer nada

Y ahora dicen perseguida

Se encuentra sin hacer pajas

 

Un caballo creen que soy

Mejor que el señor del saco

Soy del pedo misionero

De Ojeteé hasta Chirimía

 

A Jesús imito bien

Mas no creo en nada

Que las cosas de la fe

Todas son chorradas

 

Si tienes la tentación

Bien la buscas y la amas

Si no la tienes, Ve

Va y viene el tabanón.

 

-Daniel de Cullá-

 

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POEMAS

Una fuente sin fin que mana liquido

inmortal desde el cielo rebosante.

JOHN KEATS

Esencias que fluyen de ricos encantos

con suave tintineo o tropeles sones

amamantando nutricio magna de deleites,

deliciosos sonidos que recrean el pensamiento

de bardos que nutren desde los inicios

con verdaderos goces plenos de bellezas,

con musicales ecos que transcienden

en las profundas concavidades refulgentes

de generaciones de esenciales espíritus

esparciendo continua luz sobre almas

apresadas por fugacidad y penumbra

esencias inmortales de cielo rebosante.

Francisco Jesús Muñoz Soler

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR CRISTIAN CASADEY JARAI

 

Todo para dar

No tienes nada pero tienes mucho

Eres rico en pobreza

No tienes dinero ni bienes

No tienes sabiduría alguna

Pero te sobran ambiciones

Mezquindades y envidias

Te sobran ganas de matar

A cualquiera que esté mejor que vos

A cualquiera que esté bien

Pues tu patética alma

Ha sucumbido en las profundas arenas

Del abismo de la miseria.

***

…Y así me siento… mal… como siempre…

Una copa sobre la cama

Restos de aquel vino amargo

Que nunca pude saborear

Y resuenan las palabras vacías

Vacías de todo contenido

Vacías de toda lógica

Y vacías de todo interés

Al menos para mi persona

¡Cómo cansa ese locutor!

Mejor cambiar de canal

Pero no sé la verdad

Hablan de Panamá

De la paranoia y del antiimperialismo

Pero solo recuerdo

Mi malestar en Bocas del Toro

El estómago revuelvo en Sixaola

Y el vómito al llegar a Limón…

***

Nada me conforma

Siempre vivo en la ansiedad

Todo el tiempo en la ansiedad

En la incertidumbre

Esperando y esperando

Espero algo…

Pero no sé qué espero…

Aunque en el fondo lo sé

Pero no lo puedo expresar

Pues la censura es más fuerte

Que cualquier verdad.

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LOS RESURRECTOS

(A PARTIR DE UN POEMA DE MANUEL FOREGA)

Por Octavio Gómez Milián

Nosotros, vástagos de la autarquía
hijos del cuando tengas trabajo comprarás un piso
crías de la mediocridad y los exilios
freakies, amanerados dandies de todo a cien
tímidos conquistadores de muchachitas indies,
devoradores de kebabs de madrugada,
asustados por la culpa judeocristiana,
devotos del Candy y el Bacharach,
ladrones de minutos en televisión,
de la cáncana discentes eximios,
masturbadores salvajes,
adoradores de los discos perdidos,
lectores clandestinos del jueves (cuando era el jueves)
estudiantes del BUP y del COU:
(todos los raros fuimos al concierto
del gran telépata de Dublín,
tanto nos daba ocho como ochenta
a los fanáticos del niño Juan y los rompedores de coco)
Nosotros: divinos Voladores o Domadores
onanistas de fotos de Jane Birkin
rayones de vinilos de Cohen
aprendices de idiomas,
aspirantes a Guinda, Forega o Vilas
farsantes ilustrados con Alan Moore en bandolera
remedos de Dylan, plantillas de Truffaut
irredentos suicidas
balubas de la guerra
apóstatas, agnósticos, ateos y creyentes
dileantes de una revolución
que nunca llegó a empezar
los que buscaban un enemigo
porque así es más fácil pelear.
moradores de los ergástulos por el morro
apéndices de Federico
estetas de Algora y el Polaco
inocuos seguidores de Jean Paul,
espadas de Garci, de Chiquito, de Luis Sánchez Pollack
mansos fandangos de Ibiza, de Hydra y Euroville
Nosotros: incendiarios mutados en bomberos,
padres de los próximos junkies y malditos
opositores, mentirosos, volubles censores,
domadores de adolescentes bestias,
altísimos farloperos sin medida,
porreros, cocainómanos, alcohólicos,
reciclados por Franz Ferdinard y la Velvet
tardíos revelados en Fresán y Handke
diputados sin partido, alcaldes de habitación,
herméticos maricas…
eternos deudores del deseo insatisfecho
nosotros: los del medio, los eclécticos,
los postmodernos irredentos,
los que seguimos buscando
el lugar donde solíamos gritar.
los que nos dejamos caer
sabiendo que nadie nos ayudará a levantar,
los que esperamos en la parada
un autobús que hace mucho que pasó,
los que cuando quisieron besos
sólo recibieron abrazos,
los del medio, los de los tebeos,
los que nunca servirán para trabajar,
los de Perico Fernández,
los que vieron jugar a Santi Aldama,
los que nunca te sacaron a bailar.

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POEMAS DE NAVIDAD

POR CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

¿PARA QUÉ TENDRÁS OJOS?

 

PREFACIO

 

He salido a la calle con el frío y en la noche,

con mi sombra y con mi perro,

para recoger este poema negro,

poema que me esperaba donde mi perro

ha cagado, en un erial de tinieblas,

allí donde comienza la vanidad y la altivez,

la soberbia del mundo mortal y efímero,

los gorriones duermen en las alturas,

los edificios cortan el viento frío,

doy la espalda a la tonta explicación,

he venido a recoger este poema,

poema débil que esperaba tiritando en soledad

como un espíritu que quiere ser materia,

de la misma materia que estás hecho tú.

LA FRASE ESCUCHADA

 

¿Para qué tendrás ojos?

Si no ves cuando miras

Si no miras cuando ves

Si no ves lo que callas

Si no callas cuando ves

¿Para qué tendrás ojos?

Si no miras cuanto ves

Si no ves cuanto miras

Si no ves aquello que sabes

Si sabes aquello que no viste

Sabes que yo si miras no voy

Vienes si no sé lo que miras

No sabes aquello que veo

No miras aquello que sabías.

¿Para qué tendrás ojos?

No ves lo que quisieras

Quisieras otra cosa ver

Yo quiero no ver lo que ves

Tú quieres ver lo que yo veo

Yo veo Tú ves

Los dos miramos la misma cosa

Tú ves lo de los dos

Yo te veo solamente a ti.

¿Para qué tendrás ojos?

¿Para qué?

NAVIDAD

 

Es Navidad, felices fiestas,

el niño dios ha nacido este día,

es tiempo de paz,

es tiempo de estar en familia,

las mismas fechas, las mismas cosas,

recordar los que ya no están,

comer con excesiva gula,

abundancia e hipócrita postura,

recordar que existe un tercer mundo,

villancicos y perdones,

compasión con los descamisados,

con los solitarios de este mundo rico,

es tiempo de paz, felices pascuas,

borracheras y algún empacho,

marisco gallego y cava catalán,

¿Para qué tendrás ojos?

¿No ves que me hago partícipe

de esta puta farsa?

¿Para qué tendrás ojos?

Es Navidad hoy, felices fiestas,

estás quemado, lo veo en tus ojos,

¿Para qué tendré ojos?

Si sigo haciéndome el idiota

cuando veo lo mismo que tú sueles ver.

¿Para qué tenemos ojos?

Si no remediamos aquello que vemos.

***

MILAGRO CANINO

 

Miro la siesta permanente de Urko,

su siesta tranquila me evoca su nada de nadie,

en ella veo todas las banalidades

y también las vanidades

arrinconadas en el sinsentido eterno,

en Urko veo el nervio impulsor de la vida

donde se aposentan todas las naturalezas,

No tiene sentido guardar para mañana,

Ni ser laureada y docta eternidad,

el mediocre debe ser mediocre

porque ser lo máximo

es competición y mesura ridícula,

porque ser eternidad

entre la inmensidad de las galaxias

es la mayor de las estupideces

(es nano-voluntad en pos de lo macro-imposible),

Urko no se preocupa

de las vueltas que el mundo dé

bajo sus patas de alegre fauna viva,

bajo sus patas de puro encanto,

bajo su fauna de solitaria compañía

 junto al hombre pretencioso,

no le preocupan las glorias

ni las postrimerías,

ni los hechos pasados

ni los venideros,

no le preocupan los presentes

 ni los rankings contemporáneos,

él es el encanto que enamora

y nada más que eso,

lo demás es extrahumanizar lo humano.

Él no me pidió aparecer en este poema,

sin embargo,

es lo único que emana poesía.

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*En el 6º número existe una errata en la versión pdf, la errata es la siguiente: no es el número XL de la 2ª Etapa, es el número L, osea, el 50º de la 2ª Etapa.

 

6º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

6º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

6º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºL de la 2ª Etapa/01-12-2010

 

EDITORIAL L

Tres nombres: Berlanga, Matute y Castellet

 

Este mes de Noviembre tres son los nombres que han destacado en España: el de Luís García Berlanga, director de cine, que falleció a mediados de mes; el de la escritora Ana María Matute, que ha obtenido el Premio Cervantes de Literatura; y el del editor y escritor Josep María Castellet, que ha obtenido el Premio Nacional de las Letras.

Los tres coincidieron en el tiempo, nacieron poco antes de la Guerra (in)Civil Española y maduraron personal e intelectualmente en una España aislada, con una tradición cultural quebrada por el trágico enfrentamiento militar y una dictadura que durante años mantuvo al país aislado del mundo. Además, buena parte de los cineastas y escritores españoles vivos se exiliaron y continuaron su labor creadora fuera, en América o Europa, mientras que apenas un puñado de autores continuaron en esa España sombría que comenzaba a reconstruir los espacios culturales.

Muchos jóvenes del momento con inquietudes tuvieron que partir de cero, huérfanos en cierto modo de referencias artísticas directas. Sin embargo, la necesidad de expresión pesó más y poco a poco iniciaron su labor creadora que fueron conociéndose a medida que se iban reconstruyendo las nuevas redes culturales.

Luís García Berlanga formó parte de la primera promoción del madrileño Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas en 1947. A partir de entonces inició una larga carrera como guionista y director. Sus películas eran surrealistas, burlescas, críticas, con no poca mofa de una España que intentaba salir del aislamiento -como «Bienvenido Mr. Marshall», una de las más conocidas popularmente por la enorme sátira del momento histórico- o con un trasfondo moralmente dramático -«El Verdugo», sin duda una de las mejores películas españolas de todos los tiempos-. Berlanga formó parte de un grupo de cineastas, junto a Juan Antonio Bardem o Miguel Azcona, entre otros, que marcó el cine español del siglo XX.

Ana María Matute, por su parte, también estuvo marcada por su época y por la Guerra. Forma parte de la denominada Generación de los Cincuenta, junto a escritores como Carmen Martín Maite o Caballero Bonald, aunque estuvo menos limitada por el realismo imperante y supo mezclar la imaginación con la realidad de un modo admirable. Autora de relatos cortos, recientemente recopilados en el volumen «Paraíso inhabitado», destacan algunas novelas como «Olvidado Rey Gudú» o «Torre Vigía». En cierto modo se caracteriza por su fantasía a la hora de narrar sus relatos y por el estrecho vínculo que supo tejer entre vida y literatura, dos facetas de la misma experiencia vital, hasta el punto de reconocer en una reciente entrevista que está viva porque escribe.

Josep María Castellet, por último, es un editor barcelonés que ha unido en gran medida la cultura catalana con la del resto de España, en un momento, el del franquismo, en que las lenguas distintas al español sufrían no pocas dificultades para su propia vigencia cultural por una política reaccionaria y estrecha. Promocionó en los años sesenta a un grupo de poetas y narradores catalanes, los novísimos, y que supusieron un momento de efervescencia cultural en Barcelona, con nombres como Ferrater Mora, Terenci Moix, Rosa Regás, Ana María Moix o Manuel Vázquez Montalbán, y que se unieron a otros escritores barceloneses como los hermanos Goytisolo o Juan Marsé, en un momento además en el que algunos escritores latinoamericanos aterrizaron en la ciudad. Recientemente ha publicado un libro de memorias con el título «Seductores, Ilustrados y Visionarios» que habla en gran medida de esos años sesenta en una Barcelona activa y culta. 

Como siempre, queremos unirnos al homenaje a Berlanga y nos congratulamos con el acierto de los dos premios. Tópico manda: lean sus libros si no los han leído, vean las películas de Berlanga y repitan, si ya han tenido el gusto. Es nuestro mejor homenaje.

 

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ELEGÍA PARA MICHAEL JACKSON

Por Cecilio Olivero Muñoz

Tu apellido británico se abraza a tu derrota de gigante,

tu nombre evoca una lucha de abismos en el sueño.

La piel es una paloma que vuela a ras de suelo,

la piel es una verdad que canta otra mentira.

Renunciaste al marrón de los barriles y de los cueros secos,

y al cromosoma iracundo de los salvajes muros,

al marrón del chocolate y al marrón del barro,

al marrón de la culpa y a la piel de la patata,

 renunciaste a ser lo mismo, como la Coca-Cola,

y al suspiro en la cocina de una esposa sumisa,

quisiste ser un niño nuevo tras esconderte en el celeste,

celeste niño-grande que se imagina otra nueva infancia,

quisiste ser irrepetible como un cromo único,

quisiste ser amigo del rubio niño, puro e inocente,

quisiste ser padre de la tarde inalcanzable,

de la acequia junto a la calzada, del reguero de las aceras,

quisiste ser el tricolor semáforo crepuscular,

anhelaste en un puño la rosada mejilla holandesa,

deseaste lo imposible de las semillas vacías,

te enfrentaste a la noche que acecha tu verdad sola,

cumpliste la primera utopía de los amantes distintos,

se rieron de ti los negros basureros de San Francisco,

te cambiaron la sonrisa dedos índices acusatorios,

calumniaron tu casa las madres del don exclusivo.

Esta elegía quiere ser rezo profano que no sabe rezar,

quiere ser por que no quiere ser más nada,

quiere ser palabra que calla y no quiere callar,

quiere ser tributo frente al ruido del silencio,

quiere ser sencillez y verbo, quiere hablar de nada,

quiere ser un poema para un muerto muy vivo,

un vivo está muerto cuando no dice nada,

una nada está viva cuando la dice el muerto.

En las urbes de hormigón se pudren los carteles

que anuncian el espectáculo de tu último silencio,

tu silencio es la palabra que faltaba, acaba en palabra,

empieza donde acaban las palabras,

porque prefieres ser eterno Peterpan que calla,

y calla para decirlo todo, nada es lo que calla.

Neverland se esconde en las esquinas del recuerdo;

pasado, si; la vida es pasado temiendo un invierno.

Los africanos ancianos evitaron la visión de acuario

que plaga la noche en vigilia entre los filos del párpado,

han visto las acacias rendidas a su suerte de espinas,

han visto huir millones de inocencias circunspectas

en los hocicos del cachorro y la curada cicatriz,

han sabido del látigo, de la cadena, de la soga

en sombrías huellas que fueron testigo desde los puertos,

han conocido una llaga en la memoria del viento

en las heridas profundas que se ven desde afuera,

han visto con sus ojos el estigma vegetal que se olvida

y da nombre a la ignominia de todas aquellas cosechas,

(un siglo es infinito en una caja de zapatos)

(dos son anécdota que brilla entre níqueles usados)

(tres son pipa enmohecida y pitillera oxidada)

(cuatro son las polillas que mascan franelas del ayer)

cuando el hombre blanco quiso azúcar y algodón

iba el hombre negro a la par del mulo de arrastre,

cuando el hombre blanco quiso maíz y tabaco

iba el hombre negro tras la yunta de bueyes,

cuando el hombre blanco compró sus discos

estallaba la púrpura por aquellos bulevares,

cuando el hombre blanco contempló tus videos

daba el hombre negro color a los vagones,

el Bronx te busca el flow entre auroras boreales,

Harlem te deshoja como a margaritas del querer,

Manhattan es cumbre de espejos y sed de platería,

es refugio de pecados de apóstoles postmodernos,

es capricho de pioneros beatos y un manjar prohibido,

tú eres tierra prometida para luceros ya caducos

y un sol en mitad de una aurora que emerge de las cañerías,    

algunos chicos indagan entre el sí y el no desflorado

y las estrellas guiñan una voluntad total de cobre antiguo,

en el corazón del lobo se encuentra tu derrota diaria,

los árboles centenarios conocen tu diáspora personal

de blues teñido y hojarasca otoñal y de llaga latente,

las vértebras de la madrugada persiguen su secreto

en la estación cercana y aledaña a la prisión,

los ritmos ya no se bailan como lo harías tú,

 no existen ritmos que brillen con azul en los charoles,

ya no baila el foco fijo siguiendo tu estela brillante,

jamás se callan estrofa tuya por el puente de Brooklyn;

cerrojos pondría yo a las negruras que se cruzan contigo,

custodia de candados de acero entre tus pasos de jilguero,

y a las carreteras que solitarias reniegan de tu paseo

les haría retroceder de su tragedia de alquitrán y arena,

y a los caprichos que cavan en tu nombre de ángel ciego

les haría vomitar la hiel de sus hígados de plástico,

a las autopistas que van a parar al Hollywood de purpurina

les haría una zancadilla redonda con un estribillo tuyo,

a los cromados epitafios que claman un chiste absurdo

les haría llorar una súplica de lágrima efervescente,

a las ciudades que arrastran su epidemia en la niebla triste

les haría comprenderte como comprende lo que ama;

los gritos se tornan ardientes pavesas en la garganta,

los hemisferios respiran de la eternidad de los relojes

en el despertar roto de dichas que explotan de dóciles,

dóciles como cielo semicircular, dóciles como páramos

confiados que tejen un asesinato de amarillos imposibles,

son dóciles por que la escuela boricua blanquea al norte,

blanquea la fría sopa servida y agazapada en la carne;

los videos que no protagonizaste duermen en los anaqueles

y están plagados de tedio y de resignado infarto,

las hormigas te deshacen la forma de obituario para mercado

 que se despedaza pausadamente en el asfalto mojado,

las golondrinas han dejado huella entre tus labios

con sus patas cortas y torpes

y han rescatado de tus ilusiones cien besos angulares,

las cartas ya no se escriben con la tinta perfumada

de las amatorias misivas, las promesas son lápidas lisas

que no ceden su presencia de puntos finales tajantes,

y un abogado cobarde señala a tu piel sacrificada

y frivoliza y menoscaba tu fértil balada viva,

el asesinato de tu enseñanza y sacrificio desnudo

no lo verán los gusanos con hambre fermentada,

las televisiones premeditan frías falacias trituradas,

y un pliegue de tu hermosura virgen se escapa

de las manos hacia lindes que ríen esclavas del aire,

los narcisos te avisaron de tus primeros dientes de leche

y ahora los crisantemos no te pueden callar,

 un perfecto enigma de inventario

 discrepa con la canción que dejaste en un archivo.

Un archivo nunca olvidado que no puede dejar de existir.

***

Esta elegía podía haber sido una oda

si tú no te hubieras obsesionado

con la fármaco-maniaca suma de las posologías,

donde un doctor inepto vio un negocio

y tú viste el lugar perfecto para vivir.

**********************************************

 

No tendrás valor

– No tendrás valor. -Te dijo.

         Y te quedaste callado, sin saber muy bien qué responderle, tal vez porque en el fondo intuías que él podía tener toda la razón y que en realidad no te atrevías, que ciertamente te cautivaba la idea de hacer algo grande, sí, algo profesional, como decía el Lumbreras, pero que te cortaba participar en lo que estaba proponiendo ahora Marcelo, tenías miedo en el fondo porque estabas convencido de que no eras tú como los grandes, pero ni siquiera erais ninguno, ni tus colegas ni el propio grupo que formabais, como el Chino o el Mortadelo y sus respectivas bandas. Eso te daba rabia, mucha rabia. Te subías por las paredes porque te sentías de pronto impotente ante la vida, incapaz de tomar las riendas de tu destino, que era lo que decía Cheli cuando os encontrabais alguna noche y hablabais de las cosas del existir, aunque en ocasiones, en momentos concretos, en instantes de una súbita valentía, te creías que erais algo, que serías apto para dar un paso adelante, para llevar a cabo un plan cualquiera y salir exitoso. Lo habíais hablado antes una y mil veces, habíais comenzado a planificar algo, muchas veces habíais previsto hasta los detalles más ínfimos, nada quedaba a expensas de la improvisación, os decíais, estabais de repente convencidos de una pretendida veteranía que no era cierta porque luego nunca hacíais nada. Continuabais con vuestros chanchullos de barrio, sisando fuera, en la playa, jugando con los coches, porque a eso sólo llegabais, a robar algunos coches, dos o tres a la semana, que luego abandonabais en cualquier sitio después de haber jugado a las carreras con ellos, y más tarde, por la noche, cuando volvíais al barrio, repetíais de nuevo todos los planes que habíais concebido hasta el momento, los más rocambolescos y los más serios, les dabais vueltas y más vueltas para luego volver, al día siguiente, a los mismos gestos, a los mismos hábitos, a las mismas chanzas.

         Pero esta vez Marcelo lo estaba planteando en serio. Un buen golpe, dijo y os miró a todos, uno a uno, un golpe de verdad, continuó y sólo le faltó añadir: que nos haga hombres, que nos saque, en un tono dramático lo diría si hubiera llegado a expresarlo, de este aburrimiento vital atroz. Todos se emocionaron, expectantes, era el momento, ahora sí que podíais. Tú no, te callaste primero y luego comenzaste a poner pegas. Pero al final, como viste que los otros se entusiasmaban, como te dio miedo quedarte solo o que te llamaran cobarde o que se rieran de ti o simplemente no dar la talla, más por ti mismo que por los demás, aceptaste.

– No tendrás valor.

         La voz de Marcelo sonó dura tras un silencio largo que siguió a un comentario tuyo, a medio camino entre la osada valentía y una repentina prudencia. Os mirasteis y no disimulaste un profundo rencor hacia él, que hasta ese momento había sito un mito, un héroe para ti. Estabas harto de pronto de la primacía de Marcelo, de ese tono de superioridad y de gallito. Además, te estaba siempre enjuiciando, te miraba por encima del hombro y parecía estar convencido de que tú no eras nada a su lado, sólo una sombra, un apestado incluso. Los demás te miraron igual, lo notaste, con una cierta distancia, una más que evidente burla y no poda indulgencia. Te retaban.

– Lo haré.

– Todo ha de estar bien atado.

         Esta vez Marcelo se lo decía a todos. No te repitió lo del valor, era un sí a todas luces. Te admitía, había sido sólo una chulada, un modo de aumentar la tensión, de dejar claro además que él era el jefe, el que admitía o rechazaba a quienes estaban en la banda, igual que hacían otros jefes. Recordarías tal vez los grupos que se formaban en la escuela, durante el recreo, en el que un pretendido capitán de equipo iba escogiendo para los partidos de fútbol a los jugadores de entre los compañeros que formaban sobre el patio en hilera, ansiosos todos por ser elegidos. Era un juego de niños, pero ahora volvía a ser como entonces, aunque ahora le dabais una patina de seriedad, de dramatismo, y el jefe, en este caso era él, sin que nadie, como ocurría en la escuela con los pretendidos capitanes de equipo, lo hubiera elegido y mucho menos legitimado.

– No tendrás valor.

         Te repetías la frase una y otra vez, en un retintín molesto, mientras escuchabas a Marcelo prepararlo todo. Tus colegas atendían a sus palabras con verdadera devoción, como si fuera un guía único, inigualable, mientras que tú intentabas sacarte de la cabeza la acusación feroz. No podías menos que reconocer que, aun cuando te dominaba no poco rencor por haberte convertido en el blanco de sus iras fruto de su caudillaje, la verdad es que siempre había gozado él de esa propensión a liderar el grupo. Lo conocías bien, desde niño y siempre había logrado dirigir a quienes le rodeaban. Un líder nato, dirían, alguien que consigue embelesar. Y os embelesaba, cierto, aunque a ti lo que en ese momento resonaba en tu cabeza constantemente mientras él hablaba era esa afirmación que te gustaría sentir como gratuita, banal, jaranera, pero que en realidad te hería profundamente por ese sospechoso presentimiento de que pudiera ser cierto, de que carecías realmente de valor y que nunca llegarías a nada.

         Y mientras te debatías en esa amalgama de sensaciones e ideas, de impresiones e intenciones, Marcelo acabó de desgranar el plan y realizó el gesto que te impresionó y con el que buscaba a todas luces demostraros lo serio del proyecto, que no se trataba de uno más de vuestros juegos de chavales de barrio y que ahora ibais a dar, en efecto, el paso que os sacaría del anonimato, de la niñez, de las sombras de vuestro rincón urbano, que os iba a poner de modo definitivo en vuestro lugar, donde os merecíais, en el lugar al que aspirabais y al que Marcelo os conducía, gesto que no fue otro que acabar de pronunciar la última palabra y sin más acercar la bolsa que había dejado junto a la puerta cuando llegó, ponerla sobre la mesa y, añadiendo expectación, sacar las armas, un puñado de revólveres metalizados que brillaban, o así te lo pareció, hasta el punto de volverse el centro de la escena, como si estuvierais en uno de esos cuadros cuyas láminas observabas junto a Cheli a veces para entreteneros y en el que todas las figuras y objetos envolvían un punto concreto al que se dirigían todas las miradas.

         Os distribuisteis las pistolas. Pesaban. El metal era frío. Con esto, pensaste, puedes matar a alguien. Te lo imaginaste. Apuntar a una persona, apretar el gatillo y entonces una vida se desvanecía por completo a voluntad tuya, un gesto de tu dedo y adiós a la vida. Una pistola, pensaste, esto era otra cosa, no pasear con una navaja en el bolsillo, no mostrarte pendenciero con tus puños, tu mirada, tus palabras ofensivas: otra cosa. Una pistola, pensaste, te daba el poder, tenerla en las manos te convertía de pronto en un hombre distinto, quizá en un hombre que dejaba atrás el ser un mero muchacho de barrio, ser un hombre. Ahora sí, serías capaz de todo, se lo podrías decir bien claro a Marcelo, tendré valor, oye, no es verdad lo que dijiste.

– No tendrás valor.

         Marcelo dijo que él guardaría las armas. Era lo más seguro y así lo comprendisteis todos y nadie puso reparos y devolvisteis las pistolas para que Marcelo las custodiara hasta dos días después, que fue la fecha acordada y que esperabais como agua de mayo. Sacasteis unas cervezas, había que celebrarlo, echasteis unas risas y por una vez en la vida te sentiste a gusto con el grupo, eras uno más, tu vida tenía sentido porque pertenecías al grupo, sabías que lo conseguirías y se sentirían orgullos de ti como tú mismo te sentirías orgullos de ser uno más. 

         Saliste del edificio sintiéndote ya diferente. Eras otra persona, otro hombre, alguien capaz de emprender grandes proyectos, cumplir con su destino. Y marchaste por calles vacías y en penumbra con las manos en los bolsillos, ajeno a lo que te rodeaba, orgulloso de lo que eras, de lo que ibas a ser y hacer, de lo que ibas a lograr. Las esquinas estaban desiertas. Era tarde ya. Te encaminaste hacia tu casa y mientras andabas te preguntaste una y otra vez cómo saldría todo. Bien, seguro, murmuraste, aunque no las tenías todas contigo. Podía salir mal, pensaste, podías morir, pero en tal caso morirías como un héroe, qué importaba, no le tenías miedo a la muerte, no le tenías miedo a nada y eso te hacía ser el más grande.

         Pensaste en Cheli y te entraron de pronto unas ganas inmensas de verla. Era una buena noche y te apeteció estar con ella, contemplar aquellas láminas que tanto le gustaban y, por qué no, amarla ya como lo que eras, como un hombre que a todas luces tenía valor, todo el valor del mundo.

Juan A. Herrero Díez

 

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LOS ÚLTIMOS GOLPES DEL CAPPLANNETTA

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

CULTURA

Recuerdo que me dijiste:

-Toma, culturízate-

Tirándome a la vez el periódico

con todo el desprecio del mundo.

Me pregunto que será de tu vida

y de aquel desprecio grosero.

Me pregunto

 si un periódico culturiza,

me pregunto muchas cosas.

Jamás encontraré la respuesta.

***

 

I HAVE A DREAM

 

No soñar

es lo más práctico,

aunque

siempre se puede

tomar café

para acabar roncando

con la lengua negra.

***

 

DAKAR

 

Paseaba por la playa en Dakar,

negros mecían de tarde los restos,

las casuchas eran bienvenida de sal,

pueblo silvestre al lado del puerto.

Palma, caña y mediana luz solar,

testigo azul era aquel cielo,

la mar era solamente mar,

aquel azul era crudo y esbelto,

 aquella paz era todo mi hogar,

me desperté, y todo era un sueño,

y yo ya no estaba en Dakar,

frío hormigón clama mi encierro,

todo era asfixia y ley por sentenciar,

sol traicionero de un verano lento,

sueño que es sueño, y nada más.

Viento suave por el patio trasero,

brisa fixa de ámbar y oscuridad,

que viene el azul cruel y siniestro,

rectangular paraíso sin baobab,

túnel que trae otros vientos,

corriente fresca y seca es mi paz;

estáticos, esquivos, mis pensamientos,

con sonrisa fixa semi circular,

respiro y miro pasar a los presos,

confundo rejas, confundo a ras

los suelos de cemento sin paradero,

 amos de la grosera inoportunidad,

estoy yo aquí y me hallo tan lejos…

de lo que deprisa siempre se va,

sorda deriva de mi desconsuelo,

hacia la brisa de sonrisa fixa se va

para la prisa, y la prisa sin pero,

  y lo que para y espera aquí ya no está.

Ni está la playa, ni está el vocero,

la ruina mira su destino hacia atrás,

y está cansado de su lar el acero,

de su repetido sueño y su deambular,

ya no existe amigo de puertas adentro.

Se repite el sueño y el peregrinar

por paisajes de vidrio y terco tormento.

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TRES POEMAS

Por Cristian Claudio Casadey Jarai

 

Pavana para mi soledad

 

La languidez del crepúsculo límpido

Es el Minotauro enardecido

Que indolentemente

Con su halo eterno

Y su efímera flama escarlata

 Pesa doliente

Sobre los hombros de mi conciencia.

No es divino el lamentar

Por aquellos Aquiles vencidos

Por aquellas Afroditas que sigue vírgenes

Ni por aquel dolor amargo

Que nubla mi vista.

***

Intrascendente

No sucede nada y sin embargo pasa de todo

Todo aquello que no quieres que suceda

Todo aquello que te atormenta

Todo aquello que te empequeñece

Todo aquello que acecha por las noches

Todo aquello que marca tus diferencias

Eres poco y sin embargo eres mucho

Mucho más de lo que piensas

Mucho más de lo que dicen

Mucho más de lo que sientes

Mucho más de lo que esperan

Y a pesar de ello

Vives en la intrascendencia

En la levedad

En la nimiedad

En la nada…

***

Todo para dar

No tienes nada pero tienes mucho

Eres rico en pobreza

No tienes dinero ni bienes

No tienes sabiduría alguna

Pero te sobran ambiciones

Mezquindades y envidias

Te sobran ganas de matar

A cualquiera que esté mejor que vos

A cualquiera que esté bien

Pues tu patética alma

Ha sucumbido en las profundas arenas

Del abismo de la miseria.

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BAJO LA LLUVIA

 

Bajo la lluvia

todo está en silencio.

Las calles

              Las plazas

                                     Los mercados

Cuando salga el sol

la vida parecerá

que renace de nuevo,

pero mientras la lluvia

no para de caer,

calándome hasta los huesos,

invadiendo mi espíritu

de nostalgia y recogimiento.

Lejos de un día cualquiera

de mayo,

con sol y esplendor

a un tiempo.

                       M. Carmen Roig

                       3 de mayo 2010

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DOS POEMAS TEMPOREROS

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

CAMINO

 

Camino de lo no-llegado,

supervivencia en el azar del suspiro,

camino hacia un futuro fragmentado

sabiendo que hoy y mañana fui niño,

no lo puedo olvidar, no, no puedo,

lo recuerdo detrás del anteayer,

lo quiero asesinar en mi vejez,

me espera jugando con el porvenir

mientras respira atado a mi sueño.

***

 

DEMASIADO HUMANO

 

Todo seguirá igual, todo ha de ser lo que fue,

 por más que mis dulces demonios insistan,

 por más que mi ángel tonto lo evite,

todo, absolutamente todo seguirá igual:

los bebés maman de su paraíso transitorio,

los niños juegan con un sol que es mentira,

los adolescentes descubren la espina en el jardín,

los adultos andan descalzos entre sombra y reloj,

los ancianos huyen del frío febril del calendario,

en los hospitales espera bicéfala la vida total,

los cementerios son aquella espina sin jardín ya.

Los hombres caminan entre síes y noes,

entre diástoles y sístoles, entre ilusión y patraña,

entre aniversarios y funerales, entre gentíos y soledades.

La mujer y el hombre son escarnio que fruto da. 

Todo seguirá igual, por más que cambien

los tiempos, por más que cambien los climas,

por más que cambien las cosas,

 todo, absolutamente todo ha de ser humano,

demasiado humano para ser puro y santo.

Lo consagrado también se pudre de veras.

 

 

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5º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

5º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

5º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

MENSUAL DIGITAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºXLIX de la 2ª etapa/ 01/11/2010

 

EDITORIAL XLIX

Pasión por la literatura y el cine

 

Este pasado mes de octubre ha sido el del premio Nobel de literatura, que ha recaído en Mario Vargas Llosa. También hemos asistido a la muerte de un actor español entusiasta de su trabajo, un actor de la vieja escuela, Manuel Alexandre. Si alguna cosa vincula a ambos hombres, es sin la menor duda la pasión, una pasión enorme por la literatura y por el cine.

Más allá del Premio Nobel, que es algo subjetivo y una mera referencia social, nadie puede negar que Mario Vargas Llosa es uno de los mejores escritores en lengua española. Esperamos que la polémica alrededor del personaje no enturbie más el reconocimiento que merece su obra. Con ello no mostramos conformidad con las posiciones políticas del autor, no creemos que para reconocer la obra, el estilo, la estructura e incluso los contenidos de sus novelas haya que comulgar con su ideario, nada más lejos de la línea de esta revista que las posiciones políticas del autor peruano. Pero mentiríamos si no dijéramos que «La Ciudad y los Perros», «Conversaciones en la Catedral», «Lituma en los Andes» o cualquiera otra de sus novelas nos han dado momentos esplendorosos como lectores, e incluso ha podido influir en nuestro estilo.

Mario Vargas Llosa ha defendido a ultranza la pasión por la escritura y la lectura, dos caras de la misma moneda. Ha hecho de la literatura el pilar de su vida, su manera de acercarse a la vida, estemos o no de acuerdo con alguna de sus manifestaciones, también el ejercicio de la escritura y la lectura es una manera de ser incluso feliz y también de probar, experimentar, que al fin y al cabo eso es la vida en cierto modo.

Manuel Alexandre, por su parte, es uno de esos actores presente en buena parte de la historia del cine español. Comenzó a actuar en los años cuarenta y no ha parado hasta su muerte, actuando siempre en papeles secundarios, pero bien presente en todo momento. Al igual que el escritor peruano, el actor español nos ha mostrado que la pasión es un factor crucial en el arte y en la vida, que no están tan separadas como pretenden. Sin pasión, no hay vida, ni arte, ni nada.

Huelga decir que el mejor homenaje es leer, ver cine, apasionarse con la buena literatura, con la buenas películas. Es lo que más nos interesa de traer aquí a Mario Vargas Llosa y a Manuel Alexandre, recordar que nuestra vida es más plena gracias a la pasión que nos aporta el arte y que nuestra vida, sin arte, no sería vida.

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CRAPULATORIO

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

QUE VIENE EL GATO

 

Desde la Tierra de argenta

vino un tipo singular,

poeta de los de absenta

y güisqui añejo en el paladar,

en el barrio de Gracia

tomó las riendas del pedal,

rimó en el otoño la rumba

y ebrio, muy ebrio su soledad,

casi se lleva a su tumba

el don de la originalidad,

él era un poeta Pérez,

gato, con mucho granito de sal,

él era la canción alegre

entre ventilador y vendaval,

forzaba la maquina a drede,

era gato que viene y se va,

él era ojo de mujer celeste,

él era el niñito de Mamá,

 él era la lagartija verde,

era mitad de media mitad,

era juerga en un pesebre,

era Rey de su contrariedad,

era una balsa de aceite

y agua con radio actividad,

era su deuda pendiente,

era improvisada realidad,

era rima que pisa valiente,

era lo inusitado y lo inusual,

mezclaba literatura

con virus de toxicidad,

mezclaba rito en su frescura,

temperatura en la levedad,

era mentira sin las costuras,

parafraseo sin redundar,

era lo común sin ser corriente,

era gato pardo en la ciudad,

 anestesia de mini-bar, dry latente,

delincuente de la ociosidad,

el son efervescente,

sabio de güisqui-bar, amigo ausente,

crapulatorio de nocturnidad.

***

 

ALGO SERIO

 

No me gustan las comedias románticas

por que el amor es algo muy serio,

el amor es algo tan serio

que bostezan las parejas su torpe repetición

en un lánguido pasillo sin auroras,

el amor es algo tan severamente serio

que muchos se tragan su orgullo

entre el bochorno del primer frío de calles

que gelatinan la baba del asco,

ante la moral que supera lo insuperable

y se hace vieja, y se vuelve inútil,

más inútil que el polvo que se sacude,

frente al daño que pellizca nuestra sed

cuando la voluntad es prieta impotencia

que enjaula al libre pero fugitivo intento,

el amor es algo tan despreciativamente serio

que muchos dan bandazos en lo mismo,

redundan como neonatos que maman,

como veteranos crápulas

que retroalimentan su adolescencia,

como agua en movimiento

que persiste entre la senda vegetal de acequia

porteando objetos vacíos por dentro,

busco rastro del ámbito donde todo sea

tan suavemente fácil

que estoy decidido a seguir engañándome,

quiero lo que está negado

y niego lo que es posible,

cierro todo un campo abierto

y abro dudas que son una medio verdad,

¿me contradigo en el placer sencillo

o me hallo entre lo imposible?

Las semillas custodian otro misterio infinito

y los laberintos son caminos huérfanos de horizonte.

Parece sencilla la vida

mientras la ingenuidad nos ilusiona,

parece pan comido este juego

y está podrido el postre más allá del ayer,

todos empezamos por dónde más nos gusta,

mientras fermenta nuestra exquisitez.   

 

***

 

LA CASA APAGADA

 

A Z. R. V. O.; vivimos nuestro

día a día sin olvidarla.

 

Son las cuatro de la tarde

y todo un bostezo ocupa el lánguido tedio

de nuestra siesta matutina,

el perro duerme, la cucaracha duerme,

duerme la paloma, duerme la polilla,

y la basura ha dejado de ser el único sueño,

las señoritas duermen boquiabiertas

y roncan panza arriba,

los meandros han escapado de cuclillas

por la puerta principal,

el aburrimiento se extiende

como un ocaso que pretende estar erguido,

tres seres durmientes

y tres computadoras en vigilia,

son las cuatro y media de la tarde

y la casa parece inmaculada,

la televisión con su sobremesa encendida,

y el ayer deja un rastro en el silencio,

solamente nos queda el feliz aniversario

y es lo que más nos duele.

***

 

LIFE ON MARS

 

Tú tienes la televisión

encendida para ti sola,

alternas entre Netbook

y programas amarillos,

yo me conformo con Bowie,

con café, con cigarrillos;

Tú tienes Play Station, Prozac,

y las aplicaciones del Facebook,

yo me conformo con unir palabras,

con tu voz contra mi voz,

con resumir en una frase

todo un día insoportable;

Tú tienes todo un mundo

para mirar bajo sospecha,

yo no tengo sospecha,

y miro hacia la nada,

mi mundo ya ni mira;

Tú tienes la luz de las bombillas,

la sombra en los umbrales,

los reflejos en los quicios,

yo me conformo con tus sobras,

con tus destellos pacatos,

con la luz de tus sonrisas.

Vivimos lejos el uno del otro,

yo creo ser de Marte,

Tú en Plutón olvidaste el bolso.

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Fuga en Do Menor

 

         Amaneció y los vecinos, al despertar, nos encontramos las calles repletas de furgonetas y coches de la policía. Agentes uniformados y armados hasta los dientes se paseaban por las aceras, a la espera de algo, no sabíamos qué. Qué ha pasado, nos lo preguntábamos todos no sin sorpresa y no poco de aprensión. Algo grave debía de estar ocurriendo, terroristas, murmuraban algunos con más que evidente exageración, para que se montara semejante despliegue, el mundo estaba muy mal. Pero no, al final, al poco rato, circuló de boca en boca algo que ya todos sabíamos: era por los talleres, se trataba de los telares de los chinos, el barrio estaba repleto de ellos, clandestinos, secretos, apenas visibles aunque conocidos por todos. Si uno paseaba por aquellas calles, apenas veía a los propios chinos, de tanto en tanto te cruzabas con alguno, silencioso, discreto. Pero los había a mares, aunque no los viéramos.

         Fue en las antiguas fábricas donde colocaron sus telares. Compraron los solares y los adaptaron con suma discreción. Trabajaban todo el día, incluso por la noche, y a veces, cuando volvías tarde, escuchabas el bisbiseo de las máquinas. Trabajaban en ellos cientos de mujeres. No lo veíamos, pero se sabía. A veces llegaban hombres. Los dueños, los gestores, los veíamos entrar en los locales y se iban rápido. Apenas se relacionaban con el resto de los habitantes, eran comos dos mundos que existían juntos, pero separados, sin posibilidad de contacto. Tampoco molestaban y por ello no nos interesamos por lo que pasaba dentro de aquellos muros.

         Bajé a la calle, fui al bar, a tomarme el primer café y leer el periódico. Me crucé con varios policías que parecían indiferentes a nuestra cotidianidad. No leí el diario, la noticia estaba ahí fuera. Llevan desde antes de abrir, me dijo Juanma. Vaya susto, le dije. Pues sí, respondió, hacía años que no había barullo aquí, desde las huelgas. De aquello hacía más de veinte años.

         Vimos de pronto como salían de las antiguas fábricas los policías con las primeras mujeres a las que rodeaban y guiaban hacia los vehículos. No parecían, sin embargo, peligrosas, y no lo eran, sin duda alguna. Miraban al suelo, como indiferentes, como ajenas a lo que les estaba sucediendo, absortas en sus pensamientos y, en definitiva, como si todo aquel jaleo no fuera con ellas. Las distribuyeron en las furgonetas. Parece que dormían en los mismos talleres, dijo alguien detrás de mí. Vaya vida, exclamó un hombre a mi lado. Seguro que ellas son las que menos culpa tienen, comentó una mujer. Siempre son los pobres los que pagan el pato, añadió no sin poca rabia y una pizca de resignación. Algunas furgonetas arrancaron y desaparecieron tras la esquina. Los vecinos miraban desde las ventanas o algunos se paraban en la calle. Se hizo un silencio tremendo. No apetecía decir nada más, todo era demasiado triste. No los conocíamos, a los chinos, sobre todo a las chinas, vivían en su mundo, pero no era bonito contemplar todo aquello y qué menos que sentir no poca piedad.

         Pagué el café. Salí del bar e hice varias gestiones antes de volver a casa. Abrí la puerta del portal, tenía ganas de dejar atrás aquel espectáculo. Me acerqué a los buzones y fue entonces cuando la vi. Estaba debajo de la escalera, escondida en un hueco amplio donde algunos vecinos dejaban las bicicletas, los carritos de los niños. Estaba sentada en el suelo. Temblaba. Me miraba con pánico. Nos observamos durante algunos segundos. Hola, le dije, y de inmediato me sentí algo imbécil por no haber sabido decir otra cosa, haber reaccionado de otro modo. Se puso a llorar. Sin sollozos, sin aspavientos, sólo derramaba lágrimas. Me acerqué. Ella se puso más tensa si cabe. Se echó para atrás, como si pudiera atravesar la pared que estaba a su espalda. Estiré los brazos hacia ella, lentamente, no quería asustarla todavía más.

– Tranquila. -Le dije.

– Tú no darme ellos.

         Su voz era como la de una niña. No sabría decir qué edad tenía. Fuera sonaron sirenas de la policía. Eso le asustó todavía más. Sube conmigo, le dije, y apunté hacia arriba, hacia la escalera, a mi casa, añadí. Me miró extrañada. No supe si me había entendido. Ven, le dije. Hice un gesto con la mano. Se levantó. Le dejé pasar delante de mí y empezó a subir las escaleras.         

         Llegamos al segundo piso. Es aquí, le dije. Abrí la puerta y ella entró. Se quedó quieta en el recibidor. Pensé que tal vez no se fiaba mucho de mí, lo podía entender, pero no tenía muchas opciones, o era la policía o era yo, en cualquiera caso la incertidumbre. Pasa, le dije. No sabía muy bien qué hacer.

– ¿Lavabo? -me dijo-, yo sucia.

– Ven.

         Le abrí la puerta del lavabo. Ella entró, avergonzada, tímida, cerré la puerta y fui hasta la sala de estar. Salí al balcón. Había todavía movimiento. Se iban algunas furgonetas, llegaban otras nuevas y de una fábrica cercana salían de nuevo grupos de policías con mujeres chinas a las que introducían en los vehículos.

         Escuché que salía del lavabo. Entré y fui a la cocina. Saqué varias cosas para que comiera. Agarró con ansia algo de fruta, tenía hambre, y mucha además, no lo disimulaba. Me fijé más en ella. Era joven, pero seguía sin poder precisar una edad. Me pregunté qué íbamos a poder hacer. No podría salir de casa durante algunos días. La policía iba a merodear seguramente por la zona, sin duda no sería la única china que había escapado y buscarían a las fugadas. Eso me hizo pensar en mi papel. Estaba escondiendo a alguien. No sabía muy bien si las acusarían de algo, pero de momento yo estaba ayudando a alguien a fugarse de la policía y eso, supuse, debía de ser un delito. Claro que no era lo que más me preocupaba, por mucho que nunca hubiera tenido problemas con la ley y no me apetecía mucho tenerlos ahora. Pensaba sin embargo más en ella. Mientras comía, parecía reducir su temor hacia mí, pero no iba a ser fácil, estaba seguro, que confiara plenamente. Claro que yo no sabía muy bien qué hacer, como ayudarla. Me sentí perdido, desconcertado. Por ella, por mí. El mundo me pareció de pronto un lugar tremendamente incómodo.

Juan A. Herrero Díez

 

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La Leyenda del Puente de Piedra

 

Por Cristian Claudio Casadey Jarai

 

El clima del pueblo era realmente caliente. Ese día en especial había sido demasiado sofocante, tanto que no había agua alguna capaz de calmar la sed de Pedro, el jornalero.

El trabajo en el cafetal había sido especialmente duro esa vez. Las alimañas picaban sin cesar su sufrido cuerpo. Las gotas de sudor que se deslizaban por su frente nublaban su fatigada vista. Por suerte sus labores ya habían concluido. La noche se acercaba sigilosamente.

El patrón, satisfecho con las tareas realizadas por Pedro, resolvió obsequiarle un gallo muy obediente y fortachón. Pedro estaba muy feliz con semejante regalo, por lo que agradeció mucho a su jefe y emprendió su recorrido.

El camino hacia su hogar era largo y sinuoso. Las montañas parecían burlarse del hombre, quien en su pesar no hacía caso alguno de las bromas de la naturaleza indómita.

El manto oscuro y estrellado le jugó una mala pasada. La falta de luz hizo que pedro equivocara su trayecto, por lo que llegó hasta un río cuando se dio cuenta de su error.

–   ¡qué me lleve el diablo! ¡Maldita sea mi suerte! – Gritó lastimosamente Pedro.

Un repugnante olor a azufre impregnó todo el ambiente. El Demonio en persona había acudido ante el llamado de Pedro, quien transpiraba todavía mucho más que antes.

–   Ayúdame Satán – Dijo pedro.

– Aquí estoy a tu servicio – Contestó educadamente el Diablo. Pedro nunca imaginó que el famoso Príncipe de las Tinieblas era un tipo fino y educado, con buen porte y muy elegante.

– Conozco tu problema y sé que te has perdido. Puedo ayudarte a llegar a tu casa a cambio de un favorcito – Habló con cierta malicia el Maligno.

– ¿Y qué quieres de mí? Sólo soy un pobre jornalero que no tiene fortuna, mi único deseo es retornar a mi ranchito con mi esposa y mis queridos hijitos – Replicó con pesar Pedro.

– Construiré un puente de piedra sobre este río a cambio de tu primogénito.

Pedro lo pensó detenidamente. Necesitaba aquel servicio, pero el amor a su hijo no le permitía realizar semejante sacrificio cruel.

– Está Bien Satán, pero con una condición – Sentenció Pedro – Debes terminar el puente antes de que cante mi gallo al amanecer.

– Muy bien, que así sea entonces – Exclamó impaciente Lucifer.

Con todas sus fuerzas el demonio sacó y sacó piedras desde las profundidades de su Reino. La velocidad de Belcebú era verdaderamente escalofriante. Pedro estaba anonadado con el espectáculo infrahumano que transcurría ante su vista. El gallo se había despertado y miraba como el Diablo trabajaba sin cesar.

Ya casi estaba por amanecer. El Demonio sonreía placenteramente al instante en que sólo le faltaba colocar la última roca en el puente. Pedro, ni lento ni perezoso, hizo cantar de un puntapié al pobre gallo, quien lanzó su quiquiriquí como si fuera el último. Lucifer, engañado, se refugiaba en el abismo del Averno, mientras Pedro soltaba grandes carcajadas.

– No debí de ser tan confiado. Me has ganado en verdad, hay gente más deshonesta que yo – Pronunció Satán.

Y así fue como el famoso Puente de Piedra fue creado hace muchos, pero muchos años.

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Muerte por Amor

En una oscura y húmeda callejuela a altas horas de la ya entrada noche, una mujer muy bella  iba caminando sola, por esas calles empedradas en las que sumergía sus pensamientos y en las que quería ver su reflejo; iba ataviada con un gran vestido de gala, con bordados, y piedras preciosas que se cubrían por una capa negra, que ocultaba desde el color de  su cabello hasta la punta de sus pies.

No importaba si pisaba un charco y ese lodo la ensuciaba, no pretendía nada. Sólo caminaba y pensaba. El frío del otoño hacía que se perdiera entre la húmeda neblina que oscurecía más su cabello, como las lágrimas que iba derramando al hacerse presa de un pasado, de un dolor… su cara (ella pensaba) era cómo una máscara, un disfraz, como si en alguna ópera hubiera estado, enmarcando sus labios rojos y sus lágrimas negras causadas por su mismo maquillaje.

Lo único que se escuchaba esa noche era el eco de sus pasos… y en eso, dentro de un parque, voló un ave,  un ave de color negro y salvaje;  era un cuervo y su aleteo, despabiló su mirada y descubrió su faz, al quitarse la capucha de esa capa, dejando enmarcada su blanca y mortecina piel al reflejo de la luna…

El cuervo croaba, pero ella no sabía lo que decía, no le entendía, la veía con recelo, lujuria y pasión, como un ardor enfermizo… y ella hipnotizada por esa mirada encarnada en el propio fuego del averno lo miró y se enamoró de él, sin saber el cómo, ni el porqué.

Su  misma mirada brillante lo atrajo hacia ella y él se posó sobre su hombro izquierdo, ya no se escuchaba nada más que el silencio en esa noche oscura y fría de otoño.

En ese instante, el cuervo, con su afilado pico, le quitó la capa, haciéndola trizas y acabando en el suelo, vio sus lindos hombros desnudos, blancos como la leche y quiso darle un beso; más no pudo,  y así enterró su pico en su cuello, y  mientras la sangre salía a borbotones, el mismo cuervo se entusiasmó más y con su mismo instinto animal y sin piedad, clavó sus garras en ella, y su pico en una de sus clavículas, para así, alimentarse de la sangre de una mujer que lo amaba, penetró en su carne, y con tanto dolor, ella murió, sin decir una sola palabra…

Ya que el cuervo se alimentó con su sangre y se comió su corazón, lleno de amor por él… la dejó muerta y sola. Nadie supo que pasó con ella, pero si pasan por esa antigua avenida de Londres, todavía se escuchan los pasos de aquella dama que se conjugan con el aleteo de un ave nocturna, una que desapareció también, una que se fue a su mismo infierno, dónde se confundió con el fuego de sus ojos y la oscuridad de esa noche, en la que mató, a la única mujer que amó, por desesperación y ambición.

Aquella a la que se unió y con la misma que en un charco de sangre desapareció.

Barbara Wall

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POEMAS DE NETBOOK EN EL BALCÓN

 

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

A LA GENERACIÓN DEL 50

 

Os veo juntos fotografiados y parece

que estáis delante de un fondo arrasado

que sabe a tapia de cementerio,

a nicho y sepultura verticalizada,

que sabe a gris fermentado en lo demás,

que sabe a madera podrida hace años,

Miro vuestras fotografías y veo

el añil sediento de ansiedad a bocanadas

y de coñac sombrío y enmohecido,

a todo vuestro repetido Padre Nuestro

como un cuajo negro de silencioso humo,

a la sábana oscura que os enseña

la efigie inocente de otro orbe perdido en este.

Os veo en la foto y os echo de menos,

recreo mi libre pensar pisoteando

[el no-vuestro, pisoteando la fruta prohibida,

siento pena por vuestro tiempo

y por los demonios de vuestro día a día

siento repugnancia completa. 

***

 

EL NIÑO DE ABAJO

EL LOCO DE ARRIBA

 

El niño que vive abajo

le pregunta a su mamá:

Mamá, ¿el vecino de arriba

está loco?

Su madre dice que sí,

con las mismas le pregunta:

¿Por qué, mamá?

¿Por qué se vuelve

la gente loca?

Entonces,

solamente entonces

su madre le dice: No seas curioso,

hijo, no lo quieras saber todo,

ya lo sabrás cuando seas mayor.

Ya mayor

 la pregunta es otra.

***

FACEBOOK

 

A veces hay alguien en Facebook

que quiere ser tu amigo,

solamente porque ha visto

tu triste fotografía,

no te ha visto en la vida,

pero quiere conocerte.

A veces hay alguien en El Bús

que rechaza ser tu amigo,

solamente porque ha visto

tu triste día a día,

 cruce de miradas en la vida,

 nadie quiere conocerte.

¿La timidez es cobardía?

¿Para conocer basta con verte?

***

LINUX, I LOVE YOU

 

Pensamiento libre,

Libertad de expresión,

Software libre,

Cibernética Anarquía,

Libre caminar,

Cultura Gratuita,

Download Free,

Información Gratis,

Socialismo Global,

Outsider on New York,

Insider on My Home,

Freedom on Silicon Valley,

Freedom for Tibet,

Libertad Sexual,

Poder elegir Adónde,

Nombre común a todas las cosas,

Deshazte del nombre propio,

Infancia Respetada,

Hambre zero,

Jubílate pronto,

Calidad de vida,

Ciencia gratuita,

Inversión en desarrollo,

Mundo Sostenible,

Energía Ecológica,

Primeras necesidades cubiertas,

Educación liberal,

Sentimental Educación,

Drogas Legalizadas,

Todos Somos Lo Mismo,

La Misma Cosa es El Mundo,

Abrid las ventanas Ya,

Que corra el aire Libre,

Hacedle que pase,

Decidle aquello de

COMO SI ESTUVIERAS

EN TU CASA.

¿Por qué no queréis cabrones?

Todo sería más fácil.

***

 

BLOGGER-NADIE

 

No tengo cuatrocientos seguidores,

Ya no reseño ningún libro,

por que la admiración está lejos

de la gratuita gratitud,

Enlaces: los justos,

Banners: solamente amigos,

Escribo lo que me da la gana,

algunas veces hablo de la tele,

otras de mi pasado reciente,

otras, no sé ni lo que digo,

tengo cátedra en tele-basura,

tengo menos visitas que un spam,

mi alma es correo no deseado,

me perjudico el nombre

con tanta redundancia,

ganas de repetir esa cacofonía,

me quedo solo

por que se cansa el lector

de la rutina,

escapo de misantropías

para lindar en la miopía.

Sin embargo, no pienso cambiar,

no venderé esta chupa

por más que pique,

me gusta la franela dura,

que abrigue, que proteja,

que dure, odio el poliéster.

Ignórame si quieres,

Despréciame si gustas,

Hackéame mis audios,

Saquéame las fotos,

Te doy mis poemas gratis,

No me dejes comentario.

Disfrázate de nylon.

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VERSOS SIN BAUTIZAR

Por Cristian Claudio Casadey Jarai

 

Cofre de tu vientre

Cárcel profunda

Portas un bosque

A toda la humanidad

Hemisferio casi perfecto

Círculo místico

Llevas en tus entrañas

La salvación del mundo

No permitas que te separen

No permitas que te humille

Sigue hacia adelante

Deja atrás el orgullo

Vida innoble y tirana

Que se desquita con los débiles

Llevarás tu propia cruz

Tan pronto hables sobre la verdad

Pero eso no te importa

Amas la justicia por sobre todo

Y no la de los hombres

Sino la verdadera

La que proviene del Altísimo

Sabiduría en tus venas.

***

Con su roldana de acero

El carcelero va borrando los años

Trozos de carne en el metal

Pedazos de alma en sus llaves

La puerta siempre permanece cerrada

Ya no hay visitas ni visitantes

Soledad inmensa

Que abraza inmisericorde

La oscuridad que rodea el claustro

Silencio embriagador

Que destiñe locura y ansiedad

A cada instante

A cada momento

En cada rincón

Pues nunca pasa nada

Nunca se mueve nada

Solo la espera

De quien no tiene salvación.

***

Cuchillo de pedernal

Que se levanta ante la fatalidad

Del incendio de tus sentimientos

De la frustración acumulada

Décadas de lluvias

Que desgastaron tu corazón

Que malograron tu existencia

Que arrebataron tu amor

Ruinas y desventuras

Lugares apartados

Buscas en vano tu lugar

Buscas en vano tu destino

No sabes que ya se ha ido

Y no ha dejado señales

Para que lo puedas encontrar.

***

Mudanza en el firmamento

Los dioses no desean más

Que nadie se entrometa

Que nadie ore

Que nadie suplique

Que nadie los ame

Que nadie los perturbe

Que cada uno viva su vida

Sin importar nada más

Pues nunca bajarán del Olimpo

Ni volverán del Valhalla

No descenderán al Averno

No intervendrán más

Solo ha quedado el hombre

Merced a su elección

No hay dioses que prohíban nada

Nada hay ni nada habrá

Solo ha quedado el hombre

Desprotegido ante la vida

Desnudo ante el destino

Desbaratado en su interior.

 

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POEMAS DESDE EL SOFÁ

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

NECESITO

 

Necesito escribir ahora este texto.

Quizá, por la soledad inmensa que supone

subir por la cuesta vertical del día a día.

Hoy, han venido todas las facturas a la vez.

Los vecinos me miran mal, ven a un moroso,

los bancos son sanguijuelas insaciables

y han perdido el corazón,

los políticos dicen que hacen cosas

para el ciudadano,

y lo que hacen es un obstáculo constante

que a ellos les favorece.

Necesito escribir ahora este texto.

No voy a pensar en métrica alguna,

no voy a utilizar aliteraciones,

no voy a explicarme con aforismos,

solamente quisiera

escapar de este triste mundo.

Quisiera ser lo más salvaje posible,

que las cifras no sean mis carceleras,

si tengo hambre salir de cacería,

si tengo sed tratar de consolarla,

si tengo sueño dormir en lugar seguro,

soy totalmente analfabeto

en el tema del cómputo, también en las rutinas,

solamente quiero entender

por que hemos hecho de esta vida

 un negocio, negocio rentable para algunos,

un negocio que incremente,

un negocio para y por todos, por y para nadie,

un negocio que es un yugo,

hemos dejado todos la sensibilidad

en los trasteros y en los sótanos,

el humano es deshumano,

no existe la conmiseración,

todo tiene su precio,

nadie da nada sin recibir algo a cambio,

tengo la necesidad de escribir esto,

tengo la necesidad de anestesiarme,

dirán que soy borracho, que digan lo que quieran,

por todo han de criticarme,

yo no diré nada, para que no me encierren,

que digan lo que quieran,

a esto llaman calidad de vida o superávit,

a esto llaman sociedad del bienestar,

a esto llaman primer mundo,

a esto llaman sociedad liberal,

yo quiero vivir en otro mundo, un mundo

donde la humanidad fuera posible,

quisiera escapar de esta mentira

y de esta superficial mojigatería que me sigue

los pasos a un medio metro de distancia.

***

 AMOR: QUIEN LO PROBÓ

LO SABE

 

En el amor

se mezclan las mugres con las tiñas,

lociones de afeitar con crecepelos,

misántropos con antropófilos,

el gentío de las riñas con los trasiegos,

se mezclan el sí de las niñas

con el no de los niñitos buenos,

el olor de las maduras piñas

con insípidas peras que saben menos,

se mezclan el álgebra y el logaritmo

 con la verbigracia del alfabeto,

se mezclan la poesía de las posologías

con la prosodia de los prospectos,

se mezclan la geometría del poliedro

con la química del ibuprofeno,

se mezclan las metáforas y las paradojas

con la metafísica del parafraseo.

(continuidad achicando sílabas)

 

 Blanquean su maña

los negros garbanzos,

se oportuna la muerte

en pos del oportunismo,

se vive y se desvive

en la cama o al raso,

y en camastro o en claustro,

se aprovechan litigios

entre pitanzas calientes,

entre ardientes molientes,

entre verdades sin dientes;

 el bitute, el lonche o el piscolabis

se lo guardan para mañana,

para cuando no hay.

No es ya convenido el amor

desde la cuna hacia el lecho,

para la entrepierna y el pecho,

entre el suelo y el techo.

Es conveniente ahora casarse

con trecho y sin pertrecho,

sin dicho y con hecho,

el divorciado aprende derecho.

Se apropian los amantes

de lo suyo y lo ajeno,

de lo impropio y lo apropiado,

del improperio y lo enajenado.

Se saca y se mete

según se pise,

bosteza la siembra

por simiente ya yerma,

por simiente fértil

la siembra siempre florece.

Igual es amor conuco que truco de cuco,

se suplanta el tuco caduco

por pañal, sonajero y patuco.

De fiesta a festín,

quien ahorra en pacata verbena

la goza en batín.

De lumbrera a tarugo,

si la dicha es bella madrugo,

si la casadera es verdulera

lamentan su yugo,

si la soltera es fea de veras

la catan solo en primavera,

como quien pica mendrugo.

 

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4º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

4º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

4º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

MENSUAL DIGITAL

NEVANDO EN LA GUINEA

48ºNúmero de la 2ª Etapa/01-10-2010

 

EDITORIAL XLVIII

Disidencias y Memoria Histórica

Este verano vimos morir dos personas profundamente vinculadas a la historia de España, con visiones diferentes, sin duda, del mundo. A mediados de Agosto moría Carlos Hugo de Borbón y Parma, pretendiente a la Corona española por la línea carlista, y a principios de septiembre fallecía Wilebaldo Solano, que fue durante la República secretario general de las Juventudes Comunistas Ibéricas y después del Partido Obrero de Unificación Marxista, POUM, en el exilio.

A la coincidencia de las fechas, se une que Carlos Hugo de Borbón y Parma y Wilebaldo Solano pertenecían a corrientes disidentes de ambos bandos enfrentados en la Guerra (in)civil.

El Carlismo, que apoyó en un principio el alzamiento del Ejército, pronto comenzó a disentir de Franco y de su régimen, del mismo modo que algunos falangistas se distanciaron del mismo, como el poeta Ridruejo. La mayoría del Carlismo, con su pretendiente a la cabeza, defendió la democracia, la pluralidad cultural y lingüística del país y una política social que no era ni de lejos la que se aplicaba en la autárquica España. Muchos carlistas sufrieron las consecuencias de esta disidencia en forma de una represión feroz.

Por su parte, el POUM formó parte de esa disidencia comunista que ya en los años treinta se distanció de la URSS y criticó el sistema represivo del aparato del Estado Soviético, acusando a Stalin de estar supeditando el movimiento comunista internacional a su propio liderazgo y a los intereses de Moscú, no siempre coincidentes con los intereses del proletariado mundial. Ello le llevó a ser el blanco de los odios del estalinismo. Al comenzar la Guerra Civil y producirse la Revolución en gran parte de Cataluña, Valencia y Aragón, principalmente, con un sinfín de colectivizaciones, el POUM se unió a la CNT en la defensa de las conquistas sociales revolucionarias. En Mayo del 37, el gobierno republicano, auspiciado por el PCE-PSUC y por el GPU soviético, prohibió el POUM y detuvo a sus dirigentes, entre ellos a Andreu Nin, que desapareció y fue asesinado en Alcalá de Henares.

Se da la coincidencia de que Wilebaldo Solano, en ese momento periodista en un periódico colectivizado de Barcelona, salvó la vida porque unos trabajadores de la imprenta, de filiación carlista, le avisaron de que andaban buscándole.

Por otro lado, el pasado 27 de Septiembre se conmemoraba el 35 aniversario de los últimos fusilamientos del franquismo. Se aplicó la pena de muerte a tres militantes del FRAP, una organización marxista-leninista a la izquierda del PCE, y dos militantes de la organización vasca ETA.

Nos llama la atención que apenas haya habido eco de las dos muertes citadas y del aniversario mencionado. Apenas unos artículos en la prensa generalista han recogido brevemente la biografía de las dos personalidades fallecidas, en un momento en que la Memoria Histórica y una pretendida voluntad de recuperar y asumir el pasado están en el centro del debate político, histórico y cultural de España. Nos resulta evidente que, con independencia de la opinión que tengamos tanto del Carlismo como del Comunismo crítico que representó el POUM, no nos podemos desentendernos de ambas corrientes. El Carlismo fue importante a lo largo del siglo XIX y de buena parte del XX, ahí están algunas de las novelas de Pío Baroja ambientadas en las guerras carlistas para corroborarlo, mientras que el POUM, aun cuando corriente política minoritaria, no por ello estuvo carente de peso en su visión de la realidad. No podemos olvidar tampoco la enorme importancia que tuvo Andreu Nin en su vertiente de traductor al español y al catalán de numerosos escritores rusos y que el escritor británico Georges Orwell luchó en las filas de este partido durante la contienda española, tal como lo reflejó en su libro «Homenaje a Cataluña», lo que nos chirría todavía más dicho olvido.

Es a todas luces decepcionante contemplar este silencio, aún más todavía cuando ni el Carlismo ni el POUM o la corriente que representó son hoy fuerzas políticas que influyan lo más mínimo. El carlismo es apenas una fuerza política marginal, organizada en pequeños grupos enfrentados entre sí. La herencia del POUM, por su parte, se lo dividen grupos de extrema izquierda de filiación trotskista o marxista disidente. Pero fueron importantes en su momento, lo que hace el olvido injusto, además de interesado. Da la impresión de que ambas corrientes tocan lo más vergonzante en la conciencia de las ortodoxias correspondientes. Parece que prima la voluntad de pasar de puntillas por esa historia oculta porque plantean un enorme dilema tanto al Estado como a la izquierda oficial, el de tener que reconocer o no una interpretación de la historia interesada y parcial. Por lo demás, muchas veces la realidad no se puede limitar a análisis simplistas, ya que la realidad tiene vertientes múltiples, no es ni blanca ni negra, admite múltiples gamas, aunque no por ello pretendemos relativizar las cosas. Creemos por último que se está perdiendo una buena ocasión de acercarse a la historia, de recuperarla en toda su amplitud, sin cortapisas ni intereses partidistas, que es lo que, nos tememos, prima en última instancia en el debate de la Memoria Histórica española. 

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GIRLS JUST WANT TO HAVE FUN

 

Te veo con jeans y calentadores rojos,

Te veo con zapatillas blancas y sueños azules,

Te veo con el pelo encrespado, Te veo y suspiro,

Te veo intentando subir de un salto

a la guardilla para encontrarte ya mujer,

Te veo escuchando junto a tu hermana

a Cyndi Lauper, a Donna Summer, a Tina Turner,

a Lionel Richie, en una cadena musical,

Te veo triste en tu soledad, Te veo y siento pena,

Te veo con tu gris melancolía en un cuarto

replegando la tarde de domingo, tarde que parece noche,

noche que llega tarde, tarde oscura como nunca,

Te veo uniendo sorpresas en cada beso,

en cada sensación, en cada rincón de sombra,

Te veo y siento por ti pena,

o quizá la sienta por mí, no lo sé, tal vez

quisiera retomar tu cordura e irte a ver,

irte a visitar huérfana de patrias y de amigas divertidas,

quisiera visitarte oculto e invisible

en el escondite imaginado de tu adolescencia,

a lo mejor peco de presuntuoso o especulativo,

pero sé que allí estabas esa tarde,

tarde nublosa en la que me llamabas

sin darte cuenta, tarde oscura en soledad,

tarde en la que sentiste este momento futuro,

tarde en la que presentiste una luz apagada

en la nostalgia de esa tarde que amenazaba a lluvia.

En aquellos años soñé esta tarde y eras tú,

Tú eras la niña solitaria dando sombra a las hormigas,

dando sombra a los sueños de sol adolescente

que me susurraban tu nombre de estatua griega,

tu nombre parco y único, tu nombre de sal y bronce,

como los sueños que anuncian una unión.  

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

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La pistola

 

         Qué pasada, exclamó, parece de verdad. Claro que nunca había visto una pistola de verdad para poderla cotejar con la que tenía entre las manos. Incluso pesa, añadió y apuntó a su amigo que reía a carcajadas sin saber muy bien qué le hacía tanta gracia y que de pronto le dijo: vamos a atracar un banco, y siguió riendo, como si acabara de soltar la chirigota más ocurrente. Vamos, lanzó con forzada bravura el pistolero, y luego preguntó al vendedor del puesto, que se mostraba completamente indiferente a la guasa de ambos, cuánto costaba el arma. Ocho euros, le respondió apático, como si en el fondo le diera igual vender o no vender el juguete a ese par de insustanciales que parecían tomarse la vida y sus cosas a cachondeo. Tome. Siguieron andando por el paseo marítimo, él con la pistola de plástico apuntando a diestro y siniestro sin que nadie se mostrara asustado o cuanto menos sorprendido. Allí nadie tomaba en serio a nadie, menos a dos jóvenes que se tiraban por el suelo de tanto empujarse, reír y gritar.

         Es nuestra última noche, exclamaron casi al unísono, como si de pronto se dieran cuenta de que se acababan sus vacaciones y que partían al día siguiente, vuelta a su rutina de extrarradio y aburrimiento. Hay que pasarlo bien, dijo el de la pistola, mientras la guardaba en el cinto del pantalón, por debajo de la camisa. Cojamos una buena. Fueron a la zona de bares. Eran varias calles repletas de tascas, pubs, tabernas, cervecerías y locales musicales, de gente en vacaciones con ganas de pasarlo bien y chicas bonitas. Olvidaron la pistola hasta que la volvieron a encontrar al día siguiente entre sus ropas tiradas por el suelo. La pistola, dijo quien la compró el día antes y sonrió. La volvió a introducir entre el pantalón y su cuerpo, por debajo de la camisa.

         Apenas dijeron nada mientras colocaban las cosas en el coche, se subían a él y arrancaban. Salieron del pueblo costero dirección norte. ¿Comemos en Barcelona? Comemos en Barcelona. 

         Tardarían poco más de una hora. Estaban algo resacosos, pero sobre todo tristes porque habían terminado las vacaciones y volvían a la rutina de los trabajos mal pagados, de las oficinas de empleo, de los apuros de dinero, del día a día con familias que les miraban algo mal, no os esforzáis, no buscáis nada estable, perdéis el tiempo, y su mala conciencia que adormecían con fiestas, alcohol y de tanto en tanto vacaciones baratas en la costa mediterránea.

         La mayor cantidad de coches les indicó que estaban cerca de la ciudad. Veían fábricas, tinglados, edificios, casas, más y más bloques. La ciudad. Entraron por una avenida cuyo nombre no conocían. Vieron el centro comercial. Entramos allí, dijo el conductor. El de la pistola sólo soltó un gruñido a modo de aceptación. Bajaron al parking que estaba especialmente oscuro. Buen lugar para un atraco, exclamó el de la pistola y la sacó de su escondite. El conductor, ágil, colocó el coche entre dos vehículos y paró el motor. A comer, dijo. Salieron del coche. El de la pistola la sujetaba con fuerza. Apuntaba a cualquier lado y hacía como que disparaba. Vio llegar a tres personas. Cuando las tuvo delante alzó el brazo derecho y los encañonó.

         Fue visto y no visto. Los tres hombres desaparecieron entre los coches. Qué susto, bromeó el de la pistola y soltó un insulto soez. Su amigo se rió, aunque no llegó a soltar una carcajada, ni tuvo tiempo. Se quedó helado al sentir en su nuca un roce metálico. Policía gritó alguien a su espalda. Luego escuchó otra voz. Tira el arma. De reojo contempló a su colega. Mantenía la pistola en la mano derecha y el brazo estirado hacia delante, como si se hubiera quedado inmóvil. Qué mala suerte, se dijo, cientos de personas allá arriba y la broma se la hacían a unos polis de paisano. Tírala, idiota, tírala. Pero no le hacía caso, seguía quieto, como si no supiera qué hacer, como si no comprendiese algo tan concreto y simple. Ti-ra-la. Fácil, pensó el amigo, se trataba de abrir la palma de la mano y que la pistola cayera al suelo, eso era todo, le resultaba acaso tan complicado, se preguntó. Resonó otra voz, tira el arma ya, y parecía hablar muy en serio, no daba lugar a dudas, tírala idiota, tírala, y el amigo del falso pistolero no recordaría si lo llegó a repetir, pero sí que su amigo se dio la vuelta sin dejar la pistola, sin bajar el brazo, sin hacer caso a lo que era obvio, tírala, idiota, tírala, y sonó un disparo y sólo recordó que vio cómo del mismo hombro derecho del que salía el brazo enhiesto brotó sangre, mucha, sangre a borbotones, y un gesto de dolor desdibujó por completo el rostro de su compañero de fatigas. 

Juan A. Herrero Díez  

 

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Manos

Por Patricio Rascón

1

Tras apartar sus ojos del periódico

Me dice Guillermo

Uno de tantos empleados que acuden por las mañanas a tomar café

Al bar de la estación

¿Qué habría ocurrido si Franco no hubiese actuado,

si hubiese dejado que gobernasen los comunistas*?

Y yo respondo con una de esas frases neutras

Que he aprendido a esgrimir cuando quiero salir del paso

Sin presentar batalla

Minutos más tarde

Mientras me debato aún entre si mi respuesta fue pragmática o cobarde

Asociando ideas

Rememoro una escena difusa

Que durante muchos años estuvo oscilando

En la retina de mi memoria

Y oigo la voz de mi tío que me confiesa

Tú tendrías tres o cuatro años, tu padre puso tu mano

sobre el tubo de escape de su moto, aún caliente,

y dijo:

Para que no te arrimes y te quemes.

2

De pequeña

Allá por la década de los 70

Noni iba a un colegio de monjas

Como era zurda

Las hermanas le ataban esa mano

A la trincha del mandil

Con el lazo de su coleta

Para que escribiera con la diestra

Cuando yo la conocí

En el 80

Padecía disgrafía y era ambidextra

La primera vez que caminamos de la mano

Me tendió la izquierda

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POEMAS-HOMENAJE AL LIBRO

DE ELOY FERNÁNDEZ PORTA

€®O$-La superproducción de los afectos

Anagrama, 2010

Ganador del XXXVIII premio Anagrama de ensayo

 

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

GENEROSIDAD Y CACHARRERÍA

 

Traen regalos, traen paños de cocina,

traen utensilios de menaje, traen vasos,

traen fuentes, cuencos y ensaladeras,

tazas de café y jarras de cristal,

traen adornos, centros de mesa,

cacharros y prácticos inventos,

traen recipientes, mantelerías,

multiusos e inutilidades,

 mini-estatuas de cerámica,

artefactos para el hogar

y productos de limpieza,

traen vajillas, sartenes y ollas,

generosas adquisiciones

de miscelánea doméstica,

traen y traen cosas innecesarias,

cosas que van llenando la casa

y a la hora de mudarse

se tornan románticas inutilidades

que molestan más de lo que sirven,

debería estar súper-agradecido,

debería estar contento

por tanta generosidad,

creo que son socios

de selectos Todos a Euro,

pero pienso, repienso, requetepienso:

que traigan dinero, billetes,

monedas de Euro a manos llenas,

que traigan regalos de esa utilidad,

detalles y más detalles,

obsequios y más obsequios,

regalos de total uso práctico,

capital para apaliar nuestro tedio,

con eso nos harían felices de verdad

y no nos tiraríamos los trastos

que nos traen a la cabeza.

 

***

 

RUPTURA A LA CASH-CONVERTERS

 

Para vengarme de esta ruptura, de tu desamor

y tu desprecio punzante, de tus desaires,

de tus insultos y tus provocaciones, para vengarme

de la soledad a la cual me has condenado,

para sodomizarte como a una puta,

para contradecirte como a una loca,

para desacreditarte como a una borracha,

para hacerte el corazón añicos,

para jugar con tu verdad cambiante,

para reírme en tu cara de idiota

he venido al Cash-converters más cercano.

He vendido tus regalos embusteros

 y tus obsequios secos de cualquier cariño,

tus recuerdos cargados de veneno,

tus oportunismos plagados de doble sentido,

he vendido los regalos de Navidad,

los de San Valentín, los de mis cumpleaños

y nuestros aniversarios que me enllagaban el olvido,

les he dado una patada por cuatro perras.

Cuatro perras que me vendrán bien

para sentirme del todo vengado y cobrado.

He vendido nuestro anillo de prometidos,

tus Cd’s escogidos con cariño,

tus libros regalados por Sant Jordi,

he vendido mis caprichos frente tu nula aprobación,

mientras los vendía, me reía de tu cara de sorpresa,

me reía y gozaba por ello,

me imaginaba ver brillar tus lágrimas en la oscuridad,

carcajeaba de gusto al ver

tus regalos irse de mi dominio de dueño vengado,

veía irse en su derrota lo que me perteneció,

fui dueño de tus momentos de dicha,

de tu felicidad en mi regazo de resplandores,

gozo viéndote llorar por lo que fue tuyo.

Y ahora, precisamente ahora,

precisamente ahora que el dinero me gasté

el que llora soy yo, y solo yo.

Me dieron una mierda por tus objetos vendidos,

me los gasté fugazmente

en drogas y borracheras sin alma,

me los gasté en putas con sumo interés,

interés que tú no tenías. Interés por mi dinero efímero.

Te eché de menos a ti y a tus obsequios.

Siento que ya no te tengo;

que todo lo que tenía tuyo de mí se ha marchado,

me siento vacío.

Quise recuperarlos pero fue tarde ya.

Otro los había comprado

y ahora eran a él a quien pertenecían.

Vengarse de los demás es hacerlo de ti mismo.

 A la hoguera los recuerdos

y los huecos sin tu presencia.

Me cago en el amor materialista.

***

 

EL AMOR VALE PASTA

 

Amantes a la carta para casados aburridos,

Prostitutas de lujo que prometen la dulzura,

Venta de objetos en cash-converters tras una ruptura,

unos dicen así olvidar, otros solo tratan de eludir la basura,

Sodomía fiada y sweet love con Mastercard,

Agencias Matrimoniales ofrecen rusas a precio de saldo,

El amor por interés ya no se finge de cara a la galería,

Chats hacia el vacío, Nube de Tags calentitos,

Megabytes que pululan otros hemisferios,

Oxigenadas madames y gentlemans de pelo chuzo   

se han vuelto empresarios de Tupper-sex a domicilio

y/o seudo-parques temáticos del placer inmediato.

Compañías low-cost se apuntan

a las relaciones humanas. Homosexuales buscan

la seda morada del amor eterno sin previo aviso.

La poesía amorosa se ha edulcorado

como un dime y direte casposo

que gusta a las ancianas aburridas y a las marujas.

Se ha democratizado el corazón latino.

La Banda magnética arrastra el satén por los veladores,

Improvisados regalos para San Valentín

 rojos de terco empache, brillantes en su repetición,

se amontonan en la sección de devoluciones.

El Corte Inglés reinventa la semana de ella,

la de él, es otra campaña salvaje ofrecida

 a los nuevos peleles del siglo que llaman

 al cero-dieciseis para burlarse de la teleoperadora.

Los gigolós existen, los inventó Mercadona,

La industria del amor también existe,

son aquellos socialdemócratas en paro

que imaginan un mundo encoñadísimo.

En los bares sirven la fruta de la pasión,

es visceral, es morbosa, carece de amor propio,

y le late el corazón 24 veces por segundo.

Se ponen de moda exóticos paletos horteras

que van de Adonis engominados

cantando hits de medio pelo por Lloret de Mar,

les hacen la competencia a los italianos de antaño,

si, aquellos, aquellos que nos quitaban las novias.

Bandadas de melómanos incordian a las musas,

les piden incompasivos derechos de autor,

trabajan para la SGAE y son todos cocainómanos.

Plagio de proxenetas negreros y explotadores,

Arcadas dan las princesas contra sus sapos verdes,

En ellas existe la noche solo los fines de semana,

Príncipes rosas musculosos con pajarita y torso desnudo

sirven a cuarentonas un nuevo amor como volcán.

Ahora está de moda el sexo idiota por web cam,

Ahora está de moda que lagartas y lagarteranas

den el coñazo de su vida por un ciber-poema erótico

que provoca jaqueca y sentimiento de culpabilidad.

Puteros que pagan por hablar un rato en la cama,

Viejos verdes que quieren amor solo por un día,

Perritos falderos financiados con un crédito personal

ladran celosos cuando se acercan los novios recién duchados,

Soledad amputada con amplios vacíos al dorso

de las postales,

insatisfacción anudada al hilo de lo nunca visto,

 frikis que se conocen al dedillo

 lluvias artificiales, meandros y meapilas,

y el aeropuerto escupe turistas de la homosexualidad,

  infraestructura demasiado oportunista y cutre.

Fermentados besos entre climas tropicales,

Paquete turístico donde se turnan los escaparates,

Sicodélicos tugurios y bosquimanos del viagra,

Vouayers miran la revolución sexual por los coches

en las áreas de servicio de las autopistas.

Negocio del amor en dosis de principiante,

Absurdo invento con el que nos duermen la moral,

Caricias mágicas, argucias y artimañas,

Florilegio y atadura, cortejo para cretinos,

Seductoras cifras, oropel en los embudos.

Aunque acabes siendo yonqui del amor edulcorado

que vaga las calles

nunca estarás preparado para tanta mentira.

Interés mediocre y primario, germen del capitalismo,

¿Para qué tanto interés y sentimiento de mercadillo?

No hay nadie más sabio que un divorciado.

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

EL PENSIONISTA

 

Ser pensionista con treinta y seis años es el colmo.

Aunque hay peores cosas.

Lo que más me gusta de mi ociosa vida

es que me puedo dedicar a la lectura/escritura.

Lo que no, la gente me lo dirá.

Me gustan más los días laborables

que los días festivos. Claro, como yo no trabajo…

me gustan los días laborables

porque están todos los comercios abiertos,

la gente anda por las calles deprisa,

pero sobretodo,

porque me auto-respondo a una duda,

a la duda cruel que atestigua mi propia soledad.

Soy dos hombres y no me mortifico por ello.

Pues, no soy ni el primero ni el último.

Es como sacar a dos gemelos traviesos a pasear.

***

 

METÁFORA SONORA

 

Un fino chorro de agua salpica

en el asfalto, continuidad sonante;

su sonido parece un rastrojo

de paja de trigo ardiendo,

o un bosque en llamas;

cruje y se consume la paja,

arde el bosque enajenadamente,

y no hay un fino chorro de agua

que calme ese incendio.

 

***

 

A LOS POETAS CATALANES

 

Si los poetas catalanes

escribieran con la misma lengua que yo hablo,

esos poetas, tan grandes como ocultos,

tan buenos como desconocidos,

si plasmaran la lengua de mis ancestros,

si tuvieran el acento de un sur intacto,

serían reyes de cualquier parnaso,

serían coronados con finos laureles,

serían musicados por el viento,

serían inventados para la vida,

serían los guardianes de otros mitos,

serían los amos de las perlas,

ensalzarían las risas de las mujeres,

anudarían la palabra al mismo cielo.

Si los poetas catalanes

hablaran como la égloga del barrancal,

con la metáfora castiza al lomo,

con la eñe sentada en sus soportales,

con el dejo de un viejo fandango,

serían poetas universales

que por ende y allende cantaran

sus poemas tan sublimes como subliminales,

serían bardos con pica tan simple

y estandarte tan parco y concreto,

que siglos de oro plagaran

con viento del este hacia adentro.

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* Guillermo llama así a toda la coalición de izquierdas (Frente Popular) que ganó en España las elecciones celebradas el 16 de febrero de 1936, tal vez más por ignorancia que intencionadamente.

3er NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

Autor: Ferrán Fernández

Clickea abajo en el enlace (versión pdf):

3er NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

3er NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºXLVII de la 2ª Etapa/01-09-2010

 

EDITORIAL XLVII

SOBRE LITERATURA ACTUAL EN ESPAÑA

 

 

Estamos en una época de artificio e impostores, de caducas teorías inspiradas desde un pasado e imposiciones que cansan a los lectores, en una época de chorradas y conceptos lineales, en una época de gracias asequibles y tonterías rentables, en una época de seudo literatura y experimentalismo ya experimentado, en una época de fanfarronadas y dudosas posturas imitativas, en una época de epígonos argumentos y ejemplificadas frases repetidas. La literatura española actual ha dejado de ser innovadora. Lo más innovador que se conoce, a nuestro parecer, fue la trilogía escrita por Enrique Vila-Matas llamada por el editor de Anagrama (Jorge Herralde) como la “Catedral de la Metaliteratura”, y las obras postreras de Roberto Bolaño. Hemos visto experimentos que como experimentos han resultado rentables, pero que como materia viva e interesante, y como antecedente que aporte algo nuevo a la literatura contemporánea han dejado mucho que desear. Podemos enumerarles a escritores de la llamada Generación Nocilla, que han visto incrementarse en un elevado índice de ventas sus novelas pero que como novedad en el mundo de las letras universales solamente tenían esa gracia improvisada y paralela a la cultura televisiva y a la de las nuevas tecnologías, y a la cultura de masas, pero que como material interesante y novedoso se dormía en los laureles, se iban por la puerta de atrás y de puntillas. Podemos ver a escritores españoles que creen haber encontrado una piedra filosofal y haber descubierto América, y se quedan en la nonada contribución de lo que ya estaba escrito. Decimos esto por que ya otros escritores anteriormente experimentaron sobre esa misma tendencia, y ellos vuelven a redundar en lo mismo, vuelven a evidenciar lo ya dicho, lo ya citado, vuelven a la misma frase hecha que ellos ahora ven como suya propia. Hay demasiada mentira en el mundo de las letras españolas. Demasiada tomadura de pelo, demasiado nepotismo cutre, demasiado servilismo, demasiada farfolla. Nos quieren vender la moto unos de que son escritores que pretenden desaparecer, cuando lo que pretenden es permanecer. Y eso no es malo, no; lo malo es que nos intenten engañar. Después están los que a base de escribir tonterías, todas expuestas bajo una trama interesante, nos intentan divertir con gracias improvisadas y con chistes malos. Se está perdiendo el fruto único y necesario de la literatura seria, literatura que hable desde y para las entrañas de la tierra, literatura buena, literatura que interese y haga hincapié en lo que el ser humano es en sí. Debemos aprender más sobre escritores de fuera. Escritores que aunque han hecho su vida aquí y han escrito su obra también aquí, han interesado mucho más en otros países extranjeros, por su condición de escritores originales,  por su condición de escritores completos, de escritores que enganchan al lector como es el caso de Roberto Bolaño, Juan Villoro, y otros tantos más. Los descendientes de la generación del Boom, y los mismos integrantes de ella, han desmejorado su actitud, han caído en la petulancia, en la decadencia; han dejado de escribir una obra coherente para entrar en el parnaso de la repetición incesante.

Pero existen excepciones. Escritores de ensayo como Eloy Fernández Porta, y escritores de novela y poesía, como Vicente Luis Mora, están demostrando que no todo está perdido en el mundo de las letras hispanas como hasta ahora parecía. Aunque la literatura está cambiando en la forma en que las nuevas tecnologías lo permiten, la literatura actual, la literatura vista desde la perspectiva de las humanidades, está como nuestra economía: en estado de recesión, en estado de crisis, que es como nos dicen los políticos que estamos, aunque muchos siempre hayamos estado así. Los escritores actuales han entrado en la dinámica de publicar lo que sea, de ganar el máximo dinero posible, de publicar un libro cada año, para ante todo ganarse el pan y el sustento; pero, ¿Estos libros tienen calidad literaria? ¿Estos escritores que lo que dicen que  pretenden es desaparecer, lo que pretenden realmente es todo lo contrario? Nuestra opinión es que así es. Pretenden, antes que desaparecer, pretenden permanecer; pero la permanencia de los escritores es más fidedigna cuando el escritor escribe desde la humildad, desde la soledad y la independencia, desde la carencia de influencias externas, desde donde el escritor no tiene miedo de lo que escribe, desde donde el escritor no ejerce un compromiso para con sus lectores, desde donde el único compromiso que existe es ejercer la dignidad del propio autor para así no caer en petulancias y consignas apropiacionistas, que suenan a molde industrial , o a patrón de moda, del cual, parten las ideas que todos conocemos, y las cuales suenan a tópicos y estereotipos demasiado escuchados ya. Demasiado repetidos, demasiado evidentes para negar lo evidenciable.

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La muchacha muerta

 

         El hombre se mantenía inmóvil sentado en la butaca de la habitación y daba la impresión de hallarse absorto, al margen de lo que le rodeaba. Su mano izquierda sujetaba la barbilla mientras que el codo reposaba en una de sus piernas. Miraba hacia el suelo, con la espalda corvada hacia delante.

– Parece inofensivo. -dijo Molina.

– Nunca te fíes de la primera impresión -le replicó Murgaín-, aunque tampoco huyas de cualquier intuición que tengas porque es la base para la razón y, con el tiempo, te darás cuenta de que la vas afilando.

– ¿La intuición?

– Exacto.

         Acababan de entrar en la habitación del hotel y todo estaba en orden, la escasa y minimalista decoración del dormitorio a la que se añadían las pertenencias de sus ocupantes aquella noche, sobre todo las visibles, la maleta en una esquina, junto al armario, y la gabardina y el bolso de mujer sobre la cama. La presencia de los agentes de policía y la quietud del hombre rompían la normalidad de aquel escenario. Dónde está ella, preguntó Murgaín y uno de los agentes apuntó hacia la puerta tras la cual estaba el baño. La abrieron y allí sí que los detalles indicaban toda la amplitud de la tragedia. El rojo de la sangre destacaba en el azulado de las baldosas y en el blanco del bidé. Por el contrario, la mujer, en la bañera, parecía dormir.

– Es hermosa. -afirmó Molina a quien, por edad, la belleza le debía aún que impresionar bastante.

– Lo que es un problema.

– ¿Por qué?

– Nadie duda de quien es bello: resulta inocente, creíble. El marido en cambio es feo y casi viejo, lo tiene muy mal.

– No estará exagerando, jefe. -preguntó Molina a quien los comentarios pedagógicos de Murgaín a veces le resultaban excesivamente tópicos.

– Honestamente, ¿te lo creerías si el marido te dijera que esta chica tan joven y guapa le maltrataba y que matarla fue una mera reacción defensiva, un mero salvarse a sí mismo de la fiereza de la ninfa?

– Hombre, jefe, que tampoco nos lo va a contar así.

– ¿Ves? No te lo creerías.

         Murgaín observó el baño con atención. Aunque intentaba mostrarse duro y distante, lo cierto es que a él sí que le afectaba la belleza herida. Miró a la muchacha no sin turbación, sin duda molesto por su muerte y sobre todo por la vida enredada que habría llevado. Sabía, y en ello había sido sincero, que mujeres hermosas de rostro dulce habían cometido crímenes atroces, pero en el fondo, en un rincón de su espíritu, guardaba la idea de que aquello era una aberración, un hecho contranatura.

         Vamos a hablar con el marido, ordenó y ambos salieron del baño. El hombre continuaba con el mismo gesto sentado en la butaca. Los dos se pusieran delante de él y sólo entonces levantó la mirada. Sus ojos enrojecidos parecían pedir comprensión. Quizá clemencia, pensó Molina sin poderlo evitar. Esperó a que los agentes rompieran el silencio. Que sean ellos quienes arranquen la conversación, debió de pensar tal vez por táctica o tal vez por el tormento que arrastraba. En todo caso, parecía exigirlo. Murgaín comenzó por presentarse, soy el subinspector Murgaín y él es mi ayudante, el agente Molina. El hombre hizo un gesto con la cabeza. Murgaín pidió la documentación de ambos y un policía se la entregó. Hizo tiempo mirando los documentos, el carné de identidad del marido y el pasaporte extranjero de la mujer. 

– Cuénteme que ocurrió. -a Molina a veces le molestaba la aridez impersonal, casi inhumana, con que su jefe iniciaba los interrogatorios, como si para él no fuera posible que quien a todas luces parecía ser culpable de repente no lo fuera y existiera otra versión de los hechos distinta a su lógica de diablo viejo, o sea, de policía con años de experiencia en eso que, con no poca retórica, se calificaba de dura realidad de la vida o maldad absoluta de la naturaleza humana.

– Mire, mi mujer llevaba tiempo irritada. No acababa de centrarse, hace tiempo que queremos un hijo …

– ¿Cuánto tiempo llevan casados?

– Un año. Nos casamos al poco de conocernos …

– ¿Cuánto es poco?

– Cuatro meses, tal vez cinco.

– Sí que fue rápido.

– Las circunstancias, sabe. Ella necesitaba salir de su tierra y a mi edad las cosas no se pueden demorar mucho.

– Por cierto, ¿la diferencia de edad no fue un problema?

– Lo fue, por mí, por el qué dirán.

– ¿Y que decían?

– Que me iba a sacar los cuartos, que era una niña que me buscaba para que yo le trajera de su tierra a aquí y luego me dejaría colgado y a dos velas.

– ¿Y a usted no se le ocurrió que pudiera ser cierto?

– Claro, pero yo la quería, sabe, más allá de lo maravilloso que es tener a alguien joven, una mujer hermosa. Para mí tampoco es … fue fácil. Yo nunca tuve muchas oportunidades, la vida en lo sentimental no me ha sido amable. Pero me quería, la verdad es que me quería, no se lo podría explicar, pero yo lo sentía. Es verdad que el que yo tuviera dinero era para ella un aliciente y tal vez al principio fue determinante. Pero sepa que me tomó cariño y en ningún momento me iba a abandonar.

– Me explicaba que estaba irritada.

– Sí. Discutía conmigo. Lo buscaba, como si necesitara desahogarse y sólo lo consiguiera chillando, enfrentándose a mí.

– ¿Se pegaban?

– Nunca. Yo no la pondría la mano encima.

– Sin embargo, la situación no debía de ser fácil.

– Pero yo no soy de esos tipos que pegan a sus mujeres.

– ¿Y qué ocurrió anoche?

– Me montó una escena.

– ¿Qué tipo de escena?

– Que no podía más, que pensaba en matarse.

– ¿Hablaba con frecuencia de suicidarse?

– No.

– ¿Ayer fue la primera vez?

         Aquí el hombre calló. Mantuvo la mirada en el rostro de Murgaín, le miraba a los ojos como si intentara sonsacarle respuestas en vez de preguntas. El subinspector se mantuvo quieto, sin mostrar el más mínimo desconcierto o inquietud por ese repentino silencio, pero sin querer tampoco atosigarle.

– Mi mujer era feliz pese a todo. No le voy a decir que todo le fuera bien, no acababa de adaptarse, le costaban muchas cosas, pero se sentía bien conmigo, le repito, sólo que su vida no fue fácil.

– ¿Cómo se conocieron?

– Fue en su aldea. Yo viajaba con frecuencia. Invertí allí, ayudé a construir casas para unos socios, una agencia de turismo. Ella trabajaba en el hotel en que me alojaba, un hotel pequeño, familiar. Apenas sobrevivía con lo que ganaba. Se lo daba todo a sus padres, sólo cubría parte de la comida.

– Sin duda Vd. fue como un milagro.

         El rostro del hombre pareció irritarse con el comentario de Murgaín. Sin duda le recordaría otros comentarios y doble sentidos.

– Ya le he dicho que el que yo tuviera dinero tuvo su importancia para ella, pero le aseguro que se sentía cómoda conmigo.

– ¿Y por qué estaba irritada?

– Aquí todo es distinto. Además, buscaba una estabilidad, quería que yo pasara más tiempo con ella, pero viajo mucho y debía estar muchos días fuera. Por eso habíamos decidido que de vez en cuando viniera conmigo, así estábamos juntos y también ella se entretenía, tal vez se relajaba y pudiera así quedarse embarazada.

– Pero seguía irritada.

– Sí.

– ¿Y anoche?

– Discutimos. Me pidió salir, dar una vuelta. Ella es joven, lo entiendo. Le dije que estaba cansado, que mañana tal vez, pero ella comenzó a chillar.

– En el hotel nos dijeron que chillaron ambos.

– Estaba cansado, lo que menos me pedía el cuerpo era una sarta de reproches injustos y levanté la voz.

– ¿Y que pasó?

– Se puso como una loca. Que se iba a tirar por la ventana, me dijo. Y allí se dirigió. Yo me asusté.

– Aunque nunca antes amenazó con matarse.

– No, pero temí que estuviera afectada por la medicación.

– ¿Qué medicación?

– Tomaba algo para facilitar el embarazo. Lo habíamos consultado en una clínica. Supongo que buena parte de su irritación venía de los medicamentos.

– Entonces, se dirigió a la ventana.

– Sí, y yo me asusté, ya le he dicho. Corrí hacia ella y la sujeté por los brazos, con fuerza, sí, pero para que no se lanzara.

– ¿Ella se resistió?

– Sí, y chilló más, me dijo que la dejara, me insultó.

– Y Vd., ¿la chilló?

– No lo recuerdo bien, creo que sí, tampoco me acuerdo de lo que le pude decir, estaba encrespado, nervioso y desbordado.

– ¿Entonces?

– Se desasió de mí y se metió en el lavabo. Sollozaba, pero parecía que ya no quería suicidarse.

– ¿Qué hizo Vd. cuando se metió ella en el lavabo.

– Me senté en la butaca. Bebí.       

         Murgaín observó la botella de Flor de Caña. Buen hotel, pensó, distinguen a sus clientes con un buenísimo ron.

– Me quedé dormido -continuó tras un silencio herido-, esta mañana la encontré muerta en la bañera, con todas esas heridas en los brazos y la sangre por todas partes, una pesadilla, se lo aseguro, créame.

– ¿No oyó nada al meterse ella en el lavabo?

– Nada.

– ¿No hizo Vd. nada cuando se encerró?

– Supuse que necesitaba estar sola.

         El hombre se puso a sollozar, el rostro entre las manos. Murgaín y Molina se miraron. Esperaron que se relajara.

– ¿Tenían pensado regresar hoy a su ciudad?

– Mañana.

– ¿Va a regresar?

         El hombre le miró extrañado. Sin duda pasó por su cabeza que sería detenido, que le acusarían de matar a su mujer. Ahora, de pronto, la pregunta de Murgaín abría una salida, una situación diferente.

– Tendré que arreglar los papeles de Elsa -balbuceó-, no sé cuánto tiempo me llevará. Pero también están ustedes -les dijo de repente, con fuerza, como si sólo en ese momento descubría realmente la presencia de los policías-, no sé si necesitarán retenerme, saber más cosas.

– Se lo diremos esta tarde, ahora descanse.

         Murgaín aconsejó a los policías agilizar el registro, que dejaran al hombre descansar, les dijo. Él le miró agradecido. Que se quede uno solo de vosotros, ordenó, por lo que pudiera pasar. Salieron de la habitación y bajaron al vestíbulo. Hablaron con el personal de la noche que habían declarado ante un oficial. Disponen de otro cuarto para el Sr. Belández, preguntó Murgaín. Le dijeron que le instalarían en otra habitación y que cuando la policía lo indicase, limpiarían la actual. Lo pueden hacer en cuanto llegue el juez para el levantamiento, sugirió el subinspector, el registro está terminado. Salieron del hotel. Cuando se subieron a su coche, Molina preguntó que impresión había tenido.

– No lo sé -afirmó-, no siempre todo es claro y cristalino.

– Así es.

         Por un momento, sospechó que esta vez la intuición poco le iba a ayudar. El hombre estaba realmente compungido y no sabía hasta qué punto actuaba ante ellos, estaba seguro de que lo hubiera detectado con facilidad si era así, o si por el contrario, aun consciente de lo que había ocurrido, lamentaba haberla matado, si es que la había matado, pero cabía también que ocurriera lo que les había explicado. Las cosas, realmente, no siempre resultaban evidentes.

– Ojalá ella nos pudiera decir algo.

         Molina sonrió levemente. Qué ideas de bomberos se le ocurrían a veces al jefe, pensó. 

Juan A. Herrero Díez

 

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POEMAS DESDE LA PRAXIS TEÓRICA

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

Quiero saber si el papel higiénico

de la Real Academia limpia …fija y da esplendor.

José Agustín Goytisolo

 

MONÓLOGO DE UN HEREDERO

 

Hay herencias que son un verdadero desastre,

se pelean los hermanos, se disputan el esfuerzo,

se reparten el patrimonio, se llenan de rencor y odio.

Pero yo no puedo pujar por lo que no es mío,

pues lo mío, a otros poetas también pertenece.

Soy heredero de poetas que tienen sencillez como dote

y en el parnaso de laureados sus palabras

brotan con orgullo entre los más grandes poetas.

Soy heredero de ti José Agustín, de ti Federico,

hasta de ti Gamoneda, heredero de poetas,

herencia que vale un Perú, heredero de ti

Jaime, de ti Mario, de ti Enrique, de ti Juan Carlos,

heredero de ti Blas, de ti Jorge Luis, de ti Roger,

soy heredero de ti Antonio, tú que eres

un poeta que ralentiza a la naturaleza,

heredero de galaxias inmensas que salen de las páginas,

heredero de ti José María, heredero de ti Charles,

heredero de ti César, de ti Vicente, de ti Elena,

heredero de todos, heredero soy de vuestra poesía,

heredero soy de lo que no se nombra,

heredero soy de lo que todavía no se ha dicho,

heredero soy de lo que queda aún por decir.

***

 

MONÓLOGO

SOBRE PALABROS, PALABREJAS

Y PALABROTAS

(Las utilizadas en los anuncios de la tele)

 

Odio las palabras que mezclan tradición e industria;

odio los spots televisivos que invitan a la confianza,

porque no hay nada que me trasmita más desconfianza.

Odio las palabras Producto, Productividad,

como por ejemplo, cuando dicen los spots algo en relación

con la palabra Producto me dan cierto repelús.

Cuando dicen algo así como Nuestros Productos,

me incitan a la desconfianza y su uso es el contrario

del que se proponen, me da casi fobia escucharlas,

es evidente que quieren ostentar dedicación y calidad;

odio cuando la palabra Producto se une a palabras bellas,

por que, ¿qué produce el hombre? El hombre no produce,

el hombre en algún caso (des)produce.

Por que, ¿cómo estamos destruyendo especies animales,

vegetales, incluso humanas, y decir que producimos?

Y encima con esa soberbia, con esa argucia, con esa magnificencia, con esa insolencia, y esa ceguera estética.

Es pura hipocresía; el hombre no produce,

cuando engendra (re)produce, y cuando crea (des)produce.

O quizá prefiera mejor la palabra (contra)produce,

por que es evidente que todo ese esfuerzo ya lo hace la naturaleza.

Odio cuando los poetas usan la palabra Producto,

cuando por ejemplo dicen, estas son mis Producciones. 

Palabras como Producto es (contra)producente para mi salud.

Otra palabra que me provoca urticaria es Establecimiento,

la encuentro impositiva, una palabra reaccionaria.

Esto no es una tienda, o un puesto, o una Boutique

(que etimológicamente es francófona), es un Establecimiento.

Me resultan repulsivas, me resultan difíciles de tragar,

estas palabras que quieren ostentar algo que no son

 es como si fueran artificios impropios de las personas.

Es como intentar vendernos un Producto, o un Establecimiento

que se cree por encima de la condición humana.

Es como si fueses un pelele en manos de estos artefactos

expresivos, es intentar ser rimbombante, es intentar

superarnos a base de contradecirnos; como si creáramos Gloria

en cantidades industriales siguiendo rigurosamente una tradición,

es tratar de especular con una verbigracia que es magnánima

y que pretende ser delirio de grandeza

en vez de ser sencillez, de ser proximidad, de ser cercanía;

es intentar vendernos la moto a base de especular

con lo que no existe por ningún lado.

***

 

DONDE NACE EL POEMA

(Retórica entre el jazz y el flamenco)

 

¿De qué fuente parte el poema?

¿Qué destello y qué resplandor

evoca a la sombra del poema?

¿De cuál esencia se nutre?

¿Dónde brota su semilla abierta?

¿Qué idea lo hace fértil?

¿Qué metáfora lo resplandece?

¿Qué útil presencia lo entraña?

¿Qué sustancia lo germina?

Padre, yo quiero ser poeta,

quiero ser poeta que una

cielo al sol y luna al viento,

quiero ser poeta que aúna

las azucenas que de blancas lloran,

y las magnolias solas que ríen,

quiero ver las dos en una

para ver llorar de alegría

al amigo de las flores nuevas.

Para ver reír al niño

salpicando verdad de charcos

de aguas sinceras que gimen,

quiero volver donde yo fui,

quiero yo ser patria de sueños,

quiero volver para vivir

y ver al caballo de cartón risueño,

y ver aquella alondra otra vez ir

hacia el nocturno de aire en el verbo,

en la canción que rima sola

y por la noche ser yo tu dueño,

yo quiero para ser feliz

que la luz quepa en este verso.

Que la luz gima en trémolo sexo,

que parta en dos un poema

y lo haga metafórico contexto,

yo quiero ver crecer la hierba,

y quiero galaxia en el beso,

quiero luna en la noche quieta,

trémulo vacío de rima al viento

y que trepe en ti la hiedra,

que trepe la raíz en todo tu cuerpo,

que suene la zambra allí

y ver dormir al señor del tiempo.  

***

 

RETÓRICA VACÍA

 

Preposiciones, conjugaciones,

Neologismos, retórica vacua,

Tanta frase ¿para qué?

Sujeto, verbo, predicado,

Hacer énfasis tras la coma,

Explayarte tras el punto seguido,

Coger aire entre los paréntesis,

Soltarlo en el punto y aparte.

Unir palabras ¿para qué?

¿de qué me servirá tanta metáfora?

¿para qué me servirá

tanta dedicación frente al lenguaje?

Aliteraciones, fonemas, aforismos,

Palabras como gusanos quietos,

Cadenas abiertas a la idea,

¿Para quién escribo mi verdad?

La verdad mía puede no ser la suya.

La verdad es un instrumento

en manos de cada sujeto,

de cada individuo.

Me monto en el automóvil,

¿qué me deparará esta carretera?

Intimismo, intromisión, intuición,

entro en un intrínseco intrusismo,

Preposición, conjugación,

Sujeto, verbo, predicado,

¿Para quién escribo?

Elegante juego de palabras vacías,

Fenece una ilusión y nace otra,

Tengo una ilusión anterior a la futura,

Compro una cosa y me canso,

Compro un libro y quiero otro,

Me canso de mí mismo,

Me canso de este vacío,

He roto las postales de aquel viaje,

He roto los recuerdos

en un yermo olvido.

Quiero ser otro, por eso escribo.

Puntos suspendidos,

Seudo-vorágine de letra elástica.

Me dices: -Un papel aguanta

cualquier cosa. Yo te digo:

No todas las cosas

aguantan tu papel-.

*****************************************************

 

SELECCIÓN DE POEMAS

POR MARIO MELÉNDEZ

(Poeta chileno afincado en México)

 

LA ÚLTIMA CENA

 

Y el gusano mordió mi cuerpo

y dando gracias

lo repartió entre los suyos diciendo

“Hermanos

éste es el cuerpo de un poeta

tomad y comed todos de él

pero hacedlo con respeto

cuidad de no dañar sus cabellos

o sus ojos o sus labios

los guardaremos como reliquia

y cobraremos entrada por verlos”

Mientras esto ocurría

algunos arreglaban las flores

otros medían la hondura de la fosa

y los más osados insultaban a los deudos

o simplemente dormían a la sombra de un espino

Pero una vez acabado el banquete

el mismo gusano tomó mi sangre

y dando gracias también

la repartió entre los suyos diciendo

“Hermanos

ésta es la sangre de un poeta

sangre que será entregada a vosotros

para el regocijo de vuestras almas

bebamos todos hasta caer borrachos

y recuerden

el último en quedar de pie

reunirá los restos del difunto”

Y el último en quedar de pie

no solamente reunió los restos del difunto

los ojos, los labios, los cabellos

y una parte apreciable del estómago

y los muslos que no fueron devorados

junto con las ropas

y uno que otro objeto de valor

sino que además escribió con sangre

con la misma sangre derramada

escribió sobre la lápida

“Aquí yace Mario Meléndez

un poeta

las palabras no vinieron a despedirlo

desde ahora los gusanos hablaremos por él”

***

SEÑORES DEL SUR

 

Señores del sur

he comprometido mis raíces con ustedes

mi palabra llegará como un río

a recoger la tierra y su origen

Llámenme agricultor

cuando el trigo se despierte

cuando cruja la semilla

y el invierno se levante en una mano

Llámenme soldado

cuando el agua y la piedra se reúnan

entonces seré el puñal

que desgarre ceniza y envoltura

No digan al Maule como me llamo

me reconocerá por la voz

por los susurros que mis labios

llevarán hasta su lecho

No digan nada en Constitución

o en Pelluhue o en Chanco o en Curanipe

mi nombre fue encontrado en una ola

no es necesario que digan nada

Señores del sur

mi casa es mi mejor emblema

Pueden ver a través de las ventanas

o a través de mis ojos

lo que les tengo preparado

Abriré de una en una mis heridas

y escupiré poemas en vez de sangre

y a todos les diré mi nombre

Porque no quiero ver a Pedro

arrinconado en un museo

o a Manuel Francisco

retenido en una boca

Ellos sabían cantar

eran dos vientos de distinto oficio

dos gotas que el Maule

sacudió con violencia

Y yo ¿quién soy?

algo tengo de todos

cara de pan o de hormiga

muslos comprometidos

con el sabor de la tierra

hombros de padre

dientes de inquilino o de patrón

Soy una flor con espinas

y pétalos de mármol

un poema preparado

con la lluvia de cada día

***

VINCENT 1993

 

a Vicente Huidobro

El gran poeta de las vanidades

se mira al espejo y dice

no hay otro mejor que yo

no hay otro más hermoso y delicado

más burlón, paradojal e irresistible

Y cuando voy por las calles

me persiguen y me piden autógrafos

se aglutinan en torno mío o se desmayan

porque soy más inmortal que las agujas

y en mi boca suspiran las estrellas

Así, cada montaña es un pelo en mi oreja

y cada nube una escalera de emergencia

donde subo y bajo como un mago

persiguiendo su conejo sin darle jamás alcance

No obstante los helicópteros me adoran

me adoran también las escolares que diviso de reojo

me adora el trapecista de un circo desahuciado

me adora la azafata de un vuelo imaginario

me adoran los enanos, los duendes, los fantasmas

y todos gritan “Ahí va Vicente, ahí va

con su cara encerrada en un sombrero

ahí va, el que se orina en los astros

el que respira copihues

y cambia de color hasta volverse inaguantable”

Y yo me río como un Buda chocho

cuando arrojan flores a mis pies

y me lleno de números telefónicos

y de mujeres que darían sus propios pechos

por rozar mi frente de amante multitudinario

o por mirar mis cabellos salidos de un arcoiris de fruta

Tengo unos cuantos lunares en francés

y un gato que me habla en un idioma póstumo

y un perro que me muerde y me lame las antenas

y un cilantro preguntando quién soy

y yo le digo “No me busques

no hagas caso de la rosa deshojada

tú tienes tu propia sabiduría

tu propio olor

tu apellido en la cazuela del domingo

y no necesitas ser tan hermoso

para que ellos te respeten

cuando con sólo probarte

tienes ganado el cielo

y un espacio en mi garganta”

Ahora me marcho en mi paracaídas

me marcho en mi aeronave de plumas anónimas

me marcho a pellizcarle las nalgas a un piano

a dormir una siesta en un ataúd de huevo

***

QUE SALGA EL INDIO ENTRE LAS PIEDRAS

 

Que salga el Guayasamín que cada uno tenemos

que salga el indio entre las piedras, médula a médula

el gran precipicio que somos, la gran llaga ecuatoriana

y lo que cae del ojo al cielo, y lo que arruga el aire

y lo que sale de nosotros mismos como una rosa deforme

y lo que araña más adentro que salga

que salga el trueno, la bocanada, el relámpago

la hebra furiosa y tuerta que mira sangrar el alma

y aquí, en esta jaula ardiente que es América de luto

están pendientes los nombres de aquellas manos clavadas

de aquellos pies desahuciados, de aquellos huesos de humo

de aquel sueño arrojado al gran ataúd del miedo

o simplemente del árbol con sus ramas infinitamente secas

Porque no estamos muertos, no estamos

y hay uno que ahora brinca por encima de los sables

y hay uno que bebe fuego y lleva alas de ceniza

y hay uno que agrieta el río con su cráneo universal

y hay uno que dice yo, yo soy el indio entre las piedras

y todo el horror humano se me apaga en el cuerpo

y tengo lágrimas y penas

y el corazón como una luna borracha

y el esqueleto dormido, y la mandíbula tiesa

y a mi oído brama el perro de las noches podridas

y a mi boca rueda el beso de la angustia que mata

Y yo pinto, yo pinto con mi voz y con mis uñas repletas

yo pinto con mi oxígeno la cicatriz del viento

raspo la puñalada maldita de los siglos

me sumerjo en el ácido mortal de las pupilas andinas

desnudo el recuerdo de la calavera sombría

y en mí sobreviven las tripas cortadas de cuajo

y cada grito soy yo, cada mejilla nacida del grito

cada suspiro fatal y su patria de aguja

cada mujer, cada hombre

cada animal volteado en la vértebra dramática

todos y cada uno de ellos

y en todas partes la vida como un sol amargo

y yo, hinchado de colores

cierro las alas y duermo sobre la tristeza

***

 

UN DÍA VOLVERÉ A TUS OJOS

 

Un día volveré a tus ojos

y comenzaré de nuevo

volveré con un sonido hueco de metal

y sol mojado

buscaré entre los papeles del tiempo

tu cuerpo verde y tus cabellos de uva

te coronaré en silencio con mi boca

y con mis manos que no terminan

Volveré por ti y por tu sangre estrellada

viendo pasar la tarde como una sombra antigua

algo se romperá allá arriba y no seremos nosotros

algo se quemará de pronto con el eco de tus sábanas

Y volveré más vivo, más puro, más hambriento

y volveré volando y desgarrando plumas

todo lo haré por ti, todo en silencio

que hasta los gallos prolongarán la noche

cuando te vean desnuda

***

LLÉVAME

Llévame hacia el sur
de tus caderas
donde la humedad
envuelve los árboles
que brotan de tu cuerpo
Llévame a la tierra profunda
que asoma entre tus piernas
a ese pequeño norte de tus senos
Llévame al desierto frío
que amenaza tu boca
al desterrado oasis de tu ombligo
Llévame al oeste de aquellos pies
que fueron míos
de aquellas manos que encerraron
el mar y las montañas
Llévame a otros pueblos
con el primer beso
a la región interminable
de lengua y flores
a ese camino genital
a ese río de ceniza que derramas
Llévame a todas partes, amor
y a todas partes conduce mis dedos
como si tú fueras la patria
y yo, tu único habitante

***

SI FUERAS CALVA TAMBIÉN TE AMARÍA

 

Si fueras calva también te amaría

me volvería loco besando tu cabeza

tu pequeña luna dorada

Si fueras calva, oh si fueras calva

te llevaría por el río de la memoria

me sentaría junto al fuego de tus ojos callados

derramaría un cisne en medio de tu frente

Pero la larga y ciega cabellera

el largo aliento de cristal

la larga hebra de ceniza y polen que tú eres

todo lo que la vida se guarda para sí en tus cabellos

lo que la noche te roba en suspiros

todo lo que el color del éxtasis te lame

como en un vuelo relámpago

como en un sol prolongado

como en un juego de luces apiladas en tu cuello

todo eso, amor, y más arriba esta ola

esta corriente, este aire

este racimo de algas enjuagadas al viento

este cordón humano amontonado a ti

esta marea, este soplo

este susurro que me ata hasta las últimas raíces

y lo que nace, y lo que acaba

y lo que cae al gran abismo de tu sangre

lo que no ha sido escrito, amor, todo el misterio

porque en la sombra de tu pelo

yo me ahogo para siempre

***

 

 

PARA MAYOR SEGURIDAD

Vengan a ver mi poesía
no está hecha de material ligero
aguantará perfectamente el invierno
y en verano refrescará
las mentes y los cuerpos
Hay poderosas vigas entre cada verso
hay listones apuntalando mis palabras
Y si la lluvia desea entrar
pondré mis sueños en el techo
y taparé las goteras
con mi propio dolor
***

LA OTRA

Caperucita nunca imaginó que El Lobo la dejaría por otra.
Nunca hizo caso de los consejos que en materia amorosa le daba
La Abuelita. Por lo que una mañana El Lobo le dijo: «Caperucita,
quiero terminar contigo. Ya no me excita perseguirte por el bosque;
ya no me agrada disfrazarme de abuelita para que tú me digas
tus tonterías de siempre, que si tengo las orejas grandes y esos
colmillos tan filudos, y yo, como un estúpido, responda que son
para oírte, olerte y verte mejor. No, Caperucita, lo nuestro ya
no tiene remedio». Entonces Caperucita, desconcertada por aquella
confesión, se echó a correr tan lejos como pudo pensando en la
clase de mujer que había conquistado el corazón de su amante.
«Es ella, tiene que ser ella», repetía la niña, mientras buscaba
desesperadamente la casa de la anciana. «Abuelita», gritó al fin,
cuando hubo contemplado la figura que yacía en el lecho, «¿cómo
pudiste hacerme esto? tú, la amiga en quien yo más confiaba».
«Lo siento», dijo la otra, «nunca pensé quedar embarazada a mi edad,
y menos de alguien tan poco inteligente e imaginativo. No obstante,
él es un lobo responsable, que no dudó por un minuto en ofrecerme
matrimonio al conocer la noticia. Lo siento, Caperucita, tendrás
que buscarte otro. Después de todo, no es este el único lobo
en el mundo, ¿o no?».

***

MI GATO QUIERE SER POETA

Mi gato quiere ser poeta
y para ello
revisa todos los días mis originales
y los libros que tengo en casa
Él cree que no me doy cuenta
es demasiado orgulloso
para dejar que le ayude
Lleva consigo unos borradores
en los que anota con cuidado
cada cosa que hago y que digo
Ayer no más, en uno de mis recitales
apareció de incógnito entre la gente
vestía camisa a cuadros
y mis viejos zapatos rojos
que no veía hace tiempo
Al terminar la función
se acercó con mi libro en la mano
quería que lo autografiara
y para ello me dio un nombre falso
un tal Silvestre Gatica
Yo le reconocí de inmediato
por sus grandes bigotes y su cola peluda
pero no dije nada
y preferí seguirle la corriente
Luego me deslizó bajo el brazo
uno de sus manuscritos
“Léalos cuando pueda, Maestro” me dijo
y se despidió entre elogios y parabienes
Y sucedió que anoche
y como no lograba dormir
levanté con desgano aquel obsequio
para darle una mirada
Era un poema de amor
un hermoso poema de amor
dedicado a Susana
la gatita siamés
que vivía a los pies del sitio
Parecía un texto perfecto
tenía fuerza y ritmo e imaginación
y todos los elementos necesarios
para decir que era un gran poema
y sin duda era un gran poema
un poema como pocas veces había leído
Entonces me entró la rabia
y la envidia y la cólera
y me pilló la madrugada
con el texto entre las manos
sin atreverme a romperlo
o hacerle correcciones
Que Dios me perdone por esto
pero no veo otra salida
mañana echaré mi gato a la calle
y publicaré el poema bajo mi nombre

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LA RAYA

 

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

Existe una raya, sí, una raya. Una raya entre la mitad visible de las gentes de un barrio de suburbio, las gentes sin estudios, gente sencilla y primaria, gente que ve la televisión, se distrae con los programas del corazón, con la repetida crónica rosa, con los programas basura. La otra gente es universitaria, académicamente ilustrada, va a las exposiciones, a las conferencias; veo a esas cabezas, la mayoría con gafas, y les digo, les digo en mi silencio que estoy entre la raya, aunque ellos esa raya la ven inexistente, ellos se rezagan de la manada de incultos y maleducados que les incomodan desde el silencio y la pasividad, se alejan borrando rayas, se van del todo de ese lumpen, se quedan en el lado de la raya, el cual les pertenece, el cual es solo de ellos, luchan contra el clasismo, aunque parecen ignorar que ellos son el mismo clasismo, en estado puro, en estado de verdad evidente. Estoy frente los dos lados de esa raya, entre las dos mitades. Una mitad cree que voy de predicador nocturno, que me creo más listo que ellos, que soy una especie de Testigo de Jehová mezclado con un burócrata venido a menos; la otra mitad me ve como a un extraterrestre curioso, un extranjero que no es de ninguna parte, un ser que no está en su respectivo lugar, como a un salvaje que se ha escapado de su cueva, de su hábitat natural, osease, un friki. Salto entre esas dos mitades, entro una y otra vez entre esos dos lados, dos vértices, dos mundos paralelos. En un lado de la raya están un matrimonio mayor ya, mirando la televisión, el hombre medio dormido, la mujer mirando la tele y comiendo fruta. También están un hombre que está y no está, está desesperado, preocupado, fuma y fuma sin parar, se muerde las uñas mientras que espera una noticia que le dé esperanza, que le saque de su tedio, que le rejuvenezca el suspiro, que le renueve el aliento, los minutos frente a él se difuminan desmayados como una aurora cansada, espera una explicación positiva, espera la confirmación que algunos esperan, espera la confirmación de su ingreso de parte de su médico psiquiatra; también está una chica maquillándose, pintándose el perfil de las pestañas con rimel, llorando, lagrimea cuando se pinta la comisura de los ojos, le acaban de mandar un msm, se limpia las lágrimas y se dispone a leerlo. En el otro lado de la raya hay una pareja en una conferencia, la conferencia está repleta de gente, la pareja mira y oye la conferencia, la conferencia es sobre el impacto de la Cultura 2.0 en la actualidad. Hablan de alta y baja cultura, raya entre todas las rayas. Escuchan al conferenciante; a decir verdad, él está medio dormido, incluso se le cae un hilo de baba espesa por la boca, ella está sosteniendo el móvil, está sosteniendo una cámara de fotos digital; en ese mismo lado de la raya también hay un pintor nervioso, no encuentra color para tanta negrura habitable en su interior, está perdido, está buscando la manera de dar color a su vida a través del Fotoshop, está tratando de lograr que su pintura entre en el reputado prestigio de un éxito que se le resiste, en realidad es algo mediocre, aunque él cree que es un genio aún por descubrir; también ahí hay otra chica maquillándose, se acaba de graduar en Historia del Arte, el arte está contaminado, los artistas materialistas intentan ganar dinero anteponiendo una retórica plagada de tecnicismos, demasiada tinta para tanta sencillez, demasiada verborrea para tanta simplicidad, pronto el arte será gratuito, lo saben ellos, lo saben todos. Se dice, contaminada de aburrimiento, se dice, mientras se maquilla, se dice, con la brutal sensación de haberse licenciado en nada, de que todo su esfuerzo ha sido en vano, vacía se maquilla.

La raya soy yo, yo soy esa raya. Esa raya que se peina en medio, o al lado, una cierta tendencia lo decide; también soy la raya del trasero que separa los glúteos, la raya de un aparcamiento, la raya de un mapa, la raya de cocaína, esa raya pequeña que se acaba deprisa, que se acaba deprisa y pide más, y pide otra, y otra, y otra. La raya que se pintan esas dos mujeres vacías en la comisura de los párpados, la raya de esperanza que el pintor busca entre imágenes de Fotoshop, anhelando, esperando, con cierta impaciencia traspasar la raya que lo separa del éxito, de la gloria, de la fama, de esa fama que no sabe a nada, de esa gloria que no pertenece a ningún sentimiento, es superflua, es ladina, es efímera, mientras él todavía cree que es lo único que le hará feliz; la raya del hombre expectante que vive en su mundo vacío frente a noticias que le dicen lo que él ya sabe, la raya que lo separa de la buena y la mala salud, la raya que divide su estado de ánimo simplemente por las noticias que vendrán; la raya que existe en el televisor, raya hecha de rayos catódicos, que dividen dos mitades y dos mundos paralelos, un programa cultural y el programa basura, la raya que sostienen estos dos seres adormilados, la raya entre sueño y realidad, una raya, una solitaria raya, una solitaria mitad frente a otra mitad solitaria. Una raya, una raya, una raya. Una raya contra una mitad vacía y detrás de esa mitad, una mitad hueca. Una raya, dos mitades. Una raya, dos verdades, una raya ante la soledad. Raya que separa la cultura de masas, la baja y la alta cultura, la raya de tiralíneas delator que excluye y separa con la eterna línea clasista. La raya en la que tropiezan los hombres. Raya invisible y eterna que no cambia y no pretende ser raya. Raya que empieza a ser otra, raya que cambia ahora. Raya. Raya. Raya que separa y une al mismo tiempo.
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POEMA DE ENRIQUE GRACIA TRINIDAD

 

UN LIBRO DE MAYAKOWSKY

EN LA MESILLA CON UN FONDO DE BLUES

Ha descolgado su teléfono

pero ya no es capaz de recordar el número preciso.

La cortina se mueve dulcemente,

cadera de bordados que acaricia la luz tras la ventana.

A lo lejos

suenan las voces de los niños

que el otoño conoce por sus nombres. Huele a lluvia tranquila.

Su mano izquierda ha conseguido

marcar el número imposible. Hacía tanto tiempo…

Un hilo de sirenas, como siempre,

va cosiendo la tarde

para que no le cuelguen los harapos,

para que la ciudad no se deshaga como un muñeco antiguo.

Los pitidos son largos y monótonos,

melancólico blues que se riza en los cables de la desesperanza.

La prensa de mañana contará muchas cosas,

disputas de políticos, nuevos descubrimientos,

los últimos apuros del banquero de moda, asuntos importantes;

pero no habrá entendido

que la noche es un pájaro lleno de certidumbre,

que de nuevo «la barca del amor

se estrelló sin remedio contra la vida cotidiana».

Nadie cogió el teléfono.

La tristeza quedó junto al balcón abierto como una enredadera.

En el húmedo asfalto, un reguero de sangre

va dibujando poco a poco

el silencio.

(Del libro “Crónicas del laberinto”)

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POEMAS DESPREVENIDOS

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

MIEDO AMARILLO

 

Le tengo un miedo interior, un miedo muy adentro,

a los reproches negros que todavía no se han dicho,

le tengo un miedo amarillo

a los proxenetas del café que tienen

la sonrisa de cartón-piedra, sonrisa meridional,

sonrisa dañina, sonrisa creciente y la mirada verde de sátira,

como la vegetal tragedia de los bosques cerrados,

como el asco que mira desde el escondite del niño;

le tengo un intenso miedo al cruce de calles,

a las ventanas entreabiertas, y al opaco de los ventanales

grandes, tapados, ocultos de ignorante ceguera

 de los bares que miran incompasivos la derrota,

con su tedio para afuera, desde adentro, para afuera;

le tengo miedo también a los buzos de la cloaca abandonada,

a los butaneros cansados de subir a mi ático por las escaleras,

a los inquietos suspiros, a los incómodos momentos incómodos,

les tengo miedo desde mi coartada de cemento,

desde mi habitación inhabitable, desde mi mujer abandonada,

desde mi semáforo en rojo, desde mi sorpresa de luz.

Oigo los pasos tibios del reloj de arena,

me persigue su mitad medio vacía y su mitad medio llena,

me acuesto en el filo afilado de las treguas que se tragan,

me levanto como un espantapájaros roto, podrido por la lluvia,

ante el olor contenido de las cocinas que preguntan por ti.

Soy un vocero que pregona ausencias en la oscuridad

y que teje su ruido desde la patria del olvido,

que sentencia su cuesta abajo a los alpinistas

con la amenaza que evoca al nadir que finge la chica del pozo,

resumo mi tenaz desacato, me hago miscelánea

en el soplete de verano que el matarife odia,

por que se apilan los cadáveres sedientos de voz

en el horizonte esquivo de los Adanes remotos, Adanes sin Eva.

Existe un mundo desde este mismo otro,

existe una mañana que huele su sacrificio,

ya no quiero seguir creyendo en lo mismo

por que en Edimburgo conocen presagiados el secreto de la flor,

esa flor desnuda que revienta de noche

y de buena se persigna ante un vacío que la monta por detrás;

los gritos, mis gritos vienen desde el miedo amarillo;

los niños olvidados se interesan por el pulso de los párpados,

una verdad de rodillas los busca por los sótanos prohibidos,

una gran verdad que los arrincona de cara a las ventanas tapiadas;

todos bajan por la avenida desmantelada,

la ciudad los engulle siniestra, mientras que en las oficinas

comentan su destino encaprichado en las nostalgias.

Pero ellos se hacen los ignorantes ignorados

dejándose caer en la sección de deportes, en sus rutinas grises.

Los Brokers se comen su sandwitch de seco logaritmo

y beben el zumo del plomo que se acomoda,

los samaritanos sueñan con cabezas motoras,

con seres que arrastran su inercia de grillos en una pared,

los samaritanos sueñan que viven sin el impulso

y que en las cajas de cobre se amontonan sus susurros de lata,

los samaritanos sienten traición en muros de (des)vergüenza,

y colorados devuelven la (des)vergüenza sin muro,

devuelven su (des)vergüenza esclava de lo nunca oído,

después de que la cabeza motora pregunte la hora

para que nadie pueda decirle si son la una o las tres.

(…)

Unos lo llaman voz del instinto, otros lo llaman

cuando no hay dos sin tres,

otros lo llaman locura y laberinto,

otros prefieren verlo sin quererlo ver.

EPÍLOGO

Soy la volteleta arriesgada de la golondrina

y soy el opio absorbido que busca decidido la sangre,

soy el niño con miedo al guardián del parque,

y soy la mañana furtiva que desperada renace.

No quiero creer que para nada sirve un sacrificio en la tarde,

no quiero vivir para ser una historia triste,

se comen los miedos la alegría de los tinteros,

se acaban las ilusiones al unísono con la verdad.

Miénteme entre dulces mentiras que yo soy agua y barro,

miénteme por que ahora tengo la esperanza en el río.

  Y ese río baja ciego de ruido de agua que no se detiene.

***

CONTRA-CINEMATOGRÁFICO

 

Existen personas apartadas del modo,

Mundo aparte entre princesas y divas,

Inmundo desprecio entre lodo y yodo,

Mundo lejano aunque no lo percibas,

Crepúsculo y otoño, flor o cogollo,

Existen películas que reflejan nocivas

Una mota de polvo en un ojo por ojo,

La cinematografía es una bonita mentira,

Fotograma sospechoso, juguete roto,

Soldadito de plomo, escenario o tarima,

Mentira consentida, sobreactuado doblo,

¿Qué tiene que ver esta vida aburrida

con el romántico mundo de este otro?

  ¿Tiene que ver tu película preferida

y ese falsario riesgo que yo adoro

con la verdadera ruina (des)merecida

y el afán por poner al personaje apodo?

Fui príncipe y me pegaron el SIDA,

Yo fui un feo sapo y cambié de rostro,

Yo del paraíso pasé a mejor vida,

Tú quisiste comértelo de una vez todo,

Él se conforma con la nariz torcida,

Ella piensa que es un estorbo,

Ellos tienen vida mala, pero unida,

A él le gusta el vicio, el mero morbo,

Ese borracho vive para su bebida,

A los otros solo les interesa lo otro,

Ese se cargó el jerifalte, la directiva,

La secretaría; aunque tenía buen fondo,

Para ese la droga es todo en su vida,

El otro se pregunta, ¿la quito o la pongo?

Hay alguien que se va hacia su deriva,

Hay quien sufre por este mundo loco,

Existen bellezas con tendencia suicida,

Existen fracasos que con goma borro,

Existe quien cambia, quien se cuida,

Quien por su histeria lo desconozco,

Los hay que a marcianos esquivan,

Los hay que se apuntan a un coro,

Los hay a los que les va la grifa,

Los hay a los que les va el costo,

Los hay que no conocen buena vida,

Los hay que quieren ser otros,

Los hay que se acuestan de amanecida,

También hay quien se levanta pronto,

¿Conoces a alguien que no decida?

¿O que no decida por sí solo?

Los hay que temen a la despedida,

Hay quien jamás tuvo en la vida apoyo,

Existen personas que dan solo grima,

Quien resiste su vida poro a poro,

Los hay que temen hasta la risa,

Los hay que de risas se toman su poco,

Hay quien ve en todo un gran cisma,

Los hay que discrepan del poema tonto,

Hay quien se lanza, quien se rila,

Del metraje largo hasta el metraje corto,

Una película cuenta una mentira,

Cuenta un amor, un asesinato, un robo,

Pero es la fantasía de los que sin vida

Encuentran un bendito placer en otro,

Elige la mentira a quien nos mira, 

Purpurina a purpurina, plano del rostro,

Fotograma a fotograma, actor o plastilina,

 Elige mi retina lo que desconozco,

Elige mi ego y la película convida,

Elige mi interior ser un rato otro, otro.

***

 

ODA PARA MI PSIQUIATRA

 

A Josep Moya Ollé, testigo de mis tormentos

y de mis obsesiones, de mis paranoias y de mis palabras.

 

Mi psiquiatra es la esperanza que yo visito

Cada cierto tiempo, de vez en cuando,

Es la piedad, la compasión, el tercer grado,

Es la pauta que mantiene a mi equilibrio,

Es la pregunta que rastrea la vegetal raíz,

Es el pulso de sus párpados, corazón de paloma,

Es oasis en la tormenta, quietud de doble filo.

Contempla mi historia desde cada síntoma,

 Analiza el cobre de los impulsos que duelen

Y los contrarresta con el estaño caliente,

Mi psiquiatra es tranquilo y pausado,

Suspira su ansiedad en las zonas comunes,

Prefiere no ser capitán de ningún barco:

Marfil feble que absorbe mil debacles frías,

Pez que recuerda mi ausencia y mi presencia.

No te miro a los ojos por que me miro,

No, porque me veo, no, porque me encuentro.

Conoce la tempestad que doy a mi frente,

Mi mosca encerrada en un vaso del revés.

Ha visto muchas veces el agua sucia

Que corre decidida hacia todas las cloacas,

Percibe los acertijos y todas las adivinanzas,

Sabe del triste pájaro y del azúcar apolillada,

Se muestra como un amigo en la distancia,

Respeto su autoridad y curación de antesala,

Elige quién no muere entre los alfileres

Y quién no necesita de su mágica sabiduría,

 da consejos para evitar la hinchada sombra,

Escribe resúmenes sobre tedios con miseria,

Evita el bostezo en las auroras cansadas,

Se cae exhausto en el minuto solitario,

Se duerme entre rutinas que espesas le giran.

Es amo de mis realidades con abrigo,

Que desnudas ante él buscan su consuelo.

Se escapa del hombre de los rayos x,

Se escapa triunfante de fantasmas sombríos,

Se esconde de semi-dioses tirados al mar,

Vence batallas ante los diablos de espuma,

Y se bate en duelo contra los Napoleones,

Se aniquila su pregunta entre el sí y el no,

Es mi súper-héroe, es mi ejemplo imposible,

Mi ángel de bata blanca, mi guardián de luz,

Lucha para el orbe arrodillado, para el ego

Sometido, contra el decimonónico diagnóstico.

Conoce el vértigo urbano del estrés moderno,

Conoce la epidemia de cascabeles vacíos,

Conoce la incógnita de la sinrazón, y del hallazgo

Su viva contradicción, conoce los miedos

Ante las calles que escupen, los miedos que pisan

Las carencias de flor inmadurada,

Conoce las noches de atada carne amoratada,

Conoce prisiones en el cielo abierto,

Y hasta libertades encerradas en un puño,

Y hasta libertades debajo de un zapato,

Conoce tragedias y comedias a ras de suelo,

Conoce laberintos de agua, y muros ante el viento,

Tiene indicios de que la primavera existe

Pero prefiere no saber dónde tuvo lugar,

Prefiere la imprevista pertinencia

A la pregunta conocida, prefiere el arte

Del conocimiento a la enajenada respuesta.

Yo ante él me inspiro desde mi soledad gris,

Con él me indago hallándome deprisa,

Presumo de tener un amigo distinguido

Ante vecinas que saben de mis malas compañías,

Con él encuentro lo que yo no sé darme,

Y evito la putrefacta idea que llama a mi puerta.

Corre con él un río de tinta entre la fórmula,

De él esperan un pseudo-milagro sin esperanza,

Su conferencia es un pacto entre el espejo

Y la blanca pizarra, y entre la ilustrativa esencia

Y el antiguo árbol de la ciencia que indaga.

Resume mi mes con porfiado sosiego

Y encuentra gnomos correteando los rincones,

Aunque estos son enormes en su total soledad.

***

 

-OFF EVOLUTION-

BROADWAY OF THE FUTURE

 

Este mundo es un escenario,

Primero actuaron los dinosaurios,

[Luego-Después: Entreacto de óbito hacia

una hibernación como un telón de hielo.]

Después actuó el hombre de las cavernas,

Vinieron tribus, comunas, sociedades,

Ahora actúa solo el individuo.

Su escenario es la total soledad compartida.

Los extraterrestres son espontáneos,

El argumento será mera pluralidad.

Los robots cuidarán de nuestros viejos,

Macedonia de chatarra y gente rara,

Turismo espacial, nuevas costumbres,

Código Morse por Internet,

La infra-cultura expandirá sus artes,

Borrachera de cosmonautas a los que

No les sienta muy bien el güisqui.

***

 

FUMAR FRENTE A UN VENTILADOR

 

Recuerdos como humo que se escapa, que se enajena,

Recuerdo el día en que ganó España el Mundial,

Justo cuando Casillas iba a levantar la copa

Se fue la luz en toda la barriada,

Mi padre dijo: ¡Boicot! ¡Esto es un Boicot!

Boicot del aire que suspira su física boicoteado,

Boicot del viento artificial que nada boicotea,

Pienso yo. Boicoteándome el aliento.

Fumar frente a un ventilador

es algo contradictorio; sabes que el cigarrillo

se consume más deprisa, la ceniza se te cae,

fumar se convierte en algo incómodo,

pero no te apartas del ventilador,

 no puedes ni tan siquiera apagarlo,

hace calor y cuando te alejas de él sudas,

el ventilador da vueltas y más vueltas

y todo a tu alrededor está súper-quieto.

Vueltas y más vueltas: ¡Boicot! ¡Esto es un Boicot!

Y los suspiros no son nada, se dispersan como el humo,

Aterrados, confusos, humo apresurado,

Humo que huye sin pedir ni siquiera permiso:

Justo cuando Casillas levantaba la copa del Mundo

vino otra vez la luz a la barriada, mi padre entonces dijo:

¡Somos campeones del Mundo! ¡Somos campeones!

Yo, mientras daba una infinita calada a mi cigarrillo,

expulsaba aquel humo mimetizado en un gran suspiro.

La rutina frente al ventilador aireaba otro verano más.

Boicot para los vencedores, humo para los vencidos.

    El mundo sigue siendo una sorpresa.

***

 

PURPURINA

 

Habito parajes de inquina,

Suavizo refugios sin darla,

No puedo vivir sin purpurina,

Maquillo la noche en mi cara.

Huyo de toda pamplina,

Remuevo páramos sin entraña,

Bailo en puntas de espina,

    Escapo de párpados sin infancia,

Dejé la fe en una papelina,

Mi equilibrio plomizo se escapa,

Se esconde tras esa esquina

Donde la esperanza se acaba,

Esquivo el horizonte con ruina

Pero el fracaso me atrapa,

No puedo vivir sin purpurina,

Maquillo una aurora incauta.

Ninguna corte es divina,

La compañía parece obligada,

La cobardía es toda ladina

Y otra ilusión pinta calva,

Mi sonrisa a veces termina,

Me maquillo porque me da la gana,

Mi oropel se difumina,

Mi vicio por brillos no es nada,

Rompo el silencio y patina

La desfachatez del agua,

Devuelve desprecio y maquina

Un ensayo que evite la racha,

No puedo vivir sin purpurina

Y sin la tregua que vendrá mañana,

Me venden allí la rutina,

Con altas dosis de patraña,

Viene ella crápula y margina

Fina tregua que se da sin darla,

Calle mojada es su vagina,

Rompe un gemido y se empapa,

No puedo vivir sin purpurina,

Soy fracasado abril de realidad rara.

***

 

NEVERLAND OF A OUTSIDER

(La Última Patria de un Marginal)

 

Me iré de mi infancia con un silencio lento

e imperceptible como cuando crece un árbol

y ya crecido le insertan un columpio.

Enseñaré mis arrugas al sol del invierno

y cambiaré mis pasos garbosos por cachaza

que llega, aunque casi llegue inusitada.

Trataré siempre de ser quien fui,

buscaré aquellas maneras que les evocaron

paraísos artificiales, alegres y luminosos,

trataré de encontrar nombres frente a tantas cosas,

evidenciaré mi vejez entre mis mejores noches

y prohibiré prohibir a los moralistas que persigan

los abrazos vivos en los rincones a media luz.

Tendré la osadía de abandonar lo que fui,

siempre y cuando no haga ningún daño a nadie,

aunque no se me permita ser lo otro,

que es lo que quisiera, ahora y siempre

estará fuera de lugar, y muy lejos de mi alcance;

seré cosecha dichosa, antes que precaria sal,

intentaré florecer frente al bochorno

para que mis semejantes estén a gusto conmigo,

brotará rocío en mi frescura como una sonrisa

que se concede generosa ante la vida.

Seré camino que conduce hacia todas las dichas

si la dicha es aquello que los demás pretenden.

Andaré aprendiendo, pues somos andando,

aprenderé siendo, pues somos lo vivido,

viviré sintiendo, si nunca olvidamos lo sufrido,

prefiero ser física de agua y materia orgánica

antes que ser vacío y nada, ser adimensional aire.

Vive para vivir, cuenta para existir.

Mi antecedente será siempre éste.

 

***

 

EL FANTASMA SE VA

 

Le digo al fantasma que habita conmigo

que se quede, que no se vaya,

Al fantasma de mi soledad

le digo que no sea tonto y se quede,

no utilizo el por favor,

pero le digo que no sea tonto,

Por que, ¿adónde se va a ir?

Si ya estamos totalmente compenetrados,

además, con lo cara que está la vivienda

en este país de especuladores…  

***

 

UN PUNTO Y APARTE

 

De jóvenes creemos que la muerte

no nos tocará,

ella, con sus manos inclementes,

con su dedo propiciatorio

apunta sentenciando nueva oscuridad.

De jóvenes nos creemos altivos,

tocados por la inmortalidad,

soberbios como prepotentes.

A mediana edad comprendemos

lo equivocados que estuvimos,

encontramos a la decadencia

sentada en la puerta

de nuestras vanidades diluidas.

Ya de ancianos vemos la muerte,

con su negrura abismal,

ella incompasiva nos evocará la vida

que tuvimos antes,

nosotros ya no seremos los mismos.

**************************************************

ESPERANDO UN BESO

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

SENTIMENTALIDAD INGENUA

(con cierto sinsentido común)

 

¿Por qué no os vais todos a casa?

Iros todos, iros, marchaos.

Dejad que mi mujer descanse

Entre los otoños que se alejan cegados,

Entre los sofás que buscan su desmayo,

Entre los algodones que delatan la negrura,

Frente a los soles que se exilian

de la razón y de la lógica aburrida,

Ante los cócteles que se mezclan

contra la mecánica sombra que los crea.

Venís aquí a hincharos de pitanza,

Comida hecha por unas manos,

Unas manos cansadas de ser manos.

Venís a engullir su primer minuto,

Su inocencia perdida, su cansancio.

Necios e insaciables comilones,

Hartaos de su sazón difuminada,

Bebed de su sorbo de mar encerrada,

Tragad su sudor y su entremés manipulado,

Haced vuestro piscolabis ignorando

aquellos resoplidos dormidos que calla.

Llenad la andorga tras su esfuerzo,

Refrescaos con el sinsentido que ella

Guarda en las neveras, sentid la nada

Que brota de vuestro inocente consumo,

Cortad su tropiezo con los dientes.

Marchaos a vuestra casa y cenad,

Cenad en vuestra mesa de errores,

Comed de vuestra infamia sin cubiertos,

Marchaos, por favor.

Iros a vuestra oscuridad sin luna,

Volved a la incógnita que da vuestra presencia,

Mirad vuestra silueta engordada

Con los mangos de grasa que ella nutre.

Os merecéis todo aquello que coméis,

Cantad la siesta en el ayuno,

Nutríos con el reloj que ella mira sin parar

y con la esperanza que llega a su deshora,

Dormid saciados vuestro sueño cómodo;

Unos quieren el pan sin gluten,

Otros lo prefieren con buen Ibérico,

Otros sólo comen el magro del jamón,

Existen otros que lo quieren con tomate,

Hombres casi todos con un pan bajo el brazo

Disfrutáis del ocio tras el encierro de otro.

Marchaos y sed solidarios

con mi tragedia, con mi frustración,

Sed solidarios con mi enclaustrada

Derrota sin dinero, con mi ahogo,

Comed, comed, comed desde la nube,

Yo saciaré mi agosto en short

y con bebida helada, con duchas

y espesura atediada, con zeros

como hielos, con sudor y televisión,

con la ilusión de puro autoengaño

de poder volver de las vacaciones,

con la esperanza en la espera

a que salga del trabajo y darle un beso.

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por Francisco Jesús Muñoz Soler

(De su antología publicada en Perú: Una flor erguida)

 

Francisco de Quevedo

 

Si tus vitrinas no guardaron trofeos,

si tu alacena no rebosó de viandas

ni en tu finca nunca se sembró librea

no fue por ciego error de lo vivido.

Si conociste las reclusiones y el destierro

las burlas, la sátira y la malicia

de tus contemporáneos fue por algo más

que por la sucesión de deseos,

porque si a ti llegó el desprecio

arrobas de pobreza y quintales de llanto

te quitaron la imaginación en el ocio

y te creíste de la riqueza esclavo, ¡Yo digo!,

que nazcan muchos esclavos de tu condición

cuya sola riqueza sea ser Quevedo.

(Si me hubieran los miedos sucedido

como me sucedieron los deseos,

los que son llantos hoy fueran trofeos,

¡mirad el ciego error en que he vivido.

Perdí con el desprecio y la pobreza,

la paz y el ocio, el sueño, amedrentado,

se fue en esclavitud de la riqueza)

***

 

Todo pasa como un sol entre tinieblas

Todo pasa como un sol entre tinieblas

lleno de residuos de amor y deseo,

de insatisfechos deseos, hijos lúdicos

de nuestra fe y nuestra zozobra.

Todo pasa tan próximo y tan lejano,

infrenable, sólo quedan algunos enervantes

instantes que sacudieron nuestro semblante

sensaciones de vida que llenan nuestros recuerdos.

Lo perverso de nuestra existencia

es la contradicción que prima a la vez

las fuentes de nuestro placer

y nuestras dolorosas angustias.

Porque lo hermoso de la vida

es que cada instante es irrepetible

cada acción es un paso hacia la muerte

un sorbo de placer sin retorno y desdicha.

De El sentido de ser, 1986

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2º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

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2º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

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NEVANDO EN LA GUINEA

Nº XLVI de la 2ª Etapa/ 01-08-2010

 

EDITORIAL XLVI

Fútbol, el espectáculo global

 

Si hay un fenómeno global en nuestros días, sin duda es el fútbol. Apenas algún rincón realmente aislado, muy contados ahora mismo en el mundo, escapan a la fascinación por este espectáculo transmitido por todos los medios. La literatura se ha acercado al mismo de un modo tímido hasta el momento, aunque qué duda cabe que este deporte posee rasgos a partir de los cuales se puede escribir buenos relatos. No obstante, es un fenómeno social de enorme alcance y con simbolismo profundo. Se ha convertido en el espectáculo por excelencia. Algunos miembros de esta revista hemos podido experimentarlo en algún viaje lejos de Europa, a algún lugar que creíamos al margen de los grandes eventos europeos, donde se nos explicaba a la perfección los componentes de la liga española de fútbol, una de las más apreciadas a tenor de la expectación que despierta.

Este último mes de Julio el Campeonato Mundial de Fútbol ha despertado furor. Millones de personas lo han contemplado por televisión, por internet o lo han escuchado por la radio. Se ha vibrado con los partidos y con las anécdotas que han rodeado a los equipos nacionales que han acudido a África del Sur. Por cierto, el continente africano ha acogido por primera vez un campeonato del mundo y el éxito ha sido absoluto, lo que para nosotros ya es de por sí un hecho importante: por fin se ha roto la tendencia a que todo lo que nos llega de África sean noticias terribles de hambrunas, crisis, violencia y desesperación. África ha mostrado una vez más que posee una realidad diferente a la que se impone en los medios de comunicación y que es capaz de organizar acontecimientos importantes con eficacia.

Los que disfrutan de este deporte han podido gozar del juego de los equipos presentes. Reconocemos que, aun cuando todos no somos aquí aficionados al llamado deporte rey, el fútbol puede ofrecer el atractivo de un juego en equipo donde cada uno de sus miembros ha de poner de su parte para que el equipo, de un modo coordinado, pueda ganar y en la mayoría de las veces impera las buenas formas, una caballerosidad que en ocasiones tiene algo de épico, toda una ética de compañerismo y esfuerzo.

 No obstante, este deporte tampoco escapa a un sistema económico voraz que lo dosifica todo y hace que todo dependa finalmente de los beneficios y la rentabilidad, un sistema donde se prima el dinero, lo comercial. La ambición ha convertido el fútbol en una actividad agobiante, excesivamente presente en los medios de comunicación y que conlleva largas discusiones sobre cláusulas, primas, pagas, compras, ingresos por publicidad o por imagen y un largo etcétera. Hay quien utiliza el fútbol y todo lo que le rodea como palanca de una actividad económica o política. Lo hemos visto en España incluso ahora, cuando el presidente saliente del Fútbol Club Barcelona, uno de los equipos más alabados del planeta, se ha lanzado a la política activa una vez abandonada la presidencia. 

La ambición y los gastos excesivos han provocado que se hayan montado un sinfín de ligas, copas, campeonatos, premios, encuentros, partidos amistosos y otros eventos, todo ello para aumentar los ingresos que genera la publicidad, hemos pasado de los fines de semana futboleros a tener uno o más partidos de fútbol todos los días de la semana, todos ellos televisados y debatidos, sus incidencias repetidas y examinadas una y mil veces en cientos de programas y medios escritos. Las altas primas que se pagan a jugadores y directivos, junto a un aumento de beneficios, pueden matar a la gallina de los huevos de oro. Sobre todo porque con ello acaba matando lo que debería importar más, el juego y las reglas modélicas que han de regir a los equipos, esa épica de la que hablábamos y que convierte este deporte en todo un acontecimiento social de enorme envergadura.

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MONÓLOGO SOBRE LOS FRÍOS MAPAS

(COSA DE CHARNEGOS)

 

Los mapas tienen la culpa de que los hombres

sean tan ciegos y tan miserables,

se marcan los hemisferios con líneas,

se lindan los límites de las ciudades oscuras,

se encuadran las constelaciones,

se pintan contornos en los aparcamientos,

se exilian las lágrimas en las comisuras,

se hacen furtivos los besos en el ombligo,

los aviones siguen un torpe cuadrante de instinto,

se desheredan a los hijos de la tierra

y todo esfuerzo es en vano, y todo para

que se coman la pulpa los gusanos del azar

y las moscas golosas que engordan su tragedia.

Ahora quieres la independencia.

Antes no te importaba pertenecer

a España, a esta cruel España; sí, antes no,

antes cuando aquel antepasado tuyo

vivía con la conciencia tranquila

 siendo negrero en una plantación de azúcar de caña

en Camagüey, y comulgaba con látigo

y espuela, y comulgaba con negros en el establo.

Se olvidan demasiado que el hombre

es hombre y nada más.

Cuando en l.921 gozaba tu familia reputada

de un negocio textil floreciente en Terrassa,

todo se fue al garete cuando los nacionales entraron.

¿Y tanto esfuerzo para qué?

Tus familiares que eran burgueses de Liceo

y casino-club, de domingo con cura presidiendo su mesa.

Todo bajo el servicio de una moza de cría andaluza,

de un chofer murciano, de un masovero extremeño,

de un maestro gallego, de un guarda-jurado asturiano,

y tú, dependiente de todos y patrón de todos ellos,

no preguntaron sobre raigambre alguna

cuando al lado de sus sepulturas floreció la trufa dormida,

pues la misma tierra que a ellos les cubre

a ti te cubrirá la mortaja,

tierra inocente y catalana, inútiles serán tus consignas,

inútiles serán ya las plegarias,

aquellas que en vida no se dieron

y que muertos ya para nada servirán.

¿Y todo esfuerzo tan inmenso para qué?

Tierra que ha de sellar los ojos cerrados para siempre

con el silencio de la piedra que ahoga a la tierra,

Tierra por la que pelean los hombres

con sus manos cansadas, Tierra que han de pisar los pies

que no conocen aurora abierta ni los yermos reposos.

Ni tú, ni yo conocemos el palo diestro de patrón,

ni el ayuno matutino, ni el trabajo en la niñez,

 ni el abuso del señorito, ni lo que es pasar necesidad.

¿Y tanto esfuerzo para qué?

¿De qué alegría orgullosos podremos presumir?

Ahora quieres la independencia.

Malditas sean las lindes y las fronteras,

los metros cuadrados y los páramos dóciles,

el alambre de espino, y las custodias con plomo,

los gritos que preceden a las guerras consentidas,

malditos sean los distinguidos apellidos

 y los antiguos blasones,

las familias que de viejas bostezan su orgullo,

las banderas con su símbolo incierto,

y la historia que es una medio verdad ignorada.

Quizá puede que agradezcan a las patrias la vocación

de ser muchas veces una puta, una puta utilizada,

 donde amasan su patrimonio todos aquellos

que creen en una causa sin tregua

y en la interesada ley del mínimo esfuerzo,

y quizá, esa llaga sesgada, ese sudor del cual se burlan,

quizá se lo deban

a la negrura de mujeres de luto que corren apresuradas

a refugiarse de un bombardeo,

a la calamidad de huérfanos de patria

que emigran desde el sur hacia un norte de tierra llovida,

al reproche enemigo de esa triste España

que llora sus muertos entre las dos mitades que llegaron tarde,

España tuya, España tuya, España tuya,

y de la que tú ahora reniegas. Tú, como un hijo pródigo

que en pos de un egoísmo generacional,

reniegas de una Vieja Castilla que asume muralla en el aire.

¿Y tanto esfuerzo desde antaño para qué?

¿Quién nos velará en la noche cuando nos digan

 que ya no nos necesitan?

¿En qué desguace agonizan los trenes

que un día nos trajeron?

¿Y tanto esfuerzo para adónde? ¿Para adónde?

Tu grito de independencia es exigencia

de que otro negocio resurja desde la barbarie.

Vida holgada y acomodada del independentista.

Exige otro negocio de ella, prostitúyela,

y olvídate de los que patria no conocen,

por que se la dejaron toda en la tuya.

Exige y olvídate. Exige y olvídate.

 Olvídate de negros esclavos, olvídate de banca-rotas,

olvídate de fusilados, olvídate de damas de cría,

olvídate de las raíces desnudas, de las cosechas que se pudren,

olvídate de los maceteros rotos,

y de los árboles arrancados por la tramontana,

olvídate de Españas y de Castillas,

de los que en tu patria se dejaron la carne,

olvídate, ya que el olvido es un pasado con recuerdos vacíos,

 sin nada de lo que avergonzarse todavía,

sin nada de qué lamentarse en un futuro.

Y ése no sé si será tu caso, amigo mío. Olvídate.

Por Cecilio Olivero Muñoz

***************************************************

 

El Empleado Modélico

 

         Treinta años, se dice rápido, treinta años que te pasaste aportando siempre lo mismo: puntualidad, disponibilidad, atención, profesionalidad, nunca un error ni una incidencia, nunca nada que se te pudiera reprochar, ni tampoco pediste nada, en ningún momento, nada en absoluto, ni una subida más allá de lo contemplado, ni siquiera un favor. Eras, y así te lo habían dicho más de una vez, un empleado modélico, te ponían como ejemplo y te alegraba, te llenaba de orgullo porque tú habías puesto de tu parte para cumplir, habías incluso sacrificado tu vida misma, tu vida privada por ejemplo, en beneficio de tu trabajo. Sólo había que verte, pulcro, te preparabas dos horas antes de la hora de entrada, llevabas una vida ordenada, nada fuera de control, cinco minutos antes salías del café junto al edificio, subías y justo a las ocho, ni un minuto antes ni uno después, te sentabas a tu mesa y te ponías a tus papeles. Nada te despistaba, ni siquiera esperabas una llamada inoportuna porque lo dabas todo para la empresa y preferiste incluso tu soltería, ya me satisface mi trabajo, pensarías sin duda si es que tomaste de un modo consciente la decisión de mantenerte soltero en beneficio de tu empleo, para que nada, de este modo, ni preocupaciones ni angustias, pudiera entorpecer tu labor cotidiana y poder aportar así lo mejor de ti mismo. Incluso cuando decidieron colocarte el ordenador te reciclaste con corrección y no poco esmero y diligencia para entender los mecanismos del aparato, que a ti te pilló tarde esto de las nuevas tecnologías.

         Amable y educado, nadie escuchó de ti una palabra más alta que otra, un grito, un comentario fuera de tono, un desplante. Hombre más discreto no lo hay ni lo habrá, se decía no sin exageración.

         Pero de pronto te lo soltaron tal cual: las necesidades del trabajo, la nueva organización de la empresa. Cuando te llamaron esperaste un reconocimiento, el anuncio de un premio, de una mención especial, treinta años como empleado perfecto, se dice fácil, pero se logra con tesón y disciplina, por fin me ascienden, pensaste mientras subías a la tercera planta, por fin lo reconocían, ya habían tardado lo suyo, ciertamente, aunque no dijiste nada, nunca, seguiste cumpliendo con tu labor, sea cual fuera la actitud de tus superiores, lo importante es la conciencia, la tuya, siempre limpia, te repetías una y mil veces, pero ahora tenías para ti que ahora llegaba tu momento.

– ¿Cómo dice? -Preguntaste aturdido.

– Lo siento.

         Descenso de categoría y de sueldo. La alternativa era una jubilación anticipada porque las cosas no iban bien.

– Espero que lo considere. -le dijo el señor Lapuig, casi en un tono como si le perdonara la vida, o de este modo lo entendiste- Cualquiera de las dos opciones nos parecerá correcta, usted decide.

         Te levantaste porque tu interlocutor se mantuvo callado, dejando claro que la conversación había terminado. Incluso se puso a mirar unos papeles antes de que te movieras de tu silla, como si ya diera por hecho que no ibas a decir nada, que ibas a permanecer callado, como siempre lo estuviste, como de hecho te quedaste, ciertamente, y te levantaste, en efecto, y apenas murmuraste un buenas tardes, tímido, un tanto timorato, apenas perceptible. Bajaste a tu planta, regresaste a tu mesa y te pusiste a trabajar, como siempre, como si nada hubiera sucedido, como si tu interior no bullera como una olla a punto de estallar. Nadie vio en ti nada que llamara la atención, ni siquiera notaron una mayor palidez o un rictus de molestia, de desagrado o de angustia. Claro que quien se fijase lo hubiera detectado, había un cierto cambio en la mirada, los ojos enrojecidos, una cierta expresión como de enfado o de humillación, aunque con toda probabilidad difícil de reconocer por todos porque en treinta años nunca te enfadaste o no lo expresaste de un modo evidente.

         En un momento en que elevaste la mirada de tus papeles, quién sabe si con el ánimo de buscar un alivio fuera de tu mesa, viste al director general. Pasaba por el pasillo, se detuvo a saludar a un consejero. Sonreían amables, tranquilos, la vida sigue, parecían indicar con total descaro, la vida sigue a pesar de tus treinta años y la decisión de reducirte el empleo o echarte a la calle para que jugaras a la petanca con la misma diligencia con que habías trabajado hasta ese momento.

         No sabemos qué mecanismo se desencadenó dentro de ti. Te levantaste con el libro de registros sujeto entre las manos y de pronto se lo lanzaste al director general, directo a su distinguida cabeza, acertaste de lleno, se hizo un silencio áspero, tremendo, como si el tiempo se detuviera en ese instante o el mundo se acabara de pronto, el libro se cayó al suelo mientras en la frente del director general se abría una brecha de la que brotaba la sangre a borbotones. El consejero, aterrado, agarró a su superior con rapidez para sacarlo de la sala al tiempo que dos o tres empleados, desconcertados, no menos espantados, te sujetaron con fuerza e impidieron que siguieras lanzando cualquier de los objetos que tenías a mano sobre tu mesa, que no eran pocos.

Juan A. Herrero Díez

 

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DAMOS PASO A LA PUBLICIDAD

 

Ayuno y saciedad con las que soñar de nuevo,

sociedad de consumo, capitalismo salvaje,

 magia de plástico para nuestras comodidades

y capricho eléctrico que se desnuda de nuevo,

espejo y escaparate que nos refleja del revés.

Tribuna visceral de todas las santidades,

pasarela de mentiras, todas consentidas;

te encuentro en cada anuncio televisivo,

te hallo en los anuncios de supermercado,

me pierdo en tu pelo

cuando veo un anuncio de champú,

busco nuestro temido porqué

en el eslogan más original.

En las galletas María recuerdo tu ahorro,

pues comprabas blancas marcas

que se parecían pero dejaban mucho qué desear;

en la margarina Tulipán veo tu desayuno,

tu célibe desayuno, tu migado ayuno,

mi triste despertar;

en el arroz Nomen tu paella de domingo,

tu domingo, mi domingo, mi triste domingar;

en los anuncios de perfume

te recuerdo recién duchada y muy contenta,

eso, eso, tú contenta, yo contento, algo que contentar;

en el anuncio de Ariel está mi negrura,

pues el blanco de las sábanas

se confunde con lo oscuro de mi vida litigada,

mi negrura litigada, mis sábanas sin ti.

En los anuncios de lavavajillas pierdo el norte,

  en el anuncio de conservas me pudro,

en el anuncio de Mastercard te me haces imposible,

te vuelvo a encontrar en el de Colacao,

pero exiges tu propio cielo

cuando vuelas tranquila en el anuncio de Iberia,

eso, eso, volar, buscar otro cielo, otro cielo

aunque sea gris;

frases rimadas que recordar en el futuro,

canciones pegadizas que se tararean sin remedio,

spot televisivo que pregona algún milagro,

te quiero desde mi televisión;

me rompe el corazón el anuncio de Durex,

también el de Duracell,

necesito de vida alcalina y sin descanso amar;

el anuncio de Vodafone me asemeja a ti,

pero renuncio a nuestro parecido

cuando veo el de Movistar insinuándome su tarifa plana.

Brillo de marcas y de proyectos con fundamento,

economía de mercado, libre mercado con celulitis,

trajes en el Corte Inglés

y corbatas de seda para ahorcar la infamia del individuo.

A voces te llamo cuando veo tu suerte

en los anuncios de confort y vida blanda,

vida fácil de tragar como la de los potitos Nutribén,

vida en pareja, familia feliz,

familia sonriente pero con una tiniebla escondida,

una mentira preciosa que nos invita al sueño dorado,

¡¡Miénteme con tus anuncios, caja tonta!!

Miénteme que quiero ser mentido una vez más.

Consumo el oropel de tus promesas

en las farmacias listas para sanar mi exterminio.

Sobremesa en el bienestar,

sociedad del bienestar, producto en el que estar,

mundo que rueda por que piedra que corre

no cría moho.

Te veo en el comercial más sincero

y dejas en el McDonalds mis esperanzas de volver;

te recuerdo conmigo mezclando bebidas espirituosas

con Coca-cola burbujeante, negra, y siempre igual,

la chispa de la vida unida al rugir de las tripas,

son una rutina y una simbiosis perfecta.

Como tú y yo cuando nos queríamos.

Preludio estupefacto en los envoltorios abiertos

y en las preguntas marchitas que nadie nos quiere contestar.

 

 

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR ENRIQUE GRACIA TRINIDAD

 

 

 

TOME EL TESTIGO QUIEN LO QUIERA

Era mi oficio despertar cansado, evitar que la sangre oxidara los bajos de las puertas. Cuidar de las esquinas donde el polvo convive con la araña.

Era mi oficio permitir que el aire se mantuviese respirable, aun teñido de sombra y de perfume amargo, de azafrán engañoso, de gritos de mujeres protestando por el aliento de la vida.

Maldito oficio este de contar los muertos que hacen cola en la augusta oficina del olvido, junto a las máquinas de la melancolía, que ya no tejen ni fabrican ruido.

Era mi oficio, sí, tarea innoble y dura, malpagada, repleta de rumor y de chocar de jarras de cerveza ya vacías. Trabajo miserable, cercano a las bisagras, siempre al lado de los embarcaderos solitarios, de los pueblos nocturnos que abandona la vida.

Un oficio sin causa necesaria, tan repleto de cáscaras vacías, de ceniza aún caliente y de quejidos, tan necesario y tan inútil, tan extraño.

 

Oficio indeseable, vecino de pendencias y alborotos, proclive a la masacre, residente en las cajas de zapatos donde el odio se anuda los cordones y aprisiona los sueños.

Era mi oficio. Era.

Ahora me alejo sin saber a dónde. He decidido renunciar. No puedo soportar esta carga por más tiempo.

Si el mundo que conozco se derrumba, no será por mi causa sino porque no es justo ni posible arrojar tanto peso sólo sobre unos hombros.

(De “Pentimento”)

 

***

 

VALE, AMICI

                      A Edu, que empieza a escribir

La poesía es la incómoda palabra.

No te engañes, poeta ¿qué pretendes?

¿que te perdonen lo que escribes?

¿que el lector, obligado a descubrir

en tu voz lo más hondo de su voz,

te lo agradezca?

                         No abrirá tus páginas,

no dejará que le inficione

tu lengua venenosa. Está prohibido

sacar los sentimientos a la calle,

esgrimir emociones,

modos distintos de mirar el mundo.

Ejerce tu pasión como un proscrito

que no eres otra cosa cuando escribes.

El mundo es más de lo que dicen, más

de lo que vemos, más de lo que quieren

que miremos. Es mucho más,  lo sabes.

Di lo que tengas que decir y dilo

sin disculparte por hacerlo. Y vale.

(Del libro “Todo es papel”)

 

***

 

CONTRITIONEM PRAECEDIT SUPERBIA

                                      A Juan Carlos Mestre

Desobediente, sí, desobediente.

Como la rama que se ha vestido ayer de verde joven sin que la primavera la convoque.

Como la catedral, con su santo de piedra que no es santo, sus dibujos ajenos a la fe de sus puertas y su temblor de suelo que destroza el silencio.

Como el deseo de venganza que se enfría más de lo necesario, menos que la ternura del olvido.

Como el armario donde nunca aparece el abrigo del pobre ni la caja de música, ni los viejos recuerdos que alguna vez tuvieron allí su rincón y su reino.

Como el nombre que olvidas cuando más lo precisas, y la canción que insiste en ser nuestra memoria.

Como las hojas que se han quedado aquí todo el invierno, orgullosas y tercas, y nunca respondieron a su cita de otoño.

Como las chimeneas que aún se yerguen pero ya para nido de pájaro y araña.

Como el libro que la humedad ha clausurado y tiene las palabras inservibles, borrosas, indigentes.

Como el amor, agazapado y torpe, que no quiere ni ser ni abandonarnos, o como la tristeza que se mancha de risa y nos engaña.

Como la muerte, díscola siempre y taciturna, que jamás se acercó cuando era necesaria y que habrá de llegar cuando no se la quiera.

Desobediente, sí, desobediente. La condición exacta de la vida.

(De “Pentimento”)

 

***

 

(Del libro “Tiempo de Apocalipsis”)

 

           «…Venid, reuníos para el gran banquete, para que comáis carne de reyes, carne de tribunos y carne de valientes, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de toda clase de gentes, libres y esclavos,                         pequeños y grandes…»   (Apocalipsis, 19, 17-18)                 

III.

HAN DISPUESTO LA MESA,

comed hasta que el vino os devore los labios,

hasta que la ceniza sepa a carne,

hasta que del combate sólo queden

los despojos de azufre

que hacen yermos los campos.

Mil diademas coronan la cabeza de Fiel,                                              (3) 

y él es quien nos prepara la mesa del banquete,

¿dónde habéis visto un servidor

más honorable?

No dejéis de comer, que nada sobre

para los herederos de la tierra,

para el insecto silencioso,

para la rata confundida

con el barro y la muerte,

para las piedras del olvido,

para las patas de la araña,

para esta ruina triste que adelantan los ácidos

y el grito.                                                                            .

Venid hasta el banquete que ha dispuesto

la locura de plástico del hombre,

la ceguera de todos los que piensan

que habrá un mañana fértil

sobre tanta miseria.

Venid,

comedlo todo,

acabad con la carne y con la sangre,

que no descansen las migajas.             

 

(3) Fiel aparece en 19,11. Es el mismo Cristo en su cualidad de Veraz, nombre por el que también se le llama. Él es quien dirige los ejércitos celestiales de la primera batalla apocalíptica. Posteriormente el Angel invita a un festín con los despojos (referencia en Ezequiel 39,17 ss).En esta condición de Fiel y Veraz, Cristo es llamado también Amén (ver último poema del libro y nota 23). Fiel monta un caballo blanco pero no son los mismos jinete y montura que aparecen al abrirse el primer sello (6.1-2) a pesar de que se han confundido a veces (ver apocalipsis 6.1 y poema XII en página 45)

NOTA: Este libro está basado en citas del Apocalipsis y repleto de notas orientadoras.

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER

 

Te internaste por un camino de zarzas

 

Te internaste por un camino de zarzas y espinos

sin saber que su maquiavélico sentido

te destrozaría cruelmente al transitarlo,

crepúsculo de una feliz infancia.

Cual poema abandonado y despojado

en una calle desierta adornada

por una violenta ventolera

que la mece aturdido sin dirección.

Tu delicada piel de espuma

blanca y suave se derritió

bajo un sol de resquemor

bordado en odio y avaricia.

De Juventud primera, 1980

***

Me siento anclado en el pasado

 

Me siento anclado en el pasado

noto mis ilusiones añejas

y son la luz de mis dichas

que se desvanecen sin remedio.

No quiero aislarme del mundo

mortificarme en mis dudas

ser engullido en las cenagosas

lindes de mis negros pensamientos.

(Quiero vivir). Ser querido

rodearme de armoniosa amistad

sentirme dichoso de amar.

¡Descubrir que no es solo un sueño!

Realizarme como ser humano

sin lucros ni hipocresías

es cuanto pretendo en esta vida.

¡Qué satisfacción sentirme vivo!

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APUNTES DE UN CASADO EN TRÁMITES

DE DIVORCIO

POR CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

ÓYEME

 

Niña, tú, dulce niña,

Estás preparada, estás cerca,

escucha mis palabras que son cruces,

creo en ti, observa mi fantasma interior,

es aire y palabra, es desierto pequeño,

te quiero y por eso me voy,

no quiero ser cómplice de tu muerte moral,

no quiero ser yo tu mal sino,

pretendo a mi orgullo,

que no vale más que tú.

La vida es la duda, es espino en silencio.

Te quiero niña, te quiero feliz.

***

¿CULPABLE YO?

 

¿Culpable YO? ¿Culpable de quererte?

He amortajado a este silencio entre muebles

con la carcoma nueva, entre lo azul celeste,

con la carcoma lechosa que habita como un virus,

esperando mi descuido, esperándome distraído.

He caído por barrancos de desidia

y he dado vueltas en mi propio círculo.

Tiene que haber un dios testigo de que te amé,

tiene que haber un testigo tras este silencio,

no puede ser que se confunda

esta espesura entre la nada de la nada.

He olvidado la rosa rosada de tu vientre

de niña traviesa; no puede ser que de tu derrota

cimbree la serpiente para morderme

su veneno; no quiero, no, no quiero.

***

NIÑA SONRIENTE

 

Niña, niña que espera virgen de inocencia,

Niña que desconoces la gran verdad

que no te conoce. Así quiero verte.

Te quiero ver sonriente como una alondra

en el charco límpido de una fuente salvaje.

Te quiero con la alegría fresca del verano,

Te quiero entre silvestres veredas

que no fermentan en el agobio.

Me acuerdo mucho de ti. De tu tragedia,

que ahora es la mía; rosa negra, rosa brotada

de la desventura, germina de desasosiego

y frecuenta el yermo solano seco

que no quiere mientras pueda ser padre,

ser padre de tus ojos con brillo mojado.

***

 

CUSTODIA COMPARTIDA

Más nos valdría saber lo que nos conviene

y más nos valdría saber las causas

de los errores que cometimos en su momento,

pues intentar repartirse un cielo

desemboca a quedarse sin estrellas,

sin soles, sin lunas, sin nubes, sin pájaros,

ya que, malgastemos la noche y el día

y todo un preludio de besos olvidados.

Repartirse ciegamente un corazón

es repartirse una vida inocente y sin culpa,

pues malgastemos nuestra autoridad

a golpes de zarandeo y a voces de riñas sordas.

Un niño es una infancia y una infancia es raíz,

un matrimonio es amor y si no hay amor

no hay nada.

¿Cómo repartirse un cariño?

¿Cómo repartirse un abrazo?

¿Cómo repartirse un buenas noches?

¿Cómo repartirse una voluntad?

¿Cómo repartirse lo que se ve crecer?

¿Cómo repartirse lo que empieza a ser?

¿Cómo repartirse lo que a nadie pertenece?

¿Cómo repartirse lo que nació para ser alegría?

¿Cómo repartirse un recuerdo?

¿Cómo repartirse una soledad?

¿Cómo repartirse lo que no se reparte?

***

 

PRESENCIA DESCONOCIDA

Si quieres saber quién

es la mujer que vive a tu lado

divórciate.

Te pasas la vida junto a una mujer

y aguantas sus manías,

aguantas sus cambios de humor,

no das importancia a las discusiones,

ella te ofende, tú la ofendes,

comprendes que todo es ventaja

y también desventaja.

Asumes todos sus defectos,

piensas que cambiará,

te engañas sólo por amor,

no das importancia al dinero,

a tu necesaria intimidad,

a tu discontinuo sufrimiento,

estás con ella por que la quieres.

Aguantas tú y aguanta ella,

te refugias en cualquier cosa,

esporádicamente te masturbas,

duermes a veces en el sofá,

descubres después de haberte casado

que tiene sus preferencias.

Sabes que odia a tu madre

pero deseas que sea del todo feliz,

llegas a creer que la conoces bien

aunque llegas a conocer a tu esposa

cuando tramitas tu propio divorcio.

Se reparte todo aquel objeto

que carece de alma y de sentimientos,

pero eso es una verdad

con demasiada ceguera,

porque la verdad es que se reparte

hasta aquello que a nadie pertenece.

***

EX-MARIDO

 

¿Qué significa ser un ex-marido?

Quizá sea dejar de ser ese bulto

arrumbado como un mueble

en algún rincón de la casa.

O quizá sea dejar de ser aquel

calzonazos con quien nadie cuenta.

Pero un ex-marido es un hombre

que descubre una nueva vida

existente tras el terrible divorcio.

Descubres que tienes libertad,

que la soledad no es ningún problema

porque sabes estar solo.

Descubres que haces todo

lo que te da la gana,

descubres que tienes amigos

y descubres que te quieres mucho más.

Si quieres comer, pues comes,

si quieres tener sexo haces onanismo,

si quieres dormir solo, duermes solo.

Descubres que depender de una mujer

es depender de Mefistófeles.

Descubres que existe una vida

después de haber estado muerto.

Descubres que la felicidad

es la que uno mismo se fabrica.

Y no la que una mujer te impone.

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SELECCIÓN DE TEXTOS

POR DANIEL DE CULLÁ

 

ENTRAD, VEREIS HILADO DE UN AÑO Y CAGADO DE UNA SEMANA

 

         Nazarenos, disciplinantes, cornetas y tambores se acreditan hacendosos con sus instrumentos., cruz en lumbre, cruz en puerta y cruz en llelda, y no hay sitio sino entra entra, y un aviso del que todos se hacen cruces:

         -Cuando fueres a cagar, lleva con qué te limpiar”.

 

Ved: un romero franchute, Juan Templado, hijo de españoles, con su capirote puesto en su buena calabaza y alegre, se halló en las procesiones del Azoguejo en Segovia, y de los templarios en Zamarramala; puso en medio de un círculo el capirote y comenzó a retozar alrededor de él, saltando de un término en otro, canturreando  lo que parecía más que responso cuento o saeta, con alegría añadiendo lo primero:

 

–         Me cagüen in toti li diabli; dándose matraca los lugares, y gritando: “Aquí como en Cañamero nos dan Burra por carnero”.

 

Y cantaba, o mejor berreaba como en los tiempos de la doctrina:

 

 – Cristolografía es la ciencia que trata de los lugares de cristo.

 

– Crisma es administrar y dar el criso santo del sacramento de la pedofilia. Criso: insecto aculeado que sirve de tipo y da nombre a la familia  de los pedos de lobo cristianegos, y así lo define Crisneja que prepara la novela pornoerótica de Neptuno y Teofanía en busca del crisomalón, el vellocino de oro en cueros.

 

– Cristolba: producto de la brea peneal que constituye  un preservativo contra la polilla de Satán, como cuenta Crisopolea, una de las beatificadas hamadríadas que tuvo su destino unido a un árbol del monte de los olivos, cuando su padre confesor la trajo aquí beneficiándosela.

 

-La Cristiada: Famoso poema religioso escrito en el siglo XVII por fray Diego de Hojeda y cuyo asunto es la pasión de cristo y la resurrección de un murciélago, purgando de profanidad la conformación social cristiana de manera que no se trasluzca en ella sombra de gentilismo.

 

– Pedofiliandad. Nueva gran porción de fieles cristianillos como dicen los moros por despecho ,que siguen a cada misionero, cura o papa,  cuyo universo Urbi et Orbi no va más allá del As de Oros, o Culo. A lo que “Vaya Cruz”, dijo Renán en la Vida de Jesús, los Apóstoles y el Anticristo; y para quien cristianizar el ano no era más que conformar el sitio y darle carácter cristifero en forma de cresta al estilo de los chaperos a veinticinco euros en  Domingos de Cuasimodo cayéndosele la baba ante el Sepulcro de Tiziano; Cristo en la Cruz, de Rubens; de Van Dyck o de Velázquez.

 

Terminando Juan Templado:

 

-Mirad por el mes de Enero, qué pollo tengo en mi pollero.

Y desapareció volando.

-Daniel de Cullá

 

***

 

 

CURA SIN EMBARGO

 

                   “Todos somos hijos de cura o de militar!

                                      -Picarico de España

 

Yo no sé si sí o si no soy hijo de cura

Pero que lo soy de militar, lo dice mi madre

Que reía de los pequeños poemas de cerilla

Que le entregaba el “señor cura” cuando iba a confesar

Y cuyo follar se había convertido

En comidilla de la gente que cantaba:

         Cura, curita

         Que de Avila vienes

         A calderilla de iglesia

         Me güeles

Y que dicen que llevaba una caja de condones

En el hostiario del Viático

Pues un día se equivocó sin querer queriendo

Dándole un condón como sacramento

A una bella dama en peligro de muerte que era de Granada

Y a quien se le iluminó intensamente el rostro

Mientras al cura se le elevó algo místico de repente

Detrás de la sotana a la altura del mear

Y que salía cantando:

                   Andome en la villa

                   Fiestas patronales

                   Con mi eucaristía

                   De cazar pardales

No perdiéndose  fiesta patronal alguna

Que por eso los beatos y beatas de la plebe decían:

-“Es un buen cura sin embargo”

Y así le quedó de mote a este villano

Que daba las hostias de la coacción y el engaño

Con el aroma de ese abismo

Que sólo las almas fugitivas  y salidas percibían

Las mujeres y las chicas sintiendo en su labiado nido

Como una mariposa leve libando su rocío.

 

 

***

 

HERO Y LEANDRO

 

Yo soy Leandro, mancebo de Abidos

Bueno ahora en Burgos

Ciudad cruzada por el río Arlanzón

Y vivo en la opuesta ribera

Que atravieso de noche a nado

Para verme con mi amada Hero

De la Ribera del Duero

Sacerdotisa de Venus

Pornoestrella que oye misa de doce

En su catedral de álcali

Extraído del fruto del cocotero

Que fundó a Santa Fe de Bogotá

Con Gonzalo Jiménez de Quesada

Y se señaló en el bando de la reina

En la primera guerra carlista.

 

Mi padre fue Leovigildo

Rey de Andalucía

Amante primo de Hermenerico

– para que luego digan

 que el amor homo

no nos viene desde allá de los tiempos-

Rey de los godos

Que se benefició de los herulos y los wendos

Pero vencido por los hunos

Se quitó la vida a los cien años

Después de haber dejado preñadas

A trece rosas apiladas

En castañas pilongas

Tomando forma de pezuña;

Mas,  habiendo abrazado yo el Ateísmo

Se malquistó conmigo

Y me mandó ahogar

En el charco de mierda

De la Ciencia Hermenéutica de la Vida

Que interpreta los textos

Y especialmente

Los libros mal llamados sagrados

Para fijar su verdadero sentido macabeo

Muy enjuto que no tiene perispermo

En la planchuela igualadora

De los calambres

Bajo la soberanía suprema

De los romanos apimpollados

Que tuvieron por progenitor a Antipater

Ministro de Hircano

Soberano pontífice de los judíos

Que anduvo de Herodes a Pilatos.

 

Hero  y yo, Leandro

Nos abrazamos

Dando ella raíz a la mordedura

De la serpiente

Justo debajo del Puente de la Audiencia

Y escribí la historia de mi tiempo

Como Paul Klee dibujaba

Con el apículo

Punta aguda, corta y poco consistente

De su órgano aperdigado

Desde la muerte apezonada

De Marco Aurelio

Hasta el advenimiento de Gordiano

Y en los labiados labios de mi Amada

De modo heroico

Reproduciendo mi músculo reproductor

O “morcilla de Burgos”

Medio dios, medio hombre

De gran estatura y fuerza enorme

Al estilo del miembro de Hércules, Teseo

Aquiles, Eneas

A golpes y carnales cuchilladas de herrería

Las treinta cuatro de las vidrieras

De la catedral de Segovia

Que son obra suya

Y no de Francisco Herranz como cuentan

Jugando mi amada al Herrón

Antiguo juego que consistía

En lanzar un tejo de hierro

Con un agujero en medio

Y acertar ensartarlo en un clavo hincado en tierra

¡ Ella acertó¡

En golpe de herrón

Y yo en picotazo fuerte

Y hablamos besándonos con versos de espuma

Apitonados

Empezando a descubrir

Los pitones de los animales

Que crían cuernos

Empezando los árboles

A arrojar sus botones

Rompiendo ella esa cosa

Con punta o pico

Como las gallinas rompen los huevos

picándolos:

“El Chisme hierra

Mientras el río se desprende

En burbujas gaseosas”

Como dicen que hizo Antonio de Herrera

A su amante en La Latina

Historiógrafo de Castilla y de las Indias

En el reinado de Felipe II

Natural de Cuéllar

E historiador de nota

Que un día a Felipe le cantó:

“Al herrerillo, con barbas

Y a las letras, con babas;

Quien deja el herrerillo y va

Al herrerón, gasta su hierro

Y quemase el cabrón”.

 

-Daniel de Cullá

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR BRUNO JORDÁN

 

No siempre los pájaros cantan

no siempre es primavera

ni las nubes tienen ganas de levantarse.

En ocasiones

se navega por charcos de estrellas

y las palomas atraviesan el tiempo

porque están en una jaula libre.

En ocasiones

el amor ensancha mis cadenas.

 

***

 

Recolecta

 

Con el buen tiempo

y el calor

va llegando

la temporada del cayuco.

 

Occidente se prepara

para recoger sus frutos.

 

***

 

POETA POBRE, VIEJO Y FEO

                                         (De un autorretrato)

Vencido y convencido

de que mis ideas

eran para mí

ideales

solo,

mientras tanto

las hice añicos.

Entre los trozos convivo ahora revuelto

por el suelo.

 

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR PABLO MARTÍN (PABLO VOLUMEN)

 

Porque sí

 

Rebeldes porque sí,
siempre en el otro bando,
sin cambio
ni cruz en las monedas.
Pasando de flechas
y cúspides,
de horas,
de presidentes de vecindario,
de obligaciones casuales,
pasando página,
lista,
pasando de cuadrarnos.

Nos podíamos pasar horas impávidos
con el miedo metido en el cuerpo,
sordos de angustia, insensibles.
Horas sin articular palabra,
sin ser lo suficientemente algo.

Y cuando no queríamos ver
aquello a lo que estábamos obligados,
abríamos los ojos
y nos poníamos ciegos.

***

 

Borrador

 

Se agarraban las manos
en frigoríficos ruidosos,
donde ella no podía recogerse el pelo
y nadie se sentía solo.

El color de los juegos traumatizaba
a los que querían alzar la voz,
persiguiendo horas
y destrozando entretelas
sistemáticamente,
como decía el irreflexivo.

Algunos preferían
poderse mirar a los ojos
en vez de dar vueltas.

 

***

El baile

 

La casa con su primer mechero
deseando arder, escapar,
el directo de los primos de los Zeppelin
y la fiesta en el patio.

El vecino al que se quieren follar
las hookers con su Carling
de medio litro en la mano.

Su dipsomanía
y su esquizofrenia incurables,
los piropos a Alonso Quijano
estampado en una camiseta,
las esperas de autobús
y los favores de tabaco.

Mucho «smashing»
pero teníamos que correr
a por nuestros sueños
que no nos esperaban.

Mereció la pena,
aunque el pastel de carne ardía,
la posadera era tuerta
y Chuck Berry sonó fatal.

El sudor, el baile,
las mesas retiradas,
y allí seguía la chica de Goytisolo
con su camiseta verde,
esperando a ver
si algún gilipollas la entraba.

***

Cruzando la vía

Estábamos llenos después de la penúltima cena,
que nos salió gratis,
ya que a la hora de pagar
no aceptaban Master Card,
y eso que es la tarjeta del Maestro.

Al final pagó Judas que siempre lleva monedas.

Nuestros padres nos habían abandonado
y los borrachos estaban perdonados
porque no sabían lo que hacían.

Nosotros sí sabíamos lo que hacíamos,
lo contrario de lo que predicábamos,
por eso nos negaron la entrada tres veces
antes de que cantase el gallo.

Tuvimos que cambiar el calzado,
nos atamos los cordones de las sandalias
y entramos en el Gólgota’s Rock Club
con la señal de la cruz en la mano.

El estigma indicaba
dónde tiene que caer la gota
para saber si la ponzoña
es apta para los menores de treinta y tres años.

Una vez en la barra
el romano nos puso La Corona
que no tenía espinas
pero daba dolor de cabeza
después de una tras otra.

Las rubias nos azotaron,
la Magdalena bailaba como loca,
desbocada, con sus tatuajes de color,
con su piercing en la boca.

Ella sabía de cruces,
de piedras y de clavos,
y aunque era Good Friday
como buenos carpinteros
jodimos, pecamos
y nos hinchamos a comer carne.

***

 

Anoche

 

Hoy se me ha hecho la una,
y todas estas horas transcurridas
con el edredón de Agatha Ruiz de la Prada guardado
me he inventado dos sueños deformados.

Uno no se acercaba ni de lejos
al pie tembloroso en el aire,
y las hostias de los curas,
los profesionales.

Pero me levanto
y me voy a la zona de juego
con los guantes preparados
para romper dientes rotos.

Me muevo hasta otro garito
con dos plantas que simula el otro,
pero éste tiene más luz,
no sé qué busco allí
porque está lleno de tíos,
venga hombre,
lo mismo me he vuelto homosexual
y Freud me está psicoanalizando
en el puente de la avenida.

El segundo sueño es mucho peor,
tengo que levantarme
para echar un par de gargajos en el baño
y ahí se acaba todo.

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

MONÓLOGO DESDE LA CRISIS

(EPIDEMIA INVISIBLE)

 

Tengo depresión nerviosa,

también soy maniaco-depresivo.

Estoy apañado con lo que tengo.

También tengo trastorno bipolar

y paso de la alegría a la tristeza

en un chasquido de dedos.

Tengo mis manías,

persecutorias, fantasmagóricas,

sensaciones sin cesar tan sensitivas,

tengo visiones, oigo otro mundo

tras este mundo de corcho,

soy ludópata, cleptómano,

alcohólico, drogadicto,

fantasioso, histérico,

megalómano, mitómano.

Sufro o padezco

de una licenciosa esquizofrenia,

trastorno esquizofreniforme,

psicosis, ¿trastorno o síndrome?

¿Virus o patología?

Trastornos alimenticios,

Animal Heleno-latino.

Ácido ribonucleico.

Cromosoma Zero, Incógnita,

Trastorno de la despersonalización,

cachaza y desasosiego.

Análisis, ecografía, encefalograma plano,

Yuxta-armónica comparación.

Psicología sin psico y sin lógica,

Trastorno de la identidad sexual,

Megainfralentitud antropomórfica,

Vida moderna, vida de estrés,

Autobús, metro-under-ground,

Lógica de un síntoma sin síntoma,

Puñetazo invisible en la cara desnuda.

Amparo, ceguera, retroceso,

Vida orgánica sin vida tras la aurora,

Noche que es toda una noche de insomnio,

Amparo de estrellas que bostezan,

Correaje duro, electroshock,

Paso a paso la psiquiatría

se ha hecho una ceporra ignorante,

la ignominia peligrosa de los griegos,

latinidad de vértigo contagioso,

psicoanálisis para ricos y soñadores,

suicida, asesino, asesinado,

son tres presunciones encadenadas

a la incógnita cifrada en el infra-verbo,

Cruela de Vil de los excesos,

Linternas de todas las calamidades huecas,

Blister a blister nace el poema,

Comprimidos son los besos de la farmacéutica.

Escasa luz para tanta duda.    

Lógica incapaz e inadmisible.

***

 

EL FANTASMA DE MI SOLEDAD

 

Existe un fantasma en los rincones de mi piso,

arrastra su sombra vertical por las paredes

y en la noche quieta respira de mi silencio.

Siento su contrita presencia en la madrugada,

cuando crujen los muebles,

cuando los ruidos de la vecindad se difuminan

con los del recuerdo dañino,

cuando la televisión le da apariencia

entre la secundaria voz de los sonidos.

Me busca cuando nunca estoy, me llama

por el nombre que yo mismo desconozco,

baila sus tragedias a mi alrededor,

y lo persigo entre el miedo de agujas

que tienen los pensamientos ante la soledad.

***

HIPROUCRESÍA

 

Hemos vencido, hemos ganado,

contra la fiesta nacional se alzan sólo los vencedores.

Abolida la fiesta, daremos el primer paso,

ahora mismo ha comenzado el principio del fin.

Prohibiremos todo lo que huela a castizo,

a español por antonomasia,

prohibiremos la Sevillana, el churro y el Tío Pepe,

prohibiremos el visionado de la sangre

 sin pecado en la fiambrera.

Hemos vencido, hemos ganado,

Lo celebraremos con una parrillada,

o con unos pollos a l’ast, o mejor si nos vamos

todos juntos a atiborrarnos al McDonalds.

El restaurante Can Joanet no cambiará jamás,

con carnes a la brasa gozamos como bobos,

después de la resaca tomaremos caldo de gallina.

Y nos reiremos todos juntos como saciados

vencedores.

EPÍLOGO

 

No has parado hasta conseguir la prohibición

de la tauromaquia en Cataluña,

pero no te da pena ingresar a tu madre

en una triste residencia de ancianos.

Y todo para salir a manifestarte pintado de rojo

por las ramblas de Barcelona

los días festivos y hasta los laborables.

***

 

PARADOJA

 

La vida es sacrificio

 mientras

otros viven su gozo,

la vida es un bullicio

y una habitación vacía,

la vida es azar

que te señala

y naipe escondido

en el juego en serio.

 

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1er NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

CLICKEAR EN EL ENLACE (ABAJO) (versión pdf):

1er NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA(1º)

1er NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

XLVº de la 2ª etapa/  ¿?-06-2.010

 

NOTA DE LOS EDITORES

 

Con un nuevo formato, Nevando en la Guinea inicia una nueva etapa que esperamos sea más madura, más interesante y con mayor calidad. Al igual que en estos dos años, iremos sacando cada mes un número con relatos, poesía, artículos, crítica, entrevistas. También esperamos poder compartir más experiencias literarias, interactuar con los lectores y participar, en el fondo, con más intensidad en el diálogo que debe ser la literatura, en el que podamos compartir ideas, relatos y poemas, pero también que el lector pueda entrar en el proceso creativo que también es la lectura.

No obstante, además de los números mensuales que seguiremos publicando a inicios de mes, iremos aportando a lo largo del mismo noticias literarias, reseñas, comentarios, entrevistas que serán un complemento a los números mensuales. Para ello queremos aprovechar también los blogs que hemos mantenido todo este tiempo. Esperamos que guste y lógicamente invitamos a participar en este diálogo que nos permiten las nuevas tecnologías.

EDITORIAL XLV

José Saramago y Amín Maalouf

Dos escritores fueron noticias en Junio por razones bien diferentes: José Saramago por su muerte y Amín Maalouf por habérsele otorgado el premio Príncipe de Asturias. Aunque distintos en muchos aspectos -idiomas, visiones del mundo, perspectivas-, ambos poseen no obstante una intensa preocupación por lo que les rodea. Sus novelas tratan de un modo rabioso de la vida, de la ética, de la sociedad, no en vano se trata de autores con una actitud ética muy profunda, todo ello con un compromiso absoluto con la literatura, esforzándose en aportar lo mejor de sí mismos como escritores.

El portugués José Saramago se comprometió personalmente con muchas causas y hace unos pocos meses, ya enfermo, le vimos visitando en Canarias, donde residía, a una dirigente saharaui en huelga de hambre. Sencillo y atento, su propia vida podía hilvanar algunas de sus narraciones. Sus novelas tratan de un mundo deshumanizado, lo cuestiona hasta lo más profundo, dando al lector la distancia suficiente como para que reflexione sobre el mundo descrito. Se trata de un escritor maduro, con una escritura aparentemente sosegada pero de una profundidad sin cortapisas. Sus textos son un intercambio con quienes se sienten sobresaltados por un mundo en permanente cambio.

El libanés Amin Maalouf, por su parte, plantea en sus novelas la identidad colectiva y personal, no en vano su país de origen es uno de los más plurales del planeta y él mismo es fruto de esa pluralidad: escribe en francés, es cristiano, pero nos recuerda la injusta visión que se tiene del mundo árabe y musulmán. De hecho, ha escrito dos ensayos que son una toma de postura incluso en su título nada inocente: «Las cruzadas vistas por los árabes» e «Identidades Asesinas». Recorre la historia de Oriente Próximo para intentar cercenar al ser humano de nuestros días, en toda su grandeza y toda su miseria. Al igual que José Saramago, sus novelas son de una enorme lucidez, una meditación que comparte con el lector en un diálogo ilimitado.

Ya es un tópico afirmar en estas circunstancias que el mejor homenaje que podemos realizar con un autor fallecido es leerle, del mismo modo se trata del mejor premio que le podamos dar. En ambos casos, se trata además de autores conocidos en los países de lengua española y bien traducidos, con lo que el lector que todavía no los conozca puede adentrarse en un mundo literario fascinante y en una reflexión sincera sobre la vida. Sin duda no quedará indiferente.

ALEGATO DE NOCIONES MIGRATORIAS

 

Pensamiento inicial

Yo no tuve demasiada vocación de marido,

Aunque tú tampoco la tuviste como esposa.

 

Yo suelo contar sombras de altos árboles sin norma,

suelo creerme poemas de antesala en pro del amor virginal,

suelo no ser yo cuando todo es yo menos mi certidumbre;

migraste a mi país de abundancias por que en el tuyo

la buena vida la conocen otros, los de siempre.

La necesidad es un espantapájaros perfecto para ahuyentar

a las palomas mensajeras y a las moscas de vuelo bajo

que migran con la esperanza seca,

que migran con la noción ciega, que tantea, que sisea, que palpa

la terca diáspora de noses con bandera, con frontera, sin visado.

País pobre sin seguridad social,

sin seguridad ciudadana,

sin seguridad futura,

sin cielo seguro, sin futuro seguro,

sin nada seguro;

país pobre con el desamparo de madres que engendran

para salvaguardarse, porque están huérfanas de patria;

país pobre con una legión de desesperados suicidas

que buscan nombre en la incógnita de las estadísticas,

país pobre de contradictoria educación,

de educación para con los mayores

aunque ingratos en su desvergüenza,

(país de algo pobre,

si de algo se es pobre,

si de algo carece el pobre

al ser del mismo país pobre,

pobre, dos veces pobre);

de remilgo decimonónico, de cuchicheo de intereses,

de doble moralina congelada, de mojigatería con nausea,

de angustia de rodillas, de gallera abandonada,

país de maestros con anemia y tuberculosis,

país de chupatintas huidos y hallados en lonchecitos ajenos,

país sediento en su labor mal pagada, 

de rabia contenida en lo más hondo,

país pobre de necesidad vencida,

de esperanza de paseo, de desesperanza

al borde del sueño que no puede serlo,

de alegría en la esperanza, de esperanza en la alegría.

Viniste pura, sencilla, y todo en ti fue una sorpresa,

los dos sorprendidos hallemos un nuevo mundo

que respiraba de este mismo otro,

paseabas conmigo en coche casi boquiabierta,

tanto como yo cuando vi aquel país con tanto (in)tuyo.

Viste opulentas señoras con perrito mimado,

viste servicios gratuitos en la aurora de las promesas,

viste tráfico ordenado y regalos oropelados,

viste el reflejo eterno de las joyerías en los reinos de celofán,

viste resplandores y flashes de neón y orden en el tumulto,

viste casas de suelos encerados, chimeneas

donde bajaba Santa Claus, balcones hacia un mundo

de azules y rosas, y viste dioses en la basura tirados,

viste ancianos con la gloria entre sus mellas,

a muchachos que escapaban de la ceniza de los bolsillos,

viste médicos santos y gasolineras con un gracias,

aunque también supiste ver que de algo carecían.

Entendiste que estaban solos, que la felicidad costaba sacrificio.

Como souvenir patriota trajiste toda la alegría fresca,

tan tuya, tanta…, tan mía

que no la reconocía como mía propia.

Trajiste el empalagoso latido que emanaba sospecha,

e ilusiones de las que alguien te había hablado;

conociste el deber de los reos en manada de derrotados,

conociste la depresión, conociste el estrés, conociste la ansiedad,

conociste la locura del sí y el no,

por eso, sólo por eso, viste la mentira como quesos de gruyere

en aquellos compatriotas que contaban la milonga

del tío venido de América con laptop sin eñe

y bienvenida podrida.

Con el tiempo, no demasiado,

te cambió la sonrisa, la chispa del comienzo

se hizo monótono acertijo helado por la rutina,

lo profano se pudrió de santidad, ¡¡¡De asquerosa santidad!!!

y tú te convertiste en esclava de tu santo complejo de inferioridad.

Yo, en el dedo inquisidor con ácido nacido del reproche.

Los dos fuimos víctimas de esta suerte de dados mudos

que se ríe en nuestra cara de esperanzados idiotas,

los dos fuimos esclavos de pertenecer

a múltiples banderas que renegaban de nosotros mismos.

La burocracia tenía un inoportuno horario de oficina,

los legisladores eran amos del sudor del pobre,

los tenderos no fiaban la lluvia de consomé frío,

los hombres guapos eran caciques de su soberbia,

los cuentos no tenían un final feliz,

los aprendices de la noche roían a su luna obesa,

la policía apretaba las sogas de los dulces te quieros,

el ombligo no estaba, lo habían embargado,

los piojos contaban frialdades de invierno relamido,

los bebés gorditos y rubios salían en anuncios de champú,

la libertad se veía desde el revés del mundo al revés,

los rascacielos eran yermos gigantes tontos de verticalidad,

los pintalabios olían el ayuno matutino del aliento,

los despertadores pateaban al sueño caliente

y una bandada de gaviotas conocían el palo diestro

y la yunta de bueyes pisoteando hormigas;

los dos andemos por las cloacas de esta ciudad hueca intentando

encontrar nuestra felicidad marchita de aroma (des)robado.

En este país suele haber de todo, pero todo

es soledad e insatisfacción, es tedio y un mes a mes lento

como un cuentagotas con goteo exasperante,

es aburrimiento suspendido en el ambiente

y es una agonía que medio mundo quisiera gozar;

quinientos enfermos mentales inflados como botijos

visitan gregarios a que les acunen en la mortaja de bromuro

como susurros de cicatrices viejas.

En tu país suele haber de todo, pero todo

es injusticia y (des)olvido,

y los capataces todavía llevan espuelas

y un astracán contrito en su piel de chivato zarrapastroso

 regala súbito una suerte de oreja cruda con la que hacer cucharas.

Un país es rico por sus méritos político-económicos,

por su honradez, por su talante comprometido,

pero hasta la cucaracha sabe que está (des)provisto

 de (des)méritos (in)humanos, de (es)mera(da) humanidad,

es la merma (des)humana sin rastro de huella dactilar;

un país pobre tiene risa abierta y calor familiar

aunque carente de escaparates, de pasarelas, de charol brillante,

de envoltorios, de fibra óptica, de olor a nuevo.

Este mundo da vergüenza por que es dos mundos.

¿Quién es el pobre y quién es el rico?

Ahora te pregunto. Contéstame, por favor.

Por que no sé si tú eres tu país

o si de tu país eres tú una parte,

 o si nada en tu país es todo así

o si un país es culpable del todo de la nada que le sucede

a gente como tú. A gente sin país.

Por Cecilio Olivero Muñoz

La noche de Mister Dólar

         Eran de manual, de primer curso de carrera, si es que hubiera una carrera que se dedicase a estudiar la estupidez cotidiana del ser humano. No ocultaban que tenían dinero, mucho dinero, él exhibía con descaro su cartera repleta de billetes hasta reventar mientras ella, con su vestido ceñido y sus maneras voluptuosas, sacaba algunos de esos billetes, siempre los de cuantía más alta, y con las manos en alto gritaba: invitación para todos. Pacorro sonreía, no en vano era el dueño de la tasca y decía entre sí que aquella iba a ser, gracias a esos extranjeros idiotas, una buena noche. Lucio dibujó en su rostro un atisbo de sonrisa, iba a beber, lo que a todas luces más le gustaba en la vida y lo único que parecía hacer a todas horas, beber una tras otra sus copas de vino barato, y además esta vez no iba ni a pagar ni a aumentar, como era habitual, su deuda con Pacorro, en ocasiones harto cuantiosa. Los otros parroquianos sonrieron también por estar allí en el momento oportuno gracias a lo cual iban a aprovecharse de ese par de memos. Y por último Miguelón y  yo sonreímos, cómplices, porque si aquel par de parvos no se gastaban todo el dinero en un plisplás, haciendo ostentación de su pasta gansa y derrochándolo a diestro y siniestro, íbamos también a sacar tajada de la circunstancia que nos venía dada y además de un modo muy fácil para nosotros, que no éramos ni de lejos del oficio.

         Ellos hablaban sin parar, a voces, sin que ninguno les entendiéramos, no sabíamos lo que decían con su jerga extranjera y sólo de tanto en tanto entendíamos alguna palabra suelta. Ella cimbreaba su cuerpo para provocarnos mientras que él alardeaba de chica, de novia y amante, su chorbita decía con fuerte acento extranjero e intentaba imitar a los lolailos locales, tan característicos, y tras una ruidosa risotada afirmaba orgulloso: es una yegua, lo chillaba para que todos lo oyéramos y ella respondió al comentario soez con una carcajada y grititos emocionados, algo histéricos, mientras colocaba otro billete sobre la barra, otra ronda, ordenaba, y Pacorro la servía sin molestarse en darle las vueltas, los que nos ponía algo moscas porque si seguían así iban a vaciar la billetera y nos íbamos a quedar sin nuestra tajada, y ellos reían y soltaban palabras que no entendíamos o entendíamos a medias, y ella se cimbreaba y nos ojeaba con descaro a nosotros, los más jóvenes en la tasca, y nos retaba con la mirada, como si nos dijera: veis lo buena que estoy, veis lo bien que nos lo hubiéramos podido pasar si estuviera sola, pero habéis llegado tarde, colegas, por ello miraréis mas no palparéis porque soy la yegua de este machito que tanto me gusta, mister Dólar, y que ahora os invita con esmero y de modo tan generoso a vosotros, nativos, que nunca habréis visto tanto dinero junto, lo que no dejaba de ser cierto, por nuestra parte no cabía más que reconocerlo, que no acostumbrábamos a ver mucho dinero junto, todo lo contrario, y si todo eso era lo que nos decía ella con su mirada nosotros, lo aceptábamos por completo, para qué negarlo, claro que sería distinto si nos lo dijese palabra tras palabra, tal vez entonces podríamos alegar algo, pero no nos lo dijo, sólo cabía interpretarlo así porque ella mantuvo su actitud retadora, y tras mirarnos unas cuantas veces más, pero qué buena que estoy, parecía decirnos, se puso a bailar al son de la música de la radio mientras levantaba aún más su falda y todos la observábamos no sin dejar evidente que la teníamos ganas.

         Chillaron, gritaron, pagaron varias rondas más, mostraron la foto de su coche recién comprado, pagado en cash, repitió una y mil veces él, bien alto para que nadie escapara a la reseña de su fortuna, bailaron, rieron, discutieron, volvieron a reír, a carcajadas, y cuando Miguelón y yo perdimos la esperanza de que acabara el espectáculo, él se puso de pronto serio y dijo al fin: nos vamos. Dejó otro billete sobre la barra a modo de propina, a Pacorro hasta se le iluminó la cara con tanta amabilidad, y el machote agarró a la chica de la mano y se marcharon tambaleándose. Nosotros nos levantamos en cuanto salieron por la puerta. Adiós Pacorro, dijimos, cuídense, respondió, y seguimos a la pareja calle abajo, hacia el puerto, por la empinada travesía de los Barqueros, que así se llamaba la misma, y ellos agarrados hablaban, cuchicheaban, gritaban  sin motivo aparente para cambiar el tono de la voz, aunque lo cambiaran, ora chillaban ora murmuraban, y ella se dejaba tocar por Mister Dólar, que la manoseaba con descaro, se lo van a montar en plena calle, murmuró Miguelón, no sin poco anhelo de asistir a uno de esos espectáculos licenciosos que, decían, tanto abundaban en el extranjero.

         Cuando torcieron por las calles estrechas del barrio portuario aceleramos el paso. Alcanzamos a colocarnos a su lado y Miguelón le pegó un empujón a Mister Dólar, que a punto estuvo de caer, aunque más por efecto de la borrachera que por la fuerza de mi amigo. La chica miraba la escena sin saber muy bien si tocaba gritar o reír. Le agarré con la mano por la nuca y la aparté del lado de Mister Dólar de paso que acariciaba su piel suave. Es mejor que no hagáis nada, advirtió Miguelón con voz algo forzada, orden que obedecieron y que a todas luces no hubiera hecho falta formularla porque iban lo bastante bebidos y aturdidos como para ser incapaces de reaccionar ante nosotros y por ello quedarse perplejos o inconscientes de lo que estaba realmente ocurriendo.

– A ver, la cartera.

– Sois unos ladrones. -Mister Dólar se puso de pronto a reír para nuestra sorpresa, como si encontrara aquello muy divertido.

– No, no lo somos. -Dije como si de pronto me sintiera culpable o ridículo.

– Es que las cosas están difíciles. -dijo Miguelón.

– Pobrecitos. -exclamó ella e hizo un mohín con la boca, parecía más bien que quisiera enviarnos un beso.

– Claro, claro -dijo Mister Dólar-, las cosas difíciles para vosotros.

– Eso es, por eso os pedimos un favor.

         Mister Dólar sacó su billetera del bolsillo de la chaqueta. Tomad, dijo. No imaginábamos ni de lejos que iba a ser tan fácil. Incluso nos miramos para cerciorarnos uno al otro qué debíamos hacer, lo que no teníamos claro. Miguelón agarró el fajo de billetes y se los puso en el bolsillo del pantalón.

– Gracias. -le dijo no sin sarcasmo.

– Amigo. -le llamó Míster Dólar, completamente indiferente o ajeno a lo que realmente le estaba ocurriendo, a los posibles peligros a los que se enfrentaban de ser nosotros unos ladrones de verdad en vez de unos aficionados.

         Sin correr, nos largamos de su lado y nos metimos por las calles del barrio portuario. Seguimos en silencio, sin echar la vista atrás.

– Qué buena estaba ella. -dije al cabo de un rato.

– Sí, mucho. -respondió Miguelón indiferente, tal vez pensando en su recién iniciada carrera de delincuente.

Juan A. Herrero Díez

 

 

 

 

 

CONCENTRACIÓN

 

Veo programas en YOUTUBE

sobre literatura, ellos hablan de libros,

libros antiguos.

¿Tienen los libros fecha de caducidad?

Lo que si es cierto es que tienen

fecha de (exp)edición.

No me puedo concentrar.

Se puede hablar sobre libros

y sobre literatura y arte cuando

no existen problemas.

Ellos no tienen problemas,

por eso hablan,

algún día yo hablaré de libros

y literatura, entonces

el diálogo será como sonreírle al invierno.

Entonces se abrirán las acequias.

Entonces el verbo será mío

y dejará de ser ajeno suspiro

con extraño sabor.

Por Cecilio Olivero Muñoz

Cómo es posible que una flor

Cómo es posible que una flor

erguida sobre su perfumada belleza

ansíe que sus pétalos se entristezcan

para consolar un absurdo dolor.

Cuáles son las palabras que expresan

este inexplicable homicidio repugnante,

qué fronteras deja sin violar esta situación horrible,

doblegada y reducida al frío de una cifra.

La razón no me llega con vida

no está muerta ni viva, permanece sin sentido

esperando que dejen de maltratar mis sesos

que agredidos por una opresión incesable sangran.

¿Qué valor tiene la vida?

viviendo en esta degradación permanente,

anegado de este asco repelente:

dejad que el hombre viva, ¡Dejad!

Por Francisco Jesús Muñoz Soler

UNA NIÑA DE AZUL CON UN PLUMIER DE PINO

Ha muerto en Conde Duque

una niña de azul con un plumier de pino.

Es una vieja estúpida la noche de Madrid, una mueca sin dientes que recuesta

[su rictus de sonrisa en las aceras.

A lo lejos,

detrás de tanta fiebre de tejados,

hay un jardín con úlceras, con hambre, que golpea el perfume de café,  la tos

[de una muñeca

que se perdió en el fondo de la tarde. Jeringuilla de plástico y mentiras.

Me subo el cuello del abrigo,

no hay nada que decir, poco que hacer. Fatiga.

Pasa un ruido descalzo de autobuses

que dibuja la sangre para fotografías de turismo.

Cerca quizás, para qué buscar lejos, hay alguien que se gana la piel tostada y

[limpia

con el pálido labio

de esta niña sin horas que cambiaba sus sueños por un grito en el brazo.

Me detengo a buscar por los bolsillos cualquier cosa,

un poco de tabaco, calor para las uñas,

refugio contra el miedo,

y esas muchachas tímidas pasan corriendo como siempre,

novias tontas que han de llegar a casa sin mirar las paredes don­de todo se

[vende con rápida sonrisa.

Calle de la Princesa, veloz la luz, el aire, el agua que mañana llegará hasta la

[plaza.

Pero la niña azul no corre.

(De Crónicas del laberinto © )

 

Por Enrique Gracia Trinidad

RESÍSTETE A SER OTRO

 

Resístete a que tu mirada se pudra

y estropee tu sueño de luminosos vergeles,

resístete a que te agrien el carácter

y te conviertan en lapidario de cementerio,

ellos se divierten con la pelusa eterna

aunque dócil de los rincones sin dios,

se divierten con el trasiego muerto

de esquizoides e iracundos, de tísicos y enjutos

(pues en la gordura está la genialidad),

se divierten evitando de la endrina

su carne salvaje, su jugo incorregible,

su verdad silvestre, su zumo rebelde y vivo.

 Resístete a que te amarguen la entraña,

a que te conviertan en un dios sabe qué,

a que te eviten la palabra en un vacío,

a que te epitafien el sentimiento de selva

con un rencor viejo, viciado, obsoleto, 

desde hace una docena de siglos atrás,

a que te adoctrinen como a un eunuco castrado

con las lágrimas encendidas sólo por las noches,

a que te amansen como a un animal de circo

y te enseñen a dar la volteleta al revés,

a que te patibulen la sonrisa, tan libre y tan sincera,

como aquel ciego que palpa su oscura calle,

como un viejo que se resiste a ser un niño,

como un mendigo que pide para pan,

a que te enclaustren la libertad

como a un pájaro que da vueltas entorno

a su jaula, que como un autómata solamente

conoce la vida que no es vida.

Arrincónate si es preciso, intenta ser

Alias y no ser sed de apellido y nombre propio,

intenta vestirte con las duras promesas

que la naturaleza te da, y no con

las palabras necias que el viento se lleva.

Intenta ser esclavo de tu yo

y nunca esclavo del yo que otros te impongan,

intenta obedecer a tu instinto

y que nunca el instinto de otros se someta ante ti,

deja que otros vivan entre su albedrío

y si escupen al vestigio de tu alma

es que no hay alma, ni vestigio, ni albedrío, ni nada.

Intenta hablar de lo que sabes

y no del mundo que te queda por conocer,

intenta ser agua que emana tranquila

sin pensar que es ella misma

y sin pensar dónde encontrará su estancado final.

Resístete a ser mundo

pues es todo el mundo el que vive sin serlo. 

Sé oportuno y nunca inoportuno. 

Sé tu amigo. Sé tú.

Por Cecilio Olivero Muñoz

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR ENRIQUE GRACIA TRINIDAD

IGUAL, IGUAL

Como el insecto que ignora que lo es y se esfuerza por cumplir la tarea con su estirpe.

Como las puertas que no saben si fueron colocadas para entrar o salir. “Perded toda esperanza” “prohibido el paso” o “entren sin llamar”  y otras mentiras, pone siempre.

Como la tarde, ahíta de suspiros, que imita en el color a la mañana pero le es imposible reproducir su olor o su futuro.

Como el rompecabezas, todo temblor y miedo, que odia su última pieza cuando se le aproxima para dejarlo quieto e inservible.

Como la taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de los labios.

No sé si así es la vida

pero el poema se parece mucho.

(De “Todo es papel”)

***

SALTANDO DE JACOBO A GUILLERMO GRIMM

«Todos los pasos tienen la forma del pasado;

de un         pasado sin boca para besar la orilla

de otra existencia hermosa que nunca se ha tenido,

a pesar de las fiestas del corazón en llamas.»

(Juan Eduardo Cirlot)

Recuerdo aquel perfume

de cuando sólo era una rana

del estanque.

Un instrumento más, y prescindible,

de la orquesta de anfibios que rondaba a la noche.

Una charca, lo sé, más que un estanque,

pero era al fin y al cabo nuestra casa,

palacio de los juncos,

húmedo hogar que, sin esfuerzo,

hicimos habitable solamente cantando,

nada más que con brincos y con lodo.

Nunca faltaron moscas,

y era un gozo mirar los renacuajos

asomarse directos a la vida.

Luego, fueron llegando las princesas,

con sus juegos de risas, con sus bolas doradas

que dejaban perder para que yo las encontrase.

A fuerza de besarme y de besarlas

dejé de ser aquella rana

y el estanque empezó a ser un problema.

Ahora voy bien vestido, escribo versos,

en el estanque han hecho una piscina

y todo está muy limpio.

Saludo con respeto,

hago el amor de frente,

y hasta es posible que algún día

alguien piense que sirvo para algo.

No está mal,

pero fui más feliz cuando era rana.

(Del libro “Historias para tiempos raros”)

***

TERCERA CRÓNICA DEL GUARDIÁN

(El Hechicero)

«… Ma se senza ingiuria vostra io potessi fruirlo, rendetevi certo                                che         saria in me quella letizia ch’essere in alcun uomo sia possibile.» (1)

(Ludovico Ariosto, Il Negromante)

El hechicero acaba su tarea,

acaricia su barba satisfecho

y sus labios se curvan en lánguida sonrisa

—la que debe tener todo alquimista que aprecie su trabajo—.

La luna se despide como un guiño

de los últimos juegos de la noche.

La lechuza es un bus que aún lleva luces

y susurra un final, como Louis Armstrong, de Jazz expresionista.

Recoge los papeles, guarda todas las fórmulas en verso

tras el aparador de palisandro

mientras un gato insomne y circunspecto,

con el lomo de azúcar y de miel, afirma silencioso

que él ya lo sabe todo

Va tapando los frasco uno a uno,

los matraces de esencia,

las redomas con uña de lagarto y ese polvo amarillo de mandrágora

que hace azules los sueños.

El horizonte empieza a recitar

una canción de cuna para la espalda de la noche.

Es hora de acabar los sortilegios,

que descanse el mercurio en su probeta y el ala de murciélago en el aire.

Los Rollings sustituyen al Cármina Burana.

El hechicero cuelga el mandilón,

se cambia de zapatos, deja su gorro frigio en un estante,

anuda su corbata de seda milanesa,

y se va a la oficina como todos los días.

(1)  «…Pero si yo pudiera disfrutarlo sin ofenderos, estad seguros de que sería dueño de la mayor alegría que hombre alguno pueda poseer.»

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Las horas lentas

 

Somebody put me back in school, I forget everything.
I used to know how to leave the boy behind
without having to watch him go.

Infidel to die for what I’m doing
will happen on the morning when the mirror won’t recognize me.

The Twist. Metric

Durante la noche, en mi reflejo, las horas pasan lentas. Callan la voz y la expresión  de mi rostro,  y todos los propósitos buenos van huyendo de mí. Despacio.  Se va alejando todo lo aprendido, y como dientes de leche oscilan y duelen la culpa y la vergüenza.

Durante la noche, en el espejo, las horas pasan tan, tan, lentas, que revivo toda mi vida cada madrugada. L’espirit de l’escalier de todos los momentos, como escenas añadidas en el director’s cut que nunca se llegó a estrenar. Los besos que nos dimos a escondidas en el jardín del colegio, donde se metían los gatos, donde no nos dejaban estar. Y si se lo recuerdo por Tuenti y dejo que me diga que estoy loca, que no pasó, sabré que a ella ya se le ha caído ese diente tan incómodo. Penden de mis encías recuerdos de una infancia encubierta. 

Durante la noche las horas pasan lentas. Pasan los amantes a escondidas y dejan un rastro amargo entre los huecos de mi infancia. Oscila la primera carta de amor y su viaje en mil pedazos desde las manos de un niño rubio hacia el fondo de una papelera. Tiembla el recuerdo de una mano fría dentro un pantalón de la dieciséis. Cae definitivo el primero de los besos y lo olvido sin esfuerzo, como los siguientes. Y si les busco por Facebook y me agregan como “amiga” quedará  patente el valor que le dimos. Cero.

 

Por Adriana Bañares Camacho

 

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR DANIEL DE CULLA

 

BURRO PANDERO OBISPO DE ANILLO

 

Soy de Sevilla

Y me he amancebado

Estoy gordo como un obispo con anillo

Soy un burro pandero

De los de dios y el diablo

Consagrado a hacer vida

Espiritual y contemplativa

O a tratar sobre ella

De cualquier forma

Sobre todo

La comunicación

Inmediata y directa

Con la divinidad abierta de piernas

O el éxtasis

No hecho casual

E impremeditadamente.

Tengo hacienda en Cantillana y Brenes

Y unos sobrinos

¡No digáis nada¡

Que son “hijos de cura”

Ese que trae fantasmas por el día

Y por la noche

Para causar miedo a los niños

En libamiento de exvotos

O eróticos relicarios

Que se liban en sacrificios

Para fines de amores sucios.

Antes

Fui paje del rey don Pedro de Castilla

“el Cruel”, “el Justiciero”

Ese que pretendió el amor

De una doncella principal

Y desposada

Y que venía a verla de noche

Hecho un fantasma

La moza, cuando sale

Siempre va

Con un cántaro de agua en la cabeza

Y su mozo, el desposado

Con una losa a cuestas

Porque es enterrador

Y conduce a lomo piedras

O cosas semejantes

Y a casa, tarde o nunca llega.

Sabes: se toparon al amanecer

Ella y el rey

Un día de mayo

Que por eso ella canta:

“Días de mayo

Días de desventura

Aun no es mañana

Y ya es noche oscura”

O “Bien se está

San pedro en Roma”

Cuando follan

O “Ya es duro, o viejo Pedro,

Para cabrero”

Y Ja ja ja

Dicen

Que lo dijo la gente del rey:

“Disfrazado viene el rey villano”

Que echándose un día

Al desposado y parlando

Le hizo ver a su amada

En sabor, y color, y olor

Cuando le dijo:

-Dios te la deparó buena.

Hermano.

Y de esos caldos del Amor

Dale hartos.

 

***

 

HAIKUS DE LA VERDE OLIVA

 

Muerte pelada

Mi esposo sin albarda.

Campo de Nabos.

 

Sabes del cielo

Y no sabes del suelo.

Caca pisada.

 

Viuda en entierro

Morcilla de sacristán.

Buena en buena fe.

 

Por mar y tierra

La vieja de puntilla

Te llama beodo.

 

Beata a grillos

Cura de puerta en puerta

A pedir huevos.

 

-Mujer, pon la olla

Que aquí traigo la polla.

Convite al jarro.

 

En Toledo un día

Remolón un chumino.

Puta a caballo.

 

Altivo mono

Sacaba la castaña

Con mano de gato.

 

Siete la vacía

Y siete la hincha al día

Ama de cura.

 

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POEMAS DE CUBATA CALIENTE

 

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

MARI-LIENDRE, VIEJA GATA

 

Aprecio tu cariño frío y premeditado,

Pero detesto tu nostalgia apenas pacata,

Decides acabar con tu plan repasado

Y das celos con tu uña de vieja gata,

Gata, vieja gata, acabó tu reinado,

Acabó tu helado de fresa y nata,

Acabó tu manjar de otoño prestado,

Acabó el escondite, el hallazgo, el alba,

Acabó tu sonrisa un día inusitado,

Días de tormentas en total calma,

Días de olvido casi desmemoriado,

Días caminando por la lluvia santa,

Días de gris paisaje, de peaje y asfalto,

Hay una verdad de totalidad franca,

Hay un rumor en el fondo de un vaso,

Hay una dicha en la ciudad blanca,

Hay un bochorno en el cielo raso.

Supiste ser gata de argucia incauta,

Quisiste marcarte tu mejor menoscabo,

Quisiste ser obscena tragedia sin tacha,

Quisiste quitarle al asunto un grado.

Tiene tu dentadura vicio y patraña,

Tiene tu finura un ademán chabacano,

Tiene tu rabia una breve larva

De gusano que rememora al pasado.

Huele tu aroma a corcho y a chapa,

Buscas un tesoro ya encontrado,

Buscas nadir y cenit, una mejor carta,

Buscas un juego ya terminado,

Buscas un amor por si acaso mañana,

Buscas un reloj hace tiempo parado,

Odias ser esquirla, migaja y nada,

Odias el desprecio y al despreciado,

Odias escuchar aquella feliz balada

Que te trae aquella tarde oscura a las cuatro,

Odias la vida sin física y sin entraña,

Al fantasma que te visita a diario,

Al marica fanático de la última palabra

Que sólo pretende hacerte algún daño,

Odias la verdad caduca y extraña,

Al fragmento del beso casi olvidado,

Al rosado peluche y la dura almohada,

Al tedioso mundo rodando a tu lado.

Eres mi princesa vestida en pijama,

Eres mi amargor del todo estupefacto,

Eres mi ilusión a edad tan temprana,

Eres abrazo y rapto, polvo de torrefacto.

Eres una niña inocente y mera villana.

Eres alegría que se muere en el acto,

Eres púrpura luna, ventana cerrada,

Eres negro sollozo, oro manchado.

Eres la Mari-liendre que prefiere Baco.

***

 

MISA POR CAN TUNIS

 

Bendito sea el Padre, el Hijo, el Lugar

y el Espíritu que os abandona,

Santa parábola que al alma dormita,

Santa Letanía de estorbos consagrados,

Santa Eucaristía de vicios consentidos,

Hábitos que no hacen al monje

y monjes con hábito y sin fe.

Mártires que no quieren consagrarse

y Madres que lloran su Vía Crucis,

cruces que se llevan muy adentro

y procesiones que se ven desde afuera,

cálices que se derraman ante nosotros

y luego nosotros nos arrodillamos sin verlos,

santos que no son santos

y ángeles que pecan de caer demasiado.

Bendito sea el pastor sin rebaño,

y el rebaño sin pastor,

bendito sea el silbo del agua que se os da

y la huella que deja con sus patas la gaviota.

Realidad de los Gitanos de Can Tunis,

qué loca barbarie sin aurora os teme todavía,

barranco de todas las derrotas con desprecio,

justicia de macabros embudos de plomo,

dioses múltiples e inquilinos sin cielo propio,

Guardad vuestra libertad en las cloacas,

Guardad vuestro verbo entre retales,

Cread vuestra virtud entre tinieblas,

Romped los idiomas con vuestra verdad,

Quebrad erguidos las mañanas cansadas,

Verted la hiel de todos los suspiros,

Amontonaos en los rincones de este mundo;

No lloráis más por que no podéis,

Llagas que os saltan desde la frente

y germinan por las tardes como hongos.

Se divisa un paisaje de escombro vencido

en la línea honda de las palmas de las manos

 que se cruzan con vuestro aliento ardiente,

cumbre de los equinoccios que pasan,

lumbres desprovistas de toda la dulzura,

melancolías negras, tedios peligrosos

y agobios que se desmayan desde la boca,

ratas que son misterio de contradicción

y nombres que son herencia de tradición negada.

 Gitanos de Culto Sacrosanto,

guardad vuestras banderas de trapo,

guardad vuestra alegría, guardad

vuestra canción hecha a vuestra semejanza.

Se alejan los edificios con portería

 los coches de cunda y el alivio ciego,

los muchachos con Navidad perenne,

Se alejan las piedras que os rodean,

vuestros Consuelos, vuestros presagios,

se alejan vuestras gratitudes calientes,

los hemisferios que no os conocen,

 los Migueletes que un día os amaron,

se alejan con sus durmientes miedos de cobre,

se alejan las autoridades, las promesas olvidadas,

se alejan los barcos oxidados

y os quedáis con el orgullo hecho de roca

y con la soledad nómada de los camioneros;

compran el madroño y se van; y se quedan

las hogueras, las crujientes candelas,

las alegrías pequeñas de gorrión,

y los yonquis, que también se alejan,

se curan del vicio y vendrán otros,

caras iguales que no son nunca iguales,

caras que piden su golosina prohibida

y no se atreven a ser ellos mismos

los que den el alimento a los lobos,

los que rieguen la dormidera escondida,

los que jueguen con el hecho y el acto.

Cuidaos de la siembra sin cosecha,

cuidaos de los ejércitos sin sombra,

cuidaos de las agujas y de los vidrios rotos,

cuidad de vuestros niños arrinconados,

cuidaos hasta de vosotros mismos.

Gitanos, sed libres por que sí,

sed salvaje orgullo que no cede,

sed la rabia que se hace desierto de ira,

sed libertad herida

que exige vuestro propio destino,

sed vuestra oligarquía bajo las estrellas.

Sed vosotros, gitanos. Sed vosotros.

***

 

LA CADENA

 

Todo comportamiento

en un futuro a medio plazo

está acondicionado por un pasado,

el futuro es consecuencia

del pasado.

Todo es una cadena

y en cada eslabón está la clave.

 

***

 

SILENCIO

 

Silencio, hay un silencio,

con la televisión encendida,

la calle a media tarde,

la música en el PC

y hay en todo un silencio,

y ese silencio solo puede darlo

la poesía.

 

***

 

RETROCESO Y AVANCE

 

Es necesario que el hombre vuelva a su origen,

a su caverna, a su inocencia, a su desconocimiento,

hay que renegar de la moneda,

de las instituciones, de las jerarquías,

   de las banderas, de las fronteras,

de los dogmas, de los credos,

de las palabras huecas, de los sinsentidos;

todas estas cosas han fracasado,

han expirado, han sido algo de lo que reírse,

hay que renegar hasta del origen,

de la génesis, de lo establecido como cívico,

la civilización es deshumanización,

el ser humano debe volver a su ignorancia,

el conocimiento lo hace un total desconocido,

el hombre debe volver a ser parte

del hombre, y todo lo que ha aprendido,

volver a desaprenderlo, intentar desentenderlo.

Otro mundo es inevitable,

No podrán ésta vez pararlo.

La humanidad carece de sentido,

la humanidad se extinguirá como un mamut rabioso

que se resistirá arañando su derrota

en su acabamiento.

Este mundo es un fracaso,

ahora que todo parece más unido, más cercano,

ahora todo es soledad, todo es lejanía.

Comprendo al hombre como un remanso de inocencia

caminando en su avance incierto

y anda aprendiendo y el conocimiento

lo hace bestia, bestia fraticida y fría,

ciega, insaciable, egoísta, e injusta,

aunque lo sabemos y siempre sepamos

de su vulnerabilidad, de su fragilidad, de su extinción

el hombre ha llegado a ser otro,

ahora es la bestia que en su futuro antropófago

no conocerá; la habrá ya olvidado. 

Olvidará hasta la bestia que ahora es.

Que recuerde su origen cavernario

no es más que una anécdota en los libros de historia.

Se debe volver a la simplicidad.

Lo sencillo es el camino verdadero.

No hay otro camino.

***

 

DESPUÉS DE TODO

(el poeta no está)

 

Pasa la noche por el borde de la fiebre azul,

se toma tres pastillas mezcladas con Coca-cola,

 quiere soñar para eyacular sus calzoncillos,

quiere verse protagonista de su gemido espeso,

y después de la repetida mañana no está,

el poeta no está,

han encontrado sus sábanas frías

y este poema que reclama su terca ausencia,

han fusilado su aurora con piedras blandas

y lo han puesto a secar con sus poemas

al sol de la noche más buena.

El poeta no está,

está herido de palabras que no se han dicho

y de aromas que pasan sin su olor prematuro,

está herido de resplandores tras las montañas

que ve desde su balcón abierto,

de efigies que no se conocen todavía

y vienen a pedirle el aguinaldo,

de golosinas robadas por la mar amarga

que se pudren de risa mal intencionada,

de contagiadas alegrías en colectividad

que se vuelven consuelo y semejanza,

que se vuelven espejos cautivos de gracia;

al poeta lo han desmigajado

epifanías durmientes como osos de brea

que hacen aspavientos por las mil morales huecas

escuchando monsergas en la radio local,

con la esperanza local, con la idea estéril;

han esquilado la flor del poeta

con lamentos en la esquina de los presagios

que confunden su ombligo con una perla boba

hartos de sentirse acompañados;

lo han marchitado

 las palmadas en la espalda y las felicitaciones

 de parejas normales con dicha y ropa perfumada,

que buscan sus propios embriones por las cloacas;

lo andan buscando

los misterios que dejan de ser misterio

y que se apropian del poeta,

que parten en dos

al poeta y lo vomitan como a un ecce homo

en vísperas de ser quien fue.

Lo hallan los logros de asedio consumado

como el humo primitivo del incienso caprichoso,

han desechado al poeta de su edén virginal

y lo han atiborrado de asfalto y goma de neumático,

de reloj digital y semáforos en rojo,

de farmacias cerradas y ambulancias veloces,

de tardes de domingo y estrellas resentidas;

 se han librado de su tozudez

y han festejado la hazaña en la cumbre

de las plazas y en las dos mitades de un corazón,

lo han decretado sofisticado argumento

y han disecado su discurso con arena teñida

de las playas de la ilusión oculta,

han derramado sus palabras en un bote

y dan a probar el trago de suerte y desventura

por diez céntimos sudados con mugre de lustro,

se esconde el poeta de la vida angular

y se traga las dagas de los conductores vacíos,

se escuda tras la higuera preñada de cansancios,

se escuda en los soportales del sinsentido,

y no tiene madre que lo haga buen zagal,

las salamandras se han comido

su poema favorito y lo bordan con el hilo

de los gusanos de seda para que brote desde su interior.

Los hastíos del poeta se han marchitado

y no volverán a enfriar a la plateada luna,

los poemas de amor han engordado

y una redonda barriga les nace

como un orbe que pretende ser ovillo de luz

y bostezo eterno que asusta

a los refugiados que han visto torpes su corona,

su corona de sombras bailando

que lo hacen bulto en desmayo vencido

y relato trágico que en primavera se desnuda.

*****************************************

 

SELECCIÓN DE POEMAS

POR PABLO MARTÍN

(PABLO VOLUMEN)

 

Por ti hago lo que sea

 

Por ti,
por tu amor
estaría dispuesto a dejarlo todo.

Excepto el rock,
mi pelo largo si me aguanta,
mi ropa de moda,
mis botas,
mi Fender,
mi Lee Oskar,
mis libros no leídos,
mis calzoncillos de los Lunes a Domingo
y mis noches escuchando a Cebrián.

Esto sí es amor,
por ti hago lo que sea cariño,
por ti no pienso cambiar.

***

En defensa propia

 

No habrá más daño en los ojos
porque he absorbido la luz
capaz de morir en tu visera,
aunque quede la artificial,
la menos importante,
la de las farolas
y los últimos garitos abiertos
en los días sin descanso.

Tú hablabas de lo bello de mi pueblo
después de girar la pulsera en la mesa
y hablar de lodazales y charcos,
en un acto de confianza,
cuando creías todavía
en el valor ético de mi locura.

Te aquilataba
y apostaba alto
haciendo alquimia
de miradas asépticas,
remedando en sus síntomas
a la azafata de vuelo.

Cuando todo terminó
me quité la ropa
y me pisé para ganar lo jugado,
me quedé sentado en un banco,
escribiendo,
matando el tiempo
en defensa propia.

***

Reciclando

 

Los críos estaban columpiándose,
lanzándose insultos desde el tobogán,
esperando a ver quién llegaba
más manchado a casa.

Los pañuelos me daban arcadas
sobre los aparcamientos de bicicletas,
cuando los que se adornaban el pelo
tenían las rodillas manchadas.

Me hacía gracia el aire que nos atravesaba.

Había quien sujetaba la bolsa
y luego se daba la vuelta.

Había quien con tranquilidad reciclaba.

Pero otros no estaban
tan concienciados
con el medio ambiente,
nos usaban,
nos tiraban,
y sin pasar por planta
yo les mandaba
a tomar por el culo,
directamente.

***

A juego

 

Absorbía el calor
y llevaba el cuero a juego con la noche,
a juego con sus pendientes,
a juego con mi chupa de cuero,
con sus zapatos,
con sus medias,
con su falda,
con el suelo del garito.

A juego con sus ojos,
con mi cerveza,
con su pelo,
con la ausencia de luz,
con los Lunes,
los Jueves,
con los gatos,
con el estribillo de la ropa,
las listas,
los agujeros
y los árbitros.

Yo también iba a juego
por mi cuenta,
con
mis
calcetines.

***

 

El combate

 

Los focos auguraban desazón
y las suelas tragaban la orina
de todo el mundo,
cuando las lesbianas
se daban el palo
y se intercambiaban el chicle,
muy cerca de la máquina de condones,
a la salida del recreo.

A un lado del ring,
a mi derecha,
estaba ella
en la categoría de peso pluma.

Al otro lado,
a veinte metros de mí
estaba yo,
en la categoría de semipesados.

***

Cuarto creciente

 

Nos pusimos unos cuantos pivotes
en el corazón
para que no aparcase nadie,
y después nos fuimos corriendo
con nuestros miles de kilómetros de correa
para morder de cerca a los más cobardes.

Nos apuntamos a todas las guerras:
a la primera, la segunda,
la tercera
y a la de los 21 días en cama.

Nos quedamos sin dormir
casi todas las noches
durante nueve semanas y media.

Unos viendo el teletienda
y nosotros en nuestro piso franco
planeando el próximo
atentado al Sol.

Esa noche nos hicimos más violentos,
nos maltratamos a base de caricias
y esnifamos amor adulterado,
pero ahora hemos cambiado,
llevamos bien alta la cabeza
y nos partimos la cara
con nosotros mismos,
con cualquiera.

***

Después de tantos años

Después de tantos años sin vernos
no tenemos nada que decirnos,
revelamos la retina para ver el pasado
y sólo hay noches en vela, sueños velados.

Somos propensos a la vejez,
la experiencia se la dimos a los años,
los mismos que guardan nuestros secretos,
igual que el anciano esconde su dinero.

Nos hemos quedado con un dolor vitalicio,
con el pomo de la puerta en la mano,
pero a pesar de nuestra incontinencia urinaria,
intentamos contenernos, intentamos aguantarnos,
pero no podemos,
nos echamos de menos,
después de tantos años.

Nos hemos prohibido todas las ilusiones,
nos hemos permitido todos los fracasos,
hemos sopesado todas las opciones
y hemos escogido caminos contrarios.

Ahora sabremos que los dos teníamos razón,
y la repartiremos a partes iguales,
tú te quedarás con que «hemos cambiado»
y yo me quedaré con que «estás equivocado».

Tropezaremos una y otra vez,
nos levantaremos y seguiremos tropezando,
y por cada traspiés que demos,
descompondré nuevos gritos de dolor articulado.

Devolveremos las palabras a su dueño
y aunque sea con los pies por delante,
saldremos del manicomio,
saldremos de la cárcel,
y te echaré en falta,
yo por lo menos,
después de tantos años.

***

Los terceros

 

Ellos no tenían los cortes en la cara,
no tenían que vestir como yo lo hacía,
no tenían que tragar a diario
toda la mierda que llovía en seis horas.

No tenían que beber el alquitrán
de las cuevas de Altamira,
ni la menstruación de las señoritas de Avignon
que me hacía vomitar.

Iban de gallos amanerados,
insultantes,
custodiados por sus chicas,
quejándose por todo,
hipócritas, machistoides,
con su mirada altiva
de perdonavidas,
de proxenetas con vasectomía,
fantasmas de espejos,
fuleros y demagogos,
pero sobre todo ignorantes.

Debía ser contagioso,
porque a la vez que enfermaban
me ponían enfermo.

 

 

*******************************************

 

BREVE ANTOLOGÍA DE LO VIVIDO

 

 

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

MISERIA Y MUGRE

 

Andaré sobre cristales, andaré,

andaré la oscura sombra,

seré fiel a tu persona, yo seré,

aunque sepa que me sobras.

Quise hurgar en tu miseria,

quise soñar con tu mugre,

quise curarte de tu histeria,

pronto caerás de tu nube,

quise hacerte mi princesa,

rogué que tocaras cumbre,

con maldad a veces se reza,

 por ti abriría grutas de azufre,

diablo de este rompecabezas,

 rezaría por si quizá tú sufres,

rezar aunque quemen mis venas,

¿es mi sufrimiento tu disfrute?

es tu goce toda entera mi pena,

es ese llanto donde te luces,

espesa brea mi noche de espera,

 mi alrededor es absurdo y cutre,

al diablo también se le reza,

este sentimiento solo se pudre,

quien anda solo, solo se encuentra,

se seca el agua, se amarga lo dulce.

Iba de la cocina a la sala,

y de la sala al desastre,

por tu amor me falta un ala,

por tu amor me faltó el aire.

Miseria y mugre es la vida,

azar y suerte es el juego,

me dejaste tan tieso querida,

que de tu gris arco-iris reniego,

que de tu pasión fui mártir,

tú supiste hacerme fuego,

de aquella manera tan fácil

me hiciste el corazón negro

y te salió la partida gratis,

te salió gratis el sepelio,

te salió gratis la ronda,

te salió barato mi infierno.

Amor entre tu miseria,

desamor entre tu mugre,

vas de santa y leguleya,

en mi llanto seco das lustre,

 hembra sutil de verbena,

disfrutas entre trago y bitute,

vas con soberbia, guachafera,

y de desprecios me cubres.

No quiero ver fría mirada,

no quiero ver más sollozo,

mejor tenerte olvidada

que convertirme en tu estorbo.

Verás cómo todo se paga,

verás cómo me lo cobro,

comprenderás que se ama

lo que es digno para tus ojos,

yo contigo fui a la cama

cuando debí saber estar solo,

solo en llanto y en pijama,

solo por que debo ser yo solo,

solo y al cuidado una dama

que sabe por qué fui yo el loco.   

***

 

TENGO HAMBRE, MUCHA HAMBRE

 

Necesito del bendito sabor de la vida,

necesito probar de tu buena sazón,

degustar siempre de tu sazonada comida

es labor que no olvida nunca el corazón.

Degustar tu lúcuma desconocida,

saciarme la virtud con tu chanfainita,

eres potaje de judía y patata cocida,

pucherito bravo que mi chu-chú imita,

eres lomo suave, solomillo a la manida,

ágape de golosina y  bolsa de palomitas,

pan con pamplina, chupe de camarón,

mermelada, queso tierno, tacos, vainitas,

 flan, tocino de cielo, mejillones al vapor,

arroz chaufa, pollo frito y unas lentejitas

con su chorizo en plena ebullición,

salpicón, gazpacho, morteruelo, parigüelita,

sopa con tropezón, frijoles en su esplendor,

bendito bistec con sus patatas fritas,

conejo al ajillo, conejo con arroz,

sabor del tomate con su lengua exquisita,

con un cocido andaluz al punto y hervor,

anticuchos y finas hierbas en tus pechuguitas,

unos picarones, unos caracoles, y requesón,

redondo alfajor con miel de frutas variaditas,

besos de moza, pollo a la piña, a todo piñón,

deliciosa tu paella con sus palabritas,

tu pepián, tu rocoto, tu lasaña, y tu amor,

tu mondongo italiano, y tu carapulcrita,

tu pollo a la brasa, tu yogurt y tu picantón,

tu dulce algarrobina, tus calamares en su tinta,

perejil, cilantro, romero, tomillo, pimentón,

empanada, sándwich, empanadilla,

cebiche de conchas negras, jamón con melón,

almendras garrapiñadas y peladillas,

salitre en tu colacao, en la leche, en tu fogón,

cebolla, mozarella, carne y mucha miga,

 y a veces y otras veces, un milagro de peces,

merluza, boquerones, pescadilla,

mero, perca, perico, y chanquete,

milanesa, salchicha, (hot-dog), ensaladilla,

turrón norteño, sabor de Jijona, sorbete,

trucha, cangrejo, papa-seca, granadilla,

capuchino, café solo, irlandés y moliente,

carne mechada, ternera en salsa, papa amarilla.

la escudella, el estofado, coca de aceite,

a la guanábana, a la palta, a la mantequilla,

pecado de cardenal, de chocolate con leche,

pecado de bacanal, pecado a la vainilla,

alucine en el paladar, remedio indecente,

ensaimada, sobrasada, croissant, canelillas,

potaje de almejas, piñonate, aguardiente,

coñac, anisete, nueces con nata, natillas,

pestiños, mistela, güisqui, miel silvestre,

crema catalana, magdalenas, quesadillas,

pistacho, mortadela, espagueti, queque,

altramuces, anchoas, olivas y pizza al dente;

de jamón york, de atún, de patatas mis tortillas,

qué buen sabor tiene lo que tan bien huele.

***

 

CANCIÓN DE LOS MUCHACHOS

Burla de necios y fanfarrones,

tropa de dioses con migraña,

cumbre de todos mis detractores

que guardan su tiña en su guadaña,

victimas de aquel compromiso,

secuaces de asediadas mañanas,

protectores de un mundo sumiso

que beben a sorbos su desgana,

 bostezan por fríos consuelos,

su peloteo es floreo con mala maña,

entre  los rastros del suelo

se halla su huella siempre tan casta,

se atan gomas en el pelo,

levantan su voz por las cucañas,

creen que su verso es de caramelo

y es rima parca de pura melaza.

Ramplones del gris compadreo,

son pendencieros y mojigatos,

sacad vuestra fiera de paseo

mientras yo echo la siesta un rato,

sacad de vuestro váter el tebeo

y apuntadme en la frente el gasto,

yo mientras sigo dando garbeos,

siempre buscando y buscando,

me gusta demasiado el cachondeo,

de cualquier paga-fantas me escapo,

en la melodía de alegrías me empleo,

me tapo y también me destapo,

ni de fraile ni de santo me veo

y mucho menos haciendo milagros,

 señalad mi soledad con el dedo,

yo del güisqui no cuento los grados.

Otras madrugadas me desnudan,

otras mañanas me desvisten,

 todos mis ceros se adeudan

a las rutinas de tardes que insisten

 que eres apariencia y fachada,

que todo es farfolla y despiste,

que tú sólo das la patada

cuando en torno a ti está lo triste,

que quieres y te cansas deprisa,

y llevas tu cansancio en ristre,

ves como se te pudre la risa

guardando para unos pocos tu chiste,

te aniquilas enfadado la camisa

si los cierra-bares te hablan de alpiste,

te persigue nerviosa tu prisa,

tú lo sabes y ya lo asumiste,

vas de progre y de optimista,

naipe comodín, órdago al envite,

 regateo ruin de mezquino estraperlista,

 chamullista vil, zaino quitaquite,

(estribillo)

Círculo de los mamarrachos,

pan de las lejanas quimeras,

poto de los buenos borrachos

que chupan todos de sus maneras,

Son estudiados y buenos muchachos

que nunca tuvieron malas ideas.

***

VÉRTIGO EN LAS CALLES

 

Secuencia de un mundo inexacto,

calles mojadas aún por desnudar,

el binomio es fragmento del pacto

con el miedo abierto de par en par.

Gorriones grises le dan al acto

un dios atento que aprende a callar,

delirio mecánico y azar de artefacto,

gramos de insomnio, taxi-realidad.

Bares que esconden en el lavabo

criaturas de sesgo del todo vertical,

parques que abrazan lo asediado,

peces con beso oscuro que olvidar,

olvidos que buscan en su pasado

una memoria desnuda con luz de gas.

Clases sociales entregadas al vaso,

destellos opacos en estrecha verdad,

madres ajenas que en aquel raso

hacen maraña de lo que no está,

viles majaderos que en el tabaco

hacen inventario de semilla angular,

matarifes del compás deshuesado,

pupilos de la noche y del gran maná,

tempraneros que allá por las cuatro

legañean toda su cruel vanidad,

mozos que rompen un mal contrato,

proxenetas con moribundo paladar,

exterminio torpe en los sustratos,

pollo frito frío con el que soñar,

noches de ceguera y de espanto

que vale la pena dejar muy atrás,

largos turnos silbados en el trabajo

de seres que viven para menospreciar,

estornudos y falsas toses que por abajo

hacen heridas que pretenden gritar,

busca en tus llagas sombra de tirano,

busca tu flash en la velocidad,

no encuentras larva en el simulacro

que pierda el hilo al conversar,

cimarrones que entran al trapo,

mitómanos y cirujanos que viven mal,

tapujos en los suspiros suspirados,

moneda que de mano en mano va,

lágrimas que valen más de un pecado,

muralla de miradas por derribar,

mundo renovado que pisotea lo viciado,

otro sol que aprende el mismo andar.

(estribillo)

Calles que se mueven al compás

de ritmos que vértigo te darían,

pon tierra por medio y ya verás

 aquello que inusitado tú odiarías,

calles de contrariedad y velocidad,

calles de soledad que acompañaría

a solitarias fotos de carné de identidad,

solitario nombre de noche y de día,

solitaria calle, vertiginosa ciudad,

Vértigo que habita allá entre cañerías.        

***

 

UN BLUES, UN TANGO

Y UNA RANCHERA PARA DOS

 

A Joaquín y Benjamín, por inspirarme vivir.

La noche es un gato negro,

el día es lisura de filigrana,

la mafia defiende sus huesos

con gorilas de espalda ancha,

me atrapan y me olvidan los versos,

me buscan todas las trastadas,

se me escapan azules los cielos

detrás de ángeles de negras alas,

se caen de mi bolsillo los ruegos,

se me suben todas las retahílas,

me siguen ciegos tus besos

por las calles frías de Praga,

busco en tus canciones consuelo,

busco nueva fe en tus baladas,

a mí también me ladran los perros,

y mis sonrisas también se cansan,

entre chistes negros no pienso,

gozo entre tus bromas macabras,

las canciones huyen de su consejo,

las canciones hay que cantarlas;

un hombre anda así de rodillas,

un hombre que apenas es nada,

fugitivo de su espesa pesadilla,

amante infiel sin su coartada,

villano que anda a hurtadillas

desde su maldición a su casa,

un rey mendigo de pacotilla,

fulano que anda siempre sin plata,

nadie puede ser un rico mengano

y un pobre zutano de lo que canta,

nadie puede gozar del verano

con tantas tormentas sin calma,

nadie ha previsto vivir tan sano

con tantas epidemias que matan,

nadie ha empezado un camino gitano

y ha terminado con soledad en la solapa,

nadie se ha levantado temprano

con una luna que a veces se escapa,

no se hace combustión de lo falso,

una canción de amor no se pacta,

qué mueran de amor los tiranos

con miedo al espantajo del agua,

qué revienten de paz los resolanos

y los mares salvajes que braman,

  abrazo que se da a un hermano,

remedio que aprietas en tu garganta,

sol de silencio, mi primo lejano,

baile de treguas y de catalas,

ves galaxias en los estribillos,

ves estrellas en las verdades blancas,

de goma son los cuchillos,

pura broma las zarandajas,

a sangre viva gritan los chiquillos,

a lluvia suena tu fiel guitarra,

calla la cigarra y calla el grillo,

Sabina canta lo que Prado sangra.

(estribillo)

Puedo ser cómplice de algún artificio,

puedo sufrir ceguera en cada frontera,

puedo hacer canción de esta primavera,

puedo dar parte a un juez sin oficio,

puedo buscar de ti el triste  indicio,

puedo equivocarme a mi manera,

puedo ser mártir de este sacrificio

y puedo cantarte este blues, este tango

[esta ranchera.

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44º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA NEVANDO EN LA GUINEA

E-MAIL: nevandoenlaguinea@hotmail.com

44º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXIV    29-05-2010

 

 

EDITORIAL LXIV

Día de África

En los últimos tiempos se ha establecido la moda del día dedicado a las grandes o pequeñas causas. Prácticamente todos los días se dedica a alguna, un santoral arreligioso cuya utilidad práctica no está, al menos para nosotros, muy clara, aunque reconocemos que tampoco sobra y que algunos de los objetivos a los que se dedica un día en concreto no aparecerían nunca a la luz si no fuera por el día en cuestión.

El 25 de Mayo es el día de África. Se recuerda la constitución en 1963 de la Organización de Unidad Africana, hoy denominada Unidad Africana, y sin duda es una buena fecha para recordar que África existe y vive y aporta no sólo materias primas, también cultura, espiritualidad, conocimiento. Ese continente del que tanto se habla en la prensa occidental, cuando aparece, para narrar sus desgracias y en gran medida tergiversar sus realidades es para nosotros, en cierto modo, fuente de inspiración, aunque a veces sea de un modo tangencial.

Nos encantaría por ello que la realidad se trastocara y que realmente nevara en la Guinea, que emigráramos todos a aquel continente, que por fin sus riquezas se distribuyeran con equidad, que sus tierras verdes o sus desiertos cobrizos se volvieran el paraíso que ya son en cierta manera. También nos encantaría que se reconociera su arte, las esculturas y máscaras que inspiraron a Picasso, su poesía cantada o narrada por los griots, sus novelistas políglotas o su música alegre y profunda, de momento el arte africano más conocido y reconocido..

Deseamos que la historia africana sea conocida como lo es la de los demás continentes y que se mostrara cómo en África se desarrollaron el cristianismo -con los coptos o la Iglesia Etíope como cultura y espiritualidad propias-, el islamismo –sus muchas variantes en gran parte del territorio africano- y el judaísmo -con los judíos sefardíes tan presentes en Marruecos-, al igual que las corrientes animistas tan apegadas a la tierra.

Nos gustaría que se supiera que en África se hablan multitud de lenguas. Algunas son lenguas de comunicación internacional, como el swahili, el fula o el mandinga. Al continente llegaron lenguas de origen exterior, como el árabe, el francés, el inglés y el portugués -el español o el holandés son más minoritarias, aunque se hablan también- y dieron lugar a mezclas que de dialectos pasaron a lenguas de expresión artística, como ese criollo caboverdiano en el que canta Cesárea Évora.

Buena parte de la cultura, el pensamiento y la realidad del mundo no se entiende sin la aportación africana. América no sería la misma sin esos millones de hombres y mujeres arrancados de las costas africanas y portados al Nuevo Mundo como esclavos, en un comercio execrable, el de la esclavitud, vergonzoso para la condición humana. No obstante, lo negro constituye un elemento fundamental en Brasil, Colombia, Nicaragua, Cuba, Belice, Haití, República Dominicana, el Caribe en general y en los Estados Unidos.

Pero además los científicos nos dicen hoy que el origen de la humanidad se halla en África, que descendemos de las tribus originarias en el continente y que se establecieron en el mundo entero. Sea o no así, lo importante es que descubramos nuestra africanidad colateral, porque al fin y al cabo ser de aquí o de allá es lo de menos, siempre que nos sintamos parte del mundo. 

 

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PELUSA EN LA BOCA Y EN EL OLVIDO

POR

CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

ZOQUETE Y TARUGO

 

Zoquete lo entiende todo al revés,

Tarugo está de algo carente y es lento,

Zoquete cree que dos son tres,

Tarugo es sufrido aburrimiento,

Zoquete no ve aquello que ves,

Tarugo cree en el escarmiento,

Zoquete lo hace todo a la misma vez,

Tarugo es un total impedimento,

Zoquete critica cualquier memez,

Tarugo escupe contra el viento,

Zoquete es bocazas de la idiotez,

Tarugo sufre de estreñimiento,

Zoquete es docto en la estupidez,

se asoma a galimatías en detrimento,

Tarugo tiene memoria de pez,

se le olvida de noventainueve el ciento. 

***

 

PELUSA EN EL RECUERDO

 

Las botas de agua son para pisar charcos,

una lluviosa tarde del mes de abril

una mujer con prisa me viste despacio,

pastelitos Bucaneros, yogures Chambourcy,

 chubasquero, paraguas, olor a vestuario.

Tienes la solitaria, la solitaria lombriz,

Esport Nuria, Galerías Preciados,

 Tiburón, sala de actos, ensaimada manacorí,

fascículos del Libro Gordo de Petete,

cómprame un duro de soldados de plástico,

olor del papel tintado, sonido Max-Mix.

Torrebruno, historietas de Tete Cohete,

Cartilla Paláu, Box mi diccionario,

Aplauso, El barco de Chanquete,

Estrellitas Crecs, Bolígrafos Bic,

 [Pinchadiscos Horacio, ruidoso traga-bolas,

mola la gramola, y el hiper-espacio]

Turmix Moulinex y Thermomix,

Fantástico Ficcionario, ¿puedo ir al lavabo?

 Grandioso edificio Apolo; sabor a Peppermint,

edificio granate cortando el aire;

cómprame un polo  y te bailo Billie Jean;

  disfraz de Carnavales, Mamá cortando retales;

Iron Maiden in The Number of the Beast,

 Naranjito y Citronio, Mario el loro,

 Carpanta, Caponata, Ruperta, el patito feo,

  Ulises-31, Flash-Gordon, y mis Clicks,

 Blancanieves, tres cerditos, el VEO-VEO,

Night-Club La Bohemia; este niño come poco.

  Mirinda, Zumos Fruco, Miami Vice,

 Biter-Kas, la fiesta del Blas, Joaquín Prat,

la familia Telerín, bocata de foie-gras,

juego del bote, truco del almendruco, el Coyote,

 libélula, luciérnaga, mariposa; ¡tengo pis!

pastelitos Bonny, los Pantera Rosa;

plaza de compañeros y prefacio infantil,

  escalofrío de ácido feliz en mi ilusión,

cuatro puntos cardinales, Cantinflas, Tintín,

 un arco-iris en la sonrisa, Telefunken a color,

un beso en la mejilla, vitaminas Ceregumil,

 merendilla en el recreo, Bollicao, gusanitos Risi,

 juegos boca-abajo, Orzowei, Oliver Twist,

 pelusa en el Recuerdo, Pixie y Dixie.

Sandokan, Tarzán, Mickey, Hermanos Grimm.

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Mogol

-¿De Mongolia?

         El subinspector Murgain creía haberlo visto todo, pero era evidente que le quedaba todavía mucho por ver. A todas luces, las cosas cambiaban a una velocidad de vértigo y eso le produjo no poca ansiedad.

-¿Qué porras hace un tío de Mongolia en La Mina?

         Nadie supo darle una respuesta convincente. Por lo demás, ¿alguien podía indicar a ciencia cierta dónde estaba Mongolia? En Asia, comentó no sin cierta inseguridad el más joven de sus subordinados, Molina, uno de los policías recién incorporados a su grupo. Recordó también que había un mapamundi en algún lugar de la comisaría que no pudo al principio precisar, pero que por fortuna logró localizar sin mucho problema y que de inmediato extendió sobre la mesa del despacho.

-Entre China y la URSS. -dijo Molina con plena seguridad esta vez tras dirigir su mirada hacia el continente indicado y no sin orgullo de quien se ve de repente útil, aun cuando no era en absoluto difícil dar con país tan grande.

-Serán entonces comunistas.

         Casi de reojo, el subinspector Murgain lanzó una breve mirada al retrato de Franco que presidía el despacho del Inspector Jefe. Aun cuando ya era evidente para él y también para los demás, pese a la natural discreción con que se conducía en la vida, que aumentaba su cada vez mayor desafecto hacia el Caudillo y su decepción por motivos políticos, pero sobre todo dinásticos, no pudo menos que pensar, no sin cierta distante ironía, que allí había gato encerrado y a lo mejor habían dado con algo tremendo, algo grande, algo inmenso y reservado. Porque a todas luces, y a pesar de sus actuales reticencias, España y Mongolia no mantenía relaciones diplomáticas por razones obvias, incluso se advertía en los pasaportes, recordó, que éstos no eran válidos para viajar a aquel país, lo cual debía de ser recíproco seguramente, y pese a todo el ciudadano mogol -Molina también había comentado, un tanto azorado ante el temor de quedar como un resabido, que el gentilicio era mogol, y no mongol, como estaban todos tentados de decir- estaba allí abajo, en los calabozos de la comisaría de un barrio destartalado de una ciudad dormitorio de Barcelona, lo que requería con más urgencia si cabe dar una explicación convincente a su presencia en el país, lo que además le pedirían sin lugar a dudas.

– Nos espían.-dijo Gutiérrez- Se trata, seguro, de una avanzadilla contra nuestra país. -y aquí su voz tomó un empaque solemne, como de NO-DO.

         Aunque en los discursos oficiales España era la envidia del mundo y una amenaza para el comunismo imperante en medio planeta, el subinspector no daba mucho crédito a los comentarios patrióticos que apuntalaban el deseo de querer destruir el régimen tras los correspondientes treinta años de paz y de progreso, entendido el progreso en su sentido más fidedigno, nada que ver con teorías liberales ni socializantes, según explicaba una y mil veces Gutiérrez.

-¿Sabe alguien si Mongolia tira hacia Moscú o hacia Pekín?

         La pregunta del inspector Murgain buscaba no sólo burlarse tangencialmente de los temores de espionaje planteado por el falangista Gutiérrez, que adoptaba ya el aparatoso tremendismo del poder, sino jactarse de un conocimiento de política internacional que en realidad no poseía más que de oídas. En esa comisaría nadie sabía nada de tamaña discordia en el seno del movimiento comunista internacional, bastante trabajo había con entender a los clanes gitanos que se pavoneaban por el barrio y por las pintadas amenazantes, a estas alturas de la historia demasiado habituales ya, que anunciaban revoluciones permanentes y que brotaban una y otra vez en las paredes de la zona industrial de San Adrián, siempre aderezadas con enormes hoces y martillos y a pesar de la labor represiva que procuraba llevar a cabo el cuerpo policial. Deberé consultarlo con Bidache, pensó Murgain, no en vano su amigo, a pesar de periodista y un poco marxista, era un erudito y sabía de temas políticos como el que más.

         Pero había que volver a la realidad circundante y la realidad circundante era que un ciudadano de Mongolia había sido detenido en La Mina al parecer por llevar una bolsa repleta de productos robados. Hay que interrogarle, murmuró Murgain lo que dio lugar a una nueva duda.

-¿Qué idioma habla el susodicho?

         Bajó Molina a enterarse de ello por haber quedado acreditado que era el que más sabía de geografía. Chino, afirmaban algunos, seguro que hablaba chino además de mogol, al fin y al cabo eran países vecinos y de aspecto algo parecido, explicación no muy científica seguramente, pero que hubiese ganado las apuestas de haberse producido. Además, de ser así, podrían contar con la inapreciable ayuda del único habitante chino de San Adrián que vivía a dos manzanas de la comisaría, hacia el centro de la ciudad. Molina regresó con cara de extrañeza.

-Habla portugués perfectamente.

         Murgaín no daba crédito a lo que acababa de decirle su subordinado. Miró el mapamundi y contempló la enorme mancha verde con que se simbolizaba a Mongolia en plena estepa oriental. Si ya encontrarse con un mogol en La Mina resultaba incomprensible, más lo era que hablase además portugués.

-Que me lo suban.

         Llamó a García, que al fin y al cabo era de Ortigueira y hablaba gallego. La espera se les hizo larga, tanta era su deseo de aclarar aquel asunto. Apareció al fin escoltado por dos agentes de custodia. No dejó de sorprenderles a todos la altura del detenido. Sobrepasaba en una cabeza a los dos policías que le acompañaban. En lo demás, se adaptaba a la perfección a los tópicos al uso: ojos rasgados, moreno, pómulos marcados, delgado, chato y una sensación general de no estar estando.

         Lo sentaron en la silla frente a Murgain que lo contempló extrañado. Avezado a los delincuentes del barrio, que sólo por la pinta echaban para atrás, aquel tipo parecía cualquier cosa menos un choro. Sin embargo, le pillaron con una bolsa repleta de objetos robados, desde relojes a pitilleras de plata, desde joyas a documentos de otras personas. Muy buenas, le dijo con voz seca que intentaba disimular con una pizca de irritación la curiosidad que le invadía. El mogol le miró como si no mirara.

-Me puede explicar -fue directamente al grano- qué hacía usted con esa bolsa y los objetos que llevaba dentro.

         García lo tradujo al gallego y el mogol se tomó su tiempo para responder. Pero respondió y en un portugués bastante neutro dijo que se la encontró. Esta vez lo que sorprendió a Murgain fue la respuesta al uso que le dio el susodicho, dada la rareza de la situación qué menos que una explicación estrambótica, consideró. Pero no, había respondido como hubiera contestado cualquier de los habituales de aquella comisaría, me lo he encontrado, repetían sin vergüenza alguna cada vez que los detenían con objetos robados, lo que solía ser frecuente, los había incluso que eran detenidos varias veces a la semana y siempre daban la misma respuesta. 

-¿Y dónde se encontró la bolsa?

Na praça grande, perto do mercado.

-¿Y dentro estaba todo lo que encontramos?

Não sei, não olhei, somente apanhei.

         Ahora resulta que el mogol era lo más normal del mundo, es decir, del barrio, murmuró Murgain. En otras circunstancias no hubiera dudado en emplear los correctivos tradicionales, las sonoras collejas de López o los empujones casi histéricos de García. Pero aquel tipo les sorprendía tanto que llegó incluso a neutralizar las prácticas habituales de una comisaría en tierra de nadie.

-Vamos a ver, ¿Vd. dónde vive?

Na rua.

         Murgain observó que el mogol iba demasiado limpio como para vivir realmente en la calle. Allí estaba claro que le estaba mintiendo. Ya te he pillado, pensó. Sin duda, callaba su dirección porque había muchas cosas que ocultar. Claro que se trataba de alguien que realmente rompía todos los estereotipos conocidos y esta vez dudó incluso de sus dotes observadoras. Para colmo, Molina comentó que había leído hacía años que los mogoles eran un pueblo nómada.

-Por eso va tan limpio -añadió-, está acostumbrado a vivir sin techo.

-Eso será en Mongolia -replicó Murgain-, que en España sólo los pastores de cabras son trashumantes.

         El mogol seguía mirándoles como si todo aquello no fuera con él. A Murgain aquella situación le empezó a molestar.

-Me joroba este tío -le dijo a García-, no sé si nos toma el pelo.

-No desespere, jefe, que todo tiene explicación.

         Lo que realmente molestaba al subinspector era no saber a qué atenerse. Necesitaba entender qué hacía aquel tipo en una barriada marginal como La Mina y cómo había llegado hasta allí. Necesitaba saber lo que había tras ese rostro tan poco expresivo. No sabían nada de él, sólo el nombre que aparecía en su pasaporte, por cierto, sellado en Roma una semana antes.

-¿Por dónde entraste a España?

Pela fronteira.

         Tenía narices el asunto, ahora resultaba que el chinito ese se estaba burlando de él, porque era como si le dijera que había entrado por la puerta. Murgain se lo quedó mirando un tanto irritado, casi convencido en ese momento de que realmente el chino, mogol o lo que fuera le estaba tomando el pelo.

-No tienes sello de entrada. -le replicó mostrándole el sello de Italia.

-El carimbo. -le dijo García.

Foi pelas montanhas que eu entrei.

         Murgain en ese momento se sintió gratamente sorprendido porque de pronto, para él, eso tenía sentido, un sentido muy romántico además. Los Pirineos, él lo sabía muy bien dada su condición de navarro, siempre habían sido un lugar de paso de contrabandistas y conspiradores, y le vino a la cabeza lo que Pío Baroja había escrito de las guerras carlistas, de las que él mismo era un estudioso por su adscripción legitimista, y se planteó hasta que punto el mogol aquel estaba restaurando los viejos usos. Por primera vez sintió simpatía por el oriental. A veces ocurría, simpatizar con algunos de los individuos que pasaban por los calabozos, al fin y al cabo, se dijo, los choros y la bofia compartían muchas cosas, eran todos pájaros de mal agüero, como le solía decir en sus primeros años en el oficio su mentor Pablo Salcedo. Sin embargo, se lo pensó un instante, tampoco estaba muy seguro de que pudiera llegar a simpatizar con el mogol. No es que hubiera motivos para detestarlo, eso no, no había matado a nadie y hasta parecía un tipo pacífico. Pero le irritaba esa parsimoniosa distancia que había adoptado y tras la que debía ocultar algo tremendo, no tenía nada que ver con los habituales de la casa que mostraban en ocasiones una pachorra y un desparpajo que él admirada. El secretismo, además, le ponía muy nervioso, Murgain era consciente de que estaba donde estaba porque nada debía quedar oculto a los ojos del Estado, del que él era un guardián.

-¿Qué ibas a hacer con las cosas de la bolsa?

Não sei.

         García y el subinspección se miraron.

-No vamos a sacarle nada, jefe.

-Ya lo veo.

-Tal vez lo mejor es que nos quedemos la bolsa y dejarlo marchar, tampoco sabemos si ha sido él quien ha robado los objetos.

-No, lo mejor es que pase mañana por el juzgado. Si no quiere decir nada, que se atenga a las consecuencias. Que le pongan un abogado, pero mañana, que aquí ya no hay nada que añadir.

         García salió de la sala y habló con Molina para empezar a preparar el papeleo. Murgaín y el mogol se quedaron cara a cara y se miraron, el subinspector con una tremenda curiosidad, el detenido con su parsimonioso estar no estando.

-Cómo es que hablas portugués. -le preguntó.

Eu gosto do fado.

-¿Has estado en Portugal?

Não, nunca fiquei.

         Por primera vez en aquella tarde se dibujó una leve sonrisa en la cara del subinspector. Este tipo se lo estaba chuleando de veras, pensó, pero no sintió molesto. ¡Olé tus narices!, farfulló. Tuvo la certeza de que realmente el mundo estaba a punto de cambiar. Y mucho, además.

Juan A. Herrero Díez

 

 

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POEMA FILOESTADOUNIDENSE

POR CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

I FORGOT MORE THAN

YOU’LL EVER KNOW

 

Me acurruco en tu canción de invierno,

¿Te gusta Skeeter Davis? Dices que No.

Quizá a ti te guste Townes Van Zandt.

Los niños juegan asomados al desperezo,

escuchamos Dead Flowers, luego a Skeeter Davis,

Dead Flowers me recuerda a un amigo,

este amigo me decepcionó, qué ingrato fue;

nosotros nos miramos y nos cogemos las manos,

sonreímos, rumiamos, infringimos,

este out-sider ya no busca road-movie

que lo haga mero co-starring,

el largometraje de mi vida es la tuya.

Tele-film y música country,

alfabeto práctico y melodías de abrigo,

casa acogedora y sopas donde diluirnos,

café en mi taza y té en la tuya,

el perro a nuestros pies, calor de hogar y rutina,

el calentador siempre está a punto;

me dices que quite esa música rara 

y me arropas un te quiero en el suspiro,

somos felices en este momento,

lo demás no importa.

Alguna vez sabrán

que olvidé más que ellos.

Es esa la máxima de los hombres puros.

A mi no me importan nada, ya encontré mi canción.

Ellos pertenecen a los hombres corrientes.

Tú y yo no, somos ajenos y contradictorios.

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ESCRITOS DE LA NIÑA DE LAS NARANJAS

POR ADRIANA BAÑARES

 

  1. I.      Cucarachas

Por amor. Por amor a sí misma y por miedo. Ese miedo típico de las que nacen flower power  y se convierten en mujer florero. Ese miedo de la dependiente, ese miedo típico a la soledad que las convierte en patéticas esclavas de la superficie, del mainstream, del bótox, del miedo a reencontrarse consigo mismas en el espejo. A Nilda no le gustan sus ojos sin maquillar. Sus ojos sin maquillaje: los ojos, iguales a los de su padre. Idénticos, los mismos, sin cambiar ni un ápice, los mismos ojos con los que nació. Esa mirada, esa retina, que no ha podido cambiar la cirugía, ni la inflamación de los parpados ni la oquedad bajo sus ojos rematadas con corrector de ojeras cada mañana desde hace veinte años. Nada ha podido extirpar de su rostro los ojos de su padre ni todas las cosas que han pasado ante ellos. Nada ha podido borrar todas sus miserias, todos sus anhelos, la soledad detrás del plástico, las ratas, la cochambre, los insectos, la bajeza de tener que recurrir al reflejo de su juventud perdida para mantenerse a salvo, aunque sea viviendo un falso ideal de compañía.

Una a una se va recolocando las horquillas. Sesenta horquillas como sesenta promesas dichas al aire. Religiosamente las va colocando sobre su cabeza sin dejar de mirarse fijamente a los ojos en el espejo. Diez avemarías. No me dejes sola. Diez avemarías y un viacrucis por su cabellera.

Por debajo de la puerta, por los grifos, por las rejillas, por el inodoro, la bañera, van entrando cucarachas.  Nilda mira fijamente su reflejo y espera.

En la otra habitación Alejandro ronca  y a Leo se le han dormido las piernas. Tirada en el suelo observa a las cucarachas de cerca. Están al mismo nivel. Las ve venir, y espera.

***

SÓLO COMPRA COMIDA LIGHT

 

Sólo compra comida light. Su marido está en la cocina preparando una salsa carbonara con extra de nata en la cocina. Regalo de San Valentín. Entre velas y música hortera. Unchained Melody. Sobre la mesa la pasta y en su cabeza retumbando “no me gusta esta situación”. Entre los labios de él una sonrisa de satisfacción. ¿Te gusta cari?  Entre los dos, y por toda la habitación, una tensión que supera a toda la instalación eléctrica de los apenas cuarenta y cinco metros que ocupa el apartamento a unos trescientos escalones de altura desde el portal. Subir andando, dicen por ahí, ayuda a reducir-elevar-endurecer los glúteos.  Entre sus labios un porro de hachís y en la pantalla del portátil una partida del Solitario sin terminar. Ella hace amago de pasarle el porro pero él niega. Para lo que queda no me des. Si hubieras querido me lo hubieras pasado antes. No me gusta esta situación, responde ella. No me gusta esta situación. No me gusta esta situación, y como la grasa de sus caderas en menos de quince días probando la última revolución en productos adelgazantes del nature house su novio se desvanece. Sobre la silla todos los planes de futuro y las ganas y los te quiero que salían sin querer en aquellas madrugadas del principio, cuando el objetivo  a corto plazo más importante para ambos era enamorarse y ­ante todo, que no les pillaran en plena manifestación de su amor cuando lo hacían en casa de alguno de sus padres.

 

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EXPERIMENTO BOLAÑO

 

Después de haber leído y haber releído Los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño se puso a indagar por Internet. Buscó por Internet todo tipo de textos producidos por Bolaño. Videó todos los videos existentes en YOUTUBE sobre Roberto. Encontró una página donde se decía que la viuda de Bolaño había demandado a un escritor que publicó un texto de Bolaño en una página web sobre literatura en Internet; un texto inédito de Bolaño. Este relato inédito (argumentaba la susodicha página) le fue extraído a un supuesto conocido del escritor aprovechando su ausencia en la habitación donde esa noche se había quedado a dormir el dueño de la web. Este amigo generoso que ofreció cobijo al supuesto ladrón tenía el relato olvidado sin haberle dedicado ningún interés a los textos, ya que no sólo estaba el citado relato, sino que también custodiaba poemas y otros textos, que también fueron sustraídos; al parecer, el amigo confiado de Bolaño nunca notó la ausencia de tales textos (prueba evidente de lo olvidada e infravalorada que está la buena literatura hoy en día).  Naturalmente, este texto fue leído por más de mil personas de la red de redes mundial en una sola noche. La página tuvo más de 20.000 visitas en cuestión de una semana. El dueño, ladrón y autor de la página se sintió por poco tiempo triunfador, demasiado poco le duró el éxtasis; porque, aunque temeroso de las consecuencias que pudieran importunar el éxito de la publicación del texto inédito y supuestamente robado, y las posteriores responsabilidades en tema de justicia que pudiera pedirle la esposa del autor fallecido, el esperado éxito fue tan temidamente fugaz como un suspiro. Digo fugaz, por que así fue, ya que el juez dictaminó con premura la retirada inminente del texto.

El que la viuda de Bolaño demandara a un camarada cibernético le produjo cierta rabia como escritor, y cierta repulsión como navegante cibernético ante tal opresión y atropello fundamentalista. Entonces, se le ocurrió que podía emular, o coger prestado el nombre de Roberto Bolaño, ya que a la vista no iba a ser perceptible la autoría entre un escritor u otro; parecía un juego de niños, una travesura sin malicia alguna, un acto tan claramente inofensivo, y al mismo tiempo atrayente para él. Él, el mismo que decía querer realizar este pequeño experimento para escarmentar así a la viuda. Pretendía hacer realidad este experimento para hallar la verdad a cerca del esfuerzo incomprendido, muchas veces infravalorado, muchas veces sin ninguna conmiseración, sin ninguna compasión hacia la soledad que estos sufrían. Quería experimentar sobre la abnegada correspondencia de estas, sobre la solidaridad incondicional que emanaban estas viudas de escritores, que después de la muerte repentina del artista/poeta/literato habían hecho una fortuna manejando, o manipulando, la obra excelsa de sus maridos o familiares laureadamente ya fallecidos. Cayó en la cuenta de que la viuda de Bolaño no era la única vampiresa ávida de dólares en el mundo literario. Estaba María Kodama (viuda de Borges), estaba la hermana de Nietzsche (gran manipuladora de la obra póstuma de éste para beneficio oportunista del nazismo), y en el mundo musical, estaba Yoko Ono (viuda de Jonh Lennon). Por supuesto, había muchas más, pero ahora sólo le venían estas a la memoria.

Se propuso pues, escribir un texto, un texto sublime, apoteósico, un texto hermoso, un relato extremo, atrayente; metafórica paradoja de la gloria póstuma y la riqueza ocasional debido al mínimo esfuerzo. Se propuso escribir un cuento bajo el influjo Bolaño. Se dispuso a usurpar el nombre de Bolaño, que a modo de experimento, pretendía así llamar la atención del gran público lector, y con las mismas, llamar la atención de la viuda póstuma de Roberto Bolaño. Se puso manos a la obra. Escribió el cuento más hermoso que Bolaño y él mismo pudieran haber imaginado, y lo firmó como cuento inédito de Roberto Bolaño, escritor chileno, nacido en 1953 y fallecido en el 2003, aunque antes optó por registrarlo en la oficina de la propiedad intelectual de su ciudad con su nombre real y verdadero, anticipándose así a los acontecimientos que pudieran restarle legitimidad sobre la obra escrita. Le gustaba la idea, no sólo de resucitar a un escritor de entre los muertos, sino de experimentar con la generosidad, con las buenas intenciones, con los intereses creados, con la avaricia, con la ley del mínimo esfuerzo; quería experimentar sobre la prueba evidente de lo que en vida es la realidad y lo que tras la muerte queda en el corazón de las personas.

Tituló el cuento, Brevedad entre el Callejón sin nombre y el silencio de las cosas; un cuento que utilizaba la ficción con escenas de escritos que había imaginado, o había leído sobre el final de Roberto Bolaño. Hablaba de los últimos días del autor, de las cosas que circulaban por Internet, de las habladurías dispuestas en la red, como un juicio relevante, quirúrgico y conciso, como una leyenda urbana que en torno al escritor le envolviera. Como si en una figura de gas tomara forma cierto halo de misterio y misticismo. Como si todas las preguntas fueran a desembocar hacia el mar del autor de Una Novelita Lumpen.

Publicó su cuento con el nombre suplantado de Roberto, y los resultados no tardaron en hacerse presentes. La gente armó un gran revuelo tras el escrito publicado. Las visitas al blog literario se cuantificaron. Ese incremento de visitas hizo correr la voz, el boca a boca traspasaba la red, las redes sociales se hicieron eco del asunto, el mundo literario se rasgaba las vestiduras, suplementos culturales hablaron del tema. Así hasta que llegó a oídos de la viuda de Roberto. La viuda se puso en contacto con sus abogados. Primeramente no identificó atribuible el cuento como parte de la obra póstuma de su marido fallecido, pero tras el éxito que tuvo la posterior publicación quiso sacar tajada del éxito consumado. Sus abogados se pusieron en contacto con el verdadero autor del cuento que suplantaba el nombre de Roberto Bolaño. Este contrató un abogado experto en propiedad intelectual y se concretó una fecha de celebración del juicio, reclamando así, derechos de autor al suplantador del nombre.

El abogado de éste tenía pruebas evidentes de la autoría legítima de su cliente; el abogado contactó con la viuda, advirtiéndole así de la no-autoría del cuento atribuida a su marido. Pero ésta, desconfiada, llena de avaricia, y dispuesta a sacarle el mayor partido a la obra escrita por su pareja en vida, hizo oídos sordos a las explicaciones del abogado, creyendo que era todo parte de una artimaña urdida por el abogado para quitarle hierro al asunto y eludir así las responsabilidades económicas compensatorias. Fueron a juicio y el juez, un ser campechano y muy equilibrado, trató de hacerle ver a la viuda de que la obra estaba publicada con el nombre de su marido pero el autor no era él realmente, y que era todo parte de un experimento, según decía el demandado. El juez dio la causa como desestimada. El escritor del cuento halló así una lección irrefutable que le sirvió de moraleja sobre ese mismo cuento que él había mal intencionado. Y comprendió que el nombre no es más que un nombre, y que la consagración de un escritor no cambia su condición para con el hecho de ser humilde, y que siempre se es más libre partiendo desde un anonimato que alcanzando metas desde la consagración. Comprendió que la gloria, la fama, el éxito, no respira ni tiene alma, que no es sólido, ni líquido, y sí luz de gas. Comprendió éste que la fama es una burbuja y se rompe con facilidad de espanto. La viuda no supo qué conclusión sacar del asunto, pues había sido doblemente engañada, y salió enajenada de la sala debido a la frustración y la rabia ocasionadas por un acto mal intencionado inapreciable para el juez. Esta es la gran verdad de la vida. La verdad de los muertos, los vivos, y los muertos en vida que pretenden vivir de las postrimerías que dejan tras de sí los muertos. Muertos que quieren estar vivos, y vivos que pretenden vivir de los muertos. Vivos que están un poco muertos y muertos realmente muy vivos. Nombres que son sólo nombres, sean consagrados o anónimos, nombres que quieren estar vivos, y nombres que quieren estar muertos; nombres muertos y vivos nombres, que estarán un día muertos y sólo serán nombre. La vida en sí misma. La vida que nombra, y la vida que muere. 

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

 

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POEMA DE ANTONIO ORIHUELA

 

 

TELEPIZZA, EL SECRETO ESTÁ EN LA PASTA

AENOR, Certificado de Calidad.

Leo en las cristaleras de un Telepizza

que ya calienta motores para hacer su agosto estas navidades.

Espero a un amigo con el que he quedado para ir al cine

y como mi amigo se retrasa, no puedo evitar mirar adentro

y revivir, no sin cierto masoquismo,

el tiempo que trabajé en uno de estos sitios para sacarme unas pelillas

y no seguir apretándoles el cuello a mis padres

con el coste de los estudios.

Unas pelas, eso era, porque de allí

era imposible salir con un sueldo,

las nóminas había que perseguirlas a lazo

porque no aparecían por ninguna parte,

o se habían quedado sin tinta en la impresora

o el ordenador no pitaba,

o no se podían entretener en ese momento

o directamente te decían

que fueras a pedir un extracto

al banco de la cuñada donde nos ingresaban la paga.

Si la pillabas y sabías leer aquel galimatías,

siempre faltaban cosas,

descuentos por desgaste de vestuario que jamás me dieron,

horas extras que no aparecían…

tenía un contrato de treinta horas semanales

pero si me descuidaba con los cierres

me iba a cincuenta.

Le comenté al supervisor,

que además era el delegado sindical de UGT en Telepizza,

que me habían dicho que las horas extras

tenían que cotizarse a la Seguridad Social

y me dijo que eso sería en El Corte Inglés,

que estaba hasta los huevos de los sindicalistas baratos

y que, venga, a limpiar que hoy cierras tú.

Y ahí estaba yo, pensando en cómo se esfumaban mis horas extras

y limpiando el suelo con la salsa Jalisco,

que algo de insecticida llevará

porque dejaba a las cucarachas patas arriba nada más destapar el bote

y además, daba un brillo a las losas que ni la lejía Tres Sietes.

AENOR, Certificado de Calidad.

En más de una ocasión pretendieron que hiciera de repartidor

en aquellos vespinos de escape suelto, sin luz, sin espejo ni freno trasero

y el mango del manillar partido,

pero con la excusa de que no conocía la ciudad

evitaba tener que salir a hacer el kamikaze.

Un día, uno de los repartidores tuvo un accidente con la moto

y se abrió la cabeza en canal.

Llamó su madre desde la UCI.

Habló con el jefe que estaba a mi lado,

dibujando ceritos y cruces

como si le estuvieran encargando una pizza marinera.

-Vaya, otra baja.

¿Cree usted que dentro de tres días su hijo podrá volver al trabajo?

Se lo digo por no cambiar el cuadrante de la semana.

AENOR, Certificado de Calidad.

Yo he visto, como el de Blade Runner,

utilizar condimentos que llevaban meses caducados,

lomo verde y ensaladas marrones

a las que se les quitaba la pegatina de la fecha de caducidad,

redes con más mierda que el rabo de una vaca,

masas con una costra amarilla de dos dedos

que se deshacían y se volvían a amasar con harina de roble

para que parecieran nuevas,

a repartidores con las manos llenas de grasa

desmenuzando queso, carne o pimientos,

al encargado cogiendo una masa, croquetas, alitas

y hasta pizzas enteras que se habían caído al suelo

y terminaban en el horno.

-A 500 grados todo es alimento, nos decía,

el horno lo rejuvenece y limpia todo.

Le hablaba de las normas sobre higiene

que nos habían dado en el curso de manipulador de alimentos.

-No te digo yo por dónde me paso el cursillo, chaval,

aquí lo que hay es que llegar a presupuesto,

¿o es que no quieres cobrar a fin de mes?

AENOR, Certificado de Calidad.

Sigue insistiendo, machaconamente, ante mis ojos, la pegatina,

y detrás de ella, ahora, por primera vez,

me fijo en los nuevos esclavos de temporada

que se afanan detrás del cristal,

gastándose bromas y atendiendo pedidos,

al menos, parece que la camaradería de los explotados

y humillados sigue siendo aquella que un día

también yo compartí allí dentro.

Mientras, también llega mi amigo, jadeante,

y me dice que después del cine, si quiero,

podemos ir a un Pizza Hut cercano a comernos unas pizzas.

Déjalo, mejor pensamos otra cosa,

llevo años a régimen.

*********************************************

POEMAS DESDE LA ANTISOCIEDAD

POR CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

SUEÑO MONÁRQUICO

 

Hoy he soñado con el rey; si, con Juan Carlos I.

He soñado con él, y estábamos en la Zarzuela,

y le pedí unas cuantas cosas, cosas banales,

le pedí que me enseñara el astrolabio de Colón,

le pedí que me enseñara la carta Magna del 78,

le pedí que me enseñara los cuadros que tenía

en propiedad, y me dijo que estaban en el Prado.

Le pedí también que me enseñara el casco de Pizarro,

le pedí que me enseñara su sitial real,

le pedí que me enseñara algo de sus antepasados,

le pedí que me enseñara la herida abierta de España,

la sangre derramada por los inocentes,

le pedí que me enseñara parte de la conciencia

(si es que la tuvo) de Carlos V,

le pedí que me enseñara la cabellera del primer

indio venido desde las Indias,

le dije que me enseñara aquello que se llevó

su monárquica gloria de grandeza real

entre la humillación y el eco del espanto.

***

SE LLEVA ESTO PORQUE ES MODA

 

Se lleva esto por que sí, yo te lo impongo,

se lleva lo otro por que es moda,

lo llamo tendencias, no lo llamo

estrategia de mercado, ni lo llamo marketing,

moda retro, moda future,

moda, modo, domo, demo, doma,

doma si puedes a mi caballo salvaje,

es norte-americano, viste en chanclas

y va en short todo el santo día,

e inventó una nueva manera de vivir.

Llevar mejores ropas

no nos hace mejores personas.

Nos hace más soberbios, con más aires de grandeza,

más materialistas, más elitistas, más carentes de lo esencial.

LA ESENCIA ESTÁ EN LA HUMILDAD.

Pregunta fuera de lugar:

-¿Por qué el dinero hace a la gente tan imbécil?-

***

 

TIERRA PROMETIDA

 

¿A eso llamáis La Tierra Prometida?

Si Dios te hubiera prometido algo

jamás sería un trozo de Tierra.

Al menos el Dios doméstico

y no domesticado que tienes

en tu interior.

Ni nadie ni nada promete algo

sin haberse consagrado a una causa

donde la paz, donde el amor, donde lo justo

sea el único pan que necesite el espíritu.

La Tierra se pisa, nos sostiene, es nada

entre tanta nada, es piso y es pisada.

Dame paz y paz te daré,

dame libertad y libertad te daré,

dame justicia y justo serás,

dame amor y amado serás.

Aunque esto es promesa y no-parábola.

***

 

ASÍ EN LA TIERRA COMO EN INTERNET

 

Lo mismo que en Internet estamos unidos

por un mismo nombre, por un mismo síntoma,

por una similitud, por una misma causa e idea,

en la vida también debe ser así,

estamos unidos por una misma cosa,

somos todos parte de lo mismo.

La semejanza parece lejana

aunque está dentro de nosotros,

el ADN de nuestra antropología

es el código de nuestra víscera hecha fósil,

y este fósil es una bitácora electrónica en desuso.

En esta red no estoy solo yo,

yo sólo soy un síntoma y una parte de ella.

Cromosoma a cromosoma me hago múltiple,

Mega-byte a Mega-byte me hago mundo.

***

 

EL GRAN PARTIDO

 

Mientras el mundo ve la gran final

de los mundiales del mundo mundano,

en mi corazón llueve

y el verano es fragmento de un alfiler

en un segundo apagado,

mientras el mundo celebra una victoria,

mi corazón lamenta una derrota;

las guerras de la paz son un abrigo,

y mi guerra es mera paz desnuda;

mientras el mundo celebra el gol en equipo,

yo debato con mi égloga interior esta soledad.

¿Cuántas veces tengo que decirte esto?

Apaga el televisor y hagamos el amor.

RESACA DE VICTORIA:

Después de una semana el triunfo No es Nada

y tienes ganas de vencer otra vez,

el triunfo es un acto volátil en su insatisfacción,

El éxito extingue su euforia en un vacío,

el día a día hace superfluas las virtudes.

El triunfo es también una derrota.

***

 

FLAGELO BACTERIANO

 

El flagelo bacteriano a hecho que Dios

asome su cabeza.

Parece ser que este micro-organismo

es tan perfecto, tan complejo

que no ofrece lugar para las dudas

y el azar es mentira

y Dios sufre de miedo escénico.

***

 

MISTERIO DE UN DOCTOR

 

No me contestaba los e-mails que le enviaba.

No contestaba a ninguno de ellos.

Yo le mandaba e-mails como gritos de socorro,

pidiendo auxilio, suplicando comprensión,

manifestaba mi cansancio, mi desesperación,

mi agotamiento, mi soledad,

y él no contestaba ni siquiera con evasivas,

ignoraba mis palabras, aunque

comprendí la causa y el efecto de ese vacío,

mi psiquiatra estaba cansado

de respuestas ineficaces, de susurros en la oreja,

cada vez que escribía algo

 era como escribir un informe médico,

eso le recordaba a cuando describía un síntoma, 

le producía puro cansancio,

escribir y escribir, ¿informar para qué?

El mundo estaba en total enfermedad mental,

unos depresión, otros esquizofrenia,

unos psicosis, otros trastorno bipolar,

sentía cansancio de escribir pauta tras pauta,

informe tras informe, ¿y todo de qué sirve?

¿Qué van a cambiar con tanta palabra cifrada,

con tanto misterio sin afirmarse,

con tanta espesa contradicción,

con tanto mundo separado del mundo?

***

 

CANCIÓN SIN HEROÍNA

 

A Xavi Vía, con aprecio.

 

Recuerdo a mi compadre,

mi compadre Xavi Vía,

un triste día le dije

que estaba yo en la heroína.

Cayeron de sus dos ojos

lágrimas que yo sentía

como lágrimas de pena y oro

por cosas que desconocía,

eran frías y sinceras lágrimas,

diferían de la hipocresía,

eran sal y pan de Dios,

eran la mismísima poesía.

Yo siempre les diré a todos

que la maldita heroína,

destroza tu vida entera,

no existe en ella luz ni de día,

comprendes la vida mala,

que vives sin alegría,

sientes que la droga mata,

que destroza lo que querías.

Yo le diría a esos chicos

que están en la heroína,

que ese sufrir no es en balde,

 que te sumerge en la lejanía,

si no te das cuenta antes

tarde ya te enterarías,

la causa que te hizo distante,

la causa tan viciada y fría,

El regreso que ya paga bastante

con tu madre en su alegría,

con paz en tu nuevo hogar,

con tu casa en plena armonía,

todo tiene principio y final,

y la droga lo adelantaría.

Halla, por que hallar es la paz.

Halla luz en la alegría,

un nuevo camino andarás,

un nuevo camino con gallardía,

renueva tus ansias de volar,

renueva en ti este nuevo día,

eres joven, lo podrás lograr,

hazte hombre de valía, tú tienes

[la valentía,

no es osadía empezar, logra ya,

ese principio vital desconocías,

libérate ya, comienza a andar,

olvídate ya de esa porquería,

tienes esperanza en empezar,

no te escudes en esa tontería,

que corre peligro tu peligrosidad,

piensa y hazlo con sabiduría,

no es una golosina incapaz,

ama aquello que a ti te amaría,

tienes ansias por fin de volar,

empieza hoy tu nuevo día.

En este camino entenderás

que yo soy tu propio Xavi Vía,

aquel que me hizo apostar

por un caballo sin lotería.

*******************************************

 

POEMAS DESDE LA MISANTROPÍA

POR

CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

EL SÍ DE LOS POETAS

 

Los poetas resisten ante la vida.

Aguantan su Procesión de cruces

o su Maratón de esqueletos

por las avenidas del seco y monótono desierto,

aguantan su prisión de urbe

 e imposible semilla abortada,

aguantan la venganza de los sedientos

 patibularios;

resisten una sólida soledad podrida

mientras que desesperados

se atan a la fresa del sueño,

resisten protegiendo al mito,

su mito,

porque saben que un poeta

no debe ser solo sí;

descubren tempranamente

que sus padres ya cansados

se pierden entre la multitud

 de la feria insistente,

descubren que el amor

 es un milagro inconcluso,

(es guerra en calma, es tregua acabada,

 es sangre de aguja,

es la ruina de la carne,

es ventura salvaje y enajenada)

y que necesario es odiar a quien

profane su nombre;

se aíslan de mujeres que mascan

sus chicles gastados

y hacen con él globos

que estallan como ceporros de goma,

se aíslan de la ciudad y su sombra,

de la plaza y el parque,

porque en éstos no existe

el silencio del cementerio;

encuentran la verdad

 en los bares de carretera,

mientras que los nuevos borrachos

esperan su momento,

encuentran la verdad de los suspiros

 agazapada en la piel

y saben que su tacto difiere

 estando afuera y adentro;

comprenden que vivir es sufrir,

 que la dicha es breve,

y que hasta duele eterno el gemido

 de la parturienta exhausta,

comprenden que la vida

se ausenta de ser vida

y que se quedan solos entre

 la pared de palabras;

hablan con los muertos del no,

con los Mister-señores Qwerty,

con ellos inventan el nuevo

vocabulario del aliento,

hablan con la verdad dolorosa,

con la calle vacía,

y con los niños que dejan su hogar

en primavera;

se clavan un estilete dormido

en las lágrimas,

y vuelan en el infinito

de las habitaciones sin ruido,

se clavan a la existencia

del mundo arrinconado,

y vuelan como gorriones

en bandada de heridos;

son dulce elixir y amarga bilis,

son agridulce presencia,

y se les escapa el agua

en los razonamientos ajenos,

como gotas de su propia lluvia

en el secreto enfermizo,

son puente sin paisaje

testigos de la locura total y negra,

y comprenden a los muchachos sin risa,

al cascabel vacío,

y a las ancianas que recolectan basura

en los patios de vecinos sin aurora;

no hay nada más triste

que la voluntad de un poeta,

 no existe nada más triste

que una canción cansada,

por eso son dueños de su sí,

son dueños de su universo cruel,

su no vendrá, como aquel invierno

 que no falta nunca a su cita señalada.

***

 

MIENTRAS USTEDES DUERMEN

 

Amigos, amigos que descansáis,

amigos que os reunís ofreciendo pasos

con una china en el zapato,

amigos bajo el yugo impuesto del pie descalzo,

cuanto más sometimiento os emplaza

más anhelo yo mi destino en soledad;

amigos, veteranos del cansancio,

aletargados como tóxicos, mecenas del agobio;

cuanto más os comprendo

 más pretendo ser vuestro reverso;

tenéis el don y la exclusividad

del pensamiento bueno y reverente

y yo soy el cero zurdo en una izquierda;

vosotros decís ser vuestra única verdad,

  se parece la canción a una plaga de hormigas

en reunión, en desfalco y en saqueo,

con el alimento fermentando sois mayoría.

Yo, soy destino que halla vuestra nariz;

yo, soy un solitario barquito de papel;

soy locura que se previene, locura prevista,

para mí es incierta mentira y verdad,

¿¿¡¡sí sois previsores porque no prevenís!!??

 Luego os quejáis sin previsión.

¿Queréis y no podéis? ¡Podéis y no queréis!

Afirmo y no pregunto ya.

Mientras dormíais los títeres cortaron sus hilos

y esos títeres locos se ríen entre bambalinas.

Los títeres se ríen del milagro que llamáis amor.

Ya no hay tiempo para mentiras pueriles. 

No se debe tomar la palabra amor en vano.

¡Que tengan ustedes un bonito día!

***

CUANDO PIENSO EN TI

 

Los luceros nacen para dar luz

y son luz si se les deja ser luceros.

Cuando pienso en ti, pienso en:

una persona arrinconada en su hogar,

en una persona que lucha por ser ella misma,

en una persona incomprendida.

Desconocen que no sales a la calle (más por evitar)

(y en menor grado por cobardía),

nadie se imagina lo duro que resulta

vivir a contracorriente,

vivir en contra de lo corriente,

vivir encontrado ante la gente,

vivir el eco tras la gente.

 ¿Cuándo fue la última vez que te reíste de verdad?

¿Cuánto hace del momento aquél donde te llenaste de gozo?

¿Te acuerdas cuando eras joven

y gozabas sintiendo un escalofrío cargado,

plagado, infinito de ilusión y alegría?

¿Te acuerdas? ¿Lo has olvidado todo ya?

Seguramente nadie sepa que ahora

sólo vives para él y que con verlo feliz

tú ya eres feliz. Amar es sacrificio, te dices.

La vida no es fácil para nadie, te digo yo.

La humanidad entera sufre el latido, dice la vida.

Encontrar otra vida dentro de la tuya propia

es hallar la plenitud del alma y de la humanidad.

Comprendes al universo.

Ahora tienes dos alas, aprovéchalas,

ya no te interesan las cosas cotidianas,

ahora eres dos veces hombre, o dos veces mujer.

Ahora conoces las entrañas de la Tierra.

 Eso es ser generoso ante la (des)humanidad.

***

CANSANCIO DESPUÉS

DEL CAPRICHO

 

Se cansa el hombre de ser hombre,

el desprecio es náusea y esquinazo,

visceral la gelatina, grasienta viscosidad,

pulula trémula esa inmoralidad;

se enseña al niño a ser demonio,

se cansa el sueño de ser sueño,

la voluntad del hombre escoge

el atajo más largo, aunque corto en apariencia,

por que obedece a su naturaleza orgánica. 

La naturaleza del hombre es todavía animal,

obedece al instinto

y no a su ciencia,

huyo de la multitud de tres personas,

huyo del que atesora insaciablemente,

huyo de aquél que huye de la verdad,

huyo de fanáticos de la última palabra,

huyo de insensibilidades y de impertinencias,

puedo ser vulgar en su mesura

y puedo ser refinado en su desmesura,

huyo del que grita para hacerse visible,

huyo del erudito televisivo,

huyo del oportunismo cutre y la dejadez.

***

 

EL VASO MEDIO LLENO

 

Perdonen amigos, perdonen mis vísceras,

perdonen mis vecinos, perdonen mis secretos,

perdonen lo que soy y no lo que esperan que sea,

tomo mi medicación, la he dejado varias veces,

pero siempre tengo que volver a ella

como un perro arrepentido, y con el rabo entre…

vuelvo a ella y sigo una constante,

me veo en la constante de llenar un vaso.

Carezco de la sustancia que genera la paz, mi paz,

la de ustedes, la de todos, la de mis adentros.

Me gusta la metáfora del vaso medio lleno.

Mi mente debe ir cachazamente con calma,

llenando mi vaso medio vacío de equilibrio.

Cuando rebose de química será él mismo.

***

EL TELÉFONO

 

Mi teléfono se ríe de mí,

Yo me río de él,

Los dos nos reímos juntos,

Él se ríe de ello,

Yo me río de lo otro,

Él vuelve a reírse conmigo,

Yo me río del otro

Y el otro se ríe de él.

Él se ríe del otro teléfono

que pudo haber sido,

y yo me río del otro Cecilio

que pude haber sido.

Nos reímos y no hablamos

con nadie.

Tan sólo reímos.

*************************************************

 

POEMAS EXTRA-MATRIMONIALES

POR

CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

HOMENAJE

 

Echo en falta tu comprensión.

Tú comprendías la meta

de mi trabajo, el hecho de ser poeta.

Echo en falta tu sonrisa fresca.

Nunca te olvidaré.

Aunque se piense lo contrario.

***

 

TE ARRANQUÉ DE TU VALLE

BELLA FLOR

 

El reproche puede remover las vísceras.

El acusador acusa dentro de una verdad.

Me dijiste: -¿Para qué nos sacaste de nuestro país?

Allá éramos felices mi Mamá y YO-.

Al rato, os imaginaba comiendo fresas

con leche condensada, felices, inmaculadas.

Os imaginaba solas en una habitación,

durmiendo juntas vuestra unión de acero.

Os imaginaba con el televisor encendido,

sonrientes y ajenas a la banalidad del mundo.

Os imaginaba, a ti la hija, distraída y canturreando,

y a ti la madre, cantando lo mismo,

aunque haciendo otra cosa.

Os imaginaba subidas por las nubes

correteando vuestra alegría y riendo juntas.

Os imaginaba en un valle verde y florido

y entonces llegué yo (el ogro) y os veía,

os acariciaba y os arrancaba del valle.

A vosotras bellas flores quiero deciros

que la soledad sólo a mí pertenece,

vosotras en vuestro valle seguid siendo flores,

yo mientras haré cosas de Ogro.

Os prefiero como flores, siempre en vuestro

hermoso valle, lo siento flores, lo siento.

FIRMA: El solitario Ogro. 

***

 

PARADOJA

Y REALIDAD

 

No se puede desear el mal

de la persona amada,

no se puede decretar maldad

desde el despecho,

Si algo malo le pasa a tu amor

también te pasará a ti,

si después de ver todo esto

le sigues deseando mal,

nunca la has amado

de verdad.

 

*************************************************

 

POEMAS DE SOBRE-MESA

POR

CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

SOBRE EL MATRIMONIO

 

Después de haber pasado

 Infancia y Adolescencia

hallas tu crisis existencial.

Primero te percatas

de tu soledad,

aunque soledad en libertad,

después de tu soltería libre,

aunque libertad en soledad.

Deseas dejar de estar solo

para dejar de ser soltero,

después te casas,

pierdes la libertad

y también la soltería,

 pero casado sigues estando

solo y sometido,

aunque ya no soltero,

pero solo y sin libertad.

Tienes dos o tres hijos pequeños

que te restan tiempo y libertad,

pasas los años en soledad,

vives toda tu vida casado, solo,

sometido, y ese tiempo empleado

de nada te sirvió,

 deseas estar soltero y libre

para recobrar el tiempo perdido.

Te divorcias o te enviudas,

por fin te ves liberado,

y con mucho tiempo libre,

pero sigues estando solo

aunque con dos o tres hijos

 ya mayores,

que te llaman con sus problemas

y que te quitan libertad y tiempo,

aunque no tu soledad,

Después deseas morirte,

para estar tranquilo ya,

aunque nunca estando solo,

y te mueres estando solo

como lo has estado siempre,

por que la vida es constante

 soledad,

y es tedio e incomprensión,

es egoísmo, es maldad,

es doble intención,

es dejar que pasen los años,

y no es vida, y es vacío,

es interés creado

y es putrefacción.

***

 

 

SOBRE ESPAÑA

 

Si un forense hurgase

 sobre la herida abierta de España

su conclusión sería,

que España sufre de chovinismo

producido por su orgullo

patrio-conquistador,

Si un forense determinase

las causas del fallecimiento de España

el diagnóstico sería

Muerte Natural Hereditaria

debido a un Cáncer,

si este diagnóstico tuviera un síntoma

este sería

 EL FRANQUISMO.

El Mal de España

es la Misma España.

***

 

LA PREGUNTA

 

Y mi pregunta era tan larga y extensa,

que el lector olvidó el primer

signo de interrogación y al llegar

al segundo y último signo

quedó tan desconcertado que la pregunta

quedó sin contestar.

***

 

SOBRE EL SUICIDIO II

 

Comparo al suicida con un lector,

un lector que deja de leer

antes de cincuenta páginas del final

de la novela o relato de su vida.

Lamentablemente es un estúpido.

Aunque de verdad valiente.

***

 

EN MADRIZ

 

Tuve nostalgia tanto del exterior

como del interior,

tuve nostalgia de tus ganas de llevar chanclas

con calcetines, fósil de una guerra sin olvido,

en Atocha espectrales presencias,

garitos oscuros para darte el lote

con la coca, brisa espesa con peaje y contraseña.

Paseo en coche por la Gran Vía,

tan de reojo y tan garrulamente inalcanzable;

Casa de Campo en la noir-nuit.

Palacio de la Zarzuela siniestro, higuera cerrada;

no comí cocido y sí Pizza Hut.

Lavapiés de charango y embeleso

en el margen de la marginada latinidad,

boda con preludio e incidente,

boda con prefacio y precedente;

Museo del Prado, desayuno con porras,

aguardiente, Neptuno en las tragaperras;

vida circular que mira desde lejos,

eché de menos a los quinquilleros de Sastre,

eché de menos la taberna el Gato Negro,

y molestias a parte, a la otra Puerta de Alcalá.

Soberbia domesticada y dos leones que bostezan

a la patria para siempre; KM.0 sin ombligo,

M-30 en paños menores, GPS delirante;

vecindad de polvo en la columna de barro,

putas que esconden su lunar preñado;

¿queque o bizcocho? Menudo dilema.

Pecho con escote, me paro en Las Ventas,

chocolate amargo, despedida, puente dinamitado,

Cibeles nos saluda, no pasarán las olas,

refugio de cartón, dame un no y te lo dejo fiado.

Tuve nostalgia de mi exterior

y también de mi interior. Sin tío y sin Graná. 

 

 

**************************************************

SELECCIÓN DE POEMAS
POR LUCILA SORIA

 

 

Amarte 

Estabas callado,

absorto, pensando

quizá el insomnio

de pasadas noches

te trajo hasta mi.

Como una paloma

llevé en mi pico

una carta breve

que decía así:

No te sientas sólo.

Jamás estés triste.

Que no te lastimen

yo soy tu muralla.

Estoy a tu lado

aunque no me veas

soy estrella , canto

lluvia tierna

alondra…

Soy viento fresquito

para tu sosiego.

No me extrañes nunca.

yo estoy contigo

así a la distancia

te llevo en el alma.

Que bello que me ames

precioso es amarte

y somos nosotros

de aquí hasta la muerte.

***

Soy 

 

Soy arena blanca

para que en ella

acerques tu barca.

el ensueño sea

de dos que se aman.,.

se entregan la vida

ya no queda nada.

Soy el aire puro

que respiras calmo.

Soy el suelo firme

para que tus pasos

se acerquen a mi

sin que tu lo adviertas

Soy el brazo fuerte

para sostenerte,

la dulzura mansa

para que te entregue

caricias y besos

Soy la lluvia tenue

que moja tus días.

Soy pájaro libre

soy espejo mágico

donde ves mi rostro

aunque yo esté lejos

Lucila Soria

 

*******************************************

POEMAS DE LUCILA SORIA

DEDICADOS A SANTIAGO DEL ESTERO

Y A SUS GENTES

(ARGENTINA)

 

Santiago del Estero

 

Santiago del Estero

ciudad de mis amores

solar de mis mayores.

Asiento de mis hijos

multiplicado en nietos

que van por esta vida

contándote su amor.

Tu cuna fue la cruz

la espada y La Palabra

nos fuiste regalada

sos toda tradición.

Sos el númen mágico

con tu tierra agreste

opaca y sin verdes

pero enjambrada

de mieles y saberes.

No tenemos paisaje

si un Río Dulce

de dulzura extrema

que nos serpentea el alma

cuando lo vemos correr.

Nos falta la belleza

pero somos humildes

entregamos el alma

el corazón, las manos

a todo forastero

que llega a esta ciudad.

Santiago del Estero

por siempre hospitalario

regálame el hechizo

de tu voz ancestral.

Quiero cantar despacio

pero con voz potente

y decirte emocionada

que estoy muy orgullosa

de haber nacido aquí.

***

Un 27 de abril…

(Homenaje a la Autonomía de Santiago del Estero)

Corría mil ochocientos veinte

y nuestra querida tierra

estaba  invadida

por las fuerzas militares

de Tucumán enviadas

por el gobierno de Aráoz

Estos soldados estaban

al mando de un general

apellidado Echauri;

que muy seguro en su sitio

no pensó, al parecer

en el líder de Abipones

aquel Comandante  Ibarra;

que ha pedido de su pueblo

sacó a las fuerzas de Aráoz

con su valeroso ejército .

El 31 de marzo

llamó a un “Cabildo Abierto”

formado por Congresales

de los diez departamentos.

En una sesión dinámica.

nombraron gobernador

al Abipón Juan Felipe

dándole todos los fueros

para que el “Federal”

declare la Autonomía

de este querido terruño.

Llegó el día 27…

abril se cubría de flores

todos estaban felices

el Comandante Ibarra.

con la solemnidad del caso

y su sello inconfundible

declara la Autonomía

de nuestro Santiago amado .

En homenaje al Día de la Autonomía

de Santiago del Estero (ARGENTINA)

 

************************************************

POEMAS DEL AMOR HERMOSO

POR

CECILIO OLIVERO MUÑOZ

 

BEAUTIFUL DAY’S

 

Sonreímos y jugamos, cultivamos la risa,

 Gracias por hacer de ti un bonito día

para mí, gracias por cultivar mi sonrisa,

quiero vivir contigo en la mojada risa

donde los muchachos juegan su agua,

bebe el futuro su orgasmo; ligero siempre.

***

 

MADRE

DEL

AMOR HERMOSO

Cada semana mi madre

me compra las cosas

que me gustan

en el supermercado

 cercano a mi casa;

mi casa, a pesar

 de que la dejé hace años,

me sigue comprando

 caprichos y antojos,

pues soy su niño todavía.

Últimamente,

cada mes de la vida de mi madre

me costea el tabaco

que suelo fumar,

-la crisis, me dice, hijo mío-.

Mi madre emigró con trece años,

al norte de la opulencia,

tiene unos callos duros en las manos,

aunque tiene las manos suaves,

tiene una sonrisa perenne,

tiene sus años mi madre.

Mi madre no nació

en época de guerras,

pero lleva tantas guerras

en la frente

que ya no cabe más cansancio

en el rostro de mi madre.

Mi madre ha trabajado

toda su vida,

sin embargo, se tira a la espalda

la vida, dura ella,

y ya no cuenta sus años

cada vez más sufridos y más cansados.

Le pasan y le pesan

los años a los pobres;

me besa con sus labios

calientes;

no me juzga y me quiere,

me ha dedicado sus años,

ha trabajado para mi sustento,

y lo más importante,

nunca me pide nada a cambio.

***

 

APOTEOSIS EN EL BOSQUE

 

El hombre es una semilla

que no puede abrirse,

no, no puede;

los luceros están entre

la tierra que habla, bostezan,

se sumergen en la espesura

del bosque.

Quisiera ser corazón de fruta,

fruta no-prohibida,

levanta la esquirla de pulpa,

levanta el aroma

a hembra salvaje,

fragmento de otoño mañana,

tropieza el signo de Piscis,

calla la alondra despierta,

el cuco huele

su silencio,

desmaya el ruiseñor

su letargo,

se templa la brizna

a tiempo en el aire,

súbita manera que finge

del plúmbeo momento que escapa.

***

 

URKO

 

Más grande que un monte,

me miras y te veo grande,

perro travieso y bonito,

tienes tu nariz húmeda,

tienes ganas de estar conmigo.

Pelo marrón, lomo azabache,

gris mezcla de apagada

aurora frecuente.

Más grande que un monte,

ojos de luna astuta,

claro tu bajo vientre,

fuego en tu morro de bizcochuelo;

huyes del humo

de mi cigarrillo encendido,

te tumbas al sol,

tu barriga es alba

abrumada de terciopelo.

Gimes y parece que hables,

mi lucero de canela,

mi compañero triste,

mi inquieto centinela,

gracioso heraldo que ladra,

mi faldero amigo de siempre,

mi abejilla caprichosa,

tu andar es andaluz por gracia,

dormilón incesante,

cántaro de mi sueño canino,

ládrale al mundo

con tu improvisada rabia,

ceniciento volátil,

mi nariz de chocolate negro,

tus ojos de miel

son un ocre oscuro en el atardecer,

son amanecer sigiloso

que llega de puntillas.

Eres un niño celeste,

y un viejo desangelado,

eres mi cosquilla en los pies,

mi caricia caliente,

mi bollito brioche,

mi exigente presencia,

te digo ven y vienes,

te tiro tu pelota y me la traes,

juego contigo y disfrutas,

Urko bonito, bocadito de azúcar,

empañado cristal,

divino ser de luz y dulzor,

te quiero Urko,

mi York-Shire alucinante,

mi corazoncito de azules,

mi croissant en la leche.

Mi jazmín siempre-vivo,

mi sueño sostenido,

mi niño llorón,

mi mimo de rosas,

mi cucharilla de café.

Urko, mi sangre y tu sangre.

Lengua de gominola.

***

 

HAIKU MATINAL

 

Somos dos Niños,

Nos contamos un cuento,

Soñar despiertos.

HAIKU NOCTURNO

 

Sueño contigo,

Me importas bastante,

Tus ojos Salvan.

 

***

 

 

NIÑA DE OJOS VERDES

 

-Este niño es fuerte, para nada se queja del frío-.

Dijiste mientras me vestías.

Vi tus ojos verdes escondido tras el pasillo,

una magnolia floreció de entre las arboledas.

Tu viso de color de carne y de ocre ceniciento

se confundió entre la madre selva y la cuaresma sin reparto,

piña y ajenjo todo en un dolor sufriente,

emulsión en blanco y negro entre el barro y la lluvia,

destintado mapa de auroras que buscan amparo,

verde limón en una jaula de plata cruzada;

abuela, eres mi abuela y no te conozco,

maldito sea el abandono del alma,

maldito sea el jueves de ayuno y eucaristía,

maldito sea el largo invierno sin apetito y sin clímax,

maldito sea el beso frío que se da a las paredes,

maldito sea tu satélite avispado, ciego de venenos y gases,

maldita sea tu soledad de lana negra que te destiñe,

maldito sea el delito de ser madre,

maldito sea el Juan Lanas que te amedrenta,

malditos sean los espejos monoparentales,

malditos sean los intereses con garras y las calumnias de esquirla,

malditos sean los hijos que escupen al amor,

benditas seas las margaritas del si y el no,

benditas sean las hijas sin cariño materno,

benditos los otoños de marrón durmiente,

benditas las golondrinas y los vencejos arrinconados,

te absuelven las madres sin caricias del delito

de ser madre en soledad. Solitaria vida sin gozos.

***

 

EN EL COCHE DE PAPÁ (1)

 

Padre, si sabes que el tilo no es amarillo,

si sabes que el agua cambia su color,

si sabes que la dulce paloma huye,

si sabes que mi canción es tu canción,

debes saber que soy parte de tu sangre,

soy la contradictoria hidalguía que susurra

y se despeña como un perro en Andalucía,

por que lo dice tu mito y tu retroceso.

¿Por qué la semilla cierra su voluntad

en las postrimerías del alba?

No lo sabes, me dice tu asombro.

Te quiero, aunque tu madurez se asombre.

***

 

EN EL COCHE DE PAPÁ (2)

 

Retrovisor, Tebeo, Viñeta, Tu mirada,

Disimulando hago par con la Radio, 

Nervioso andas por la mordaz cachaza,

Lúgubre escena de tedio y cansancio,

Cosas cantadas con la misma balada

Que hizo el milagro de amarte tanto.

Fandango de esquirla y de hojalata,

Memoria perdida en el entreacto,

Pasto de las riveras y de las plazas,

Extremo vivaz del por si acaso.

Vas con tu coche por la mar blanca,

Anudas tus vísceras en el lavabo,

Algo inquieto decides no cantar Nana,

Te paras preocupado en el semáforo,

Me dices las cosas con sutil retranca,

Asumes derrotas con destino de palo,

Te precipitas al puente de la esperanza,

Desnudas tu voz casi embobado,

Quieres y no quieres la negra agua,

Disimulas preocupación  inusitado,

Te quiero, niño de la verdad ancha,

Te quiero hasta en mi simulacro,

Haces cuentas sobre la vida insensata,

Haces cuentas del no-hijo bastardo,

Resumes tu amor en la hojarasca,

Inaprecias la impuntualidad con retardo,

Inaprecias mi corrosiva palabra,

Aprecias la vida pobre en el sucio barro,

Quieres tranquilidad de calor, luz y plata,

Quieres tu cercano mundo pacificado,

Quieres tranquila verdad en tu sala,

Lo mismo te da comida fría o recalentado,

Tu chorizo, tu queso, tu vida blanda,

Tu vida fácil de tragar, tu bien preciado,

  Mejor potaje que comida rápida;

Como si el manjar por exquisito y raro

No tuviera fermentación en la panza

Por ser de otros lares o demasiado caro.

Fermín, te quiero desde esta Mañana,

Te quiero en las páginas de mi a diario,

Te quiere si quererme es la traza

Que quieren los listos del vocabulario,

Tú prefieres vivir con tramada trama,

Tú prefieres vivir sin el mundo malo,

Tú prefieres tu vida en total calma,

Tú prefieres vivir sin ostentar algo,

Vives, criticas la tele, con mente clara,

Sueñas, amas, huyes de la dádiva en el trato,

Huyes del interés de la charla,

Huyes del aventurero desventurado,

Huyes de la pleamar, de toda jaula,

Que pueda hacerte jaulero enjaulado.

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