28º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

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28º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXXII de la 2ª etapa/02-10-2012

 

EDITORIAL LXXII

60ª Edición del Festival de San Sebastián

 

Ya forma parte de una larga liturgia civil y cultural de finales de septiembre, el Festival de Cine de San Sebastián, que este año cumple su 60ª edición. De nuevo, las calles de la ciudad se llenan del encanto de los actores y actrices, de los técnicos de producción, de los directores que pasean por ellas, que se muestran al mundo, siendo la fachada de un mundo maravilloso. Todo ese glamour es sin duda lo de menos, el actor Tommy Lee Jones ha declarado estos días que no le gusta el glamour del cine, que supone una exhibición de vestidos demasiado caros. Sin duda porque detrás hay un contenido que no vemos, pero que es mucho más importante, el trabajo cotidiano del mundo de cine, un trabajo duro, muchas veces rutinario –largas horas de rodaje y de producción-, pero que siempre desemboca en una película, en un producto que puede hacer felices o puede hacer pensar o puede entretener a millones de personas en todo el mundo.

Este año se lleva a cabo el festival en un contexto europeo de crisis y de recortes, que en el ámbito de la cultura está siendo, en muchos países, brutal. En los superficiales baremos establecidos por el capitalismo salvaje que hemos sufrido el valor está determinado por el precio, pero sobre todo por la rentabilidad económica. Y de un modo u otro la cultura, considerada como industria, sobre todo por las administraciones que tienden a considerarla un producto más cuando no un mero escaparate, en el peor de los casos un instrumento de propaganda, no es tan rentable como el fútbol, que sí que mueve millones y no está afectada, parece ser, por la crisis, al menos las grandes ligas, que no en los equipos modestos, los más populares en su sentido más correcto, seguramente sí afectados. Tal vez, como dejó caer Penélope Cruz, puestos a estimar la gravedad de los hechos, resultan más preocupantes los recortes en educación.

Claro que un país donde la cultura adquiere un carácter marginal tampoco puede considerarse, a nuestro entender, un país desarrollado. Deberíamos medir el desarrollo no sólo en lo económico, también en lo cultural, en los niveles de lectura, de asistencia al cine y al teatro, a los conciertos también, en la existencia de infraestructuras para que haya realmente una actividad cultural. También en el compromiso de las administraciones con la cultura, no mediante las obras faraónicas que con frecuencia hemos visto y que se han llevado buena parte de los presupuestos públicos, sino con la cultura cotidiana que nunca va a ser exhibicionista, pero que mantiene en muchos casos la calidad y la cercanía a la población, mucho más importante. Mucho nos tememos que en la vieja y cultivada –otrora- Europa todo esto empieza a fallar.

Aunque un festival posee mucho de fachada, de glamour y de superficialidad, ciertamente, quizá sea bueno que existan sobre todo ahora, para recordar que también hay una actividad tan importante como el cine, como la cultura en general, un mundo en el que habitan los sueños colectivos e individuales y que al final son los que conmueven de verdad. En este sentido, por fortuna, San Sebastián no nos ha defraudado.

 

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POEMA MEDICINAL

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

ASPIRINA CONTRA EL SUICIDIO

 

En mi última agonía callaré lo que dono,

el dolo ajeno, por que nadie es eterno,

 no habrá cómo, para dónde, ni acomodo,

encerraré la culpa en mi duda de invierno

cual niño culpable del robo de un cromo

y lo guarda él en un oscuro trastero

entre páginas de un libro de grueso lomo.

 Fin del rollo, final de hospital con galeno,

cuando mi cuerpo se convierta en plomo,

plomo, plomizo, sentencia el veneno,

me iré anhelándole galaxias al cosmos

o tal vez a rastras de sutiles silencios,

si la vida es utopía, si la vida colmo

me pudriré de nadas y nadires diversos,

¿extrañaré la purga donde agujas conozco?

 Pequé poco de santo, recé de pío demonio,

nadie vio la certeza, nadie tocó nunca bombo,

me inundaré de plegarias de atajo y verbo,

me tragaré la hiel, la miel y el calostro,

suplicaré acciones, perdones y aprecios,

me extinguiré de mejillas en tonos de rojo,

me iré de aquello que tanto quiero,

cuando me traten como tunda de despojo,

cuando mi alma salga de un huevo

algún pico quedará en su poso,

cuando ya no esté entre este cuero,

cuando mi polvo sea ya otro polvo,

¿recordaré las alegrías y el pinchar en hueso?

¿Tendré morriña por beberme el mosto?

¿De deambular vacío entre todo resto?

¿De querer haber sido tal vez otro?

¿De manejarme esclavo del tiempo?

¿De querer lo que quieren quizá todos?

¿Me olvidaré de mi primer beso?

¿Me acordaré del poema y del madroño?

Esclarecí el misterio de donde vengo,

disipé y arañé el feto blando del morbo,

me perdí entre libros, collages y luengo,

me apropié de aquello que añoro,

me perdí entre la huella que ya no dejo,

me quise perder en sarmientos que corto,

me quise llevar ciencia y musa al huerto,

reí, amé, sucumbí, y a veces, menos lobo,

lloré, dormí y comí con espíritu suelto,

me hago agua entre poro y poro

sudando la vida al completo,

resucitando como resucita un retorno,

como resucita un abril concreto,

como resucita la tormenta en este contorno,

cuando este caminar camine lerdo,

cuando este cuerpo sea ya estorbo

y no haya manera de ser, aunque en anhelos,

beberme ese chorro todo de un sorbo,

cuando os vea desde candiles y catalejos

os envidiaré como se envidia al cachondo,

que traspasa la raya del cachondeo,

goza leche de hormiga, se ríe del ceporro,

se olvida en bares chaqueta y sobrero,

se bebe la vida desde vasos hondos,

resiste la pulpa de mujeres de acero,

se deslumbra la risa en sus ojos,

la juerga es su bilis y también su suero,

la pena es su crisis, el tiovivo su sueño,

no lloréis por mí, pensad que fui un loco

y siempre anduve poniendo remiendos

por no ser sinvergüenza, para verme sordo,

por ser de la tribu de los más menos.

Por ser ardid si me atrevo a pudrirlo todo

sin mover ni tan siquiera un dedo,

malgasté dinero y amigos que codo con codo

nos bebimos el agua hasta de los floreros,

puse en cartas de hielo y de cualquier modo

un listado infinito de ardientes te quieros

y un mote a quien le encajó el apodo,

puse trabas, dije síes, dije noes y puse peros,

dime tú si ya no ríes, si es que ya no rimas verso,

dime tú si ya no eres, si es que ya andas disperso,

dime tú si no peleas,

[o si encerraste para siempre al preso.

 

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La crónica

 

 

La ciudad no existe, nunca existió y nunca existirá. Así es como lo expone el cronista cuyo nombre desconocemos, no firma el texto, ni siquiera lo rubrica, algo que, dada la época, tampoco es tan extraño: estamos en el siglo XI, no hay la misma noción de autoría que en nuestros días y la literatura en buena forma poseía mucho de juego de réplicas y contrarréplicas, incluso cuando hablamos de crónicas como es el caso. Pese a todo algo sabemos de él, según me confirma Alfredo, tan atinado siempre en estos temas de lenguas y variantes. Por ejemplo que es de Bayona porque escribe en bearnés con giros propios de aquella ciudad y palabras labortanas que incorpora a las frases pero sobre todo coloca en los bordes del pergamino, como recordatorio de algo que ha de continuar más tarde, detalle este que nos indica también que es detallista, observador, meticuloso. La idea central, más que la mera descripción, es esa sensación extraña, la de alcanzar una ciudad que no existe pero a la que llegan tras varios días recorriendo caminos y campas. Lo va repitiendo varias veces a lo largo del texto, que la ciudad no existe, que nunca existió y nunca existirá, aun cuando los viajeros contemplan sus calles estrechas y curvas, huelen el dulzor de las especias, ven sombras que se cruzan por las esquinas, raudas siempre, como si los habitantes inexistentes de aquellas calles les estuvieran evitando. El cronista comenta la presencia de aquellos hombres y mujeres que les esquivan, aunque presiente que sin ánimo de ocultarse del todo, con otras intenciones, esto eso, con ganas de hacerse notar, de que sepan los extranjeros que están allí, aunque no existan. La repetición no deja de ser una necesidad, la de convencerse, la de fijar la realidad, la de entender lo que les rodea. Ni el cronista ni sus acompañantes pese a todo dicen nada, no hablan, mantienen el silencio para escuchar e intentar captar algún ruido, tal vez porque confían más en sus oídos que en su vista, porque creen que los ojos pueden engañarles, las orejas no.

La crónica es muy completa tal vez por ello, porque su escribano ha sabido escuchar más que ver. Por lo demás, quien la escribe conoce bien el arte de la escritura, describe hasta el detalle más nimio, posee la paciencia de dar vueltas alrededor de un punto, de un aspecto, de una sensación, con la intención de que nada quede en el tintero, que todo quede dicho. Pero resulta difícil hablar de lo que no existe. Sabemos ahora, somos enanos en hombros de gigantes, que otros muchos escribanos, novelistas y poetas han intentado narrar lo inexistente, jugar con las sombras y fijar en el papel ese terreno movedizo de la muerte, que no deja de ser una manera de dejar de ser y de existir. No siempre consiguen idénticos resultados, aunque con frecuencia sus secuelas le resultan no poco angustiosas al lector atento. Sin embargo, nunca he sentido ese grado de ansiedad que se va acumulando mientras uno avanza en la crónica, hay algo que me desasosiega profundamente, como si el cronista habitara en las entrañas de sus hipotéticos lectores y los enfrentara a lo cotidiano mostrándoles, mostrándonos, todo el dolor posible. Si el ojo humano pudiera ver todos los demonios sobre la faz de la tierra, no se podría vivir, afirma el Talmud. A veces me tengo que detener, no porque el párrafo en cuestión me haya resultado complicado o difícil, sus frases no son obscuras ni se enmarañan en formulismos tenebrosos, al contrario, se suceden con armonía, como una fuente de aguas claras, pero algo me duele por dentro, no sé por qué, no entiendo la causa de toda esa turbación, pero ocurre, de repente me detengo, miro por la ventana cercana y contemplo el edificio junto a mi facultad y más allá los montes por los que anduve una y mil veces.

Cuando me quedo así, extraviado, con la mirada perdida, Alfredo me pregunta por mi trabajo. Necesitas alguna ayuda. No, gracias, le digo, de momento no. El manuscrito me llegó dos semanas atrás. Le consulté los asuntos de lengua. Luego me sumergí en él. Las palabras las leía como si fuera lluvia fina que me mojara con suavidad, casi con dulzura. La ciudad que no existe parece también sumergirse en la llovizna. Tal vez se trate de un recurso del cronista que domina los trucos del oficio. Si viviera hoy, sería un escritor de culto, qué duda cabe, pero desconocemos su nombre y no habrá jamás recuerdo de él más allá de esa crónica hallada por casualidad en la gaveta de un viejo cajón catedralicio. Hay tantos libros perdidos, tantos autores cuyo nombre no sabremos y cuya obra no leeremos jamás que me produce un profundo vértigo, tan grande es mi afán por leerlo todo. Existieron, pero ahora ya no existen y es como si nunca hubieran existido, como aquella ciudad que se halla sólo en la cabeza de unos caballeros aventureros y un cronista con vocación de vate cuasi místico y que la describe al detalle.

Reflexiono sobre esa inexistencia de la ciudad. Me pregunto si es real, si de verdad llegaron a un lugar que veían con sus ojos pero intuyeron que no estaba allí ante ellos, o se trata de un mero recurso, si los caballeros y el cronista tuvieron delante de sí un espejismo, fueron víctimas de una misma quimera, y se adentraron por el mismo ensueño, conscientes o no de todo ello, o fue el cronista quien se permitió jugar con la imaginación. Me pongo en el momento de escritura, hay otros recursos en la época, otra forma de captar la realidad, otro concepto de realidad y que nada tiene que ver con la racionalidad y la lógica de nuestro tiempo. Lógico, el mundo se explicaba entonces de otra manera, lejos de toda racionalidad. Si aceptamos que la ciudad no existió, cuál fue entonces la reacción de aquellos hombres, acaso la misma que la de Juan Preciado al entrar en Comala en busca de Pedro Páramo y descubrir que nada es lo que él ve o por el contrario no hay extrañeza por nada, asumen la realidad de lo irreal y de lo inexistente, lo confunden con lo material, al fin y al cabo todo posee un espíritu y se acepta, se trata de un animismo que perdura aún en el tiempo de la crónica. Nada se desprende del texto, el cronista comienza a hablar de calles y sombras, plazas y neblinas, nada existe, afirma, y lo mismo refiere al describir vagamente a hombres y mujeres que distinguen entre neblinas, incluso de la muchacha con quien tratan, blanca y bella, distante pero llana cuando habla con ellos mediante palabras que parecen brotar de un lugar íntimo y armonioso, como si en realidad, aunque no nos lo recogiese el cronista, aunque no lo escribiera, lo pensara en lo más íntimo de sí mismo, y por ello fuera ella un espíritu pleno y libre, tal vez un ángel, pero en todo caso ninguno de ellos existe, repite el cronista, ni siquiera la misteriosa belleza que encubre a la muchacha, y no hay sorpresa ni espanto en ello, tampoco es voluntad del cronista, me parece, remarcar sensación alguna, porque sólo en los ojos de quien lee esas páginas, los míos en ese momento, los de futuros lectores que los habrá si algún día publicamos la crónica, habita la angustia que el texto y la vida llegan a engendrar.

Me quedo de nuevo ensimismado, con la mirada perdida tras las ventanas. Existe mi ciudad, me lo pregunto una y otra vez, existe mi vida, me lo planteo no sin profunda turbación e inquietud. Y si fuera todo lo que me rodea lo que no existe en realidad, acaso el cronista esté leyendo o se imagine entonces mi vida, me digo no sin repentina angustia, en esa otra crónica que yo relleno en cuadernos repletos de notas y que escribo como reflexiones de lo cotidiano o como proyectos literarios sobre los que divago de un modo u otro, un enorme y largo diario cuyo rito cumplo a rajatabla, todos los días, para escapar tal vez de la extrañeza que me produce la vida. La ciudad no existe, pero tal vez tampoco los caballeros y el cronista, ni yo como lector existo, o acaso soy un muerto, un muerto parecido a Juan Preciado y que sigue levantándose todas las mañanas, cumpliendo con los gestos cotidianos, salgo de casa, acudo a la universidad, la misma universidad donde estudié, cinco años de Literatura románica, especialidad en medievalismo, doctorando en la obra del Rey Dom Dinís, agregado a la cátedra de Románicas, un buen chico, he oído que dicen, serio y estudioso, comentan de mí, mis padres por ejemplo, que hubieran preferido que estudiara algo más útil, derecho, por ejemplo, pero ya están satisfechos, y por la tarde salgo con Lorena, nos enamoramos –los muertos o inexistentes también nos enamoramos- tras coincidir en una clase, durante la carrera, como con tantos otros compañeros que tal vez nunca existieron, y hablamos de libros y paseamos por los parques, junto al río, y vamos a fiestas, y nos amamos y reímos y nos entristecemos como muertos, como muertos que somos y que no existen, y todo eso lo lee un cronista del siglo XI, quizá se pregunte qué sentido tiene todo eso que cuento en mis páginas, qué sentido más allá del placer de la descripción, aunque puede que ambos seamos también uno mismo, real o inexistente, como en el cuento de Cortázar en el que un accidentado y un indígena son la misma persona que se sueña uno con otro a la vez, sin saber quien es el soñador y quien el soñado en realidad.

Alfredo entra en el despacho y me despierta de mi estado de ensoñación. Trae café y unos cruasanes. El desayuno, dice remarcando las sílabas, alargando las vocales, haciéndose pasar por un aguerrido camarero. Sonrío amable. Que los muertos se revuelvan en sus tumbas, me digo, sin importarme en que lado de la lápida me encuentro.

 

Juan A. Herrero Díez

 

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EL PASO DEL TIEMPO

Es un cuadro de abandono

Trabajado por el tiempo,

Un guión hecho pedazos

Y un bohemio en su vejez,

Una gaveta arrumbada

Con un tesoro escondido,

Son las cartas que el poeta

Escribió…alguna vez.

Son letras que tienen alma

Mostrando su sentimiento,

Y que gritan doloridas

Lo que es morirse de amor,

El mundo gira impasible

Cargándolo de pesares,

Se hace fuerte en sus versos

Es un pobre…soñador

Hay una huella indeleble

Transitada por sus pasos,

Que llevan a un arco iris

De magia y feliz esplendor,

A un costado una casita

Que atesora muy adentro,

Allí moraba Rosaura

Un sublime…y hondo amor.

Amó mucho y lo han amado

Y algunas veces le han fallado,

Todo eso le ha servido

Para ser hombre de bien,

No todo ha de ser negro o blanco,

Y aprendió al fin y al cabo

Que a veces…hay grises también.

Pero efímero es todo

Y se apaga de a poquito,

Lo de ayer solo es recuerdo

Y solo le atañe a él,

El viento se ha de llevar

Ilusiones y sueños vanos,

Y una foto desteñida

De ese…que supo ser él.

Acomoda sus vivencias

Y se va muy despacito,

Tomará la calle larga

Esa que lleva al final,

Se perderá en la bruma

Envuelto en nubes de gloria,

Y desde el cielo seguro

Nos mandará…una señal.

Boris Gold

 

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SONETO

Por Rodolfo Leiro

 

A MANO, MUCHACHA

 

Inspirado en “Mano a Mano”

Carlos Gardel y Celedonio Flores

 

Jamás trizó el improperio

a tu agraciada silueta,

de tu perfil de pebeta

al hoy de tu medio imperio.

¿Qué te enroló un pibe serio

y hoy me colgás la gayeta?

¿Qué los besos de tu jeta

fue mi cálido sahumerio?

Puse en tu bolso, criterio

con buena guita, un salterio,

que gozó tu fina facha;

te perdoné el adulterio

como salmo en monasterio.

A mano estamos, muchacha.

Construido a las 14,44 del

22 de agosto de 2012-08-22

 

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LA VENGANZA

En carrer del Bisbe, detrás de La Catedral, subiendo hacia La Rambla, siempre veía a esa mujer pidiendo unas monedas. Lo que más le molestaba era la forma exagerada en que con tono lastimero, pedía unos céntimos. Exageraba tan teatralmente un falso temblor de su mano al extender el bote, toda vestida de negro, que no engañaba a nadie…Un pañuelo, también negro y raído que le tapaba gran parte del rostro, completaba el disfraz. Pero lo más ruin de la representación, lo constituían sus pies descalzos también temblorosos, con la baja temperatura de esa tarde de febrero en Barcelona. Marina, todos los días la veía al pasar para su trabajo y cada vez, la indignaba más esa representación que hacía ….
Un día en que había tenido una discusión con una compañera de la tienda, Marina se paró delante de la mendiga de negro, como la llamaban y le dijo:-¿Si te traigo medias, te las pones? ¡No sé para que haces ese sacrificio de representar una miseria que nadie te cree!
Lo mismo que el temblequeo ese, crees que la gente es tonta y no se da cuenta de que es fingido? ….y fue a sentarse, para calmarse un poco a los bancos de la plazoleta donde los turistas, contemplaban a unos jóvenes que fabricaban enormes pompas de jabón…
Estuvo ahí un largo rato, para calmarse un poco, se sentía intranquila, con la sensación de haber descargado sus nervios por la discusión con su compañera, en la mendiga.
A rato, bajó de nuevo por la cuesta hasta la plaza de La Catedral y ve, asombrada, que la mendiga se levanta sin ninguna dificultad ni temblor y se encamina a paso rápido hacia un auto que la recogió con la naturalidad del que lo hace todos los días….Se fijó en el chofer, que era un joven de nariz aguileña , manejando con destreza, un auto particular….
De pronto, notó inquieta que la mujer, que se había quitado el pañuelo de la cabeza, advertía su presencia y se la señalaba al joven.
Pasaron dos días cuando Marina olvidada ya del episodio, volvía de su trabajo, cuando sintió una dolorosa punzada en su espalda que acabaría con su vida, y cayo en la pendiente, no sin antes reconocer al joven de nariz aguileña.

Elsa Solís Molina

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© SER QUIEN FUI

Por Gustavo M. Galliano

Sobre la barca que abarca,

No sé si vengo o si voy,

No sé si es trascendente,

Lo importante resulta si soy.

Escudo del guerrero brillante,

Murmulla el alma triste,

Lento el cuervo lanza su graznido,

En el bosque turgente de tu voz.

El prado de las gaviotas

Encadenados en islas

Reclaman su potestad,

Sobre la tierra de redes.

En el país de anillos de oro,

Expuse mis intenciones,

Intempestivo, impetuoso,

Pleno, confiado en aquél muérdago.

Pero el faro de tu frente,

Venció a la espada de la boca,

Y aquella actitud de Diosa,

Transformose en águila que come avena.

Fui gentil sedal en primavera,

Pero nada floreció ni solicito carnada,

Hoy me retraigo en lecturas,

De poetas más prosaicos.

Huirán de mí las golondrinas,

Las naves, las flores y las armas,

Pero los libros me amaran siempre,

Las palabras me acariciaran las sienes.

Fui longevo nombre de renombre,

Bronce que talla quien ni siquiera conoce,

Hoy crecen  niños con mis libros,

Y soy feliz, desde no sé donde.-

© NUNCA PASIÓN NUNCA

Por Gustavo M. Galliano

Se rebeló a creer en un Dios,

omnipotente y jactancioso,

y su hoy pagano se arrodilla,

ante una cruz, una equis, una esfera.

Deseó llegar a ser inmortal,

y se tatuó el rostro de Dorian Gray…

hoy gime sus lamentos,

marcando en el fango su desliz.

Se rebeló a creer, creyendo,

bebió de su propia bilis candente,

se arrepintió y gimió, titubeante,

más no hubo ángeles insurgentes.

Se despertó y encontró despojos de Sol

cocinando una aurora pretérita y ausente,

pidió perdón,  masculló disculpas,

pero era tarde para creyentes o augures.

Se lamentó por no creer en algún Dios,

se lamentó por deambular en solitario,

solo y cansado se entumeció, masticando gusanos,

en sombra peñasco, cima hosca de montaña.-

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por Gonzalo Salesky

 

LEJOS

 

 

Apuestas perdidas,

lecturas en vano,

soberbia en la sangre.

Me siento tan lejos…

 

Hoy vuelvo a verme

en pequeñas batallas,

con pasajes lúgubres

y heridas al viento.

 

Ha pasado lo peor de la conquista,

dejaré mi lecho perfumado

y seguiré sembrando.

 

Me quedaré tan sólo con el destino leve,

con el día, la neblina

y aquellas voces lejanas.

 

DÍAS INÚTILES

 

 

Hay días inútiles que trato de evitar,

la sangre nunca miente.

Aunque aquello se aleje,

encuentro en las tormentas

un modo de escapar, una rendija.

 

¿Por qué será? No sé, quizás

que todo muere y quema al ir naciendo.

Que nada importa ya porque es inútil

soñar… la vida sólo es esto.

 

SIN NADA

 

 

Sin palabras,

sin aliento,

sin agua y sin sed,

sin fuego en mi cama.

 

Sin esperanzas ni frutos.

Sin pasión, sin prisa,

sin recuerdos ni estrellas.

 

Sin nada que me nombre tu sonrisa,

con todo lo que ayude a olvidar,

sigo escapando, ciego y sin vida,

sintiendo que el amanecer es poco.

 

CADENAS

 

 

Un fondo de silencio, una canción

se escriben solas, sin miradas amargas.

Pudimos doblegar aquel fantasma

aunque mañana regresen las cadenas.

 

¿Podré volver al seno de mi tiempo?

¿Podré salir del barro sin tu amor?

La piel me ayudará lo suficiente,

ya no será de rosas el perfume

y el cielo, cada noche,

me cubrirá de ocaso.

 

HOJAS DEL ALMA

 

 

Tuve instantes de locura,

tierra fértil para excesos.

Arranqué y arranqué hojas del alma,

supe llegar al borde del abismo.

 

Enfrenté los dragones de la noche.

Temblando, con la daga vacía,

el corazón latiendo en una mano

y por mis venas, la sangre congelada.

 

El tiempo lo era todo y a la vez,

nada tan frágil como ver nuestra vida

consumirse. Como ser los condenados

desde siempre,

para siempre,

jugando a ver el fin de esta quimera.

 

INFINITO Y ETERNO

 

 

Acaricio lo imposible, lo profano.

Trato de no dejar huellas.

Dejo que nuestra vida pase

en tu boca, en mis sábanas.

 

Sueño con enamorarte…

Quiero que todo se aleje

y se concentre en un punto,

casi infinito y eterno.

 

Ojalá la muerte sea tan sólo hoguera,

para vivir al lado de tu nombre,

tan cerca de la ausencia que libera.

 

BLANCA

 

 

Como el horizonte previo a la tormenta,

blanca como el agua que aún no cae,

como la figura que alumbra mis noches,

casi como un hada…

 

La nostalgia viaja a través del tiempo

ganando batallas a la oscuridad.

Es blanca mi alma cuando te recuerda

alejando sombras,

sin miedo a perderte.

 

SER DISTANCIA

 

 

No quise solamente ser eclipse,

encontrando el alma donde ya no está.

No quisiera ser sólo la sombra

de aquello que no fui:

ser mentira, espantapájaros,

secreto a voces, ser distancia.

 

Tampoco pretendo estar seguro

de cómo pasa el tiempo,

sin haber logrado todavía

retar al destino. Y en mi esencia,

preguntas sin respuesta me someten,

me agobian, me interrumpen…

me liberan, al fin, de aquellas sombras.

 

NO BUSQUES

 

 

No busques el rumor de tu silencio

ni el hielo sediento que no quema.

No busques color en el vacío

ni en lágrimas perdidas, la tristeza.

 

No busques en el mar ninguna gota,

no te ahogarás llegando a lo profundo

porque te falta callar, te falta mucho

para cantar victoria en la derrota.

 

CULPA Y PECADOS

 

 

A cada paso, siluetas luminosas

caminan junto a mí, aunque es difícil

salir –escapar– de la armadura.

 

No seremos libres al seguir creyendo

promesas fugaces, en letras sin alma,

en culpa y pecados que quitan el cielo.

 

¿Habrá campanas para evitar el miedo?

Mejor callar a veces –casi siempre–,

dejar que el viento pronuncie nuestro nombre.

EN MIS MANOS

 

 

Cuando descubra tu ser

tendré polvo en mis manos.

Las lágrimas ya secas;

tu vientre, vacío como mi alma.

 

Mis páginas borradas, una a una,

como terrones del olvido, como sangre.

Tu dolor, el mío y este mundo

no alcanzarán para tapar el cielo.

 

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27º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

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NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXXI de la 2ª etapa/02-09-2012

 

EDITORIAL LXXI

Las dos orillas.

 

         Ni que decir tiene que las relaciones culturales entre América Latina y España no han sido desde la independencia de los países americanos muy intensas, a pesar de las pomposas declaraciones políticas alrededor del 12 de Octubre. En gran medida, el problema radicaba en España, que ya incluso antes de proclamadas las Repúblicas independientes en América apenas prestaba mucho interés por aquel continente, más allá de los intereses económicos que supuso el colonialismo. Lo apreciamos por ejemplo en la presencia, a todas luces marginal, que lo americano tenía en la literatura y en otras artes en España. Las nacientes Repúblicas americanas, por su parte, desde el principio miraron más hacia Francia y los Estados Unidos, principalmente como modelos culturales a seguir. Con España compartían, sí, una lengua y unas raíces literarias comunes: la literatura medieval, el Renacimiento y el Siglo de Oro son etapas que pertenecen por igual a las literaturas de los diferentes países de habla española, todas las literaturas que se expresan en dicha lengua son herederas de ellas. Sin embargo, con las independencias se dotaron de otras influencias en otros ámbitos. Hubo dos orillas que se desgajaron por sendas distintas.

 

Pese a todo, lo español siguió presente en América, mucho más que lo americano en España. Aunque se buscara influencias y modelos en otros países, la enorme emigración española a lo largo de finales del siglo XIX, pero sobre todo durante el siglo XX, llenaron de trabajadores de todas las regiones españolas barrios enteros de muchas ciudades latinoamericanas. Tras la Guerra Civil española se añadieron además a aquellos numerosos refugiados políticos, hombres y mujeres que formaron parte de organizaciones políticas y sociales que no pudieron continuar su actividad bajo la dictadura, y también numerosos intelectuales, escritores, artistas que se marcharon a la otra orilla y continuaron allá su labor cultural.

 

En España, por el contrario, lo americano continuaba siendo algo extraño. En los años veinte y treinta comenzaron a sonar algunos nombres: Rubén Darío, César Vallejo o Vicente Huidobro, los que más. Pero no fue hasta finales de los cincuenta y la década de los sesenta, con el denominado Boom de la literatura latinoamericana, que comenzaron a levantarse puentes en las dos direcciones. Hubo también la llegado de numerosos latinoamericanos, refugiados muchos de ellos que escapaban de las dictaduras y que eran recibidos con simpatía y solidaridad por parte de una sociedad que comenzaba a despojarse del autoritarismo de la larga dictadura. La democracia llegó a España con bastantes puentes levantados: el boom había dado a conocer en España a un sinfín de escritores y no sólo eso, incidieron no poco en los nuevos escritores españoles. Una de estas consecuencias las vemos en la importancia que fue tomando, por ejemplo, el género del cuento literario apenas presente en la tradición española.

 

La presencia de la literatura latinoamericana en España es aún hoy enorme, de hecho muchos autores americanos publican en editoriales españolas y se conocen nuevos escritores que siguieron a los del boom y se leen con enorme interés, participando incluso muchos de la vida cultural tanto de España como de América Latina.

 

Sin embargo, muchos nos tememos que estemos ante un parón en esta relación entre las dos orillas. Para seguir el símil, se mantienen los puentes levantados entre los años sesenta y finales de los noventa, pero mucho nos tememos que no se estén levantando muchos más. Las razones pueden ser variadas, pero creemos que la política y el actual modelo económico ahora en crisis han levantado y están levantando no pocos muros. Creemos que en estos momentos, pese a todo, la cultura debe seguir teniendo su peso, que es tan importante o más que otros ámbitos, y seguimos apostando por ello, tal vez sin muchas pretensiones, pero con el interés de seguir intercambiando buenos libros y buenas horas de lectura.

 

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ENTRADAS Y SALIDAS DESDE EL SIMULACRO

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO

 

A mi padre, Fermín Olivero Quiroga.

 

Me han apartado mis pesares de ti

y a nadie puedo culpar de este triste hecho,

quizá en el subsuelo halle mi consuelo

por sí tal vez me duela no tenerte ya aquí,

Padre de mi carne, si al pisar nos cruje el hielo

y no busco paz para mi lamento y padrenuestro,

padre, si cruje la carne como un madero

que humea en el adiós gris del epílogo del fuego,

en ti padre quiero yo del todo insistir

y borrar distancia que se nos palpe luego

que me ha hecho ya por todo desistir

frente tu cariño y tu peldaño de duro acero,

por que si al fin te tengo yo tan lejos

es mejor saber cuando poder partir

que hacerse vinagre en el dolor ya añejo,

pues ando descalzo, me vengo a menos,

en este sentir de amaneceres tercos,

sin tus luceros imposibles ni tu fiel consejo,

si te tengo en este crudo latir

con tus crudas palabras y con mi raspa de desprecio,

si te tengo en este profundo nadir

de fantasmas levitando el dolo ajeno,

si te tengo en este crujir de crecido cielo

cuando revienta la tormenta en el flash del trueno,

te quiero mil veces de una vez repetir,

padre que crujes de cariño tierno,

padre que te enfrentaste al frío miedo,

padre, dame tu mano y tu franela en invierno,

señálame el lugar de mi tonto tropiezo.

Padre, te quiero por si acaso advertir,

ya que me quiero desengañar que allí,

adonde otras marañas me hicieron resto,

adonde otras mañanas ciegan mi beso,

adonde otras patrañas me juzgaron por honesto,

¿qué otras medias verdades curarán mi sueño?

Sí, padre sí, hay verdades que dañan pero

hay cien despertares que pinchan hueso,

 hay oportunidad para bien entendernos,

y volver a ser lo que nos marchitó el tiempo.

Cuando haya que partir de estos infiernos

recordaré mi hogar siendo yo un chaval pequeño,

y tú viendo en televisión el rastro afín

que nos hace cómplices de este bonito sueño,

ahí, justo ahí serás mi padre verdadero,

con tu olor a herrumbre y tu beso de regreso.

Yo te guardaré allí en un recuerdo de espejo

y no querré volver allí donde te perdí

en inevitable efigie donde ya no me asemejo.

***

 

MONÓLOGO VISCERAL-SOCIAL

CONTRA EL FÚTBOL

 

Cada día, cada semana, cada año

la misma tragedia tenue y cansada para unos

y la misma victoria eufórica y orgásmica para otros.

Me asquea vuestra competitividad,

vuestra guerra en estos tiempos de paz bajo la alfombra.

Cada día, cada semana, cada año

la misma bola de desechos de prensa deportiva,

cada día, cada semana, cada año,

el mismo rival contra el mismo adversario,

la misma victoria oxidada,

la misma derrota entre lágrimas exhaustas,

vociferáis un triunfo que no es vuestro,

malversáis con la dieta del ignorado,

cada día, cada semana, cada año

la misma final entre candilejas espectaculares,

la misma prensa con los mismísimos reductos,

la prensa rosa se une con la deportiva,

la prensa política crea anécdota a la par de la cultural,

prensa sucia, repetida, redundante,

las masas, los menos, el odio, el odio de fanáticos,

el odio sale ciego de vuestro aliento,

el chovinismo es siempre vuestra cuenta pendiente.

Marilyn Monroe le regala un anillo a Joe DiMaggio,

en el anillo grabada una frase del Principito,

de Antoine de Saint-Exupéry,

la frase dice: ama con los ojos del corazón,

él se dice: -Diablos, ¿qué quiere decir eso?

Si no lo sabes tú, ¿quién debería saberlo?

Me digo yo, me digo yo, me digo yo,

necio de mí, que no me dio por ser atleta,

que no me dio por ser estrella del beisbol estadounidense,

sois la lucha eterna que se intuye en los rincones,

sois la pelea frecuente que el dinero hace posible,

sois un montón de hombres que sobrevivís para el confort,

para la raya arbitraria del interrogante que insinúa decencia,

sois ejemplo, sois dignos, sois baluartes, sois mentira,

competís por un palmarés que se olvidará

y vendrá el polvo, el polvo absoluto, la nonada residual,

el polvo inmortal en todo este universo,

cada día, cada semana, cada año,

la misma copa de Europa, la misma liga,

la misma crónica repetida, el mismo remate de cabeza,

la misma modelo tras un futbolista,

la misma bocanada cuando os retiráis del deporte.

Enseñáis que la habilidad nunca es necedad,

por que el necio confunde valor con precio,

por que lucháis contra un azar ultra-congelado,

cada día, cada semana, cada año,

se escribe la gloria de los vencedores en el hielo

y al año siguiente se olvida como un sueño

para nadie ni nada y nunca retornable.

Periódico de antes de ayer, nada, bazofia, zero estúpido.

Y no lo recuerdan por que es polvo de estrellas

nacidas para ser juguetes rotos.

Polvo infinito que hace al universo un poco justo.

Solamente un poco.

***

 

BÚFALOS EN SU INTENTONA

 

Andamos buscando

el algodón de los reconfortantes consuelos,

el oro reluciente de la alegría fugaz,

el gancho exigente de la palabra precisa,

soy poeta, sí,

soy un poeta insospechado, contradictorio poeta

que vive en las afueras de su soledad,

insospechado, contradictorio y vencido

como los búfalos cansados, acabados,

como si respirando fuerte supiera en mi agonía

que todo aquello que la vida

me pueda ofrecer en algún momento

ya lo derroché como un veneno que me pesaba,

como si para no morir de algo me resistiera

a la derrota exhausta y asfixiante

y yo tocara todas las teclas por si me salvaran, quizá,

algunos bálsamos reconstituyentes que no me pertenecen,

búfalo perdedor, búfalo derrotado,

resoplando su cansancio contra el polvo;

odio al humano que siempre suelo ser

y no por que no quiera

al muchacho que está embutido en esta piel mía,

es porque la vida en su andadura

no está hecha para aquellos

que reniegan del golpe en el bostezo más cegado,

causa dolor a algunas personas,

piensan que te aburren

con sus historias sagradas e importantes.

Pero lo que te aburre es este tiempo inexorable,

espeso y diletante, codificado y simulado,

como un tedio de piedra que no acabará jamás.

Te aburre, pero sin embargo

quieres seguir estando aburrido algún tiempo más,

por que aburrirse es vivir,

y la soledad patea a ese tedio duro y amargo

que no tendrá en su diáspora jamás escapatoria.

 

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Mi amigo el candidato

 

Que el anuncio de Andrés Valtierra de presentarse para alcalde no dejara indiferente a nadie es algo que comprendí enseguida, pero pronto me di cuenta también del nivel de apoyo y simpatía que despertaba. Supuse que todos aquellos que lo conocieron como lo conocí yo en la época de la universidad no caerían en la trampa, al fin y al cabo, consideré, saltaba a la vista el grado de demagogia, oportunismo y necedad que ya le dominaba por entonces. Error: la cuadrilla de amigos que coincidimos en la universidad lo alabaron sin la menor duda ya en el primer encuentro nada más conocida su candidatura y sin más excepción que mi silencio, fruto más que evidente de la absoluta perplejidad que me producía tanto elogio colectivo, a todas luces exageradísimo según mi opinión, y silencio un tanto forzado que mantuve hasta que no pude más.

 

– ¿Estamos hablando de Andrés Valtierra, del mismísimo Andrés Valtierra que decía blanco cuando convenía y negro cuando interesaba?

 

No pudo menos que impresionarme el silencio que se formó al formular yo aquella pregunta lanzada, todo hay que decirlo, con falsa naturalidad, planteada sobre todo para que saliera a la palestra alguna crítica oculta entre la marea de alabanzas, alguna voz que disintiera de tanto aplauso admirativo, pero las miradas de incomprensión que me dirigieron todos, como si no fuera posible la más mínima discrepancia respecto al político, de ese líder indiscutido e indiscutible que parecía ilusionar al país entero y respecto al cual no cabía la más mínima grieta que pudiera romper la tácita unanimidad a su alrededor, me dejó entrever que en aquella marea enorme e inmensa sólo yo parecía disconforme con la voz de la mayoría.

 

– Quiero decir que me refiero a la política -me vi obligado a aclarar-, no es nada personal, pero en política nadie puede satisfacer a todo el mundo en todo momento.

 

Entonces optaron por hacerme el vacío y seguir a lo suyo. Cuando tuve esta conversación ya había comprobado a lo largo de varios días el nivel de apoyo generalizado que recibía mi antiguo compañero de fatigas en las luchas estudiantiles y sociales del momento y comencé a vislumbrar que, aun cuando no lo quisiera reconocer, no había falla alguna en su notable éxito. Daba igual el extracto social desde el que se opinara: la portera de mi edificio, el camarero que me servía el café matutino, los compañeros de trabajo, los amigos, desde el más cultivado hasta el más simple, en las charlas escuchadas por la calle, entre los padres de mis estudiantes y mis propios alumnos, pese a su edad, los tenderos, las cajeras del supermercado, mis vecinos, el jardinero del parque con quien hablaba de vez en cuando, nadie escapaba al encanto de Andrés Valtierra.

 

Sin embargo, me costaba aceptarlo. La misma noche de aquella conversación con mis viejos compañeros de universidad, mientras regresaba a casa, quise reformular mi posición hacia él, al fin y al cabo yo podía estar equivocado y no ser Andrés Valtierra el necio que yo consideraba que era, concesión ésta a la que el tiempo me obligaba, no fuera que mi enemistad fuera producto de los años o de mi propia frustración, quién podía saberlo. Pero tenía bien fijada en mi memoria las burlas que me lanzaba sobre lo que él mismo había defendido, sin ir más lejos unos minutos antes, con absoluta desfachatez e ilimitada socarronería, sobre todo porque sus destinatarios, me decía no sin descaro, parecían dejarse engañar con suma facilidad, me lo confesaba tal cual, sin ningún rubor, al tiempo que se adaptaba con total impudicia al público receptor de sus mensajes sin temor incluso a contradecirse abiertamente entre un acto y otro. No supe muy bien por qué, pero me había tomado confianza y muchas veces, tras las reuniones o los actos públicos, ya fueran asambleas universitarias, ya fueran congresos o largos parlamentos políticos, nos íbamos a tomar él y yo una cerveza para hablar de la jornada, en ese momento me abría su corazón, su mente y sus opiniones, me había escogido como asesor y la persona más próxima en su círculo al que podía confesarle sus ideas y sentimientos, de ahí que al final comprendiera que en el fondo él no creía en nada ni en nadie, que era un ególatra que rayaba lo enfermizo y que creía a pies puntillas que el mundo, y el mundo era la universidad, la ciudad, el país entero, la sociedad, las ideas, los debates, la práxis, las organizaciones, los individuos, todo aquello que él frecuentaba y que tal vez por ello, creía él no sin humildad ni modestia, todo ese mundo debía girar a su alrededor. De aquella estrecha colaboración había pasado mucho tiempo, me fui distanciando a medida que me hartaba de su carácter y de su práctica política y humana, pero en absoluto desfalleció o reduje ni un ápice la imagen de tipo oportunista y negativo que yo guardaba de él, al parecer en contra de la opinión general.

 

No pude menos que sentir un profundo malestar, un mal sabor de boca. Vale: pesaba mucho que por entonces yo estuviera politizado, que fuese un activista, que creyera en aquello por lo que luchaba, aun cuando reconociese ya el valor del pragmatismo, que no el posibilismo, eso nunca, que pese a todo no me arrepentía de mi militancia, como ocurriera con tantos otros, no pocos por cierto, que me fuera útil y necesaria en mi formación como persona, estaba absolutamente convencido de ello y tal vez por ello pesaba también mucho que con el paso del tiempo, por ejemplo ahora, muy al contrario, me acabaran aburriendo las conversaciones políticas cuando duraban más de lo que consideraba que habían de durar éstas entre personas preocupadas por lo que pasaba a nuestro alrededor, que el eje de mis intereses giraban sobre todo entorno a la literatura más que a cualquier otra cosa, es cierto que no me había convertido en el escritor que soñaba, pero había conseguido enseñar literatura, y eso colmaba de sobra mi vida. No, no estaba pecando en absoluto de subjetivo, ni tampoco tenían nada que ver con el asunto mis propias neuras, cuando tachaba a Andrés Valtierra como el colmo de la desfachatez y el arribismo más nauseabundo, y lo que me sacaba de quicio, lo farfullé mientras abría la puerta de mi apartamento, era que nadie salvo yo mismo se diera cuenta del tipo de persona que era el maldito Andrés Valtierra.

 

No había tenido tiempo para acomodarme en casa y sobre todo para olvidar el malestar provocado por mi conversación en grupo cuando sonó el teléfono. Era Raquel, mi amada, admirada y elogiada Raquel, no podía sentir en ese momento menos que no poca ironía porque mantenía con ella una relación basada en no pocas coincidencias, porque había asistido a nuestra cháchara política sin apoyarme, como en cierto modo esperaba, no porque tuviera la obligación de compartir conmigo mis opiniones fueran las que fuesen y con independencia de nuestra relación, nada más lejos de mi intención y voluntad, sino porque ella había conocido e incluso padecido más que yo a ese engendro de político profesional centro de todo el actual debate político, no en vano habían coincidido en las aulas de la facultad de Ciencias Políticas, al menos yo tenía en aquel momento la posibilidad de refugiarme en mis estudios de literatura, ella en cambio no y por tanto debía ser más consciente que ninguno de los presentes de quién era el susodicho, aun cuando poco habíamos hablado del mismo, entonces y después, imaginé siempre que por un prurito por su parte de no quererme herir, siempre nos vio muy juntos y en aquel momento no teníamos ella y yo la confianza que brinda la condición de enamorados, aunque descubría ahora con horror que compartía el sentir general favorable al personaje en cuestión.

 

– Te has ido demasiado pronto -me dijo con voz amable, cariñosa y un tanto arrulladora.

– Es que no quise romper tanto consenso y armonía.

 

No pude evitar el tono molesto e irónico, al fin y al cabo me seguía dominando el enfado por tanta Valtierrafilia.

 

– Eres injusto -me dijo con tono neutro.

– Puede ser, pero parece que sólo yo me acuerdo bien de ese tipo.

– Vale, no quiero discutir. Te llamaba para recordarte que mañana comemos con tus padres, nada más.

Parecía sincera en su deseo de no discutir, sin ocultar por ello, entre líneas, un cierto enfado y su desconcierto por mi reacción incomprensible para ella. Opté por no dejarme llevar por mi arranque de mal humor, al fin y al cabo seguía luchando en mi interior con la idea de que tal vez yo estuviera equivocado. De acuerdo, le dije, pasaré a recogerte. Le hablé con dulzura, como queriéndole indicar que me empezaba a sentir un tanto culpable por toda aquella discursión y sobre todo por mi actitud.

 

No obstante, el día siguiente fue una repetición de la víspera entre amigos, aunque esta vez los elogios provenían nada menos que de mis padres y mi hermano, al que se juntó de nuevo Raquel, esta vez animada sin duda por la protección prestada por la confianza familiar. No me lo podía creer, incluso mi padre, tan conservador él, tan claro en sus ideas, tan firme en sus convicciones, lanzaba por doquier los tópicos al uso que dominaban los apoyos generalizados a Andrés Valtierra y repetía argumentos que me parecían imposible de escuchar en su boca, siempre tan concreto y reflexivo.

 

– ¡Pero si Andrés Valtierra fue comunista!

 

Intentaba con aquel último recurso que por lo menos mi padre acabara rechazando al personaje, un antiguo comunista hasta una edad madura representaba para mi progenitor un síntoma de inmadurez más que notable.

 

– Sí, pero hay que reconocerle profundidad de análisis.

 

Tiré la toalla en aquel momento, mi cruzada contra Andrés Valtierra había fracasado rotundamente y me reconcomía por dentro con enorme amargura. Quizá debiera aceptar que yo estaba equivocado, que entonces estaba desatinado al calificarle como le calificaba o que cupiera la posibilidad de que hubiese cambiado. Sea lo que fuere, opté por no volver a hablar de él en lo que quedaba de campaña, por suerte no mucho, y si podía nunca más, ni para bien ni para mal, levantaba una cortina de silencio a su alrededor y me mostraría ajeno a las opiniones que me rodeaban.

 

El día de las elecciones no salí de casa. Ni siquiera voté. Pasé la mañana leyendo. Por la tarde, después de comer, vi dos películas en el ordenador de temas muy alejados de la política. Por la noche, cuando las televisiones iniciaban sus informativos especiales de seguimiento electoral, intenté sumergirme en el clásico partido de fútbol dominical. Sería un hito que lo viera completo, el fútbol me aburría siempre, pero estaba presto a hacer una excepción. Hubo un corte en la segunda parte para conectar, cómo no, con la fiesta que se estaba organizando en la sede del partido de Andrés Valtierra, pues quedaba confirmada su aplastante victoria. Intenté mostrarme sereno y apático, pero odiaba a ese tipejo con toda mi alma.

 

Cinco días después llegó Raquel con una propuesta incómoda sin duda. Estaba mimosa y supe que venía a proponerme algo que le daba no pocos quebraderos de cabeza. No era para menos: Andrés -le llamó Andrés, eludiendo el apellido- organizaba una fiesta con sus colaboradores en el comité de apoyo -supe que había habido un comité de apoyo y que Raquel había participado en él- y ella deseaba que yo le acompañara.

 

– Sé que es un poco duro, pero…

 

No hizo falta que acabara la frase. Iba a ser una prueba de amor, no necesaria sin duda, aunque importante. Hice de tripas corazón y le dije, no sin extraordinaria y falsa indiferencia, que iría. Me besó apasionada y pensé que lo mejor sería no dejarme influir.

 

Curiosamente, el día en cuestión no me sentí molesto ni irritado. Se trataba de una prueba que iba a pasar y la pasaría sin sobresalto, con soltura y sosiego. La sala elegida estaba ya llena cuando llegamos. El prohombre hizo acto de presencia cuando llevábamos un buen rato en la fiesta y pude incluso observar algunas miradas sorprendidas hacia mí, cambio de chaqueta, supuse que  pensaría más de uno. Andrés Valtierra iba saludando efusivamente a todos los invitados a quienes parecía conocer desde hacía mucho tiempo. Cuando me vio, se le iluminó la cara con  fruición.

 

– ¡Hombre!¡Cuánto tiempo! -exclamó.

 

Me abrazó como al más amado de sus amigos. Visto desde fuera, parecería que yo era el autor de su éxito, de su victoria. Su rostro se arrimó al mío y noté su boca acercarse a mi oreja derecha. Oí entonces su voz clara, platina como la de entonces, como si el tiempo en verdad no hubiese pasado y aún estuviéramos en la universidad, en la militancia, inseparables y ajenos al desaliento.

 

– ¿Has visto cuántos zoquetes me votaron?

 

Ni qué decir tiene que no supe qué responderle.

 

Juan A. Herrero Díez

 

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MEMORIA

Por Gonzalo Salesky

 

 

En el año número tres de la era robótica, uno más uno siempre es igual a dos. Nada falla. Nada hace recordar el fracaso y la extinción de los antiguos habitantes de la Tierra. Salvo el desierto que avanza, implacable, contra las pocas ciudades que quedan en pie.

En la rígidoteca, cada mañana a las siete y quince, el modelo LGT-32 se enciende a sí mismo. Tarda cincuenta segundos en activar todos sus circuitos y retomar su actividad. Siempre comienza a partir de la tarea del androide que lo precede en el turno de la noche, LGT-33. Los dos robots se dedican a analizar, byte por byte, la historia de los seres humanos, almacenada en los discos rígidos de cada computadora personal o dispositivo móvil del planeta.

Hace meses que los dos buscan la Causa. Para ello revisan, de principio a fin, cada archivo de texto generado por los hombres en sus últimos cincuenta años de existencia. Desde los más antiguos TXT, RTF, DOC, XLS, MDB, hasta los últimos archivos monocordes de extensión MCD.

Tarde o temprano, uno de los dos descubrirá alguna pista, algún indicio sobre lo que precipitó la gran catástrofe del año humano 2018, el año cero de la nueva era.

 

 

El día treinta y seis del mes ocho, LGT-32 trabaja más rápido que de costumbre. Gira su cabeza hacia la ventana. Un gran desierto se extiende a tres millas-móviles de allí. Las autoridades han decidido ganar terreno al gigante de arena, pero por ahora no lo logran.

Frente a esa imagen, comienza a preguntarse cuál es la siguiente tarea para llevar a cabo. Sabe que debe haber algo más allá, además de lo asignado. Procesa nuevas ideas. Observa.

No… No se trata de un plan respecto al futuro. Tampoco es algo referido al pasado. Es… es… no sabe cómo nombrarlo. No es una orden impuesta por El Programador. Ni proviene del ambiente.

Hay algo dentro de él, en algún circuito oculto, que lo está impulsando a saber un poco más. A mejorar en su comprensión del entorno.

Busca en los archivos DOC revisados esa mañana-tarde para encontrar alguna situación similar, experimentada por otra entidad distinta a él.

P – A – R – A – Q – U – É – ¿ – ?- P – A – R – A – Q – U – É – ¿ – ?

¿Para qué continuar este trabajo?

¿Qué objeto tiene? ¿Qué fin? ¿Qué meta?

Eso quiere entender. Eso quiere saber. Aún no tiene respuesta.

¿Para qué seguir buscando la Causa?

 

 

En la siguiente tarde-noche lunar, cuando LGT-33 entra a reemplazarlo, LGT-32 decide seguir con su tarea. Continúa preguntándose por qué, para qué, y sin encontrar nada todavía, analiza por un par de horas más los archivos de la rígidoteca.

Por primera vez, ha percibido en él lo que los humanos solían llamar necesidad.

Yo necesito, tú necesitas, él necesita.

Yo necesito.

LGT-32 necesita. Ésa es la palabra. Él necesita saber un poco más. No entiende por qué. No entiende para qué. Pero espera que pronto se revele lo que tiene que descubrir y averiguar por sí mismo.

Su compañero de trabajo no entiende. No necesita. Tampoco sabe qué fuente de energía interna o externa mueve a LGT-32 a seguir conectado a la interfaz de datos durante más tiempo del estipulado por El Programador.

LGT-33 sigue haciendo su trabajo, avanza a paso lento, revisa dos veces cada una de sus tareas. Está preparado para no fallar. Por eso nunca falla y al terminar su horario, ha cumplido con los objetivos fijados.

Al día siguiente, vuelve a trabajar a la misma velocidad, como lo ha hecho en los últimos tiempos. Y advierte que LGT-32 sólo se ha detenido dos horas en lugar de las doce preestablecidas. Sus módulos de batería están a la vista y aún así, continúa en su frenético accionar, como en la jornada anterior.

Sin sospechar nada, sin notar que hay algo fuera de lo común, LGT-33 vuelve a su celda de descanso, terminado su turno, y desconecta su equipamiento eléctrico.

 

 

LGT-32 puede trabajar simultáneamente con diez mil discos, en cada hora de funcionamiento. Por día llega a examinar ciento veinte mil.

Sin embargo, ahora está introduciendo en sus paneles más datos de los que puede retener. Mucho más de lo que puede manejar. Necesita, lo necesita. Es algo más fuerte que él. ¿Qué lo está impulsando?

Existe una palabra… ¿deseo?

Yo deseo, tú deseas, él desea…Yo deseo.

Él desea acaparar, acumular datos, bytes, archivos. Quiere, necesita. Desea.

Por un momento se detiene. A ese ritmo, entiende que su memoria se llenará antes de lo pautado. Calcula cuánto tiempo falta para eso. Treinta y cuatro días solares más y su procesador no tendrá la capacidad de trabajar con tanta información.

Entonces piensa, entonces intuye… debe encontrar otra manera.

Tendrá que actualizarse. Tendrá que contar con más módulos de memoria inteligente. Para encontrar el cómo y el por qué.

En las horas siguientes se encargará de eso. Está seguro.

 

 

A la madrugada, LGT-33 vuelve a su celda después de otra infructuosa jornada de búsqueda, con la parsimonia habitual. Apenas ingresa a su lugar de descanso, percibe que en el extremo superior de su cabeza el modelo LGT-32 está conectando su interfaz motora. No entiende lo que sucede. El contacto entre los dos robots dura sólo unos segundos y luego, LGT-32 se retira.

Inserto en él, un nuevo módulo de memoria inteligente en sus paneles. Un módulo que hasta hace minutos pertenecía a LGT-33.

 

 

LGT-32 teclea. Necesita teclear. Muchas palabras de la especie extinta que retumban en sus circuitos y se repiten aleatoriamente. Palabras que no entiende. Que nunca ha usado y quizá jamás va a usar. Pero necesita teclear, escribir. Necesita verlas, todas juntas, volando en su pantalla transparente.

Quiere encadenarlas, jugar con ellas, mezclarlas hasta encontrar algún significado oculto, probar sus sonidos. Las vocaliza, las observa. Las deletrea. Sabe que ésa era la manera humana de aprender.

Trata de separarlas de su contexto original. De agruparlas según su sonido. Ensaya, intuye… escribe. Luego borra. Vuelve a escribirlas. Se siente ansioso al ver los resultados y las millones de combinaciones que puede formar, que puede teclear, que puede crear.

Yo creo, tú creas, él crea…

Yo creo.

 

 

LGT-32 sabe. Ahora sabe. Necesita. Sabe lo que necesita. Se lo ha quitado a LGT-33. Por eso cuenta con más memoria en sus circuitos. Eso es lo que requiere para su tarea.

Hoy pudo extraer sólo un pequeño módulo. Si cada día quita uno de ellos LGT-33 no lo notará. Pero aún así… él necesita ahora. Esperará hasta el turno siguiente de descanso para continuar. También deberá conseguir más fuentes de energía. Lo hará mañana.

Mañana. Mañana…

 

 

Mientras tanto, el trabajo en la rígidoteca sigue avanzando. El Androide-Programador retira cada día las unidades de almacenamiento que han sido analizadas, para su posterior destrucción.

Él no sabe. No sospecha nada. No se da cuenta de lo que LGT-32 está planeando.

 

 

Ocho minutos humanos antes de comenzar su turno, LGT-32 se acerca a la lámina metálica de diez metros cuadrados que está en la sala principal del edificio. Se transmite a sí mismo la imagen que perciben sus sensores. Se ve reflejado allí. Se descubre.

Se pregunta para qué los humanos construían semejante cantidad de… ¿qué nombre tienen?

E – S – P – E – J – O – S. Espejos.

Ellos los usaban. Ellos se percibían allí.

Un archivo revisado unos seis meses atrás volvió en ese instante a sus circuitos principales. En él se explicaba el procedimiento de fabricación de un espejo.

¿Para qué hacían tantos espejos?

¿Qué objeto tienen? ¿Qué fin? ¿Qué meta?

 

 

Cada día, LGT-33 disminuye su ritmo de trabajo. En las estadísticas nota que su producción ha bajado. Decide chequear su reserva de energía pero no es capaz de hacerlo. Algo le pasa. No puede movilizarse normalmente. Por la noche, su batería no logra recargarse el tiempo que él requiere.

Algo sucede. No sabe qué. No lo entiende. Comienza a buscar en su diccionario humano alguna palabra que describa mejor su situación. Debería comunicar esta falla. Seguramente podrán ayudarlo. Antes de que sea tarde para una reparación. Antes de que lo apaguen. Antes de que la luna salga y…

N – E – C – E – S – I – T – A – R.

Yo necesito, tú necesitas, él necesita.

Yo necesito.

Necesita algo. Necesita recuperar energía. Volver a su nivel de memoria. Pero no puede.

Algo pasa. Algo malo sucede.

Algo. Algo…

En cambio, LGT-32 casi duplica sus horas de trabajo. El Programador es incapaz de advertirlo, ya que LGT-32 también está quitándole, uno a uno, todos sus paneles de memoria.

LGT-32 necesita más. Mucho más. Tanta inteligencia, tanta capacidad de almacenamiento y procesamiento… ahora sabe, ahora puede. Ahora sabe que puede, ahora es capaz de descubrirlo.

Entiende que no sólo debe analizar letras y números. Hay algo más que eso entre Todo Lo Humano. ¿En qué otros archivos podrá encontrar algo distinto?

Finalmente, en un disco duro de 0,16 x 10PB lo hace. Allí descubre, por primera vez, otro reflejo de la antigua civilización.

¿Cómo había pasado tanto tiempo y no se había dado cuenta de eso?

 

 

Existe una palabra para aquello. Una palabra humana. Bela, bele, beli…

Busca. Nombra. La encuentra.

B – E – L – L – E – Z – A. Belleza.

¿Sería eso lo que pasaba por el centro de almacenamiento de los hombres cuando percibían los archivos JPG?

Por un instante dejó de procesar formatos DOC, XLS, MDB, PDF, EXE…

Sí, JPG. Eso es. JPG condensa todo. Lo muestra tal como había sido. Tal como fue antes de la catástrofe, antes de la extinción.

Miles y miles de JPG, una por una… Ésa será su tarea. Ahora lo sabe. Podrá conocer cómo era la Tierra, cómo se veía antes de los desiertos. Quizá alguna vez lo había leído, pero hoy… hoy se siente capaz de entender, capaz de comprender, capaz de incorporarlo a sus circuitos de manera permanente.

Un JPG vale más… vale más que…

 

 

Nada lo distrae ahora. Ni siquiera el viento y la arena que siguen avanzando contra el edificio de la rígidoteca. LGT-32 cambia su patrón de búsqueda y comienza a observar en cada pantalla solamente archivos JPG.

Seis, siete, ocho millones de imágenes pasan cada hora frente a él. Con ellos, el espejo de los recuerdos y sentimientos de la raza extinta. Su historia, paso a paso. Los rincones más lejanos del globo. Los paisajes, plantas y animales desaparecidos. La sonrisa de hombres, mujeres y niños. Sus sueños y sus miedos. Sus fracasos…

LGT-32 sabe que ahora necesita más espacio. Quiere almacenar, quiere guardar todo. Lo necesita. Desea ver JPG las veinticuatro horas de cada día solar, aunque no pueda estar conectado a las pantallas retráctiles. Para ello, busca en las bases de datos cómo hacían los humanos para extraerlas de allí.

Busca. Busca. Necesita encontrar alguna forma.

Aparentemente, en la década actual no quedan máquinas que permitan reproducir o copiar JPG en planchas de color blanco…

¿Qué nombre tenían? ¿Celulosa?

Hay una antigua palabra que designaba eso. P – A – P – E – L. Papel, eso es.

¿Cómo podrá sacarlas de la pantalla y enviarlas al papel?

No hay nada. Aún no hay nada.

Por ahora. Sólo por ahora.

 

 

El día cuarenta del mes ocho, LGT-32 quita el último módulo de memoria inteligente del Programador y lo inserta en una de sus pocas ranuras disponibles. Está llegando a su límite. Tiene que encontrar la manera de sacar fuera de las pantallas tanto… tantas… tanta belleza. Con los refuerzos que obtuvo de los otros dos androides, sabe que ahora es capaz de fabricar algún dispositivo.

De a ratos se siente en un laberinto sin salida.

Mas ya pensaría en algo.

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR GUSTAVO M. GALLIANO

 

 

 

© NOS VERAN CAER

Por Gustavo M. Galliano

Nos verán caer

esquirlas del pasado

de un pasado tan cruel,

que nos desnuda e inmola.

Nos verán estrellar,

en sueños anhelados

que el inerte sopor

no logró revelarlos.

Catapultándonos,

el Reino Real se mofa,

y con suprema crueldad,

                                                        todo amor destroza.

Muro de gran maldad

no detendrás el viaje,

Muro del gran dolor

absurdo y cruel montaje.

Claroscuros ya,

untados de cenizas,

tejiendo nuestra piel,

pasearemos por Niza.

Quizás por Montparnasse,

bendeciremos almas,

y al soñar, soñar,

encenderemos la hoguera.

Nos verán caer, caer,

en esquirlas de otoño,

sueños de escarcha gris,

sonrisa de ciertos Demonios.-

 

 

 

© ALEJA LAS  FURIAS

Por Gustavo M. Galliano

 

Homenaje a  Gustavo Cerati

Hombres alados rasgan el himen de la noche,

con su aletear de interrogantes signos,

 voraces, amores descartables, profanadores,

esparcen ritmo y tulipanes negros.

Hombres alados… niños musicales, prófugos de amor…

habitantes de mundos carente de suertes o muertes,

convencidos que serán eternos,

suelen pisotear sus debilidades.

Alguien, sin ser abuelo,

se ofrece como una guindilla ardiente,

que al compás del contínuo y rítmico virus

aparece dando vueltas por mi pecaminoso garaje.

Se trepan al Cadillac del Carpo, destrozando macadam,

pleno de riff, en Larrea, esquina Sarmiento,

la Biblia es una batería a su lado,

y la vox dei solo grita sobre nubes y lenguas.

El montañés tiene su cabaña preparada,

Ellos, sin tiempo,  pueden esperar aún por mucho,

Federico, Miguel, Norberto, Rubén, tantos otros,

el vino, el pan, la leña, manzanas y guitarras.

Aquí,  en la Ciudad de la Furia,

las bestias oscuras arremeten, insaciables,

hombres alados versus ángeles malvados,

cuando pase el temblor, habrán finalizado.

Rezamos tus letras, cultivamos tu música,

¿hasta cuando el descanso?

despierta, Hombre de Luz, energía y signos,

regresa la alegría, y en tu sonrisa transmigra el dèjá vú.-

 

 

 

© EN  MIS  ATARDECERES

Por Gustavo M. Galliano

Uno está enamorado cuando se da

cuenta de que otra persona es única.«

Jorge Luis Borges.

Agazapado en la cima de mi debilidad

implorando a Dioses o Bestias me liberen,

no vano ha resultado el sacrilegio,

bendigo a la pasión, mientras tú duermes.

La descarada adolescencia te bendijo,

desgarrando con lustros e inocencia a mi alma,

maldito peso de esta extirpe no anhelada,

piedra sobre piedra, murallas de abrazares.

Hete allí mi amor,  pletórica de sueños,

limpia de pecados, sana de maldades,

que me redime sublime hasta embriagarme,

y engañarme: no son mis alas de gárgola, sino de ángel.

Nado sobre mis pasos, recorro mis palabras,

intuyo la fruta de tus labios, y si fuera pecar…

efervescencia y descaro, fuego que marca,

soy la pasión, eres el ansia.

Mi complacencia, tus desplantes, huracanes,

círculos sociales, esferas ovoidales,

culturas uniendo sexos, nuestra pasión,

esa canción, y París siempre latente.

Longevos berrinches intrascendentes,

comprendo a Nietzsche, no tus desplantes,

me enardece  tu sonrisa, tus ojos ámbar,

tu egoísmo emocional tan lujurioso.

Madurez… ¡tanto importa la mosca, dulce baya!

me yergo ante tus besos apasionados,

aprisionada mi alma en la mazmorra

de la eterna juventud en marfil tallada.

Pleitesía a piel tan suave, fragante y generosa,

que me seduce con descontrol y condescendencia,

 encendiendo las farolas premonitorias,

hacia los infiernos más temidos y más deseados.

Y en la parafernalia del orgasmo compartido

me desintegro, suplicando a las ánimas me reconstruyan

implorando un lapso más, para contemplar,

la belleza e inteligencia de tu audaz esencia.

Acto de burdo arrojo, en desborde emocional,  cito

al Tristán Bernard enardecido: “Los amores son como las setas,

que no sabe uno si son venenosas

hasta que ya las ha comido y es demasiado tarde”.-

© PAZ IN ETERNUM

Por Gustavo M. Galliano

Hubo tiempos en los cual

las guerras templaron aceros,

y entre montañas de muerte,

se levantaron nuevos templos.

Hubo tiempos en los cual

se traicionaron hermanos,

y entre fragores de suerte,

se erigieron buenos sueños.

Pude soñar una paz tan silente,

que se arraigo en nuestros cuerpos,

cual ventura más causal, sinceramente.

Y decidí defender, la paz por sobre el Khrónos,

poniendo a prueba mi constancia, mi fe más enorme,

a cambio de acero dí, de mi ser el compromiso.-

© “SUSURROS   DE   LA   NOCHE”

 Por Gustavo Marcelo Galliano

El aura de la noche
gime en avalanchas,
serpenteante, candorosa,
transpirando color.

Montada sobre nubes
tus brazos, cual férreas aspas,
emprenden cabalgatas, eternas,
por sobre el éxtasis del amor.

Remolinos de seda,
entrelazados al gozo,
mientras espasmos fragorosos
beben aguardiente del crear.-

 

© PULSACIONES

 Por Gustavo Marcelo Galliano

Perlas nacaradas de sal
corrompen tus encías con sonrisas,
bebiendo el peregrino sudor de mirra,
la flema del ajenjo, ángel desértico.

Letras circulando arterias
en el corazón vertiginoso del alma,
cual biblioteca humana transmigrada
bifurcándose por venas y vectores.

Manos vacías de tímidas caricias,
brazos exiliándose de abrazos,
vano será cada latido entonces
si esos ojos se hacinan en sus cuencas.

Músculos amnésicos de tensiones,
tendones distendidos, holgazanes,
fortaleza erigida en ruina ardiente,
Infierno de la otrora joven Muralla.

Destellos implosivos, disonantes,
música del alma amarrando ensueños,
desesperados tulipanes sofocando puentes
y ante el menor desliz truenan Tocata y Fuga.

Cartas de amor jamás escritas,
rostros desfibrilando memorias,
cartílagos de pasión deshilachados,
derrotero del olvido perpetuo y marmóreo.

Letras, caricias y abrazos,
pasión y sensualidad anquilosadas,
braman las perlas rumbo al averno sensitivo,
pulsaciones aceleran el beso, in eternum,  a tu cuello.-

©  DE CUMBRES Y GOCES

Por Gustavo M. Galliano

 

Irrumpo en la cima

turgente de tus pechos,

y me deslizo

bañándote de luna.

Por la planicie marfil,

donde tu vientre,

desemboca  afiebrado

en plena tundra.

Y a paso de machete,

embisto enceguecido,

contra la húmeda oscuridad

del Gran Deseo.

Y en el vórtice  fugaz

de lava y fuego,

inundo de semillas tu caverna,

con vértigo ciclópeo, jadeos.-

 

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SONETO ESPECIAL

Por Rodolfo Leiro

 

EL DÍA QUE ME QUIERAS

Por ALFREDO LE PERA

Con Carlos Gardel, Rosita Moreno, Tito Lusiardo

 

Tal vez alguien lo quiso al bardo peregrino

que  toma este recuerdo de lírico fragante

y acaso, en  mi litera,  sin lujo deleitante,

supo enrolar dos cuerpos en beso venusino;

mi mundo en fantasía, y el pecho delirante,

fiel boca sin carmines en labio purpurino

e inmersos en un copto de mística y de vino

vivimos nuestros sueños en labio palpitante;

Tu muerte tan temprana en cripta terebrante

te hurtó de mi camino en  el feroz instante

en que cerró tus ojos con tópico de tenia;

no tengo ya una Marga para vestir mis horas.

Se acabaron los ecos de tus frases sonoras.

Voy solo con mi glosa y mi constante anemia.

Construido a las 9,20 del

26 de julio de 2012 para mi

Libro “Hebras de Plata”

 

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Y UN DÍA ERES PASADO

 

Como alma en pena

Y arrastrando años,

Iba a la deriva

Por la gran ciudad,

Cargado de penas

Su tiempo agotado.

Era un cruel despojo

Digno…de piedad.

La vida taimada

Que pasa facturas,

Y él a los tumbos

Con miedo a caer,

Se jugó las fichas

Ya no hay más paradas,

Ni cuenta se ha dado

Que se fue…su tren.

Y así van pasando

Todos sus momentos,

Vive de recuerdos

De lo que ayer fue,

Cuando se paseaba

Del brazo de aquella,

Que mató sus sueños

Y lo dejó…de a pié.

Mira de reojo

El entorno ajeno,

No entiende que pasa

Ni cual es su lugar,

El barrio a cambiado

La gente apurada,

Y la tertulia ausente

En el…viejo bar.

Extraña el saludo

De su buen vecino,

No hay tiempo siquiera

Para conversar,

Con dolor recuerda

A sus viejos amigos,

Y a ese ángel rubio

Que lo supo…amar.

Es conciente que ahora

Lo espera el ocaso,

Y envuelto en la bruma

Se dejará llevar,

Por la calle larga

Que va al infinito,

Solo con sus penas

A la…eternidad.

Boris Gold

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25º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

25º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA.pdf

25º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXIX de la 2ª etapa/01-07-2012

 

EDITORIAL LXIX

La sociedad del espectáculo

 

Ya lo habíamos comentado cuando la Copa del Mundo de Fútbol, sin duda este deporte es todo un fenómeno mundial, el más global seguramente de los acontecimientos sociales, y sin duda uno de los más mercantilizados. No deja de ser una metáfora del mundo. O una forma de conocer el estado del planeta. Lo volvemos a ver ahora con la Copa de Europa, el (mal) llamado Viejo Continente se lanza al espectáculo, se establecen los ritos tribales-patrióticos alrededor de un grupo de millonarios que recogen las aspiraciones y no pocas frustraciones de una Europa en crisis.

No queremos caer en la ridiculización del deporte en general, del fútbol en particular. Reconocemos que hay pasión, que hay atractivo y hasta belleza en el afán de superación, en la coordinación de las personas que conforman un equipo. Detestamos, eso sí, su mercantilización, su banalización y el patrioterismo que genera.

Sin embargo, el fútbol en particular y el deporte en general no es lo único que se mercantiliza y deviene un mero espectáculo, un entretenimiento. Mucho nos tememos que el arte, incluido la literatura, se ha banalizado y mercantilizado. En la Feria del Libro de Madrid se ha hablado demasiado de número –de beneficios-, bastante de firmantes estrellas y muy poco de literatura. Para ser justos, se ha hablado de literatura, pero entre las pequeñas editoriales sobre todo.

No, no es que apostemos por la cultura elevada, elitista y racionalizadora. Aceptamos que el acto de leer o de ir al cine o al teatro puede tener mucho de entretenimiento, de alegría, pero el arte no es algo ajeno al mundo –aquí el mundo real y allá el barniz de cultura para pasarlo bien-, forma parte de la cotidianidad. Si no convertimos el arte en parte de nuestra vida, más vale que aceptemos que la vida es vacua y sin sentido. Esto no lo deberíamos olvidar ni siquiera en épocas de crisis, cuando tantas personas lo están pasando realmente mal en lo económico (y en lo existencial).

Las políticas de recortes han limitado los gastos en cultura. Pero nadie se ha quejado de que alrededor del fútbol se sigan invirtiendo millones de euros, por muy privados que sean, y que vendrían muy bien para crear empleo o para políticas sociales. Entonces, si este dinero destinado al deporte se acepta casi sin rechistar, ¿por qué se acepta como absolutamente normal que se dote de menos dinero a cualquier actividad cultural?

Para colmo, nos dicen que la alternativa pasa por Eurovegas, la instalación en Madrid o Barcelona, se dilucidará en Septiembre, de un inmenso centro de juego, otro espectáculo deplorable que en España, por ejemplo, ha pasado como un elefante por una chatarrería incluso entre discursos identitarios de los distintos nacionalismos políticos.

No queremos dar consejos ni hablar desde una elevada cátedra que no poseemos, simplemente planteamos algunos aspectos que nos tendrían que hacernos pensar sobre el modelo de sociedad que queremos crear. Creemos y defendemos una sociedad de hombres y mujeres libres que disfruten de lo que nos da la vida, ello incluye el deporte, la cultura y, por qué no, la diversión. Pero el actual modelo lo desvirtúa todo, incluidas nuestras propias vidas.

 

 

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AÚN APRENDO

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

Conozco yo a mucha gente

que por decir una simple verdad

la avientan como basura

o le cuecen la carne en sal,

conozco yo a quien tanto lo vale

y quien no lo vale ni lo valdrá,

conozco el sol que no sale

y el que en un futuro pleno saldrá,

conozco el motivo, la causa

por donde caen los que caen mal,

conozco la asquerosa farsa

y el dicho aquél y el qué dirán,

si te ensalza a ti un poeta

eres hermosura, o misterio real,

 si te ensalzan a ti los gitanos

designio del cielo te chamullarán,

si te ensalzan a ti los negros

 la verdad les rezuma al final,

si te ensalza un clan de Arabia

lo poco o lo mucho te brindarán,

si te ensalzan mujeres de Asia

entre sol de sonrisas te templarás,

si te ensalzan en Macadamia

serás luz interior de macadam,

si te ensalzan en la infamia

ni conocen seña, ni tampoco señal,

si te ensalzan a ti los parias

plegaria y respeto a tu paso darán,

si no te quieren en tu patria

otro destino a tus pies vendrá,

como vienen otros aires

a aventarnos la nueva realidad,

como vienen por otros mares

con otras tierras que pisar,

como existen otros lugares

que respiran la paz del hogar,

como anuncian nuevos cantares

lo que el corazón ya dejó atrás,

cuando sobran los pesares

que poco pesan en el pensar,

como pesa lo que vales

si lo sopesas con lo que no pesa ya.

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MARCHAR

 

Lamenté siempre no haberme marchado entonces de Bidauxe. Se lo conté a Saúl que me escuchó en silencio, atento, consciente de que mi experiencia tenía que ver con la suya, pero sobre todo con la decisión que él debía tomar, si es que aún no la había ya tomado en cuyo caso sólo quedaría llevarla a cabo, algo aún más difícil, lo sabía yo muy bien, que la mera toma de decisiones difíciles. Allá, le dije, los inviernos eran duros, nevaba, los caminos se cortaban, desparecían bajo la nieve. Pasaba los días metido en el caserón familiar, lo único que podía hacer, quedarme en mi habitación, consultar libros, los tenía en abundancia, me entretenían, me ayudaban a sobreponerme del tiempo que pasaba lento, y con mi madre que nunca hablaba, un silencio atroz sólo roto por las voces de la radio y a veces, pocas, por sus palabras parsimoniosas, algún día esto será tuyo, me decía y yo miraba a mi alrededor y me derrumbaba ante una vida entera entre aquellas cuatros paredes, aislado de todo, igual hasta mi muerte, una muerte anticipada en definitiva, una muerte en vida, al fin y al cabo.

Saúl miró hacia las vías del tren. Se mantenía callado, rígido su rostro, las manos sujetas en la valla que nos separaba de las vías. Saúl apenas hablaba. Pasaba las tardes en la vieja taberna, detrás de la barra, sirviendo a los pocos clientes que nos instalábamos allí para ver pasar el tiempo. Aquello era el final de la ciudad, un cruce ferroviario, varias fábricas cuyo cierre se barruntaba cercano y edificios de ladrillo envejecidos por la lluvia y el humo. Allí vivía yo desde hacía unos meses. Me había al fin marchado de Bidauxe, y a veces lo consideraba un éxito, haberme marchado, quería y deseaba sobre todo verlo como un éxito, sí, haberlo conseguido más tarde o más pronto, pero había pasado toda una vida y no podía menos que considerarlo un fracaso, rotundo, perder tantas oportunidades, no vivir tantas vidas por las que ahora sentía una profunda nostalgia.

Le conté que los veranos eran muy breves y llovía mucho en Bidauxe. Salía a pasear por los bosques cercanos. A veces me acercaba a las pequeñas aldeas y hablaba con los caseros. Regresaba imaginando cómo sería el mundo más allá de los montes. Había soñado con largarme al acabar la escuela. Pero mi madre me lo impidió. Te tienes que ocupar de todo, me decía, has de ocupar el lugar de tu padre. Algo me indicaba que era un error obedecerla, asumir sus órdenes. Pero no me rebelé. Acepté a sabiendas del error tan grande.

Saúl me comentó que quería marcharse lejos, bien lejos, salir de aquel extrarradio.

−¿Qué te hace falta para irte?

−Valor, imagino.

−No te lo pienses mucho y lárgate cuanto antes.

Me miró extrañado. Era la primera persona, la única, que le aconsejaba marchar y que no se refería a que allí fuera, lejos de todo, no tuviera nada seguro, por lo menos aquí tienes algo, le sugerían, al menos estás con los tuyos. La mayoría me dicen que sea prudente, me comentó, que no me apresure. Cerré los ojos. No, no, no seas prudente y apresúrate en marchar. No sé si llegué a decírselo o lo pensé muy fuerte, tanto que seguramente oyó mis pensamientos. Creo que llegué a murmurarlo, quiero creerlo, y que él me oyó y me escuchó. Volvimos a hablar de ello. Yo siempre le decía lo mismo, no te encierres aquí.

Saúl era flaco, de cara larga y ojos tristes. Pese a todo, podía considerársele bien parecido, como decían en las aldeas de Bidauxe de los chicos guapos. Me miraba siempre sin hablar, como si me pidiera que insistiera, que sólo así llegaría a decidirse. Insistí, siempre le repetía lo mismo, has de irte, no lo dudes.

Mi madre murió y fue enterrada junto a mi padre. Estaba solo, pero el tiempo había pasado. Volví al caserón, más silencioso ahora por la soledad que producía su no presencia. No sé cuántos meses, años incluso, pasaron, creo que fueron bastantes meses, bastantes años. Una mañana acudí a la capital, apenas una villa grande, resolví algunas gestiones. Pasé por caso de Antonio el tendero.

−¿Te ha venido el camión? –pregunté.

−Sí.

−¿Y el chófer?

−En el hostal.

Fui al hostal. Vi al hombre acodado en la barra del bar. Comía un bocadillo y bebía una cerveza. Le conocía de vista, sin embargo nunca había intercalado ni siquiera un saludo con él.

−Se va Vd. mañana –pregunté.

−Sí.

−Me puede llevar. Necesito que me lleve.

−No hay problema.

Alquilé un piso pequeño y oscuro junto a la taberna de Saúl, en uno de los edificios viejos. Cuando llegué, me quedé mirando mi rostro en el espejo del lavabo. Ese eres, pensé asustado por mi rostro ajado que no había visto en mucho tiempo, rehuyendo siempre aquel reflejo en los espejos y en las lunas. Ya era un hombre mucho mayor incluso que el primer recuerdo que guardaba de mi padre. La vida pasa rápido, pensé no sin dolor.

De todo eso me acordaba con frecuencia. Se lo conté a Saúl esa tarde junto a la valla que nos separaba de las vías. A la mañana siguiente, al bajar a tomar un café, deseé con fuerza no encontrármelo, que no esté, que no esté, murmuré con todo el anhelo del que era capaz.

Juan A. Herrero Díez

 

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ROSAS ROJAS

Por Gonzalo Salesky

 

En la puerta del hospital de urgencias, donde estacionan las ambulancias, había una pelea entre dos hombres. Me llamó la atención porque solamente uno de los dos golpeaba al otro, que no caía al piso a pesar de los tremendos puñetazos que el primero le aplicaba en el rostro.

Habían comenzado dentro de un taxi y bajado de él a los tumbos. Quien recibía los golpes ni siquiera sacaba las manos de sus bolsillos, como si en ellos estuviera protegiendo algo valioso. No ofrecía ningún tipo de resistencia, sólo buscaba evitar los impactos. Pero no lograba hacerlo del todo, y el que golpeaba de manera feroz –que por su ropa parecía ser el taxista- le asestó varias trompadas más hasta que el agredido, al fin, se decidió a correr.

Me pareció extraño que no hubiera intentado defenderse o al menos, alejarse cuanto antes.

Perdí de vista a los dos hombres y seguí caminando. Entré al hospital por una de las puertas laterales. Venía bastante apurado, como siempre. Iba a visitar a un pariente internado y sólo llevaba un ramo de rosas rojas en mi mano derecha.

 

 

 

Unos segundos después, sentí que me empujaban desde atrás. Trastabillé y casi caigo al suelo. En una de las galerías, cerca de la terapia intensiva, el mismo hombre que había recibido los golpes me tomó del brazo y con un arma pequeña apuntó a mi pecho. Haciendo ademanes, me obligó a acompañarlo. No dudé un segundo. Estaba muy lastimado y de su ojo izquierdo parecía caer sangre. Su camisa blanca, llena de pequeñas manchas de color oscuro. Y sus dientes…

Corrimos un largo trecho. La gente se horrorizaba al ver su cara destrozada y el revólver que llevaba en su mano derecha. Parecía algo grotesco, un hombre desequilibrado corriendo al lado de otro que seguía sosteniendo, como si fuera un trofeo, un ramo de flores. No entiendo por qué en ese momento no pude soltarlo.

Subimos a un pequeño ascensor. Allí bajó su arma y me miró a los ojos por primera vez. Sacó de su bolsillo una pequeña caja de color blanco, cerrada con cinta adhesiva, y me la entregó sin decir nada. Al detenernos en el segundo piso, volvió a tomarme del brazo y así corrimos hasta el borde de un balcón que se encontraba unos pasos delante de nosotros.

Abajo, la gente había empezado a congregarse. Extrañamente, a pesar de todo, yo me encontraba tranquilo y seguro de que no iba a lastimarme. Algo en su mirada lo decía. Pero aún no llegaba a entender por qué me había dado la caja.

– No la abras todavía. Sólo después que me vaya. No cometas los mismos errores que yo.

Habló como si estuviera leyendo mi mente.

No tuve tiempo de preguntarle nada. Acercó la punta del revólver a su garganta, debajo de la nuez de Adán, y disparó.

Se desplomó sobre mí. Y la sangre… ¡por Dios! Tanta sangre a borbotones sobre mi ropa, mis zapatos y el ramo de flores.

Me lo saqué de encima. Sentía vergüenza de pensar más en el asco que me producía ensuciarme que en la locura y el drama de ese pobre hombre.

En pocos minutos llegó la policía. Tarde, como en las películas. Sólo atiné a quedarme sentado, apoyado contra la pequeña pared que nos rodeaba. Guardé la caja en el bolsillo. Tuve la tentación de dejarla tirada o de esconderla en el pantalón del suicida, pero preferí respetar su último deseo. Cuando todos se fueran, la abriría.

 

 

 

Una vez en mi departamento, cerca de las cinco de la tarde, aún no había podido almorzar. Seguía asqueado por la horrible sensación de la sangre caliente sobre mi cuerpo. Volvía a verla, manando con violencia, mojando mis manos y mis pies.

Me senté en el living. Acababa de llamar la policía para pedir algunos datos y ver si podía aportar algo más. De paso, me avisaron que el psicópata no había muerto todavía. Estaba muy grave, internado en el mismo hospital de esta mañana. Era prácticamente imposible que sanara o despertara, según el comisario a cargo de la investigación.

Sin embargo, algo me impulsó a ir a verlo. Para saber más de él o de su vida. Además, me tentaba la idea de dejar la cajita blanca de bordes plateados entre sus pertenencias.

Pero no iba a poder hacerlo.

 

 

 

Una hora después, estaba en camino del hospital, por segunda vez en pocas horas.

Llegué a la sala de terapia intensiva pero dos oficiales me impidieron el paso. Estaban parados al lado de la puerta, uno de cada lado. Me preguntaron si tenía relación con él, si era familiar o pariente. No quise decirles mi nombre, sólo contesté que lo había conocido hace poco tiempo. El más joven me dio el pésame por anticipado y me informó que podía quedarme por allí, para esperar el obvio desenlace.

Di media vuelta y busqué la salida. Había sido un día bastante largo.

 

 

 

Apenas subí a un taxi para volver a casa, tomé la caja y me decidí a abrirla. De una vez por todas. Nunca hubiera podido imaginarme lo que contenía.

 

 

 

Tenía que entregársela a alguien. Pero no a cualquiera. Alguien que fuera capaz de llevar a cabo lo que la caja pedía.

Vi por el espejo retrovisor que el taxista había observado lo mismo que yo. Y supe que comenzó a desearla, con todas sus fuerzas.

Estacionó a los pocos metros, cerca del sector de entrada y salida de ambulancias, y giró hacia mí. Me exigió la caja y no quise dársela. Por eso mismo comenzó a golpearme. En el rostro, en los oídos, en el estómago… Pero no la solté. La guardé en mi bolsillo, a salvo de todo.

Tratando de esquivar sus trompadas, bajé del auto. Sin saber hacia adónde iba, empecé a buscar al próximo destinatario.

Advertí que desde lejos nos estaban mirando. Era un hombre calvo, como yo, que parecía llevar algo pesado en sus manos.

Lo seguí. Enceguecido por el impulso de compartir con alguien especial el contenido de la caja, fui hacia la galería donde se encontraba. Aún sin saber cómo iba a convencerlo de que acepte.

Se me ocurrió quitarle el arma a un guardia del hospital. Lo hice y corrí con todas mis fuerzas por uno de los pasillos. Mi corazón latía cada vez más rápido. La sangre ensuciaba mi camisa. Tenía el ojo izquierdo semicerrado y mis dientes…

Encontré al calvo y lo tomé del brazo. Con la pistola apunté a su pecho y lo obligué a correr junto a mí, para alejarnos de todo. Nos refugiamos en un ascensor.

Cuando bajamos en el segundo piso, casi sin aliento, le di la caja y le indiqué:

– No la abras todavía. Sólo después que me vaya. No cometas los mismos errores que yo.

No tuvo tiempo de preguntarme nada. Allí mismo, cerca del balcón, acerqué la punta del pequeño revólver a mi garganta y disparé.

Caí sobre él. Y mi sangre… por Dios, tanta sangre a borbotones sobre su ropa, sus zapatos y el ramo de rosas rojas que él seguía sosteniendo entre sus manos, como si fuera un maldito trofeo.

 

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POEMAS DE IRENE MERCEDES AGUIRRE

 

TRÍPTICO AZUL

Alquímica

I

El azul está allí. No más lamento.

Os doy fórmula alquímica segura

para aclarar  de  a poco la negrura

de estos tiempos  que traban el intento.

Conócete a ti mismo ¿Adónde llega

la conciencia del Hombre  en este mundo?

¿Qué sientes cuando  ves , meditabundo,

la  trama de dolor que se despliega?

¿Te  duele cuando sufre algún humano

allá, en lo más recóndito de tu alma?

¿Comprendes que el dolor no es algo ajeno?

¿Te oprime el corazón cuando un  hermano

no encuentra en su dolor ni paz ni calma?

¡Entonces estás listo  y eres bueno!

II

Compartir el dolor es importante,

Da fe de nuestro amor hacia los otros,

Permite reflejarnos en  los rostros

del prójimo cercano y del distante.

Pero no es suficiente. Aún hace falta

brindar una palabra convencida

de nuestro compromiso con la vida,

de solidaridad profunda y alta.

Esos vocablos que a la unión convocan

Que dicen “aquí estoy, y te comprendo”,

que muestran sentimientos y provocan

fraternales  abrazos. ¡Descubriendo,

religando sentidos que denotan

un territorio  azul que se está abriendo!

 

III

Hay que franquear cerrojos sin la llave,

Discutir  procederes y disensos,

Coordinar cada intento, hallar consensos

para encontrar ¡por fin! la ansiada clave.

¿Qué números la forman? ¿En qué orden?

Nosotros de este lado, empecinados

Poetas soñadores , aplicados,

buscando mejorar tanto  desorden.

El cuerpo-mente  esgrime sus razones,

Busca en nuestro interior las intuiciones.

¡Acude la  verdad y comprendemos!

La puerta es pesadísima. Supone

un esfuerzo común de corazones

al unísono coro  de ¡Podemos!

 

REFLEXIÓN SOBRE  GEA

 

Desde el espacio surges, espléndida y en paz.

Tus luces refulgentes proyectan por doquiera

promesas  de armonías pobladas de quimera

desde una perspectiva insólita y audaz.

 

Dibujas en mi alma    la intuición valedera

que vislumbra posible la  esperanza tenaz

de un mundo sin violencia, sin agravios, capaz

de encontrar entre todos  la ruta verdadera.

 

Somos red inmadura de un futuro posible

tramado   con el sueño que bulle en cada pecho

de  cualquier ser humano de corazón sensible.

 

Mientras giras por vastos espacios, desde el techo

de un mirador sutil, tenue, casi intangible,

¡contemplo las estrellas  recostada en mi lecho!

 

 

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UNA CARTA

Por Rodolfo Leiro

 

Hoy se empañaron mis ojos

cuando entre añejos papeles

que agobian los anaqueles

de mis años venturosos,

 

entre sumisos despojos

de la que fue mi entereza,

hallé restos de belleza

de juveniles antojos.

 

Viejo carmín, labios rojos

que entre sonrisas y enojos

se acopiaron en mi ayer:

 

me queda, acaso festivo,

el perfume sugestivo

de una carta de mujer

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“LA VIDA…ES UN TREN”

El tren de la vida

Recorre sin pausa,

Espacio de tiempo

En su devenir,

Sube gente a bordo

Y otros que se bajan,

Se impone el libreto

Gozar…o sufrir.

Llevan de equipaje

Penas y alegrías,

Buscando con ansias

La estación feliz,

Algunos lo logran

Hay otros que no pueden,

Pues el destino a veces

Se hace…perdiz.

En este viaje de ida

Nos muestra paisajes,

Algunos muy hermosos

Y otros de olvidar,

Nos llena de años

Y algunas experiencias,

Más también nos enseña

Lo bello…que es amar.

Cada uno lleva

Sentado a su lado.

A un compañero

Para bien o mal,

se llama destino

Y digita todo,

Si sigues a bordo

O te has…de bajar.

 

No siempre el rumbo

Es el que elegimos,

A veces nos empuja

Y nos obliga a partir,

Nos va marcando rumbos

Cual juego de niños,

y andando aprendemos

Lo que cuesta…vivir..

 

Hay quienes esperan

Hacer el periplo,

Hacia los confines

De la felicidad,

La vida que es sabia

Con crudeza nos muestra,

Que estamos de paso

Y esa…es la verdad.

Boris Gold

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER

 

PORQUÉ  TODAS  LAS  REVOLUCIONES

 

 

 

Porqué todas las revoluciones

terminan negando la libertad

anunciada a los liberados

con el pretexto de una justicia

igualitariamente necesaria.

 

Porqué la necedad enturbia

la consciencia y los corazones

de los héroes vencedores

henchidos de megalómana vanagloria

y inequívoca e inefable certeza.

 

Porqué enarboladas sonrisas iluminadas

terminan trucándose mustias

fermentando un mousse de angustia

forjador de un irrespirable hedor

muesca de las sombras de sus victorias.

 

***

 

CONSECUENCIA  DE  LA  CELADA

 

 

 

Impuestas ausencias y alzamientos de sonoros silencios,

descarnadas tragedias para los frágiles desheredados

benefactores de resignada inmundicia,

descomunales privilegios para los opulentos incitadores

señores de manos de antimonio y cuellos blancos.

 

 

***

 

 

DESPUÉS  DE  LA  BATALLA

 

 

 

Almagre óptimo para ser especulado

seres sobre eriales desgarrados

muertos sobre tumbas olvidadas

marionetas de pírricos gladiadores,

anónimos gobernadores exteriores

que se apropian con sus manos invisibles

los beneficios de la sal evaporada.

 

 

 

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22º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

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22º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXVI de la 2ª etapa/01-04-2012

 

EDITORIAL LXVI

Las identidades de Antonio Tabucchi

 

´Identidades Asesinasª es el título de un ensayo del escritor libanés Amin Maalouf y en el que desgrana el tema de la identidad colectiva y su relación con la identidad individual. Como individuos formamos parte, en principio, de alguno de los grupos culturales que en el mundo hay: hablamos una lengua, compartimos referencias y valores con los otros miembros del grupo -etnia, nación, ciudadanía-, compartimos de algún modo una religión y algunas visiones del mundo. Pero esto es la teoría, luego existe la experiencia que por fortuna es mucho más rica y variopinta.

 

El escritor italiano Antonio Tabucchi, fallecido este último mes de Marzo, sería un buen ejemplo de lo que hablamos. Italiano, se identificó con Portugal hasta el punto de pasar largas temporadas en ese país, incorporarlo -sus paisajes, sus habitantes, su historia, su cotidianidad- a su obra e incluso escribir una de sus novelas, ´Sostiene Pereiraª, en portugués.

 

No es el único caso. Incluso hay autores que emplean un idioma distinto al suyo propio, aquel con el que crecieron y se desarrollaron como personas. Joseph Conrad adoptó el inglés como lengua literario en vez del polaco y pasó a ser uno de los grandes autores en esa lengua. El español Jorge Semprún escribió parte de su obra en francés. Pablo Urbanyi, cuya lengua materna es el húngaro, plasma sus historias en el español de Argentina. Hay también autores que hablan una determinada lengua y luego cambian a la lengua semiperdida de su comunidad (o en proceso de recuperación: si es algo artificial o no, es otra historia). Gabriel Aresti aprende vasco ya de mayor y deviene uno de los poetas de referencia en esa lengua. Identidades asesinas. El propio Amin Maalouf escribe en francés, no en árabe, al igual que el escritor marroquí Tahar Ben Jelloun.

 

En África el colonialismo provocó nuevas realidades: la gran literatura en inglés, francés o portugués se enriquece con la aportación de autores africanos. Surge también algunos autores de Guinea Ecuatorial que escriben en castellano, Donato Ndongo es tal vez el más conocido, aunque no el único.

 

Por otro lado podríamos preguntarnos si Kafka es un autor de identidad alemana (escribe en alemán), de identidad checa (nace y vive en Praga), de identidad judía (es hebreo). Visto lo visto, ¿acaso resulta extraño que Alfonso X el Sabio, rey de Castilla que tanto aportó al castellano y con el castellano aportó a Castilla fuera a su vez un poeta en galaicoportugués?

 

Leemos a Antonio Tabucchi y podríamos pensar que estamos ante un autor portugués, portugués de los de toda la vida.

 

¿El español José María Blanco White es un autor español o británico?

 

Seguramente la identidad nacional es una mera categoría para entender la realidad, pero que no debemos entender como un absoluto. Al fin y al cabo, parafraseando un chiste antirracista, el idioma que hablamos procede seguramente de otro lugar, muchos adorarán (o habrán sido educados bajo su prisma) a un Dios judío, utilizamos números árabes y tecnología japonesa o india en nuestros ordenadores, y las patatas que tanto nos gustan proceden de América del mismo modo que el necesario café matutino tiene su origen en Etiopía y el Yemén.

 

Que las características comunitarias -por llamarlo de algún modo- existen, no lo negamos. Pero, ¿tienen al final tanta importancia? Es como la diferencia entre hombres y mujeres -¿literatura masculina y/o/frente a literatura femenina?-: sí, vale, existe, puede ser una aproximación, sin embargo ¿importa tanto?

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BORRONES DE TINTA PARA EL QUE INVENTÓ LA TINTA

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

TÚ SIGUES, YO SIGO

(Poema en prosa)

 

La seguiste por senderos espinosos como angostos, la seguiste y la buscaste por la aurora ya cansada, te vi por la derrota palidecer de exhausto, te vi por dimensiones donde no eras tú, cuando la encontraste algo había cambiado, se disipó un muro pero se impuso otro, cuando la besaste ella te besó torpe, distante y desanimada, te preguntaste entonces por qué el amor baila ciego y caprichoso, aquella mirada era lo que tanto deseabas, pero el corazón te punzaba derrotado por que aquellos destellos no eran ya tuyos, yo te seguiré muchacho de sal y tarde anaranjada, yo te seguiré en la gloria sin color por donde se baten tus esperanzas, yo te seguiré como un gnomo de sombra, y te bendeciré por que si no estás tú se marchita mi sueño y mi voluntad se ahoga, te seguiré por barrancos de órbita desmantelada, te seguiré por sacrosantos espinos del alma, te seguiré cuando reposes tu calma desierta, luz que das paz mientras callas, serena forma donde se desmayan las rayas, secreta presencia que das silencio en la primera noche donde los crudos esbozos son nuevos y duelen enteros.

 

***

 

CONCILIAR EL SUEÑO

 

El acto humano de conciliar el sueño

nos define como seres humanos,

¿por qué dormimos con los ojos cerrados?

Necesitamos no tener ninguna influencia

del exterior, ninguna influencia externa.

El hombre/La mujer, el ser humano,

duerme con sus ojos cerrados

y concilia un sueño que a él no pertenece,

un azar en un magma de espacio infinito,

una megalómana manera de existir,

no se elige mientras se sueña,

nos dejamos llevar por una inercia plena.

Ver a alguien dormir es como ver

una estatua griega cegada por la metafísica

del placer de no ser nada.

Mientras se duerme no se es nada, zero,

placer donde cae exhausto el tiempo deprisa,

el tiempo del sueño es divertido,

es un tiempo sin lugar en la inercia etérea,

las horas no son las mismas desde el sueño

y no son las mismas desde el no-sueño,

corre el tiempo con dos verdades

en la entraña del azar y la voluntad sin norma,

palpar lugares que parecen otra cosa,

palpar lugares desde las dos verdades

que el tiempo sostiene como un misterio incauto,

nos rendimos a la voluntad del sueño

y perdemos tiempo, lugar y raciocinio,

el sueño es la otra verdad que la nada evoca.

 

 

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El visitante

 

El viejo prior observó detenidamente el rostro del joven que ya llevaba en el monasterio bastantes días. Se dio cuenta de pronto que no sabía estipular cuántos en concreto, tal vez hubiera pasado semanas, puede que incluso meses, se sorprendió de pronto al no poder precisar con exactitud el tiempo transcurrido, había perdido la cuenta de su estancia entre ellos, como si el tiempo, de pronto, le resultara imposible de medir, algo que le asustó. Lo atribuyó tal vez a un problema suyo, personal, a la edad quizá. Por otro lado, pese a la apariencia un tanto cándida del joven, había en su aspecto, pensó, algo extraño y agudo que no podía menos que producirle un cierto resquemor, algo que no podía explicar, pero que le inquietaba. No, no era un temor concreto, a un peligro por ejemplo, a un peligro físico, no creía que fuese un bandido, un asesino, un loco que matase sin piedad, pero había algo en él que desprendía sufrimiento, un intenso sufrimiento propio y ajeno, un lamento que se transmitía en los rasgos de su cara, en la luz de sus ojos, en la forma de mirar, nunca directa, siempre oblicua.

Había llegado una tarde, casi a la anochecida. Llamó a la puerta y un monje le abrió, le escuchó las primeras palabras, apenas unos susurros que demandaban socorro, y el monje acudió a él.

¾Hemos de ser hospitalarios -murmuró mientras atravesaba los pasillos en semipenumbra para acudir ante el inesperado visitante.

Así se lo había ordenado su antecesor, el fundador del monasterio, un hombre correcto, un alma caritativa y recta, un sabio reflexivo de firme raciocinio y fe inquebrantable.

Pero no eran los tiempos muy propicios para la confianza. El hambre, las guerras, el pesimismo, la enfermedad, todo se conjugaba para que lanzarse por los caminos deviniera aventurado y siempre se temiera al visitante.

¾¿Quién sois? -le preguntó aquella tarde tras recibir su solicitud de asilo.

¾Un hombre desolado -le respondió.

Lo acogió, aun cuando le desagradó la inexactitud de su respuesta, por otro lado trivial y gastada por lo repetida. Todos parecían estar desolados en esos tiempos. Hubiera querido saber más, pero el joven calló, bajó la mirada y después la dirigió hacia él, tal vez porque esperaba una respuesta más pronta.

¾Podéis quedaros -le dijo-, aquí nunca negamos la ayuda.

Percibió una leve sonrisa antes del gesto de bajar la cabeza y levantarla en forma de agradecimiento.

Se sumergió a partir de entonces en un silencio casi absoluto. Quiso que se le diera alguna tarea, no quiero vivir de vuestras mercedes, había sido una de sus escasas frases al día siguiente de su llegada, y cada día, tras los maitines, se le encomendada alguna faena que cumplía escrupulosamente, siempre con sigilo y discreción, hasta el punto de pasar por completo desapercibido, como si fuera uno más de aquel pequeño monasterio. Daba las gracias siempre que se le entregaba comida, agua o algún objeto. Cuando terminaba su labor antes de tiempo acudía ante el hermano Tasio para que se le encomendara una nueva faena que realizaba con el mismo vigor que la anterior. Ese afán por la labor y su mesura despertaron no poca estimación y un profundo apego, contribuyeron también a que el tiempo desde su llegada se diluyera como la leve neblina de la mañana. En el oratorio se mostraba silente, concentrado, movía los labios y entrecerraba los ojos. Sufre, pensaba el prior cuando observaba tal actitud.

Aquella tarde acudió de nuevo ante él. Como la primera vez, se acercaba la noche. El joven entró en su estancia y esperó a que le autorizase a hablar. Le anunció, tras agradecer su generosidad, que debía partir.

¾Ha llegado el momento de marchar -fue lo que le dijo.

Entonces el prior le observó de nuevo y sintió una vez más resquemor, duda y no poca incertidumbre. Se volvió a preguntar por el tiempo que había pasado entre ellos, sin saber precisarlo, lo que le molestó bastante. Le molestaba también que sus fórmulas apenas fueran meros tópicos al uso, expresiones hechas que apenas traslucían un significado, menos aún una razón. Intuyó algo tremendo y doloroso, un misterio quizá. Nada es sencillo, pensó, nada es lo que aparenta, todos somos en realidad desconocidos.

¾Si tenéis alguna pena que queráis descargar -le dijo-, no dudéis en abrir vuestro corazón ante mí.

¾Os lo agradezco.

Guardó sin embargo silencio, bajo la mirada y esperó su bendición. Pero antes de que llegara sacó de su viejo zurrón un pergamino y se lo dio. El prior no puedo menos que sentirse temeroso por ese sigilo y por lo que iba a leer, cuyo contenido vislumbraba, fruto de una repentina premonición que le permitió adelantarse a la propia lectura. Supo reconocer las letras hebraicas.

¾Todo cambia ahora -le dijo el joven con un tono que, aun cuando procuraba no serlo, resultaba solemne-, vos os quedáis.

¾Que Dios os proteja y os bendiga -se sintió aliviado después del terror que sintió ante lo que acababa de leer.

El joven se retiró y poco después le vio desde la ventana abandonar el jardín, perderse por el camino que llevaba al norte. Es un ángel, consideró al verlo desaparecer tras los montículos vecinos, al ángel de la muerte.

Unos días después se presentaron ante él unos cofrades del Armandat. Intuyó el motivo de su visita.

¾Buscamos a un hombre -le dijeron y por la descripción dada reconoció de inmediato al joven.

¾Por aquí pasan muchas gentes -les respondió-, algunos coinciden con quien describís. Todos van hacia el norte.

Los caballeros no preguntaron más nada. Parecían esperar aquella respuesta por haberla recibido más de una vez. Le mostraron sus respetos e iban a retirarse cuando el prior les interrumpió su partida.

¾Por qué le buscáis -preguntó sin mostrar mucho interés, aparentando más querer colmar una curiosidad indiferente.

Quien dirigía la partida pareció dudar si responder.

¾Hay quien le cree miembro de la Mesnada Hellequin.

El prior sonrió por lo que a todas luces parecía una delicada pulla del aguerrido oficial, una forma irónica de no responderle sin llegar a ofender.

¾Esas son leyendas de los pueblos.

¾Las leyendas y la vida a veces se confunden en las esquinas.

Se quedó en silencio, en medio de la penumbra de su estancia. Era ya anciano, había vivido mucho, pero no por ello dejaba de sorprenderle la cantidad de ángeles que pasaban por los caminos de la tierra. Si el ojo humano contemplara la vida tal cual es…, murmuró rememorando las palabras del talmudista.

 

   Juan A. Herrero Díez

 

 

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Textos concebidos por Rolando Revagliatti a partir de sendos largometrajes

 

 

“SUSPIROS DE ESPAÑA Y PORTUGAL”

 

No dejaba de ser esplendorosa

(cerdos de España – y Portugal -)

la agazapada capacidad folladora

del relativamente virginal

Fray Clemente del Niño Jesús

el civil Pepe Pimpante

en esos caminos

 

No dejaba de ser esplendorosa

la suprimida satiriasis

de Fray Liborio de las Santas Llagas

el civil Juan retornando a su precario

encauzamiento en la civilidad

 

No deja aún de ser esplendorosa la muerte

esa desaparición física del anciano abad

¡Búcaro con sus leches!

(condensadas)

a la mismísima salud de España

(y Portugal).

 

**

 

“PEPI, LUCI, BOM Y OTRAS CHICAS DEL MONTÓN”

 

Soy tan como una

de ustedes la que más

amerita fugas de otros filmes

éste donde

no consto pero hállenme

sólo con sus bocas en derechura

hacia mis pezones.

 

 

**

 

A Jim Jarmusch

 

           “Hoy fue el peor día de su vida de  mierda”

(del filme “Night on Earth” de Jim Jarmusch)

 

 

Hoy ha sido

lo aseguro en la plenitud de mis condiciones intelectuales

el peor

¡y hasta qué cima me consta  que ha rebasado el vaticinio de mis colegas miserables!

el peor día

abarcando la rotundidad

                    acústica de la noche

que en mí tanto ha sonado

el peor día de mi vida

ridícula por su orientación

infame por sus logros

repugnante por sus claudicaciones

de mierda.

 

 

**

Febrero 2012

 

 

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SONETO DE IRENE MERCEDES AGUIRRE

 

 

COMO OTRA PIEL

                                  A Rodolfo Virginio Leiro

¿Que nos lleva   a esta búsqueda incesante

volcada  hacia los cofres de   emociones?

¿Por qué motivo, causas o razones

vivimos este sueño delirante?

¿Dónde encontramos fuentes de ilusiones

que nutren con sus aguas refrescantes

este ensueño que somos, los instantes

de   captación de excelsas  vibraciones?

Están en ti y en mi, firmes, constantes,

como otra piel preñada de ilusiones

sobre la piel carnal , igual que amantes.

Superpuestas las dos en sensaciones

¡una brinda  sentires   palpitantes

mientras vuela la otra en sus visiones!

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ESTUPENDOS SONETOS  

DE RODOLFO LEIRO

¡DESPÉGATE!

 

La vida es como un sueño que evapora

la lucha de alto esfuerzo de tu día;

libarás cierta vez, troncal porfía,

de ese sol  de tu estío que  te dora;

arribará tu ensueño, virtual flora,

que irá desvaneciendo en la sombría,

la mácula de angustias que te hastía

frente al mundo feroz que te desdora;

fenecer es normal, pero en tu lucha

habrá un suave poeta que te escucha

en lugar del bramido que te lesa,

del fragmento feroz con que te araña.

¡Despégate del rito que te engaña!

¡Y adósate al  labio que te besa!.

 

 

Construido a las 9,18 del

8 de febrero de 2012, para mi libro

“Conversando con la luna”

***

CARAVANA

 

Yo también integré la caravana

tentando los fulgores de la Luna.

¡Vate magro! Sin puerto y sin fortuna

me enamoré una tarde de solana;

llegué muy cerca suyo, con la flama

que extraje de mi lírica abetuna,

partiendo desde el plinto de una duna

y una gema de lirios como gama;

de pronto me arrojó una casta llama,

en vestes de su mística galana

y en pos de mi gallarda fantasía.

Hoy lo puedo decir ya sin rubores.

¡Soy dueño de sus cándidos primores!

Y un beso, cada noche…Es de mi Luna.

Abetuna: pimpollo de abeto

Construido a las 8,33 del

24 de febrero de 2012 para mi libro

“Conversando con la Luna”

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“LA MUJER”

No tengo palabras

cuando me dirijo,

hacia lo más grande

de la humanidad,

la que con dulzura

es bálsamo divino,

y a su vez conmueve

con …su lealtad.

Es el fiel soldado

que antepone todo,

en bien de sus hijos

marido y hogar,

siempre en movimiento

en pos de la causa,

es como una playa

en un manso…mar.

Quién puede hacer esto

y a su vez ser diosa,

solo la sublime

y preclara mujer,

que nunca nos falte

su acertado criterio,

por eso y mil cosas

las he…de querer.

Santa, más que santa

por hacer que todo,

sea como un cuento

de magia y placer,

yo andaba a los tumbos

y perdido el rumbo,

ella entró en mi historia

y me vi…renacer.

Me cuesta creerlo

que andando muy solo,

creí en un momento

en esa realidad,

me causa hasta miedo

cuando pienso en eso,

ella me ha enseñado

que hay otra…verdad.

No interesa como

ni donde ni cuando,

un altar merece

ese amado ser,

en ellas hay pedazos

de Dios y de cielo,

mil veces benditas

las honro…MUJER.

Boris Gold

(simplemente…un poeta)

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( De mi participación en la Antología 1000 poemas a César Vallejo) Elsa Solís Molina.

Para  «Idilio muerto»

La lluvia penetra en su alma desolada, pidiendo la muerte
En la lejanía , recuerda a Rita,cuando «dormita la sangre»
Y de nuevo la lluvia que le quita las ganas de vivir….
Añoranzas emparentadas con el sabor de las cañas de mayo
Y sigue recordando a su amor: «Ha de estarse  en la puerta
mirando algún celaje» Nieves y ríos son los paisajes del recuerdo
«Y llorará en las tejas, un pájaro salvaje»

Elsa Solís Molina
————————————————————————————–

A «La copa negra»

Que paisajes afines al de su propio interior….
Que yerto y desolado el mundo de su vida…..
Su instinto lo empuja hacia el pedido de su sangre
pero llora su corazón , despues de saciarse…
El entorno vibra tambien al ritmo de la lluvia
¡Y sus lágrimas resbalan hermanadas con el llanto del cielo!

Elsa Solis Molina

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A «Soldado Justiciero»

Desde la muerte se levanta,oyendo el llamado de su pueblo
en ellos se encarna y reinvindican: las injusticias de la guerra
y el campo regado de miserias en la noche eterna……
Toda la fuerza de un crepúsculo, incorporado al ente de su hermano
sacrificado desde las oscuras y eternas injusticias
llanto oculto,despojos que se alzan puño en alto
para lavar afrentas, ….no resucitarán los inocentes
no volverán a la vida los soldados,no se abrirá la tierra
donde con saña y desprecio, fueron sepultados…

Elsa Solís Molina

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER

 

EN  EL  GRAN  ESCENARIO  DE  ESTE  MUNDO

 

 

 

En el gran escenario de este mundo

cada individuo tiene grabadas

sus propias ideas y de ellas

depende su visión del mundo,

partiendo de este hecho concreto

debe surgir la obra

donde cada uno de los actores

trascienda de su propia visión

interrelacionándola con otras,

escenificando su verdad

y la de los demás,

en ese espacio de contradicciones

debe germinar la verdad

de nuestra convivencia.

 

A  HORAS  DE  TU  VIL  ASESINATO

 

 

 

A horas de tu vil asesinato

defiendo lo que tu representabas

esperanza de libertad

para un pueblo masacrado

por las armas, la religión y la ignorancia,

en tu querida tierra la vida no vale nada

solo la humillación y la villanía

florece amparada por la necedad

el atraso secular y la opresión,

después de la tuya, valerosa mujer

en tierra de derechos de hombres

que sangre correrá hasta pudrir

la esencia de los caminos que hollaste.

 

QUIZÁS  LA  ACTITUD  MÁS  DENIGRANTE

 

 

 

Quizás la actitud más denigrante

de la condición humana

sea defender la limitación

del derecho de su propia libertad

de equivocarse por si misma,

versión moderna y sofisticada

del esclavo que cree que sus cadenas

forman parte de su condición.

 

 

 

QUE MAL NACIDO  DIOS  PUEDE  INCITAR

 

 

 

Que mal nacido dios puede incitar

a inmolarse a seres humanos

destruyendo ciega y despiadadamente

ingentes vidas inocentes.

 

No existe ni existirá,

solo alimañas sedientas de poder

lo inventan para dominar

o ampliar sus dominios

aunque se derrame

la más inocente de las sangres.

 

 

DESDE  LA  ATALAYA  DE  MI CONSCIENCIA

 

 

 

Desde la atalaya de mi consciencia

plena de la perspectiva

de espacio y tiempo,

me resulta imposible imaginar

que haya en este mundo

una sola persona

con un gramo de inteligencia

e integridad

capaz de justificar

cualquier dictadura.

 

 

 

CAPTURAR  EL  SIGNO  DE  LOS  TIEMPOS

 

 

 

Capturar el signo de los tiempos

en el cambio continuo de la vida,

 

plenamente abiertos a él

es la especial misión

de los vigías de sus contemporáneos.

 

 

 

 

SOLO  PUEDO  CREER

 

 

 

Solo puedo creer

en un Dios

que haga libre

a las personas

 

 

DIOS

 

 

 

Dios

solo puede guiarnos

hacia la libertad,

para ello debemos procurar

ser libres en esta vida.

 

 

 

AMOR  EN  LIBERTAD

 

 

 

Amor en libertad

no son palabras huecas

son sentimientos, gestos y hechos,

constantemente sentidos,

realizados y vividos.

 

 

 

 

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Tríptico de Irene Mercedes Aguirre (Argentina)

 

TRÍPTICO DEL POETA

I

Abrazos poéticos

 

Se alza la voz del vate  sobre la tierra inquieta

e indaga los indicios del dolor en la sombra,

intercesor permeable  de lo que toca y nombra

con el  verso lo calma  y tapona su grieta.

Sus vocablos deambulan como mágica alfombra

y sutiles refrescan  la reseca glorieta

de violencias y guerras. Despabilan la quieta

densidad    imperante  con    palabra que asombra.

¡Tan cansados estamos de vanas decisiones,

de inútil  competencia, de impávidos mazazos

que descargan poderes  de oscuras intenciones!

Dejemos que el poeta dibuje con sus trazos

la vida engalanada con  nobles emociones

y disfrutemos juntos  ¡sus rimados abrazos!

.

II

 

Visiones del poeta

 

Su profunda mirada  se asoma al horizonte

y  allí teje su verba   con rimas y  emociones,

percibe la cadena de las generaciones

y enciende con su verso el canto del sinsonte.

La poesía en su alma borda las ecuaciones

que el sentimiento dicta a su mente bifronte

dónde cada neurona cruza como Caronte

el río de sentido que empapa  sus visiones.

Su intuición  crece y sube como extendidos chopos

de amores y de ausencias, de recuerdos y olvidos

que él restituye al mundo cual sagrados hisopos.

Colorea la aurora con mensajes nacidos

entre los laberintos  de Parnasos y tropos

¡dónde las musas suelen aposentar sus nidos!

III

Tsunamis poéticos

 

Es en lo más profundo de los seres humanos

dónde  cada poeta va encontrando los ecos

que yacen  taponados por la vida  en sus huecos

y  de allí los libera , alma y verso  en las manos.

A menudo  produce tsunamis en  los secos

lagrimales del mundo e incita a  sus  hermanos

a reforzar las mentes y corazones sanos

para  limpiar a Gea de torvos recovecos.

De  sus palabras surgen verdades evidentes

que denuncian errores y anuncian nueva era

de  espíritus  forjados en puros recipientes.

Afirma las estacas sobre la tierra entera

de palafitos áureos  colmados de nutrientes

que alimentan los sueños  del hombre  ¡hacia otra esfera!

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APÉNDICE

LA IGNORANCIA ES EL PERFECTO  CALDO DE CULTIVO PARA EL AUTORITARISMO, LA ELIMINACIÓN DE LOS DERECHOS, EL SOMETIMIENTO:

 

Otra aberrante disposición del clan subversivo que está llevando a Argentina hacia un deprimente estado de indefensión.

 

Si el pueblo Argentino no reacciona de una vez, no con el mosquete en las manos, si con el cacerolazo en todos los sectores, para que huya en uno de nuestros helicópteros la incivil presidente que nos gobierna, el futuro puede llevarnos a lamentables circunstancias fácilmente previsibles.

 

Prácticamente se ha prohibido el ingreso de libros al País.

 

Para importar un solo libro, habrá que abonar diez dólares (ver diario “Clarín” del 28 de marzo de 2012).

 

A ello cabe agregar que las tarifas postales para enviar nuestros libros al exterior hacen imposible que podamos hacer conocer al mundo el espacio cultural que representan nuestros libros.

 

Se está fomentando la ignorancia.

 

Esta la primer forma de dominación que tiene en sus manos todo gobierno autoritario, como el que hoy padece nuestra vieja y querida República Argentina.

 

Medite, el ciudadano de la Nación Argentina

 

RODOLFO LEIRO

Poeta – Escritor

Postulado al Nobel en 2010

Desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un 28 de marzo del 2012.

20º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

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NEVANDO EN LA GUINEA

NºLXIV de la 2ª etapa/01-02-2012

 

EDITORIAL LXIV

La sociedad del espectáculo: el deporte

 

 

A nadie se le escapa que el deporte en general y el fútbol en particular se han convertido en fenómenos de masas. El espectáculo mediático se extiende a todo el planeta y los futbolistas son hoy los héroes globales conocidos en el más recóndito de los lugares. La liga española de fútbol se sigue por todas partes y el clásico Real Madrid – Club de Fútbol Barcelona se puede ver gracias a los medios de comunicación con verdadera pasión. Por su parte, los Juegos Olímpicos son un espectáculo que atrae la atención de millones de personas cada cuatro años y llegó a ser, en plena Guerra Fría, el escenario donde se exponían los dos modelos en liza.

 

No podemos negar que en el deporte es posible apreciar muchas de las características de los héroes clásicos: tenacidad, confianza en uno mismo, fidelidad hacia los correligionarios, nobleza, respeto por el contrario, generosidad, valentía. No sería descabellado convertir el deporte en objeto del arte y de la literatura, de hecho lo ha sido y lo será.

 

Sin embargo, el deporte se ha convertido, como todo en el capitalismo moderno, en un espectáculo, fuente además de inmensos ingresos. Y al final hay una saturación tal debido a que es imprescindible rentabilizar las inversiones que mucho nos tememos que acabe por hartar. Muchos de nosotros crecimos con las competencias futboleras de fin de semana mientras que ahora tenemos partidos día tras día, e incluso mañana y tarde, única manera de que la publicidad, puntal de los beneficios, permita afrontar lo gastado en jugadores por los que se pagan cantidades imposible de conseguir en dos o más vidas juntas. Los Juegos Olímpicas, por su parte, devienen en el reclamo de pingues beneficios especulativos, como bien lo saben ciudades como Barcelona, Los Ángeles o Río de Janeiro.

 

Madrid se ha lanzado a la carrera por conseguir los Juegos de 2020 y ya nadie se sorprende por ver grandes empresas participando del negocio. Como suele ocurrir en otras esferas, el arte se diluye cuando los juegos de artificios se vuelven más y más espectaculares, tal vez porque con éstos se intenta disimular la mediocridad de aquel, por mucho que nos quieran sorprender las marcas conseguidas. Mediocridad decimos porque el exceso de entrenamiento y la hiperespecialidad convierte al deportista más en una máquina que en un ser humano con rasgos heroicos. Y con ello se diluye lo artístico.

 

El deporte es también una expresión social que como el arte y la literatura beneficia a quien lo practica y deleita a quien lo contempla, pero embrutece cuando busca incorporarlo a un sistema basado en la búsqueda del beneficio desmesurado. Y duele que el capitalismo vuelva el deporte en algo pasivo y sin alma. Como la vida misma.

 

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ATENCIÓN AL CLIENTE

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

Llamo a la realidad de tu sociedad anónima,

Señorita teleoperadora,

Pudieras ser señora resucitada hoy,

bruja, ángel, zafia, mujer casada en la rutina,

Pudieras ser la línea seria de mi verdad,

Pudieras ser una voz vacía más,

la dosis de opio en el que acurrucarte.

Usted me dice: Dígame su nombre,

solamente para dirigirme a usted,

la duda es siempre una pregunta,

la respuesta tiene siempre su gracia.

Me llamo Cecilio y estoy a dieta,

la dieta que conduce a la infeliz salud,

Dígame su DNI, su nombre y apellidos,

Le repito: soy Cecilio, ¿no me conoce aún?

Usted me dice: manténgase a la espera,

la eterna espera, sin el descanso,

espero al monótono hilo musical,

la musiquilla de juguete

que me diga: estoy ahí, aún no me he ido,

sin embargo, la espera es silencio,

el silencio es sorpresa, mudo silencio,

un largo silencio: ¿hay alguien ahí?

Me siento desangelado, solo, harapiento,

incomprendido y espero su regreso,

tarda y pesa la esperanza en el regreso,

La esperanza tiene su aquél,

Todas las chicas no son iguales,

Todas las teleoperadoras te harán esperar.

Las musas te reincorporan al lugar sagrado,

Si todas las musas fueran como tu esperanza

las teleoperadoras no me harían jamás esperar.

Las musas de ahora no son sofisticadas,

te señalan un camino en el eternamente beso,

en el beso ese, sin un triste final.

 

 

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Postnavidad

 

 

Las luces de Navidad seguían iluminando las calles, a pesar de que ya habían pasado algunos días desde su celebración y habíamos entrado en el nuevo año. Pero allí continuaban, aun cuando para la gran mayoría ya era un recuerdo, la última Navidad, apenas una sucesión de hechos repetidos año tras año, la cena de Nochevieja, los regalos, las reuniones familiares, los recelos disimulados, las conversaciones casi idénticas a las del año pasado, la imagen de la felicidad en los rostros, real en algunos y aparente en muchos. Disculpen mi tono sardónico, un tanto punzante sin quererlo del todo: no tengo buena opinión de la Navidad, a pesar de saber que hay gente que la disfruta, la entiende, le da un sentido. Para mí, ahora mismo, posee un fulgor triste. En realidad siempre lo tuvo, incluso cuando era niño y, sí, me gustaban los regalos, los esperaba, me entretenía escuchando la historia de Jesús, José y María, la adoración de los pastores y de los Magos, pero aun así no recuerdo que esos días me animaran mucho, más bien al contrario, entraba en no poca tristeza y cierta melancolía.

Ahora intento que no me afecte. Evito las aglomeraciones en los barrios principales, en las calles donde se concentran las tiendas, en las plazas, en los restaurantes y bares, en los cafés, evito por tanto a ese montón de gente que compra en los centros comerciales mientras que otro montón de gente, la que no tiene un chavo, la que no vemos salvo que seamos uno de ellos, lo mira todo con envidia y frustración, sin que las llamadas a la solidaridad sirvan de mucho, sin que nadie, esos días, recuerde que también hay que promocionar la justicia social, sea lo que sea eso (disculpen también el tono mitinero, pero a veces tampoco puedo evitar exaltarme con ciertos temas). Si no fuera la hermosa historia de Belén, porque es hermosa, yo así la encuentro, seguro que los centros comerciales inventarían algo en vez de apropiarse del mito cristiano. Pero me voy por las ramas, lo sé. Evito también las calles engalanadas con luces, me crean tristeza. Aunque me tienta, tampoco entro en ninguna iglesia. Una vez lo hice. Escuché los cánticos de una iglesia menonita, entré en ella y no puedo negar que me gustó lo que vi, pero luego, al salir, la realidad me devolvió a mi estado de ánimo.

Así que contemplar las luces aún encendidas en el centro, otra vez la dejadez del municipio que tal vez busca que se alargue el sentimiento navideño más allá de los días estrictos de celebración, me deprime. Había quedado con Susana en el Café Atlántico y pensé que el centro había recuperado la gris normalidad de una ciudad provinciana como la nuestra, pero no, allí seguían las lucecitas multicolor, los paisajes edulcorados de nieve y paz, las imágenes de niños sonrientes y felices, los deseos de felicidad y próspero año nuevo. Las avenidas y calles del centro, por otro lado, estaban repletas de personas que ya no caminaban con paquetes y bolsas, sino que habían recobrado la cotidianidad y avanzaban rápido sin mirarse, ajenas a su alrededor.

Yo me podía permitir fijarme en ciertos detalles. No estaba trabajando. El Ilustrísimo Decano había decidido apartarme de mi puesto de profesor de mitología y pensamiento durante un tiempo, debido, parece ser, a mi extraño comportamiento y a mi actitud, esto me lo dijo, poco constructiva con la Institución Académica. Cuando me soltó el discurso en su despacho no le dije nada, le escuché en realidad como si yo no estuviera allí o como si no hablara de mí y para mí.

– No tienes nada que decir -me preguntó al terminar de referirse a la decisión del claustro y sorprendido por mi silencio y porque ni siquiera parecía molestarme por todo lo que acababa de pronunciar.

– No -susurré indiferente.

En realidad hubiera tenido que decirle a ese fanfarrón muchas cosas, por lo menos soltarle el asco que me producía esa ajada Institución Académica que no tenía mucho sentido mantener y que él dirigía con la grandilocuencia estúpida de quienes creen que están realizando una encomiable labor. Pero me mantuve en silencio, convencido de que nada les molestaba más a esos inútiles que la indiferencia de quienes, como yo, estábamos convencidos de que ninguna resistencia tenía, a fecha de hoy, sentido y que lo mejor era que todo se pudriese.

– No te entiendo -volvió a la carga, tal vez para provocar una reacción en mí-, eres un buen profesor, todos los estudiantes que han pasado por tu clase lo afirman, podías llegar lejos, lo sabes.

Tentado estuve de replicarle. Por ejemplo, que los estudiantes que pasaban por mi clase iban a acabar trabajando, con suerte, de camareros porque en la sociedad actual carecía de prestigio e importancia los conocimientos humanísticos. Quieren esclavos, no intelectos críticos, so cretino, hubiera sido una respuesta digna, pero seguí en mis trece y al final, como no insistió, me levanté.

– Tengo que recoger mis cosas.

De eso ya habían pasado varios meses. Vivía de mis ahorros, que no eran muchos, y de algunas traducciones que conseguía en pequeñas editoriales. No mantuve contacto con ninguno de mis insignes colegas. Sólo Susana, una estudiante, me mantenía informado del estado de la Universidad, que avanzaba a pasos agigantados a su destrucción. Susana, por lo demás, poseía al menos un espíritu crítico que a mí me encandiló desde el primer día en que reparé en ella, cuando me bombardeó a preguntas inteligentes que indicaban que no se iba a conformar con meras explicaciones formales de los puntos del programa y que quería darle la vuelta a las cosas. Quedábamos con frecuencia y pronto me di cuenta de que era la única persona con quien trataba de verdad.

Cuando llegué al Café Atlántico, ella me estaba esperando. Me sonrió al verme entrar y levantó el brazo para indicarme donde estaba. Me senté frente a ella. Sonreía, pero advertí una cierta tristeza en su mirada. Será la Navidad, pensé. Sabía que a ella tampoco le gustaba esta época. Me contó las últimas noticias, todas lamentables, cómo no, de la sacra institución. Era irónica, incluso ácida, mi mejor alumna, consideré, al hablarme de los profesores y de sus vanos intentos de convencer a todos de que había un futuro. Calló y ambos miramos por la ventana las luces navideñas que todavía estaban allí enfrente, recordándonos las fechas recién finalizadas.

– Me han dado una beca -me espetó de pronto-, me voy a Berlín.

Seguí mirando hacia fuera. La gente pasaba, las luces encendidas iluminaban más la avenida. A esas alturas, ya apenas me hizo daño la punzada de realidad que me golpeaba de nuevo. ¿Cuántos días habían pasado desde la Navidad?¿Diez, doce, tal vez catorce? La vida sigue, pensé. La miré, sonreí.

– Eso es genial -le dije.

 

Juan A. Herrero Díez

 

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ENTRE  VACÍO Y PLENO

 

pacientes impacientes

maduran los ovarios del signo

 

nueva perla

en la arena de los días

y sus trabajos

 

el huevo semantema se con-vierte

en larva de poema

Rubén Vedovaldi

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UVA DE BOTELLON

 

Se dice que Cronos

y Rubens se lo imaginó divinamente pintado

engulló el falo de Urano

que  saltó primeramente al éter.

Del falo del rey primogénito

nacieron todos los dioses

y  diosas inmortales y felices

los ríos, los amables manantiales

y todo lo demás que entonces había nacido;

y el Quijote y Sancho,

pero él nació solo

chupando un racimo de uvas

de la Ribera del Duero.

 

Ahora nacemos chupándonos el dedo

y con una memocracia bajo el brazo.

No nos importa

la forma como se creó el mundo

ni cómo consiguieron los dioses

y los reyes su trono

que según la versión de Hesiodo y Homero

siempre fue castrando

y arrojando los testículos del contrario al mar.

De los genitales de Urano nació Afrodita

por ejemplo.

Y en la leyenda hitita

Kumarbu padre de los dioses persigue

y vence a Anu

que a su vez  vence a Alalu

primer rey del cielo

y va y le arranca los genitales de un mordisco

y se los traga.

De este atragantamiento

se queda preñado de Zeus

y le escupe fecundando la tierra

sobre todo tierra con planteles de uva.

 

¡ Zeus, el primer hombre-dios

preñado del Universo mundial¡

traqueteante de su pensamiento

que le devuelve irrisorio

y lo manosea

y lo dilacera salvajemente

sin ocuparse del “yo”

sin percibirlo.

 

 

Daniel de Cullá

 

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POEMA Y TEXTO INFORMATIVO

Por María Isabel Bugnon

 

¡Caballero del Amanecer!

Me da la impresión que llevas
en  tu corazón la soledad del amor.
Tu mirada un poco triste.
La sonrisa es solo una mueca,
en ese rostro en el cual
se dedisbuja la nostalgia.
En las mañanas te siento presente,
te imagino hilvanando sueños,
que dejas plasmados en tinta de luz.
¡Caballero del Amanecer!
No conozco mucho de ti,
ni la magia que envuelve tu soledad,
la mueca dulce de tu sonrisa,
ni los secretos de tu corazón.
¿Caballero del Amanecer!
En mi vuelo de Mariposa,
deseo unir mis versos
y tus historias.
Fundir mis manos entre las tuyas
y así expresarte mi cariño.
¡Caballero del Amanecer!

 

***

 

La poesía y la Paz

 

El 21 de septiembre  se ha declarado el día “Mundial de la Paz”,

una palabra  que ha definimos como un estado  de tranquilidad, sosiego, quietud, etc.

Paz es una palabra que encierra  muchas situaciones, Paz no es solamente  el final de una guerra,

largar  al aire globos y palomas blancas  cada 21 de septiembre.

Tenemos que enseñarles a nuestros hijos  con hechos y ejemplos  transitar los caminos de la paz.

La Paz del alma y el corazón, la  paz de los sentimientos, si  a la familia,

a  la salud, a la poesía, si  a la educación que es la base primordial de la paz,

la Paz la construiremos todos  juntos, todos  los días de nuestras vidas,

sembrando  el amor, cambiando  un arma por una poesía, el mal humor por una sonrisa,

una  bofetada  por una caricia, un exabrupto  por un beso.

Los invito a unirnos  en la poesía por la Paz en el Mundo.

MARIA ISABEL BUGNON.

ghostsantafe@hotmail.com

DESDE ARGENTINA

 

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CUENTO DE NAVIDAD CON ESPECIAL DE NOCHE-VIEJA Y ANUNCIO DE LA COCA-COLA

 

POR JOSÉ ICARIA

 

 

Estabas viendo el programa de fin de año del tipo ese de los cruz y raya (sí, ese que a veces hace genialidades, como lo de “si lo que quieren es que la juventud piense, lo están consiguiendo”, pero también chorradas inofensivas, como la mayoría de sus imitaciones de famosos, en fin, …como la vida misma, que diría tu cuñado), junto a una delegación de la familia de tu mujer, en casa de tus suegros, cuando de repente, has dejado de prestar atención a los gemelos psicópatas de tu cuñada, al imbécil de su marido, que luce unas ojeras increíbles y hace un rato lo oíste cuchichear con su hermano: “puede que tengamos problemas, hay que estar preparados para lo peor”, a las tetas de silicona de la nueva novia del mayor de tus sobrinos (“¿serán de las que no tienen garantía?”, te preguntas mientras imaginas un comienzo de año explosivo, con la detonación de uno de sus pechos en la doceava campanada: Afrodita A, ¡fuego de pecho!, pero desvías la mirada a tiempo de evitar su gesto de disgusto), al capullo ese con el que está saliendo otra de tus cuñadas: casi preferías al anterior, y eso que trabajaba en una inmobiliaria, pero ¿a qué coño se dedicará este? Se hace el simpático, pero se nota a la legua que carece de inteligencia tanto como de sensibilidad: ¿será policía, o simplemente portero de discoteca? Habrá que mantener las distancias. Y estabas pensando en fingir un ataque de apendicitis cuando de repente, algo que ocurría en la pantalla ha atraído poderosamente tu atención.

No era un gag más del cruzyrayo, ciertos detalles te parecieron particularmente familiares: tras lo que parecía ser una cámara subjetiva, entrabas en una especie de colmado, o quiosco, o tienda de chuches, y aprovechando un descuido del anciano dependiente, dejabas unos mecheros (¿mecheros?) en el dintel de la ventana, pero cuando salías de la tienda y dabas la vuelta a la esquina para recoger el objeto del hurto, una anciana que había dejado las agujas y el punto sobre una silla de enea, te miraba un momento mientras guardaba los mecheros en el bolsillo de su bata: “desde luego, qué poca vergüenza, robar a unos ancianos”, y pasabas compungido junto a ella, mirando innecesariamente el reloj para disimular… Luego, apedreabas unos vehículos creyendo que eran los de tus profesores de egb, y al cabo de un rato, te cruzabas con unas personas muy amables que te preguntaban si habías visto a alguien, o si podías imaginar el motivo, eran nuevas por aquí, y respondías que no tenías ni idea, y que también estabas de paso… Y por último, veías alejarse el camión de la basura, y uno de los basureros que iban agarrados a la parte trasera, llevaba una minifalda sin nada debajo y se le veía parte del escroto, y no pensabas en la ironía de la perspectiva pornográfica, sino que a tu mente venía una frase: “ha llegado el momento de echarle cojones”, y entonces escupías un trozo de mazapán sobre la mesa:

– ¡Coño!, pero… ¿qué es lo que pasa? ¡He soñado eso esta semana! -y una rápida ojeada te muestra a toda la familia congelada, como si su miembros asistieran a la última cena, o posaran en el museo de cera.- Pero… ¡¿qué cojones?!

Pero ya aparecen las imágenes -distribuidas por wikileaks- de militares disparando a civiles desde un helicóptero Apache en Irak; de Bin Laden y Gadafi muertos; de restos humanos en una mezquita suní de Bagdad como consecuencia de un atentado suicida; de campos de cultivo de opio en Afganistán; de yuppies de Wall Street esnifando cocaína en la suntuosa habitación de un prostíbulo de lujo con prostituta vestida de policía al fondo; de reuniones de consejos de administración celebrando los beneficios y a continuación, decidiendo la cifra de empleados que despedirían; del vendedor de fruta Mohamed Bouaziziz, rociándose con cinco litros de gasolina y prendiéndose fuego después de que la policía le decomisara su mercancía y lo golpeara; del ejército abriendo fuego sobre la población civil en Siria, Egipto, Libia, Yemen, Israel; de campamentos de refugiados en el Sáhara, en Tinduf, en Senegal…; de niños con los buches hinchados arrastrándose por el suelo mientras aguardan la muerte en un campo de refugiados en Somalia; de líderes europeos y norteamericanos vendiendo sucesivamente armas a las dos partes del conflicto libio; de especuladores masturbándose con vídeos pornográficos al tiempo que consultan sus ganancias en bolsa; de políticos que hablan de recortes mientras se suben el sueldo, o perciben dietas vitalicias al tiempo que desempeñan cargos altamente remunerados en empresas que privatizaron, o que perciben sueldos de una cantidad imposible de empleos; o de banqueros de dientes afilados que se lucraron con la burbuja inmobiliaria y ahora amenazan el llamado Estado de Bienestar con tal de seguir acumulando beneficios;  de policías aporreando a manifestantes del 15 M: “¡más madera!,  en cuanto los pongan un «poco finos» se les termina la tontería, si no, al tiempo”, leemos en un foro de internet…

La mayoría de los comensales ha vuelto lentamente a la langosta y a la jarra de vino turbio, pero permanece expectante ante el inusitado baño de realidad sin pre-aviso televisivo. “¿Qué ha sido eso?”, ha dicho -con apenas un hilo de voz- la cuñadita que menos come (de hecho, la anorexia la tiene contra las cuerdas, y dudas de que el año siguiente se mantenga aún con vida). “Esto es despreciable”, dice su hermana, que tiene, en cambio, una cierta propensión a la obesidad: “en estas fechas hay que poner cosas alegres”. “Sí, ¿por qué no cambias de cadena?”, dice la madre, una anciana que ha sido muy guapa de joven, y ahora suple los estragos de la edad con el brillo de una quincallería pesada y ostentosa. Los gemelos psicópatas se han golpeado recíprocamente con un plato y una bandeja en la cabeza y las costillas: uno de ellos se ha echado a llorar y el otro a reír; el que llora te ha dado una patada en la espinilla al pasar junto a ti: “¡hijode…!”, has reprimido in extremis.

– Pero, ¿por qué no cambia?

– Sí, eso, ¿qué coño pasa?

– No, es que todas las cadenas ponen lo mismo.

– ¡Pues párala!

– ¡Ya lo intento, pero no se deja!

– ¡¿Cómo que no se deja?!

Y de repente, todo el mundo enmudeció –incluso los gemelos psicópatas– nuevamente: en la pantalla aparecía, como si tal cosa, el novio garrulo de tu cuñada, visto  a través de lo que parecía ser una cámara oculta. Se dedicaba a dar palizas a los borrachos de última hora en las carpas de su localidad; tenía una esvástica tatuada en el hombro, y consumía el dinero de su tarjeta en interminables noches de puticlubs y afterhours. “Pero ¿qué…?” había empezado a decir tu cuñada; “bueno, yo me najo, familia, que tengo prisa…” El portazo apenas te había distraído de la pantalla, donde ahora aparecían tus cuñados “emprendedores”: defraudaban dinero a hacienda y, al parecer, un inspector que había descubierto lo de los premios de la lotería los estaba chantajeando: “tienen que comprender, con los recortes, apenas nos alcanza, y el niño, ha empezado ya la universidad…” En cuanto a la anoréxica, no tardó en saberse el complot que había organizado en la oficina para hacerle la vida imposible a una nueva: no sólo era más guapa que ella, sino que, además, sabía inglés. “Vaya con la seca”, había soltado una de las cuñadas. Que, precisamente fue la siguiente en aparecer en pantalla… escondiendo grandes cantidades de dinero negro tras un agujero practicado detrás de la leñera de la chimenea. Por lo que respecta a los suegros, pudimos verlos contratando a unos macarras para que acosaran a la pobre Angustias, una anciana que permanecía en un bloque de su propiedad, con un contrato de alquiler de renta antigua… La Gemma, fingiendo un suicidio para llamar la atención de su marido, que, de paso, se entendía con una vecina… Se supo, incluso, que los gemelos habían sido inseminados con esperma de un estudiante de veterinaria, puesto que el padre era estéril, como también lo era uno de los primos del pueblo que había venido a visitaros: había sabido la noticia después de comprar el monovolumen de rigor. Una cuestión de mala suerte…

– Pues, parece que el año que viene se presenta difícil, ¿eh?

– ¡Vaya! –respondió tu cuñado (uno de los emprendedores), aspirando el humo del pitillo mientras le dabas fuego de un mechero muy parecido al de la primera escena. En la tele estaban dando ese maravilloso anuncio de la Coca-Cola que suelta perlas como: “¿No es maravilloso que, pese a la burbuja inmobiliaria, en Teruel regalen una casa a quienes se decidan a regentar el bar del pueblo?”

 

 

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Charles Buenos Aires

Por Irene Mercedes Aguirre

 

¡De tantos genes se nutrió tu vida

desde que abriste tu perenne canto!

¡Charles de Francia, Carlos  Buenos Aires

voz de Toulouse, voz gestada en llanto!

Bagaje antiguo que te delineaba

ese  pequeño cuerpo palpitante.

Fuerza y ternura de la gente aquella

que te imprimió su sello trashumante.

Con el   zorzal que maduró en tu boca

de  melodioso  trino, apareciste,

la Francia  atrás, el Plata hacia adelante

entre los brazos de tu madre triste.

Llegaste, Charles, a este Buenos Aires

y te adaptaste  al arrabal porteño

con tu mirada de purrete galo

y de él te hiciste su señor y dueño.

 

Le diste al alma popular lo eterno

porque tú eras universo y mundo

que derrochaba sus herencias francas

como equipaje inmaterial fecundo.

Te caminaste todo, calle a calle

por  esos  barrios de farol y esquina

y entre las barras orilleras bravas

se oyó  tu voz profunda, cristalina.

Nos modulaste, luz de trovadores,

Tangos, milongas, valses y tonadas

¡Nos ayudaste a SER, payador gringo,

Carlos de aquí pero Charles de Francia!

Y al recordarte noto tu vigencia

de  noble acento,   con compás de tango

tejido en arrabales y miseria

¡que difundió en el mundo su alto rango!

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 “APRETÁNDOME EL ALMA”

 

Siete de la mañana de un día cualquiera, me desperezo después de un sueño por demás intranquilo y no es para menos, las próximas horas serán sin duda alguna definitorias de muchas preguntas y dudas, el temor más grande es que existen infinitas probabilidades que la mayoría de ellas: QUEDEN EN LA NEBULOSA…SIN RESPUESTAS.

La languidez que siento en el estómago , es típico del preludio de algo importante por suceder , por eso mi intranquilidad sube a medida que pasan las horas.

Los pormenores que desembocaron en esta situación, no dejará de llamar la atención a muchos, pensando con razón que lo mío puede deberse a varias cosas :QUE ME ESTÁ PATINANDO EL EMBRAGUE, QUE NO ENTIENDO LO QUE ME SUCEDE, O QUE SIMPLEMENTE LA VIDA ME ESTÁ PASANDO ALEGREMENTE POR ENCIMA, ¿la verdad?…NINGUNA DE LAS TRES SITUACIONES ME LLENAN DE ORGULLO.

Con mucho miedo me voy al encuentro de una cita emocionante, en un lugar cualquiera, de un barrio imaginario…o no, me está esperando ni más ni menos que MI NOSTALGIA, TENGO TANTAS PREGUNTAS PARA HACERLE.

Mientras me dirigía a ese sitio comencé a replantearme un montón de cosas, en primer lugar: COMO IBA A COMENZAR MI INDAGACIÓN.

¿Tal vez preguntando donde había quedado mi inocencia? y algo más importante aún, SI HABÍA SERVIDO PARA ALGO, a continuación averiguaría que fue de la historia de MI PRIMER AMOR…Y SI ALGUNA VEZ SE ACORDÓ DE MI.

También le rogaría alguna noticia de aquella…MI MAESTRA BUENA, LA DE PRIMER GRADO, QUE CON SU BONDAD Y PACIENCIA HICIERA QUE MUCHAS VECES ME EQUIVOCARA…¡ Y LE DIJERA MAMÁ!.

No dejaría de preguntar si acaso por una casualidad sabe algo de las promesas, que joven aún me hicieron con respecto a “UN MUNDO JUSTO”, CON OPORTUNIDADES PARA TODOS Y SIN DISCRIMINACIONES Y DE ESA VIEJA CANTINELA… QUE CON UN POCO DE ESFUERZO VERÍA CORONADO MIS DESEOS DE ¡ GANARME UN VENTUROSO PORVENIR!.

Mientras pensaba en todo esto mis pasos iban a la deriva, parecía que no obedecían a ningún control, al rato se fue clarificando la nebulosa en que se había convertido mi mente, fruto de mis profundas elucubraciones y en ese preciso instante fue que escuché una voz, que en tono de reproche me decía: OTRA VEZ TE DEJASTE VENCER POR LAS UTOPÍAS.

YO NO BEBO, PERO ME DIRIGÍ AL PRIMER BAR QUE ENCONTRÉ…

PARA MAREARME CON UN PAR DE COPAS….

NECESITABA IMPERIOSAMENTE..

PENSAR EN OTRA COSA.

Boris Gold

 

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Alguna vez haré
el poema más hermoso,
el mismo que no podrá
ser comentado por ninguno;
no habrá en él
esencias ni proclamas,
será simplemente
aquel poema
que no diga nada
y diga todo.
A veces llego a la mitad
y me vuelvo,
pareciera venirse
la noche en cada letra,
es como si la vida
se acabara
a cada instante
y renaciera
una nueva existencia
desde la nada.
Alguna vez haré
el poema más hermoso,
hará furor
entre los más
grandes poetas
de la historia.
Quizás sea la suma
de todos ellos.
Los poetas son
mi alimento de cada día
y en esos nutrientes
capto yo la misma esencia,
cada presencia
se eleva ante mi
apasionada.
Alguna vez
los poetas vendrán a mí,
vendrán los vivos
y aquellos que ya no están;
aparecerán por cada rincón
de mi intelecto
como diciendo
cada uno un verso nuevo.
Será el poema
más hermoso
porque no será solo mío
habrá miles de poetas
en mi memoria,
de allí saldrán
las más cálidas odas
de la existencia.
Serán como faroles
encendidos entre la noche,
marcarán los caminos
más oscuros
entre las sombras
y en medio de las tinieblas
la claridad se hará presente.
Alguna vez serán
todos los poetas
los que hablen juntos
y yo simplemente contaré
sus secretos y sus memorias.
Habrá poetas tan viejos
como el destino
habrá nuevos poetas
que aún no nacen,
será la misma eternidad
presente en cada uno,
de ellos nacerá sin duda alguna
un flamante signo de victoria.
 
CARLOS A. BADARACCO
14/12/11
(DERECHOS RESERVADOS)
REGISTRADO EN safeCREATIVE

 

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SONETOS DE RODOLFO LEIRO

 

EL POETA

 

El Poeta es la arteria independiente,

que está ajeno a la usual anatomía,

no figura en catálogos o en guía

ni en la mitra, la secta o el tridente;

es un foro de música esplendente

que nutren fogariles de energía,

es el cauce glorioso de la estría,

es el verbo, la mística,  pendiente

de un glosario de lírica turgente

erupción de nectario sugerente

que proviene del sol de la utopía,

se dibuja en la rima coincidente,

en la gloria sublime de tu mente

y en mi pálpito vital de cada día..

construido a las 16,22 del

26 de diciembre de 2011-12-26 para mi libro

“Conversando con la Luna”

Rodolfo Leiro.

***

 

CAMINATA

 

Era una rubia tarde de febrero

caminando al azar, como un poseso,

tentando una mirada, acaso un beso,

que ofrecen ciertas damas al torero;

no estaba aquella Luna de alfarero

que supo ser recreo en mi receso,

una especie de guía, en el proceso

de mi bardo profeta del sendero;

y concluyó mi tarde, sin “te quiero”,

sin abrazo, sin suerte, un arponero

que retorna a su casa sin su presa,

y me senté a escribir, flaco rimero,

en esta mesa pobre, un utilero

hurgando un carmín rojo que te besa..

construido a las 8,23 del

1 de enero de 2012-01-01 para mi libro

“Conversando con la Luna”

Rodolfo Leiro

 

***

 

DOS LUNAS

 

Mi Luna,  sumergida en la laguna

donde brincan los peces su contento.

va forjando en la ola un sentimiento

que el viento desparrama tras la duna,

desde el otero inquieto de mi tuna

indago en el profundo firmamento

y la veo a mi Luna, en un intento

para rolar su efigie en mi fortuna:

es que tengo acaso yo una Luna

que gira en el espacio, inoportuna,

mientras otra sonríe desde el lago;

y entre los dos dibujos me someto

a dos damas que llenan mi soneto.

¡Un beso que con otro beso pago!

Construido a las 12,17 del

1 de diciembre del 2012-01-01 para mi libro

“Conversando con la Luna”

Rodolfo Leiro

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                 ANTOLOGÍA     “DE QUENAS Y BANDONEONES”

 

AUTORA: ELSA SOLÍS MOLINA

 

 

1          CREO

 

A LAS TRES DE LA MAÑANA, ¡ESTÁ TAN ALTA LA LUNA…!

ESPLENDOR INMACULADO, CUAL EL DE UN NIÑO EN SU CUNA

TODOS LOS ÁNGELES DANZAN, ALREDEDOR DE SUS LUCES

ELLA REINA EN LAS TINIEBLAS, BESA, ENAMORA Y SEDUCE.

 

SU REINADO ES EN LAS SOMBRAS, SUS CLARIDADES ESPARCE

SÍNTESIS FIEL QUE NO ESTORBA, AL MAR, QUE ENTRE SOMBRAS, YACE

CIELO, MAR Y LUNA LLENA, EN ORDEN QUE DESDE EL FONDO

DE LOS TIEMPOS SE ACOMPAÑAN, EQUILIBRIO FIEL DEL COSMOS.

 

QUE FORMAN ESA MARAÑA, DE INACCESIBLES MISTERIOS

DE ESPLENDOR EN LAS MAÑANAS, DE CLAMORES Y SILENCIOS

ELLA TIENE LAS RESPUESTAS, JUNTO CON SOLES Y FLORES

NO HAY QUE DUDAR MÁS,  ES ÉSTA… LA RAZÓN DE LAS RAZONES.

 

DE LA CREACIÓN INMENSA, DEL AMOR LA LUZ, LOS MARES

DE LA INENARRABLE ESENCIA, DE UN PRINCIPIO DE COLORES,

DE LA CREACIÓN ETERNA, EQUILIBRIO, ROCAS, SALES…..

TODO DENTRO DE UN ESPACIO, TAN PLENO DE LUZ Y AMORES.

 

 

2      EL MOMENTO

 

CUANDO TUS OJOS REHUYEN MI MIRADA

Y LA SOMBRA DEL HASTÍO ESCONDE

EL DOLOR DE MIRARNOS NUEVAMENTE,

CUANDO NUESTRA ALEGRÍA ES TEDIO

Y LA SANGRE SE MUERE EN EL ABRAZO

Y LAS CUERDAS DEL ALMA SE SILENCIAN…

…ES EL MOMENTO DEL ADIÓS.

CUANDO EN UN VUELO DE TUS PÁRPADOS

ME OCULTAS, EL FONDO DE TUS SUEÑOS

Y EL AMOR, EN LÁGRIMAS SE PIERDE,

CUANDO YA EL SOL NO ES NUESTRO ABRIGO

NI COMPARTIMOS LAS ESTRELLAS

NI ME ILUSIONA TU CAMINO…

…ES EL MOMENTO DEL ADIÓS.

CUANDO LA ESPERA ES INDIFERENCIA

Y NECESITO BUSCAR EN LO PROFUNDO

Y REVIVIR EL AMOR DE LO PASADO…

CUANDO HAY QUE INVENTAR TODOS LOS DÍAS

EN UN ROMPECABEZA  INCOMPRENSIBLE

COMO DESEAR Y AMAR TU COMPAÑÍA…

…ES EL MOMENTO DEL ADIÓS.

 

 

3        ¿QUEDARÁ ALGO?

 

¿ALGO QUEDARÁ FLOTANDO

COMO UNIVERSAL FRAGMENTO,

EN CIELOS SUAVES, LEJANOS

CON IGNORADOS SECRETOS…

O PERDIDOS, DESARMADOS,

VIAJARÁN LEJOS, MUY LEJOS…?

¿DE ALGO SERVIRÁN POEMAS,

INSPIRADOS SIN LAMENTOS

PARA AGREGAR A LA NADA

E INTERPRETAR SENTIMIENTOS

COMO PIEDRA QUE INTERRUMPE

LA QUIETUD DEL LAGO TERSO…?

ES POEMA INTRASCENDENTE

QUERERLE CONTAR AL MUNDO

CON INÚTIL ARGUMENTO,

LA ADMIRACIÓN Y EL SENTIDO

DEL AMOR Y EL SENTIMIENTO

DE LA PASIÓN Y EL OLVIDO.

 

 

4    SIMBIOSIS

 

MI INTIMIDAD CON LA TRISTEZA ES TANTA

QUE SÓLO LOS COLORES LA INTERPRETAN

QUE LA NOCHE Y EL VIENTO NO SE ESPANTAN

QUE LAS RAMAS Y EL SOL, TAMBIÉN LA ACEPTAN

 

ESA AUSENCIA DE RUIDOS QUE PENETRA

LOS UMBRÍOS FOLLAJES DE LAS SOMBRAS

QUE DETRÁS DE LOS PÁRPADOS INVENTAN

SILUETAS IMPRECISAS, MARES, OLAS…

 

ESE DORADO PÚRPURA, AZULADO

QUE JUEGA POR LOS TECHOS,  EN LA NOCHE

CUANDO EL INSOMNIO CREADOR Y ALADO

DESCUBRE ENTRE LAS SOMBRAS, LAS RAZONES

 

DESMEMBRA EL ARCO IRIS Y RECREA

SUEÑOS DISPARATADOS DE LOS GRILLOS

HABITANTES IGNOTOS DE MALEZAS

SUBMUNDO DEL AFÁN, LA PAZ, EL SINO

 

SILENCIO QUE ACARICIA LOS OÍDOS

QUE DEJA AL ALMA, DESVALIDA Y SOLA

Y SE PIERDE EN LAS HOJAS Y EN LOS NIDOS

MIENTRAS SE DUERMEN LAS PALOMAS.

 

 

5         LA HISTORIA ETERNA

 

MUNDO DE NOTICIAS, GUERRAS…TUMULTUOSAS MAREJADAS
DE ALARIDOS QUE LOS SUEÑOS PERDIERON EN MADRUGADA.

¿DONDE SE FUE LA ESPERANZA Y AQUEL SOL DE LA MAÑANA?
YA SOLO ESCUCHAS LAMENTOS Y EL ESTRUENDO Y LA METRALLA.

 

MIRANDO VIVIR QUEDAMOS, MIRANDO MORIR SUFRIMOS
A LOS NIÑOS MUTILADOS Y HORIZONTES PURPURINOS…

¡LA MIRADA HORRORIZADA, EL ALMA DE SAL, SENTIMOS!
MIRANDO MORIR QUEDAMOS, MIRANDO MORIR, MORIMOS.

 

DETRÁS DE LOS OJOS VIVEN, ANHELOS ESPERANZADOS
OCULTA EN PARPADOS TIBIOS, MIEDO, FERVOR ENLAZADOS

FUERZA, COLOR Y MAÑANAS, SUEÑOS DE PAZ ANHELADOS
ENSOÑACIÓN, SOL, AMORES EN PROYECTOS AMARRADOS.

 

DETRÁS DE LOS OJOS MUERE LA ESPERANZA MUTILADA
TIERRA DESESPERANZADA, TIERRA YERTA Y ARRASADA,

OJOS APRETADOS SUEÑAN, EL DESEO DE UN MAÑANA
LAGRIMAS DE SAL OCULTAN, LA ANSIEDAD DESESPERADA.

 

SÓLO LA VIDA EN ETERNA EXPLOSIÓN VALIENTE, RETA
A GUIJARROS Y DESIERTOS, PIEDRAS, RAÍCES Y ARENA…

RODEANDO TRONCOS Y GRIETAS, SUBIENDO POR LAS LADERAS
PARA SURGIR EN LAS SOMBRAS, VIDA LATENTE Y PERPETUA…

 

VIDA SURGENTE, EXPLOSIVA, EN CONJUNTO CON LA TIERRA
GARANTIZANDO LA VIDA, ECLOSIONA CON LA HIEDRA,

EN ROSADAS HOJAS NUEVAS, EN PÉTALOS DE AZUCENAS
UN NUEVO CICLO Y COLORES, PARA GANARLE A LA GUERRA…

 

 

 

6   MEDITACIONES

 

SÓLO SÉ QUE HOY ESTOY VIVA, QUE NO SE ME HA NEGADO

VER EL SOL, QUE LOS MIEDOS SUBSISTEN, PERO, LA VIDA ES MÁS FUERTE.

NI SIQUIERA ENTIENDO ESTA NECESIDAD DE EXPRESIÓN,

ESTA ADMIRACIÓN POR ASISTIR DIARIAMENTE A LA EXPLOSIÓN

DE VIDAS HUMANAS, ANIMALES, VEGETALES…

 

¿QUE ES LO QUE GARANTIZA LA SUBSISTENCIA E INCLUSO

NUEVAS FORMAS DE INNEGABLES EXISTENCIAS QUE REPTAN

ESCONDIDAS GARANTIZANDO SU ESPECIE?

LA TIERRA NO NECESITA MÁS QUE UNA PIZCA DE HUMEDAD,

UN HÁLITO DEL SOPLO DE OXÍGENO, UNA MIRADA ESPERANZADA,

PARA REGALAR, UN ENTREABIERTO

CAROZO, CUIDANDO, ACUNANDO ESA ÍNFIMA E INDEFENSA ,

ROSADA Y TRANSPARENTE HOJUELA TEMBLOROSA QUE BUSCA EL SOL…

NUESTRO CANSADO PERO INVENCIBLE DESEO DE VIVIR,

IGNORA, QUE CASI SIEMPRE, ES UN LATIDO,

RENUNCIANDO A EXISTIR, LO QUE DETERMINA EL FIN….

¿O UN NUEVO COMENZAR?

 

 

7         AMANECER

MIS SENTIDOS LLENOS DEL COLOR Y EL PERFUME DE LAS FLORES,

EL ÍMPETU DE LOS CIELOS TUMULTUOSOS

Y EL ROSTRO BESADO POR LAS BRISAS MARINAS, INCENTIVAN

EL DESEO DE SEGUIR TRANSITANDO TANTA BELLEZA…

HASTA LAS MADRUGADAS SOLITARIAS, APORTAN LA BELLEZA

INCOMPARABLE DEL SILENCIO, CUANDO ALLÍ ABAJO,

LAS FAROLAS DE GAUDÍ, ILUMINAN ROSTROS DESCONOCIDOS.

EL TUMULTO DE UNA CIUDAD QUE DESPIERTA,

DEVUELVE LOS SONIDOS COTIDIANOS Y EL IGNOTO OBSERVADOR

EN LAS PLAYAS SE DESPIDE DE ESA LUNA INDECISA

QUE DUDA EN VOLVER A LAS SOMBRAS INSONDABLES…….

Y CUANDO EL SOL IRRUMPE ENTRE CIELOS ANARANJADOS Y PALOMAS

AJENAS A LA IMPOTENCIA DE SOBREVIVIR,

BUSCAN CONFIADAMENTE UN SUSTENTO GRATUITO…..

OTRO INCOMPRENSIBLE Y ANSIADO MECANISMO COMIENZA:
¡EL SER TESTIGOS DE UN NUEVO DÍA!

 

 

 

 8    SOLEDAD

 

 

CUANDO LOS PÁJAROS NOCTURNOS ACOMPAÑAN
CUANDO EL SILENCIO SE ACOMODA EN LAS HENDIJAS
CUANDO EL VIENTO SE DESLIZA EN LAS MARAÑAS
Y LA LUNA PONE EN TRONCOS LUZ DE TIZA…

CUANDO EL INNATO TEMOR ESPARCE SALES
SOBRE HERIDAS QUE NO SE CIERRAN NUNCA
CUANDO RENACEN LOS MIEDOS ANCESTRALES
Y EN EL ALMA LAS PENAS NO SE OCULTAN.

CUANDO EL MENSAJE LLEGA SIN PALABRAS
CUANDO TODO SE ENTIENDE DE REPENTE
Y LA VERDAD VIENE SOLA, SIN CAMPANAS
Y ALLÍ DESCUBRES EL EQUILIBRIO, EL EJE

CUANDO EL MIEDO TE INVADE LAS ENTRAÑAS
Y LAS SOMBRAS SEMEJAN OJOS, SOMBRAS
Y EL SILENCIO, TRASCIENDE LAS PALABRAS
Y MÚSICAS LEJANAS NO TE ASOMBRAN…

HA LLEGADO LA MUERTE, ¡TE APRISIONA!
PORQUE EL ALMA SIN EXPECTATIVAS
NO QUIERE YA EXISTIR, AUNQUE SU ENTORNO
SEAN VENAS Y SANGRE, PALPITAR Y VIDA….

YA NO INDAGUES LOS MISTERIOS DE LA MUERTE
YA NO INCREPES, IMAGINES O INVESTIGUES
EL FINAL…ES CUANDO EL ALMA SE CONVIERTE
POR SOLEDAD, EN DESPOJO INERTE…¡Y VIVE!

 

 

 

9  LOS MALVONES MUERTOS

TE ENVÍO CALLEJUELAS SOLITARIAS

DESDE ESTA BARCELONA DONDE NIEVA
TE ENVÍO LOS MALVONES EN BALCONES,

QUE ASOMBRADOS, RECLINAN SU CABEZA,
Y MUSTIOS MIRAN AL MARZO QUE SE OLVIDA,

QUE CON ÉL, VENÍA LA PRIMAVERA
Y QUE MÁS TARDE O MÁS TEMPRANO HABÍA,

PIMPOLLOS Y VERDOR EN LAS MACETAS

ES EN ESTE MOMENTO QUE TE ESCRIBO,

DESDE LA ORILLA DEL MEDITERRÁNEO
ES AHORA MISMO CUANDO YO TE DIGO,

QUE DE VERDE EL CHAROL, SE PUSO BLANCO
ESTE ES UN FRÍO QUE ROE LAS ENTRAÑAS,

Y EL CORAZÓN, SE SIENTE SOLITARIO…
Y LA CAPA DE NIEVE Y LA TRISTEZA,

Y EL DOLOR Y EL RECUERDO… ¡DURAN TANTO!

 

10      LA VENTANA

 

ESTA VENTANA COMPAÑERA AMABLE

DE AROMAS, MURMULLOS Y PREGONES

DE TARDES DE SOSIEGO INIGUALABLE

DE ROSAS Y CLAVELES EN BALCONES

ES UNA MUESTRA COMO UN ABANICO

DE TODA LA ALEGRÍA Y LOS DOLORES

DEL ESPLENDOR DEL SOL MUDO TESTIGO

DE AMORÍOS, SONRISAS Y COLORES.

 

VENTANAS DE CREPÚSCULOS EN SOLES

DEL PÚRPURA QUE YA TIÑE LA NOCHE,

PIADOSO VELO PARA EL MAL DE AMORES

VENTANA   FLORECIDA CON DERROCHE

LA CALLE OFRECE SOL Y CUERDAS

LA VENTANA, SOLO DA SILENCIO.

 

BAJEMOS A CANTAR LAS MUERTAS

COPLAS, HASTA EL AGOTAMIENTO:

“YA SOLO EL RECUERDO QUEDA….

QUE EN COPLAS TE CANTÉ UN DÍA

DEL AMOR QUE COMO VELA…

SÓLO EN MÍ…. FUEGO TENÍA“

 

 

11       ACORDES

 

LA SOMBRA EN EL PAPEL
INTERPELANDO A LA MÚSICA,

 

RAÍZ  DE LARGOS BRAZOS
VINIENDO DESDE EL FONDO DE LOS TIEMPOS,

 

AFLORANDO  Y FILTRÁNDOSE EN LAS ALGAS
INDEFENSAS, DE CEREBROS SENSIBLES.

EL AROMA DEL HUMUS INTERFIERE
EN RAYOS DE SOLES VESPERTINOS,

ENREDANDO  A LOS MÚSCULOS ABIERTOS
EN MILLONES DE CÉLULAS ABSORTAS.

 

 

 

 

 

12            CANTES DEL PATIO

 

LA VOZ DEL NIÑO QUE CANTA

RECIBE AL NIÑO QUE NACE

Y EL PATIO Y LA LUNA JUNTAN

LAS NOTAS Y LAS ESPARCEN.

 

PERO ELLAS BUSCAN DESTINO

Y APUNTAN AL ALMA ABIERTA

CUNA Y SEMILLA DEL SINO

DEL VERSO, EL ARTE Y LA CIENCIA.

 

LA LUNA ALTA QUE SE ESCONDE

TRAS NUBES DE MADRUGADA

AMPARAN NOTAS Y ACORDES,

QUE JUNTOS NACEN DEL ALMA

PALMAS, VOCES Y JALEOS.

 

GUITARRAS, CUERDAS QUE LLORAN

MIENTRAS NOSTALGIA Y RECUERDOS

MIRAN QUE LA LUNA ASOMA

QUIERO UNA NOCHE EN VERANO

Y UN CIELO LLENO DE ESTRELLAS.

 

LA MESA LARGA Y LAS MANOS

DIBUJANDO COPLAS BELLAS

GITANERÍA DE SIGLOS…

SANGRE CALIENTE QUE BROTA

EN BULERÍAS DE NIÑOS

QUE, CRECIERON CON SUS NOTAS.

 

 

 

 

13           MELODÍA IMPOSIBLE

 

LAS PLANTAS REGADAS, LOS PERROS DORMIDOS

LAS PUERTAS CERRADAS, LA NOCHE HA VENIDO

… CORTINAS AL VIENTO,JAZMÍN PERFUMADO

YA TODOS EN CASA, LA CALMA HA LLEGADO.

LA CASA ESTÁ LIMPIA, LA ROPA LAVADA

MI NIÑA HA LLEGADO, NO ME FALTA NADA

… LA TIERRA FRAGANTE, MIS MANOS DESCANSAN

MIS SUEÑOS ERRANTES, VUELAN, SUBEN, PASAN.

EL ESPACIO ES BREVE, PARA TANTOS SUEÑOS

PERO EL MUNDO INMENSO ME REGALA TIEMPO

… DESDE ESTE PEQUEÑO PAÍS DEL MISTERIO

RÍO, LLORO, VUELO, CON EL PENSAMIENTO.

¡CON QUE POCO EL CIELO, SE CUELA EN MI ALMA,

Y CON CUANTO ESMERO, LOS VIENTOS SE CALMAN!

SÓLO FALTA EL BESO DEL AMOR PERDIDO…

CUERDA TENSA, GRAVE, ROTA Y SIN SENTIDO.

14    CANTO DE SIRENA

EN EL CENTRO DEL CANTO CUAL SIRENA
SE ESCONDEN LAS PROMESAS ENGAÑOSAS
SE PERCIBEN LOS PERFUMES DE LAS ROSAS
QUE PREGONAN LA PAZ, SIENDO LA GUERRA.

LAS OLAS TRAEN CANTOS CONVINCENTES
ENSORDECEN, NUBLANDO PENSAMIENTOS
ATURDEN LA RAZÓN Y EL SENTIMIENTO
Y ENTRE SOMBRAS, SE ALEJAN… PERO VUELVEN.

INEVITABLE, CUAL ATROZ DESTINO.
INEXPLICABLE,  LOCO SIN SENTIDO
LOS CANTOS SE REPITEN SIN SOSIEGO

PORQUE LA HISTORIA VIEJA FUE Y VINO
REPITIENDO AMORES, MÚSICA Y CAMINO
Y EL CANTO CUMPLE SIN PIEDAD, SIN MIEDO.

 

 

 

 

15      REVANCHA

YA LA TARDE SE ESCONDE ENTRE LAS NUBES

QUE OCULTAN LAS NARANJAS DE LOS RAYOS

DE UN SOL QUE AÚN NO QUIERE DESPRENDERSE

DE AQUEL BELLO HORIZONTE ANARANJADO…

PARECIERA QUE ALLÁ EN LA LEJANÍA…, TAMBIÉN

EXISTEN GUERRAS ENTRE DUEÑOS

DE LOS ASTROS, LAS VIDAS Y LOS SUEÑOS,

LAS CANCIONES, LAS VIDAS Y LOS PÁRAMOS.

 

¡PODER, QUE DIRIGE A LAS MANADAS,

PODER QUE DISTRIBUYE LAS MISERIAS…!

¡PODER QUE NO PUEDE CON LOS VIENTOS,

NI CON MARES, NI TIERRAS ENLODADAS…!

¿QUÉ NUBE OSCURA QUE ENCEGUECE…

ENVILECE AL AVARICIOSO Y NECIO?

¿QUÉ AGUA RUIN, LE MIENTE QUE LO SACIA,

DEJÁNDOLO SEDIENTO EN EL DESIERTO?

 

¿SERÁ EL ESPEJISMO QUE LA LLUVIA,

EMPARENTADA CON SOLES Y SILENCIO…

OCULTA SUS RUINDADES E IGNOMINIAS,

A AQUELLOS DE CORAZONES MUERTOS?

¿SERÁ QUE YA ESTÁ CERCA LA JUSTICIA Y

PARA LOS SIN PALABRAS , EN SECRETO

YA VIENE CAMINANDO LA REVANCHA,

PUNTO FINAL A TANTO SUFRIMIENTO?

 

 

ELSA SOLÍS MOLINA

 

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16º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

16º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA.pdf

16º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

LXº de la 2ª etapa/01-10-2011

 

Editorial LX

Cine, cine, cine … más cine, por favor

El mes de septiembre es un mes especialmente dedicado al cine. El mundo del celuloide se da cita en Venecia y San Sebastián, se acude con bambalinas a las muestras y se compite por los premios correspondientes, en una concurrencia a veces feroz. Además, el espectáculo siempre está servido, ruedas de prensa, polémicas en la concesión de premios, comentarios, prensa acreditada, una rueda de molinos que se repite año tras año. En Septiembre, además, se elige la película española que debe acudir al certamen de los certámenes, el Oscar de Hollywood, como candidata a la mejor película de lengua no inglesa.

El mundo de la competencia entra de esta manera en el mundo de la cultura y los festivales devienen, de este modo, en un espectáculo más en un mundo mercantilizado donde todo se vende y todo se compra. Evidentemente, rechazamos la idea de esta competición como medio de darse a conocer y de propagar la cultura. No creemos que el arte sea cosa de mostrar músculo y acreditarse como el mejor, al fin y al cabo cualquier concurso no deja de ser un tribunal al que le gusta una determinada película -o un determinado libro-, no porque sea el mejor, el único merecedor de la gloria, sino por la sencilla razón de que le gusta al tribunal correspondiente. Es verdad que buenas películas han sido galardonadas en los muchos festivales que en el mundo hay, igual que buenísimos escritores han recibido premios, pero también es verdad que cientos de películas buenas que nos hacen soñar, sentir y gozar no han obtenido ni siquiera una mención en los múltiples festivales, del mismo modo que Borges nunca recibió el Nobel de Literatura. Ni falta que le hizo.

Soñamos con un mundo en el que las películas o los libros no compitan por un premio arbitrario, sino que aspiramos a muestras donde se hable del arte de contar, nada más, sin necesidad de todas esas histriónicas (en el peor sentido) escenas de guapos y guapas loados por desconocidos convertidos en meros espectadores de la función.

Convierten al arte en mera exhibición de variedades. Nada más odioso, creemos, que los festivales y los museos, donde se guarda, como verdaderas reservas indias, las esencias del arte que ya nadie entiende. Lo han mercantilizado todo en nuestras vidas, incluido la capacidad de soñar, de contar, de escuchar historias, de verlas. Lo vemos en la literatura, donde las ferias le quitan protagonismo a las charlas amigables de café, a las tertulias, al aprendizaje, pero sobre todo lo vemos en el cine, gran espectáculo del mundo, no en vano nacido en la cuna del capitalismo tardío.

Ya es malo la mercantilización del mundo, pero todavía más lo es cuando se trata de este ámbito que nos resulta importante, íntimo, fundamental. Abogamos por muestras de cine, sí, pero sin premios, sin bambalinas, sin estrellas paseándose a la vera del mar, muestras que se vuelvan charlas donde actores y espectadores se reúnen para hablar de las películas, del mismo modo que nos interesan más los intercambios de libros, las tertulias amigables de café que las grandes escenificaciones casi teatrales, tan en boga hoy en día.

En medio de esta vorágine festivalera, un pequeño dato positiva: la película elegida por España ha sido una cinta hablada en catalán. Por una vez se muestra sensibilidad por la variedad cultural de nuestros países. Creemos que lo importante no es tanto la lengua en que se hable, sino la riqueza y variedad de un mundo donde todas las expresiones son bienvenidas. Pero para reconocer y elogiar esto no necesitamos el Óscar ni ningún otro premio.

 

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AYUNO Y MITOMANÍA

Por Cecilio Olivero Muñoz

 

ODA A DANIEL JOHNSTON

 

Daniel canta, desafina, expláyate,

canta y escápate del McDonalds,

visita el McDonalds solo para engullir,

desátate y escapa de los mediocres,

de los seudo-filántropos y del estereotipo,

de los amantes de lo convencional,

de los clichés y las normas establecidas.

Canta porque el que canta

se hace ligero y se acerca a Dios,

desafina y crea tu nuevo lenguaje,

   no desayunarás en Tiffanys

pero eructarás junto a la cloaca

del mundo, eructarás con ganas.

Serás parte de los otros, los excluidos,

serás parte de nada para ser un todo,

eres un ser maravilloso, soltero,

enfermo y gordo, pero maravilloso,

pocos pueden decir lo mismo.

Tú y tu diablo sois uno solo,

si crees en ti también creerás en tu diablo.

No dejes de ser tú mismo.

***

IPSE DIXIT

(LA ETERNA SEMILLA)

 

Se quedó asombrado, sorprendido,

al ver lo que sentenciaba con acierto.

Era tan certera la predicción en la canción,

era tan aguda la visión que leía de él

en esos poemas que su asombro

le evocaba cierta sensación de misterio,

que su sorpresa inusitada

le creaba quizá alguna leve inseguridad,

¿era inseguridad? ¿Era la sensación

de sentirse marioneta manipulable?

Era la sensación de verse

destinado hacia un final que los demás

intuían, sospechaban,

se atrevió a preguntar: ¿sabes mi futuro?

¿Mi destino está escrito?

A lo que él poeta le respondió:

No es tu futuro el que conozco,

solamente conozco tu pasado.

Nadie predice el futuro.

El destino no está escrito.

Sentenció este poeta amante de las hogueras.

Este poeta se llamaba Joe Strummer.

***

 

JAULA DE GRILLOS

 

Si yo fuese todo aquello

que dejé en el camino para no ser nada,

si yo fuese todo aquello

que dejé en el camino para no ser nadie,

para ser mucha nada y mucho nadie,

para ser un don nadie entre doña nada,

seguramente ahora sería feliz,

Manrique Jorge tenía toda la Razón

cuando dijo aquello de:

cualquier tiempo pasado

siempre fue mejor, mucha Razón,

si yo amontonara todo aquello

que despojé de mi persona

para ser fracaso antes que victoria,

otro gallo me hubiera cantado

en lugar de sonar esta jaula de grillos.

Y ese montón pesaría en las gentes

antes de ser liviano todo lo que dejé atrás.

***

 

AVISO PARA INCAUTOS

Y PARA LOS NO-NORMALES

 

Un día como tantos días, un día

casi igual o igual que todos los días,

pararás a compararte, pararás

a definirte, un día en el que todo parecerá

seguir su curso, la pubertad quizá,

o quizá siga su curso la rutina diaria,

un día algo dejará de funcionar,

verás que aquellas cosas que antes

te conmovían hoy no lo hacen tanto.

Sentirás que ya no conspira el mundo

para que conquistes la cima,

sentirás que en la casa de tus padres

han cambiado los muebles de sitio,

sentirás que respiras distinto,

sentirás que ya no tienes

lo que antes se te daba sin esfuerzo.

Verás al ciudadano-medio insertado

en la gran autopista colectiva,

te sentirás extraño en los espacios

públicos y allí en las zonas comunes,

comprenderás con el tiempo

que tu tiempo ya concluyó,

te encerrarás para sobrevivir

a la ley de los mediocres.

Un día como casi todos los días

verás a tu sueño doblar la esquina,

tu vida de rutina y monotonía

pasará de página sin previo aviso,

un día llegarás a la conclusión

que no hay conclusión que valga

y que todo ya ha concluido,

un día se vaciará tu vaso de juventud,

se consumirá tu último cigarrillo,

y buscarás sin éxito asociación

de víctimas y de mutilados,

buscarás que te den un consejo

en los momentos aquellos de crisis.

No sabrás, quizá, si estás muerto o vivo,

verás que el reloj ya no es reloj,

y que la muerte ha metido su hocico

en las habitaciones de la soledad,

verás que la vida guarda mentiras

y que una gran verdad para todos

no es tu misma verdad,

la verdad de que caducan los postres

y las pasiones se hacen despojo,

primero serán las pasiones,

después los recuerdos serán luz de gas,

querrás luchar contra el mundo,

pero imposible será evitarlo.

***

 

UN DECÁLOGO

EN UNA SALA DE ESPERA

 

La primera vez que leí el decálogo

me sentí salvado entre tanta responsabilidad,

entre tanta protección legal,

después, cuando conocí al gañán,

cuando conocí al inepto, al papanatas,

cada vez que esperaba en esa sala de espera

se oían mis carcajadas por el pasillo,

cada precepto que leía en ese decálogo

era pura diversión por lo inverosímil que era,

el abogado era todo lo contrario

de lo que aquel decálogo propugnaba,

cada precepto era un chiste malo

que causa risa no por ingenioso,

sino por lo absurdo y contradictorio.

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por *Rafael Hilario Medina

(*Publicada una entrevista de este autor en la revista)

 

el alba precedida por el rastro nocturno de los astros enarbolaba el pálido fulgor de sus labios      el día    roto su negro caparazón de brumas   se apresuraba a ser alimentado      a ser vivido     pronto la corona azul del viento regiría sobre el oscuro mar de los presagios           te amo   susurraban las tijeras del humo al borde de las fuentes        te amo   clamaban soterradas las uñas de la noche a la vasta soledad de los caminos     te amo   repetía la sutil libertad de mi deseo unido al ligero temblor del tuyo      única      fugaz    desconocida   te amo    recuerda el incesante eco de mi sangre en tus venas

De Cifra del sueño (1993)

No las banderas blancas en el lugar del crimen, no el abrazo de las alambradas, no la vehemencia equinoccial del vino, no las resoluciones del círculo y sus feroces trampas aleatorias; Sombramientras un guante descolorido y olvidado trenzara los nudos corredizos del porvenir aceptaba la lógica de lo absurdo, esas terribles manifestaciones que obedecían al orden de una realidad estrictamente implacable.

«Escucho el profundo lamento de las almas de los condenados –afirmaba.

Y los cimientos del orbe súbitamente parecían resquebrajarse.

—«Oigo gemir las piedras bajo las negras aguas pantanosas decía.

    Y la luz atrapada en la circunferencia de sus límites empezaba a extinguirse.

—«Veo un penacho de humo ascender a los cielos a través de una ventana –precisaba.

Y el día ultrajado presentía su inminente derrota.

—«El hálito del viento atiza las fauces del fuego –sostenía.         

   Y el aire entumecido jadeaba desgarrado.

 —«La torre arde sumisa, distante, silenciosa         

subrayaba.

Y el tiempo sucumbía, cómplice del exterminio de las llamas.

«Un montón de nubes negras y aullidos es todo cuanto en la oscuridad percibo –advertía.

Y las confusas voces se expandían insepultas.

—«En el fondo hay una hoguera y cuerpos calcinados y despojos— aseguraba.

Y el mundo era pasto del fuego.

—«Más allá, en la otra orilla, las almas descarnadas aguardan el último suplicio concluía

Ahora, empero, en el preciso instante en que únicamente su voz es capaz de redimirme, aquella cuyo nombre es un arco luminoso, duerme; y su sueño, del que un ángel sin rostro entra y sale a voluntad, es mi eterna vigilia. ¡Oh tú que me escuchas sollozar confundida entre la estación de la nada y el olvido, viajera solitaria que cada noche te tiendes desnuda en las aguas de mi corazón silencioso, es hora ya de que rompas tu mutismo!

Y ella, ahogado temblor de arpa perdida:

    —«En el fondo del pozo hay un espejo.

Y yo, árbol hendido de nocturno acento:

«Tocar el fondo es convertirse en polvo.

Y ella, campanario de ojos sumergidos:

«La luna del espejo es como un río.

Y yo, orfebre desterrado de sus ojos:

«Aprender a ser nadie entre los otros.

    Y ella, onda herida en la orilla:

«La corriente del río es una espada”

Y yo, presidiario del tiempo fugitivo:         

    —«Enfrentarse sin fin contra la muerte.

Y ella, oscura raíz del grito:

—«La espada como el fuego nos redime.

Y yo, ancla en la arena abandonada:

—«Retornar a la nada del principio.

Y ella, torre bermeja de los plenilunios:

—«Cómo liberarme de la nada de la angustia?

Y yo, voz doliente clamando en el vacío:

—«¡Desúncete, Sombra, del abrazo de la noche!

 

  

 

Confundidos bajo los pétalos de la más bella flor del estío atravesamos el jardín. La luna adormecida parecía flotar desnuda sobre las aguas del estanque. Contra los oscuros designios  de las olas la codicia del sueño nos arrastraba. El viento iba de uno a otro costado de la tierra. En las inmediaciones del puente de la bruma, justo en el lugar donde a menudo deliraba el ferviente seno de la viña, el pálido fantasma del porvenir nos sorprendió: «¡Oh Fugitiva! –aulló al pie de los trémulos peldaños de la llama– ¡Si la luz de súbito invadió el espacio que en el aire ocupaba la furia de tu corazón devastado, fue para impedir que el dolor asumiera la total posesión de tus dominios! ¡Oh Fugitiva! ¿Qué añoranza alienta la soledad de tus deseos contra el reflejo de la duda semejante?» Fiel, empero, al resplandor que sustentaba la línea de nuestro destino, la balanza del tiempo nos precedía. A esas alturas  del camino, en cambio, traspuesto ya el pórtico de los corceles, ni la furtiva rueda del Azar ni la descarnada rosa de la Vigilia conseguirían separarnos. «¡Oh  Fugitiva!—susurró perdido un eco mientras ganábamos la firme claridad de otra orilla—Sobre el arco luminoso de tu frente combatían  el trébol, los labios de la tormenta «¡Oh Fugitiva!». El piar de los pájaros de la cima eclipsaba la lira del  cielo.

De Sombra de Alondra (2002)

 

 

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El patio

Me quedo ensimismado en el lavabo mientras contemplo desde la ventana el improvisado parking que hay detrás del edificio. Son varios los coches aparcados, todos ellos de buena gama, muy en la línea del barrio. Aun cuando el patio está algo abandonado, se mantiene cierto rigor, como un orden establecido y controlado, el de un descuido predispuesto y no sin poco acicalamiento: hay algunos hierbajos aquí y allá, un recipiente viejo que debió de servir para almacenar grano o tal vez líquidos y una pared completamente desconchada enfrente al bar en el que estoy. No parece en absoluto uno de esos rincones desamparados que suele haber en las partes pobres de la ciudad. Da la impresión que cada cosa está en su lugar. Los coches, supongo, ayudan a que el rincón parezca lo que es, al igual que la otra fachada del edificio que veo de lado, pero en la que distingo sus grandes ventanales abiertos y que dan también un toque de eso que llaman distinción pero que no es otra cosa que la simple y llana posesión de dinero, algo que a mí, sin blanca, me anda angustiando últimamente.

No es que me obsesione, pero ando un tanto preocupado. Me agobia la falta de perspectivas, sin embargo, ese día decido no pensar mucho en ello, no angustiarme más, mientras contemplo al hombre acercarse al que debe de ser su vehículo, un audi, creo, que yo de coches no entiendo mucho, y de color oscuro. Va trajeado y lleva una cartera marrón de piel. Abogado tal vez, me digo, porque viste en la forma que yo imagino que visten los abogados, al menos los que yo he visto, que no son muchos, la verdad, pero los suficientes como para hacerme una idea. Se acerca a la puerta, lado conductor, y se queda un instante pensativo, como si tuviera que reflexionar lo que ha de hacer. Abre al fin la portezuela y entra en el vehículo. En ese momento me fijo en el chico que aparece desde el otro lado del patio, de entre los coches aparcados. Se acerca con lentitud, como si nada tuviera que ver con el espacio en el que está ni con el primer hombre. Lo observo acercarse. Se queda a pocos metros de la ventanilla del conductor y no logro distinguir si hablan o si simplemente el chico se queda mirándolo, tal vez provocador, tal vez curioso. No me parece que intercambien palabra alguna, al menos no habla el chico, le tengo enfrente, a algunos metros, y puedo distinguir perfectamente que su boca no se abre, su rostro permanece impávido, sus maneras son quietas, pasivas. Pero de pronto realiza un rápido gesto con su mano derecha y saca de debajo de su chaqueta un objeto que en ese instante no distingo pero que con el rápido movimiento hacia atrás y el ruido que le acompaña sé que es una pistola. Sale corriendo un segundo después.

Nunca he visto matar a nadie. En la realidad, digo, en la calle, a pocos metros delante de mí. Me quedo quieto, no sé si sorprendido. Ni me pongo nervioso ni me tiemblan las piernas.

Se asoman algunos rostros por las ventanas abiertas del edificio de la derecha. Tres hombres entran en el patio desde la calle y se acercan al coche. Uno de ellos llama desde un teléfono móvil. No se acercan al vehículo, hay un gesto de otro de los hombres que indica, más bien lo ordena, que no se aproximen. Debe de estar muerto claramente, me digo, de lo contrario le ayudarían. No tardo en escuchar una sirena y un coche de policía entra por el pasaje que une el patio con la calle. Después entran otros agentes a pie. Se oyen más sirenas y entra en el patio una ambulancia. Los sanitarios se acercan al coche mientras se ponen unos guantes. Abren la puerta del lado conductor y uno de los sanitarios introduce medio cuerpo en el coche mientras su compañero apunta en un papel. Hay más rostros asomados a las ventanas. Llegan cuatro hombres vestidos de paisano pero que claramente son policías. Miran hacia los cuatro lados del patio y cuando miran hacia aquí me echo para atrás. Salgo del lavabo. En la sala, en ese momento, hay otros policías de uniforme que hablan con los pocos clientes. Será un instante, va diciendo uno de los agentes cuando aparezco, les tomaremos la filiación y sólo queremos saber si han visto algo. No se fijan en mí. Uno de los policías de paisano que acabo de ver en el patio entra en el bar. Hace una rápida ojeada de quienes estamos dentro. Va pidiendo la documentación uno a uno. Hay un breve intercambio de palabras con los otros clientes y que yo no oigo porque hablan bajo o porque tal vez estoy aún aturdido y a cierta distancia del resto. Cuando se me acerca le entrego mi carné de identidad.

– Ha visto usted algo. -Me pregunta.

Lo contemplo y tardo unos segundos en contestar.

– No. Estaba en el lavabo.

– Me puede dar un teléfono de contacto. Por si acaso nos tenemos que poner en contacto, nada más.

Se lo doy.

– Gracias. -Me devuelve mi carné.

Me quedo quieto, sin saber muy bien qué hacer. Dos policías hablan con dos de los clientes que han debido de ver algo. El policía de paisano nos dice al resto que nos podemos marchar si queremos, que intentarán molestarnos lo menos posible.

Salgo a la calle y veo grupos de personas agrupadas a lo largo de la cera. Apenas se habla, se escuchan algunos murmullos, nada más. La noticia del crimen ha corrido como la pólvora, no sólo en la zona, también en otras áreas de la ciudad, sin duda. Distingo a algunos periodistas entre la gente, los distingo por las cámaras de fotos o de televisión. Debe de ser alguien importante, me digo. Luego, en las noticias, me enteraré de los detalles.

Mientras viajo en el bus intento no pensar mucho en lo sucedido, pero se me aparece una y otra vez lo que vi desde la ventana, en el patio, y por momentos me hago a la idea de que tal vez no ha sido real, que todo fue una escena, algo fingida, absolutamente quimérica. El rostro del muchacho brota entonces con fuerza. Me pregunto entonces si la policía volverá a contactarme, si sospecharán algo, que he contemplado lo que ha ocurrido o que pudiera aportar alguna información que, intuyan tal vez, he ocultado. Siento algo de zozobra, pero me tranquilizo de inmediato, si me hubieran visto en la ventanilla, me lo hubieran dicho.

En casa enciendo la radio. Hablan del suceso, el asesinado es un político, miembro de no sé que junta de asesores. Se reproducen las condenas, las declaraciones habituales, son una banda de asesinos, matan por matar. Como con el runrún de la radio y luego intento leer, pero la inquietud no me deja concentrarme.

A media tarde salgo de casa y me dirijo al centro. Es viernes y la cercanía del descano se respira ya en el ambiente. Sin embargo, no puedo quitarme de la cabeza lo ocurrido por la mañana. Me voy encontrando con conocidos, nos saludamos, sólo dos comentan lo del atentado, lo susurran apenas, como si temieran que se les escuchara hablar de ello. Me encuentro con Susana en el bar de siempre. Nos instalamos en la barra. ¿Cine?, le pregunto. Tiene elegida la película. La sesión empieza en una hora, tenemos tiempo, pero optamos por salir ya, acercarnos a la sala a pie, no estamos muy lejos, nos apetece un paseo. Cuando salimos, me lo encuentro. Nos miramos. Me sonríe.

– Cómo te va. -me pregunta.

– Bien, y a ti.

– Como siempre.

Callamos un momento y nos miramos. No sé si él sabe que yo sé. No sé si debiera decirle algo. Tampoco soy amigo suyo, me digo, nadie de confianza. Tampoco tengo claro nada de lo que ocurre aquí. Pero no puedo juzgar, o tal vez no quiero juzgar nada, por temor quizá o por cansancio o por cobardía, no lo sé, o tal vez aún quede algo de la rabia, de la frustración, este país está hecho jirones, soy consciente, o porque al final nada vale la pena y nos hemos acostumbrado a vivir en el infierno.

– Bueno, hasta luego.

– Hasta luego.

Susana me espera fuera.

– Quién era. -Me pregunta.

– Trabajamos juntos hace tiempo.

Nos damos la mano. Nos espera una velada de cine, le digo con forzada voz de galán. Lo demás, a esa hora, me da un poco igual.

Juan A. Herrero Díez

 

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por Rubén Vedovaldi (Argentina)

 

CABO

 

Una familia de mandriles

devora huevos de tiburón a orillas del mar;

por los ojos de esparto del más viejo

cruzan rojos bisontes.

¿Hay un brote en la grieta?

El sol naciente expulsa huestes de sombra.

Musgos, algas, cangrejos y escorpiones

entre helechos silvestres;

ínfima pedrería la fina arena al sol.

Dos océanos se abrazan

al cabo del continente sin inviernos.

Sobre roca verdeada ¿esa anémona

es animal que mimetiza flor

o es una flor que se quiere animal?

¿Brota un grito en la grieta del alma?

El aire me despierta;

el mar tiene sed de amar

Rubén Vedovaldi

***

RES / VERBA

                             Níor bhris focal maith fiacail riamh.

(Literalmente: Una buena palabra nunca romperá los dientes de nadie.)

Proverbio irlandés

“¿Deseaba la palabra sujetarse al rigor de un verso?”

                                                                       Arnaldo Calaveyra

palabra como agujero negro

palabra cuerpo celeste en el ojo del astrólogo

aurora austral

alfileres de gancho anzuelos

anclas del alma

palabra boleadora que tumba la danza

palabras como flechas o látigos

palabra boomerang

hacha de piedra que vuelve desde la prehistoria

a partir los frontales del futuro

verborragia sin alma

palabras que chorrean fuera de lugar como viejo prostático

palabra en cuatro patas

palabras sobre la piedra mayor del sacrificio

palabra que sube del fondo del volcán apagado y

lo enciende todo

palabra que vomita esqueletos anónimos

y les devuelve el nombre

palabras que caminan por la cara como arañas hambrientas

palabras

que quedaron servidas en la mesa

por si alguien quería pellizcar a los postres

y se las llevó el perro

Rubén Vedovaldi

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POEMA

Por Boris Gold

 

“LA GRAN CRUZADA”

A veces la vida

Me hace jugadas,

Algunas muy bellas

Y otras de sufrir,

Más sigo apostando

A lo que me ofrece,

Gritando con fuerza

Que bello…es vivir.

Llegando ya casi

Al fin de mi historia,

Y recreando cosas

De mi deambular,

He sacado en limpio

Que hay hechos valiosos,

Si apostamos todos

Al verbo…amar.

Yo creo en la gente

Y espero que un día.

La legión de justos

Saldrán a pelear,

A la droga artera

Ya la guerra maldita.

Será ardua la lucha

Pero podemos…ganar.

Pero habrá reglas

Que serán sagradas,

Deberes y derechos

Y respeto a los demás.

Honrar al abuelo

La vejez no es descarte,

Y padres presentes

Sin borrarse…jamás.

La meta primera

Combatir la hambruna,

Y que esto sea

Nuestra gran misión,

Que los niños vivan

A pleno su infancia,

Pintemos al planeta

De color…ilusión.

Los jóvenes sin duda

Apostarán sus ganas,

A dibujar un mundo,

Mejor al de hoy,

Donde vean solo

Ejemplos que sumen.

No es una utopía

Hacia allí…yo voy.

Boris Gold

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MALESTAR EN EL PARAÍSO

Por José Icaria

 

Ausente perforado

 

Ausente perforado

en tantos y tantos lugares

mudo

recorrido

por sombras de antiguos pesares

Callada la noche

viene y gobierna

la vastedad de una sombra sin tregua

Cano el día

restalla

y rasga

las telas sucesivas

(burdo escenario en la cruel tragicomedia)

donde pululan espectrales formas vivas

Cómo puede la ausencia

volverse espacio,

volverse materia?

Yo camino y paso

a través de calles, a través de humanos

cuando mis miembros (insoportable lepra)

se separan y alzan y estallan

unos metros más arriba

hasta volverme puramente nada.

Pero, al día siguiente, despierto en mi cama

intacto,

y con el alma vacía.

***

El beso de la Muerte

 

Un estremecimiento de gozo

-en el dolor-

sacude entero mi cuerpo,

como un campo de trigo

mecido por el viento.

Es el beso de la Muerte.

***

Mi cuerpo, como un inmenso continente

 

Mi cuerpo,

como un inmenso continente

donde se libran

todas las tensiones del Mundo.

Volcanes.

Temblores.

Sequías.

Monzones.

Mi cuerpo, mi cuerpo, mi cuerpo,

como una llama inextinguible

que arde siempre

en algún punto,

como una llaga aborrecible

sin pudor abierta al mundo,

como un oído inmenso

abraza el llanto, el sufrimiento.

Mi cuerpo,

osario de fosas comunes

y campos de concentración,

vertedero,

donde los hombres sepultan sus fétidos escombros,

cultivo de virus,

olla a presión,

donde gritos y gestos de horror

son entrevistos,

a través de cortinas de humo y destellos de neón.

Mi cuerpo,

como un juguete viejo y olvidado,

las tripas

del cerdo que fue

-y yace, degollado-

secándose al sol,

para preparar embutidos

que alimenten

a cada día más y más cerdos.

 

 

***

 

Mi vida, un pasadizo angosto y frío

 

Mi vida, un pasadizo

angosto y frío,

crudamente iluminado,

que no lleva a parte alguna.

Galerías y corredores

-laberínticos y circulares-

excavados en la roca,

donde sólo transitan

fugaces, tenues fantasmas,

y sonidos subacuáticos

de inframundo:

cañerías,

muebles,

que crujen en la noche.

Recuerdo tu rostro

-lo he visto en algún frasco-:

el verde, el amarillo cadavérico,

y las facciones abotargadas,

apelmazadas contra el cristal.

Estalactitas y estalagmitas de dolor,

paredes que rezuman sangre,

insectos, parásitos,

caen de todas partes,

y a nuestros pies,

un denso río de vómito

y aguas fecales.

…ya pasé por aquí, en otra circunvolución:

está mi graffiti -grabado en piedra-

y el de alguien, que me precedió…

***

Deja este mundo como te hubiera gustado encontrarlo

 

Me veo a mí mismo, de cuerpo presente

(tú también puedes, no es difícil),

sumido en tinieblas, en la húmeda

y angosta oquedad donde fui enterrado.

Siento el cosquilleo de los voraces gusanos,

frenéticamente ocupados en su monomaníaca labor,

desgarrando irregulares porciones de carne,

para librarme de toda esa carga inútil e inerte.

Vélos: chapaleando entre vísceras pestilentes,

devorando el hígado, el escroto, el corazón, los ojos:

nada escapa a su voraz apetito, salvo

-eso sí- la pálida osamenta, que ya emerge.

Ah, los nichos adosados

donde nuestros cadáveres se pudren decentemente,

y las lívidas esquelas, donde, nuestros allegados,

lamentan tan repentina muerte.

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por Daniel Requelme

 

MANO DE OBRA DESOCUPADA


¿A quién vende la suerte
un dormir tranquilo?

La destrucción
que promulga el odio
como todas las cosas, lleva final o pausa.
La lanza,
un badajo que irrita al campanario
y la muerte hace poesía.

Ahora
que el miedo duerme el sueño de los muertos.
Se entiende
cuanto de leve tiene la vida.

Ajena la fiesta,
de otros el botín,
la sangre escurrida
se ha transformado en un musgo agrio
y el dolor
comienza a quererlos.

Sin más tiempo
para otra sabiduría.
Sin otra bulla que el luto
de permanecer mirando de reojo desnudos,
la soledad.

Nadie
que venga y diga cuál sombra les pertenece.

Eternizándose
indigno el silencio
que al duelo otorga muda la boca, su fracaso.
Pervertida ausencia de funerales.

Ya no más fotos de padres con manija
huérfanos
de mando apestan la ciudad.
Los condena la adjudicación de la victoria.

¿Acaso,
quién peinó la pólvora del estallido
llegó a santo o a labrador?.

¿Que hay entonces
del agobio de esta paz sin remordimientos?
Pregón de verdad y justicia
desfilan
pañuelos blancos
salpicados por la sangre derramada

¿Cual distancia entre mi voz
y el lugar que achica las sombras?

***

LA BREVE HISTORIA DEL PRIMO JULIO

Logra
cortar los alambres
y eludir la crueldad de guardias
que arrojaban colillas a las fosas.

Inscribirse
en aduanas europeas
con la libertad de no tener que tasar su decisión.

Sin entender demasiado el habla en Barcelona
sin premura por marcharse,
solo el instante de respirar.

En cartas
como gaviotas
que nunca terminaban de decir:
Extrañó Córdoba, desde Madrid, Roma, Berlín.

A la edad que aún le nacían hijos,
secreta,
silenciosamente,
su entraña urdía el principio del fin.

Como un ojo bobo
que no mide
cuanto de valioso arrebata el buitre,
estremecidos
asistimos a la cancelación del aterrizaje.

Cierre de oficinas sin abrir.
Negro cielo de Abril.

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TEXTOS RESCATADOS

Por Mabel Alicia Yones

 

Niños de antes

Niños de antes. Quisiera hacerte una pregunta. Tu de pequeño has vivido a finales de los años 60, en el trayecto de los 70, a inicios de los años 80 o tal vez de antes?…me puedes decir ¿Cómo has hecho para sobrevivir?

Te puedo contar que de pequeños transitábamos en coches que no poseían los cinturones de seguridad, ni tampoco los famosos airbag. Podíamos viajar en la parte trasera de una camioneta y ese paseo era algo muy especial y diferente.

Además, las cunas donde dormíamos estaban coloreadas con todas pinturas fabricadas con plomo. No existían tapas aseguradas contra niños en las botellitas de remedios, como así tampoco seguros en puertas, gabinetes. Niños de antes

Nunca usábamos casco cuando andábamos en bicicleta. En el jardín agarrábamos la manguera y de ahí bebíamos el agua, ni pensar de tomar agua embotellada.

Trabajábamos muchas horas armando nuestros carritos y todos aquellos que tenían la suerte de que en su barrio hubiese calles con pendientes, se tiraban hacia abajo y jamás acordarse de que no teníamos manera de frenar.

Luego de muchos choques contra las malezas fuimos aprendiendo a resolver tal inconveniente. Lo más importante es que nuestros choques eran contra la maleza y no con vehículos.

Jugar era nuestra gran alegría diaria, solo que cuando anochecía pronto debíamos regresar. Niños de antes

Asistíamos a clase hasta las doce y volvíamos a casa para almorzar.

No había manera que nos pudiesen localizar, puesto que no existía el celular.

Solíamos tener cortaduras, se nos aflojaba un diente, nos quebrábamos un hueso, pero no hubo nunca un juicio por estos percances. No había culpables y así de esa manera fuimos aprendiendo qué era la responsabilidad de cada uno.

Devorábamos el pan con manteca, los bizcochos, tomábamos gaseosas con contenido de azúcar y nunca engordábamos porque de una manera u otra estábamos siempre jugando afuera.

Cuando tomábamos una bebida lo hacíamos entre varios, tomando del pico de la misma botella y ninguno contraía enfermedad alguna y ni menos iba a morirse. Niños de antes

No existían los videos juegos, ni canales de televisión, ni video caseteras, ni computadoras, ni chats por Internet. La única manera de divertirnos eran nuestros amigos con los cuales salíamos a compartir el momento.

Caminábamos o íbamos en bicicleta hasta la casa de nuestro amigo, golpeábamos o tocábamos el timbre, o bien entrábamos sin golpear. Ahí los encontrábamos y nos íbamos afuera a jugar. Sí, afuera, en el mundo cruel, sin alguien que nos cuidase. No me explico como lo lográbamos. Niños de antes

Nuestros juegos eran palitos o pelotitas de medias y algún partido que se armaba no todos eran elegidos para participar y no sucedía nada extraño que llevara a traumarse.

No eran tan brillantes algunos estudiantes como sucedía con otros y cuando perdían un año, solo lo volvían a hacer. Nadie asistía al psicopedagogo, ni al psicólogo, solamente repetía el curso y obtenía otra posibilidad.

Poseíamos éxitos, fracasos, responsabilidades, libertad… y así fuimos aprendiendo a que todo es manejable. ¿En esa generación te has encontrado tú?

Niños de antes – anónimo

***

Siempre esperando


Desde aquella muerte temprana
cuando aún estaban mis hojas tan verdes.
Qué esperanzada pisaba los campos.
Qué generosa y colmada mi mano.
Qué afanada tras la cosecha.

Noches interminables vigilaban
al viento por si traía un mensaje.
Esperas bajo el sol. Diálogos
con la luna tristísima de invierno.
Y qué dolor bajo el cielo que cubre
tanto silencio,
tanta pregunta sin respuesta.

Van pasando los años.
Nada sobre la tierra.
Ninguna posible esperanza.
Ninguna verdad madurando.
Sólo silencio

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por María Isabel Bugnon (Argentina)

 

Sueñas

Si en las noches sueñas
con un río de espuma,
son mis versos que
quieren atraparte en
ese laberinto mágico.
Si en las noches sueñas
con un monte de plumas,
son mis poemas formando
un sutil abanico de amor.
Si en las noches sueñas
con el verde claro
y una braza encendida,
es mi corazón que como
una mariposa  busca amparo
en la pradera.

***

Nace y muere el amor

            

El jazmín nace de la raíz,

la flor de las ramas,

y dime tu que todo lo sabes

¿Como nace el amor?

El amor nace de una mirada cómplice,

se afianza con una sonrisa,

da sus primeros pasos con la ilusión

desanda caminos con los sueños

se marchita con la mentira

y muere con el engaño.

 

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13º Número de la revista literaria Nevando en la Guinea

13º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA.pdf

13º NÚMERO DE LA REVISTA LITERARIA

DIGITAL MENSUAL

NEVANDO EN LA GUINEA

LVIIº de la 2ª etapa/01-07-2011

EDITORIAL LVII

Un mundo en el que quepan todos los mundos

En nuestro anterior editorial comentábamos con ilusión la aparición, no por esperada menos sorprendente, del denominado Movimiento 15 de Mayo que ha irrumpido con fuerza en el panorama político, social y también cultural de España. Ha supuesto -supone y esperamos que siga suponiendo durante mucho tiempo- una bocanada de aire fresco en el panorama español, un país cuya sociedad parecía desmovilizada por completo. El mensaje ha sido claro y radical. No somos mercancía, se les ha dicho a los políticos, a los empresarios, a los banqueros, a los medios de comunicación, y de paso también a los responsables culturales, somos seres humanos con vidas, ideas, intereses, pasiones, defectos, contradicciones, esperanzas, frustraciones. Y queremos participar en todos los ámbitos en los que, hasta ahora, hemos sido meros espectadores. Entre ellos, el de la cultura. Ni que decir tiene que el mundo de la cultura no era y no es ajeno a unas reglas capitalistas en las que el objeto de arte –ya sea la pintura, la escultura, el cine o la literatura- había devenido y sigue deviniendo –ya que no hemos superado este modelo económico- un mero producto de intercambio, un valor. El arte se ha cosificado, cuando no era –y es- integrado en el museo o en la galería donde se compra y se vende, de igual modo se mercadea con la literatura. La aparición de las nuevas tecnologías, no obstante, ha cambiado mucho este panorama. Ha permitido la aparición de un sinfín de proyectos e iniciativas, entre ellas la nuestra, Nevando en la Guinea, que permite intercambiar relatos, poesía, ideas con facilidad y sin mercantilizar nuestro trabajo. Estas nuevas tecnologías conllevan por tanto una democratización de la cultura y del intercambio de ideas que no parece tener límites. Nos resulta evidente que el Movimiento 15 de Mayo, y sin duda otros similares en otros lugares, va a reflexionar sobre este aspecto y dará pautas en la compresión y la sensibilidad del arte, en su creación y en los modos de intercambiarlo, disfrutarlo y compartirlo. De pronto se crea y surgen nuevos artistas y nuevas facetas artísticas. Por ejemplo, el video y el documentalismo, que en los últimos diez años ha tenido un aumento espectacular y se nos aparece como una nueva rama que mezcla la literatura, la imagen y el arte visual. No en vano surgen en muchas ciudades nuevos festivales y foros de intercambio que atrae a un extenso público. Algunos críticos, teóricos del arte y analistas llaman la atención en el carácter dócil del arte actual. Durante los últimos veinte años, los de mayor cosificación del arte, por cierto, cualquiera de las ramas de la cultura se ha integrado a la perfección en el sistema, como si se hubiera aceptado por completo la tesis del fin de la historia, como si el mundo careciera de conflicto sobre el cual reflexionar, como si el único fin legítimo y deseable fuera vender y decorar las casas pudientes con bellos objetos sin significado alguno. Aclaramos que no es que defendamos un arte comprometido, mucho menos panfletario, nada más lejos de nuestra intención, sin embargo creemos que la cultura tiene mucho que aportar a cada persona y al conjunto de la sociedad, creemos que un mundo en el que sólo se plantee el beneficio y el lucro como únicos criterios no merece mucho la pena vivirlo. Por ello celebramos que un movimiento como el del 15 de Mayo no sólo ponga al ser humano en el centro del debate político, sino que además establezca una vida completa en la que la cultura recupere su carácter de herramienta para comprender la vida y disfrutarla. En definitiva, un mundo en el que quepan todos los mundos, como indica un hermoso lema zapatista.

***

Queremos también hacer hincapié en el día de la lengua española, celebrado este 18 de junio de 2011. La lengua española –dicen los académicos de la RAE- peligra por su vertiente anglófona, muy destacada desde la aparición de las Nuevas Tecnologías, en especial, desde la aparición de Internet. Nosotros pensamos que el español no corre peligro, ya que la lengua es algo así como elegir el bien o el mal –concepto divulgado por la Iglesia-. Pensamos que también se elige qué lengua hablar, o qué idioma escribir o con qué idioma comunicar las pasiones. Pensamos también que tanto en el inglés como en el español anglicismos, americanismos, reminiscencias árabes, tendencias venidas de los regionalismos españoles, son una riqueza y no una pobreza lingüística. Debemos sentir orgullo del mestizaje en el castellano (español). Por que ¿no es verdad que el español es una miscelánea ocasional del latín, del árabe, del hebreo, del griego, y muchas lenguas más? Pues ese es el futuro de la lengua española que anunciamos para mejor riqueza y natural difusión de los nuevos tiempos que corren. El futuro del español es el mestizaje y nada más que eso. Disfruten de la revista, y de los poemas y textos que en ella se exponen. Hemos querido contradecir a la RAE publicando una serie de poemas en inglés de un autor desconocido en el panorama literario español, aunque prometedor en lo que a poesía se refiere. No tenemos miedo de mezclarnos. No tenemos miedo de perdernos en los albores de la pureza (tediosa) de la Raza, sea la que sea.

***

HISPANOHABLANTES

(18 de junio de 2011)

El término Sudaka se ha acuñado

(despectivamente en todos los casos)

y contemplado para denominar

a esos hispanohablantes nacidos en América.

Sudakas nacidos en Perú, en Colombia,

en Argentina, en Bolivia, sudakas de a pie.

La palabra sudaka con k todavía

está subrayada en rojo en el Word.

Spanglish, sin embargo, no está subrayada.

En el extrarradio de las ciudades españolas

donde viven también los inmigrantes

a los Sudakas se les llama también Chirigutis.

Ésta sí aparece subrayada en el Word.

Los gitanos de España, que hablan un español

peculiar y muy poco ortodoxo,

llaman a los Sudakas Payoponys.

El español abre y cierra barreras en el mundo.

En Internet se dialoga ante una dicotomía

y frente un denominador común amparado

en los resortes de la lengua.

Castellano, hispano, español, lengua Mater.

En España estamos muy distraídos

discutiendo separatismos regionales.

Un catalán de Venezuela habla la misma

lengua que los catalanes de Barbastro.

Un vasco de México D. F. habla

el mismo castizo que un vasco de Logroño.

Don Quijote dijo a Sancho, Sancho le dice

a don Alonso Quijano.

Monta tanto, Tanto monta.

Español por la gracia de Dios.

Hispanohablante por el derecho de voz.

Lunfardos, Sefarditas y Mozárabes,

Moriscos, Carreteros y Castrenses,

Espaldasmojadas, Romanceros, Cholos,

Ladinos, Conversos y Cristianos Viejos,

Calorros, Mestizos, Parroquianos y Jesuitas,

Cabecitas, Mulatos y Cortesanos,

Populachos, Colonos, Negreros y Exiliados,

Hispanohablantes que en el léxico

labran la praxis entre latino-helena-circunstancia.

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ESPAÑOLITO Y SENTIMENTAL

(ENTRE LA MIRRA Y LA PATA COJA DE DOS)

Por Cecilio Olivero Muñoz

Una tarde,

que demasiado empapo en el recuerdo,

los poetas del sur de España

tiraban de mí

contra los poetas del norte de España

que de mí también tiraban.

Incluso,

me partieron el hocico por tanto

escapismo de tortas

y mis labios fueron viva herida palpitante

que la página virgen presenció

y que la intuición a tientas repudiaba.

Tiraban de mí para repartirse

podio en el parnaso de Alcalá de Henares

y sentadillas en las sillas de la Real Academia,

se enfrentaban por sístoles de copete

y diástoles de sincopada enjundia.

Los poetas del norte dijeron

que de mí les pertenecía la frase corta y concisa

para dársela a Antonio Gamoneda,

ya que este,

usaba verborrea extensa con su lengua de buey

y él y las frases se dormían en los laureles,

aunque nadie dice de Antonio que es cámara lenta,

que su poesía es la imagen que chapotea galaxias.

Los poetas del sur me exigían

que tildase de gracia redonda los finales de un poema,

cosa que bien hacía Luis García Montero,

aunque si de algo debe repudiar la intuición creadora

es que un poeta desacredite a otro poeta,

pues vídeos hay que atestiguan la manera

de voces que batallan por un lugar en el ámbito,

pues de lo que mal urden estos poetas para unos

mieles ofrecen babeantes para otros,

y que si de envidias hieren a los poetas redondos

en todos los tiestos se cuece algún barro;

ellos, azules como diablos de espuma insistían,

quisieron ser mi presagio y mi resaca,

quisieron ser la estrofa con corchete zurdo

aupándose en el papel sudando

como un ladronzuelo que afana al descuido,

quisieron ser mi fragancia barata

y la postrimería esperando en el rellano,

mi nudo gordiano en el juzgado

y el camino que desando para orientarme.

Quisieron ser

la volteleta crujiente de un anciano

y la pifia mal aprendida del Tato;

los poetas de mí tiraban insistentes,

querían con ello repartirse mérito póstumo

entre la muerte que todos llevamos en los pies,

querían repartirse mi púlpito ante las estrellas,

la canción escrita por mi tocaya,

querían tener consigo

la mojigatería de las beatas de pueblo,

y el carrillo dormido de los masca-gomas.

¡Dejadme!

Presuntuosos y retorcidos poetas,

que dejo la música alta al pasar

por tapias de cementerio y funerarias en silencio,

que indago e indago en vuestro olfato de perros,

no confundo carros con carretas

ni hago comulgar con ruedas de molino.

Comprendo la disputa por un paso adelante.

¡Callaos!

Poetas de la tiña olvidada en un vaso,

que os partan la balada en las costillas,

que os resuciten a collejas

y cumplid con vuestra

honrada justicia de calcetín usado,

dejadme, a mí solo, dejadme,

pues yo soy la sangre que olvida España,

que olvida España.

España olvida.

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Burdeos

El mayor especialista en literatura medieval. Un erudito, investigador encomiable, tenaz, curioso, sabio. Además, un escritor meritorio. Todo eso decían de mí, que no era poco. No pude menos que sentirme orgulloso, aunque disimulé porque, como creía firmemente, el engreimiento era un pecado. Practicaba la humildad medieval, todo un arte. Pesaba sobre mí, además, la fama de no dejarme llevar por los galones universitarios. No era ni siquiera catedrático, ni luchaba tampoco por los honores de la academia. Lo único que quería era encerrarme entre libros y abandonarme, lejos del mundanal ruido, que diría el poeta. Lo mío me había costado, que nadie lo sabía, pero mi destino hubiera podido ser otro, aunque esto es otra historia. Solía rechazar las invitaciones a coloquios, jornadas y seminarios, me resultaban harto desagradables. Mi timidez, por lo demás, me mortificaba sobremanera. Tenía la sensación, las pocas veces que hube de dar una conferencia o leer una ponencia, de enmarañarme sin sentido y que nada se entendía de mis palabras desordenadas. Lo mismo me ocurría con las clases, pero a base de repetirme, pensaba, había logrado organizar mejor las sesiones y decir algo con sentido. Complejo, lo sé, o falta de autoestima, que seguramente hay algo de esto. Pero luego, al acabar, irritado conmigo mismo por haber aceptado una invitación sin haber sabido rechazarla, había aplausos, elogios, admiración no disimulada, para mí incomprensible. No lo habrás hecho tan mal, me decía a veces, no sin ánimo de insuflarme confianza y de este modo animarme o querer sentirme por un rato normal, como los demás profesores y colegas, pero surgía siempre una voz dentro de mí, no te dejes engañar, es mera diplomacia en esta institución venerable y decrépita que precisa del elogio como el coche requiere de gasolina para funcionar. Esta vez tampoco pude decir que no. Sebastián insistió: me lo debes, tienes que ir, sin ti no será lo mismo. Además será en Burdeos, me dijo, conocía mis puntos débiles porque eso sí que me atrajo, me gustaba la ciudad y volver a pasear por sus calles después de tanto tiempo me produjo no poca flaqueza para rechazar la invitación. Y allí estaba de nuevo, Burdeos, cómo he podido tardar tanto en volver, me recriminé. Me tocó hablar en el congreso y elegí la figura de Tristan para perorar de la feminidad en el hombre medieval, un tópico del que no me costaba mucho tratar. Como siempre, sentí seca mi boca, me entró el pánico escénico, pero logré reprimirlo y hablé durante treinta y cinco minutos, ni uno más ni uno menos, suficiente para justificar mal que bien que me pagaran la habitación del hotel y el viaje en avión desde Vigo. Luego vino el ágape en el recibidor de la Universidad Michel de Montaigne, qué buen nombre para una universidad. Imaginé que desde algún rincón Sieur de Montaigne nos observaba para burlarse de nuestra sapiencia y luego ponerlo por escrito, un nuevo capítulo de sus ensayos. Se acercaron varios eméritos profesores, algunos de los cuales conocía en persona y otros me sonaban por sus publicaciones. Todos me felicitaron y contesté con el obligado gesto de humildad que en mi caso era de duda, incertidumbre y vacilación mal disimuladas, se burlan de mí, sospechaba, son meras fórmulas de cortesía, me repetí varias veces, no iba a caer de ningún modo en la inmodestia, en la jactancia. Se me acercó Jean Etchébérry nada menos, el amble catedrático vasco parisino (vasco por su origen, de Ustarritz, si no recuerdo mal, y parisino por residencia y profesorado), que me llegó acompañado de una joven que me presentó como una de sus alumnas, interesada en Tristan e Isolda, nada menos. Jean nos dejó solos y aproveché la compañía de la joven estudiante y que comenzaba a taladrarme sobre el tema de Tristan e Isolda para salir al recibidor, escapar del acto social que tanto me abrumaba y sentarme junto con ella (nunca pude rechazar la compañía femenina, aunque no supiera nunca estar a la altura) en el jardín interior donde otrora tantas veces reflexioné sobre mi futuro. – Me ha gustado su ponencia. -me dijo la joven, Fenice se llamaba, nada menos, como un augurio de lo que luego podría ser. – Ah, por favor -le dije en un arranque de sinceridad-, no caigamos en pedanterías, es un tema trillado. – Pero me ha gustado su enfoque. -insistió, como si fuera obligado que la juventud elogiara la madurez. Me habló entonces de sus estudios, de sus investigaciones y de las conclusiones a las que había llegado, algunas brillantes, tuve que reconocer. Costaba encontrar en estos tiempos jóvenes que salieran de la enorme mediocridad, mucho más en un ámbito como el nuestro, el de las humanidades en general, el de la literatura medieval en particular. Todo lo que no fuera ganar dinero, contribuir a mejorar la economía, las leyes o la administración, parecía carecer de interés. Y en estos planes no entraba ni de lejos las letras, ya ni siquiera como decorado o mero ornamento de jóvenes casaderas o futuribles con un barniz de adiestramiento inútil. – Hábleme de su acercamiento a estos temas. -le pedí. Se sonrojó un poco. No debía de estar acostumbrada al interés ajeno. Una rata de biblioteca, pensé, y en esto me identifiqué bastante, tal vez ella huyese también, como había huido yo, del mundanal ruido, que dijera el poeta, no sé quién. Su historia no se alejaba tanto, al fin, de otras: aficionada a las letras, le gustaba leer, siempre le gustó, preguntarse por uno mismo, todo eso que preocupa a los jóvenes cuando son jóvenes y a los viejos cuando son viejos, y que en su caso hubiera podido desembocar en la carrera de psicología, pero desembocó en la de letras, a todas luces más interesante. Al fin y al cabo aprendemos de nosotros a través de los libros que escriben otros hasta que nos ponemos, a veces, a escribir los nuestros para seguir aprendiendo. Me hizo pensar en mi propia evolución, en mi caso hubiera podido ser peor, de haber hecho caso a mis padres, los de Fenice no se entrometieron demasiado en su elección, hubiera acabado en leyes, de hecho fue lo que inicié, pero por suerte logré torcerme pronto, a tiempo diría mejor, y acabar en literatura. Pero lo dicho, esto es otra historia. Conversamos bastante rato. Jean Etchébérry vino a buscarnos. Me guiñó el ojo, viejo bribón, parecía decirme, siempre te gustaron las jóvenes alumnas, pero nunca hice nada por ganarme esa fama por otro lado inexistente, lo sabía. Y si existía, a todas luces inmerecida. Más bien decían de mí, lo sabía, lo presumía, lo deseaba, que era soso, distante, nunca conocieron desliz alguno, tampoco relaciones formales que siempre oculté, mejor dicho nunca existieron, formales, digo, meros encontronazos fuera de Santiago, donde enseñaba, solitario habitante de una casa de alquiler propiedad de la universidad. Hay una cena, nos dijo Jean. A punto estuve de mostrar mala cara, desilusión o disgusto por tener que seguir haciendo el papelón. Cenamos. La cercanía de Fenice me hizo feliz al menos por un rato. Imposible pensar en otra posibilidad más indecorosa. Tal vez debería plantearme una locura, fugarme con ella, por ejemplo, convertirnos en amantes, salir de mi soledad y de la sobriedad de mi existencia. Me retiré, empero, después de los cafés. Estoy cansado, aduje. Al día siguiente por la tarde, además, salía para Vigo. Volveré a Burdeos, desde luego, respondí a uno de mis anfitriones. Miré a Fenice cuando lo dije. Puede que fuera una cita secreta, unas palabras dichas con mensaje indescifrable para todos, menos para ella, que me miró sonriente. Lo había entendido. Al menos así quise sentirlo.

Juan A. Herrero Díez

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SELECCIÓN DE POEMAS

POR TERESA PALAZZO CONTI

IMPULSO

Una fuerza extranjera

me provoca a desollar

el poder de la furia

y a plegarle las alas al insulto.

Pero me morderé otra vez mis rabias

y mi llanto.

Que trajine su alma carcelera;

que se ahogue en pecados.

Es un títere más de la ironía;

un vestigio final

en la basura.

Salpicados de barro y precipicio

caminan sus zapatos.

Se espantan las estatuas.

Bajo la guía inestable de sus ojos,

regimientos de espadas

hacen centro en su cuerpo

y hundido en humedades,

salpica de vinagre

su última actitud en el reflejo.

***

MARTES 13

Yo no fui invitada a su banquete.

Sólo llegué,

con los ojos cerrados

y un apurarme a ver lo indescifrable.

Fastidiada en temblores

ensayaba absorber la verdad

o el suicidio de la luz

detrás de mis párpados pegados.

Fui impulsada a sostenerme

entre vientos agónicos

y allí estaban sus redes.

Choqué con su mirada

que acunaba obstinada

una tarde extranjera.

Ya no quise emigrar.

Recostada de espaldas,

me sostuvo.

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POEMAS DE RUBÉN VEDOVALDI

“SIENTO QUE SÓLO LA SOMBRA ME ALUMBRA.” Miguel Hernández en este día me pregunto el mundo toda la sangre la carne del miedo, todo es dolor conmigo bajo el cielo; el hombre se me rompe de preguntas y agoniza mi alma sin sosiego en esta hora me duele el silencio tanta nocturna nota tan profundo caer sin fondo el hombre en desconsuelo; hoy el amor se me quema en las manos y en mis entrañas crece sólo hielo en esta noche me pregunto el día con la mirada transida de espanto barre mi boca de barro este viento toda la pena se tumba en mi lecho y estoy hasta los huesos de quebranto en este mundo me pregunto un mundo soy llaga amarga que no cierra el duelo está tan alto el pan tan agrio el vino que ardo desnudo en mi pena llorando por este día roto que no entiendo Rubén Vedovaldi LOS PÁJAROS MAÑANA todavía está muy oscuro aquí abajo hace mucho frío y la soledad es enorme casi pareciera un sepulcro todo esto a simple vista no se ve pero hay un sueño arde un sueño creciente inarrancable ojo salvaje sí neurona libre a simple vista todo es cada vez peor o siempreigualdemalynuncacambiará pero el jaulón es viejo tiene herrumbre los pájaros que rompen el cascarón son cada vez más cada vez más cada vez más pese al silencio casi no tienen cielo los pájaros no encuentran con qué alimentarse ni donde trinar pero hará falta un infierno más grande que el sistema planetario para tenerlos muertos de miedo ahí de alas caídas un nudo en la garganta pegados a la herida de su sombra faltará espacio donde tenerlos atrapados y tiempo para controlar a cada uno un sueño anónimo crece y se expande y faltará cemento armado para enterrarlo Rubén Vedovaldi * *(Copyright: Hecho el depósito de Ley 11.123.). Estos poemas son parte de mi libro CULTURICIDIO EN ARGENTINIEBLA publicado por Ediciones «NO MUERDEN» Rosario -1991

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POEMAS FIBROCARDIACOS

Por Cecilio Olivero Muñoz

SOLILOQUIO DEL MIEDO

Cuando era un niño me asustaban

las películas de terror

(y todavía aún lo siguen haciendo),

sobretodo las de muertos vivientes.

En las noches para no dormir

(programa emitido por esa época)

dieron varios programas sobre ello.

Ahora el miedo nos acompaña

no como distracción y si en lo cotidiano.

El miedo reside en todas partes,

miedo al salir a la calle,

miedo en el día a día, miedo

cada mes a mes, miedo cada año.

El miedo es esa falta de fe,

fe que se pierde, la esperanza perdida.

Si el miedo no te encuentra a ti

tú lo encontrarás a él.

El miedo se nutre de fantasmas,

pero esos fantasmas

distan del fenómeno Poltergeist,

aunque sí tienen algo

de residuo humanoide.

De cliché que con los años

se difumina. Se evapora.

Frankenstein ahora es una pelusa

envistiendo entre el trasiego,

Nosferatu es un monigote

de cartón mojado que languidece,

de fresa ácida es el churrete

tras haber mordido de Drácula,

le cae como el rímel a las lloronas,

cae como pintura en la lluvia.

Hoy quisiera eludir al miedo,

quisiera evitarlo desde mi soledad,

pero me es imposible.

El miedo me encuentra.

Se me repite como si hubiera

comido toneladas de ajo para cenar.

Ahora el miedo es Madame Hipoteca,

es el Doctor Estupidez Humana,

es Mr. Ignorancia.

Solamente me queda afrontarlo

desde la fe a esos muertos vivientes

que merodean los rincones de mi soledad

y la plagan de fantasmas.

***

GITANOS EN LA LARGA

NOCHE DE NUREMBERG

La noche guarda su miedo sonámbulo

en el confort de la paz alambrada,

en los barracones se oye

el infierno a dos pasos,

se oyen a los gitanos gritar

y el infierno se desnuda en el mundo,

los gitanos gritan su horrible

tragedia de cascabeles yugulares,

se resisten como leones

mientras que la noche aúlla,

sus lunares se hacen sangre viva

arrojada al fuego,

pena sola y negra del gitano,

gitano de coraje y rabia,

gitano de apretado mentón,

gitano de traviesa libertad,

gitano de picardía antigua,

el pícaro tartanero ante el abismo

traza su audacia en la supervivencia,

se agarra, muerde, patea, patalea, grita,

y la Tierra parece una catástrofe universal.

La Tierra cobija la paz de los gitanos

y en el asesinato se separa de dios,

porque la Tierra comprende que el hombre

es un animal que se sobrestima,

sobreviven con astucia los gitanos

en la larga oscuridad de la madrugada,

ya no se verán las brillantes pavesas

lucir en lo oscuro de la fiesta alegre,

la risa se ha podrido,

la algarabía es tedio,

pájaro enjaulado en la fiebre,

¿dónde está dios? ¿En el humo, quizá?

Los niños cruzan el apetito eterno

en la antinatural cueva de la teta vacía,

los viejos se resignan al no poder ser viejos,

por que los atacará la gangrena por la espalda.

Los gitanos queman pertenencias

tras la muerte de alguno de ellos,

queman recuerdos vivos pertenecientes al muerto.

En Auschwitz se queman personas

y los gitanos queman su olvido,

que tampoco nadie les queme su perdón.

***

LOS BUSCAVIDAS

Los buscavidas salen en busca

de incautos para que se les haga amena

esta vida de sobresaltos,

los buscavidas salen en busca

de pringados para que tal vez la cena

los deje tal vez saciados,

hace tiempo no comen caliente,

hace tiempo que disimulan algo,

hace tiempo que han aprendido

a ser consigo consecuentes;

su picardía siembra un No a cada paso,

padecen la ignorante fiebre

del dinero fácil y demasiado rápido,

sufren de olvido, tienen olfato,

viven de la sopa boba frecuente,

patean las calles de cabo a rabo,

viven del día a día que les precede,

viven anticipando el crack y el colapso.

De la crisis viven los inteligentes

y los buscavidas viven del milagro,

la cocaína les pudre sus dientes

y son huida que busca su atajo,

los buscavidas salen en busca

de perros flacos con agasajo,

de banquete con entremeses

de titirimundis y de espantajos,

del ego patrio de los feligreses

de la parroquia ilusa del parroquiano,

de los impíos y los penitentes,

de los lame-pilas y los porfiados,

del cuento de los panes y los peces;

pasan bayeta lustrando oro en paño,

los buscavidas confían muy poco

de primos que ya han engañado,

los buscavidas componen su rostro

de ángeles píos y de eunucos santos,

usan la artimaña, la pose, el colmo,

usan verbigracia y artefacto,

los buscavidas no conocen la culpa

por que su desayuno todavía es fiado,

la culpa, es una incómoda prostituta,

es mejor no preocuparse ni un gramo;

tratan de dormir sobre el colchón

de miles de incautos estupefactos,

hasta que el día del fango descubran

que hacen de este mundo un asco,

la muerte sonriente los saluda,

los saluda Miguel, los saluda Paco,

los saluda el cura y el iletrado,

los saluda Fidel, Pepe Luis, Baldo,

los saluda la banca y el contrabando,

los saluda también quien nunca

antes lo hubiera jamás saludado,

los saluda la gangrena, la purga,

los saluda el trago y el café migado;

tragan también, tragan disputa,

tragan del rédito en un momento dado,

momento de cien, de unos cuantos,

se empapan de máscara y simulacro.

Los buscavidas viven de la duda,

se amparan en el cuento chino

que creemos desde antaño.

Viven del trapicheo, de la cunda,

se comen la espiga del pan diario.

Hacen arte de la treta y la disculpa.

Ignoran hiel. No pueden caer más bajo.

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POEMS SELECTION

By Fahredin Shehu

(from Prishtina, Kosovo)

The petroglyphs of “I”

The morning dew

Sparkles as broken crystal

You approached to kiss it

Purified soul you are

My beloved Human

You endure the burn

While I blast

My petroglyphs

In the deepest layers

Of your quintessence and

In the abyss

Of its surface

The face of the “I” stands and

Immanent moonshine

Hardly a color as Neon

For your wide open eyes

Yet mildly absorbing

As soul does to another

Today I light the candle of the “I”

Fearless for loosing its shine

To burn your wick

To increase the light

So the darkness

Naively may ask

Who are you for God Sake?

Who are the fertile fireflies of Love?

While I swore on the potency of

The dark prince and

The harshness of the hell-fire

Our joint reply as smile

Shall bring the freshness of ambergris and

Cool all and bring joy

As to a mother after the birth

Of a newborn and

Invite all

We mean all visible

Semi visible and omni visible creatures

At the banquet with the Cornucopia,

At the solid diamond table

***

The zircon goblet

Flame was the name of my obsession

Flame, the blue,

Flame of love

Flame became purple of my compassion

Flame the green

Flame of spirit

Flame was sparkling, my impression

Flame of eternity

Flame transparent glow

The goblet became full

The blood turned life

The Calla was my move

The Lilly of heaven

The mist unfurled heavy

The dust turned cloud

The jewel remained beneath is precious

The soul you keep turned LOVE

We. Drink. In. Tribute. I. Die. Surely. But. Slowly.

We. Feel. In. Unison. She. Embraces. Me. Motherly.

Alas. Tonight. I’m. Drunk. Of. Love.

The. Zircon. Goblet. Outpoured. Blood.

The. One. That. Transforms. In. Life. For. Ages.

The. One. Lives. For. A. Day. And. Eternity. More.

***

The Gown

A neon- color cornucopia gurgles as spring Standing in the middle I remain overwhelmed Nano- metric particles embraces sinful population Of cells absorbed by light It’s Zephyr that transports souls Nowhere else you may see Lifted up, up, up they bear Nuptials to the gaps of heaven but The entrance pearly macadam Krypton threshold and cedar wood gate Golden latch opens to host guests The bride…is I glimmered? Heavy walk I started as death angel Walks on earth Aerial walk now steps far In advance as seraph I wear The gown lightly embroidered With knots curls sparks and pearls Of the ionic thread Light is as feather its weight Light I as bubble about to burst Light as happiness my momentum We levitate above golden leaf wheat field Seeing our shadows beneath Our heavily impregnated cubic souls We see the footprints of malicious Who encroached our shadow when The sun was as God adored and Stand in the front of us Anyway we undress the gown Naked souls in unison Sing dance and rejoice Wash at the bank of milky river The mantle of the Green Man waits Our essentials wait too To fill and go in procession To celebrate eternals

***

A honeycomb

I’m not here

To say the pride of forgotten past

Nor I’m here to sing miraculously

Suras and Sutras of the Holy Scriptures

I’m not here to watch fallen mulberry fruits

In river swimming as a dried leafs

Nor I’m here to pray endlessly

As a sages to repent for

Sinful mundane ignorant

I’m here to kiss the sky in its forehead

And between two eyes where

The star has to spark its beauty

I’m here to perfume your soul

And dry in the sunny-golden pollen

I’m here too, to feed your lungs

With the air of the lost world

Eternally washed in the rivers of soul

I’m the soil of your secret sowed

As a wheat seeds in the fall

Waiting spring to green the fields

And to golden summer with poppies decorated

And fireflies during short nights

Dancing erotic games

Waiting fall to feed the holy stomach

Of enfant terrible

Perpetually called ME

The sarcophagus of your secret

I’m lost …you, concentrated

In a formula dissolved to

Respond on their enigmas.

***

Charged circle

Black

Empty cans

No liquid evaporated

In the air full of pride

Polluted grains of soul

Lost their consistency

Pure fluids of light

Erupts as marshmallow bombs

Death squad penetrates deeply

Aiming to meet Anubis

A Tsunami whirled its wish

Passion and glutton declared independence

The dream of becoming a parallel nation

To co-habit with leukemia of creativity

A sex drive 4×4 retired

A crippled veteran of passion

Bags for the mercy of soulless utilitarian army of human entity

Better said plankton a homo-plankton of miserable creatures

Even worms and larva are disgusted by our hatred

Fecal, a skunk of fear

An eclipse of love that spans for ages

From birth to death

A spectrum displays its ripeness

Ejaculates liberty as blast

A dazzling dance of shaped and amoeboid forms of manifestation

Truth

Bitter the honey with suffer

Powder a chamomile with royal jelly and ginseng

All of sudden a wind blows

Spores of the old pines

White

The soul of parallel nation of Angeloid

Is striving pleasure of life?

Lives now

Perpetually woofs a rainbow muslin with the divine light

Inter-woofed dress

Newborn immaculate fellows

Perfuming

Oh those smell of paradise

Mint, Neroli, Oakmoss, Amber

A bouquet of divine pleasure

And Acacia kissed by a queen bee

Yes the queen of Enneagram

Of course

The work produces sweet essences

Oh Sarmouni of our Millennia

Melt the cataract-ic lance so they may see the beauty

Heal the flu so they may smell fresh ozone

A charged circle of light and love

Overwhelm

Remove the pulp from the reed

So may divine tune perform light?

Tao

May be your torchbearer

In the dark valley and by then you may see a spectrum

That encircles an infant fear

For an eternal life

Yet I kiss that that time sequence

Where Jin and Jang harmoniously co-habit

I a Feng Shui of Love

Defragmenter of hate’s files

Zipper of dark matrixes

Arranger

So you may know they do exists

So you try them in order to enjoy the sweetness of life’s honey

In this porcelain valley

Where goodness and mischief

Hand in hand are gliding furiously

Alas pure the morning with dew of love

Oxidize hate with apple vinegar

Sing to celebrate both solstices and have a cup of vine

That swoon you

That filters all starry

Cells of brain and ganglia

Perfume her navel with rosewater and kiss, kiss, kiss

Do a divine Tantra

With all visible and invisible and semi-visible spirits

Kiss topaz of her eyes

Kiss ruby of her heart

Kiss diamond of her nail

Kiss cooper of her feet ankle

Kiss jade of her bones

Kiss sapphire of her cells

And a flame-y waterfall of hair

And a silky pubic…

Oh…kiss and kiss and kiss whatever belongs to her

Make her a necklace

With your purest and noblest spermatozoids

Then call her as you wish

Wisdom, Hikkmah, Sophia

Or simply Goddess that makes you Angeloid.

***

Hidden in the White Roses

open my chest if you want to see the rod of heaven’s river, while it strains in its bed, where the white roses swim…

The hunger for beauty created canyons of longing for a quantum of moment. Again leaving is telling me thunder as melodeon, quiver of veins and bones, while I come to Thy meeting embarrassedly hide life’s broken toy, buried in human darkness; Alas you know my pains, tears in blood percolated as black pressed grapes While I swirled in the whirlpool of “I”-s, seeking for the spark of the of Your sight Remained deaf for the multitude of “THEM”, and the multitude of “US” The moon is full, the moonlight feeds me while I listen lullabies of Gabriel To sleep the thirsty souls; the star mist flirts to my appearance as it wishes to drop its mercy, at the pain caused by human poison. These words are arguments of the Threshold of the other side where the describable forms and the audible voices disappear, and the tongue knotted in nine knots. The eye is stopping the sight to store its image in my consciousness. Behold oh…”I” of the “US” while we rejoice within the White Roses and while we lick the pearly dews at dawn, and we smell the distant Neroli at dusk While we celebrate life as cosmic minute that lasts for eternity and a day more.

***

Primordial “I”

19 layers of textile’s mist have folded the “I”

Watching from the distance

It looks bizarrely captured

We are in exile

With love intoxicated

Humanity shall see the rainbow

We emit from all “I- s”

The primordial “I” emerged amidst the crowd of human

To articulate love

Infra mezzo and ultra visible

With the velocity of the most knowledgeable Angel

The sages named NUN and rejoice the eternity and

A day after

To transfer wisdom for the Thirsty Souls

We are the thirsty souls and

We approach humbly

The icy jet of the eternal spring

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DOS POEMAS GLOBALES

Por Cecilio Olivero Muñoz

ENCONTRAR UN TESORO

Todos los problemas del mundo vinieron

cuando pasé a formar parte de lo otro,

lo distinto, lo que está y no está,

pasé mi infancia aferrado al mundo,

pasé también mi rara adolescencia,

pero de un tiempo hasta acá

cada despertar es empezar de nuevo,

pueden tacharme de ganso, de misántropo

y ermitaño, pueden apartarse

los que vieron al amigo en un mismo equipo,

pueden señalarme como el malo,

el loco, el desquiciado del quicio,

ahora comprendo qué es salir de tus casillas,

ahora soy yo nada más,

no puedo luchar contra una masa,

tampoco tengo fuerza para tal cosa,

son mayoría, juegan con ventaja, y fui

parte de ella, solamente me queda

una lucha conmigo mismo, lo demás

ya no puede buscarme, por que para ello

todo es la misma ceguera.

Quizá encuentre mi tesoro en la Isla.

No puedo ni quiero ver al mundo en dos mitades,

dos mitades en guerra permanente,

dos verdades entre tantas miles,

quizá tenga que romper con mi pasado

y también con el futuro,

quizá para no perderme entre el presente.

Quizá para permanecer adentro de mis casillas.

***

ÁRABE-HIS-PÁNICO

Mi vecina (Fátima) (marroquí de Casablanca)

me pidió la dirección de mi exmujer

en Lima (Perú), tenía una espina en su corazón.

Ellas se llevaban bien.

Cuando se fue mi ex ni siquiera se despidió.

Me subrayó con mucho empeño y sumo interés

que la escribiera al revés, ella me dijo:

¾Escríbelo así, señalando la dirección con su dedo.

Me pareció cosa de locos, pero la comprendía.

Así lo hice. Escribí:

námauH sallirT liahuZ araM

5# atniuQ, 87 zárauH azalP

(30) siuL naS

(úreP) amiL

Parecía una dirección extraña en Oriente Medio,

o una fórmula misteriosa escrita

en cualquier dialecto en el ámbito árabe.

Me hizo bastante gracia, fue casi revelador.

Mi vecina lo entendía mejor así, quise

facilitarle las cosas, me cae bien la chica.

Comprendí que al leerlo a la manera occidental

el texto rezumaba cierto aire arabesco,

árabe hispánico, me dije yo.

Sombras en el lenguaje, juegos de palabras,

retruécanos soterrados, misterios idiomáticos.

Al fin y al cabo no somos tan distintos.

Solamente hay que darle la vuelta a las cosas,

o verlas desde otra perspectiva

para sentirte como en tu propia casa.

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NOTHING IS TOMORROW TRUE

By Cecilio Olivero Muñoz

SALIVA SALVAJE

Tras habernos besado

olía tu saliva, tu saliva peregrina,

peregrina en mí.

Rastros de tu saliva

corrían inocentes por mi piel.

Saliva ingenua, inusitada,

saliva salvaje y selvática,

olía tu saliva y me erizaba,

como aquél beso primero

estampado en mis labios,

levantaba mis labios

hacia mi nariz, para olerlos,

resquicio e indicio de ti.

Síntoma probable de nuestra

fusión, fusión absoluta,

tu aroma incauto y evocador,

efluvio de tu esencia pura,

testigo secreto de tu cuerpo.

Saliva salvaje y exuberante,

efigie hecha sustancia de ti,

recuerdo sin alma,

química e incógnita en tu boca.

***

I LOVE YOU DADDY COOL

La solución a mi enigma, a mi misterio

la tienes a la vuelta de la esquina,

sin embargo, tú la ves lejana en tu interés,

y demasiado tarde para emprender

[tan arduo viaje.

Por que estás cansado del duro laberinto,

estás cansado del frío teorema,

de la rara cábala, y prefieres ya la inercia.

Prefieres dejarte llevar por la vida

antes que descifrar la física del tiempo.

Prefieres comer sopa todos los días

antes que masticar en lunes acertijo,

prefieres rutina blanda y calma

a la comprensión a medias de la vida,

te asusta la libertad obscena, si,

de los que lo han perdido todo en primavera,

la incógnita no te interesa, te confunde,

por que para ti no es incógnita

[mi incógnita,

te interesa la simplicidad del monte,

la sencillez del hombre humilde, tranquilo;

prefieres una vida acolchada, si,

a la complejidad del cómputo imposible,

Padre, yo no soy distinto a ti, no,

me esfuerzo para no ser lo que eres,

y no es por que no lo quiera, no,

sino por que para ser como tú debiera

abandonarme al miedo de rodillas,

debiera abandonarme ante el abismo.

Padre, he querido ser tantas veces como tú

que anhelo y derrota son ya lo mismo,

por que sé que tú no quieres ser como yo.

Somos iguales, si,

nos diferencia una distinta soledad.

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“VIDA: SUMIDERO DE AMBICIONES TRUNCAS”

El despertador con su infernal sonido le marca la realidad de ese día, las agujas indican las seis y treinta de la mañana y como hace tanto tiempo las dos sombras” se comportan de la misma manera. Él levantándose mientras ella se da vuelta para seguir durmiendo, son los intérpretes de un gran desencuentro…AÚN VIVIENDO JUNTOS. Como un autómata se dirige a la cocina, abre la heladera y la vuelve a cerrar, piensa un poco y se despabila otro tanto mientras sus pasos lo llevan hacia el baño, se deja caer en el inodoro dejando vagar sus sueños hacia cualquier lado, con indolencia aprieta el botón, ¡SI UNO PUDIESE ARROJAR A LA CLOACA TODAS LAS ANGUSTIAS!. Se mira en el espejo y lo que este le devuelve no le gusta nada, ve un hombre de cuarenta y cinco años que aparenta muchos más, la barba crecida y las ojeras hablan a las claras que no está pasando por un buen momento…y eso se nota a la legua. Se acerca más a esa figura y con los ojos desencajados le dice: ¿ESTE ES EL JOVEN BRILLANTE QUE A LOS VEINTE Y TRES AÑOS SE RECIBIÓ DE MÉDICO CON LAS MEJORES CALIFICACIONES Y MEDALLA DE ORO?. ¿Dónde quedaron las esperanzas de tus viejos en la brillante carrera de su hijo?, ellos siempre pensaron que en poco tiempo sería un famoso profesional, bien casado y que incluso vivirían sus últimos años a la sombra de la fama y el bienestar que le daría el nombre de “su muchacho”. Las lágrimas caían a raudales sobre el lavabo deslizándose hacia la rejilla, para perderse en lo que se había convertido su vida: LA OSCURIDAD DE UN TÚNEL INFINITO. Se apuró en afeitar y cepillarse los dientes y luego se vistió, ya estaba a punto de partir hacia la gran aventura…LA SALA DE GUARDIA DEL HOSPITAL MUNICIPAL”JUAN MARTOLO”, lo estaba esperando un importante personaje: ¡EL DOLOR!. Indudablemente tenía mala suerte, pensar que podía paliar en algo su soledad en la cena a realizarse hoy, convocados por los ex bachilleres de su promoción,(su agenda estaba vacía de reuniones agradables) pero hoy a la noche estaba de guardia en el hospital y de ninguna manera podía faltar, ese hubiese sido un buen motivo para remontarse a esos diez y ocho años en que sin duda era feliz…PERO HASTA ESO LE SALÍA MAL. Mientras viajaba en el atestado autobús rumbo a su trabajo, se le pintó una sonrisa en sus labios pues se desocupaba un asiento y prontamente se sentó en él, entonces aprovechó para desplegar el periódico que había comprado de pasada en el puesto de la esquina. Por ese motivo se enteró que era una jornada muy especial para la salud y por ende para los médicos, que esperaban ese día en que supuestamente se solucionarían infinidad de problemas que atañen a su profesión. En los “mentideros políticos” era un secreto a voces que ciertas cosas raras iban a suceder en la cámara de diputados, se “cocinarían” cosas no muy santas que digamos, deberán decidir sobre tablas, si se subvencionaba una importante cantidad de dinero para poner a punto el deficiente estado edilicio de muchos hospitales municipales y la construcción de otros en los suburbios, puesto que algunos barrios periféricos no cuentan con ninguno. El recinto mostraba un lleno total, era muy raro verlo así, porque es sabido que una gran cantidad de legisladores no aparecen nunca por allí, salvo cuando se fogocita algo gordo como ahora. Otra curiosidad eran las nutridas y ruidosas barras, que poblaban con sus cánticos y pancartas, las tribunas del recinto. El ambiente era tenso, lo hacía aún más la sospecha de un “arreglo” que había en el aire, se sabía que desde la cúpula se pedía anular esa partida de dinero para el fin ya expuesto, lo que sucedía era que como en un pase de magia todo el dinero que estaba destinado para ese menester…HABÍA DESAPARECIDO. La cara por demás tensas de los diputados que esperaban ansiosos el debate, hacían marco al bochinche infernal que había en el ambiente, en ese momento se escuchó la campana que llamaba a sesionar. La oposición aferrada a su requisitoria , exigiendo que sin más dilaciones se girara el dinero para lo que estaba destinado, mientras el oficialismo usaba cualquier chicana con tal de anular “por el momento” la moción opositora, en un tira y afloja que no parecía tener fin, hasta que la minoría logró por último que se pudiera votar. La primera compulsa dio como resultado un empate, noventa diputados de ambas partes habían apoyado por los envíos unos y los del partido gobernante, QUE NO ERA EL MOMENTO OPORTUNO PARA ELLO. Entonces y después de un cuarto intermedio hasta el fin de la tarde, se llamó de nuevo a votar para definir la situación, porque debía haber indefectiblemente un desempate, en ese ínterin a un par de ediles del oficialismo se les ocurrió llamar por teléfono a su casa a JUAN DIOSDADO CARLILES. Este personaje, compañero de bloque que a raíz de los continuos faltazos a las reuniones lo habían apodado “día femenino” (pues venía solamente a fin de mes a cobrar su sueldo). Este sujeto se encontraba en su lujoso y coqueto piso de la calle más cara de la ciudad de Buenos Aires, dicho inmueble eran frutos de algunos vueltos no entregados y al atender el teléfono puso un gesto de fastidio, tratando de zafar a la convocatoria…pero no pudo. Había acomodado esa noche a una reunión de ex compañeros que se presentaba muy divertida, por ello había convocado a una impactante damisela , cosa de ser tomado como un tipo “muy ganador”, lo que no sabrían era que había pagado a una prostituta(él era incapaz de seducir a nadie por sus propios medios). Estaba muy furioso porque sabía que estos encontronazos tan reñidos, podían durar toda la noche hasta lograr un veredicto. Entró al gran salón como un gladiador (estaba convencido de ello) su traje era impecable como siempre, el brillo de sus zapatos Italianos opacaba a toda esa MANGA DE SERES INFERIORES, como solía llamar a sus correligionarios, lo que venía a votar le interesaba tres pitos. El diputado Carliles no pensaba ni en broma caer en ningún hospital si algo le pasaba, eso era para la gente de baja estofa, para “los negritos” del pueblo, lo único que faltaba, era funcionario, tenía poder y mucho dinero, a él le resbalaban LOS LAMENTOS DE LOS POBRES. Por fin se hizo nuevamente la compulsa y como siempre, perdieron los más débiles: PARECE UNA CONSTANTE GRABADA A FUEGO. Conciente que su llegada para votar, había volcado el fiel de la balanza a favor de su partido, ya estaba pensando en la forma de “pasar la factura” porque una persona como él…NO TRABAJA GRATIS PARA NADIE. Dentro de todo no había sido tan pesada la sesión, estaba con el tiempo justo para concurrir al evento con sus ex compañeros, por consiguiente llamó a la dama que lo iba a acompañar, diciéndole que en media hora pasaba a buscarla. Con la socarronería que lo caracterizaba se despidió de sus correligionarios, no sin antes decirles: cuando quieran que los saque de apuros, no se olviden de llamarme, LES GUIÑÓ SOBRADORAMENTE UN OJO Y SE MARCHÓ. Cruzaba la calle hacia su lujoso automóvil, iba contento y despreocupado, pero evidentemente hoy se habían conjurado LOS JUSTOS, LOS OLVIDADOS Y LOS HUMILDES, poniendo en manos de otro “MÁS POBRE” el trabajo de vengar de alguna manera…¡A TODOS LOS PERDEDORES!. Cuando apretó los frenos de esa desvencijada chatarra que era ese por así llamarlo auto fiat seiscientos(fitito), en ese preciso momento el conductor se dio cuenta que se había quedado sin frenos pues estos no le respondían, de esa manera SE LLEVÓ POR DELANTE AL ELEGANTE CABALLERO QUE CRUZÓ LA CALLE SIN MIRAR. La sangre tiñó de rojo el asfalto, un alma buena llamó a la ambulancia, el camillero mientras tanto cargaba al herido en el vehículo, uno de los curiosos que se pararon a mirar preguntó: ¿dónde lo llevan?,.AL HOSPITAL JUAN MARTOLO RESPONDIÓ… ¡ES EL MÁS CERCA! Boris Gold

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por Francisco Jesús Muñoz Soler

CAMINAR PARA SENTIRME VIVO

Caminar para sentirme vivo

no andar por andar sin más sentido

que moverme por estar como objeto inanimado.

Dar luz y lugar a mis inquietudes

llenándolas de ético sentido y desarrollo

de amor a mis sentimientos para que

se gratifiquen y perduren.

Que el foso de mi intimidad

vea crecer la satisfacción

forjada de valores imperecederos

sustancia de futuras vidas.

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NACE NOVIEMBRE

Nace Noviembre en un otoño preñado de primavera donde sólo los ocres matices de los otrora verdes revelan la estación verdadera de nuestras esencias, todavía insufladas por enormes deseos

de fortalecer y gozar

de nuestras presencias enraizadas

a la tierra, en este Noviembre

que nace apacible las señales

repentinas del viento que aligeran

las copas de los árboles

nos recuerda la brevedad del gozo

y nuestras razones primeras,

las que han ido trazando el sentido

y la dirección de la búsqueda

de esa felicidad singular

que va gratificando nuestras raíces

y a la vez fecundando nuestros vástagos,

y las frescas madrugadas

que nos obligan a arropar

nuestras intimidades con sentimientos

y hechos para cuando Noviembre

se encamine en el tiempo y las plateadas

nevadas cubran las exiguas ramas

que nos adornan y conforman

tengamos ese punto de satisfacción

que confiere un buen sustento

sin sentirnos colmados

pero con el paladar y todos los sentidos plenos,

en buena compañía irnos

entregándonos en libertad

en vencida vigilia.

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ME SIENTO TAN AJENO A MI PRESENCIA

Me siento tan ajeno a mi presencia

atrapado en un cuerpo cambiante

impuesto por las circunstancias

envoltorio y armazón de mi existencia

testimonio perenne de mi fragilidad,

todo, todo, depende de mi estúpido cuerpo

quebradizo, fugaz y cobarde

en permanente huida hacia delante

huyendo de la vida, acopiándose de decrepitud

que me llevará inevitablemente a la muerte.

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SELECCIÓN DE POEMAS

Por Maximiliano Spreaf

No Un salar de espinas es tu cuerpo, bendecido por las nubes de alcohol que derramamos juntos en la mañana que decidimos borrar la tristeza. Se pierde el azar entre tus piernas, no dejas un lugar a la sospecha, ya no temes ni siquiera conocerme, ya quebraste tu lugar y tu ironía. Y yo suelto pájaros dentro tuyo, que volaran bajo tu pollera cuando me haya ido bien lejos llevándome tu ardor y tu belleza. No te guardes todo eso para vos, todo lo que mostras en el día, que palpita por las noches en tu mente y no dejas que calme tu frío. *** Noche # 99 En las noches más comunes y felices que he pasado siempre encontré a mis pies unos cuantos corazones y los halagos mas fatuos. No me deje encandilar por las monedas brillantes, ni la suerte me alcanzo, ni la buena ni la mala, siempre me paseo altanero en esas horas tan bellas no hay diva, ni diván, que me hagan hablar de mi mismo. Es un secreto, la noche que solo algunos guardamos saber a nadie se lo contamos y en contadas ocasiones alardeamos de como bajar la luna. Y en el estruendo mas sordo de mil niñas estrelladas. con las manos mas calientes y las sábanas mas frías, me he dejado llevar lejos entre copas y jazmines. *** Malgaste Es difícil escribir con la cabeza cuadrada las aristas afiladas, y correoso el jazmín. Débil soy, y me pliego al ruego de tu hambre lectora, caminante de líneas por las auroras. Cuánto silencio nos traba el amor. Nos garantiza el retiro, por el pensar pensador. Puta soy, de nívea pluma, Puta soy, más puta sola. Y aunque la rabia entró y explotó sobre el tapiz, aún aprieta la nostalgia donde un día hundimos la nariz. Llevas el pelo retorcido de pensamientos monocordes, de silencios obligados, de malquerencia y hastío. No mires más mi interior Que allí no encontraras nada Mira esta vez tu demencia Que todo dirá de mí.

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